1- Los personajes de SCC no me pertenecen sino que son propiedad del Grupo Clamp. La historia es de mi completa autoría.
2- No permito que mis historias sean copiadas, adaptadas o cualquier cosa sin mi consentimiento. He registrado mis historias en Safe Creative, así que con más razón no deben copiarlas ni nada sin mi autorización.
3- Lamento la demora, ya saben que mi musa siempre anda de paseo y se divierte haciendo cualquier cosa menos darme inspiración. Espero que aun queden lectoras de esta historia :D
Sakura caminaba muy rápido y molesta hacia su despacho, no se podía creer que Shaoran la hubiera tratado así delante de su hermano, ahora sí había llegado a su límite, se divorciaría así tuviera que pedir la anulación del matrimonio, esta vez se extralimito con su comportamiento. Al llegar a su despacho le informa a su secretaria que no le pase llamados ni visitas, cerrando su puerta de un portazo.
Su secretaria que jamás la había visto así, se sobresalta al escuchar cerrarse la puerta de golpe. Internamente se preguntaba que le pudo haber pasado como para que reaccione de esa manera tan poco común en ella. Mientras Sakura desquitaba su enojo maldiciendo a su futuro ex-marido, estaba tan enojada que ni siquiera escuchaba que la llamaban por teléfono.
Su secretaria la llamaba por el teléfono para comunicarle que su marido estaba ahí para verla, al darse cuenta que no le atendía decide acercarse a su oficina para informarle de la visita, al tocar la puerta no recibe ninguna respuesta, así que abre la puerta para ver si su jefa sigue allí. Al entrar ve que Sakura estaba sumida en sus pensamientos pero con el ceño fruncido, eso le indica que no está de muy buen humor, se arma de valor para comunicarle que su marido está allí para verla.
―Señorita Sakura, el señor Li está aquí y solicita verte. ¿Qué le digo? ―pregunta su secretaria.
―…
―Señorita Sakura, le estoy hablando.
Sakura que seguía tan sumida en sus pensamientos empezó a notar que la llamaban, al darse cuenta que su secretaria le estaba hablando, se ruborizo.
―Disculpa Mina, de que querías hablar conmigo.
―Pues, afuera esta el señor Li, dice que tiene que hablar con usted ahora ―responde Mina, al escuchar esto la cara de Sakura se crispa mostrando su enojo.
―Dile al señor Li que estoy muy ocupada como para atenderlo.
―No es necesario que lo hagas querida, ya estoy aquí y vamos a conversar ―responde Shaoran asustando a ambas mujeres.
―Acaso no escuchaste lo que dije, yo no quiero hablar contigo. Así que por favor te pediré que te retires, tengo mucho que hacer.
―Yo si tengo que hablar contigo así que me quedaré, te guste o no ―y dicho esto toma asiento en una de las sillas que hay en el lugar.
―Por favor Mina no me pases llamadas, parece que tendré que hablar con el señor Li quiera o no.
―Está bien señorita, como usted diga.
Cuando Mina se va Sakura se sienta en su silla, observando como Shaoran se toma las cosas a la ligera, incluso hasta sonríe, pareciera que le hace gracia su enojo. Siente su sangre hervir de rabia, al verlo allí se imagina ahorcándolo, recordar el trato que tuvo con ella enfrente de su hermano, más coraje le da. Por fin, ahora que lo tiene al frente suyo podrá decirle lo que realmente piensa de él.
―Te hace gracia esto ¿no?, me pones en ridículo en frente de mi secretaria, también lo haces en frente de mi hermano.
―Con respecto a eso…
―Será mejor que no digas ni una sola palabra más ―interrumpe ella―. Me has causado suficientes problemas, me avergüenzas en sociedad, ando en la boca de todos por tu comportamiento licencioso, luego vuelves con escusas baratas que ni tú te compras, eso de que vuelves a retomar este ‹‹matrimonio››, luego me avergüenzas en frente de mi hermano y ahora en frente de mi secretaria. Quiero el divorcio, si no obtengo el divorcio será peor para ti porque pediré la anulación del matrimonio, ¿está claro?
