Capitulo 17: La Leyenda del Final

Un callejón oscuro es un lugar lúgubre para encontrarse a alguien. Y es aun peor cuando esa persona, si se le puede llamar así, esta encapuchada de pies a cabeza. Y si sumamos la horrenda aura maléfica y mortífera que emanaba, era seguro que nadie se acercaría a ese lugar. Esa es la razón por la cual, cuando escucharon el sonido de un ser viviente, ya sabían que no era un humano curioso. Había llegado. La temperatura bajo unos treinta grados de repente. Un aire gélido recorrió las paredes, formando una espiral. Y allí había algo, algo que podía observarte. Algo aterrador.

-¿Qué significa esto? –pregunto una voz oscura. Solo se podía decir una palabra al respecto: Totalmente inhumano.

-Lo que parece –respondió la figura encapuchada. El Kishin alargo sus pálidos brazos y se bajo la capucha. Una sombra oscurecía su rostro, y el aire helado pareció soltar una exclamación ahogada.

-Entonces, la información del quinto era correcta. ¿Funciono a la perfección? –pregunto, tras reflexionar unos instantes.

-Punto por punto. Todo está donde debería estar. El Destino ya nos pertenece. Solo hemos de seguirlo. Es la hora de un cambio. Es la hora de las Tinieblas –volvió a colocar la capucha en su lugar. Ya estaba hecho. El Destino… Era suyo.

-¿Qué hacemos hasta el momento? –pregunto la voz.

-Esperar. Descansen. Nos haremos cargo, mientras tanto. Cuando sea el momento, despertaran, y verán que todo va de acuerdo a la idea. La Leyenda quedara en nuestras manos. Y hasta quienes durmieron por toda la eternidad, se levantaran para llenar el mundo de sangre –respondió Uroboros. Enfatizó la palabra sangre, como si fuera algo importante.

Quien hubiera dicho que esa única palabra, tan simplemente esa única palabra corta y salvaje, cambiaria el curso de toda la historia.

-Entonces, está bien. Confiaremos en sus palabras. Hasta que veamos… –la voz pareció dudar-. ¿Ha aparecido?

-Sí. Lo hizo. Menos de un instante, pero de verdad se presento –la sonrisa era diabólica. Algo ocultaban. Algo importante.

Sin una palabra de despedida, la voz retiro su influencia. El aire volvió a su temperatura normal. Y ahora solo era una figura encapuchada de pie en un callejón oscuro. Pero había una inusual sonrisa burlona en esos finos labios.

-Salió perfecto. Ha notado la contraseña. Sloth se pondrá en acción, y Lust cambiara los pilares de la realidad. El Odio es como un grueso árbol con fuertes raíces –dijo la inconfundible voz de Pride.

-Pero hasta el árbol mas fuerte puede caer –puntualizo Lust. Vacilo un instante-. Te la debemos, Pride. Ganaste la apuesta. Vinieron primero.


Bajo unos cielos grises, donde un Mar se extendía más allá del horizonte, se escuchaban unos sonidos metálicos. Los primeros sonaban de manera rítmica, precisa, impulsados por mano experta. Los segundos, en cambio, eran descoordinados. Tal vez no era difícil imaginarse de que se trataba: Una lucha de espadas. Un maestro contra un principiante.

Este novato intentaba parar los golpes de quien le enseñaba. Curiosamente, se trataba de largos espadones sin filo, los cuales eran muy pesados. El alumno de cabello rubio estaba cubierto en sudor. El profesor de ojos dorados la sostenía como si fuera una pluma.

-¡Derecha! ¡Derecha! ¡Izquierda! ¡Recto! –T.K. tapo el golpe, aunque este era lento. Sus manos temblaban. Apenas podía sostener la espada tan pesada. Lyramon pareció darse cuenta, soltó una risita, y clavo su arma en la arena gris-. Suficiente. No esperamos que aprendas a usarla en un día. Eso seria increíble. Aunque es cierto que golpeas con mucha fuerza excesiva. ¿Sigues enojado?

-¿Enojado? ¿Por qué estaría enojado? –respondió el elegido, con un clarísimo sarcasmo, luego de dejar caer la espada-. Me han obligado a traicionar a mis amigos, a hacer creer a mi propio hermano que soy un malvado, a usar a Patamon para conquistar el Digimundo. ¿Debería estar furioso?

El trato que habían sellado el día anterior era absoluto. Los digimon corruptos se encargarían de mantener a Scar bien lejos de Sophia, por lo que ella no tendría que irse de Japón. A cambio, T.K. y Patamon tenían que trabajar a las órdenes de Lyramon. No era un buen trato. Para el joven, se trataba de algo horrendo. Pero no le quedaba más opción. Su novia dependía de eso. Lo peor, era que el demonio de ojos dorados había montado esa situación en la que ambos habían demostrado abiertamente su traición, y estaba preparado desde antes de que aceptara. Se daban cuenta de lo obvio: Todo esto era parte del plan. Sin embargo, algo totalmente inesperado había ocurrido. Aun le daban escalofríos al recordar esa voz siniestra y malévola.

-Estas asustado. Lo sabemos. Es normal. Nunca pensamos que seria tan terrible. Su aura era mucho peor de lo que imaginábamos –Lyramon saco dos botellas de una bebida deportiva de una hielera. Le alargo una al elegido, quien la tomo con rapidez-. La próxima vez que nos crucemos con ellos, ten en cuenta que el miedo solo esta en tu mente.

-¿Eso estaba solo en mi mente? –pregunto el rubio, sorprendido.

-Parecía muy real –le apoyo Patamon. Estaba recostado en una silla de playa. No le sentaba demasiado bien la vista del cielo gris, manchada por esa sustancia tan repugnante. Nadie levantaba la cabeza, pues no querían sufrir el asco que daba la Nada.

-No era miedo verdadero. Es algo más bien como… Presión. El Dios Demonio tiene demasiado poder. Nuestras almas son demasiado pequeñas. Es como comparar un grano de arena con el Sol. Simplemente, la presión de su energía desatada nos aplasto. Es incomodo, y genera terror, pero la clave para evitarlo es saber lo que provoca. La próxima vez, no quedaremos tan paralizados –sonrieron débilmente-. Nos habían dicho ese truco en caso de que nos lo cruzáramos alguna vez, pero no teníamos idea de lo poderoso que es el miedo. No es tan sencillo como la teoría. Realmente, Ghoulmon se quedo muy corto. Bueno, él es tan fuerte como un Demon Lord. Y es evidente que ha visto al demonio más fuerte varias veces.

-¿Ghoulmon? ¿Y qué era esa cosa? –pregunto T.K.-. ¿Por qué vino a este mundo, entre todos los que hay?

-Ya te contestaremos esas preguntas después. Ahora, es tiempo de que les enseñemos las nueve variables del combate –tomo la espada por el mango-. ¡En guardia!

-Y otra vez… –agarro la pesada arma, la sostuvo en la posición inicial, y paro el primer golpe del digimon. Este comenzó a hablar mientras movía la hoja de acero.

-La primera es la fuerza. Esta nunca es usada de la manera correcta. La mayoría de los guerreros piensa que la fuerza lo es todo, o que tenerla es una perdida de tiempo. Ambas son malas opciones. No se puede confiar en la fuerza del todo, pero si no confías en ella para nada también estas mal –hizo un tajo ascendente, el cual obligo a T.K. a pararlo con la empuñadura-. La segunda es la destreza. Si un golpe es demasiado fuerte, una opción excelente es esquivarlo. Que tan rápido te muevas es importante. Con un poco de destreza, se puede anular la fuerza más exagerada. De hecho, en este momento, te serviría usarla más que parar los golpes, ¿no crees?

