Me estoy ahogando en el vacío, ¿Por qué no puedo ser como las otras chicas? Quiero bailar, saltar, cantar…enamorarme. ¿Por qué tengo que ser una McGarden?

-Es tiempo de que se vista para ir con su padre, señorita.

-¿Eh? Ah, sí…-Suspiré- Salgo en un minuto.

Dinero, Fama, Una gran casa…Todo lo que una persona quiere, excepto yo. Solo quiero una vida sencilla, estar rodeada de amigos y de alguien que me ame tanto como yo a él.

-Su padre la espera en su oficina en 15 minutos.

Revisé mi armario, saqué un vestido verde hasta un poco más arriba de las rodillas y me lo coloqué. Arreglé un poco mi cabello, me coloqué unas sandalias con un poco de tacón y salí a la oficina de mi padre.

-¿Estás lista, Levy? –Mi padre, un hombre alto, mirando a través de la ventana por un segundo mientras se arreglaba su corbata volteó a mirarme-

-Sí…

Mi padre y yo nos dirigimos al auto que nos esperaba afuera de la casa, me acomodé en el asiento y me quedé mirando fijamente a través de la ventana aún cerrada. Mi padre empezó a conducir.

-Debes colocar buena cara cuando lleguemos a la fiesta de los Heartfilia.

Fue la única oración que se escucho desde que salimos de la casa, yo seguía mirando a las personas pasar a través de la ventana. En menos de lo que había pensado llegamos a la casa de los Heartfilia. La hija de esa famosa familia era una de las pocas amigas que tenía, desde pequeña siempre estábamos juntas.

-Ya llegamos –El hombre en el asiento del piloto abrió la puerta y salió, recorrió hasta la otra parte del auto y me abrió la puerta-

Empecé a caminar hacia la entrada de la casa de los Heartfilia, un mayordomo esperaba en la puerta. Mi padre se detuvo a hablar con él, yo seguí mi camino.

-¡Levy! –Una voz familiar hacía eco por todo el pasillo, la miré desde lejos-

-¡Lucy! –Solté una pequeña sonrisa-

Caminé lo más rápido que pude hasta llegar a donde se encontraba Lucy. Detallé su vestido, definitivamente el rosa es su color. Tenía unos pequeños detalles en azul cielo, su cabello estaba recogido. Parecía una princesa.

-Pensé que no vendrías –Lucy me abrazó- ¡Pensé que pasaría mi cumpleaños sin mi mejor amiga!

-No podría hacerte eso –Reí- Oh, tu regalo lo dejé en el auto, voy a buscarlo.

Lucy me jaló del brazo.

-Olvídate de eso, quiero presentarme a unos amigos –Sin pensarlo, Lucy me llevó hasta el Gran Salón-

Ventanas grandes, cortinas color crema, una montaña de regalos, personas conversando entre sí; todo lo que se ve en una fiesta de una familia famosa.

-Oh, ¡Allá están! Vamos –Lucy seguía jalando mi brazo-

Nos acercamos a un grupo de chicos de nuestra edad.

-Te los presento –Lucy miró a una chica pelirroja- Ella es Erza Scarlet. –Miró a la persona al lado de la pelirroja- El es Gray Fullbuster y el que le sigue es Natsu Dragneel… –Se acercó a tomar su mano- Mi prometido.

-Mucho gusto en conocerlos –Sonreí- Espera… ¡¿Tu prometido?!

-Sí, al principio no quería ya que era decisión de mis padres pero, empecé a conocerlo bien y me enamoré –Lucy se sonrojó-

-Gusto en conocerte Levy –Natsu estiró su mano esperando a que yo se la estrechara-

Correspondí su saludo.

-Mucho gusto, Levy –Erza me sonrió-

-Igualmente, es un placer conocerte –Gray fue un poco más atrevido, tomó mi mano y le estampó un dulce beso, me ruboricé un poco-

-¡Gray! –Erza le dio un leve golpe en la cabeza a Gray- Compórtate.

-¡Auch! –Gray acarició su cabeza- Traté de ser un caballero –refunfuñó-

-Bueno, ¡No nos quedemos aquí hablando! –La voz de Lucy sonaba contenta- Es hora de bailar –sonrió-

Lucy tomó a Natsu del brazo y se dirigieron al centro del salón. La música que sonaba por toda la habitación era un Vals, una melodía para unos enamorados. Erza estaba recostada sobre la pared hasta que un chico de cabello azul y una marca sobre su ojo derecho la invitó a bailar, ella aceptó.

-¿Quieres bailar? –Gray me tendió su mano-

-Oh…-dudé un poco- Claro.

A pesar de que una chica como yo, viniendo de una familia tan importante como los McGarden debería ser perfecta en todo, pero en realidad el baile no es mi fuerte. Acepté bailar con Gray porque mi padre me miraba, tenía que demostrarle que debo ser la "niña perfecta".

-Espero no hacer el ridículo –Susurré-

-¿Dijiste algo? –Gray me miró, aún sostenía mi mano-

-Ah, no…No es nada –Suspiré-

Gray colocó mi mano sobre su hombro, el colocó la suya sobre mi cintura, nuestras manos se unieron y al compás de la música empezamos a bailar. Pensé que nuestro baile sería eterno, me sentía un poco ridícula. Cómo si mi deseo de que la música terminara se hubiese hecho realidad, Gray se detuvo. Una chica de cabello azul se acercó un poco sonrojada.

