DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen, no lucro con esto. Solo pido un review. Gracias.

CAPÍTULO DOS

"Volver a casa"

Por: TlalGalaxia

King's Cross es una de las estaciones más concurridas en el mundo. Cualquiera diría que es sentido común el no utilizar dicho lugar como estación principal para el mundo mágico. Otros dirían que dado el número de personas, es lo mejor que se puede hacer ¿Qué mejor para esconder algo que una muchedumbre?

-Deben apresurarse ¿En qué estaban pensando?

-Ya no somos niños, deja de hablarnos así.

-¿A quién crees que le hablas de esa manera, jovencita?

La chica puso los ojos en blanco mientras caminaba detrás de su madre.

-No la retes,- le dijo su hermano caminando con la mirada baja.

-Todos estos días que les preguntaba si habían empacado sus cosas… ¿no puede una confiar en nada? Gracias a Merlín entraron en razón…

La refusilata de Molly Weasley fue interrumpida al desaparecer en la pared entre los andenes nueve y diez. Ron y Ginny Weasley intercambiaron miradas de hastío antes de seguirla. Se estaba haciendo tarde como para no ir detrás de su madre.

Del otro lado, la señora Weasley seguía caminando con su perorata sin haberse dado cuenta que sus hijos se habían perdido una buena parte de su monólogo.

-…Ministerio de magia… ¿Cómo pueden unos niños trabajar en el Ministerio de Magia? Shacklebolt perdió los estribos…

-Mamá, el tren está por partir,- interrumpió Ginny a su madre frenando el carrito que llevaba su equipaje para el que sería su último año en Hogwarts.

-¡Por supuesto que está por partir!- Exclamó Molly sobre el silbido del Expresso de Hogwarts,- Si hubieran empacado algo durante todas estas semanas no se nos habría hecho tan tarde!

-Mamá,- ésta vez fue Ron quien interrumpió. Él llevaba consigo otro carrito similar al de Ginny, salvo que él llevaba una jaula donde cargaba a Pig, su lechuza.

Molly Weasley tragó saliva a pesar de sí misma. Sabía que no le quedaba mucho tiempo para seguir reprendiendo a sus hijos menores y prefería gastar esos preciosos minutos en algo mucho más importante. A veces se le olvidaba lo rota que estaba su familia y dejaba que la rutina la absorbiera, pero en momento como esos era casi imposible no recordar que existía una persona a quien nunca más vería, de quien no logró despedirse a tiempo.

-Intenten no meterse en muchos problemas, ustedes dos,- les dijo pasándoles los brazos por los hombros y abrazándolos al mismo tiempo.- díganle a Harry y a Hermione que no dejen de escribir y que pueden venir con ustedes en Navidad…

La voz de la señora Weasley se quebró de pronto. Ron y Ginny la abrazaron un poco más fuerte como asegurándose que podía mantenerse en pie. Ella siempre había sido una sentimental, pero últimamente era difícil saber si iba a llorar, a gritarle a alguien por algo o si simplemente se iba a derrumbar. Y no era que Molly hubiera hecho nunca lo tercero, esa parte la había interpretado Arthur. El silencio y el vacío eran los nuevos adjetivos con los que se le podía describir. Y quizá había sido a razón de eso que Molly se había visto obligada a tomar todas las decisiones y a ser la más fuerte por el bien de la familia. No que eso le estuviera haciendo ningún bien pero cada persona lidia con su dolor como mejor puede.

El Expreso de Hogwarts volvió a silbar.

-Mamá…

Molly intentó emular una sonrisa mientras se apartaba de sus hijos y los besaba a cada uno en la frente.

-Vayan con cuidado,- les dijo indicándoles la puerta del tren.

