¿...Alguien de aquí ha sentido que el destino NO QUIERE que tú publiques? Bueno, esta semana sentí que pasaba algo así...

Hola, supongo, antes de ponerme a darles la lata; aquí llego de vuelta, trayendo el capítulo con peor fortuna de mi vida. No saben todos los inconvenientes surgidos durante su redacción...

Primero, yo iba a publicar el martes...pero era el día del partido, y yo tenía que apoyar a Manu! (Para las que no les gusta Latin Hetalia, Manu o Manuel es mi querido Chile)...obviamente luego de que nos goleara Catalina (Colombia) [TT-TT] yo estaba demasiado bajoneada para escribir nada a lo menos decente . Luego el miércoles...me sacaron a hacer compras semanales -_-U... ¡y el jueves me enfermé!

...El viernes ya tenía planes con mi pololo y luego los dos mejores amigos. Ahí sí que no me arrepiento de no haber escrito: pasé un día hermoso.

Como sea, el cuento es que nada se me dio a favor de finiquitar la última escena del capi (que como un todo no me deja NADA feliz, pero qué se le a a hacer...me esforcé a lo menos). Recién ahora puedo publicar...me siento una condenada irresponsable contando que ha pasado una semana del cumpleaños de mi querida Ray y yo aún no llego ni a la mitad del regalo TToTT...

Igual, supongo que ha ustedes no les interesan mis motivos de demora, así que dejaré de dar la lata y procederé a las anotaciones necesarias para leer el capi ;):

1º Y esto es algo que últimamente me estoy olvidando de poner dado que había estado publicando a altas horas de la madrugada: HETALIA BAJO NINGÚN MOTIVO PODRÍA LLEGAR A SER MÍO! Yo soy una leal fan que le jura pleitesía eterna...

2º Siento que el cap me quedó enredado; espero estar equivocada. De todas maneras, intenté distribuir los textos de igual manera a la vez anterior (en relación a "pasado"/"presente" y las divisiones entre ambos)...espero no se desfomatee de nuevo ahora que lo subo XS

3º Mi teclado está algo dañado, así que muchas letras no se marcan a veces. Mi "V", por ejemplo, tengo que mantenerla apretada varios segundos para que funcione. Por esto, si faltan letras en una palabra, me disculpo...hice mi mejor esfuerzo porque no pasara esto.

4º Repito: yo no elijo malos porque los personajes me caigan mal. De hecho, muchos me caen bien (la mayoría). Otro detalle sobre los "malos" es que en este fic creo que solo hay dos personajes verdaderamente malos...la "maldad" de los otros se relaciona a la frase con la que parte el cap. Piensen eso cuando lean esto...

5º Muchos personajes solo harán apariciones exprés en el fic: ejemplo de esto es Kiku con Mei-Mei (Taiwan, por si alguien no captó) en el cap anterior.

6º Personaje de este cap cuyo nombre podría no reconocerse al segundo: Mai o Vietnam. Sobre su muñeca...cuenta como OC: es el actualmente inexistente Vietnam del Sur...

7º El fic se basa en retratar escenas específicas: por eso es común que entre un "pasado" y el siguiente haya arias semanas de distancia.

...Bueno, con eso dicho creo que puedo proceder a mostrarles este adefesio.

Espero igual les guste ;)

Atte.

Naomi

Ps1: Ray, lo siento tanto, en serio! Juro por mi vida que no me demoraré tanto con el próximo cap TT-TT

Ps2: ¡Gracias a todos quienes me desearon buena suerte en mis pruebas de ensayo =D! Yo creo que sus buenas vibras me ayudaron, porque saqué un puntaje lo suficientemente bueno como para que el Estado me pague el 75% de mi carrera :D! (eso en Chile es MUCHO)...ahora solo espero que me vaya así de bien en la prueba definitiva ^^U

Pero igual... ¡Gracias ;D!


La inocencia es un estado puro, donde no eres culpable de nada porque simplemente no comprendes lo que estás haciendo. Se puede cometer un pecado siendo inocente, y por muy culpable que eso te vuelva, el no saberte sucio te permitirá seguir viviendo como si aún fueras completamente bueno.

...El problema es cuando la realidad te demuestra que el mundo no es como creías: allí siempre comienza la interrogante de si fingir no comprender tus pecados...o volverte loco intentando no cometerlos...

...Créeme que es mucho más difícil cuando tus pecados crucifican a alguien.


La puerta se cerró tras él siguiendo el impulso que le diera su pie. Sus pasos apenas si sonaron contra el suelo de alfombra, y el primer ruido real en oírse fue el del colchón, una vez que depositó su carga sobre él...aquella de la que todavía no podía despegar los ojos.

