Lo siento por tardar tanto en actualizar, pero después del capítulo doce, escribir algo que estuviera a la altura realmente cuesta.

También he comenzado otro fic, ya que este en pocos capítulos llegará a su ecuador. Aunque no es Black Moon como en un principio dije esa historia la desarrollaré en el futuro. Por ahora me he decantado por escribir un fic más ligero en cuanto a trama y centrado más en sus personajes, que por supuesto son Hinata y Sasuke, se llama Momentos De Impacto.

Debo hacer una especial mención:

Magic ann love:Sé que lees este fic, siempre contesto a la mayoría de reviews por mensaje privado por que puede resultar pesado para los lectores encontrar demasiados notas del autor al principio o al final del fic. Pero de verdad muchísimas gracias por leer y comentar y por favor ¡hazte una cuenta en fanfiction! y así puedo contestarte apropiadamente como me gustaría y poder contestar a todas tus preguntas

EyesGray-sama: Fue una grata sorpresa encontrar un review tuyo en Momentos de Impacto cuando me llegó la alerta a mi móvil. Muchísimas gracias por el apoyo

¡Espero que disfrutéis de la lectura!


Nuevas rutinas.

-Hinata-sama, Hinata-sama…- el menor de los Mitsunaka zarandeó a la Hyuga al ver que no se movía. Llevaba varios minutos sin decir palabra y tenía la cara totalmente pálida.

-Déjala respirar hijo, probablemente su mente necesite algo de tiempo para procesar toda la información que acaba de recibir. Cada persona reacciona ante las noticias de-+ manera diferente- el padre de Akio aparentemente no parecía preocupado por el estado de la Hyuga, aunque no paraba de preguntarse si era demasiado tarde para ella. Todos los descendientes Hyuga-Nihon eran conscientes de sus orígenes desde los siete años.

-Gomen padre, solo estoy preocupado por ella- se alejó un poco de la peliazul pero sin apartar la vista de ella.

-Vigila a Hinata. Quedaros unos minutos más aquí y luego llévala a su habitación. Yo tengo que resolver algunos asuntos del clan. Cuando termines, reúnete conmigo en mi despacho- Empezó a dirigirse a la entrada de la casa principal cuando su hijo empezó a gritar el nombre de la Hyuga de forma desesperada. Inmediatamente se giró y pudo ver a Hinata inconsciente en los brazos del castaño.

-Padre…-

-Tranquilízate Akio, eres un shinobi ¡por Kami-sama!- le dijo en un tono severo regañándole.

-Gomen, la llevaré a su habitación- Aseguró a la Hyuga entre sus brazos y se dirigió a la casa principal acompañado de su padre.

- Le diré a Yui que se ocupe de ella, tú deberías descansar un poco. Probablemente Hinata despertará en un par de horas. Nos veremos más tarde ¿de acuerdo?

-Hai… demo ¿y si no despierta padre?- le preguntó con ansiedad en la voz.

-Hinata estará bien, de todas formas, enviaré un mensaje a Tsunade-sama para que venga a revisar a Hinata. Después de todo es la mejor ninja médico y es nuestra Hokage- le dedicó una sonrisa llena de seguridad que consiguió calmar el estado de nerviosismo de su hijo ante su inconsciente alumna -yo era igual que el a su edad- sonrió para sí mismo con nostalgia.

Una pequeña castaña con dos coletas y una bolsa de caramelos en la mano salió corriendo detrás de su hermano al verlo entrar en casa.

-Nii-san!- su hermano no respondió, siguió caminando y entró en la habitación de la peliazul -nii-san ¿qué le pasa a Hinata?- se dio cuenta que llevaba a la Hyuga en brazos cuando la depositó en la cama- ¿está cansada nii-san?- le preguntó inocentemente al ver a la peliazul con los ojos cerrados.

-Ve a llamar a okasan. Hinata está bien, está un poco cansada de entrenar- le sonrió y le revolvió los cabellos tratando de no preocupar a la pequeña.

-Es muy bonita.

-Tú también lo eres- la pequeña se sonrojó ante el comentario de su hermano mayor -¿qué haces con tantos caramelos?- le preguntó a su hermana levantando una ceja.

Rápidamente escondió la bolsa de dulces tras su espalda. Hacía tan solo unos minutos que los ´tomó prestados' de la cocina -¿qué caramelos nii-san?- sonrió tratando de evitar a su hermano mayor, sabía por la expresión de su cara que si no se marchaba de allí iba a quedarse sin caramelos y eso era algo que no podía permitir. Era lo que más le gustaba en el mundo, incluso mucho más que el helado, así que no le quedó más opción que salir corriendo de la habitación y dirigirse a su rincón secreto de la casa en el que guardaba sus más preciados tesoros.

