Disclaimer: Naruto no me pertenece.

―Dialogo de los personajes―

Pensamientos de los Personajes

Capitulo 1: Flor Encontrada

La suave melodía que suena por la radio la entretiene en sus labores diarias, recoge frascos de aquí y allá, cambiando algunas etiquetas, y los sitios donde los ponía para usarlos sobre su mesa de trabajo. Quito algunos papeles que engancho a la pizarra y tomó el lápiz que traía en la boca y el marcador que colgaba de uno de sus bolsillos, tomando nota de varios datos que apenas había conseguido.

Llevo su vista de vuelta al microscopio y a algunas de las plantas que uso para su más reciente experimento en medicina de alto rendimiento. Ya faltaba poco para perfeccionar uno de sus tantos proyectos.

Leves golpes en la puerta la distrajeron.

― ¿Sakura? Soy yo.

La kunoichi sonrió levemente y dejó las cosas por sobre su escritorio, se acomodó la bata blanca y atendió al recién llegado, no sin antes tomar una de las mascarillas de la mesa contigua a la entrada.

Abrió la puerta con una cara sonriente y dejó al joven entrar.

―Ten, ponte esto. ― Le indicó, lanzándole por sobre el hombro la mascarilla.

El joven ninja la tomó pero no hizo mucho caso, dejándola colgar por su oreja y analizó el laboratorio de la orgullosa flor de cerezo de Konoha. Un suspiro escapo de sus labios al ver que, por lo menos, había mucha más limpieza que la última vez.

―Has hecho limpieza. ―dijo en un tono de broma.

―Ríete, pero de no ser por ti no haría ninguna. Tuve que acelerar todos los estudios para hacer espacio, si me atraso será tu culpa ¿entendido?

―Sí, sí, no te enojes. ― río― Seguiré ordenando las cosas, sigue con lo que sea que estuvieras haciendo.

Sakura le volteó a ver, meciendo un frasquillo en su mano derecha mientras examinaba a su ya concurrente invitado. Un ninja del país del Viento, pero que pertenecía a la aldea de la Nube, con unas técnicas muy peculiares.

Espeso cabello rojo y bastante largo, piel color canela, ojos color dorado y una actitud entre amable y desafiante. Lo tenía como ayudante y principal compañero desde su llegada a la aldea de la Nube hacia más de cuatro años, un principal soporte para saber del mundo exterior cuando era necesario, y con el tiempo, en su saco anti estrés. Vestido con un polo sin mangas color negro ,unos pantalones holgado color crema y unas simples sandalias. Relajado en todo aspecto que se podría ver.

―No puedo creer que los convencieras de mover tu cama aquí, por Kami mujer, necesitas un poco de vida social. ― se quejó el chico, retirando la enorme pila de papeles de la cama de la medico. ― Qué te traiga los alimentos no significa que jamás saldrás de aquí, estoy comenzando a preocuparme.

La pelirosa se carcajeó, terminando por mover unos apuntes con total calma.

―Te olvidas mis meriendas de vez en cuando, que no se te suba a la cabeza. ― dijo ella, sentándose agotada en la silla del escritorio. ― ¿Cómo amaneciste hoy?

El pelirrojo se lanzó sobre la cama tras dejarla completamente vacía, envolviéndose entre las suaves sabanas.

―Igual que siempre, bien. ― respondió, rascando su nuca con desgano. ― ¿Qué drogas probarás hoy?

―Unas nuevas, auto regeneración y otras dosis de aceleradores de adrenalina.

El joven se sentó en la cama, mirando como la dama camina de un lado a otro de la habitación con diferentes sustancias en las manos. La analiza de nuevo como parte de su rutina, de arriba abajo y maldijo casi un millar de veces al notar los cambios.

Cuando la conoció se burló de ella tanto que termino con un par de yesos por casi cuatro meses, y aún así ella seguía mandándole recados sin parar.

― ¿Estás listo? Este puede ser muy doloroso. ―indicó ella, batiendo un frasco con líquido amarillo dentro.

El sonrió con burla. ― ¿Qué? Creí que habíamos superado la etapa de lastima. Soy tu rata de laboratorio por sobre todo lo demás, este es mi trabajo. Anda, trae aquí.