-Disculpa… ¿Puedo bailar contigo?

Gray me miró. Yo asentí y me retiré de ahí, me acerqué a una silla que estaba cerca y me senté, admirando como los demás bailaban como ángeles. Sentí que alguien se sentó a mi lado. Voltee a mirar quien podría ser.

-Tch, este lugar no es para un tipo como yo.

Era un chico moreno, cabello negro y ojos carmesí, una mirada fría y una pierna sobre la otra, un traje negro y camisa blanca, definitivamente llamó mi atención.

El chico volteó a mirarme. ¿Por qué me sonrojé?

-¿Qué pasa? –Su voz grave resonaba por mis oídos- ¿Tengo algo en la cara?

-¿Eh? Ah, no…No es nada…Disculpa.

-¿Porqué te disculpas? –Seguía mirándome-

-Olvídalo…

¿Por qué me puse tan nerviosa? Ni siquiera sé su nombre.

-¿Te gustan este tipo de fiestas? –En su mano llevaba una copa con un líquido purpura, le dio un sorbo-

-No me encantan pero, mi padre siempre me obliga a venir –Lo miré- En esta ocasión quise venir por mi cuenta.

-Oh…

Sin darme cuenta, el baile ya había terminado. No encontraba a Lucy. Otra canción se escuchó.

-¡Nadie puede quedarse sin bailar! Todos tomen una pareja y pasen a bailar –Lucy se tenía un micrófono en la mano-

Creo que Lucy lo hizo a propósito.

-No sé porque vine a una fiesta tan lujosa –El chico se levantó y me miró- ¿Quieres bailar? –Sonrió y me tendió su mano-

-Oh…De acuerdo –Sonreí y tomé su mano-

Me levanté de la silla. El me miró y soltó una leve carcajada.

-¿De qué te ríes? –Estaba confundida-

-Eres más enana de lo que había pensado –De la risa una lágrima salió de su ojo, se la secó-

-¡Yo no soy enana! –Refunfuñé- Tú eres muy alto…

-Bueno, olvidémonos de eso –Sonrió-

-Tch.

Pasamos a la pista, pude notar que mi padre bailaba con una mujer aparentemente de su edad.

-Oh, que descortés de mi parte.

-¿Huh?

-¿Cuál es tu nombre, enana? –Tomó mi mano y la acercó a sus labios-

¿Por qué siento mi rostro tan caliente? ¡Kyaa, debo estar tan roja como un tomate!

-¡No me digas así!

-No respondiste mi pregunta –Sus ojos rojos no dejaban de mirarme-

Suspiré.

-Levy.

-Lindo nombre…A pesar de que eres muy enana –Sonrió-

¿Acaba de elogiarme o qué?

-¿Y el tuyo es…? –Coloqué mi mano junto a la suya, lista para bailar-

-No es importante –Intentó cambiar la conversación-

-Bueno "noesimportante", ¿Bailamos? –Reí-

El asintió.

Aún quería saber su nombre, pero si seguía insistiendo parecería una acosadora.

-Oh –Miró el reloj que se encontraba en su muñeca- Debo irme.

Nos detuvimos.

-Al fin me sentía cómoda bailando…-Susurré-

-¿Qué dijiste? –Me miró-

-Nada –Me ruboricé-

-Bueno, nos vemos después…enana –Se despidió de mí…con un beso en mi mano-

-¡Mi nombre es Levy! Y… ¿Cómo sabes que nos volveremos a ver?

-Si el destino lo quiere nos volveremos a ver, L-e-v-y.

Salió del salón.

¿Si el destino lo quiere? En realidad no sé qué pasa por su cabeza pero…es agradable hablar con él.

La fiesta terminó alrededor de las 12 de la medianoche. Le entregué el regalo a Lucy, me despedí de todos. Mi padre me esperaba en el auto. Llegamos a casa.

-Levy, a las dos de la tarde vendrá un invitado. A esa hora te daré una noticia.

-Está bien –Suspiré- Buenas Noches –Sonreí-

-Buenas noches, hija.

Me quité el vestido y los tacones. Me coloqué algo cómodo para dormir, me recosté sobre mi cama.

-Me gustaría volver a verte.

A las dos de la tarde...

Ya que venía una visita tenía que verme presentable. Tenía puesto un vestido blanco con detalles en naranja y sandalias. Esperaba a mi padre en la sala principal.

La puerta se abre, se escuchan pisadas firmes.

Voltee a mirar.

T-Tú! –Estaba sorprendida-

En la puerta se hallaban mi padre y el chico de ayer…Tenía una camisa negra y chaqueta de cuero. Su pantalón era oscuro y sus zapatos eran del mismo color de la chaqueta.

-Hija, te presento a Gajeel Redfox…Tu prometido –Mi padre sonrió, cosa rara en él-

-¡¿MI-MI-MI Q-Q-QUÉ?

-Mucho gusto –Gajeel se me acercó y susurró a mi oído- Enana.

Bueno, espero que les guste en fic (A mi me gustó escribir este capítulo x3)! Sus comentarios serán bien recibidos.

Besos~