30. Epilogo: In Loving Memory / Inmanencia
III. Lazos
Matt Cardle – Beat of a Breaking Heart: watch?v=JLKR0t5j20s
Matt Cardle – Walking on Water: watch?v=AV6iE0H0aZw
Boyce Avenue – One Life: watch?v=7WYt7pqXVkU
Solo le faltaba poco para alcanzarlo, por lo que decidió aumentar el ritmo a gran velocidad. Los gemidos de ella ayudaban mucho en aquella práctica, pero aun así era necesario complementarlos con algo de imaginación y recuerdos de unos gemidos que en verdad lo volvían loco, aun cuando ella trataba de ocultarlos por el pudor.
Unos momentos más y el grito de ella le indicó que ya lo había alcanzado, sirviéndole como incentivo para terminar el también.
Se dejó caer a su lado, saliendo por completo de ella. El sudor de sus cuerpos había empapado las sábanas blancas de aquella cama, la cual había sido modificada tras el paso del tiempo. Para ser más precisos, ese colchón había sido cambiado hace no más de tres años atrás, antes de su primera experiencia con otra mujer.
Sus respiraciones eran irregulares y el cabello del moreno se pegaba sobre su frente gracias al sudor.
Una vez que logró respirar con más regularidad, se puso en pie y fue hasta al baño de aquella habitación de huéspedes, donde era que recibía a todas sus visitas. Abrió el grifo y se remojó la cara con el agua que salía de él, para luego cerrarlo con fuerza.
Para cuando salió del baño, la mujer ya se había puesto en pie y había comenzado a vestirse, no con mucho ánimo de irse, más aquello era lo que habían acordado antes de eso.
Loki sonrió. Fue hasta sus pantalones, sacó su billetera y tomó el dinero suficiente. Avanzó hasta la entrada de la habitación y la abrió, dándole paso a la mujer rubia que ya se encontraba completamente vestida. Salieron juntos de aquel lugar hasta llegar a la puerta principal de la casa, donde también le abrió la puerta, no sin antes depositar el dinero dentro de la ropa de la mujer.
La rubia hizo una mueca molesta, se acercó a él y le plantó un beso en los labio que Loki solo correspondió a medias, evitando ser descortés. Después de eso, la mujer salió y él cerró la puerta.
— Pensé que Tiffany duraría más que las otras — soltó una voz a su espalda. — ¿Acaso le dijiste algo para que se fuera?
— Vania tiene ascendencia noruega — se encogió de hombros mientras giraba y se encontraba con su interlocutor. — Yo creo que eso da muchos puntos, junto al hecho de que es jodidamente buena en la cama.
Sonrió divertido.
Como había corrido el tiempo. Tras la visita que le había dado Sophia, donde se enteró que realmente ella no estaba muerta y en verdad era la rencarnación de la diosa Gea, ya habían pasado casi doce años. Los primeros años los había pasado duramente, intentando sobrevivir la ausencia de la mujer, quien ya sabía que estaba viva. Pero con el paso del tiempo y algunas visitas en sueños, el hombre pudo seguir con su vida. Ella le había dicho que tras su muerte se encontrarían, pero que mientras la esperaba, debía de vivir su vida lo más humana y feliz que pudiera.
Logró hacerla mientras su hijo iba creciendo, estando al pendiente de él, de su cuidado, de sus estudios, como también de los permisos y salidas que comenzó a hacer a la edad de los quince años. Pasaba tiempo con Stark, burlándose de él y viendo como Chris, el nuevo heredero del imperio Stark, era un vivo ejemplo del hombre mayor, el cual ya no sabía qué hacer con él.
Durante eso doce años, la tierra estuvo en varias ocasiones en peligro, situación que sirvió para probar la fuerza y valentía de los vengadores de la siguiente generación, que eran apoyados por la antigua. Loki participó en contadas ocasiones en las peleas para defender a Midgard, pero su ayuda era más técnica que física, debido a sus limitaciones de magia, con las cuales no podía hacer gran cosa. Su cetro seguía bajo poder, pero ya no era capaz de controlarlo, no con esa limitación de poder. Más se debe mencionar que sus habilidades de Jotun sacaban de muchos apuros al hombre y a los suyos, algo que lo hacía sentir bien.