Haciendo caso de esta sugerencia, el rubio esquivo el siguiente golpe, y logro ver un espacio de contraataque. Lanzo una estocada rápida, logrando poner a la defensiva por primera vez al demonio.

-¿Por qué esas variables suenan como sacadas de un juego RPG? ¿Qué sigue, la inteligencia?

-¡Diste en el clavo dos veces! Los RPG son una simulación de combate excelente. Y también muy entretenidos. La inteligencia puede anular a la fuerza y la destreza, es esencial, pero aquellos que la tienen suelen no aprovecharla bien. Si eres muy inteligente, y tienes una buena capacidad física, debes combinarlas. Es difícil pensar en medio de un campo de batalla, pero el resultado es muy satisfactorio –el digimon comenzó a mover su espada alrededor, mostrando como era posible evitar que el rival adivinara el siguiente movimiento-. Y, por supuesto, la siguiente es la resistencia. ¿De que sirve ser poderoso si solo puedes mantenerte así por un corto lapso de tiempo? Un rival que es capaz de seguir luchando mucho mas que tú te derrotara a menos que lo venzas rápido, y eso no siempre es posible. Esta es la peor debilidad de los digimon, tenemos la mala costumbre de agotar nuestras fuerzas con mucha facilidad.

-Tienen razón –admitió Patamon.

-¿Si mejoramos la resistencia, entonces tendremos una gran ventaja sobre otros digimon? –pregunto el rubio. Lyramon asintió.

-Si, así es. En general, la mayoría de tus oponentes se derrotaran a si mismos luego de gastar su energía en vano. Pero no se confíen, eso no quiere decir que no haya algún que otro astuto que llego a la misma conclusión. Y, para eso, esta la siguiente: La voluntad. Un oponente que no tiene voluntad de luchar no es nada. Acabar con la voluntad es la forma de victoria más sencilla. Por eso el miedo es tan terrible. Así mismo, una voluntad inquebrantable resulta aterradora para quien no la entiende. Pero, también hay una contra. Ser demasiado imprudente te lleva a situaciones peligrosas. La voluntad es muy poderosa, pero si no esta gobernada por la razón, te expone a arriesgar tu vida. Si alguna vez haces eso de nuevo, asegúrate de lograr la victoria, porque el resultado opuesto es una muerte segura.

-¿Cuándo hemos sido imprudentes? –pregunto T.K., apretando los dientes para detener un movimiento especialmente complicado.

-A ver, déjanos pensar… Siempre. A cada momento, arriesgan sus vidas. No las han perdido porque siempre logran la victoria, pero un oponente decidido puede aparecer en cualquier momento –Lyramon giro la empuñadura, arrojando el espadon de su alumno a la arena sin color. El rubio resoplo de cansancio y tomo nuevamente la empuñadura-. Y eso nos lleva a la siguiente variable –de improviso, metieron la mano en la arena, extrayendo una segunda espada-. El terreno. Si conoces el lugar del combate, le puedes sacar el máximo provecho. Por ejemplo, en esta playa, es muy fácil plantar trampas y armas ocultas. También puedes usar el agua, o arrojar arena a los ojos del rival, aunque eso seria muy rastrero. El saber usar el campo es especialmente efectivo en luchas grupales, te da una ventaja importante. Pero, sin embargo, hay algo que te otorga una ventaja casi inalcanzable: La habilidad.

-¿Habilidad? –pregunto Patamon-. ¿Qué es eso?

-Se refiere a técnicas y maestrías que no están contempladas en las variables anteriores. La capacidad de volar, un poder extraño, el uso de magia, etc. Te otorgan enormes ventajas. Hay mundos en donde un solo mago puede matar a todo un ejército con una sola palabra. No sabemos como lo hacen, no entendemos de magia, pero se trata de una disciplina muy útil. Es por eso que nos alegra tener el neutralizador místico, la Greba de la Esperanza –el demonio corrupto se paro un momento, quitándose el sudor del rostro pálido-. Y con esa, ya vamos siete variables. La octava es la experiencia. La diferencia entre un novato y un experto es clara en todo momento. Aunque poseyeras la fuerza y los reflejos para igualarnos, T.K., no tienes experiencia en combate. Esa es la razón de este ejercicio. Hay ocasiones en que Patamon necesitara de tu ayuda, por pequeña que pueda ser. Entre mas experiencia gane un guerrero, mas fuerte se hará. No puedes negar que aquellos que saben como reaccionara el enemigo tienen una gran ventaja.

-Eso es cierto. La primera vez que peleamos con Piedmon, nos derroto con facilidad gracias a la magia y su experiencia. Ahora, incluso WarGreymon puede detenerlo solo –reconoció el elegido.

-Así es. Había una diferencia de poder abrumadora debido a esas dos capacidades. La razón por la que lo vencieron la primera vez fue debido a la capacidad de MagnaAngemon para contrarrestar la magia, y porque eran mayoría numérica. Ah, claro, no podemos olvidar la ultima variable. Esta es la que mas has visto. La variable que invalida a todas las otras, pero la única que no se puede controlar –el demonio dio una sonrisa cómplice-. La suerte.

-¿La suerte? –preguntaron elegido y digimon a la vez.

-Así es. La suerte puede dejar cualquier estrategia en nada. Un solo milagro logra que la fuerza, la destreza, la inteligencia, la resistencia, la voluntad, el terreno, la habilidad y la experiencia queden en nada. Nunca subestimes a la suerte. Ese es, de lejos, el peor error que se puede cometer –Lyramon cruzo sus espadas, hizo un ultimo corte cruzado, y las clavo con fuerza en la arena-. Bien, aquí terminamos. Es casi la hora de almorzar. Ve a darte una ducha, y luego hablaremos. Te explicaremos que sucede con todo ese asunto de la Leyenda del Final y las señales. Es muy necesario que lo sepas.

-Esta bien –murmuro elegido, bastante cansado. El Demonio Corrupto era un maestro de lo más raro. Sabía mucho sobre combate y estrategia, pero hacia ciertas acotaciones increíbles, como la de los RPG. Parecía un friki más que un digimon-. ¿Un digimon friki y otaku? Nunca lo hubiera imaginado –tomo su copia del emblema, junto a Patamon, y ambos desaparecieron en un portal oscuro.

Lyramon sonrió. Tener un aliado como T.K. era excelente. No solo estábamos hablando de la Esperanza de su lado, sino también del impacto moral en los elegidos. Ellos sin duda estaban decaídos, y eso los hacia vulnerables. No faltaba mucho para que estos terminaran por decidir de qué lado debían estar. Y, con eso, el objetivo estaría al alcance de la mano. Ni siquiera necesitarían a la Ultima Bestia. Podrían crear el mundo que deseaban sin dificultad.

-Yo todavía pienso que es una pésima idea, director –Piedmon salió de un portal oscuro. No le había hecho mucha gracia que hubiera sumado al elegido al ejército corrupto, así que había protestado enérgicamente.

-Piedmon, debes entender algo muy importante: La razón por la que los Dark Masters fracasaron hace siete años. En primera, no tenían un plan de acción. Solamente tenían que hacer tiempo mientras Apocalymon terminaba la curvatura. Y ellos no eran como nosotros. Ustedes no les importaban para nada más que para anexar vuestra información y hacerse más fuertes. Eso no puede volver a pasar. Este ejército corrupto no es una fuerza del mal, por más que la mayoría de sus integrantes sean seres de la Oscuridad –el monstruo de ojos dorados se puso de pie. Su sonrisa era, por una vez, bastante calida-. La maldad y las Tinieblas son conceptos que todos relacionan siempre erróneamente. Y vamos a demostrar que así es. Una vez que todos los mundos en esta Dimensión estén bajo nuestro gobierno, crearemos un lugar para todos aquellos que han sido rechazados.

