ᴼᴼᴼ Dark Intentions ᴼᴼᴼ

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Eden

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"Estoy al borde otra vez, desearía poder dejarlo ir…me muero de ganas de recuperar el aliento"

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"Entonces el niño pidió su deseo a la estrella viajera, anhelando con todo su ser que este se cumpliera, y no volver a sentirse triste nunca más", leía con fervor aquel cuento infantil.

"Mami, ¿todas las estrellas cumplen deseos?", preguntó ingenuo el pequeño azabache desde su cama, cubierto por las mantas solo sobresalía su divina carita, sus mejillas rebosando de un hermoso y tenue rubor, seguramente debido al calor.

"No todas amor, solo las fugaces, ¿Por qué, tenías algún deseo?", cuestionó distraídamente acariciándole sus rebeldes cabellos –tan idénticos a los de él–, un estremecimiento la asaltó al recordarlo.

"No", negó inmediatamente sorprendiéndola un poco.

Su hijo era extrañamente maduro, ella siempre quiso darle una vida como la del resto de los niños, con ilusiones, deseos, sueños, sin embargo Light no lo permitía, cuando él fue creciendo temió que la ausencia de su padre lo volviera retraído o depresivo, pero lejos de mostrarse débil o enojado con la vida, era un niño con pensamiento de adulto muy feliz.

"Pero… ¿Qué tienes en tus brazos?, ¿Quién es ese niño Sakura?", la miró con ojos sospechosos su madre.

"Él es…él es mi hijo mamá, Light es mi niño", fueron las primeras palabras que pronunció después de que la llevaran a la estación de policía.

Ni siquiera había tenido que llamar a los bomberos, las llamas eran tan majestuosas, que probablemente se dieron a notar varios kilómetros a la redonda. La policía arribó al lugar del siniestro, y ella continuaba ahí, hincada en el suelo protegiendo a su hijo del frío y buscando desesperadamente no perder la razón. Cuando creía que comenzaría a delirar, los balbuceos de Light la traían de nuevo a la realidad.

Los cuerpos de rescate la examinaron, pero no pudieron animarla a contar nada, se dieron cuenta que era la chica desaparecida ya casi dos años atrás, y que esa era la residencia Uchiha, pero no podían suponer nada, debían esperar a que ella saliera del shock en el que se encontraba y les esclareciera los hechos.

"¿Tu…hijo?", la expresión de su madre pasó del alivio a la decepción.

"Sakura, hija, explícate, ¿cómo que tu hijo?", se acercó su abuelo a ella, en esos meses el hombre de hermosos ojos verdes y piel tostada, había envejecido más de diez años, seguramente por la preocupación que fue no saber de su paradero.

"Que quieres que te explique papá, esto está muy claro. Ese niño es idéntico al sobrino del dueño de la casa donde encontraron a Sakura, todo este tiempo…no puedo creer que nos hayas tenido viviendo en la incertidumbre y el dolor, todo para largarte con ese muchacho, a hacer Dios sabe que cosas".

"¿No me digas que no tienes algún deseo mi amor?", se arriesgó a meterse a un terreno más profundo.

"Mm, no, pronto tendré todo lo que quiero mami, y tu también", señaló misterioso.

"Espero que así sea Light", le sonrió falsamente.

Jamás tendría todo, siempre faltaría él, su recuerdo ya no bastaba, saber que Sasuke se había sacrificado por ellos la llenaba de culpa y a la vez amor por él, en todo ese tiempo que compartieron juntos, Sasuke logró un cambio impresionante, pero aun así nunca esperó un acto tan desinteresado y humano de su parte, por eso no pudo ensuciar su memoria.

"Yo decidí fugarme con él, nos amábamos, queríamos estar juntos", tomaban su declaración en una pequeña y helada oficina. El olor que desprendía la taza de café que le colocaron frente a ella en el escritorio, le generaba algunas náuseas, solo le dio un sorbo por cortesía.

La mujer policía que la entrevistaba frunció el ceño y la miró con soberbia. El golpear de las teclas llenó los huecos de silencio que se formaban cada vez que se hacían esas extensas pausas.