La Haruno cerró los ojos y le entrego el frasquillo con el extraño liquido, él tomo de golpe el contenido, sin pensar mucho en las consecuencias.

Él maldijo otra vez.

Cuatro años atrás, apenas a un mes y medio después del final de la guerra corrió un fuerte rumor en el país donde estaba. Y no era para menos considerando el privilegio que se traían. La aldea de la nube se había conseguido, con quien sabe que trato, a una ninja medico lo suficientemente loca como para entrar a su territorio.

Obvio, ¿Quién estaría tan desesperado como para venir a curar prisioneros que eran acusados de traicionar a sus aldeas?

La respuesta resonó cuando abrieron la envejecida puerta de su celda y ella entró completamente indefensa a ofrecerle un trato.

Mazune Kai, es un gusto conocerte.― se presentó ella, envuelta en una reluciente capa blanca de hospital. ― He venido a proponerte algo.

Recordó haberla intentado golpear para imponerse ante ella y recibir tan fuerte puñetazo en el estomago que se quedo inconsciente, y para cuando despertó estaba fuera de prisión, libre hasta donde cabía sus permisos.

Quiero que me ayudes con mis investigaciones. Sé que tu clan posee una alta resistencia a los venenos y las manipulaciones de hormonas y neuro toxinas. Necesito esa habilidad, y a cambio puedo otorgarte libertad.

Al principio acepto en son de broma, su misión era de las más sencillas, solo tenía que vigilar a una ratona de laboratorio con muy poca gracia por todo el día y ayudarla en lo que le pidiera. Se sintió estúpido muy seguido, cualquier asistente haría lo que él, con la diferencia de que otros no resistirían los golpes y el extenuante horario de 24 horas siete días a la semana sin descanso.

Ni mucho menos lo que se le vino después.

Con el tiempo se acostumbró a observarla, a sentir su presencia y ayudarla en todo. A ser sus ojos, oídos y todo lo demás, incluso su sentido del gusto si es que la chica tenía arranques de niña pequeña. Claro que nunca hubo más interés que el ser libre al ver cumplido su trato.

Y con la velocidad que ella trabajaba no podría ser mucho.

Hasta el día en que fue usado como las ratas de alcantarilla que tanto odiaba.

Es un veneno altamente peligroso, tendré un antídoto a la mano para ayudarte si algo se sale de control. Tranquilo, no pienso asesinarte ni nada por el estilo.

Pero su mente no lo quiso procesar del mismo modo. La sorprendió he intento escapar del pequeño cuarto de laboratorio que compartían en aquel entonces, la lazó al suelo y la amordazó, incluso considero usarla de rehén para escapar.

Ella era la alumna de la Hokage de Konoha. Y la compañera del equipo de tres personas mundialmente conocidas: De Hatake Kakashi, el ninja copia; de Uzumaki Naruto, el poseedor del bijuu de las nueve colas y héroe de guerra; y finalmente, de Sasuke Uchiha, el inesperado aliado que aseguró la victoria.

No es una idea muy inteligente, si quieres tu libertad desátame, no diré nada. Entiendo que esto no te agrade, así que haremos un nuevo trato. ¿Qué te parece?

Y se ofreció a tomar cualquier veneno o sustancia al mismo tiempo que él para probar que no quería matarlo o algo por el estilo.

― ¿Qué síntomas tienes? ― pregunto ella.

―No siento mi pierna izquierda y mi vista esta borrosa. ―le informo.

El próximo síntoma fue un profundo calambre que le recorrió los músculos desde la punta de los pies hasta el final de sus cabellos.

La pelirosa lo asistió, proporcionándole algunos leves toques en el cuello con chakra para bajar el dolor y espero con paciencia que los síntomas pasaran, tras casi media hora el ninja se vio envuelto en una gruesa capa de sudor y jadeando de dolor. Sakura se sentó a su lado, analizando los signos vitales y algunos órganos internos con su chakra.

―Todo marcha muy bien. Te daré el antídoto.

Le inyectó una aguja en el brazo derecho y el cuerpo de Kai se relajó por completo, asimilando la cura del reciente experimento.

―Sakura, ¿vas a probar otra cosa? Me siento muy adormilado. ― se quejó, acomodándose en la cama para dormir.