Cuando iba corriendo por el pasillo se tropezó con su hermano Kenji que iba camino de la habitación de Hinata.

-¿A dónde va con tanta prisa la pequeñaja?- preguntó curioso revolviéndose los cabellos.

-Caramelos- suspiró cansando dándose media vuelta para mirar a su hermano.

-Mmmm… otra vez, es la tercera vez en lo que llevamos de mes que coge dulces sin permiso. No sé como los encuentra, cada vez okasan los esconde mejor y en los lugares más extraños.

-Ya que me quedaré un tiempo por aquí, la próxima vez tendremos que darle una lección a ese monstruito- sonrió de manera maliciosa.

-¡Cuenta conmigo! Por cierto, ¿cómo ha ido…. Ya sabes… 'la charla'?

-No hemos tenido tiempo de hablar con ella, como puedes ver se ha desmayado.

-No te preocupes niisan, no todos los días te dicen que tú y parte de tus antepasados están ligados a dos Kamis y que probablemente seas el shinobi mas fuerte que haya existido- se acercó a su hermano y le dio una palmada en el hombro para darle ánimos.

-Llevas razón, tendremos que esperar a que despierte. Cuando empecemos a entrenar sus habilidades quiero que estés presente.

-¿De verdad nii-san?- dijo sorprendido.

-No veo por qué no. Además es solo por precaución. Si algo me pasase tendrías que sustituirme.

-No digas eso, a ti nunca te pasará nada- le sonrió plenamente convencido de lo que había dicho.

-Kenji, necesito que te lo tomes en serio, tenemos que estar preparados, cuando fui a ver al oráculo me lo advirtió.

-Si lo que dices es serio deberemos esforzarnos en mejorar no solo nuestras habilidades sino conseguir que lo haga Hinata-san…

-No solo ella, el Uchiha también entrenará con nosotros.

Sueños de Hinata•

Abrió los ojos y reconoció el lugar de inmediato. El mismo espacio en blanco con el que soñaba prácticamente cada noche para encontrarse con esas dos figuras que se asemejaban a esas personas que conocía.

Se levantó de la cama en la que se encontraba y empezó a caminar sin rumbo fijo. Sus ropas habían cambiado. Esta vez vestía de negro, camiseta de manga corta y pantalones que le llegaban por debajo de las rodillas. La ropa se ajustaba a la perfección a las curvas de su cuerpo. Su cuello, sus brazos, sus manos y la piel que quedaba al descubierto en sus piernas estaban rodeados de vendas blancas, incluso sus pies, puesto que caminaba descalza-esto es extraño-

-¡Por fin querida!- dos figuras aparecieron de la nada a escasos metros delante de ella -¡al fin esos insensatos te han contado la verdad!- dijo dando saltos de alegría alrededor de la Hyuga el falso Sasuke. Situación que a Hinata le pareció graciosa, puesto que el Sasuke real no actuaría de manera tan infantil.

-Veo pequeña, que cada vez que nos encontramos estás mas acostumbrada a nuestra presencia ¿notas algo extraño?- le preguntó su 'madre'.

-Etto... e-esta vez no siento dolor a diferencia de las veces anteriores y mi cuerpo se siente más liviano.

-No solo eso, si no que tu tartamudeo también ha remitido considerablemente.

-Eso seguro que es gracias a mi- el falso Sasuke se detuvo y le dedicó una sonrisa torcida marca Uchiha a la Hyuga que provocó que casi se le parase el corazón a la peliazul.

-No seas arrogante- le recriminó la otra presencia.

-Ya, ya… bueno Hyuga supongo que tendrás preguntas ¿no?

Se quedó pensando unos segundos antes de preguntar nada mirando hacia el suelo y tratando de concentrarse -¿Sois realmente dioses?

-Por supuesto, siguiente pregunta- dijo molesto el falso Sasuke ante la obviedad de la pregunta. ¿Es que no había escuchado la historia que le contaron los Mitsunaka?

-¿Estáis sellados dentro de mí como el Kyubi u otro biju?

-Por supuesto que NO…- el falso Sasuke estaba empezando a exasperarse ante las preguntas tan obvias de la peliazul.

-Déjame que conteste yo- le cortó -veras pequeña, nosotros estamos ligados a ti y a tus futuros descendientes- ante el comentario de la palabra descendientes la peliazul se sonrojó -eso quiere decir que nosotros somos capaces de prestarte nuestro chakra sin tener que estar sellados en tu interior.

-¿Como una comunicación telepática parecida a lo que hacen los Yamanaka?- preguntó Hinata.