Hubo veces, también, que durante esos años, Loki intentó enseñar magia a su hijo, algo que el menor tomó con mucho respeto e importancia, como también el menor le mostró todas las técnicas que aikido que había aprendido de su madre, juntos hicieron una excelente dupla a la hora de entrenamientos que les era imposible incluir a alguien diferente a la práctica, puesto que ya nadie aguantaba su ritmo.
Pero había llegado un momento en el que Loki había comenzado aburrirse, ya que su hijo había comenzado a crecer y ya no pasaba tanto tiempo en casa, como lo era antes. Durante este tiempo también, la necesidad del calor de otra persona a su lado comenzó a abrumarlo. Tony le había aconsejado que se buscara a otra mujer, más la respuesta del moreno siempre había sido que nunca podría llenar el espacio que la castaña había dejado en él con su gran ausencia. Por lo que comenzó a llenar aquel espacio con relaciones meramente carnales que, a pesar de servir como un buen ataque en contra del aburrimiento y una posible pausa a su dolor, la soledad y vacío seguían presentes dentro de él.
Alberick, quien ahora era un chico de veintiún años, se cruzó de brazos y observó molesto al moreno frente a él. El cuerpo de su hijo había cambiado, había embarnecido y se había convertido en un apuesto hombre, el cual llevaba su cabello rizado corto, haciendo que sus cabellos simplemente se ondularan. Su mirada se había vuelto profunda y sus ojos eran de un intenso verde azulado. En su cara había rastro de una barba de varios días sin atender, mas esta no parecía estar desaliñada. Su ropa, la cual consistía de una simple camisa azul delgada y unos mezclillas grises, se ceñía a su cuerpo, dejando visibles su bien formado y marcado cuerpo.
Su mirada era profunda y parecía estar completamente molesta. Loki lo desafió con su mirada.
— ¿Qué? — le cuestionó molesto mientras alzaba un ceja, desafiante.
Rick gruñó.
— Vas desnudo, otra vez — señaló molesto, mientras no se dejaba intimidar ante la mirada desafiante de su padre.
Loki soltó unas ligeras risas.
— Dime algo que no sepa, genio — lo desafió con sorna.
— Sabes bien que no eres el único en esta casa — bufó mientras relajaba los brazos, descruzándolos. — Cualquiera de las chicas de la servidumbre te podría encontrar así y-
— Tranquilo, niño, no pienso caer tan bajo para enredarme con una sirvienta — le espetó mientras cerraba con llave la puerta principal.
— Pero si te metes con putas — mencionó el de barba mientras rodaba los ojos, fastidiado.
El mayor no pudo evitar soltar unas ligeras risas.
— Si quieres puedo conseguirte algunas — sus ojos fueron a dar hasta los azulados del menor. — Justamente Vania me estaba comentando que tiene amigas americanas que podrían ser de tus gustos.
— No, gracias, prefiero esperar, Loki — soltó con fastidio mientras movía la mano con desdén.
— ¡Oh, vaya! — exclamó Loki. — Será que prefieres a las inglesas.
Rick apretó los puños, molesto.
— Es increíble que hayas engañado la memoria de mi madre con esto — murmuró con molestia, mientras se iba alejando.
Loki logró escucharlo claramente, suponiendo que el menor creía que aquello no era así. Se vio tentado a responderle aquellas palabras tan erróneas.
— Sabes bien que ellas no significan nada para mí, Rick — expuso en un tono más serio.
El hibrido se detuvo. Soltó un profundo suspiro. Al parecer su hijo había olvidado que, aun cuando haya perdido su magia, su longevidad y parte de su gran fuerza, seguía poseyendo un buen oído. Y es que, a pesar de todo el tiempo que había pasado, parecía ser que en él, tal como decía su hijo y Tony, el tiempo no había transcurrido igual. Si se veía más grande, pero aun poseía aquella jovialidad que siempre lo había caracterizado.
— Y aun así, las traes a la casa y las dejas salir por la puerta delantera, Loki — soltó con veneno, algo que había aprendido durante su vida al lado del antiguo dios del engaño. — Sumándole el hecho que les permites cohabitar contigo en una de las habitaciones de la casa de mi madre.