―Tranquilo, puedes descansar.

―Tu desayuno y tu postre está en el refrigerador, come o te daré de comer como una bebe.

―Hump, ya duérmete.

Kai ronroneo como un gatito y se quedó dormido sobre la cama. Por casi tres horas Sakura se entretuvo con los datos que obtuvo del experimento de la mañana, recibiendo algunas cortas visitas de algunos ninjas médicos para algunos consejos sobre tratamientos nuevos.

Después termino por guardar todos los papeles que dejó regados por la habitación, agradeciendo que Kai fuera tan eficiente como para acomodar la mayoría por fecha sobre una de las mesas de apoyo. No tardó mucho en terminar de limpiar y se fue también a la cama, acomodándose al lado del cansado joven para tomar algunas horas de sueño. A las dos de la madrugada , con todas las demás comidas ingeridas, y por fin había concluido con uno de los proyectos más largos e importantes de su carrera.

Pero el sueño rehuyó de ella.

Y no tuvo más alternativa que levantarse de la cama e ir a pasear por un rato fuera de su centro de trabajo.

Fuera el clima no era tan frió como hubiera esperado, por el contrario, la brisa era perfecta como para vagar por todo el pueblo. Se acomodó la bata y saltó hacia la acera de su pequeña casa. Aún recordaba con nostalgia cuando sus dos mejores amigos regresaron juntos de la guerra, aún con varias discrepancias, pero juntos al fin y al cabo.

Recordó apenas haberlos visto por unas horas, y luego se quedo inconsciente por un par de días. Según su maestra, había sobre usado su chakra y estaba recuperándolo de a pocos. Por artes del destino sus dos compañeros estaban iguales, solo que ellos siguieron por casi una semana entera.

Se sintió inútil de no poder atenderlos, pues el extremo al que llevó su propio cuerpo termino por impedirle usar su chakra adecuadamente, no recordaba haber sido atacada de gravedad pero Ino le comentó que fue envenenada y su cuerpo estuvo muy resentido a los antídotos al principio.

Todo producto de la sangre de los Zetsus blancos que batallaron durante la guerra.

La mayoría de ninjas no se vieron afectados, apenas una minoría que a lo mucho alcanzaba las treinta personas, o al menos esa era la cifra oficial.

Esperaré hasta que se recuperen.

Eso dijo cuando fue a verlos por primera y única vez al hospital. Varios de los maestros y miembros de otros equipos estaban ahí, incluso miembros de la aldea de la nube como Killer Bee y el, de nuevo, jinchuuriki del bijuu de una cola.

Pero su alegría no duro mucho cuando los días pasaron y el caos regreso a las aldeas.

Las muertes de miles y miles de ninjas perjudico gravemente a las familias, distorsiono las alianzas y se creó más rencor que nunca antes. ¿Qué porque habían más muertos de una aldea que de otra?, ¿que porque se retrasaban tanto con la recuperación de los cuerpos?

¿Que porque la principal razón de la guerra, los bijuu, no eran exterminados de la faz de la tierra?

En ese momento toda la gente que iba a ver a Naruto y a Sasuke se dispersó, buscando calmar el ambiente por cuanto lado pudiera cubrir.

Y ella decidió también apartarse y ayudar.

Ayudar a proteger la paz que Naruto, Sasuke y miles de ninjas querían tener.

Aún con un mal estado de salud logró obtener el permiso para dejar la aldea, con engaños a su maestra y a Shizune, contándole su plan a Kakashi, Sai y a Yamato; luego de una extenuante hora de consejos y regaños de parte de ambos sensei, y con el inesperado apoyo de Sai, dejó la aldea.

No tuvo que arreglar mucho, solo ropa y las cosas básicas.

Ni siquiera tuvo que preocuparse por avisarles a sus padres.

No tenía por qué.

Ellos habían muerto en la guerra producto del nefasto veneno de los cuerpos del ninja biológico de Zetsu y de varias puñaladas. Las lágrimas no salieron de sus ojos cuando se enteró, pues estaba orgullosa de que ambos dieran su vida por un fin tan noble.

No se tiró a lamentarse como Ino esperaba, ni pidió por ayuda cuando su maestra se la ofreció.

