Capítulo 12:
Lanie había llamado a Beckett y ella y el escritor fueron directos a la morgue. Tenían novedades.
- Las extrañas huellas que encontré en el arma homicida coinciden con las huellas de éstos guantes de cocina. – Les señaló la forense. – Además de que hay pequeños rastros de sangre que corresponden a la de la víctima.
- ¿Y hay huellas dentro del guante? – Preguntó la inspectora.
- Sí, y son de la señora Baker. – Contestó Lanie. – Y ésta es la ropa que usó para cometer el asesinato. La sangre es de la víctima. Además los somníferos encontrados en su casa son los mismos que ingirió el señor Leeds.
- La tenemos. – Aseguró Castle. – Y va a necesitar un buen abogado.
- Ni con el mejor letrado va a poder librarse de la condena que le va a caer. – Comentó Beckett.
En la sala de interrogatorios.
- Puede seguir negándolo todo señora Baker pero tenemos las pruebas que demuestran que usted fue la que mató al señor Leeds. – Puso el arma homicida, que estaba metida en una bolsa de plástico. – Éste fue el cuchillo que utilizó para atravesar el corazón de Andrew Leeds. Y después tuvo la sangre fría para cortarle la cabeza y las extremidades. – Dio un golpe en la mesa con ambas manos.
- Además hemos encontrado en el sótano de su casa un fajo de billetes y unas joyas procedentes de la caja fuerte de su suegro. – Apuntó Castle mientas la acusada no decía ni una palabra. – Además de la ropa manchada con la sangre del señor Leeds.
- Se coló en la casa de Andrew, cambió sus pastillas para el corazón por somníferos y cuando se hubo dormido aprovechó para asestarle la puñalada mortal. ¿Me equivoco? – Volvió a repetir Beckett pero Rebecca ni pestañeó ante aquellas acusaciones. – Vamos a acusarla de asesinato en primer grado y la pena por éste delito es cadena perpetua. Va a tener toda la vida para pensar en si lo que hizo mereció realmente la pena.
- Quiero un abogado. – Fue lo único que la señora Baker dijo.
- Lo va a necesitar. – Le aseguró la inspectora.
Salieron de la sala y se dirigieron a la mesa de Kate.
- ¿Y los restos del cuerpo? – Preguntó el escritor.
- Esposito siguió la ruta del GPS y le llevó a distintos lugares apartados de la ciudad donde hay contenedores de basura. – Explicó Kate. – Frente a uno de ellos había una obra y dio la casualidad de que el guardia de seguridad vio como Rebecca tiraba una bolsa de basura algo sospechosa a uno de ellos. Lamentablemente no creo que puedan ser recuperadas esas partes del cuerpo.
- Y otro caso cerrado por la inspectora Beckett. – Castle sonrió y apoyó la mano en la mesa.
- Menos mal que por fin se ha terminado. – Admitió. – Va a pasarse el resto de su vida en prisión por un crimen que ocurrió hace treinta años. – Se detuvo a pensar. – Menos mal que gracias a ti yo pude parar a tiempo y no acabar como ella. – Le sonrió.
- Fue gracias a ti. Te diste cuenta que así no ibas a cambiar nada de lo que ocurrió – En ésos momentos a Beckett le hubiese encantado besarle en mitad de la comisaría.
- ¿Sabes qué? Te invito a un café. – Kate cogió su chaqueta y su bolso.
- Inspectora, creía que nunca me pediría una cita. – Sonrió el escritor.
- Hasta mañana chicos. – Se despidió de Ryan y Esposito que no les quitaban ojo mientras se metían en el ascensor. - ¿Sabes? Siempre he querido hacer algo…
- ¿El qué? – Preguntó Castle con curiosidad mientras las puertas se cerraban.
- Esto… - Le rodeó el cuello con los brazos y lo besó tiernamente como llevaba todo el día queriendo hacer.
Ya había anochecido y Rick y Kate estaban en una cafetería alejada de la comisaría disfrutando de un café.
- ¡Oh venga ya! – Se rió Beckett. – ¡Eso no es así! ¿En serio?
- Yo siempre hablo muy en serio inspectora. – Dio un trago a su café. – Fue la única manera que encontré de que pasásemos algo más de tiempo juntos… Y no sólo en el trabajo.
- ¿Así que te pasaste casi dos horas escuchándome hablar sobre las anécdotas de la película sólo por pasar tiempo conmigo? – Kate parpadeó varias veces incrédula.
- Sí… Bueno y también porque me encantaba ver ése lado friki que nos habías ocultado. – Sonrió.
- Qué mono eres Rick. – Le cogió la mano y se acercó a él para besarle.
En la acera de enfrente, agazapados detrás de un coche, alguien estaba observando la escena entre el escritor y la inspectora.
- ¡Pero serán…! – Lanie abrió mucho los ojos y se tapó la boca con la mano. – Y yo que pensaba que estabais quedándoos conmigo…
- Ya ves que no. – Contestó Ryan. – Tan cierto como que el cielo es azul, las estrellas brillan, las flores son de colores, las… - Esposito le detuvo.
- Ryan, para… - Le puso la mano en el hombro. – Estás siendo muy moñas.
- Huy… Lo siento. – Se disculpó Kevin.
- Éstos me van a pagar todo el dinero que he ido perdiendo en las apuestas de la comisaría. – Aseguró la forense.
- Muchísimo mejor que eso Lanie. Puedes chantajear a Castle. Nosotros ya le hemos sacado cien pavos cada uno, el Ferrari y unas entradas vip para ver a los Knicks. – Le contó Esposito.
- ¿Si? – La forense sonrió con malicia. – Pues creo que ciertos pendientes que vi el otro día van a tener una nueva dueña…
Mientras, en la cafetería, la pareja seguía entre risas y confesiones cuando le llegó un mensaje a Castle.
"La abuela y yo tenemos una sorpresa para vosotros. No es un tigre pero casi. Os está esperando en casa y tiene muchas ganas de volver a veros. Mirad qué carita tiene.
Posdata: Kate, te quedas a dormir, ¿no?
Os queremos, Martha y Alexis."
- ¡Royal! – Dijeron Castle y Beckett sonrientes al ver la fotografía que Alexis les había enviado.
- Habrá que ir a ver a nuestro pequeño amiguito. – Comentó Castle.
- ¿Y a qué estás esperando para pedir la cuenta? – Dijo Beckett inquieta.
- Ya voy, ya voy… - Hizo un gesto con la mano al camarero. – Una cosa… ¿Después podremos jugar con las esposas? Recuerda que tienes que compensarme. Me lo debes. – La señaló con el dedo.
- ¿Es que no has aprendido nada de la última vez? – Ella alzó las cejas sorprendida.
- Sí, he aprendido que siempre tengo que tener una copia de la llave. Además, tienes que oír mi rugido. – Dijo haciendo referencia al lema de los Lannister de Juego de tronos y al tigre al que se habían enfrentado tiempo atrás.
- En serio Rick, eres único. – Se rió. Desde luego Kate no podía ser más feliz en esos momentos, su relación con Castle no podría ir mejor, Martha y Alexis la aceptaban como a una más en la familia y, para más inri, tenían a Royal con ellos.
Muchas gracias por leer y por los comentarios. ¡Se agradece mucho! =D Ya hemos llegado al final. ¡Espero que os haya gustado! Ya estoy planeando una continuación jeje Lo dicho, ¡muchas gracias a todos los que habéis leído y comentado!