"Que extraño, él fue uno de los entrevistados, no demostró tener un interés especial en ti, es más, el resto de alumnos confirmó que en la escuela jamás te vieron en alguna situación amorosa con alguno de tus compañeros", indicó acomodando los codos en la mesa y acercando su rostro al de ella, quería intimidarla y agobiarla más de lo que ya estaba.

"No lo sabían, nadie lo sabía, pero Sasuke era…era diferente a como todos lo veían", susurró sin poder contener más el llanto.

"Mn, tu madre no creyó en la posibilidad de que hubieras huido, dijo que eras una –buena niña–, pero creo que en tu condición, se equivocó".

"¿Dónde está mi hijo?", evadió la mirada de burla de la mujer.

"Lo están revisando", espetó cortante.

"¿No debieron consultármelo?, es mi hijo", se puso de pie molesta.

"Hay una investigación que seguir, debemos asegurarnos de que el pequeño esté bien", moderó su voz al ver su molestia.

Un hombre entró con unos documentos, se los pasó a aquella seria y mal encarada mujer, esta los inspeccionó con sus ojos miel, suspiró derrotada y la observó un poco más tranquila.

"El informe muestra que tu hijo está en perfecto estado de salud, Sakura, esta es tu última oportunidad, ¿huiste de casa por voluntad propia con Sasuke Uchiha, o él te obligó?", su tono era de comprensión e interés, contrastando totalmente con la actitud que le había mostrado desde un inicio.

"Sasuke no me obligó a nada, yo lo amaba, y él a mi…nunca me haría daño"…

Le dio un beso en la frente al verlo cerrar sus preciosos ojos negros, apagó la lámpara del buró, a Light le molestaba la luz. Al cerrar la puerta se dirigió a la cocina por un vaso de agua, se encontró con su madre y esta le dedicó la misma mirada de siempre.

"Nunca me va a perdonar", soltó con algo de dolor a su abuelo.

"No te desesperes hija, lo que pasa es que le resulta difícil aceptar todo esto, pero verás que un día la confianza que te tenía regresará", sonrió para animarla.

"¿Light ya se durmió?", le preguntó continuando con los platos que lavaba.

"Ya", respondió escuetamente mientras tomaba un vaso de cristal.

Tal vez estaba mal, pero ya no le importaba la actitud de su madre, haber pasado por tantas cosas, las cuales solo ella sabía, cambió totalmente su perspectiva, no le interesaba congeniar con nadie, conseguir el perdón de nadie, ¿Quiénes eran ellos para juzgarla?, ¿Quiénes eran ellos para culpar a Sasuke?

"¿Sabes a qué se debió el incendio?", el oficial de cabello platinado y ojos negros era más educado y comprensivo que la mujer anterior, aun así, a él tampoco le dijo algo significativo.

Se dedicó a negar con la cabeza, aquellas preguntas eran las mismas que se generaban en su mente, ¿Por qué?, ¿Qué lo orilló a tomar esa decisión?, ¿Qué lo llevó a separarse de ella y de su hijo de una manera tan triste?

"Al parecer fue provocado, aunque las pruebas periciales no son muy claras, en casos así, a veces las cosas nunca llegan a esclarecerse. ¿Tu novio y su tío tenían algún problema?".

"No lo creo, él había estado de viaje, yo no lo conocía. Pero…Madara fumaba mucho, tal vez fue un accidente", ¿y qué si lo era o no?, no es como si al saber la verdad Sasuke apareciera de nuevo en su vida, no es como si le importara que él fuera un asesino o no, aprendió a amarlo con todo lo que aquello conllevara, con toda su maldad que sabía permanecía latente, al fin y al cabo, eso era el verdadero amor, ¿no?, cuando conoces cada ámbito de esa persona, cada defecto, acierto, secreto, cuando conoces sus alcances y aun así eso pierde sentido, porque lo único que anhelas, es verlo.