-¿Y por qué este mundo? –pregunto el Payaso del Infierno-. Hay cientos de miles más por allí. ¿No tienes algún rencor contra los habitantes del Digimundo, director?

-No. A ellos no los odio. El problema es que Apocalymon eligió este mundo. Y, al hacerlo, hizo algo que estaba predicho desde hace mucho tiempo –se recostaron en la silla de playa-. Esta será la Dimensión que habrá de ver nacer y crecer a nuestro salvador. Al salvador de todo el Multiverso. No podemos permitirnos que su alma este manchada en lo mas mínimo. Hemos estado esperando al elegido prometido por mucho tiempo. Y él ya lo sabe –apretaron los dientes. Incluso en el infierno que era el Área Oscura, había momentos en que podías evitar el sufrimiento. Pero, cuando ese maldito los había hallado, termino con eso. Era a él a quien odiaban a muerte. Por lo que les había hecho. A ellos, y a sus hermanos.

El objetivo de Lyramon era, además de crear ese mundo ideal para los digimon corruptos, vengarse de aquel quien había acabado con toda la felicidad que tanto tiempo defendió. Aquel que torturo sus cuerpos, mentes y almas hasta llevar a sus hermanos a la locura.

El Sabio Retorcido, el quinto, Dios de la Sabiduría.


Estaban todos. Incluso Willis con Lopmon y Terriermon, y Michael con Betamon. Esta situación se había salido completamente de control. Con la grieta de la Nada en el cielo del Digimundo, los digimon habían entrado en pánico. Rumores locos circulaban por todas partes. Y algunos estaban más cerca de la verdad de lo que las Bestias Sagradas querían admitir. Se acercaban tiempos oscuros. Y no solo para los digimon.

En la Tierra se la podía ver. De alguna manera, cada vez que levantabas la vista al cielo, podías apreciar esa horrenda grieta verdosa. Los equipos de la NASA la habían ubicado cercana al planeta Neptuno. A pesar de eso, se la veía enorme en el cielo. La Nada no respetaba ni las reglas de la física. No importaba que tan lejos estuviera, podías verla de igual tamaño. Todos los gobiernos estaban desesperados por conseguir algo de información. La gente farfullaba cosas sin sentido, entre ellas el fin del mundo.

Que curioso. Dos mundos por completo distintos, y aun así, llegaban a conclusiones tan similares. Y tan cerca de la verdad, además.

-¿Están seguros de que es aquí? –pregunto Terriermon-. No veo nada más que agua.

-Al señor Gennai se le ocurrió construir su casa en un lugar un poco extravagante –explico Izzy-. Y si, estamos muy seguros de que es aquí. Ya vinimos en otras ocasiones.

Apenas termino de hablar cuando el agua comenzó a apartarse, revelando el camino hacia el hogar de Gennai. Se oyó un silbido impresionado.

-Interesante –Joshua, por supuesto. Había insistido tercamente en ir, alegando que no podía perderse una explicación tan importante para el futuro del mundo.

-Por favor, cuando lleguemos, guarda silencio –pidió Ken, sospechando que el italiano podría decir algunas cosas realmente tontas si se emocionaba demasiado.

-No creo que nada de lo que le digas le haga cerrar la boca, Ichijouji –opino Davis.

-Nada de lo que le digan le hará callarse –combino V-mon.

-¿Se olvidaron de que puedo oírlos? –pregunto Joshua, aparentemente ofendido.

-¡Por supuesto que no! –respondieron los dos. Los demás elegidos estaban en silencio, todavía procesando lo que había sucedido el día anterior. Solo Davis y V-mon podían permanecer alegres por más de un par de minutos.

-¡Bienvenidos! –Gennai los estaba esperando en la entrada-. Ha pasado tiempo desde la última vez que vinieron aquí, y ahora hay muchas caras nuevas. Por favor, siéntanse como en su casa.

-Aunque diga eso, no empapeles las paredes –dijo el elegido del Valor y la Amistad al italiano al oído.

El lugar había cambiado bastante en los últimos años. Al parecer, Gennai se había modernizado un poco, o tal vez fuera un efecto secundario de recuperar su verdadera apariencia. Había nuevas decoraciones, pinturas de escenarios algo descabellados. Una tetera gigante, de porcelana, estaba alojada en una esquina de la recepción. Los árboles del jardín se habían duplicado, y por alguna razón, parecía que fueran imágenes de espejos reflejadas.

-Si les llaman la atención los cambios, deben saber que colecciono algunas cosas extrañas que han desaparecido del Digimundo, para que no se pierdan aunque caigan en el olvido –explico el Guardián.

-¿Quién hace teteras gigantes? –se preguntaron varios de los invitados, pero nadie fue tan descortés para decirlo en voz alta. Especialmente luego de encontrarse una trampa para dedos china… Que tenía más de cincuenta tubos distintos. Parecía un castillo de tela en miniatura.

-Entren aquí, por favor –Gennai los guió al mismo cuarto donde discutieran hace siete años. Para variar, estaba idéntico. Hasta el polvo seguía en el mismo lugar. Todos se acomodaron en la amplia sala. El Guardián les ofreció té, pero solo Joshua estaba de humor para aceptarlo. Allí, había ya tres digimon esperando-. Ellos son Pajiramon, Sinduramon, y Kumbhiramon. Son parte de los Deva, los doce semidioses de las Bestias Sagradas. Sirven a Suutseemon, Baihumon y Ebonwumon, respectivamente.

La primera era una oveja-centauro de enormes cuernos ataviada con una armadura violeta. El segundo era un gallo con una cresta metálica y dos garras doradas saliéndole de la espalda. El tercero era un pequeño ratón, con garras metálicas, una expresión orgullosa, y cuatro patas. Los tres saludaron con una reverencia, pero no dijeron ni una palabra.

-Bien, Gennai, es hora de que nos hables de todo esto –Tai tomo la iniciativa. El hombre suspiro. Miro hacia el techo, como esperando algo.

-Verán, jóvenes, no soy yo quien sabe más de la situación. Hay una entidad que podría darles mucha mas información. Ya esta aquí –los elegidos no vieron nada. Solo Kari pudo apreciar esos rombos multicolores que aparecieron de la nada, entraron en el cuerpo del Guardián, y le cubrieron con una leve capa de luz blanca.

-¿Quién? –pregunto Matt. Los ojos de Gennai se abrieron, pero ahora eran distintos. Parecían mucho mas viejos y sabios, como si fuera una persona diferente.

-Nosotras –la voz también había cambiado. El hombre hablo con una profunda voz femenina, la cual hacia curiosos ecos-. Somos las Homeostasis. Han pasado siete largos años, elegidos.

-¿Ustedes? –pregunto la elegida de la Luz. Al ver que los demás parecían sorprendidos, lo explico-. Se trata de la misma entidad de datos que apareció cuando estábamos enfrentando a Puppetmon. ¿Se acuerdan?

-¡Ustedes! –exclamo Izzy-. Vaya, que recuerdos. Pareciera que eso paso hace siglos –explico la situación a los que no habían estado en ese momento: Como Cherrymon había engañado a Matt y Gabumon para pelear con Tai y Agumon, y que esta extraña entidad uso el cuerpo de Kari para detenerlos y mostrarles su error.