-Exacto querida, pero además de poder hablar contigo también te transmitimos chakra- añadió el falso Sasuke.

-¿Y por qué solo podemos hablar cuando estoy inconsciente?

-Por qué es más fácil para tu cuerpo asimilar toda la cantidad de energía que emitimos, cuando estas dormida tu cuerpo está más relajado y más receptivo. Tú deberías haber conocido de nuestra existencia desde que eras pequeña y haber entrenado apropiadamente. A tu edad ya deberías dominar por completo nuestro chakra.

-¿Por qué ahora? ¿Por qué no se me dijo antes?

-Eso es algo que no nos concierne contarte, deberías preguntar a tu padre o a los Mitsunaka -le respondió su 'madre'.

Con cada pregunta que hacía le surgían muchas más y apenas obtenía respuestas que rellenasen los huecos de información que le faltaba por averiguar.

-¿Cuál es vuestra forma real?

-¡Por fin la pregunta que estaba esperando querida! ¡Creí que nunca la ibas a formular!- volvió a dar saltos de alegría el falso Sasuke -Yo primero. Estaba deseando poder mostrarme en mi propia forma.

La figura de Sasuke desapareció por completo. De la nada se empezó a formar un remolino negro que iba creciendo hasta alcanzar el tamaño de una persona. Poco a poco la figura negra se iba definiendo, notaba el poder que emanaba, a duras penas se Hinata podía mantenerse en pie.

En cuestión de segundos como si de una explosión se tratase, todo se volvió negro a su alrededor. Notaba todo ese poder envolviéndola y sentía como le quemaba la piel. Ya no estaba aspirando aire, sino puro chakra que se metía hacia sus pulmones consiguiendo que le ardiesen y se empezase a ahogar. El oxígeno a su alrededor parecía extinto. Tan pronto como la oscuridad la rodeó, desapareció de la misma manera. Cayó al suelo dejando que sus pulmones se hinchasen de aire fresco.

Ante ella estaba la figura de un hombre musculado, vestido con ropas negras que se pegaban a cada parte de su cuerpo. Tenía los ojos cerrados, podía notar las facciones de su cara bien marcadas que le hacían verse atractivo. El pelo de color ceniza estaba peinado de forma desordenada, tenía una longitud intermedia sin llegar a sus hombros.

Cada minuto que pasaba se acostumbraba más a todo ese poder emanando de él, le era más sencillo soportarlo. No pudo articular palabra, no sabía que decir y esperaba alguna reacción por parte del sujeto que tenía delante. En todo el rato que llevaba observándole no había cambiado de posición, si no supiese de quien se trataba. podría haber jurado que era una estatua.

El hombre enfrente de ella abrió los ojos al notar que la Hyuga se había incorporado. La peliazul se sorprendió de su color, no tenían uno definido, era una mezcla de tonos grises y negros que parecían fluir y mezclarse una y otra vez, cada segundo que pasaba se podía apreciar una tonalidad distinta.

Estaba totalmente hipnotizada por el hombre que tenía ante ella, no podía apartar la vista de él, le resultaba imposible. El hombre comenzó a caminar hacia ella, a cada paso que daba parecía que flotase, el aire a su alrededor formaba pequeñas ondas.

-¿Impresionada?- Esta vez no era la voz de Sasuke, era una voz mucho más grave y más severa aún si cabe que transmitía poder y dominación, erizándole cada cabello de su ser.

-U-un p-poco…- el hombre caminaba a su alrededor escaneándola con la miraba, parecía un cazador al acecho de su presa. La peliazul tragó saliva, estaba nerviosa por la nueva presencia ante ella -¿C-como d-debo llam-marle?

-Soy el Kami del desorden y la creación, pero puedes llamarme Caos- se paró a escasos centímetros de su cara -respira querida, no voy a hacerte nada, suelo causar esa reacción- parecía divertido ante las reacciones que provocaba en la Hyuga. Ante ese comentario la peliazul enrojeció.

-De acuerdo Caos-sama.

-Por favor, no me pongas ningún título honorífico. Odio las formalidades y tenemos la suficiente confianza como para que me llames solo Caos ¿entendido?

- Hai…- empezó a sentir otra presencia aparecer al lado de caos -¿Es…?

-Es mi compañera, el Kami del equilibrio- la figura de una mujer con los ojos y cabellos dorados, piel pálida que resplandecía, apareció junto a él. Vestía pantalones blancos hasta sus tobillos con unas sandalias de piedras preciosas en sus pies. En la parte superior un top color blanco atado en el hombro derecho, dejando al descubierto el izquierdo. En sus muñecas llevaba varias pulseras doradas que armonizaban con el resto de su estilismo -Toda una belleza- dijo Caos sin apartar la vista de la mujer de cabellos dorados.