Aún vivía con ellos por Light, porque su abuelo se lo pidió, mientras ella intentaba darle un poco de propósito a su existencia –estudiando medicina–, su hijo convivía con lo que le quedaba de familia. No trabajaba, no le hacía falta, además tampoco permitiría que su niño creciera no viéndola a su lado, ya bastante tenía con la falta de su padre.

Colocó el vaso en el fregadero, después regresaría a lavarlo, cuando el ambiente no se sintiera tan pesado. Pasó de largo el despacho de su abuelo, este escribía nuevamente, solía encerrarse horas en esa habitación solo ideando nuevas historias, el único que lograba distraerlo era Light.

Entró a la recamara y buscó su camisón, su reflejo en el gran espejo de su baño llamó su atención. Su imagen delicada y de niña frágil se quedaron en el pasado, ahora era toda una mujer, aunque no se sentía como tal, su papel más importante era el de madre, ¿y cómo no serlo?, no le interesaba ningún hombre que no fuera él, Sasuke supo marcarla de por vida, muy en su interior reconocía que no encontraría a alguien para amar u odiar tan profundamente como lo hizo con él.

"Estoy perdida, rindiéndome lentamente…"

Se desvistió y cambió rápido, su celular vibró en la cómoda, sin apresurarse leyó el mensaje, Itachi volvería pronto de su viaje, sonrió al saber que su hijo estaría contento de verlo.

"¡Sakura!, ¿Qué pasó?, ¿Qué fue lo que ocurrió?", su rostro desesperado y abatido suplicándole le desmintiera aquella noticia.

Sin poder responder se lanzó a su pecho y lo abrazó, ambos se brindaron apoyo uno al otro, él había perdido a su único hermano, ella al amor de su vida.

Se recostó un rato en la amplia cama, con la vista fija en el techo, no pensaba dormirse todavía, tenía algunos pendientes de la universidad, solo quería esperar a que su madre se retirara a descansar.

Sintió algunas gotas tibias recorrerle las mejillas, cada noche de cada día era lo mismo, siempre un martirio constante, una desolación imposible de superar, ¿hasta qué punto había logrado colarse en su alma?...

"Tu fantasma atormentándome a cada segundo…esas voces en mi cabeza no son más que mi anhelo"

"¿Un día de campo?", la miró con la ceja alzada.

"Mn…si, en el jardín", aclaró apresurada, "no te digo que vayamos a otro lugar, podemos hacerlo aquí mismo", se frotó su vientre sintiendo los movimientos de su hijo.

"Eso te gustaría, ¿cierto?", se levantó del sofá y se acercó a ella.

"La verdad…mucho", se sonrojó cuando él acarició su mejilla.

"Hmp, bien".

Giró su cuerpo en el blando colchón, enterrando su rostro en la almohada y acallando sus sollozos, apretó con fuerza las mantas, sintiendo la rigidez de sus nudillos, ¿por qué?, ¿¡Por qué!?, se quejaba su mente repetidas ocasiones, ¿Por qué me dejaste?...

"Ven a la cama, no me hagas dormir sola…no podría ocultar el vacío que creaste…"

"Sasuke…", pareció arrepentirse de lo que estaba a punto de decir.

"Mn", la cubrió con la sábana y se concentró en que su mirada chocara con la de ella.

"Nada…no es nada", pretextó apagando la luz de la cómoda.

"Sakura", insistió serio.

"¿Por qué…por qué…me hiciste…tu sabes?. No digo que ahora no este feliz, que no quiera estar contigo, o que no te ame a ti y a nuestro hijo…pero… ¿Por qué eras así?", acarició su mejilla, ella no podía verlo, pero él sí, siempre pudo.

Varios minutos en los que las palabras no llegaron a sus oídos, en los que las respiraciones de ambos se volvieron más pesadas e incomodas, y cuando pensaba que él no le respondería.

"No tiene caso que te lo diga", murmuró. "Solo te haría daño de nuevo", besó sus labios lentamente, abrazándola fuerte después.