Su voz sonaba molesta, pero parecía ser que no era enojo en contra del Jotun, o eso al menos quería aparentar.
Loki comenzó a caminar, hasta situarse a su lado. Lo tomó del hombro y lo miró serio.
— Tú, más que nadie, sabes cómo ha sido mi vida. Necesito sacar la presión de laguna forma. Además, amo demasiado a tu madre como para permitir que alguien más esté en su cama. Fue por eso compré otro colchón en donde hacer eso.
— No me hables de presión — le quitó la mano del hombro con fuerza. — Que tú ni siquiera tienes un empleo como tal.
Y ahí iba de nuevo, el clásico reclamo. Alberick había conseguido entrar a la universidad con honores, mucho antes de lo normal y había decidido estudiar una Licenciatura en Filosofía, otra en Letras y ahora estaba a mitad de su licenciatura en Física, algo influenciado por Stark. Y con todo esto, a veces parecía ser que se sentía superior sobre de él en conocimiento, algo que era practicante imposible.
— Mis conocimientos no son aplicables del todo en este mundo — apuntó mientras tomaba algo de aire, con fastidio. — Además, soy voluntario en el centro de salud de tu madre, como también soy socio de la empresa que lleva tu nombre. Sin mencionar los aportes que le he brindado a la tecnología del estúpido de Stark.
Su hijo gruñó, un tanto exasperado.
— ¡Pues si sigues con esos juegos con tus putas, terminarás por dejar con regalo a una de ellas! — exclamó algo sobresaltado.
Loki soltó unas ligeras risas.
— No soy tan estúpido, niño. Sé cómo evitar ese tipo de cosas.
Rick rugió con fuerza, totalmente molesto.
— ¡Pues qué bueno! — vociferó mientras agitaba las manos con fuerza. Después se acercó a Loki y le puso un dedo encima, señalándolo. — Ponte un bóxer, ¡Ahora!
Y tras esto, se fue del recibidor, rumbo al patio trasero.
Aquella había sido una de sus tantas peleas por el asunto de las rameras que había metido a la casa. Era normal el discutir entre ellos, puesto que, a pesar de ser tan parecidos, tenían formas de pensar muy distantes y sus temperamentos tan similares los hacían chocar constantemente. Más aun así, Loki sabía que su vínculo fraternal seguía ahí. Loki adoraba a su hijo tanto como el adoraba a su padre. Se complementaban y se sostenían el uno al otro. Habían generado un lazo fuerte tras la ausencia de Sophie, que ahora veía muy distante, aun con tantas discusiones por ambas partes, el que aquellos lazos se rompieran. Ambos lo sabían muy bien.
El sonido de unos pasos y la exclamación: "¡Santo Dios!"; lo hicieron salir de su ensimismamiento, volviéndolo a la realidad, en donde se encontró con una Jessy, completamente roja, desvaneciéndose de la impresión y cayendo sobre el suelo.
Loki observó su cuerpo y no pudo evitar el sonreír divertido.
Tal vez era hora de ponerse, por los menos, unos bóxer y sandalias.
-.-
— No me gusta esa corbata — arrugó la nariz, un tanto molesto, mientras negaba con la cabeza —, cámbiala mejor por la azul.
— Aclaremos algo, Rick. — había dejado todo lo que hacía y miró fijamente a su hijo, quien sostenía ambas corbatas en sus manos. — ¿Quién está usando estas prendas?
— Tú — respondió soltando el aire y rodando los ojos.
— Bueno, estando en eso de acuerdo, seré yo quien elija lo que voy a usar y lo que no. Gracias.
Loki le arrebató la prenda de las manos.
— ¡Pero es mi boda, con un carajo, Loki! — elevó la voz mientras agitaba las manos. Esta era la tercera vez en el día que perdía la razón por una situación tan ridícula. Las otras habían valido la pena el molestarse, pero tampoco eran para tomarlas de aquella forma.
Al fin de tantos preparativos e idas y vueltas como locos, su hijo, Alberick, de veintiséis años de edad, se iba a casar con la mujer con la que llevaba tres años saliendo. La bella y encantadora Lizabeth, mujer que había conocido durante su viaje de intercambio a Inglaterra.