-O sea que aparecieron hace siete años, se fueron, y recién ahora regresan –murmuro Joshua-. ¿Por qué tanta selectividad para los momentos en que se necesita su ayuda?

-Porque hay reglas que nos impiden ayudarlos. Verán, somos capaces de predecir el futuro en base a cálculos matemáticos. Y necesitamos que ciertas cosas ocurran de ciertas maneras. Pero, en esta situación, es hora de que intervengamos finalmente –respondieron las Homeostasis.

-¿Por qué hablan en plural? –pregunto Gomamon, recordando que los datos corruptos hacían lo mismo.

-Porque tenemos múltiples conciencias, al igual que los seres corruptos. Se podría decir que somos sus opuestos exactos, ya que ellos están ligados a la Oscuridad, mientras nosotras a la Luz –guardaron silencio un momento-. Pero si tuviéramos que explicarles que somos, tardaríamos días enteros. Y el tiempo apremia. ¿No quieren saber las razones detrás de los incidentes de ayer?

-¡Si, así es! –Sora respiro profundamente antes de preguntar-. ¿Realmente ese era el Dios Demonio? Y si es así, ¿qué ha venido a hacer en el Digimundo?

-Si, era el Dios Demonio Kishin Uroboros –al notar las miradas de horror, se apresuraron a explicar-. Los seres de categoría divina estamos exentos de la maldición. Sin embargo, si lo desean, solo lo llamaremos Dios Demonio. En cuanto a porque han venido… Eso es una historia muy vieja –el cuerpo del Guardián se puso de pie, y revelo algo que había estado ocultando entre sus ropas. Se trataba del pequeño pergamino. Procedió a relatarles sobre los siete Dioses, y el origen del Multiverso. La historia es demasiado larga para incluirla aquí, así que la he destinado a un relato diferente. Los elegidos y digimon se quedaron impresionados al saber sobre esas situaciones que ocurrieron hace tanto tiempo.

-Entonces, esa cosa llamada Nada esta amenazando con destruir el Multiverso. Y el primero lo sabía. Así que dejo el pergamino de la Leyenda del Final para advertir a sus hijos –repaso Betamon-. ¿Y que es la Maldad Final?

-Un monstruo. Un ser que esta conectado a la Nada de una manera que se creía imposible. No sabemos a ciencia cierta como es o donde esta, pero esta claro que él podría invocar a la Nada dentro del Multiverso. Y eso seria catastrófico –hicieron silencio un segundo-. La Nada lo devora todo. Materia, energía, datos. Nada puede existir después de haber tocado a la Nada. Sabemos demasiado poco sobre esa sustancia. No sabemos si tiene voluntad propia, si puede pensar, o porque desea devorarse el Multiverso.

-¿Y por qué es tan repugnante? –pregunto Mimí.

-No lo sabemos. Puede que sea un mecanismo que el primero implanto en nosotros para que nos alejemos, o simplemente nuestro instinto. La Nada es la tercera de las tres fuerzas primordiales; junto con el Todo, la materia, datos, y energía que conforma al Multiverso; y el Caos, la fuerza de vida que forma las almas de los seres vivientes. Sin embargo, la Nada se devora a las otras dos sin distinciones. Si, por ejemplo, un digimon fuera volando y tocara la grieta, de inmediato seria jalado por ella, y nadie sabe lo que le ocurriría, salvo que jamás regresará.

-¿Y si entra? –pregunto Willis.

-No puede. No todavía. Las barreras que el Padre coloco alrededor del Multiverso la mantienen lejos. Sin embargo, la grieta en el cielo es una ventana. La Nada nos rodea. No puede entrar a menos que sea invocada dentro, cosa que solo la Maldad Final puede hacer. Y es por eso que el elegido de la Leyenda es tan importante. Porque se dice que solo él y su digimon podrán vencer a este ser.


-¿Entonces las barreras serán destruidas? –pregunto Sophia.

-Según el primero, si. Esta Maldad Final invocara a la Nada desde adentro, dejando que devore todo el Multiverso. Porque lo hará, o como, o incluso cuando, nadie lo sabe –respondió Lyramon-. El Padre no ha vuelto a aparecer desde entonces, así que nadie ha logrado descubrir mas detalles.

Al mismo tiempo que las Homeostasis hablaban con los elegidos en casa de Gennai, Lyramon explicaba exactamente lo mismo a T.K., Patamon y Sophia. Era importante que la alianza corrupta lo supiera. El elegido de la Esperanza había discutido que metieran a la chica en el asunto, pero según el demonio de ojos dorados, era una colaboradora del ejército corrupto. Esa definición no lo dejaba nada tranquilo.

-¿Y por qué estas hablando en singular ahora? –pregunto Patamon.

-Porque soy una proyección. Si se coloca una de las conciencias múltiples en un recipiente, se logra crear un duplicado de ti mismo. Es muy difícil de hacer, así que solo podemos mantener una en este momento, la cual soy yo. Los demás están ocupados en otro lugar.

-¿Y donde esta la Maldad Final? –pregunto T.K.

-Aun no ha sido formada. Este ser todavía no existe, pero parece haber una forma de crearlo. Alguien esta intentando esto mientras hablamos, y se trata del Sabio Retorcido, el quinto. Los otros Dioses no lo notaron en el momento, pero el Dios de la Sabiduría pudo descifrar las siete señales, a pesar de que solo la primera había aparecido. También comprendió mejor que nadie la advertencia de su Padre. En otras palabras, él sabe como ocurrirán las cosas, o al menos una versión muy aproximada. Y todo esto lo descubrió el segundo, pero fue muy tarde –la proyección cerro los ojos, recordando algo horrible-. El plan ya esta en marcha. Si Ghoulmon tiene razón, entonces el Sabio Retorcido esta manipulando los acontecimientos para que se cumplan las siete señales. De esta manera, se asegura de lograr la creación de la Maldad Final.

-¡Pero entonces la Nada destruirá el Multiverso! –protesto T.K.-. Si es así, él también morirá.

-Así es. Pero este Dios tan inteligente sabe que la Leyenda dice que 'podría' suceder. En otras palabras, si logra crear y controlar a la Maldad Final, tendrá acceso a la mayor arma de todas. ¿Qué harían todos los seres del Multiverso si los amenazaran con extinguirlos? Pues entregarían gustosos sus mundos para sobrevivir. Si hacen esto, el Sabio solo debe convertirse en el dios receptor de todos los mundos, por lo que… Prácticamente, conquistaría el Multiverso, convirtiéndose en un nuevo Dios del Todo.

-Entonces él solo quiere dominarlo todo –concluyó Sophia. El digimon corrupto asintió.

-Exacto. Al parecer, tiene una cierta lógica. Según lo que he escuchado, el Sabio opina que para crear una utopía perfecta, hace falta que quien gobierne sea el ser mas inteligente, en otras palabras él mismo. Sin embargo… ¿Les gustaría ser gobernados por alguien que hace experimentos con seres vivos sin importarle el dolor ajeno? –observo las tres expresiones de horror-. Si, así es. Nadie lo acepto. Por eso este tremendo plan de millones de años de duración. Lamentablemente, si lo logra, entonces nadie se le podrá oponer. Y tiene toda la ventaja ya que conoce las siete señales.

-¿Y no pueden los otros Dioses detenerlo? –pregunto T.K.