Sus parpados permanecían cerrados, conteniendo el llanto que aún le faltaba dejar ir, ¿Cuántas más lágrimas brotarían todavía?, a lo lejos escuchó algunos truenos que parecían partir el cielo, estaba por ser vencida por el cansancio, eso era mejor que seguir sufriendo, apagar por algunas horas su dolor, aunque a menudo era peor, porque en sueños lograba atormentarla de nuevo, ni dormida ni despierta encontraba escapatoria, él dominaba su existencia.

Ahí estaba de nuevo, sintiendo como sus frías manos recorrían su espalda con paciencia, con un roce que apenas y podía percibir, apretó los ojos y sonrió débilmente, esos sueños eran los mejores, cuando creía que él estaba con ella, cuando pretendía que podía tocarlo, percibirlo.

Lo sintió acariciar su larga cabellera, haciéndola a un lado para besar su mejilla e inspeccionar con su nariz desde su oreja hasta su cuello, el espacio libre del colchón pareció recibir más peso a su lado, una palma fuerte y áspera acunó su hombro, retirando el tirante y bajando su camisón, depositando besos y ligeras mordidas en todo el contorno de su brazo y su espalda.

"Lo he intentado muchas veces, pero nada era real…he ahogado mi cordura para poder volar… ¿aprenderé alguna vez?"

Mordió su labio frustrada, ¿Por qué tenía que ser solo un sueño?, debía despertar y clamar por algo de sensatez, no podía pasarse la vida imaginándolo y ansiándolo junto a ella, Sasuke estaba…muerto, abrió los ojos y descubrió la inmensa oscuridad y soledad que la rodeaba, se sentó derrotada en la cama y se cubrió el rostro con las manos.

"Los restos están irreconocibles, prácticamente no quedo casi nada de ambos, pero es imposible que alguno haya podido salir con vida", les informaba aquel detective.

"Entonces…eso es todo", murmuró Itachi con la vista en el suelo, mostraba mucha más entereza que ella, que estaba a punto de volverse loca de dolor.

"¡No…no…no, no, no!"

"No…", susurró sin fuerzas a la nada.

Un toque tierno y suave se instaló en su cabeza, tensándola y asustándola a la vez. Con miedo y preocupación levantó el rostro, una figura poderosa e imponente se descubría frente a ella. Las sombras no le permitían reconocer aquel rostro que destellaba fuego por los ojos, hasta que un rayo iluminó la habitación, alumbrando cada rincón y mostrándole al extraño.

Abrió la boca sorprendida y aterrada, retrocedió sobre la cama topando con la cabecera y cubriéndose con las colchas, la oscuridad reinó de nuevo, podía ver como él avanzaba hacia ella.

"No…debo estar soñando…tu…tu estas muerto", articuló con pena y espanto.

"Sakura…", su voz era la misma.

Cerró los ojos y negó incontables ocasiones, comenzó a rezar fervientemente, abrazándose a sus rodillas y meciéndose de un lado a otro.

"Mírame", le ordenó colocándose frente a ella, golpeándola con su cálido aliento.

"Sa…Sasuke", musitó abriendo los parpados y acercando su mano a su rostro.

Él tomó su mano y la llevó a sus labios, la besó con devoción, para después acariciarla con su mejilla.

"Estoy soñando…", comentó incrédula. "Cuando despierte y abra los ojos desaparecerás…ya no estarás conmigo, me dejarás sola…como siempre", lloraba triste.

"Enciende la luz", le indicó sonriendo.

"No…no quiero verte desvanecer", respondió angustiada.

"He perdido mi confianza…dame algo en lo que creer"

"Te prometo que seguiré aquí", se acomodó entre sus piernas, retirando su cabello y acomodándoselo detrás de las orejas.

"Lo prometes", pidió destrozada.

"Hn, hazlo", murmuró en su oído.

Suspiró decaída y acercó su mano a la lámpara, algo dubitativa detuvo su brazo a unos centímetros, temblaba, era el sueño más real que hasta ahora había tenido con él, no quería despertar, no quería regresar a la cruda realidad de verlo partir de nuevo. Encendió la luz cerrando los ojos, todavía podía percibirlo frente a ella, sentirlo entre sus piernas.

"¿No vas a abrazarme?"