―Será mejor que te calmes Sakura, no sabes lo que dices, no te daré el divorcio―responde Shaoran con calma, su rostro se muestra calmado pero su mirada muestra un brillo que Sakura no sabe cómo interpretar―. Ni siquiera intentes pedir la anulación porque no te resultará. Este matrimonio nos conviene tanto a ti como a mí, volví para comenzar algo que no debí dejar. Así que ni sueñes que te libraras de mi tan fácilmente Sakura.
Sakura se mostraba indiferente, calmada ante la respuesta de Shaoran. Pero por dentro hervía de rabia, coraje y hasta un poco de odio. Al parecer tendría una guerra a muerte con él para obtener su libertad.
―Te recuerdo que el único en desventaja aquí eres tú, en primer lugar porque tengo el apoyo de todos incluidos tus padres, segundo ya hice mi carrera como abogada, tengo un prestigio que me logré forjar a base de mi esfuerzo, además del apoyo de tus padres que se han portado muy bien conmigo a diferencia de ti. Tercero el que cometió adulterio en este matrimonio eres tú, así que cualquier tribunal me dará a mí la razón, sobre todo porque este matrimonio está irremediablemente roto. Cuarto hemos estado separados tanto tiempo que es muy fácil que anulen este matrimonio, tú te fuiste y no cumpliste lo pactado en el papel. Solo firma los papeles del divorcio, ni siquiera te pido dinero, quiero mi libertad por favor deja de ser tan terco. Si vamos a tribunales el único que saldrá mal parado de todo esto eres tú, sin contar porque muchos de los maridos de esas mujeres quieren tu cabeza, así que o me quedo viuda o termino divorciada, tú decides, porque viéndolo fríamente, de cualquier manera la que lleva todas las de ganar soy yo.
Shaoran se quedo sin palabras por el argumento de Sakura, sabía que ella tenía todas las de ganar, pero seguía sin creer que la tímida Sakura que él conoció fuera capaz de dar unos argumentos tan sólidos, que fuera tan firme y su voz saliera de manera clara. Fue difícil para él pensar una forma de contra argumentar todo lo dicho por Sakura, pero estaba decidido a hacerlo.
―Como te dije la primera vez, quiero sentar cabeza, por eso no voy a terminar con este matrimonio.
―Por favor Shaoran no me tomes por tonta que no lo soy, quiero el divorcio, no importa el precio que deba pagar.
―Vaya pareces muy decidida a divorciarte de mí, no será que hay alguien por ahí que yo no sé.
―Sigues con lo mismo, yo no soy como tú, yo si cumplo con mi palabra. Porque no te dejas de de jugar y me dices que es lo que quieres para firmar el divorcio.
―Ya te dije, quiero que seamos marido y mujer en todo el sentido de la palabra.
―Así que de eso se trata todo, quieres que termine en tu cama ―respondió con una sonrisa irónica en su rostro mientras se acomodaba en el respaldo de su asiento―. Te equivocas conmigo, no soy tan ingenua como crees. Cuanto tiempo duraría en tu cama, una semana, dos semanas, un mes y eso sería todo. Tú jamás serias capaz de tener un compromiso, eres demasiado egoísta como para pensar en los demás. Yo no quiero una relación que se base solo en el sexo, quiero respeto por parte de mi pareja, tener hijos con él, quiero proyectarme con alguien y ese alguien no eres tú.
― ¿Cómo lo sabes?
―Por favor, porque es obvio que no te interesa nada de lo que yo he nombrado. Debiste ver tu cara cuando te decía todo lo que yo quería para mi vida amorosa. Si solo vienes a molestar mejor retírate, tengo demasiadas cosas que hacer, tu presencia solo me retrasa ―dijo acomodando su silla detrás de su escritorio, mientras tomaba una carpeta para revisar su contenido.
―Si aceptas ir a cenar conmigo te dejaré tranquila, estoy seguro que si estamos en un lugar más relajado podremos seguir con la conversación. Allí podremos conversar sobre el divorcio, tal vez si conversamos nos podremos conocer mejor.
―Claro, como cuando te casaste conmigo a penas me conocías ―respondió con sarcasmo Sakura―. Esta es otra de tus artimañas para convencerme de que no te del divorcio.
