¡Hola a todos! Uhm... esta es la primera vez que escribo Luckyshipping y en si un fic sobre Pokemon. He estado leyendo varios así que me di una ligera inspiración y me puse a escribir.

Estoy algo asustada a decir verdad, estoy oxidada en esto de escribir y tengo bastante miedo de hacer a Red muy OoC, pero bueno, let's try it...

Quiero agradecer a Chami que me ha casi obligado a escribir y a Mariiz que me ayudo editando todo esto.

Disclaimer:Todos los personajes pertenecen al manga Pokemon Special/Adventures y/o a Game Freak.

○ PoV por parte de Red, posible OoC

○ Hetero: RedxBlue (Luckyshipping) / Hints: GreenxYellow (FeelingsShipping), posible ChessShipping y PreciousMetal.

○ Humor / Romance.


Sueños.

-¡Poli!-llamé con gusto en lo que corría a un lado del río, mirando a mi amigo nadar con alegría por aquel arroyo de mi Ciudad, aquel que conectaba al Océano.- ¡Poli!- volví a llamarle, esta vez con algo de más fuerza al ver que se alejaba demasiado. Inflé las mejillas, aferrándome a la cerca en lo que le veía chapotear. Mamá me había ordenado no acercarme tanto al río, más no pregunté el por qué, simplemente obedecía a mi madre.

Dejé escapar un suspiro de molestia al ver que mi Poliwag podía divertirse tanto sin mí, ¡Yo también quería unirme! Bueno, en parte eso era lo que me ganaba por no aprender a nadar, pero no todos los niños de mi edad lo hacían, así que quizá no era tan fácil como los adultos lo hacían ver.

Lo observé sonriente como nadaba por aquí y por allá y daba unos cuantos brincos en el agua. Pero, de repente Poli fue con extraña velocidad hacía mí, viéndose demasiado preocupado. Le mire con una ceja en alza.

- ¿Qué pasa?-pregunté al ver a mi amigo tan asustado, pero él no hizo más que girarse hacía nuestra casa, tratando de hacerme volver- Pero mamá aun no me llama…- me queje, era demasiado temprano para irnos a dormir.

De repente vi una sombra negra tapar el sol que iluminaba Pueblo Paleta, seguido de un arcoíris y, sin previo aviso; el grito de una niña.

Corrí sin siquiera avisar a Poli, yendo hacia donde el grito para ver un ave de muchos colores levantar a una niña de cabellos castaños del suelo. Me quede parado en el suelo y mire atónito aquella enorme criatura, nunca había visto un pokemon tan grande.

-¡Ayúdame!- su grito me hizo reaccionar. Corrí hacía ella, sin embargo acabé cayendo al suelo sobre mi trasero ante la gran ráfaga de aire que las alas de ese pokemon hacían al batir. Otro grito y logré ponerme de pie, corriendo tras de ella y el ave;

-¡Auxilio!- le oí pedir ayuda de nuevo, reconociéndola de repente. ¡Claro! Ella era la niña que vivía cerca de mi casa. Reconocerla sólo ayudó a que mis pies hicieran lo posible por aumentar la velocidad.

Todos los adultos huían al ver aquella ave, pero yo corría lo mejor que podía tras ella. Mas mis esfuerzos fueron inútiles y el ave se perdió en el bosque, yo no tuve otra opción más que detenerme, quedando parado al inició de aquellos arboles a la frontera del Pueblo.

Permanecí ahí un largo rato, mirando donde aquel pokemon y la niña se habían ido. ¿Qué había sido todo eso? Mamá me había advertido de alejarme de pokemon salvajes, pero nunca me habían dicho que se llevaran niños así. Deje escapar un suspiro, molesto de no haber ayudado y preguntándome si la niña estaría bien. "Los pokemon no son malos, de seguro ella estará bien" pensé para mí mismo.

-¡Red!- brinque al oír aquella llamada, viendo a mi mamá mirar a todos lados. ¿Mami siempre había tenido la piel tan blanca?-¡Red!- volvió a llamarme, desesperada con Poli a sus pies.

-Mami- respondí a sus llamados para ir hacia ella, viendo como unas finas lágrimas escapaban de su rostro al encontrar en donde estaba. Algo no andaba bien-¿Mami, que pasa?-pregunté preocupado, sintiendo como me levantaba en brazos y besaba mi rostro repetidas veces, causando que la cara me ardiera.- Para mami- comente entre risas, extrañado de su ataque-.

-Mi bebé… mi bebé está a salvo…-oí que hablaba en voz baja, acurrucándome contra su pecho,-¡N-no me asustes de esa manera de nuevo, Red…!- me regaño pasado un rato, caminando de vuelta a casa- Pensé que… no, no hay que preocuparse por eso, estas bien y es lo que importa- agregó, más hablaba como si no estuviera con ella y hablara con algún otro adulto.

-¿Qué paso, mami?-pregunté cuando ella logró calmarse, sintiendo como mamá me estrechaba entre sus brazos, depositando otro par de besos en mi frente.-

-Un niño…-comenzó a decir, caminando entre la gente,- una criatura secuestró a un niño pequeño, no verte cerca de la casa me hizo pensar que…-se acalló, dejando escapar una lagrima pero volviendo a sonreír como siempre lo hacía. Sólo me recosté en ella, recibiendo más mimos.- No me vuelvas a asustar así, mi vida…-pidió, entrando a la casa.-


Abrí los ojos, mirando el techo de mi cuarto en lo que me acostumbraba a la oscuridad de mi habitación. Ese sueño de nuevo, no… mejor dicho, ese recuerdo de nuevo. Bufé en lo que alzaba uno de mis brazos, acabando mi antebrazo sobre mis ojos. Por aquella oscuridad, calculaba que serian las dos o tres de la mañana, así que lo mejor era esperar a que el sueño me tomara de nuevo.