-No. Tanto él como sus demás hermanos están ocultos. Verán, a pesar de que son fuertes, no lo son tanto. Algunos digimon y otros seres han llegado a ser más poderosos en combate directo. El cuarto, el quinto y el sexto poseen poderes aproximadamente comparables a los de Apocalymon. Sin embargo, su mayor destreza esta en otras áreas. El Juzgador es excelente para mantener el orden, el Sabio Retorcido es muy hábil para manipular y planear, y el Rey Dorado tiene mucho éxito en mantener la moral de las tropas. En otras palabras, ellos son más útiles detrás de las líneas principales –tomo el vaso de agua para refrescar su seca garganta-. El tercero es muy inocente para participar en el conflicto, y el Dios Demonio ya ha declarado que va a eliminar al elegido prometido. En cuanto al segundo… Él es quien dirige a quienes se oponen al quinto, junto al Juzgador y el Rey Dorado. Con eso, los siete Dioses ya han tomado ficha en este conflicto.

-¿Y por qué este mundo es tan importante? –pegunto Patamon.

-Por la primera señal. La primera señal ocurrirá tiempo después de que el Multiverso haya nacido. Desde el Área Oscura, un digimon corrupto se alzara en el poder. Su fuerza, guiada por el instigador, se dirigirá a un mundo inocente, descargando su furia por una injusticia antigua. Será enfrentado y detenido por los elegidos, humanos y digimon trabajando juntos para salvar lo que aman. Sin embargo, su elección, al completo controlada por el Destino, indicara el mundo del elegido prometido. Ese mundo será su lugar de nacimiento, y el Área Oscura dará a luz a su compañero. Será tarea de los elegidos proteger su Universo del Apocalipsis, al regreso del digimon corrupto, para que el elegido prometido pueda nacer –recito el demonio de ojos dorados. T.K. lo entendió con rapidez.

-Apocalymon. Él era el digimon corrupto que se menciona, ¿verdad? –Lyramon asintió-. El instigador, el Sabio Retorcido, lo guió hasta este mundo convenciéndolo de vengarse de una injusticia.

-Así es. El Sabio noto que eran el ser de la primera señal, así que los torturaron hasta la locura, y luego los dejaron elegir. Las señales no pueden equivocarse. Este será el mundo en donde nacerá el elegido prometido, el único capaz de derrotar a la Maldad Final, y la única manera de evitar que el plan del quinto tenga éxito. Esa es la razón por la que el Sabio intenta encontrar a este elegido e impedir que logre su Destino.


-¡Maldito Sabio Retorcido! –grito Davis-. ¿Dónde esta para que pueda patearle el trasero por lo que ha hecho?

-No lo sabemos. Se esconde hasta el momento preciso. Como habrán notado, vuestra victoria ante Apocalymon sello la primera señal. Al cumplirse, apareció la segunda en el pergamino. Pasado el tiempo desde la primera señal, sucederá la segunda. En todos los mundos será contemplada. Los cielos se resquebrajaran ante el poder de la Nada, invocada más allá del tiempo y el espacio por la Maldad Final. La corrupción se alzara, la Esperanza caerá, y ambas juntas se convertirán en una fuerza imparable. Ante los ojos de los espectadores, en la tierra de origen del elegido prometido, Uroboros se presentara en la montaña infinita, envuelto en sombras de odio y rencor ilimitados. Juggernaut, Dios del Desastre, se liberara de sus cadenas; la Dimensión Maldita será llamada, y el Sueño despertara de las sombras, bajo la mirada del cuarto, el quinto y el sexto –los elegidos y digimon comprendieron rápidamente lo que significaba. La grieta había aparecido en el cielo de todos los mundos. Y esto había sucedido justo cuando T.K., la Esperanza, había cambiado de bando. El Dios Demonio había aparecido en la montaña infinita, la montaña Mugen.

-¿A que se refiere eso del tiempo y el espacio? –pregunto Hawkmon.

-¿Y lo de la Dimensión Maldita? –añadió Yolei.

-Lo primero se refiere a la grieta, ya que esta apareció de una manera antinatural. Piénsenlo un instante: ¿Por qué apareció antes de que la Maldad Final haya sido creada? La voz horrible que oyeron, diciendo esas dos palabras, era ese monstruo. No cabe duda de que esas dos palabras son la técnica que invocara a la Nada dentro del Multiverso. Sobrepaso las leyes del tiempo y el espacio, por lo que causo una ruptura en estos. Los sentimientos y recuerdos que experimentaron ayer son el resultado de ello. Sintieron cosas que no habían pasado todavía –las Homeostasis guardaron silencio para que pudieran comprenderlo-. La Dimensión Maldita es algo por lo que no deben preocuparse todavía. Una amenaza futura.

-Esperen un momento. Si esa grieta sobrepaso al espacio y al tiempo… ¿Significa que, en algún momento del futuro, se lanzara esa técnica? Si es así, podemos asumir que el elegido va a fallar –Joshua expuso un punto que a todos se les había escapado. Se lo veía bastante normal, considerando que esta era la conspiración más grande del Multiverso-. ¿O no es así?

-Es ciertamente preocupante que haya sucedido eso, pero no nos queda más opción que intentarlo. Tal vez ocurra un milagro. Debemos confiar en las palabras del Padre, es lo único que nos queda –la entidad parecía conservar la esperanza, algo que los elegidos ya estaban dando por perdido.

-¿Dónde esta el elegido prometido? –pregunto Cody-. ¿Podría ser uno de nosotros?

-¡Es obvio! –respondió apresuradamente Davis. Tenía el pulgar levantado, como si ya hubiera concluido que salvaría al Multiverso.

-El elegido prometido no ha nacido todavía. En la advertencia, el primero aclaro que nacerá luego de que se haya cumplido la cuarta señal, pero antes de que la quinta tenga lugar. Debemos estar atentos en ese momento –la respuesta de las Homeostasis acabo con la confianza de Davis.

-En ese caso, eso significa que habrá una nueva generación de elegidos –teorizo Gatomon-. Y el elegido prometido será quien los dirija. Pero… En la primera señal, decía que el Área Oscura daría a luz a su compañero. ¿Uno de los digimon de ese lugar puede ser bueno?

-El Juzgador continuamente rescata digimon del Área Oscura, luego de que se arrepienten de sus pecados cometidos en vidas anteriores, y les da una segunda oportunidad. Ya hemos identificado a ese digimon, así que no deben preocuparse tampoco por eso.

-¡Que alivio! ¡Ya estaba pensando que deberíamos tener que entrar ahí! –se alegro Mimí. Por primera vez, uno de los Deva dio una opinión.

-El señor Baihumon nunca dejaría que alguien más entrara en el Área Oscura. No se preocupen por eso, nunca se les pedirá u ordenara ir allá –aclaro Sinduramon.

-Homeostasis, creo que es hora de que nos digan lo que vinimos a buscar. ¿Cuál es la tercera señal? –pregunto Kumbhiramon.

-Creo que es hora de que todos la sepamos. No la hemos leído, ni tampoco Gennai. Esta vez, no habrá mas secretos, ya es hora de que demos nuestro mejor esfuerzo para enfrentar a tan poderosos enemigos –desplegaron el viejísimo pergamino, y lo enseñaron a los presentes.

-¿Cómo es que esta cosa tan vieja sigue existiendo luego de millones de años? –pregunto Tentomon.

-Ha sido fabricado de energía pura. No esta ligado a las restricciones normales de la materia. Verán que esta escrito en lengua mágica, que puede ser leída por cualquier ser. Incluso por aquellos que no conocen las letras.

-Yo lo veo en japonés –protesto Tai.

-Y yo en italiano. Ha de verse en el idioma más familiar de cada uno. Que invento más interesante. ¿Cómo se escribe en lengua mágica? –pregunto Joshua.