―Claro que no, solo quiero que conversemos, que lleguemos a un acuerdo, nos hace falta tener esta conversación. Por favor, solo será una cena, no es ninguna artimaña, te lo prometo ―responde Shaoran poniendo su mejor cara de póquer.
―Está bien, pero será un lugar que yo elija, porque no me fío de ti ―responde recelosa Sakura.
―Está bien, será donde tu elijas, te prometo que será para conversar y poder solucionar las cosas como los adultos que somos.
―En ese caso, prefiero que sea un lugar informal, nada de restoranes caros ni nada de ese estilo. Conozco un lugar donde podemos ir más informales y tener esa conversación que estás pidiendo.
―Bien, me parece una buena idea, así podremos estar más cómodos mientras tenemos esa conversación. Te pasó a buscar como las ocho entonces, nos vemos, te dejo trabajar y espero que podamos solucionar este pequeño bache en el camino.
―Nada de pequeño bache, quiero el divorcio y esa será mi última palabra Shaoran, te lo dije, no intentes pasarte de listo que no te resultara conmigo, te conozco lo suficiente como para saber que utilizaras cualquier medio para convencerme de lo contrario.
―Todo a su tiempo, querida, todo a su tiempo. Primero tendremos esa cena y luego veremos en que dejamos nuestra situación.
Dicho esto, se puso de pie para retirarse, pero antes de hacerlo, se acerca a Sakura y le planta un beso en la mejilla, muy cerca de los labios. La reacción instintiva de Sakura fue sonrojarse, alejo su rostro de Shaoran, dándole a entender que no le interesan sus muestras de cariño. Shaoran solo se limito a sonreír, sabe el efecto que causa en ella, esa será su arma para poder conquistarla.
Mientras esta pareja sigue con su día, en un Pent-House se preparaba un hombre listo para todo. Daisuke Akatsuka ya había llegado a Tokio. Como tenía el suficiente dinero, había llegado en su avión privado, evitando así que la prensa lo siguiera y especulara sobre su llegada al país. No quería darle a Shaoran ningún tipo de ventaja para saber de su paradero. Estaba mirando por la ventana y preparando su estrategia para acercarse a la señora Li, necesitaba conocerla en persona para poder medir que clase de joven era.
Tenía que trazar con mucho cuidado la estrategia que utilizaría para acercarse a ella, era de vital importancia que pareciera algo natural y no premeditado. Pero como dice el dicho, la venganza es un plato que ser sirve frío, tenía todo el tiempo del mundo para ir planeando como destruir a Shaoran Li. Con esos pensamientos se fue distrayendo Daisuke, mientras que en el hotel Ritz, Touya rumiaba su rabia, Kaho sin ningún tipo de éxito intentaba que su marido se calmara. Luego de la reunión con su hermana, conoció a su ‹‹cuñado››, hasta decir eso le provocaban arcadas. Lo único que sentía en esos momentos era mucho coraje, como se atrevía el desgraciado ese insultar a su querida hermanita.
Porque para Touya, Sakura es su hermanita, a pesar del tiempo separados, de la madurez de ella, él todavía la vería como su pequeña, sobre todo porque es la única familia que le queda a él, al igual que Sakura. Kaho creyendo que lo mejor para que su marido no siga enojado es que converse con ella, le empieza a preguntar sobre el encuentro con su hermana.
―Touya, cuéntame, ¿Cómo fue tu encuentro con Sakura?, ¿De qué hablaron? ―pregunta con curiosidad Kaho.
Touya hace un alto a sus movimientos de un lado para el otro, mira a Kaho, deja escapar un suspiro de nostalgia, recordando la charla tan amena que tuvo con ella.
― Hablamos de tantas cosas, recordamos el pasado ―responde con nostalgia―. Empezamos a recordar cuando nuestros padres aun vivían, esos momentos en familia donde conversábamos, reíamos, compartíamos nuestros momentos tristes como los felices. Fue un momento muy emotivo, porque pude recordar momentos con mi familia que pensé había olvidado, al verla pude reconocer tantos gestos de mamá en ella. Cuando hablaba, cuando arrugaba su nariz en señal de que no le hacía gracia lo que le decía, o su forma de reír, pero también vi algunos momentos en los que se parecía a papá. Con su tranquilidad para escuchar o los momentos en los que pensaba la respuesta que me iba a dar. Fue tan grato poder hablar con ella, poder tocarla, se sintió como recuperar una parte de mí que había perdido.