Ella estuvo a un paso de morir al igual que ellos, y debía valorar la vida que le quedaba.

Arreglo los funerales de ambos y contrato a una persona para que cuidara la casa en su ausencia, Sai se había ofreció y ella insistió en pagarle por ello.

Y se fue.

Sin esperar el despertar de sus amigos.

Ni la celebración de victoria.

Se fue para reflexionar sobre todo lo vivido y perdido desde antes de la guerra.

Desde el momento en que prefirió depender del rubio y no sostenerse en sí misma.

Se marchó con el permiso rumbo a la aldea de la Nube, el único lugar que Kakashi aceptó como destino a cambio de dejarla ir. No podía juzgar que su maestro estuviera preocupado, después de todo ella estuvo al filo y por poco se salvo.

Allí conoció a Bee, y aunque este le contaba maravillas sobre su tiempo con Naruto, prefiero pedirle silencio y que le llevara al destino donde creyó que sus habilidades podrían mejorar. Pasó dos semanas más hasta que la Hokage por fin cedió y le concedió total libertad de movimiento en los diferentes países.

Con el permiso del Raikage, finalmente, tras un mes, logró acceso total a la prisión de más alta peligrosidad del país de la Nube, en busca de los tipos de jutsus hereditarios y habilidades más peculiares que lograran ayudarla en su investigación contra el veneno de Zetsu y muchos otros líquidos de peligrosidad.

Su sorpresa fue mayor al ver que esa misma cárcel fue atacada durante la guerra, esparciendo la sangre de las creaciones biológicas de "Madara" por todo el recinto. Ese día no hubo ningún guardia, fueron los mismos prisioneros quiénes salieron de sus celdas, acabaron con el enemigo a sangre fría y con total normalidad, se encerraron de nuevo a la espera de que los de seguridad regresaran y les trajeron sus alimentos.

Preguntó el porqué de tanta obediencia y la respuesta de la única persona que alimentaba a los prisioneros durante la ausencia de los demás guardias le asustó hasta los huesos.

Sus únicas esperanzas son morir en esta prisión. No anhelan nada más.

Y supo que ese lugar era perfecto para encontrarse a sí misma.

Recorrió las celdas una por una y les dijo a todos los prisioneros lo mismo.

He venido a curarlos.

A todos, excepto al único que estaba sano. Excepto a un pelirrojo que simplemente se quedó en silencio y no le contesto como todos los demás.

Él no le dijo que lo olvidara y le dejase morir.

Él sonrió con burla al verla y le dijo.

He escuchado de ti, pero tú no de mí. ¿Por qué crees que estoy encerrado? Yo… mate a mis compañera de equipo y a mi maestro. Quizás se me antoje hacer lo mismo contigo.

Pero como buena alumna de la Hokage y sobreviviente de tan cruel guerra, le golpeo lo suficientemente fuerte como para dejarlo K.O al instante. Y decidió llevárselo.

Firmó todos los permisos y dejó las recetas para las diferentes enfermedades y síntomas de todos los prisioneros al equipo médico que los atendería. Prometió a todos los prisioneros ayudarles, sin importar si ellos deseaban o no vivir.

No le importo caer inconsciente en medio del pequeño pueblo y sufrir de un colapso más por mala alimentación.

No importo nada hasta que logró llevar todas las muestras principales y crear todos los antídotos para salvar a toda esa gente.

Su nueva meta en la vida era superarse. Necesitaba ser una versión mejorada de sí misma, y para ello debía vencer sus principales obstáculos. El cansancio, la debilidad de espíritu y la fuerza física en batalla. Podría tener la súper fuerza de su maestra, pero no era nada si no podría defenderse lo suficiente y luchar al cien por ciento en el campo.

Por ello estaba feliz de haber escogido a aquel pelirrojo de espíritu peligroso.

Él tenía una meta, ser libre y hacer lo que quisiera. Y si ella era un obstáculo ante eso, la eliminaría.

Ella tenía la meta opuesta. Sobrevivir a los ataques de su ahora protegido y mejorar como médico y ninja en todo el proceso.

