Hola! Este verano he descubierto un nuevo formato para escribir relatos, gracias a un estupendo foro de fanfiction "La Sala de los Menesteres" tanto me gustó que me propuse escribir una serie de drabbles que girase en torno mi pareja favorita, Harry Potter y Draco Malfoy.

Así que, aqui está, es una historia sencilla, centrada en ellos por completo que me ha encantado escribir, tanto por el formato, al que volveré estoy segura, sino porque no siempre me siento segura y a gusto con lo que publico y éste fic si me ha gustado bastante. Como siempre, ya sabeis, no dejo historias a medias,y cada comentario será respondido por privado en caso de que lo hagais logueados, de antemano os lo agradezco.

Cada capítulo constará de trescientas palabras exactamente, contadas por el word, palabrita.

Aeren


Disclaimer:Harry Potter y su mundo pertenecen a J.K. Rowling y Warner Brothers. No se infligen los derechos de copyright de forma intencionada.

Título:Sin miedo a nada.

Pairing:Harry Potter & Draco Malfoy

Rating:NC-17.

Palabras:~300~

Resumen: Tras la guerra, Harry regresa a Hogwarts para acabar sus estudios, allí descubrirá que muchas de las ideas acerca de su futuro no son tan firmes como siempre creyó que eran. Ese último curso, comprenderá la importancia de seguir sus deseos y lo hará junto a la persona que menos esperaba: Draco Malfoy.

Notas y Advertencias:Este fic contiene leguaje adulto y escenas de sexo explícito entre dos hombres si eres sensible al tema, por favor no lo leas.

Betas: Hermione Drake y Rohoshi.


Sin miedo a nada


I

Ese curso, el que has perdido luchando y que tus amigos te han convencido para que repitas, empieza en octubre. El paisaje se incendia de rojos, ocres y dorados mientras viajas en el tren. Hay una sensación de irrealidad dentro de ti de la que no has hablado con nadie, pero que persiste, molesta, en tu mente. Miras a tu alrededor, todos pretenden hacer ver que nada ha ocurrido. En parte les comprendes, lo mejor es olvidar, olvidar a los que no están pero duelen, a los que sí están pero que sufren, olvidar las decisiones crueles que se tomaron, las equivocadas, incluso las correctas. Te ahogas y tienes que salir del cubículo, dejar de escuchar la voz de Hermione, de Ron, la de Ginny, incluso la amable cadencia de Luna. Todo duele. Nada es como era antes. Lo peor es que no estás seguro de querer olvidar, no sabes si es preciso olvidar.

El pasillo está desierto, ese año hay menos estudiantes. Caminas lentamente hasta el final del vagón y de un tirón abres una ventana. El frío viento otoñal trae aromas a leña, a carbón, a tierra húmeda, a turba, a humedad. Cierras los ojos e inspiras hondo, rezando a cualquier Dios que quiera oírte para que detenga ese redoble sordo en tu pecho.

Sin saber por qué, te has girado y, en un recodo, casi oculto, le descubres. Está más alto y aún más delgado que la última vez que os visteis, mientras declarabas a su favor en el juicio. El cabello rubio destaca y por un solo segundo te dices que debe ser seda bajo tus dedos. Haces una mueca incómoda, algún sonido ha escapado de tu garganta, lo siguiente que sabes es que estás inmerso en esas profundidades color mercurio que te aturden. Draco Malfoy.


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