Ron y Ginny abordaron el Expresso de Hogwarts a toda prisa. La mayoría de los alumnos ocupaba su asiento, así que sabían que tenían que apresurarse. No estaban seguros del lugar exacto donde encontrarían a Harry y a Hermione, o si de verdad estarían ahí como lo habían prometido. Semanas antes habían resuelto no volver a Hogwarts. Shackebolt le había ofrecido un empleo como Auror a Ron y Ginny simplemente no podía tolerar regresar sola al lugar de la batalla final donde había perdido a su hermano. Así que le habían mentido a sus padres todo el verano, no fue sino hasta esa mañana que ambos confesaron sus intenciones y fue la misma Molly quien puso manos en el asunto. En ausencia de Arthur quien apenas parecía estar ahí, ella misma había enviado su patronus a Harry y a Hermione en busca de una explicación. Hermione había asomado la cabeza por la chimenea de la madriguera una hora después.

"¡NO HAY MANERA QUE LES PERMITA NO TERMINAR LA ESCUELA!"

Ron ni siquiera había tenido tiempo de hablar con ella. Luego que decidiera quedarse en Grimmauld Place para hacerle compañía a Harry, apenas la había visto, mucho menos hablar con ella. Su comunicación se había resumido a cartas que pasaron de ser diarias a una carta a la semana o incluso menos.

Ginny, por su parte, tan pronto había escuchado que Harry iría a Hogwarts, había comenzado a empacar tan rápido como sus manos se lo permitieron.

-¿Crees que estén bien?- preguntó Ron mientras seguían recorriendo los vagones que justo comenzaban a moverse.

-Eso espero.

Un grupo de chiquillas miraba el interior de una de las puertas mientras intercambiaban comentarios en voz baja que se complementaban con risitas de complicidad. Ginny les dio una mirada asesina antes de tocar. Hermione, quien estaba sentada al lado de Harry como susurrando algo a su oído, fue la primera en reconocerla desde el otro lado del cristal y se puso de pie para abrirles.

-Demoraron bastante, pensamos que no vendrían.

-¿Pensaron o esperaban?

Ambos pares de ojos castaños se encontraron brevemente, los Ginny eran severos, los de Hermione indescriptibles.

-¿Qué se supone…?

La pregunta de Hermione fue interrumpida por el pelirrojo que entraba detrás. Hermione sintió un pinchazo en el pecho. Habían pasado meses desde que lo había visto en persona y más de dos semanas desde la última carta pero ahí estaba, alto, pelirrojo, con sus azules ojos resplandeciendo al contemplarla.

-Déjalos en paz, Ginny. No es momento de tus paranoias.

Ron abrazó a Hermione primero no sin antes buscar en sus ojos algo. No estaba seguro de lo que estaba buscando, pero al verla, se sintió desconcertado al no encontrarlo. Harry también se puso de pie y lo abrazó como se abraza a un hermano que hace tiempo no se ve. Solo entonces se percató que Harry y Hermione no habían estado solos en el vagón. Neville y Luna Lovegood ocupaban el asiento opuesto a donde sus viejos amigos habían estado sentados.

-Me da gusto que hubieran decidido venir después de todo,- dijo Luna precipitándose a un abrazo que ni Ron ni Ginny despreciaron.

Neville, por otro lado, permaneció sentado y sacudió la mano dándoles la bienvenida. A nadie le pareció extraño, desde la batalla final, Neville no era el mismo. Si bien siempre había sido tímido, desde la guerra que parecía más retraído de lo normal. A pesar de que su participación en los eventos había sido bastante significativa, por algún motivo, para él era una carga mucho más pesada que para el resto.

-Me da gusto que todos estemos haciendo esto juntos,- dijo Hermione tan pronto tomaron asiento los nuevos ocupantes del vagón, quedando Harry en medio de Ron y ella misma y Luna entre Neville y Ginny.- será genial estar de vuelta en la escuela ¿No les parece?