-Puedes llamarme Eli, pequeña- dijo dirigiéndose a Hinata -Mi aparición ha sido menos dramática que la suya. A Caos siempre le ha gustado llamar la atención- Se acercó hasta su compañero y le dio un beso en la mejilla. Las miradas entre ellos y el beso habían sido actos tan íntimos que hizo enrojecer a la peliazul y le hizo desear tener a alguien con el que poder actuar de esa forma -Elegimos presentarnos mediante formas de personas que conocías para que te resultase más sencillo, pero ya no tenemos porque ocultarnos más en ellas.

-Una vez hechas las presentaciones creo podemos empezar con la parte divertida.

-¿El qué?- preguntó la Hyuga confundida.

-Con tu entrenamiento ¡por supuesto!- se acercó hasta ella Caos -lo primero que vas a aprender aquí y ahora, es conseguir que nos podamos comunicar estando despierta.

Hinata no tenía la más remota idea de cómo conseguir la tarea que le estaban pidiendo.

-Además pequeña cuando consigas eso, deberás tratar de proyectar nuestras presencias a tu mundo. Para poder empezar a entrenar con los Mitsunaka y con el Uchiha- añadió Eli mientras que se colocaba enfrente de la Hyuga y junto a Caos.

-¿Cómo? ¿Proyectaros a mi mundo?

-Sí, queremos que emitas nuestro chakra al exterior de forma que seamos una presencia física. Así podremos interactuar con todo a tu alrededor y podremos mejorar tus habilidades. Además siempre es divertido poder hablar con alguien más que no seas tú- Caoscolocó una mano en el hombro de Hinata mientras que Eli la puso en el otro

-Ahora necesitamos que cierres los ojos y te concentres en las sensaciones del contacto de nuestras manos contigo. Escucha mi voz Hinata, y concéntrate solo en mi mano, en la energía que fluye a través de ella y que ahora mismo estoy empezando a darte. Es calmada, se mueve a un ritmo constante, memoriza cada sensación que te produce en tu cuerpo ¿Qué sientes?- Eli decidió empezar puesto que consideraba que canalizar su chakra era mucho más sencillo que el de su compañero.

-Siento un cosquilleo recorriéndome todo el cuerpo, es placentero, noto como relaja cada músculo de mi cuerpo- se sentía adormecía, le costaba cada vez más mantenerse en pie, solo le apetecía tumbarse y dejarse arrastrar por esa sensación.

-Ahora quiero que te enfoques en todas esas sensaciones para expulsarlas de tu cuerpo, de la misma forma que usas tu chakra normalmente. Debes de notar la diferencia entre tu chakra y el mío.

-Hai…- pasaron unos minutos y las gotas de sudor caían por la frente de la peliazul que trataba de realizar la tarea que se le había impuesto pero sin mucho éxito- cada vez que aíslo tu chakra pierdo el control y se mezcla con el mío instantáneamente.

-Lo estás haciendo bien, cuando lo tengas aislado, no dudes, expúlsalo hacia el exterior- le habló de forma calmada el Kami del equilibrio.

Hinata no sabía cómo expulsar toda esa energía de su cuerpo. Un ninja cuando utiliza su chakra lo hace de forma natural, prácticamente sin pensar. Fluye a través de tu cuerpo obedeciendo las órdenes de tu mente -debe haber alguna forma… necesito acumular todo ese chakra en una zona determinada, no solo aislarlo. Es mucho más fácil expulsar la energía en unza zona concreta que si esta fluyendo por todo mi cuerpo.

-Deberíamos descansar Hianta.

-Déjame intentarlo una vez más- Eli asintió e Hinata comenzó el proceso de nuevo -Primer paso, aislar el chakra, hecho. Segundo paso, concentrarlo en una zona, en este caso en mi hombro donde tiene puesta su mano, hecho. Debo mantenerlo acumulado en esa zona un poco más de tiempo para dejar que mi cuerpo se acostumbre a estas sensaciones, a la fuerza de la energía que está tratando de esparcirse otra vez por todos mis canales de chakra. Debo contenerla. Y ahora el tercer paso, expulsarla de mi cuerpo- el chakra acumulado poco a poco se acercaba a la superficie de su piel, de forma lenta pero constante, con un poco mas de esfuerzo la energía salía de forma pausada de su cuerpo, liberándola al fin.

Sus rodillas cedieron del esfuerzo al que se había visto sometida, se tumbó en el suelo y cerró los ojos mientras aparecía en su cara una sonrisa triunfal.