Se lanzó a su cuello y lo apresó temiendo que fuera solo una ilusión, él la tomó también y la acercó a su pecho.

"¿Cómo es posible?... ¿cómo?", lo apretaba con todas sus fuerzas, llenándose en cada aspiración de su olor.

Él cogió su rostro con ambas manos, sus verdes gemas exploraron sus finos y hermosos rasgos, era él, se veía tan altivo y atractivo como siempre. Sus labios se juntaron demandantes y expectantes uno del otro, acariciaba apresurada su cabello, su cuello, cada extensión de su cuerpo, tenía que sentirlo en su totalidad.

Le retiró sin paciencia el abrigo negro que lo cubría, después hizo volar los botones de su camisa, embargándose con su torso desnudo, lamiendo la superficie de abajo hacia arriba y viceversa, con fuerza lo empujó haciéndolo caer de espalda con ella encima, él la asió de la cintura y la sentó sobre sí, recorriéndola lascivamente con sus profundos pozos oscuros, apretando sus piernas por debajo del delgado camisón.

Volvió a lanzarse a sus labios, gustosos ambos por la pasión que emergía de aquel inverosímil encuentro. Las manos del azabache se apoderaron de su espalda, tomando la frágil tela y haciéndola girones, ella no perdió el tiempo y desabrochó su pantalón.

Sus cuerpos se rozaban delirantes, él cambió las posiciones y se acomodó sobre ella, mirándola entretenido.

"¿Por qué…por qué me hiciste pasar por este dolor?, te creía perdido", reclamó sin mucha convicción.

"Era necesario", contestó sin pena.

"¿Sabes lo que he sufrido?, las noches que he pasado en vela, solo deseando morir, anhelando verte", comenzó a llorar de nuevo.

"Ya no más", lamió las lágrimas saladas, bajando a su cuello y después a sus pechos.

"¿Qué pretendes ahora…que significa que vuelvas de tu tumba a ilusionarme de nuevo?", su voz se perdía en gemidos ante su toque.

No podía impedirlo, lo necesitaba, demasiado, deliraba por él, le pertenecía completamente a ese hombre insensible, a ese maldito que regresaba sin remordimiento para poner su mundo de cabeza nuevamente.

"Solo lo que es mío", lo sintió en la parte baja de su anatomía, apretó los dientes contra sus labios, rasgando así su carne hasta sentir la sangre fluir, ahogando más quejidos de placer. El hilo de líquido carmesí bajó por la comisura derecha alcanzando su barbilla, pero ella solo era capaz de sentir lo que él quería que sintiera. Su comentario la llenó de escalofríos, suya, el muy mal nacido tenía toda la razón, ella le pertenecía totalmente.

"No soy…ah…no soy tuya, tú me dejaste, ahora no soy de nadie", articuló solo para molestarlo, conocía cuál sería su reacción, y estaba desesperada por recibir aquellas consecuencias. No tuvo que esperar demasiado, él la inundó completamente entrando con un solo movimiento, acallando su gemido con una feroz intromisión de su lengua en su boca, succionando además la sangre que brotaba de su labio roto.

"Repíteme eso Sakura", la retó con soberbia moviéndose velozmente en su interior, apretando con su mano derecha sus senos, mientras detenía su peso con la izquierda.

Estaba en el paraíso, escuchaba sus propios quejidos y le parecía un espejismo, ¿Cómo podía estar él ahí, haciéndole el amor de aquella manera?, juraba que era un milagro, o una mismísima maldición, ya que de Sasuke no podría provenir nada bueno.

"Luces hermosa gimiendo para mi… ¿entonces?, ¿Qué decías, a quién le perteneces?", aquel vigor era inhumano, parecía un feroz animal, llevándola más allá de todo límite, explotaría muy pronto, no quedaría nada de ella si él seguía con ese ritmo. "He esperado tanto para esto, cada noche imaginándote de nuevo rendida ante mi…", le sorprendía que Sasuke todavía contara con aliento para hablar, ella no podía ni articular una sílaba.