-Eso seria muy largo de contar –dijeron las Homeostasis, sonriendo-. Tu curiosidad parece ser ilimitada.

-Mas o menos. ¿Puedo leerlo a todos los presentes?

-Adelante.

-La tercera señal ocurrirá mas pronto de lo que nadie cree. El miedo llevara a un Demon Lord a aceptar la ayuda del mismo instigador. Pero todo será una trampa, cuyo objetivo final será traer el caos. El digimon que tiene caras incontables, y a la vez ninguna, se alzara como emisario de la Dimensión Maldita. Todos lo desafiaran en vano, pues no podrá ser vencido por ningún rival en solitario. Solo la unión podrá enfrentar al Mutante, como una vez ya sucedió antes. Pero la victoria solo se conseguirá mediante el sacrificio de la última protección sagrada, tal como el plan del corrupto dictaba. Y, a pesar de todo, seguirá siendo siempre nada más que la marioneta del instigador.

-Se oye terrible –murmuro Agumon.

-¿Qué quiere decir todo eso del digimon de caras incontables o ninguna? ¿Cómo puede existir eso? –pregunto Biyomon.

-Y dice que es un emisario de la Dimensión Maldita –repitió Sora-. Ayer, el demonio sin nombre dijo que esta señal sucedería pronto, y en el pergamino también lo afirma. ¿Cómo puede saberlo?

-Nos hemos enterado de que el quinto ha hablado con el Dios Demonio. Es posible que le haya revelado algunas cosas. Si esta señal ocurre pronto, y también la cuarta, entonces no falta mucho para el nacimiento del elegido de la Leyenda. Es probable que intenten atacarlo cuando este indefenso –respondió el ser de luz.

-¿Y por qué el Dios de la Oscuridad quiere matar a nuestra única oportunidad de sobrevivir? –pregunto Wormmon.

-Por celos. Y odio. El demonio sin nombre ha jurado Odio Eterno al elegido prometido, debido a que le echan la culpa de haber perdido al Padre sin llegar a conocerlo. Ha dicho muchas veces que lo asesinara sin piedad. Y que le demostrara al primero que es digno hijo.

-¡Eso no tiene sentido! –discutió Michael-. Es cierto que el primero esta confiando en un humano que aun no ha nacido para una tarea muy grande, pero de ahí a decir que es su culpa que haya desparecido hay un largo trecho. Nadie podría guardar tanto rencor durante todo ese tiempo.

-Ese es un punto de vista valido. Pero recuerden que este Dios ha pasado odiando millones de años. ¿Cómo podemos saber la forma en que trabaja la mente de este ser? Simplemente, no nos es posible ponernos en su lugar. Todos los mundos que han devastado, todas las aniquilaciones que han llevado a cabo, todo eso podría ser lógico desde su punto de vista –esta nueva afirmación dejo a los presentes helados.

-Yo sigo pensando que es un maldito monstruo que ha hecho muchas cosas malas sin razón –afirmo Lopmon.

-¡No vamos a dejar que continué haciendo eso en este mundo! –exclamo Gabumon.

-Ya no están en el Digimundo. Las fronteras no les detienen. Es probable que ahora mismo estén en su mundo –afirmo Pajiramon.

-¿Qué? ¡Hay que encontrarlo rápido! –dijo Kari. La expresión del cuerpo de Gennai se hizo notar. Estaba muy serio.

-No pueden. Ni aunque todos vuestros compañeros alcanzasen el nivel mega serian rivales para ese poder. No deben enfrentarlos, ni ahora ni nunca –cerro los ojos, como esquivando las miradas de miedo que se le dirigían-. Nuestro único consejo es que los dejen en paz. El Dios Demonio aun no ha demostrado que hará. En el pasado, se han demostrado cinco patrones de comportamiento distinto. Hasta que no sepamos cual de ellos han adoptado actualmente, no deben tener el más mínimo contacto.

-¿Nos están diciendo que dejemos de lado a un terrible monstruo que quiere destruir nuestro mundo y este también? –pregunto con escepticismo Ken.

-Si Uroboros quisiera destruir algún mundo, ya lo habrían hecho. Con el poder actual que han demostrado, un planeta no es difícil. Si quisieran… La Tierra o el Digimundo serian escombros en este momento. Eso significa que todavía estamos a salvo mientras no se enfaden. Tengan eso en cuenta –las palabras de las Homeostasis los devolvieron a la realidad. ¿Tenían alguna posibilidad contra el ser más poderoso del Multiverso? El día anterior, su sola presencia los había dejado muertos de miedo. Estaban impotentes contra Él.

-¿Qué hacemos entonces? –pregunto Tai.

-Esperar. Esperar y vigilar. Toda la información sobre el Dios Demonio ya ha sido enviada al correo de Izzy Izumi. Hay otros problemas que deben afrontar. ¿O acaso piensan que es coincidencia que los datos corruptos eligieran este momento exacto para aparecer?

-Es cierto. Son muchas coincidencias –señalo Willis.

-Es el Destino, algo que debes de conocer muy bien. El plan del quinto esta en movimiento aun cuando no lo noten. Esta situación ya fue pensada, planeada y ejecutada con mucha anticipación. Ni siquiera el esfuerzo combinado del segundo, el cuarto y el sexto puede detener todos los planes que ha fraguado. Su mente es realmente prodigiosa.


-Entonces es posible que alguna de las cosas que han pasado últimamente sean intentos del quinto por matarnos, ¿no es así? –pregunto Sophia, al parecer interesada en el tema.

-En absoluto. Si ese maldito quisiera matarlos, usaría tácticas más sutiles –respondió Lyramon-. Por ejemplo, una que dicen que utilizo una vez en el pasado.

''Imaginen que en una ciudad, hay un paso de peatones. Todos los días, cientos de personas pasan por allí. Y, todos los días, en el mismo horario, un viejo encorvado camina apoyándose en su bastón. Pero cuando llega a cierto lugar del paso, clava el extremo con fuerza en el asfalto. Y eso se repite por meses. Finalmente, queda un pequeño hoyo en el lugar. ''

''Un día, pasa un coche con llantas desgastadas por el lugar. Al meterse ligeramente en el bache, por pequeño que fuera, pincha uno de los neumáticos. El conductor se asusta y hace una mala maniobra, chocando con una camioneta que trasporta carteles. No es algo grave, solo un par de abollones y ralladuras. Ocurre una escena muy evidente, en donde los conductores intercambian números de seguro y gritos, pero eso no es lo importante. ''

''Justo detrás de la camioneta, una chica se tropieza. Su amiga la ayuda a levantarse luego de un momento. Del otro lado de la calle, un muchacho estaba mirando justamente en esa dirección. Por culpa de los carteles de la camioneta, ellos dos no se ven en ese momento. Ambos habían salido en horarios especiales de sus colegios, y no vuelven a hacerlo en el resto del curso. Ese día, el chico debería haber ido a ayudar a la joven, se habrían conocido, y entablado una amistad que tarde o temprano haría que se casasen. ''

-¿Qué tiene que ver todo eso con eliminar a alguien? –pregunto T.K.

-Esas dos personas… Serian los padres de alguien a quien el quinto quería eliminar. Se disfrazo de viejo con bastón para dejar ese bache, retraso al conductor del coche para que pasara en el momento justo, ordeno alguno de los carteles para que la camioneta también pasara por allí, y así estropeo el momento en que esas dos personas debían conocerse –la proyección esbozo una sonrisa nerviosa-. ¿Entienden entonces a que me refiero con sutil? –los tres se quedaron paralizados. Ya entendían a que se estaba refiriendo.