-Felicidades Hinata, aunque ahora te queda el proceso inverso, y piensa que el chakra de Eli es más fácil de canalizar que el mío- se sentó a su lado Caos,estaba cansado de estar de pie tanto tiempo.

-No la desanimes. Lo has hecho muy bien Hinata. Te mereces un descanso.

-Creo que no Eli, acaba de llegar Tsunade, justo a quien estábamos esperando. Hyuga hoy no es tu día de suerte- negó con la cabeza Caos. Se arrodilló frente a la peliazul que estaba tendida en el suelo. Puso su mano derecha en la cabeza de la chica y todo a su alrededor se desvaneció.

••

En cuanto recibió el mensaje de los Mitsunaka salió de su despacho. Iba saltando de tejado en tejado acompañada de Shizune. Cuando leyó el pergamino se encontraba en medio de una reunión con el consejo y no dudó en marcharse de allí de inmediato dejando atónitos a todos los presentes.

Fue escoltada por dos guardias hasta la habitación en la que se encontraba Hinata, el mayor de los Mitsunka y sus dos hijos. Cuando vio a Hinata se asustó. Tenía demasiada experiencia como ninja médico y le bastó echar un vistazo para ver el estado en que se encontraba la Hyuga.

-Quiero una explicación ahora mismo- levantó la voz. Estaba empezando a cansarse de todo el secretismo en torno a la Hyuga y su extraña condición de salud desde el ataque de Pain. Quería respuestas y las quería ya -no voy a tratarla hasta que no sepa exactamente qué es lo que le pasa.

Katsu Mitsunaka empezó a relatarle la misma historia que a Hinata. Esta vez revelando los motivos por los cuales Hinata no había sido entrenada e informada. Se acercó hasta la peliazul y colocó sus manos sobre la cabeza. Emitiendo chakra curativo que relajase el fatigado cuerpo de la Hyuga.

De la nada apareció una nueva presencia en la habitación, ante el asombro de todos. Se trataba de Eli.

-¡Hola!- el Kami de cabellos dorados trataba de contener la risa ante la cara de Tsunade y los Mitsunaka. Les había asustado.

-¿Q-quién es p-padre?- les costaba moverse al notar el poder de aquella extraña figura. Seguían observándola sin decir palabra. Su belleza era épica, los hombres no podían quitar sus ojos de encima.

-Creo que deberías tener una idea de quién soy. Pero de todas formas, me llamo Eli y soy uno de los Kamis vinculados con nuestra querida Hinata.

-¿Por qué estás aquí Eli-sama?- esta vez fue Katsu quien habló. Ante él estaba la presencia de un dios y no pudo hacer otra cosa que agacharse y hacer una reverencia en señal de respeto.

-Gracias Katsu-san- le agradeció el respeto que le mostró -Nunca en la historia nos hemos visto obligados a hacernos presentes en este mundo. Pero las circunstancias lo requieren. Para cuando Hinata despierte creemos que será capaz de proyectar nuestras presencias y hacernos visibles ante los ojos humanos. Mientras estoy hablando, el Kami del Caos sigue entrenando con ella. No debería haber aparecido, puesto que esto le pasará factura a HInata.

-El cuerpo de Hianta está sufriendo mucho, el estrés mental al que está sometida es inmenso, no se por cuánto tiempo aguantará este ritmo, pero a este paso…- Tsunade estaba preocupada por la Hyuga, si no hacían algo con ella, no lo conseguiría.

-No te preocupes, en cuanto regrese, Hinata descansará hasta que su cuerpo se encuentre totalmente recuperado. Probablemente en unos días pueda comenzar sus entrenamientos. Cada vez se está haciendo más fuerte- sonrió mientras miraba la cara de Hinata. Tan solo llevaba unos minutos en el mundo exterior y ya echaba de menos la calidez de la Hyuga.

Akio permaneció durante toda la conversación callado hasta ese momento -Si has puesto en riesgo su salud, será por qué nos tienes que decir algo importante.

-Cierto Akio-san. Hinata piensa que eres guapo pero veo que eres mucho más atractivo ahora que te puedo ver en persona por mi misma- ante este comentario el castaño enrojeció.

Después de unos minutos de silencio, Eli volvió a retomar la conversación y esta vez con un semblante más serio.

-Por lo que sé, Hinata permanecerá en el complejo entrenando. Tanto Caos como yo, queremos que el Uchiha se quede aquí también. Tiene que estar presente en todos los entrenamientos de Hinata.

-No puede permanecer tanto tiempo con los Mitsunaka. El consejo y sobre todo Danzo sospecharán y todavía tiene mucha vigilancia a su alrededor. Nos expondríamos a que se revelasen secretos de Hinata que no queremos que se sepan- Tsuande sentenció.

