'QUIERO ACLARAR QUE LA HISTORIA DE CANDY –CANDY ASI COMO SUS PERSONAJES NO ME PERTENECEN. ESTOS PERTENECEN A KIOKO MISUKI- YUMIKO IGARACHI.'
'UNA ESPOSA POSTIZA'
Escrita por: JIPUK.
Para la GF2011.
Albert y Candy fueron a recogerlos a la estación de trenes. Hicieron las presentaciones debidas. Candy se había puesto feliz al encontrarse con su amiga Patty. Y tendrían muchas cosas de que platicar y ponerse al día.
Candy tuvo que ir a su trabajo esa noche después de la cena, mientras que Albert se dedicaba a resolver su caso, sentado en su pequeño escritorio en la sala.
Un día la tía Elroy le dijo que le iba a cambiar todo el guardarropa, y se la llevo de compras. La tía tenia muy buen gusto. Le compro lindos vestidos de día de salir, de noche, sombreros, accesorios, bolsas, calzados, sandalias, maquillaje.
En un momento Candy pensó que de cuando para acá se maquillaba tanto. Tia Elroy viendo los gestos de la rubia le dijo que sin discusión y que ella misma le iba a enseñar como maquillarse.
Entre la tía y Patty le cambiaron todo el look de Candy. Cuando antes se parecía mucho a una adolescente ahora parecía que estaba mas a la altura de un abogado prestigioso.
Esa tarde cuando Albert llego casi se quedo viéndola por un momento. La tía le dio un ligero codazo para que saliera de su trance, y que por lo menos dijera algo a su esposa.
Candy solo bajo la vista tímidamente. Estaba tan emocionada que el la viera, pero cuando la vio y no supo que es lo que el estaba pensando, '… a lo mejor no le gusto, que tonta eres Candy, deja ya de soñar, el nunca se fijara en ti…'
Albert: estas muy linda hoy…-casi no podía articular palabra de la impresión. Luego solo le dedico una sonrisa.
Los días junto con toda la familia se fueron de volada. Ya la visita se tenían que ir de regreso a Lakewood. Además tenían que preparar la boda de Stear y Patty, la cual se celebraba en unos meses.
Albert y Candy asistieron a la boda de Stear y Patty. La cual quedo muy espectacular. Todo lo que tía Elroy quería que saliera. La boda del año. Se tomaron muchas fotos. Los novios se veían muy felices.
De regreso a Chicago, siguió la rutina de siempre. Ya faltaba poco para que terminara el año.
Albert hizo todo los tramites que se tenían que hacer para el divorcio. Sentía que una gran tristeza en su corazón, mientras le decía a su asistente George cuales eran los bienes que le entregaría a Candy cuando se separasen.
Candy siguió trabajando hasta el último momento en el hospital. El director le dio una carta de recomendación para que no tuviera muchas dificultades al buscar trabajo en cualquier lugar.
La rubia su vez también se sentía triste. Cada día se acercaba la fecha de la separación. Todo el año que estuvo con el rubio lo disfruto tanto. Su único amigo que en realidad se podría decirse.
Llegado el día de regresar a Florida. La rubia solo empaco lo necesario en una maleta chica. El rubio trato de persuadirla de que se quedara el tiempo necesario que quisiera. Pero ella se quería irse y no dio su brazo a torcer. Con lo testaruda que era. Albert no insistió más.
Albert: estas segura de que te quieres ir mañana mismo. Mira no lo tienes que hacerlo tan apuradamente. Puedes quedarte un par de días más.
Candy: es mejor que me vaya y así poder encontrar algún trabajo y un apartamento lo antes posible. Yo sé que puedo vivir un par de días junto con mis madres, mientras consigo algo.
Albert: bueno si ya lo has decidido, y no te puedo hacer cambiar de opinión. Espero que tengas un buen viaje. Pero llévate esto. –dándole un maletín negro.
Candy: que es lo que contiene el maletín.
Albert: lo olvidaste pequeña, recuerdas que hicimos un trato antes de poner todo este teatro. Ahora soy el que paga. No? es dinero en efectivo y aquí en este cartapacio están los papeles legales de las propiedades que te quiero dar. Incluyendo que compre la propiedad del hogar a última hora. Ya no tendrán que pagar más renta al menos que tú quieras cobrarle a tus madres ya que la misma está a nombre tuya.
Candy se quedó con los ojos abiertos como platos. Definitivamente se le había olvidado ese detalle. Pero recuperándose inmediatamente le dijo enseñando un sobre blanco grande de que ya había tomado la paga.
Albert no entendía bien y quedo extrañado y viéndola interrogativamente, a lo que Candy anteponiéndose a lo que preguntara le dijo mostrando una foto (en sepia que había sacado del sobre) de toda la familia, incluyendo la tía Elroy, Stear, Patty, George y por supuesto no podía faltar nuestro galán Albert sonriéndole de esa forma tan suya.