La primera semana no le dejo ni respirar, tuvo que poner un montón de cerrojos y estar alerta las 24 horas, y para la segunda semana el cansancio pudo más que ella y cayó presa de una trampa. Con total sorpresa tuvo que admitir que había perdido cuando el pelirrojo la tuvo bajo su merced y la ató a uno de las vigas de soporte que daban para el jardín interno.

Pero ni aún con eso había logrado escapar.

De no ser por la sorpresiva visita del ninja copia y el ninja pintor que, a muy mala hora, lograron dar con su paradero especifico.

Aún podía recordar como su maestro atacó e inmovilizo a Kai, como Sai le critico por su mal gusto al escoger un compañero, y encima, el larguísimo sermón que le mando por escrito la Hokage cuando se entero de los movimientos de su alumna. El pelirrojo solo bufó y pidió ser liberado, se acerco a ella y poniéndose a su tras la abrazo y pidió disculpas.

Disculpas que posiblemente eran motivadas por el temor hacia Kakashi.

Vale, hasta ella le tenía miedo cuando se ponía en el plan de figura paterna y le protegía hasta la punta del cabello.

Recordó haber reído tras perdonar al pelirrojo, los comentarios de Sai respecto a la extraña relación que mantenía con "su ayudante" y las miles de preguntas preocupadas de su sensei.

¿Estás segura de esto? Sakura en verdad creo que necesitas volver a la aldea, mírate, ya has probado que puedes valerte por ti misma, ahora volvamos. Todos estamos preocupados por ti.

Y con todo el dolor del alma pudo recordar sentir los dientes de Kai enterrarse en su cuello, justo en frente de ambos ninjas y declarar con toda la seguridad del mundo el contrato que tenían.

Sakura tiene un contrato que cumplir conmigo, a menos que lo cumpla ella no puede dejar este lugar.

Recordó que su sensei quiso incrustarle un raikiri por cualquier punto posible y ella tuvo que convencerlo de no hacerlo. Sai no dijo nada hasta que estuvieron a solas, muy a regañadientes del pelirrojo, se acomodo en la que era su habitación y conversaron sobre los asuntos más importantes de su aldea.

Tuvimos que desviarnos de una misión de los Anbu para venir aquí, la Hokage ya no entiende razones, Sakura.

Sai le llamaba así desde que le encargo la casa de sus padres, a su pedido. Después de todo, que otra cosa los podría hacer más cercanos que afrontar la muerte de la única familia sanguínea que tenía.

Cuando Naruto despertó no notó que no estabas al principio, le pusimos excusas, las mismas que le dimos a la Hokage y a los demás. Pero…

¿Pero?

Sasuke y él se percataron que tu chakra no estaba en la aldea, el tuyo ni el de tus padres. Naruto se puso como loco y con Sasuke salieron del hospital para buscarte, creyeron que te habías muerto o algo así y que se los estábamos ocultando. Al final Kakashi-sensei y Yamato-san le contaron lo que ocurrió con tus padres y tu deseo de apartarte para iniciar de nuevo.

Ellos… ¿dijeron algo?

Querían verte, al menos eso fue lo que Sasuke me dijo.

¿Sasuke hablo contigo?

Algo así. Me preguntó por ti cuando fui a ver a Naruto y él dijo que quizás necesitabas ese tiempo para reflexionar y calmarte. Estuve muy sorprendido por la facilidad con la que él te comprendió.

En ese instante sintió mucha más tristeza que cuando se entero de la muerte de sus padres.

Naruto me ha pedido que te diga esto. Que estarán esperando que vuelvas a la aldea para que puedan celebrar como equipo de nuevo. Sasuke, pues… dijo que soportaría los berrinches del "dobe" hasta que volvieras.

Un suspiro de alegría se escapó de sus labios al recordar el tono gracioso de voz que uso Sai para decir eso. Típico de Sasuke y de Naruto. Cuando ambos compañeros de la aldea se marcharon de su casa es cuando, finalmente, se atrevió a confesarle la verdad a Kai.

Este la escuchó en silencio, no le dijo nada, no la animo ni le regaño por todo lo que hizo.

No sé si son malas o buenas decisiones, pero si has decidido tomar este camino hazlo hasta al final. Esos tipos, el héroe rubio ese y el Uchiha vendrán, en algún momento lo harán y querrán llevarte de vuelta. Estará en ti decirles sí deseas quedarte a seguir luchando por lo que crees te hará más fuerte, o volver para vivir bajo su sombra.