-Por eso deberás hacer todo lo que esté en tu mano por evitarlo- esta vez el tono del Kami era mucho más amenazador.

-Como sea… esto solo me va a traer más quebraderos de cabeza- soltó con exasperación.

-Por otro lado Tsunade-sama, ¿estás al tanto si el Uchiha tiene los ojos de Itachi?

-Si los tiene en su poder. Se lo pregunté cuando recuperamos el cuerpo de Itachi. Me dijo que están escondidos en un lugar seguro- en la mente de la Hokage todo empezaba a cobrar sentido -queréis que se los trasplante ¿me equivoco?

-No se equivoca Tsunade. Cuando un Uchiha consigue el Mangekyou Sharingan está destinado a quedarse ciego a no ser que le sean trasplantados otros ojos Uchiha. Y necesitamos a Sasuke con todo su poder.

-Como si fuera fácil conseguir que Sasuke acceda- a Tsunade le dolía la cabeza, ¿por qué no podría gobernar una aldea con menos problemas que esta?

-Confiamos en que lo conseguirá. Una cosa más, debe ser Hinata y solo ella la que le cuente a Sasuke de nuestra existencia- le dedicó una sonrisa -Nos veremos en unos días- se despidió y desapareció de la habitación.

-Iré a hablar con Sasuke, si consigo convencerle mañana estará aquí y tendréis que lidiar con un Uchiha ciego y cabreado- Tsunade también se marchó en dirección al complejo Uchiha.

-Qué remedio- Katsu suspiró. Se estaba haciendo demasiado mayor para esas cosas. Ya era hora de retirarse y dejar paso a la siguiente generación.

••

La Hokage no se molestó en entrar en casa del Uchiha. Se dirigía directamente hasta el campo de entrenamiento donde estaba segura que encontraría a Sasuke.

-¿A qué se debe este honor Hokage-sama?- Sasuke se encontraba de espaldas a Tsunade y a Shizune. Desde que pusieron un pie en el complejo había notado su presencia.

-Tenemos que hablar.

-Hmp.

-Como ya sabes vas a entrenar con los Mitsunaka. Hemos decidido que tanto tú como Hinata deberéis permancer allí. Por lo que durante una temporada vivirás con ellos.

-Hmp, eso ya me lo imaginaba. No creo que haya venido hasta aquí solo para decirme eso- se estaba empezando cabrear, ¿de verdad la Hokage pensaba que era estúpido o qué?

-Es sobre Itachi- dijo Tsunade sin rodeos.

El cuerpo de Sasuke se tensó al oír ese nombre. No le contestó, esperó a que la Hokage continuase antes de cometer alguna imprudencia.

-Me dijiste que tenías sus ojos. Quiero trasplantártelos- No serviría de nada con Sasuke decir las cosas de una forma suave, por lo que lo dijo llanamente.

-¿Por qué?- la voz era amenazadora. Una palabra mal interpretada comenzaría desde luego una batalla entre los dos. La ira dentro de Sasuke comenzaba a crecer, querían algo de él, ¿la aldea no tuvo suficiente con lo que le ocurrió a su familia?

-Cuanto más uses tu Magekyou con mayor rapidez perderás la vista a no ser que tengas los ojos de otro Uchiha.

-¿Cómo lo sabes?- dijo en tono seco.

-Tengo mis fuentes- respondió en el mismo tono. Dos pueden jugar al mismo juego.

- ¿Qué consigues tú con ello?

-A un poderoso shinobi al servicio de Konoha sin arriesgarnos a que te quedes ciego.

-Eso lo puedo evitar. Simplemente no usaré el Mangekyou.

-Como si tú fueras a contenerte- puede que resulte más fácil conseguir que Sasuke coopere.

-Tsk… en eso lleva razón- ¿y si me niego?

-Entonces no podrías a ayudar a Hinata- Tsunade solo dijo la verdad esperando a la respuesta el Uchiha.

El nombre de Hinata hizo eco en su mente. ¿Por qué tendría que ayudarla? Algo no le estaban contando y su curiosidad pudo con él.

-¿Qué es lo que le ocurre a la Hyuga?- no pudo contener la pregunta, era demasiado tarde cuando se dio cuenta que demostraba demasiado interés por la peliazul.

-Si accedes. Ella será quien te lo cuente.

-Tsk- sin decir nada comenzó a hacer unos sellos y se mordió uno de los dedos. Ante ellos apreció un pergamino. Lo abrió y en las manos de Sasuke se encontraban los ojos de Itachi dentro de un tubo de cristal lleno de un líquido transparente.