La sonrisa de Hermione era genuina ¿Y cómo no iba a serlo? De todas las cosas que podían subirle el ánimo, la escuela era una de esas pocas. Sin embargo, ese último año en Hogwarts se trataba de mucho más que simplemente obtener un grado académico. Y a pesar de que cada uno lo hacía por motivos muy personales, en el fondo, todos ellos compartían el deseo de poner sus vidas en pausa, de pretender que el año pasado no había sucedido y que todo seguía como si nada hubiera pasado. Como si la guerra no hubiera sucedido y ese viaje solo fuera la continuación de la última vez que las cosas habían sido buenas. ¿Podían hacerlo? ¿Podían simplemente pretenderlo? Nadie podía contestar a la pregunta con certeza, pero definitivamente lo iban a intentar hasta que no fuera posible.

-¿Ya seleccionaron sus materias?

El grupo miró a Luna con sorpresa. Por supuesto que ella haría el comentario, era una Ravenclaw después de todo. Pero todos la conocían lo suficientemente bien para saber que en realidad lo decía presintiendo lo que los demás necesitaban escuchar. Era ese comentario cargado de lo cotidiano que les dibujó una pequeña sonrisa y logró poner ese parche que dejaba lo vivido unos meses atrás en algún lugar escondido.

-Defensa contra las artes oscuras, pociones, transfiguraciones y encantamientos,- dijo Harry como si se supiera las materias de memoria en ese preciso orden.

-Igual yo,- agregó Ron rascándose la nariz.

A nadie le sorprendió que compartieran todas las clases ya que desde hacía un par de años habían decidido que serían aurores.

-Yo tomaré las mismas,- terció Hermione,- además de Runas y Alquimia.

-Yo defensa, encantamientos, cuidado de criaturas mágicas y estudios muggles.- agregó Ginny mirando a Harry fijamente con esa última frase.

-¿Y tú, Neville?-interrogó Luna al joven que miraba en dirección a la ventana y cerca de la cual iba sentado.

-Herbología, Encantamientos, transfiguraciones y cuidado de criaturas mágicas.

Neville respondió en el mismo tono insípido, Luna parecía decepcionada.

-Así que solo estaremos todos juntos en clase de encantamientos…

-¿Qué tomarás?- inquirió Ron.

-Encantamientos, como todos ustedes, transfiguraciones, adivinación y cuidado de criaturas mágicas.

-Luna tiene razón,- razonó Hermione,- es el primer año que estaremos en el mismo año.

-Pero yo estoy en Ravenclaw,- suspiró Luna un poco decepcionada,- tenía la esperanza de compartir más clases con ustedes…

-Podríamos hacer un club,- sugirió Harry sin saber de dónde venía ese deseo de hacerla sentir mejor.

-¿ED?- Sugirió Ron arqueando las cejas.

-No creo que sea la mejor idea luego de…

Harry no terminó su frase. Era de por sí complicado pretender que la guerra no había sucedido, mencionar el hecho la hacía todavía peor. De pronto, la misma guerra se había convertido en la nueva "que-no-debe-ser-nombrada".

-¡Un club de Quidditch!- ofreció Ginny con más entusiasmo del que pretendía.

-¿Y Luna, Neville y yo seremos los animadores?- inquirió Hermione cruzándose de brazos.

A lo largo del viaje, la temática del club evolucionó a un club de herbolaria que, al ver que eso tampoco ponía entusiasmo en el rostro de Neville, desecharon de inmediato. Ron sugirió un club de ajedrez mágico y fue la idea más aceptada pero casi nadie compartía el entusiasmo de Ron por el juego y estuvieron de acuerdo en que no era la mejor excusa para hacer un club ya que, de hecho, Hogwarts tenía un club oficial.

-Hermione,- sugirió Luna luego que habían creído que lo del club era mejor dejarlo por la paz,- ¿Qué pasó con esa organización que tenías hace un par de años?

-¿El pedo?- inquirió Ron de pronto.

Hermione frunció el ceño.

-La plataforma élfica ¿Qué hay con ella?

-Estaba pensando que un club de ese tipo es lo ideal luego de… ya saben.