Siendo sinceros, ninguna de las mujeres que su hijo había conseguido como pareja le había sido suficiente para él. Lo mismo había pasado en esta mujer, más sin embargo, había algo en ella que sabía que era diferente, la hacía diferente. Mas no fue hasta el momento en que ella decidió romper con él, debido a que no poseía la misma fortuna que ofrecerle, que Loki comprendió que aquella mujer realmente valía la pena para su hijo. De hecho, había sido el mismo quien había ido tras ella al aeropuerto antes de que volviera a Inglaterra y convencerla de que desistiera. Fue ahí que comprendió el sincero amor que ella le profesaba a su hijo, lo cual le hizo hablar con ella de muchas cosas con las que nadie había compartido, a excepción de Sophia.
La mujer era de humilde procedencia y de corazón sencillo. Tenía la misma chispa que había visto una vez en Sophie, lo cual también le agregó puntos.
Y ahora estaban aquí, tras una fructífera relación, a unas pocas horas de que la boda diera inicio. Y su hijo estaba hecho un completo manojo de nervios, yendo por una cosa por aquí y otra por allá. Aquello le había parecido muy divertido y le hizo cuestionarse como hubiera estado Sophia si ella se hubiera encontrado en la misma forma. Aquellos pensamientos no hicieron más que ponerlo melancólico.
— Hubiera sido bueno que Sophia estuviera aquí, ¿no lo crees? — le dijo tratando de distraerlo un poco. Había recibido la noticia que los de la pastelería iban a tener un ligero retraso y no iba a poder colocar el pastel a la hora acordada, cosa que no consiguió más que estresarlo más.
Aquellas palabras detuvieron su ir y venir, plantándolo en el sitio en donde estaba. Fijó su mirada sobre la melancólica frente a él. No pudo evitar dedicarle una bella sonrisa.
— Ella estará a mi lado, como siempre — le aseguró.
— ¿Cómo lo sabes?
— Uróboros me lo dijo — sonrió divertido. — Ella siempre está con nosotros, a nuestro lado.
Loki agachó la cabeza, con una media sonrisa.
— Si, la voz de ese bastardo siempre te hace sentir seguro de las cosas, por más descabelladas que sean — expuso con amargura.
— Loki — lo llamó su hijo, mientras se acercaba a él y lo tomaba de los hombros.
— Hay momentos en los que pienso que hubiera sido mejor que tu madre estuviera en mí lugar, en vez de ser yo. Ella lo merecía mucho más que yo. No he sido lo mejor para ti.
El ambiente se volvió pesado a su alrededor por aquellas palabras que, por más que lo negara, eran muy ciertas. El ejemplo como padre por parte de Loki no había sido el mejor. Pero el menor de los morenos podía de estar seguro de algo, aquello era algo que siempre seguiría escogiendo.
— Mira — comenzó el menor mientras le apretaba de los hombros con fuerza, haciendo que Loki alzara la cabeza para verlo —, para ser sincero, no siempre fuiste mi favorito. Hubo momentos durante mi infancia que me caías mal, ya que, a pesar de que mi madre se escondía, la veía llorar todas y cada una de las noches por ti. La veía sufrir mucho por tu ausencia. Vivía día a día una incertidumbre que no la dejaba en paz, con el temor de que ella fuera a morir antes de que tú regresaras.
» Ella pensaba que no lo sabía, pero no era así. Sus pinturas siempre te tenían a ti. Tú eras su toso y su centro. Y cuando volviste y no pudiste hacer nada para salvarla de su muerte, llegué a despreciarte, pero aun así seguías siendo sol, aun cuando pensaste en cambiarme por mi madre frente a Odín.
» Mi adolescencia fue algo realmente duro para mí — tragó saliva y continuó. — En esa etapa todo los rencores guardados hacía ti se incrementaron. Te odié porque dejaste morir a mi madre, te odié por que la abandonaste, por abandonarme a mi durante los meces venideros a su muerte, pero más te odié y te detesté por el hecho de que quisiste cambiarme por una fantasía que no estabas seguro de que sería verdad. Odín te tentó y tú casi caías en la trampa. Llegué a pensar que me odiabas, que no era importante para ti…
— Rick… — susurró Loki totalmente dolido.