••

Se despertó al sentir unas pequeñas manos acariciando su pelo y su cara. Tenía los ojos vendados, así que no podría ver quien era la persona que osaba tocarle. Lo último que recordaba era quedar inconsciente cuando Tsunade comenzó el trasplante.

-Se que estás despierto- escuchó una vocecilla aguda. Supuso que debía tratarse de una niña de unos cinco años de edad.

-¿Quién eres?

-Soy Mitsunaka Asami y tengo cuatro años me gustan los caramelos y los dulces y sobre todo me encanta pasar tiempo con mis dos hermanos mayores…- la efusividad con la que hablaba y el tono lleno de admiración al pronunciar la palabra hermano, provocaron que en el rostro de Sasuke se dibujara una sonrisa.

-Hmp.

-¿Hmp qué?- Asami puso las manos en sus caderas. Estaba molesta por la interrupción del Uchiha. Parecía que se aburriera de escucharla y era él quien ¡había preguntado!

El Uchiha no contestó, estaba demasiado sorprendido con la osadía de la mocosa.

-Mi nii-san dijo que eras un gruñón, pero mi Okasan me dijo que no debía de juzgar a las personas sin antes conocerlas. Se equivocaba- le sacó la lengua aunque el Uchiha no podía verla.

-No me hagas burla, aunque tenga los ojos vendados sé, qué lo estás haciendo.

La niña se paralizo. ¡Le leía la mente o qué!

-No, tampoco puedo leerte la mente, si es lo que te estás preguntando- escuchó un suspiro de sorpresa por parte de la pequeña que provocó una sonora carcajada por parte del Uchiha. Era la primera vez en mucho tiempo que se reía y todo se debía a esa niña de cuatro años.

Secretamente desde que el Uchiha llegó a su casa le pareció muy guapo aunque no había visto aún sus ojos. Y después de escucharle reír se terminó de enamorar de él. Aunque lo negaría una y otra vez si le preguntaran sobre ello. Era demasiado orgullosa como para admitirlo.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- se vio obligado a hablar ya que la niña no decía nada.

-Mmm… desde ayer. Lleva un día durmiendo. Sabes ¡Has despertado el mismo día que lo ha hecho Hinata-chan!

Si jugaba bien sus cartas esa pequeña podría ser una valiosa fuente de información.

Había pasado más de una semana y Sasuke apenas salió de la habitación. Hasta que no recuperase su vista pensaba que era lo mejor. No conocía la casa y era demasiado orgulloso como para pedir ayuda. Su mayor entretenimiento durante el día, era el momento en que la pequeña de los Mitsunaka entraba a visitarlo. A pesar de no considerarse una persona sociable resultó llevarse muy bien con Asami.

En los días en que estuvo allí había conocido al resto de la familia, gracias a las visitas esporádicas que le hacían. Después de Asami, el cabeza de familia, Katsu, era el que más le visitaba. Era una persona tranquila y le agradaba. No se sentía juzgado. Al principio le contaba cosas de su familia y le daba noticias sobre Hinata y su entrenamiento. Aún no le había comentado nada de la razón por la que él estaba allí. Hasta que no viese a Hinata, sus respuestas tendrían que esperar.

Excepto por esas visitas no tenía nada mejor que hacer, por lo que le quedaba muchísimo tiempo libre para pensar. Sus días estaban repletos de pensamientos sobre su familia, las razones por las que estaba en Konoha de vuelta, la carta que encontró de su hermano y sobre todo, Hinata. Su mente estaba plagada de millones de preguntas sin responder.

Estaba demasiado confundido como para tener una idea clara de lo que la peliazul representaba para él. Todo había pasado demasiado deprisa, el primer momento que la vio, sus recuerdos sobre ella de la niñez que él no recordaba, el primer beso, los días que pasó en su casa y en especial la última noche. Le provocaban sensaciones en su cuerpo que él hasta entonces creía muertas. Cuando Itachi asesinó al clan, él perdió la capacidad para volver a amar.

Pero por encima del resto de pensamientos, había uno en especial que le estaba volviendo loco. La culpa de haberse acostado con una completa desconocida en los baños de un bar, y que él, vagamente recordaba. ¿Debía sentirse arrepentido por ello? Después de todo el no tenía ningún compromiso con la Hyuga, pero esos pensamientos no remitían la culpabilidad de sus actos. En lo más profundo de su ser sentía que había traicionado a Hinata.

El sonido de unos ligeros pasos acercándose a su habitación, le hicieron olvidar todas sus preocupaciones. El ser privado de vista durante esos días había aumentado considerablemente el resto de sus instintos más primarios. Hizo una nota mental de añadir algún tipo de ejercicio a su entrenamiento en el que no pudiera usar sus ojos.