No tardaron en concordar que Luna tenía razón. Los términos de la plataforma Élfica no llegaron a una conclusión para cuando llegaron a Hogwarts, pero Hermione se ofreció para organizar todo lo necesario para revivirla. No parecía muy convencida, quizá porque había aprendido bastante de la discriminación los pasados años o quizá porque ya no era la misma niña que había organizado la Platafora Élfica tres años atrás. Aun así, necesitaban una excusa para reunirse a lo largo del año y el club parecía ser el indicado para los seis.

"es muy guapo"

"guapísimo"

Risitas al pasar entre la muchedumbre. Ojos que los observaban detenidamente. Incluso Luna era señalada al pasar y, por primera vez, no era para reírse de ella . Del grupo, a quien más señalaban y miraban era Harry, por supuesto. Y no eran solo miradas de asombro y admiración, cualquiera se daba cuenta que las chics veían en él mucho más que el héroe del mundo mágico.

-Tu club de fans aumentó,- susurró Ginny a Harry mientras se encaminaban a la cabeza de la mesa de Gryffindor.

Él había asentido sin saber qué más decir. Nunca había sido muy bueno apreciando esas cosas o lidiando con ellas.

Cuando llegaron al frente, Luna se encaminó a la mesa de Ravenclaw pero fue la mano de Harry la que la detuvo.

-Debes sentarte con nosotros,- le dijo deteniéndola de tajo.

-Pero esa es la mesa de Gryffindor,- respondió ella nerviosamente. Todas las miradas estaban en ellos.

-Es una mesa en Hogwarts y tú perteneces con nosotros.

Un chico de quinto año se recorrió un poco haciendo espacio a la chica de ojos plateados. Luna sonrió y Harry le concedió sentarse junto a él. Ginny ocupó el lado a su izquierda y frente a ellos se sentaron Neville, Hermione y Ron.

Fue extraño ver a la profesora McGonagall presidir la mesa de maestros y el discurso de inicio. Eso sin contar la ausencia de Snape. Años atrás, Harry se habría reído de cualquiera que dijera que extrañaría ver al profesor de Pociones. Finalmente, Harry decidió pretender que la mesa de profesores no existía, que estaba soñando o que todo a su alrededor era una visión. No tenía alternativa ¿De qué otra manera podía seguir pretendiendo que la guerra no había ocurrido?

"¡Que hable!" "¡Que hable!" "¡Un discurso!" "Harry Potter!"

Todavía estaba ensimismado en su sueño auto inducido cuando escuchó los gritos y notó las miradas de sus compañeros que lo miraban con un gesto mucho más profundo que admiración. Harry quiso decir algo pero las palabra le fallaron, incluso la profesora McGonagall intentaba callar a la muchedumbre cuando Hermione se puso de pie.

Con paso decidido se paró justo frente a la mesa de profesores y miró a la audiencia con una severidad digna de la actual directora de Hogwarts.

La audiencia guardó silencio casi al instante. Hermione nunca se había visto tan segura ante una audiencia pero en ese justo momento, parecía que sabía exactamente lo que estaba haciendo. Las pocas personas que no sabían quién era ella, los más jóvenes, la admiraron si no por su evidente don de liderazgo, por su belleza que a sus casi diecinueve años, era mucho más notoria que en años anteriores.

-Quizá es mucho pedir que comprendan una situación que no han vivido en primera persona,- comenzó a decir con un tono lo suficientemente fuerte y seguro,- quizá, al igual que yo en mi infancia, han leído demasiado del chico que ahora comparte la mesa con nosotros. Quizá compartan mi opinión de que él es una gran persona… pero también les pido que recuerden que es un joven como nosotros y que lo que ha tenido que vivir, él no lo pidió así.

"Harry Potter es… un gran mago, pero también es una persona que, como todos nosotros, necesita sanar de las cosas que ocurrieron. Que al igual que nos ocurrieron y afectaron a nosotros, no podemos olvidar que a él también. Y es por eso que quiero pedirles… suplicarles, que respeten eso. Que lo dejen sanar y que sepan esperar a que él se sienta listo para hablar de esto que no es tan sencillo".