-¿Quieres decir que impidió que los padres se conozcan para evitar el nacimiento de su objetivo? ¿¡Hizo semejante plan tan complicado solo para eliminar a una persona!? –chillo Patamon.

-Lo hizo de verdad. Él mismo me lo dijo, hace mucho tiempo. Podría habernos mentido, pero también podría haber dicho la verdad. Esa persona, quien fuera, nunca nació. Es un método complicado, pero es muy difícil de detectar. La especialidad del Sabio Retorcido es la manipulación de las coincidencias. Y parece que le encanta hacerlo. Ese bastardo no tiene sentimiento alguno. Ni empatia, ni piedad, ni siquiera alegría. Su rostro esta paralizado en una sonrisa juguetona permanente, como si todo esto no fuera nada más que un juego aburrido que ya ha completado antes. Totalmente aterrador –los ojos dorados se veían claramente asustados.

-¿Qué tan horrible habrá sido realmente conocer al Dios de la Sabiduría? –pensó el elegido de la Esperanza, alarmado. Realmente la descripción era de miedo. Si ese Dios loco realmente podía evitar el nacimiento de quienes pensaba que eran obstáculos, ¿significaba que los elegidos no lo eran? O tal vez ellos no fueran los verdaderos elegidos, si no reemplazos eventuales al ver que los originales nunca nacieron-. Un momento. ¿De donde conoció Lyramon al Sabio? –formulo esta pregunta en voz alta. El rostro de la proyección del digimon corrupto se ensombreció.

-Hace mucho, el quinto nos encontró en el Área Oscura. A nosotros y a nuestros hermanos. Los dos digimon corruptos únicos. Uno de nosotros era necesariamente el que debía cumplir la primera señal. Así que nos torturo incansablemente, de tantas maneras que no puedo ni quiero recordar. Hemos perdido muchos recuerdos de ese entonces, por culpa de eso. Nuestro hermano mayor era mas fuerte, siempre nos defendió –el plural parecía referirse a un sentimiento pasado, cuando esta conciencia era parte del resto-. Y soporto todo lo que pudo por nosotros. Hasta que termino perdiendo la cordura del todo. Su esperanza en un lugar para nosotros, algo que podríamos crear para poder vivir en armonía con otros digimon, murió del todo. Fue entonces que ellos decidieron conquistar un mundo a la fuerza, y convertirlo en suyo. Hasta nos traicionaron para usar nuestro poder. Y creo que ya han deducido a quien nos referimos, ¿verdad? –el digimon corrupto alzo su rostro. Estaba llorando amargamente-. Si, así es. Apocalymon era mi hermano mayor. El único otro digimon corrupto natural. Y el escogido por la primera señal para elegir este mundo.

T.K. y Patamon no sabían que decir. Por un lado, ya lo sospechaban. Sin embargo, pensar que el maligno Apocalymon había sido torturado hasta la locura absoluta les daba repugnancia. Ese digimon había intentado destruir ambos mundos. ¿Se le podía echar la culpa, considerando lo que había sucedido? La proyección dejo escapar una risita, limpiando sus lágrimas.

-No se preocupen. No les guardo rencor. De hecho, les agradezco. Ellos estaban sufriendo mucho. Ya no reconocíamos a nuestros hermanos. Morir fue lo mejor que les pudo haber pasado. Tal vez renazcan en el Área Oscura, libres de todo mal; o sus datos se hayan perdido para siempre, descansando en paz a donde quiera que vayan. Mucho mejor que seguir existiendo en el dolor de una mente quebrada –se puso de pie repentinamente-. Ya es hora de irme. Esto es todo lo que debía decir. Y tengo cosas que hacer. T.K., Patamon, vayan al Mar dentro de un par de horas. Hay algo que debemos hacer. Algo que les agradara un poco –risita malévola. Elegido y digimon estaban preguntándose que seria eso que les agradaría-. Nos vemos después, compañeros, señorita.

Desapareció en un portal oscuro. Sophia soltó un silbido, impresionado.

-En menudo lío me he metido. Dioses, monstruos, fuerzas primordiales, seres digitales, planes de una eternidad… ¿Qué sigue? ¿El Yeti?

-En realidad, hay un par de digimon que se parecen al Yeti, pero mejor dejamos eso para otro día –comento Patamon.

-Concuerdo –asevero T.K. La alemana le pego un beso en la mejilla, haciéndole sonrojar.

-Bueno, pues no se esfuercen mucho. Ya están haciendo demasiado por mí. Nadie nunca me había defendido de esta manera.

-¿Realmente? Entonces nunca habías conocido a gente amable de verdad –el rubio tomo sus manos entre las suyas-. Nunca te voy a dejar en la estacada. Es una promesa.

La chica castaña estaba pintada de rojo. Era la primera vez que eso pasaba. El elegido quedo sorprendido. Ella siempre le había parecido una chica bastante atrevida. ¿Podía ser que realmente fuera tímida de alguna manera?

-Gracias… –parecía casi hipnotizada. Lo abrazo fuertemente. Sus ojos estaban cerrados, disfrutando el momento.

Por primera vez en su vida, por una única y delicada vez, algo a su alrededor había salido bien.


Ya saliendo de la casa de Gennai, los elegidos se despidieron y partieron hacia su mundo. Davis y DemiV-mon acompañaban a Joshua en el camino hacia su departamento, ya que después de todo lo ocurrido dejarlo solo seria una tontería. Además, querían ver si realmente el italiano había asimilado todo lo que las Homeostasis habían dicho, porque a ellos les habían quedado muchas dudas. En el camino, el chico tuvo que repetirles varias cosas más de una vez.

-¡Ya entiendo todo! –exclamo Davis.

-Por fin –murmuro Joshua.

-¡No te burles! Soy algo lento para todo esto –se excuso el elegido del Valor y la Amistad-. Aun estoy sorprendido.

-¿De que? –pregunto Joshua.

-De que no te hayas vuelto completamente loco con esto. ¿No es la conspiración más grande de la historia?

-Si, lo es –su rostro se veía perfectamente estoico-. ¿Y que tiene?

-Bueno… Pensé que te emocionaba mucho este tipo de cosas –dijo el moreno, cada vez más sorprendido.

-No me emocionan, Davis… ¡Me hacen perder la chaveta! –el italiano saco una sonrisa maniaca, y comenzó a arrojar al aire cinco cuadernos completos de letra apresurada que había escrito ese mismo día. Parecía que se hubiera escapado de un manicomio-. ¡Un instigador malvado que controla todo desde las sombras para conquistar el Multiverso usando un monstruo malévolo que puede destruirlo cuando quiera! ¡Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida! ¡Tengo material para un best-seller! –su risa dejo a elegido y digimon anonadados, temblando en el suelo. La locura de este chico por las conspiraciones estaba en un nivel inimaginable-. Y no hay que olvidar al elegido de la Leyenda. ¡Lo tengo que encontrar!

-¿Para que? –pregunto el dragoncillo.

-¿Eh? Obviamente, como soy un sirviente del Dios Demonio, ¡tengo que hallarlo y arrancarle las tripas para complacer a mi amo! –Davis y Demi-V-mon saltaron hacia atrás, temerosos de la oscura aura del joven, abrazándose del susto.

-¡¿En serio?!