Al terminar de hablar Touya, se queda mirando a su esposa con los ojos brillantes de emoción, Kaho nunca lo había visto así, tan feliz. Al fin había encontrado a su hermana, esa parte que le hacía falta. Estaba contenta por él, sabía que encontrar a su hermana significaba cerrar una etapa de su vida, aquella donde la culpa lo atormentaba cada día, sin saber que había sido de su hermana menor.
― Entonces, ¿Arreglaron sus problemas? ―preguntó con curiosidad Kaho.
― Sí. Al menos ahora sé que no está enojada, solo fue la distancia que hizo algunos cambios entre nosotros pero que no pudo romper nuestro lazo de hermanos.
― Me alegro por ustedes, me hace feliz verte así ―responde Kaho sonriéndole a su marido.
― Gracias Kaho, por todo tu apoyo y comprensión ―dice mientras coge sus manos en un gesto de cariño―. Lo único que empaña este momento feliz, es saber que está casada con ese patán, ese maldito inútil, bueno para nada, si cuando empiezo a recordar que ese idiota dijo eso de mi hermanita, me hierve la sangre de puro coraje ―sigue comentando mientras que sin darse cuenta que esta apretando las manos de su esposa. Kaho por su parte hace una mueca de dolor al sentir la presión de sus manos.
― Querido, creo que me estás apretando las manos ―le dice Kaho con un gesto de dolor en su rostro.
Touya al darse cuenta que esta apretando las manos de su mujer, de inmediato la suelta, se deshace en disculpas por su exabrupto, pero de solo recordar en las manos de quién fue a caer su hermanita, le hierve la sangre de ira. Está decidido, su hermana se debe divorciar de ese hombre a como dé lugar, si es necesario que termine viuda, pues que así sea, no cesará en su empeño por ver a su hermana libre de semejante piraña.
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Sakura estaba terminando de revisar su trabajo pendiente, necesitaba la distracción que le brindaba su trabajo, era lo ideal, ya que su mente no dejaba de pensar en la reunión que estaba a punto de llevar a cabo con Shaoran. Seguía sorprendida del cambio de planes de Shaoran, no entendía porque quería seguir casada con ella, ni porque se estaba tomando esas molestias, su matrimonio siempre fue de papel. Nunca hubo amor, ni tampoco amistad o compañerismo, así que no podía entender porque el actuaba como si ella le perteneciera.
No era un juguete que ocupas cuando te acuerdas de él, así que si venía con esas intenciones, se iba a llevar una gran sorpresa. Ella ya estaba decidida a conseguir el divorcio, quería empezar de nuevo, sobre todo en una nueva ciudad, volver a encontrar a su hermano le había dado nuevas esperanzas de ser feliz, tal vez ya no sería como antes de morir sus padres, pero podría volver a empezar con alguien que la ame y respete como ella se merecía.
Luego de terminar con todo los papeles pendientes, salió de su oficina para ir a su departamento y cambiarse de ropa. No se arreglaría como lo hacía en las fiestas y eventos socialité de sus suegros, ni a los que tenía que asistir por su trabajo, en cambio se vestiría como a ella le gustaba, buscaría sus jeans favoritos, una remera, un blazer, su bolso, un poco de maquillaje pero que sea natural, un sombrero y listo. Ya tenía lista su vestimenta para la reunión con su marido, no se arreglaría como estaba acostumbrado a verla, esta vez, sería ella misma, como siempre debió ser. Ya había tomado una decisión para su vida, nada la haría cambiar de parecer.
Continuara...
N/A: Bueno, debo decir que esta historia ya la tenía avanzada, pero quería seguir trabajando en ella. Siento la demora, espero que aun queden lectoras que sigan esta historia :D
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PD2: El nombre de esta historia será cambiando, así que no se asusten, he decidido que su nombre será otro, porque va mas acorde con la trama ;)
Besos Silia ;)