— No me interrumpas — lo regaño el menor con serenidad, sin soltarlo de los hombros. — Tú fuiste la figura que no quería llegar a ser, tan corrompido, tan perdido y tan solitario que me parecías tan patético. Luego, llegado a mí adultez, el que te hubieras metido con varias prostitutas durante casi cuatro años seguidos, decoró la horrible imagen que tenía de ti. En verdad te despreciaba.
» Pero — soltó un fugaz suspiro —, a pesar de toda esa mierda que había formado de ti, no podía odiarte, no podía hacerte a un lado y dejarte sin más. Porque a pesar de todo eso, me diste un gran ejemplo que, a pesar de todo lo horrible de ti, nunca lograste destruirlo…
— ¿Qué cosa? — preguntó con la voz ahogada.
Su hijo le sonrió con ternura.
— Siempre estuviste a mi lado, apoyándome, comprendiéndome, amándome. Pudiste haberte ido, oportunidades te sobraban, pero siempre permaneciste a mi lado, siempre volvías a mí.
» Y por eso en este día, te digo que no prefiero a otra persona mi lado más que a ti, padre.
Aquellas palabras inundaron el corazón del moreno, haciendo que volviera derramar esas lagrimas que se había prometido no volver a dejar correr.
Se lanzó sobre los brazos de su hijo y lo estrechó con fuerza, le besó la frente con ternura, sin importarle que aquel gesto fuera un tanto afeminado, pero era su hijo y él se merecía eso y más.
Permanecieron durante un buen rato, abrazados, complementándose como siempre lo hacían. Sintiendo el calor de otro en un fraternal gesto que los impulsaba a seguir, disipando dudas y todo estrés.
Rick separó el rostro de la mejilla de Loki y lo observó con una ligera sonrisa, sus ojos inundados por las lágrimas derramadas.
— Creo que la corbata que escogiste es perfecta para tu atuendo.
-.-
Todo debía de terminar ahí. Él lo sabía. Ella también. Mas lo que no sabía o recordaba era el cómo había llegado hasta ahí. Intentó rememorar lo más que pudo pero el dolor se había vuelto casi insoportable.
Sus respiración era pesada y sus parpados apenas y permitían dejar pasar algo de luz, haciéndole difícil el reconocer todo a su alrededor. El eco de unas voces le indicó que no estaba solo y el agarre que se acentuaba en su mano le indicó de estaban muy cerca de él, pero sobre todo de quien se trataba.
Resiste.
Intentó hablar, pero algo caliente salido de su boca, atragantándolo e impidiéndole hablar.
La suave caricia a su lado fue el incentivo suficiente para hacerlo rememorar lo ocurrido.
Narfi. Su nieta, estaba su lado.
Esa mañana habían salido a un paseo familiar a un parque que era muy parecido a los grande campos verdes Asgard, por lo que Loki no pudo evitar el sentirse tentado el ir hasta él. El día había pasado muy tranquilo a su alrededor. Había varias familias disfrutando de aquel lugar al igual que ellos. Lizabeth había preparado algo de comida y unos bocadillos para poder pasarla bien. Rick había acomodado la manta sobre el pasto y Loki se encargaba de cuidar a sus dos nietos: Vali, el mayor de ambos, y Narfi, quien tenía el encanto y belleza tanto de su madre como de Sophia, con quien el mayor había creado unos fuertes lazos, algo completamente raro en él.
Era un perfecto día de campo para todos. Pero aquello no duró demasiado. La ciudad había sido presa de un ataque de un demente con todos sus sirvientes. Rápidamente, Loki, quien había logrado usar el poder de su nuevo cetro —la unión del Tesseract, el cetro de Thanos y Gungnir— sin perder el control, y Rick, quien había comenzado a unir su energía con la de Uróboros, se pusieron a la defensiva, tratando de proteger a lo que ahora era su familia. Al cabo de unos cuantos minutos, los nuevos vengadores llegaron al lugar y comenzaron a luchar contra los enemigos.
Todo había acabado bien, habían logrado detener la amenaza y poner a salvo la ciudad, aun sin la ayuda de Thor y su hija, quien habían estado en un viaje en Asgard por asuntos políticos. Mas nadie contó que aquel sujeto hubiera tenido un as bajo la manga, su objetivo era destruir la felicidad de Loki, por lo que intentó acabar con la vida de Narfi, cosa que el antiguo dios impidió, poniéndose en medio del ataque y la pequeña.