Nada.

Esto comenzaba a tornarse molesto. No era la primera vez que ese recuerdo me abordaba en la noche ni la primera que me robaba el sueño, y ahora venía la misma pregunta de siempre.

¿Por qué, después de tanto tiempo, recordaba todo eso?

Había sido tan solo un niño, así que no podía hacer mucho ni aunque quisiera, ¿me culpaba porque Blue hubiese sido secuestrada? Posiblemente, pero también tenía en claro que muy poco podía hacer para ayudarla no siendo más que un bebé con un pequeño Poliwag. Pero, lo más importante de todo era que Blue ahora estaba a salvo… aunque no hablara para nada sobre ese tema; ella ahora estaba con nosotros y, aun más importante, con sus padres de vuelta en Pueblo Paleta. Así que; ¿por qué seguir recordando algo que no podía cambiar?

Dejé escapar un largo suspiro, destapándome los ojos mientras sentía algo pequeño removerse a la altura de mi cabeza. No necesitaba iluminación para saber que aquella bolita de pelos amarilla era Pika, que dormía plácidamente. Le envidiaba en ese momento. Al menos el no despertaba a mitad de la noche con un recuerdo de Chuchu siendo secuestrada.

No sé por qué comparaba a Blue con Chuchu, culpo a mi adormilado cerebro.

Le mire un rato en silencio, observando cómo subía y bajaba con el suave ritmo de su respiración. ¿Me pregunto si Pika habrá notado mi reciente problema? Reí para mí mismo, llamarlo reciente era bastante bobo si recordaba que esto ya había empezado hace ¿dos meses quizá? No estaba del todo seguro.

Green había comenzado a notarlo y era un tanto… incomodo. No soy exactamente el tipo de gente que guarda con facilidad secretos ni mucho menos a mi mejor amigo, pero que tras nuestro acostumbrado entrenamiento el me hubiera señalado que había estado demasiado distraído me tomó con la guardia baja.

A saber Arceus si Green realmente se creyó mí excusa de que tenía hambre y por eso no había estado atento.

Gruñí frustrado, tallándome un poco el cabello. Me sentía mal al mentirle de esa manera a Green, pero comentarle que en estos días Blue no había salido de mis pensamientos y admitir que me despertaba recordando su secuestro era demasiado… ¡Maldición! Ni siquiera mi madre sabía de ese problema.

Además… era tan… muy poco de nosotros el hablar de eso y prefería no molestar a Green, con su trabajo como líder de Gimnasio tenía suficiente.

Me reincorporé en lo que miraba por la ventana, parpadeando sorprendido de ver gente en la calle. ¿Gente a las cuatro de la madrugada? Entonces me di cuenta de mi error. No era de madrugada, sino que unas densas nubes cubrían hasta donde podía ver. Bien, eso arruinaba mis planes de salir a escalar el Monte Plateado en busca de a quien retar.

Unos nudillos golpearon suavemente a mi puerta, mirando de soslayo en cuanto mi madre entraba a mí cuarto.-Oh… no te desperté ¿verdad, amor?-preguntó de manera cariñosa, yendo hacia mí para sentarse al borde de la cama. Solo negué, suspirando para recargarme sobre su hombro- ¿Red? ¿Pasa algo?-preguntó, sorprendida de mi reacción.

-Mamá…-comencé a decir, preguntándome si sería buena idea hablar al respecto. Ella solo me miro, notando como sus cejas se contraían en preocupación. ¿Cómo reaccionaría si le recordaba aquel suceso? En mi mente estaba grabada aquella cara tan asustada y pálida al no saber que era de mí.

-¿Algo ha pasado con tus amigos, amor?-pregunto afectuosa, abrazándome, yo no pude hacer más que sonreír por el comentario. Era increíble como mi madre podía dar justo en el blanco sin siquiera intentarlo. Pero no, no era justo el recordarle un susto tan grande ni mucho menos por un asunto que ya era incorregible.-

-¿Te he dicho que te quiero?-pregunté, alzando el rostro para sonreírle lo más convincente posible, lo cual pareció lograr desvanecer su preocupación ya que comenzó a reír. Pika se estiro con pereza, despertando de sus sueños ante la risa de mi madre.

-También te quiero, amor-fue su respuesta, besándome sobre el cabello para soltarme y levantarse de mi cama- El desayuno estará listo en unos minutos. Báñate, vístete y bajas a comer, ¿entendido?- me ordeno, a lo cual yo respondí con una ligera cabezada. ¿Era solo yo o había arrastrado la palabra "báñate"? Tome la camisa y la alcé un poco, tratando de oler algún mal olor.

-Pero si no huelo mal…- susurré, sintiendo como Pika subía a mi regazo y olisqueaba mi ropa, para dejar escapar un chillido y alejarse de mí- ¡N-no es gracioso, Pika!-le regañé con la cara algo roja, oyendo unos ruiditos y chasquidos provenir del roedor. ¿Se estaba riendo de mí?; – Entendí el mensaje, me bañaré…-comenté resignado, oyendo más chasquidos eléctricos de él, fruncí el ceño con molestia y me quite la camisa, dejándola caer sobre Pika que brinco asustado por el repentino ataque.

No era una venganza del todo, pero sus gruñidos de protesta me eran más que suficientes.


Quiero pensar que no empece tan mal. Uu

Con suerte (y si la Universidad me lo permite), estaré subiendo cada semana. Así que si te ha gustado, nos veremos.