Poco a poco, la respiración de Hermione había ido en aumento. Cuando terminó de hablar parecía tan agitada como si hubiera estado corriendo. Sus ojos estaban húmedos pero solo sus conocidos más cercanos sabían que se debía al pánico de haberse dado cuenta que estaba hablando en público ante toda esa gente.

Un aplauso a lo lejos intentó iniciar una lluvia de aplausos pero Hermione la frenó al instante.

-No, por favor,- dijo con las manos en alto,- no he venido aquí en busca de un aplauso y Harry tampoco está buscando su reconocimiento. Solo queremos ser lo que siempre fuimos, solo queremos terminar lo que empezamos. Espero puedan entenderlo.

Cuando Hermione volvió a la mesa, nadie más dijo nada. Solo Harry intercambió con ella una de esas miradas que no necesitan palabras y procedieron a iniciar con el festín de la cena. Está de más decir que dicho festín no tenía mucho de festivo. Luego del discurso de McGonagall acerca de honrar a los caídos y de Hermione pidiendo más tiempo para sanar, era difícil seguir ignorando eso que todos pensaban pero que no se decía. Eso que no sería nombrado hasta que no doliera tanto.

-No quise ser grosera.

Ginny fue la primera en hablar. Las otras chicas de séptimo año seguían en la sala común compartiendo chismes y había sido justo por eso que al llegar a la torre, habían decidido que lo mejor era ir a dormir y hacer lo mejor el día siguiente.

-No fuiste grosera,- respondió Hermione, acomodando algo del contenido de su baúl dentro de los cajones de su mesita de noche.

-Estaba molesta… estoy confundida.

Ginny se había dejado caer sobre la cama mirando el techo de su cama de dosel.

-Entiendo cómo te sientes.

-Ron se siente igual aunque no lo dice.

-Ron y yo intercambiamos cartas. Estoy segura que también entiende.

-No, no entiende. Al igual que yo, quiere saber por qué se cerraron al mundo este par de meses. Por qué no nos dejaron ayudar. Es como si tú y Harry tuvieran este club privado al que nadie más pertenece. Al que no dejan entrar a nadie más.

-Ginny…

-Ya sé, ya sé. No son celos, Hermione. Sé que tú y él son como hermanos y que no tengo que ponerme paranoica contigo como Ron alguna vez lo hizo. Pero es algo que los demás vemos y no podemos evitar.

Hermione cerró el cajón de su cómoda y se sentó en la orilla de la cama que le permitía ver en dirección a Ginny. Hermione le dedicó una mirada de hastío y Ginny sonrió débilmente.

-No puedo saber lo que se siente perder un hermano,- dijo acomodándose el cabello detrás de la oreja,- lo que dije en el gran comedor es parte de lo que he estado pensando los pasados meses. No podemos estar al cien por ciento en los zapatos de otra persona a menos que estemos en la misma situación. Yo no podía ponerme en los zapatos de ningún Weasley y no había manera de que pudiera juntar las palabras que les dieran consuelo. Y saber eso era doloroso hace un par de meses.

"Quizá por eso comprendí a Harry. Su situación y la mía eran, por mucho, similares en mayor medida que la de los demás. Y creímos que era más sencillo sanar de esa manera. Al lado de alguien que entendiera perfectamente lo que sentíamos. Al igual que ustedes, que se tenían unos a otros para comprender la misma pérdida en la misma medida".

-No es que no entienda lo que dices,- replicó la otra joven apretando los ojos y visualizando los pasados meses al lado de su familia,- pero nosotros queríamos estar ahí para ustedes.

-Y nosotros para ustedes.

Ambas sabían que esa era una charla que debían tener con todo un grupo. Que tanto Harry como Hermione debían exponer sus puntos y sus motivos así como la familia Weasley debería exponer los suyos, pero siempre era bueno iniciar poco a poco. Después de todo, las chicas tenían su manera de resolver los problemas y los chicos otra.