Y ahora se encontraba en ese estado, al borde de la muerte, sujetando la mano de su hijo y siendo consolado por su nieta.
— Padre, por favor, resiste — pedía entre lágrimas su hijo.
"La vida siempre tiene que llegar a un fin" le dijo una voz a su oído, él la conocía muy bien.
Sus ojos buscaron enfocarse en algo, tratando de verla, aunque sea por un instante. Ella estaba sobre él, brillando con su aura color turquesa, viéndose tan bella como el la recordaba, como siempre fue. Estaba sonriéndole.
"Ya es hora, Loki" le anunció.
— N-no puedo detener la hemorragia — tartamudeó una voz que no logró identificar.
El agarre en su mano se volvía cada vez más suerte.
— ¡NO! — gritó con furia y desesperación Rick. — ¡Deben de hacer algo!
— Loki… — lo llamaba su nieta entre sollozos.
Iba perdiendo poco a poco los sentidos y, con ellos, la consciencia. Todo a su alrededor se iba desvaneciendo y volviendo negro.
"¿Estás listo?" le preguntó su mujer mientras iba a su lado y le tomada de la mano libre.
Aun sintiendo, lo alzaron y lo estrecharon en un abrazo, fuerte y desesperado. Sentía las lágrimas de alguien humedecerle el hombro.
— ¡Papá, por favor! — sollozaba con fuerza el de cabello ondulado. — ¡Aun no es tiempo! ¡Quédate conmigo! ¡Resiste, maldito enfermo!
"Estoy listo" respondió Loki con simpleza. Desprendiéndose de todo. Su vida había sido buena, había hecho todo lo que siempre había querido: ser amado, tener una familia, ver crecer a sus hijos, ser importante para un grupo de personas, gobernarlos y que ellos lo respetaran. Su familia había sido guiada por él, como su fuera el rey y ellos nunca se negaron a ello, puesto que lo admiraban y amaban. Ya había sido suficiente para él.
La sonrisa de Sophia se acentuó y tiró de él.
— No me dejes solo — le susurró con dolor y pena su hijo, atrayéndolo más hacia él.
Loki sonrió y con su último aliento, logró pronunciar a su hijo:
— Nunca lo estarás.
-.-
Uno crea su propio destino.
Hay vidas que están conectadas. El destino se marca desde el momento en que nacemos. Desde pequeños estamos destinados a crecer, reproducirnos, aprender y a morir, solo a eso. Lo que vayamos a aprender, a decidir y por donde caminar, eso es algo que iremos nosotros decidiendo dentro de una gran gama de posibilidades.
Por eso se dice que cada quien forja su propio destino.
Y eso era algo que Alberick había aprendido desde pequeño, desde que Uróboros de unió a él, desde su propio nacimiento.
Él había podido ver todos los escenarios de su vida, de la vida de las personas que lo rodeaban y del mundo entero. Sabía quién era su padre porque dentro de uno de sus tantos futuros lo había conocido. Como también sabía quién era su madre en realidad, debido a las visiones que del pasado de ella.
Todo se conectaba.
Ambos seres habían entrelazado sus vidas. Un gigante de Hielo destinado a volverse mortal y una mortal destinada a convertirse en la nueva diosa de la Tierra, protectora de Midgard. Mas a pesar de que tomaran las más ridículas decisiones, su final iba a ser el mismo: estar juntos. Y eso Alberick lo sabía, siempre lo había hecho. Por eso no se preocupó cuando su madre murió, por eso nunca se preocupó tanto cuando su padre comenzó con aquella actitud autodestructiva. Mas lo que nunca previó fue la muerte de su padre en aquella ocasión, fue por eso que le dolió y mucho.
Esa habilidad suya de ver todos los destinos era lo que Odín había exigido en él cuando era pequeño. Y la decisión de Loki de entregarlo estaba entre uno de los posibles escenarios en su vida, por eso lo sabía, por eso le reclamó.