Candy: esto es lo único que necesito para el resto de mi vida, una familia! –le dijo ella con una gran sonrisa.
Albert iba a decir algo pero Candy no lo dejo.
Candy: no Albert no me tienes que dar nada, piensa que fue un favor que te hice. Sino de ahora en adelante nadie creerá en la amistad sincera. Yo no podría aceptar lo que me quieres entregar.
Albert: eres muy buena Candy, no te lo han dicho antes… bueno entonces me dejas darte un abrazo? –sonrió y le abrió los brazos invitándola.
Candy: OH! ALBERT! –se hecho a sus brazos como si fuera una pequeña niña en realidad y con las lágrimas en los ojos. Las cuales amenazaban en salirse y correr su cauce sobre las enrojecidas mejillas…
Se propuso a que se llevaría un lindo recuerdo de él y no desaprovecharía este instante. Y pego su cabeza más al pecho de Albert y se hundió más a él.
Albert la abrazo intensamente y aspirando su linda cabellera de rizos dorados a aroma a rosas primaverales. Cuantas veces quiso tenerla así en sus brazos, desde ya hacia unas cuantas semanas. Quería quedarse con un gran recuerdo de su pequeña, aunque nunca más la volviera a ver en su vida.
Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que susurro en su embobamiento. "Quédate a mi lado, Candy! Quédate conmigo, no sé si pueda seguir viviendo después que tú te vayas de aquí. Te amo tanto!" – apretó mas su abrazo. No quería dejarla ir, le pesaba tanto separarse de ella.
Candy por su parte pensó que estaba alucinando. No podía pensar muy bien, así como estaba abrazada al hombre que desde que lo vio se quedó prendada de él. Tampoco podía articular palabra alguna, por más que quisiera. Y lo único que llego a decir fue el nombre de Albert apenas audible.
La separo un poco para verle esos ojos esmeralda que tanto le gustaban. El mundo dejo de existir para ellos. A su alrededor se formó una especie de neblina blanca la cual quedaron sumergidos en una burbuja.
Cada uno pensó que estaban soñando y que no podía ser real. Pero tampoco querían despertar si fuese un mero sueño.
Poco a poco Albert fue bajando la cabeza, solo veía los labios de color carmín de Candy. Y así muy suavemente la beso. El beso fue al principio lento, tierno y apasionado. Candy seguía embrujada, solo disfrutaba, no podía pensar en nada, su mente estaba totalmente en blanco.
Luego poco a poco se fueron intensificando los besos, Albert la atrajo más hacia él. Candy empezó a sobarle la espalda de Albert, lentamente. Y este hizo lo propio.
Los besos y las caricias dieron lugar a que entraran en más calor embriagándolos. Candy solo se dejó llevar por el rubio ojiazul. Ninguno de los dos pensaba coherentemente.
Albert la cargo sin dejarla de besar, posteriormente la llevo a su recamara, dejándola sobre la cama delicadamente. Sin siquiera separarse de los labios de pecosa. El rubio pensó que ya no podía más y tenía que fundirse con ella. Y así comenzó una noche intensa de pasiones, donde el rubio la hizo su mujer.
Los dos rubios se encontraban profundamente dormidos. Los primeros rayos del sol los sorprendió abrazados. Los dos despertaron al mismo tiempo, regalándose una sonrisa. Candy estaba completamente ruborizada. Con solo pensar en la noche que había pasado.
Albert la atrajo más hacia él y le dio susurro al oído que la amaba y que había sido la mejor noche que había pasado en su vida y le dio un profundo beso en los labios.
A Candy se le cayeron un par de lágrimas. Albert le pregunto sorprendido que por qué lloraba? Si acaso la había lastimado, de repente realmente se preocupó.
Candy: no me has lastimado Albert? Solo que soy la mujer más feliz del mundo. Nunca antes había experimentado tanta dicha.
Albert le beso las lágrimas que salieron de los ojos de su mujer. Estaban tan felices.
Albert: TE AMO!
Candy: yo también TE AMO! –lo dijo escondiéndose en el pecho de su marido. Y abrazándolo fuertemente.
Albert: eso significa que ya no te iras y te quedaras para siempre conmigo, vaya donde vaya.
La rubia solo atino a asentir con la cabeza. Ya que su cara estaba totalmente roja. Albert también le correspondiendo el abrazo y la atrajo más hacia él. Ya se habían confesado. Dejaron sus miedos y empezaron desde el principio otra vez.
Ahora el rubio a la luz del día la amo de nuevo. Y de esta manera inicio su historia de amor.
Cada día se enamoraban más y se los demostraban a cada rato. A los pocos meses tuvieron la agradable noticia de que iban a ser padres de unos gemelos.
La tía Elroy fue la que más se emocionó cuando le dieron la noticia de que la familia Andrew tendría herederos ahora. Después de mucho tiempo, tendría niños en su mansión.
Fin.
MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR LEER.
Esperando que haya sido de su agrado mi historia que ha salido de esta cabecita loca de su servidora... :D