El sonido de unos suaves golpes en su puerta hizo eco en su habitación. Sabía de quien se trataba, era ella.

-Pasa Hinata.

Escuchó un par de pasos más, hasta que el sonido se detuvo. Sasuke se encontraba de espaldas a la peliazul, estaba de pie enfrente de la ventana escuchando el sonido de la lluvia en el exterior.

-¿Cómo te encuentras Sasuke-san?- a pesar del nervioso tono de su voz, no tartamudeó ni una sola palabra. Aún le ponía nerviosa Sasuke y no sabía cómo actuar frente a él. Habían pasado demasiadas cosas entre ellos y en su vida últimamente.

El escuchar la voz de Hinata de nuevo le produjo una sensación cálida en su interior -¿No deberías estar entrenando?- su tono de voz fue más cortante de lo que quiso.

-Está lloviendo- soltó una pequeña risita al escuchar la pregunta.

-Que idiota eres Uchiha…-no puedo ver- trató de excusarse.

-Pero puedes oir Uchiha-san- le replicó la Hyuga.

-Tsk- un leve sonrojo apareció en las mejillas del Uchiha. Dio gracias a los Kamis por estar de espaldas a la Hyuga. Lo que no se dio cuenta era de que mientras estaba distraído pensando en la peliazul, ésta se había movido. Se encontraba al lado de Sasuke y era consciente del presente sonrojo en las mejillas del Uchiha, pero no dijo nada, simplemente sonrió ante el gesto infantil de Sasuke.

Permanecieron durante horas en silencio después de aquel momento. Se sentían cómodos el uno con el otro. A pesar de haber estado tiempo sin verse las cosas parecían que estaban en el mismo punto donde las dejaron.

Hinata se sentó en un sillón cerca de la ventana y saco un libro de poemas que había tomado prestado de la biblioteca de los Mitsunaka. Su intención era leer para Sasuke. Desde que despertó, todo su tiempo estaba dedicado al entrenamiento y cuando terminaba, estaba tan agotada que se quedaba dormida en seguida. Quería ver a Sasuke y puesto que hoy tenía el día libre por la lluvia, decidió que quería hacer algo por él en compensación por su falta de visitas. Por lo que comenzó a leer en voz alta sin pedir permiso.

A la luna

¡Sol del que triste vela,
Astro de cumbre fría,
Cuyos trémulos rayos de noche
Para mostrar sombras sólo brillan!

¡Oh, cuánto se asemeja
De la pasada dicha
Al pálido recuerdo que del alma
Sólo hace ver la soledad sombría!

Reflejo de una llama
Oculta o ya extinguida,
Llena la mente pero no la enciende;
Vive en el alma pero no la anima.

Descubre, como tú, sombras
Que esmalta o acaricia
Y, como a ti, tan solo la contempla
El dolor mudo en ferviente vigilia.

Cuando terminó el primer poema no continuó leyendo. Observó a Sasuke esperando que dijera que se callara y que no le interesaba escuchar sus estúpidos poemas. Para su sorpresa, a paso lento pero decidido, se acercó hasta el sofá donde estaba sentada Hinata. Se sentó a su lado, y le miró. Esa era su forma de decirle que continuase con la lectura.

Si el hombre pudiera decir

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derraman,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pidiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo,
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo,
Yo sería aquel que imaginaba;
Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad el amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad porque muero.
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero porque no he vivido.

A medida que leía el segundo poema el tono de voz de Hinata se iba haciendo más suave y apenas las últimas palabras las pronunció en un susurro. Sasuke estaba embriagado por la mezcla del olor que desprendía Hinata y el cálido sonido de su voz. Las palabras del segundo poema provocaron que su corazón se acelerase.

En su mente se imaginaba la cara enrojecida de Hinata mientras leía esos versos. Y solo pudo sonreír. Levantó una mano y la colocó a la altura del rostro de Hinata, palpando suavemente hasta encontrar sus mejillas. Notaba el calor que emanaban de ellas, estaba en lo cierto, estaba sonrojada.

Lentamente acarició el contorno de sus labios y llevó su mano hasta su mentón, giró su cara y acercó su cabeza hasta que sus frentes se tocaran. Envolviendo las mejillas de Hinata con sus dos manos, la besó en los labios con el deseo y la pasión acumulados desde su último encuentro.

Continuará…


Notas: En los siguientes capítulos me centraré más en la historia de Sasuke e Hinata ya que la trama principal del fic ya está planteada.

Un saludo a todos y ¡hasta el próximo capítulo!