Pero ahora todo estaba bien. El camino había seguido, al igual que su vida. Seguía viendo el destino de todos a su alrededor más ahora con una diferente perspectiva, porque sabía que cada quien podía cambiarlo, podía modificarlo y hacerlo a su conveniencia, buscando y alcanzando su propia felicidad, no una auto impuesta. Tal y como lo habían hecho sus padres.
Ahora estaban juntos, reuniéndose de nuevo y el agradecía que aquello ocurriera frente a sus ojos. Durante todo ese tiempo, había aprendido a tomar las pequeñas cosas que venían como las mejores y hacerlas un bonito recuerdo que perdurara por siempre en su mente.
— Hola.
Las voces sonaban como una melodía hermosa que se grababa en su mente como una dulce caricia que lo llenaba, lo hacía feliz.
— Soy Sophia, mucho gusto.
Los instantes se volvían eternos mientras implicada sus emociones y sentidos en ellos, haciéndolos perdurar en su memoria como más que meras imágenes. Algo que ahora de mucha utilidad, considerando que su vida se comenzaba a extender.
— Mi nombre es Keylo. Soy conocido entre mis amigos como el dios de las travesuras. — Su voz varonil pareció reír ante aquel título impuesto.
Los dioses que se unieron para que todo aquello se diera, porque ambos lo merecían, después de tanto dolor, de tantas lágrimas y tanto luchar, lo merecían.
— Pero puedes llamarme Loki. — Pronunció con entusiasmo, creyendo sus propias palabras mientras los brazos de ella lo rodeaban.
La mujer rubia sonrió a su lado, complacida por el final de su hijo adoptivo, para después desvanecerse en un cumulo de mariposas hechas de luz, las cuales se dispersaban.
"Ellos siempre se pertenecieron. Aquí y ahora" se escuchó su voz en el viento, perdiéndose entre los aleteos de las mariposas.
Si, de eso hasta Alberick y todos estaban seguros.
FIN
Se que deben de odiarme por todo el tiempo que les hice esperar, pero debo de justificarme con el hecho de que este cuatrimestre pasado fue muy pesado, agregándole que a uno de mis maestros se le ocurrió que participaramos en el desfile navideño, provocando que sacara a relucir mi lado perfeccionista y quisiera que todo saliera perfectamente, robándome mucho tiempo.
Lo había empezado a escribir desde hace mucho, pero justamente hoy lo terminé...
Debo decirles cuanto les agradezco y cuanto las amo por haberme acompañado en este mini proyecto que terminó siendo un gran trabajo para mi. Lo amé de principio a fin, cada muerte cada risa, cada lagrima que plasmaba las adoré, me enamoré de estas. Sus comentarios me sirvieron para crecer, aun cuando me tiraban cosas o me felicitaban, todo era para mi bien y el de esta hermosa historia.
Daré algunas aclaraciones:
- Gea es la diosa de la tierra en la mitología griega, pero en los cómics es la madre real de Thor, con los mismos atributos de su contra parte mitológica, esto ya lo tenía previsto desde que cree la historia.
- ¿Recuerdan el concierto de Alter Bridge al que fueron en Presente? A pues estas son las canciones que escuchó Loki y no entendió del todo el significado: Watch Over you e In Loving memory.
- Alberick tenía la especialidad de ver las posibles vidas de todas las personas, mas aun así no revelaba nada, ya que no era correcto. Era algo semejante a la habilidad de Frigga para ver el futuro.
- Los dioses, si lo merecen, tienen la oportunidad de reencarnar. Frigga lo había ganado, mas esto se lo cedió a su hijo menor, puesto que había visto el futuro de ambos, ella sabía la verdad.
- Este capitulo contiene en total mas de 27 mill palabras, fue por ello que tuve que dividirlo, para no soltarles el churrote de capitulo. Ademas, ya estaba constituido en tres partes, con sus respectivas canciones, así que... que mas daba xD.
- ¿Vieron Thor: The Dark World? *SPOLIER* Les juro que la muerte de Frigga y lo ocurrido con Loki no surgió de ahí, yo ya lo tenía previsto. Como tampoco Marvel robó mi idea xD.
Bueno, creo que sería todo a aclarar de mi parte. Si surge otra cosa, saben en donde contactarme.