-¡Por supuesto que no, idiotas! –repuso Joshua-. ¿Se lo creyeron? Ningún sirviente se delataría tan rápido. Solo quería ver que tanta atención estaban prestando –se agarro la cabeza-. Veo que si estaban atentos. Bueno, en realidad, lo que más me interesa es conocer al elegido de la Leyenda. Sin duda será alguien que dejara una marca permanente en la historia. Y si puedo al menos decirle algo, darle una enseñanza, o cualquier cosa, también seré inmortalizado por los recuerdos eternos.

-¿Inmortalizado? –pregunto el moreno.

-Davis, piénsalo un segundo. ¿No te gustaría dejar una marca en el mundo? ¿Algo que diga que estuviste ahí luego de que mueras?

-No había pensado en eso. Pero falta mucho para mi muerte, así que puedo hacerlo cuando quiera –respondió él.

-No pierdas el tiempo. Es más valioso de lo que piensas. Si no quieres dejar una marca eterna, entonces al menos ayúdame con la mía. Porque nunca sabes cuando acabaran las cosas. Si sabes que te queda poco tiempo, te desesperas hasta el punto de la locura –replico el italiano. Su rostro se había ensombrecido, como si estuviera hablando de algo nada hipotético. Davis y Demi-V-mon no lograron captar el significado profundo de estas palabras.

-¿Qué significa todo eso? –pregunto el digimon. Joshua soltó una risa forzada.

-Se los explicare algún día.


En el callejón oscuro, sin apenas moverse, continuaba aquella figura espeluznante. Los humanos de Tokio caminaban junto a esa hendidura, sin saber que un monstruo genocida de millones de años de antigüedad aguardaba allí. Y su espera estaba a punto de acabar.

Un circulo de luz se formo, enmarcando una imagen. En ella, se podía ver una figura borrosa, la cual parecía inidentificable.

-Quinto –murmuro la voz del Dios Demonio.

-Ah, hermanitos. Los he estado vigilando. ¿Puedo asumir que han seguido mi consejo? –no hubo más respuesta que un prolongado silencio-. Lo tomare como un si. Que extraño. Esa forma es muy peculiar. ¿Para que es?

La voz era burlona y picaresca. También algo profunda y desgarbada. No parecía la voz de un villano, a diferencia del tono malévolo del Kishin.

-Para esperar. Todavía no llega el momento. El elegido aun no nace. No te preocupes, hermano, seguiremos tu propuesta. Es una gran idea. Gracias por los datos que nos has proporcionado. Y, ahora, lárgate. No queremos saber más de ti.

-Tan antipáticos como siempre –se lamento el Sabio Retorcido-. Bueno, si quieren, me voy. Buena suerte en su empresa.

El círculo se disolvió, y la imagen desapareció. Hubo silencio en el lugar. Pero, en al mente del demonio mas fuerte, no fue así.

-¿Lo engañamos? –pregunto Sloth.

-Eso creo –respondió Lust.

-Si no lo hubiéramos hecho, habría tomado medidas. Y sabemos que eso no ocurrió. Así que debemos suponer que el engaño resulto, o que nos tiene sorpresas que no imaginamos –puntualizo Pride.

-La verdad, no se a que viene la pregunta. ¡Ya esta hecho! No lo podemos deshacer –replico Envy.

-Entonces, es hora de comenzar con nuestro juego –el tono de Lust era juguetón.

-Sabes que no debemos revelar la verdad. Eso podría acabar con toda la realidad. Lo que debemos hacer ahora es comenzar a vigilarlos –le amonesto Pride.

-Y asustarlos –añadió Envy con malicia.

-¡Y conquistar el mundo! –momento de silencio incomodo para Sloth-. ¿No era eso parte del plan?

-Cállate. ¿O por qué no mejor lo hablas con Hate? –sugirió Envy.

-¡Muerte y destrucción! ¡Ríos de lagrimas, mares de sangre! –una risa maniaca de extrema locura.

-No vuelvo a abrir la boca –se disculpo Sloth.


Caía la noche en el Digimundo. En un bello lugar, donde los peluches estaban por doquier y había múltiples cunas, caminaba un digimon. Lyramon observaba cada cuna, cada bebe. Buscaban algo. Pero parecía que no podían hallarlo, pues seguía caminando de lecho en lecho.

-Este tampoco. ¿Adonde están todos los Zurumon? –murmuro el demonio de ojos dorados. Cada paso que daban les dolía. Tanta felicidad… Estos niños eran como hubieran deseado ser ellos. Les daban envidia. Eran tantos, y sin embargo, no se los veía tristes. Estaban muy bien cuidados-. Precioso lugar. Si, en ese caso, hemos de seguir con el plan al pie de la letra. Así por fin los digimon corruptos tendrán un lugar en donde ser felices.

-Los Zurumon no suelen nacer aquí. Ellos provienen casi siempre del Área Oscura. Son unos niños bastante malos, en general. Pero pocos nacen aquí –Elecmon caminaba a su lado. Por supuesto, ahora era un ser corrupto. Al demonio le importaba ver que la Ciudad de los Inicios estuviera muy bien cuidada. Estos pequeños eran el futuro.

-Que lastima. En ese caso, debemos usar nuestro respaldo –se colocaron el Yelmo del Conocimiento-. Veamos si es posible. ¡Revelación del Conocimiento! –el mapa de datos se desplegó. Examinaron el suelo. No, era imposible. El Código Corona estaba demasiado profundo. Y también era muy complejo. No seria posible lograrlo. Levantaron la vista, y se sorprendieron-. No sabíamos que hacia esto también.

-¿Qué cosa? –pregunto Elecmon.

-Nombres. Hay nombres en algunos huevos y algunos bebes. Y también hay muchos mas en el suelo –observaron impresionados que tantos eran-. Son de humanos. Al parecer, este casco revela los nombres de los compañeros humanos de los digimon elegidos. Hay mas de los que habíamos imaginado –examinaron algunos. Entre los digihuevos, había algunos conocidos, como Motomiya, Inoue y Kido. Más en el fondo, por el suelo, se veían los nombres de elegidos futuros. La cantidad era increíble-. ¿Eh? Que extraño. No hay ningún Takaishi, pero si tres Ishida y dos Kamiya. ¿Y eso? Hay una tal Tsubaki Prediger. Habrá que comentárselo a T.K.…

-¿Un niño fuera de la cama? –pregunto Elecmon, viendo algo que se movía. Una forma redonda daba saltos de acá para allá. Rápidamente, el digimon corrupto lo atrapo y lo llevo forcejeando hasta Lyramon-. ¡Quédate quieto! ¡Despertaras a los demás!

-¡No me importa! Ellos me molestan. Porque soy… Distinto –se trataba de un bebe digimon de color violeta. Tenía una marca roja en la frente. Al verla, los ojos dorados del Demonio Corrupto casi se salen de sus orbitas. Podía leer claramente el nombre 'William Morgan' en el pequeño. Este digimon era distinto. Muy distinto.

-¿Cómo te llamas? –pregunto el monstruo de ojos dorados. El bebe se quedo algo confuso, pero respondió sin miedo.

-Dorimon. Así me llamo. ¿Y tú?

-Lyramon. Ya vemos. Así que te tratan mal… ¿Y que tal si vienes con nosotros? Tenemos algunos amigos que nos gustaría presentarte.

-¿En serio? ¡Entonces bien! –Dorimon salto a los brazos de los datos corruptos. Estos comenzaron a acariciar su suave pelaje. Por debajo del Yelmo del Conocimiento, tenían una sonrisa demoníaca.

-Dorimon. Portador natural del Anticuerpo X. Su digievolución es Dorumon. Y su forma final, en el mítico nivel súper mega… Alphamon, líder de los Royal Knights, y una de las Tres Grandes Vacunas.

Continuara…