Esa noche decidió quedarse y hacerse fuerte. Entrenar en todo aspecto y mejorar, para volver cuando en verdad fuera una ninja digna de tener camaradas tan poderosos y valiosos.

Entrenó en compañía de Kai, se hizo miles de heridas, se aplico miles de venenos para ganar inmunidad a ellos, entreno otras técnicas de defensa y ataque. Y por sobre todo…

Se alejó de todo aquello que la hiciera dudar.

Se alejó de Konoha y de su equipo de antaño.

Para poder volver con una diferencia bien marcada.

―Haruno-sama. Hemos encontrado un par de civiles enfermos en las fronteras del pueblo, cerca de las plantaciones.

Y estaba orgullosa de ello en momentos como esos. En todos esos momentos donde aquellas personas que desconfiaron de su capacidad ahora depositaban su entera confianza en ella. Justo detrás de ella el jefe de la policía ninja de la aldea de la nube venía para informarle sobre las travesuras de sus experimentos.

―Buenas noches, Genzou-san. ¿Cómo están nuestros visitantes? ― preguntó divertida, mirando el cielo nocturno.

―Tienen una leve infección por ingestión de frutos, tal y como se había planeado no detectaron ningún rastro de químicos en ellos. ― respondió mecánico, levándose del suelo para observar a la medico. ― ¿Desea que los llevemos a su casa?

Sakura sonrió. ― Se lo agradecería. ― respondió. ― Iré a alistar los antídotos, no esperaba ninguna visita esta noche así que tengo que preparar un poco.

Se despidió del jefe ninja con la mano y regreso a su "casa". Al principio solo era una pequeña casa que más hacia de laboratorio y se acostumbraba a hospedarse en un hotel, hasta que el mismo Bee le comentó que la amiga de Naruto no podría estar quedándose en un hotel de tan poca clase.

Se le entrego una casa propia a pedido del hermano del Raikage, y desde entonces se mudó con Kai para continuar con sus estudios. La mayoría del tiempo Kai preparaba los alimentos y se los traía, lavaba la ropa y los utensilios e incluso, con cierta risa de maldad, limpiaba la casa y su habitación.

La diferencia es que Kai no tenía una habitación propia, dormía en los sillones o cuando ella no la usaba, en su cama. No encontró molestia en ello después de todo lo que él hacía por ella, pero si le parecía injusto que Bee no le dejara alquilar otra casa para que su compañero pudiera tener una habitación propia.

Su molestia no le duro mucho cuando Bee le dijo que de tener otra casa, muchos sabrían que ella saco a un prisionero de alta peligrosidad y vivía con él.

Desde que se estableció y las cosas volvieron a la normalidad todo era una rutina que pocas veces se quebraba. Durante el día entrenaba de manera física en los bosques a las afueras del pueblo, y por las noches seguía con los estudios médicos.

Algo extenuante pero provechoso.

Por aquella época es que decidió mejorar la seguridad de aquel poblado, y a fin de que la prisión fuera más segura desarrollo plantas y frutos con venenos y toxinas lo suficientemente poderosos como para detener a un Hokage.

Pasarían por cosas normales, incluso el leve toque contra las hojas les daría severas alergias en la piel. Fue divertidísimo cuando en una noche de tormenta, el enigmático Yamato vino con la piel roja como el tomate y sin poder articular palabra por el entumecimiento de sus músculos faciales.

―Quería dormir más… ― se quejó Kai, volteándose sobre la cama para mirarla. ― ¿Quién cayó en la trampa ahora?

Sakura comenzó a sacar diferentes recipientes para elaborar la medicina.

―No sé, pensé que desde que los Anbu conocían del peligro de acercarse a las fronteras ya no habría más víctimas. Parecen que fueron unos civiles, supongo que gente que no tiene un hogar y vino por error.

― ¿Quién en este país sería tan loco aparte de ti? No hay persona en Kirigakure que no sepa que este pueblo es la prisión fundada por el segundo Raikage. Solo los prisioneros y sus parientes más cercanos viven aquí.