En verdad, me faltan las palabras para agradecerles por haber llegado hasta aquí. Les digo en serio cuando les digo que llegué apreciarlas un montón. Gracias por todos sus bellos comentarios, les juro que deje parte de mi alma en cada capitulo, es lo que siempre hago cuando algo realmente me interesa.
Bueno, este es día de agradecer todo. Y aquí van mis agradecimientos personales.
Elesak: Lamento si te hice llorar con ella, no era mi intención... Bueno de hecho si, xD... Y el final era el mas adecuado a las necesidades de la historia. Siempre quise imaginarme a Loki humano y pues al parecer logré plasmarlo. Te agradezco tus bellas palabras, en verdad. Si quieres leerte otra historia mía, espero y te des chance de pasarte por mi perfil y leer mi pequeño one-shoot de Thor y Loki, inspirado en la película. Espero leerte pronto. Feliz Navidad y Año Nuevo.
Lidia: Gracias por comentar! Bienvenida a Fanfiction querida! Me alegro que este haya sido la primera historia que hayas leído, me halagas mucho. Jeje Lamento haberte hecho llorar con la muerte de Sophia, espero que este epilogo te guste y te haga sentir mejor. Un abrazo enorme... Felices fiestas!
heidynaty: Pues no acabó ahí, aquí hay un final extra! Gracias por tu comentario. Sorry por haberte hecho llorar así, adoro tener finales inesperados y giros completamente de 180°, son los mejores de las historias. Felices fiestas.
Katherine: Vaya, al parecer hice llorar a todo mundo. Es bueno leer que pude trasmitir los sentimientos que quería transmitir. Las emociones de Loki fueron lo mas intensas que pude describir. Me alegro que te haya gustado el final. Quería llegar y darle toda la felicidad a Loki y, cuando la tuviera tan cerca, arrebatase la para que en verdad la apreciara. Es cierto, Sophie murió de lo mas natural, era necesario, todo pasaba por algo. Espero y te guste este epílogo. Un abrazote.
anette: Wow, tus palabras me llegaron. Muy cierto su amor traspasó, mucho mas de lo que suponías. Gracias por tus comentarios a lo largo de la historia, siempre me animaban mucho. Un abrazo enorme y felices fiestas!
KariDz: Tu comentario fue tan extenso y me sacó una que otra lagrima, que juro que te lo responderé como debe de ser. Por aquí, simple y sencillamente te doy Gracias. Adoraba recibir tus comentarios, siempre me sacaban una sonrisa. Aquí está tu epilogo, el cual espero disfrutes, querida. Nos leemos luego. Un enorme gracias por estar a mi lado en esta historia. Feliz Año!
HiddlesAndMe: Lamento no haberte dado tu final feliz. Pero este epílogo sirve para darles algo de felicidad, espero... Los terminé matando a los dos, pero todo tenía un porque. Es posible que se me ocurra escribir un spin-off de esto... No lo se, todo puede ocurrir. Muchas gracias.
nazareth: Espero que estos motivos mencionados en estas tres partes del epilogo te sirvan para odiar/amar a Odín. Yo siempre lo he visto como alguien cruel... pero aun así, lo veo también como lo describí en este epílogo. Espero darte luego tu capitulo de Sage y Tony, solo dame algo de tiempo. Gracias por tus bellos comentarios en el transcurso de esta historia. Un abrazo enorme, nos leemos luego. Feliz año.
Nameless: Claro que lo voy a ver, hasta lo voy a contestar. Gracias por tu hermosos comentario, es bueno saber que logré plasmar todos los sentimientos que quería. Oh, vamos, aquí también hay otros muy buenos fanfics de los cuales yo soy fan. Es obvio que no habrá otro como el mio, puesto que este solo llevaba mi esencia, es lo que lo hace único. Espero este epílogo te haya gustado. Gracia por leer mi historia. Un abrazo y Felices fiestas.
Debo aclarar que la serie de momentos que tenía pensado escribir, es posible que empiece hasta febrero. Sorry. Los momentos serán decididos en parte por ustedes y, la mayor parte, por mi xD... Espero poder darme el tiempo para poder escribirlas.
Bueno, eso sería todo. Un enorme beso y abrazo a todos los que leyeron. Ahora si puedo decir que he terminado una historia.
Sin mas...
Cambio y Fuera ~