La tenía hace más de una hora en sus manos, y aún así no podía evitar seguir pensando lo mismo: "perfecta..."

Alfred, desde el instante que rompiera el sarcófago de cristal, no había podido separarse la muñeca. La había casi acunado entre sus brazos mientras Kiku firmaba los papeles que le acreditaban como el dueño, un impulso le había llevado a acariciar aquellos cabellos dorados mientras el encargado del Departamento y Mei-mei vertían sobre ellos el conjuro que mantendría a la muñeca como perpetuamente suya.

Incluso ahora, existiendo solo él y aquel ser durmiendo sobre su cama, no podía convencerse de soltarle del todo; se había quedado suspendido sobre él, encerrándole entre la colcha y su cuerpo, sus brazos cerrando las salidas a los lados. Desde afuera parecería una persona marcando carnalmente a su juguete.

...No iba a negar que poseía el deseo sexual por aquella silueta perfecta, casi moldeada para calzar perfectamente con su cuerpo...pero había algo mayor a eso, a la emoción de poseerla, a las expectativas de cuando despertara: lo más fuerte seguía siendo esa emoción de cuando viera el sarcófago.

"Es perfecta...perfecta para mí: nadie más podría tenerla"

-...Nadie más.

Aquel murmullo era solo una confirmación de lo que pensaba. Descubría que en serio quería admirarla, conocer por completo hasta su último detalle, antes de ver esos ojos abiertos observándole de manera perpetua. Seguiría su impulso, dejaría que su mano rozara los párpados, la línea de la nariz, los labios...solo por curiosidad; iba a alcanzarlos, sus dedos al borde de tocar las pestañas, cuando aquellos ojos se abrieron de golpe.

Alfred se quedó por un instante de piedra, suspendido en el tiempo ante esos orbes que parecían brillar, parecían esmeralda real. Por primera creyó que sus ojos no eran la maravilla que sus compañeras le solían decir en la escuela, y se halló con aún mayores ganas de descubrir, de sentir como propio...

...Lástima que ese instante muriera para él en el mismo segundo.

-Quítateme ahora mismo de encima.

Una corriente fría le recorrió la columna al adolescente. Su muñeca le estaba mirando con las cejas fruncidas, una expresión que normalmente denotaba molestia, rabia... aquella muñeca con forma de chico acababa de demostrar una emoción...

...y acababa de darle una orden...


Arthur estaba de pie frente a la cocina eléctrica, friendo unos huevos con completo esmero. Tan empeñado estaba en que no se quemaran que nunca se molestó en prestar atención a lo que tras de él ocurría. Por lo mismo, la sartén pudo escaparse de sus manos a caer volteada junto a sus pies descalzos cuando unos brazos le rodearan de improvisto la cintura.

Un escalofrío recorrió la espalda del de ojos verdes, un jadeo de sorpresa abandonó sus labios. La risa leve, divertida pero aún cariñosa, le acarició el oído mientras se recuperaba del susto.

-Buenos días...

-...Alfred. No te esperaba tan temprano.-respondió, aunque aún algo nervioso por la repentina aparición del otro. Sacudió levemente la cabeza, alejando su oído del aliento del más joven. Su rostro se giró a ver el desastre a los pies de ambos; cierto pesar le surcó las facciones.-Arruinaste el desayuno.

Comentó. El otro volvió a reírse, y sin soltarle procedió a patear lejos la sartén, desperdigando el contenido por el suelo. Arthur se volteó en su agarre, listo a regañarle por ensuciar todo, cuando la repentina presión que hizo el otro cuerpo le dejó aprisionado contra el borde del mueble de la cocina, recordándole rápidamente que solo se había puesto una polera de Al cuando abandonara la cama.

-Yo lo haré de nuevo; de todos modos, no es como si lo que estabas preparando hubiera resultado comestible.

Murmuró Alfred ya mirándole frente a frente, sonriéndole con cariño inconmensurable. La rodilla de este se coló entre los muslos descubiertos de Arthur, un beso se inició lento, explorador, mientras las mejillas del más bajo se iban tiñendo de carmín.

-A...Al...

Una mano del de ojos azules fue a descansar sobre la cocina, como si ignorara el calor que todavía irradiaba como residuo. Su boca se separaba a tiempos de la de Arthur, permitiéndole respirar, decir su nombre con premura. Aún así, podía sentirlo del otro, el que deseaba decirle algo más que solo un jadeo de su nombre.

-...Al...fred...ya...