"Ahh… ¡ahhaa!…", cerró los ojos apretando sus muslos, apenas contuvo el grito de liberación que escaló por su cuerpo, todo debido al atroz orgasmo que la azotó en ese instante, quería reír y llorar al mismo tiempo, su conciencia se nublaba y su respiración se volvió errática. Abrazó a Sasuke fuertemente cuando se desplomó sobre ella, él hizo lo propio, al parecer estaban en las mismas condiciones.

Sintió tanto cansancio que le fue imposible mantenerse despierta, era mucha la impresión como para poder soportarla sin alguna secuela. Despertó súbitamente después de algunas horas, la luz estaba apagada, la encendió desesperada, haciendo que la lámpara casi cayera al suelo. Su vista vagó por toda la habitación, estaba sola, una punzada de dolor le atravesó el pecho, apretó la sábana con frustración. ¿Se había vuelto completamente loca?, estaba segura que sí, aunque eso no le sorprendía, al contrario, fue una hazaña que resistiera tanto antes de por fin perder la cabeza.

Desnuda y con temor de volver a alucinarlo junto a ella, se recargó abatida en la cabecera, eran las tres de la madrugada, sus ojos se perdieron en la nada, esperaba que todavía existiera alguna esperanza para ella, más que nada por Light, él no merecía quedarse ahora sin madre. Escuchó algunos murmullos y pasos que se dirigían a la habitación, sus escalofríos aumentaron. Alguien entró, su boca se abrió de asombro.

Sasuke ingresó apurado, con su pequeño en brazos. Los observó atónita, el azabache bajó al oji negro acomodándolo cerca de la cama, los dos parecían contentos.

"¿Qué te pasa?, ¿Por qué aun no estas lista?".

"¿Lista?, ¿para qué?...yo pensé que tu…que lo había imaginado todo…", se removió mas avivada.

"Hn, no te des tanto crédito, no tienes una imaginación tan buena Sakura", se mofó caminando hasta su armario, removió algunas prendas hasta que encontró algo que pareció interesarle, le arrojó con cuidado una blusa y un pantalón de mezclilla, así mismo descolgó un ligero abrigo.

"Mami, ¿Por qué no traes tu pijama?", los ojos de Light la miraban con bastante curiosidad.

"Tu madre tenía calor, ven, vayamos afuera a esperar a que ella termine de prepararse, nos alcanzará en seguida", ofreció su mano al hermoso niño que la tomó dichoso.

"Un momento, yo…no entiendo nada, ¿Cómo es que…?", Light lucía feliz, demasiado confiado y encariñado con Sasuke, lo cual era extraño, ya que solo lo conocía por fotografías, no creía que recordara algo de cuando convivieron, ya que su hijo era apenas un bebé.

"Ya habrá tiempo después Sakura, por ahora date prisa".

"Pero…no, ¿darme prisa para qué?", se puso de pie deteniendo la sábana alrededor de su cuerpo.

"Para irnos con mi papi, él vino por nosotros mami", sonrió lleno de felicidad su retoño.

"¡Estás loco!, ¿irnos?, así, como si nada. ¡No!, tenemos que aclarar todo, debo hablar con mi madre, con mi abuelo, Itachi está por regresar de su viaje, mi carrera, el colegio de Light, esto…es una locura Sasuke, no puedes aparecer después de cuatro años, ¡sin una maldita explicación!", lo enfrentó titubeante, los ojos de él la observaban fríamente.

"Light, espera en la sala, no hagas ruido, tu madre y yo bajaremos en seguida", le acarició la cabeza con ternura.

"Si papi, convence a mami", asintió motivado retirándose del cuarto.

"¿Cómo puede él tenerte tanta confianza?", cuestionó sospechosa.

"Veo a Light con frecuencia, él ya conocía mis planes, además me mantenía informado de todo, es muy inteligente, es idéntico a mí", se aproximó hasta ella.