La pelirosa no respondió y termino de elaborar dos dosis de antídoto, los dejó sobre la mesa y regresó para ver al pelirrojo.

En algo tenía razón, solo un loco vendría al pueblo más peligroso en todo el mundo ninja.

―Tu temperatura esta algo baja. ―comentó, sujetando la muñeca del chico.

Él solo se abrazó más a las sabanas y pegó su cabeza a la almohada.

―Tú eres la que esta helada, debiste llevar un abrigo o algo, con esa ropa la medico terminara siendo paciente. Y eres insoportable cuando no quieres tomar tus medicinas. ― se burló, sentándose sobre la cama con las sabanas cubriéndolo. ― Sakura…

―Dime.

―El jefe de la policía ya está en la puerta y los que trae consigo son ninjas, no simples aldeanos o vagabundos. ― se quejó el muchacho, levantándose de la cama para acomodarse un poco la ropa.

―Era una posibilidad, no sería la primera vez. ― refutó Sakura, entrando al cuarto de lavado para recoger un poco de ropa.

El pelirrojo resopló. Su compañera a veces podía ser muy ingenua. Pocas veces, pero demasiado ingenua, felizmente lo tenía a él para fijarse en esos detalles. Salió de la habitación, dejándola para que pudiera vestirse con tranquilidad y fue al primer piso de la casa, observando la robusta figura del ninja policía en la sala, junto a otros cuatro uniformados y dos cautivos con vendas en los ojos.

―Sabía que estos eran especiales. ― murmuró. ― Estarán bien, puede dejarlos aquí. Nosotros nos encargaremos del resto.

Y con una seña el equipo policía salió del lugar. Él se recostó contra una de las paredes, aún incomodo de ver a aquel ninja policía que lo metió a la cárcel para empezar, quién pensaría que se tratarían con tanta cordialidad solo diez años después. Raro.

Observo a los enfermos que traían vendas sobre los ojos y procedió con los primeros auxilios, eran síntomas que él mismo padeció en cierto momento, por lo cual sabía cuáles eran las medidas a tomar.

Los ayudo a sentarse en los sofás de la sala, sin mucho esfuerzo debido al avance que tenían las drogas y venenos en ellos. Dos hombres de musculatura similar, cubiertos en sudor y profundos jadeos.

Escuchó los pasos de la ninja medico al bajar la escalera un par de minutos después y se volteó hacia ella, cerrando los ojos por unos segundos para calmar sus ideas.

―Están envenenados con las manzanas amarillas del sector B -6. ― informó, retrocediendo del lado de ambos ninjas, llevándose consigo un par de objetos que tomo de ambos.

La médica se hizo espacio, acomodándose para administrar las medicinas.

―Abran la boca, les daré el antídoto.

Los enfermos hicieron caso, y recibieron el amargo líquido de los frascos de antídoto que Sakura trajo consigo. Uno tosió un poco y se dejo caer en el respaldar del sofá, mientras que el segundo parecía más mareado y terminó cayendo al suelo de lado.

Kai se mantuvo pendiente, ocultando los recién robados objetos en su espalda. Observó a la Haruno por detrás, notando como la joven se ha cambiado de ropa por un atuendo mucho más acorde a su profesión. Lucía como una verdadera kunoichi.

Traía un chaleco blanco sin mangas, debajo un top rojizo que se hacía ver por entre la cremallera semi abierta del chaleco, resaltando el muy generoso busto de la fémina. Su largo cabello rosa está atado en una cola alta, junto a un adorno de lazo rojo; lleva unos shorts cortos de color negro, en la pierna derecha tiene atado su estuche de kunais y en la izquierda un segundo estuche con inyecciones y uno que otro pergamino. Unas botas negras de tacón terminan por hacer el juego en sus piernas color leche.

Sus ojos no pudieron dejar de observar el tatuaje de la joven en su hombro izquierdo, el símbolo de la armada de lo Anbu de Konoha, la banda de su aldea ajustada en su frente y las vendas que recorren desde los nudillos hasta los codos de la chica, completando con los negros guantes de pelea.

―Kai― le llamó ella.

―Dime.

―Ellos son…

―Te dije que eran especiales. Mira, aquí tengo la prueba. ― respondió él con desgano, alzando el par de bandas de la aldea de la hoja que había sustraído de ambos ninjas. ― Quítales las vendas, y el justu de camuflaje que traen encima.