Tuvo que reunir fuerza de voluntad que no creía tener, separándose definitivamente de él y dejándole espacio para respirar. Volvió a abrir los ojos que cerrara mientras le besaba, y descubrió culpable la expresión triste del otro...incluso bajo el carmín de sus mejillas, su respiración agitadas, podía ver el dolor en sus ojos. Se sintió un estúpido...

-Arthur...yo...

-...No importa Alfred, sabes que por mi...por mi no importa; pero el conjuro...

"...ya solo quedan 2 días", aquella última parte quedó suspendida entre ambos. Alfred cerró su puño con fuerza sobre el borde del mueble, liberándolo luego cuando el dolor en sus dedos nuevamente quemados le recordó que debía cuidar sus manos si quería seguir practicando.

Sin decir nada más se separó de Arthur, alejándose algunos pasos. No fue capaz de mirarlo, pese a que esos ojos verdes no serían capaces de juzgarle.

-Al, todo está bien. Aún tienes tiempo; solamente debes abocarte a eso el lapso que resta. Yo me ocuparé de las comidas y la casa; si llegas a necesitarme, apareceré en la habitación donde entrenas. Por favor, no desesperes.

-...Vas a tener que golpearme la próxima vez que mi instinto robe de tu aura.

Y como el día anterior fuera Arthur el que se fuera, ahora fue Alfred; en su manera de cerrar la puerta quedó muy claro que no quería volver a tener a Arthur cerca en todo el resto del día. Solo tras escuchar esas palabras fue que la muñeca entendió que lo que molestaba a Alfred iba mucho más allá del tiempo que perdían uniendo sus cuerpos...

"Tanto así...quieres protegerme...", es que Alfred estaba demasiado asustado de oler a cometer los mismos errores de antes...


-Sí, los datos son correspondientes; tiene permitido el acceso. Bienvenido a la selección del Encuentro, Joven Jones.

Alfred asintió a las palabras del guardia cuando este se hiciera a un lado, luego de hacerle una inspección rápida a su nivel de aura y posteriormente a los datos de una larga lista. Se había demorado poco en encontrar su nombre; suponía que eso era una prueba más de lo que ya sabía: en la última preselección había sido "rankeado" entre los primeros. Hoy habría expectativas sobre sí: hoy era el día definitivo para elegir a los nuevos integrantes del Encuentro...

-...Vamos, Arthur.

Murmuró apenas, comenzando a caminar y asegurándose de darse levemente la vuelta, de forma sutil, para comprobar que el otro le seguía. La muñeca esta había obedecido en silencio y con una expresión neutra, tal como llevaba haciendo desde que abandonaran la casa.

Aún así, eso no quitaba lo nervioso que estaba Alfred, lo mucho que tenía que ocultar su temor de que, de repente, el chico decidiera no seguirle el paso, o peor aún...volviera a decir que no le haría caso. Eso sería catastrófico...

...Y es que lo había comprobado en los últimos días desde el despertar de Arthur, había comprendido el motivo para que un dueño anterior se deshiciera de tan formidable muñeca: Arthur definitivamente tenía que estar defectuoso... una muñeca no tenía emociones, incluso si poseía la capacidad de raciocinio; por ende, era imposible que se enojara, que se mostrara subversiva; más aún, era creada con la predisposición a reconocer al amo...dicho de otro modo, era imposible, incorrecto, un error de fábrica, el que una muñeca como Arthur no le hiciera caso y (más aún) desafiara cada una de sus instrucciones. Su muñeca tenía que tener algún error, cuando la crearon a alguien se le olvidó cómo realizar un conjuro.

...Si alguien averiguaba esto, el que Alfred era literalmente paseado por su muñeca, en vez de al revés, iba a ser el hazmerreir del lugar; quizá incluso le prohibieran rendir la prueba de selección. No le quedaba más que ser sutil sobre las desobediencias de Arthur.

"...A lo menos se comporta como debe fuera de casa. Si se le ocurre ordenarme que me aleje de él estaré en graves problemas..."... "...comienzo a pensar que fue un error no escuchar las advertencias del tal Kiku.", pensó molesto. Si no fuera porque volver al Departamento y exigir el cambio de muñeca sería admitir su error, aceptar que se equivocó, de seguro ya lo habría hecho...

...Dios, sería mucho más simple si llegara y se deshiciera de esta muñeca del demonio, "...claro, si no fuera porque es tan malditamente perfecta."

