La nación del Fuego recuerda, la ilusión de los pantalones y otras cosas extrañas que se descubren en la mañana.

Cuando los primeros rayos de sol se filtraron por la ventana e iluminaron directamente su cara, Korra tuvo el que llamaría "uno de los peores despertares de su vida" y eso era mucho decir ─considerando que en su vida anterior había despertado después de haber estado cien años en un iceberg─. Se removió tratando de estirarse en su cama, mala idea. El dolor de cabeza se hizo sentir con furia.

─Ay no…─Musitó, considerando que tampoco debería hablar. Todo le dolía, hasta el trasero, el cual se sobó encontrando un poco más abajo un moretón.─ ¿Qué demonios hice anoche?─ se cuestionó mentalmente, y la respuesta no se hizo esperar. A su lado algo se removió.

Ese algo era obviamente un alguien y ese alguien era Mako. Lo supo inmediatamente porque ese cabello y ese peinado sólo podían ser de él.

Un momento… ¿Mako? ¿En mi cama? Y… ─hizo un chequeo rápido bajo las sábanas, confirmando que efectivamente, estaba en ropa interior─ Ay no, tiene que ser mentira.

En la habitación continua se encontraba Bolin quien se levantaba fresco y brillante como el mismísimo sol. Abrió la ventana, sonrió al hermoso día que se apreciaba. ¡Nada podía ser mejor!, después de una noche de fiesta junto a sus amigos, un excelente clima se le ofrecía para disfrutarlo. Inhaló, sintiendo como el delicioso olor del desayuno que Pema preparaba inundaba sus fosas nasales. ¡Este día simplemente se ponía mejor y mejor!.

En la habitación que se encontraba frente a la de Bolin, se encontraba Asami tomando una ducha y repasando sobre lo acontecido la noche anterior; primero, Iroh se había teñido el cabello accidentalmente, Korra la había besado y Mako había pateado a Iroh en las costillas, wow, eso era bastante para una sola noche.

Decidió no pensar más en eso y salir a desayunar, pero justo cuando estuvo a punto de abrir la puerta se frenó abruptamente pensando en cómo le vería la cara Iroh después de lo que había pasado anoche entre ellos, que considerándolo mejor no era nada pero aún así…

─Oh vamos, estoy exagerando. ¡Él no lo debe ni recordar!─ Pensó, haciendo su camino hacia el comedor.

Oh, pero ella no podía estar más alejada de la realidad. Iroh lo recordaba todo, con tanto detalle y lucidez que parecía absurdo incluso creer que el jugo de cactus hubiese hecho estragos en su memoria. Por supuesto que se llevó un susto cuando al despertar, las pálidas sábanas de su cama estaban manchadas de lo que parecía ser sangre y estuvo a punto de llamar a Pema llorando porque creía que había llegado el momento en el que él se volvía un señorito. Obviamente reaccionó a tiempo y recordó que aquellas manchas eran sólo producto del goteo de su cabello la noche anterior.

Su cabello… Se puso de pie y se acercó al pequeño espejo en la pared del cuarto, su cabello aún seguía de aquel horroroso color rojo.

Decidió dejarlo así por el momento e ir a tomar el desayuno que ya empezaba a oler delicioso y justo cuando abrió la puerta de la habitación se encontró con dos cosas:

La primera: Asami, en el pasillo. Mirándolo sorprendida. La segunda: el producto de dicha sorpresa no era sólo él y su cabello rojo, era el hecho de que no llevaba pantalones.

─Entonces… ¿los pantalones son una ilusión, como la muerte y la separación? ─Dijo ella burlona y Iroh sintió cómo su cara se tornó del color de su cabello.

De vuelta a la habitación de Korra, quién aún estaba teniendo su crisis de "no puedo creer que me acosté con Mako estando tomada" y continuaba obviando varios detalles como por ejemplo el hecho de que el maestro fuego aún permanecía completamente vestido y comenzaba a despertarse por el ruido que estaba haciendo la cabeza de ella cada que la golpeaba contra la pared murmurando algo inentendible que sonaba a "no bebo más nunca".