-Estoy contento de estar aquí y de que ustedes también lo estén.

Neville intentó emular una sonrisa pero parecía tener el rostro entumido, así que asintió carraspeando un par de veces. Harry sí logró sonreír, más que nada porque conocía a Ron y sabía que a pesar de todo, para él todo era como si nada hubiera pasado. A veces pensaba que las cosas serían más sencillas si él fuera un poco más como Ron. Si pudiera tomarse un nuevo día como si el anterior no hubiera pasado. Harry sabía que de todos los Weasley, Ron era probablemente quien podía ver el lado bueno de las cosas con mayor facilidad.

-Disculpa lo del verano…- empezó a decir Harry.

-Ni que lo digas. Ya lo dijo Hermione ¿No es así? Hoy empezaremos de nuevo.

Harry asintió porque supo que no tenía caso excavar en algo que solo lograría reavivar viejos rencores. ¿Había olvidado Ron en verdad? ¿Había logrado perdonar? ¿Sanar? Sin querer, él y Hermione lo habían excluido, por supuesto que estaba herido ¿Cómo no iba a estarlo? Sin embargo, había cosas que era mejor que sanaran por sí solas, así como decía Hermione.

Los chicos se acostaron a dormir un poco antes que las chicas. Ellas habían platicado un poco más. Hermione le había preguntado a Ginny si todavía lloraba y en respuesta Ginny había llorado un poco más. Hermione había terminado por sentarse junto a ella y acariciarle el pelo hasta que se quedó dormida. Cuando el resto de las chicas llegaron a la habitación, las luces estaban apagadas y Hermione estaba en su cama, con los ojos cerrados pero escuchando el tic-tac de su reloj de pulsera. Incapaz de dormir.

A las doce en punto se puso de pie y echó a andar escaleras abajo. La sala común estaba un poco fría y olía a madera quemada. Seguramente había pasado más de una hora desde que las últimas personas en la sala se hubieron ido.

-Llegaste antes,- dijo ella reconociendo la silueta en uno de los sillones.

-Se quedaron dormidos apenas tocaron el colchón.

Hermione sonrió. Harry podía ver su silueta acercarse a él. Extendió la mano y encontró la de ella en el camino. Tiró de ella y la sentó en sus piernas. Sus labios se apresuraron a los de ella. Hermione gimió al sentir su sabor.

-Cuidado,- se apresuró a decir ella interrumpiendo el beso,- no podemos arriesgar a que nos escuchen.

-Desde un principio te dije que no me gustaba la idea de ocultarlo todo pero…

-Lo sé,- Hermione lo besó brevemente tomándolo del rostro. Podía distinguir el claro de sus ojos detrás de esas viejas gafas de montura redonda.- pero por ahora tendremos que conformarnos con esto.

Hermione volvió a besarlo brevemente antes de ponerse de pie.

-Odio esto,-susurró él poniéndose también de pie. Atrapándola en un nuevo abrazo y en otro largo beso.

Hermione sintió sus rodillas desfallecer. Soltándose de él en contra de su voluntad.

-Te extrañaré junto a mí esta noche,- susurró dándose la media vuelta.

Harry la alcanzó un par de veces más antes de dejarla desaparecer en la escalera del dormitorio de chicas. La calidez en su pecho era contrastante con el frío que sentía en las manos. Una voz en su subconsciente lo reprendía "¿Qué estás haciendo?" le decía. Pero el sabor en sus labios lo distraía de escuchar esa voz molesta.

GRACIAS POR LEER. POR TENER PACIENCIA, POR DEJARME REVIEWS (QUE LEO TODO EL TIEMPO). ESPERO LES GUSTE EL CAPÍTULO Y EL FIC EN GENERAL. EVENTUALMENTE RECUPERARÉ MI HÁBITO DE ESCRITURA. OJALÁ LOS LECTORES SIGAN POR AHÍ. GRACIAS POR TODO.

TLAL