Sakura asintió, tragando duro ante la posibilidad de que algún viejo amigo la hubiera hallado en aquel remoto pueblo. Se quitó los guantes y puso el dedo corazón sobre las frentes de ambos ninjas, desvaneciendo los chakras de ambos cuerpos en un segundo.

El cuerpo en el suelo fue el primero es mostrarse. Un largo cabello castaño y un rostro redondo, el siempre goloso Chouji cayó presa de la inconsciencia sin poder resistirse. No obstante, el segundo ninja presentó más resistencia, con una sonrisa cansada e irónica el ahora, mejor estratega de entre las cinco naciones observaba a la pelirosa de arriba abajo.

―Tiempo sin verte, Sakura ― dijo, respirando profundo, con la mano de la medico aún en su frente. ― Tarde mucho en descubrir donde estabas, sabes bien donde esconderte… Ino dijo que era muy inteligente, ahora lo entiendo.

Los ojos jade se entrecerraron ante el rostro más maduro del líder del equipo de Asuma.

Shikamaru Nara

― ¿Quién te mando? ¿Por qué has venido? ― preguntó, alejándose un poco del ninja. ― Contéstame, Shikamaru.

El joven de coleta negó con la cabeza, sin muchas fuerzas como para quejarse.

―Un imbécil que sabe cómo ser una plasta en el zapato cuando quiere. ― respondió, sonriendo divertido. ― Debe de estar en su camino aquí. La información que envié con mi halcón mensajero debe de estar por llegarle.

Kai levantó la mirada. Ese tipo le estaba poniendo de muy mal humor. Sakura por su parte no se movió, procesando aún el hecho de que cierta persona estuviera en los alrededores, muy cerca de su ubicación.

Se llevó una mano a la boca, reprimiendo el súbito temor que la invadió ante el pronto encuentro con el imbécil que Shikamaru mencionó.

―Naruto… ¿Naruto está viniendo aquí? ― murmuró consternada. ― Tú… no es posible, Sai y Kakashi-sensei...

―Los hizo hablar, bueno en realidad alguien más le ayudo. Da miedo. ― se burló el Nara, comenzando a sentir un fuerte mareo. ― Llegaran aquí muy pronto…unos minutos a lo mucho.

Sakura apretó ambos puños y jaló al Nara de su chaqueta de jounin, sin prestar atención a la fuerza que uso para sacudirlo.

― ¿Qué quieren conmigo? ¡Responde!

―Hmp… pregúntaselos tú, ya deberías saberlo ¿no? … Naruto y Sasuke están… muy enfadados por lo que hiciste. ―jadeo el Nara, luchando por no cerrar los ojos. La pelirosa lo soltó contra el sofá, aplicando presión en el cuello del ninja para dormirlo por completo.

Se volteó al pelirrojo y extrajo un kunai de su estuche.

―Prepárate, nos largamos de aquí. ― ordenó.

Kai tomó el kunai de la chica y con una sonrisa muy amplia en el rostro respondió.

―Lo que ordenes.

Las ansias por conocer a dos de los hombres más famosos de la aldea de la hoja, y las principales causas de que la flor de cerezo a la cual venía cuidando estuviera, hiciera y dijera todo en aquellos años.

Ahora iba a saldar una ligera cuenta personal con Uzumaki Naruto y Uchiha Sasuke , y agradecerles por darle tan tentadora mujer.


*Avance*

El encuentro que el equipo siete ha ansiado por fin sucede, sin embargo, los varones tienen muchas interrogantes y el educado sirviente de la Haruno no está dispuesto a dejarles suficiente tiempo "en privado".

Próximo capitulo : "Reunidos en discordia"


Hola a todos, pues he aquí un trabajo corto de lo que yo pienso serán pues... de dos a tres capitulos. Este pequeño fanfic es un regalo a mi querida amiga Diana por todo su esfuerzo en recuperarse de un mal de salud :D ¡Te quiero mucho amiga!

En fin, espero que esta historia les guste y que les haya intrigado. Si tienen una critica constructiva es bien recibida :D . Cuidense mucho y... ¡DEJEN REVIEW! XD