"Eres un…", sintió la boca amarga, el muy mal nacido tuvo tiempo de visitar a su hijo pero no de hablar con ella, de decirle que estaba vivo, que no llorara más por él, que no se preocupara, darle un poco de consuelo, quiso golpearlo. "¡Bastardo desconsiderado!, ¿sabes todo lo que sufrí?, ¿todo lo que tuve que soportar por ti?, como la gente me miraba con desprecio por ser una libertina y una mentirosa, como todos me tacharon de ser tu puta…la decepción en los ojos de mi madre, el dolor que le provocaste a tu único hermano, el hueco en la vida de tu propio hijo… ¿Cómo pudiste?...¿¡cómo!?, ¿acaso no decías que yo te importaba?, ¿Cómo dejaste entonces que pasara por todo eso?", reclamó con coraje, yéndosele encima, no le importó que la sábana cayera al suelo y quedar nuevamente expuesta ante él. Pudo contener su ataque y la tomó por las muñecas, haciéndola caer sobre la cama con él encima.

"Era necesario, no podía volver por ti hasta que esto se enfriara. ¿Recuerdas nuestros planes no?, pues todo esta listo, sí, te fue mal, pero eso no se compara con lo que yo pasé, viéndote de lejos, preocupándome porque decidieras olvidarme y rehacer tu vida con otro, con alguien que si te mereciera…"

"¡Ja!, Cómo si hubieras permitido que algo así pasara, te conozco, jamás me dejarías estar con alguien que no fueras tu".

"Hmp, entonces me conoces bien, y sabes que no podrás impedir esto Sakura, ¿verdad?, que harás exactamente lo que te diga, como siempre, no solo por mí, también por él, Light quiere a sus padres juntos, o dime, ¿Qué es lo que tiene aquí?, una abuela que en el fondo le guarda resentimiento porque cree que arruinó la vida de su hija, un bisabuelo que ya no puede ni con el mismo, una madre que lo deja solo por horas, exponiéndolo a los peligros que habitan en las calles, un tío con una agenda ocupada que lo lleva al parque de vez en cuando, Light me necesita, yo le daré todo lo que él demanda, al igual que a ti", acercó su rostro al de ella, haciéndola desfallecer.

"Tú no lo mereces, ni a mi…", su voz perdió toda la fuerza que poseía.

"No, pero eso no importa, porque siempre obtengo lo que quiero, y créeme, si no te ansiara tanto, no estaría aquí, al menos de eso puedes estar segura, de que soy sincero, mis intenciones, aunque oscuras, nunca se mantuvieron ocultas Sakura, te deseo a ti, una vez aprendiste a vivir con ello, y volverás a hacerlo", sentenció seriamente.

"Tu tío… ¿Qué le pasó?", recordó de pronto, esperando con miedo la respuesta.

"Lo maté", soltó sobriamente, ni una pizca de arrepentimiento escapando de esa mirada vacía. "Era necesario, él no habría dejado que saliéramos con vida Sakura, yo conocía cada detalle de su vida, cada atrocidad cometida por sus infames manos, cuando te vio a ti y a Light, supo que yo ya no era el mismo, no podía arriesgarse a que lo destruyera con todo lo que sabía. No me importaba lo que Madara hiciera, a cuantos desapareciera solo para cumplir sus retorcidos caprichos, o como me dejó sin alma, ayudando a que me convirtiera en lo que soy, pero ustedes…", lo vio negar con la cabeza, "no podía dejar que los dañara a ustedes".

"Eres…un demonio", al que desgraciada o afortunadamente no sabía enfrentar, encararlo y salir victoriosa era imposible, no conseguía ni quería llevarle la contra, él estaba en lo cierto. Sasuke, el hombre que tan equivocadamente amaba, el padre de su hijo, era un asesino, aunque no le sorprendía confirmar aquella verdad.

Ahí, mirando a los ojos de la bestia, pudo descubrirse a ella misma, nada importaba ni importaría más, averiguó que en realidad nunca escapó de aquel abismo, lo hizo parte de su vida, dejo que la cubriera, por eso ya no se adaptaba a su antigua vida, su existencia solo adquiría significado al compartir el mismo aire que él respiraba, al apreciar el prohibido roce de su piel y al disfrutar de aquella ambrosía que se gestaba en el más profundo de los infiernos.