─ ¿Todo bien?─Inquirió él, desconcertándola.

─ ¡TODO EN ORDEN! ─Respondió ella casi gritando, con demasiado entusiasmo para ser natural. Mako no puedo evitar notar el chichón que adoraba su frente.

─ ¿Te sientes mejor? ¿No te duele la cabeza? O… ¿Todo el cuerpo? ─Preguntó, recordando la caída estrepitosa que había tenido ella la noche anterior.

Pero Korra malentendió todo y le tiró una almohada en la cara.─ ¿CÓMO TE ATREVISTE?

─ ¿Atreverme? ¿A qué?

─ ¡TE APROVECHAS TE DE MI ESTADO ANOCHE! NO PUEDO CREER QUE SEAS ESA CLASE HOMBRE.

─ Wow, espera. Cálmate, ¿a qué te estás refiriendo?

Esta vez, lo que voló directamente hacia la cara de Mako fue un latigazo de agua. La misma que había encontrado en un vasito en la mesa de noche hace unos minutos.─ ¡Y TE HACES EL DESENTENDIDO!

─ ¡PORQUE NO ENTIENDO A QUÉ TE REFIERES! SÓLO TE PREGUNTO SI TE DUELE ALGO PORQUE ANOCHE- Oh… ¿Espera, tú no creerás que…? Es decir que nosotros… OH NO, NO, NO ES LO QUE CREES

─ ¿ENTONCES QUÉ ES? ─Cuestionó ella, sosteniendo una llama en su mano, lista para quemarle la cara a el pobre chico.

─ NO PASÓ NADA, LO JURO, TÚ SÓLO TE QUITASTE LOS PANTALONES PORQUE DIJISTE QUE ERAN UNA ILUSIÓN.

Y entonces, Korra recordó todo el asunto y bajó la mirada, avergonzada.─ Cierto… Oh Mako, discúlpame. Es que creí que… Porque… Ugh.

─ No te preocupes, está bien, entiendo lo que pensaste. Sólo baja la llama por favor o temo que me quedaré sin cejas.

Ella sólo rió y bajo la mano. ─No sería mala idea.

─¡Hey! Mis cejas son mi punto de encanto ─Bromeó él también, riendo con ella.

Cuando finalmente se reunieron todos en el comedor varias cosas pasaron. La primera fueron las miradas incómodas entre todos pero eso duro poco pues Bolin logró aligerar la tensión con su contagioso buen humor. Entre bromas y risas pasaron el desayuno. Cada vez que Iroh se reía y se quedaba sin aire por el dolor de costillas, todos se reían aún más burlándose de él tanto así que Tenzin les pidió a los jóvenes que se retirasen a desayunar a otro sitio pues estaban perturbando la tranquilidad de aquel espacio.

Ikki y Meelo decidieron seguirlos a escondidas, curiosos por saber qué les causaba tanta risa a los muchachos, escuchando todo lo sucedido la noche anterior, ambos rieron con cierta malicia y revelaron su posición a los jóvenes que inmediatamente dejaron de reír.

─ Por favor no le digan nada a Tenzin ─Rogó la Avatar.

─ Con una condición ─-Dijo Ikki─ Deberás conseguirnos una botella de ese jugo de Cactus.

Los muchachos intercambiaron miradas sin saber realmente qué hacer por lo que Mako preguntó a los niños sobre qué planeaban hacer con dicha botella.

─ Queremos ver qué pasa si le damos un poco a papá ─Contestó Meelo, con su mejor sonrisa hueca, pues recién había mudado un diente.

─ ¿Prometen discreción?

─ Por supuesto.

─ Y… ¿Nos permitirán estar ahí cuando le den el jugo a Tenzin?

─ Si ustedes quieren.

─ Entonces, tenemos un trato.

FIN

N/A: Ha pasado taaaaaaaaaaaaaaanto tiempo desde que escribí esto HAHAHA no creí que lo fuese a terminar nunca. Pero aún así, aquí estoy y eso es todo amigos (¿) Hasta aquí llegó mi crackfic 'Verdad o reto' ,

Nos vemos en el espejo! o/.