"Después de todo, te he perdonado, porque al final acepté, que lo único peor que estar contigo, es estar sin ti"

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"¿Entonces te llevarás una larga temporada de viaje?", la voz de su cuñado sonaba decaída.

"Si, mi abuelo me apoyó, dijo que le parecía lo más sano, que tratara de labrarme una vida lejos de todo lo que ocurrió en Konoha, y yo estoy igual de convencida, mi madre, por otro lado, tuvo que aguantarse, pero la convivencia de todas formas no era muy sana, además Light está muy feliz aquí", observó a lo lejos como su hijo lanzaba la pelota a su perro, mientras Sasuke lo vigilaba de cerca.

"Lo voy a extrañar, pero tal vez pueda ir a visitarte en algunos meses, no estaría mal conocer el Occidente, dejaré todo arreglado y los molestaré una temporada con mi presencia, ¿te parece?".

"Por supuesto, que bueno que me avisas, así tendré todo listo", se las ingeniaría para convencer a Sasuke, de algo servía ser la única debilidad del azabache. "De cualquier forma estaremos en contacto muy seguido, no quiero que Light pierda relación contigo".

"Ni yo, sabes que es mi consentido, en fin, estoy por entrar a una junta, me alegra que estén muy bien, si necesitan cualquier cosa, avísame en seguida, ¿de acuerdo?".

"De acuerdo. Suerte con todo Itachi, cuídate, hablamos después", se despidió tranquila y finalizó la llamada.

Se acercó hasta los dos pelinegros, tomando a Sasuke por la espalda y abrazándolo fuertemente, él se giró quedando frente a ella y atrayéndola por la cintura.

"Itachi está contento por Light y por mí, ¿crees que pueda contarle que tu…?"

"No presiones Sakura, sabes muy bien lo que pienso de mi hermano", respondió desinteresado.

"Anda, hazlo por mí, sabes que no puedes negarme nada, soy tu debilidad", le acarició la mejilla y el mentón con su dedo índice.

"Tú no eres mi debilidad", respondió altivo dejándola pasmada. "Tú y Light son mi única fortaleza", completó abierto, dándole un delicado beso en los labios, el cual ella correspondió con amor.

Nunca se arrepentiría de su decisión, estaba feliz por ella y por su hijo, por fin podrían vivir en paz, a su extraña e incomprensible manera, pero dichosos.

En aquel choque de fuerzas que se llevó a cabo entre el bien y el mal cuando se encontraron por primera vez, hubo un intercambio, ella ingirió algo de su maldad y él…él aprendió a tolerar su brillo.

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Bueno, atendiendo algunos de los comentarios, me decidí a realizar este epílogo, no soy muy experta en complacencias, pero creo que estaba bien aclarar algunas cosas que quedaron en la incertidumbre. Lejos de la opinión que puedan tener ustedes, la cual respeto muchísimo, a mí me gustó como quedó, al igual que el final, claro que la historia daba para más, pudieron haberse tomado muchos caminos en esta trama y explotarse hasta el cansancio, pero el resultado fue esto y les repito, estoy satisfecha con todo el fic en sí. Creo que no hay nada mejor que esa sensación, amar y disfrutar lo que uno hace es lo que nos mantiene siempre sonrientes =).

En fin, basta de palabrería, solo me resta comentarles que espero no arruinarles la impresión buena que tenían, así como algunos me comentaron, al contrario, ojala este capítulo les llegue en buen momento para que se distraigan un poco. Me tardé, pero para que vean que siempre los leo y atiendo sus consejos. No es un final de cuento (ambos me parecieron igual de perturbados =P) al menos eso intente, que no quedara fastidioso o muy cursi, así que ya ustedes si gustan me pueden platicar que les pareció.

Ahora sí, ya está completo. Un millón de gracias a todos y cada uno/a, un abrazo bien fuerte, les mando mis mejores deseos, cuídense mucho y seguimos leyéndonos!

P.d.: a los que leen, o leyeron, y les gustó la novia de mi hermana, ese epílogo también está en vías de producción, así que estén pendientes.