...Y es que allí estaba su problema...incluso si ya había hecho sentir a Alfred cientos de veces como un estúpido por no ser capaz de recordarle su lugar como muñeca que era...había algo en Arthur que todavía le susurraba al oído que no encontraría jamás una muñeca más adecuada para sí. Después de todo, aún tenía que descifrar qué le había llevado a romper el sarcófago en primer lugar...

-Se ha pasado la puerta...amo.

Alfred frenó en seco, notando que se había dejado consumir por sus pensamientos, atravesando a paso ciego los pasillos del edificio. Se volteó ahora sorprendido, notando a Arthur que intentaba enmascarar odio bajo supuesta indiferencia. Alfred no decidía si le sorprendía más el que el otro le hiciera notar su error de manera civil o el que la muñeca le hubiera llamado por primera vez como debería.

-Eh...sí, claro.

Bueno, a lo menos esto parecía un indicio claro de que podía dejar de ser quisquilloso sobre la conducta pública de la muñeca. "Al parecer solo actuará indebidamente cuando estemos solos...".

Se acercó a donde le esperaba Arthur, cruzando la puerta y siendo prontamente seguido por este, siempre caminando ligeramente más atrás a su derecha. Todo iba bien, todo iba bien...

-Buenos días; usted debe ser Alfred F. Jones... ¿Me equivoco?

Ambos, amo y muñeca, se detuvieron ante la hermosa joven de rasgos asiáticos, de cabello largo tomado en una coleta, vestida en verde formal, que parecía estarles esperando en el centro de la habitación. Alfred parpadeó; se dio cuenta que la reconocía a ella y al joven que podría pasar por su hermano, que se paraba detrás de ella, levemente a la derecha y con una expresión vacía.

-E... ¡Tú eres Mai Yae Xeng, el segundo lugar del Encuentro del año pasado!

Exclamó Alfred, siendo incapaz de detenerse. Detrás de él, Arthur tuvo que invocar a toda su voluntad para no golpearle en la cabeza por reacción tan infantil. Frente a ambos, la chica por suerte ignoraba a Arthur y solo se fijaba en el hiperactivo joven que la miraba boquiabierto y con cierto temor.

-No se equivoca; aún así, reconozco el que no es uno de mis fans. Investigué a los candidatos: eres de la fanaticada de Beilschmidt.

El aludido tragó duro ante la sonrisa irónica de la chica. No hubiera esperado que supiera el que era seguidor del famoso tercer lugar.

...No era como si pudiera haber rencores por algo así...pero todos sabían que la llamada Reina del Encuentro podía ser tan vengativa y sanguinaria como el Rey Rojo, Jerarca del Encuentro. No por nada era mejor no mencionarle que por lo mismo, a Alfred no le caía en nada...

-...Bueno, eso no quita que su poder sea admirable. Después de todo, le hizo frente por bastante tiempo a la muñeca de...

-No necesito laureles que no siente, Alfred. Pero no se preocupe, siendo solo un aspirante a novato no planeo tomarme esto como algo personal.-Arthur, siendo ignorado como la simple muñeca que era, pudo darse el lujo de mirar a la de Mai; notó de inmediato como la voz de esta le causaba escalofríos al chico. Se sintió miserable por él: el muchacho de seguro era drenado diariamente...se preguntaba cuánto resistiría en manos de alguien así.-Por eso...ahora remitámonos a lo profesional: debo conducir a los candidatos y sus muñecas a la arena de prueba.

Terminó Mai, volteándose rápidamente para cortar cualquier nuevo intento de paz. Alfred tragó duro; ahora estaba seguro que, de quedar en la arena, haría lo posible por alejarse de la chica.

Los 2 amos emprendieron la marcha y entraron a un ascensor seguidos de las dos muñecas. Pasaron los minutos en silencio mientras ascendían por pisos y pisos...hasta que las puertas de acero se abrieron, y antes de siquiera notar la mirada de reto de Mai, Alfred salió del aparato con Arthur a su lado. Se quedó un segundo en shock, observando el lugar que hasta hace poco solo soñó con contemplar como algo más que mero espectador...

Era el estadio más grande del mundo, el más concurrido, famoso por pertenecer al país que había creado los Encuentros...y ahora él estaba de pie en el centro de su arena, observando las miles de gradas para los espectadores, aquellas donde se había ido a sentar junto con sus amigos para ver la semifinal del año anterior, en la que había peleado a muerte por un boleto para ver al luchador más genial del mundo junto con su singular muñeca...

...ahora estaba parado en la misma posición desde donde Beilschmidt había observado al Jerarca del Encuentro.

"...Esto es como un sueño", pensó al elevar sus ojos a los reflectores que permitían ver hasta el último resquicio de la arena. Tragó duro, solo de nerviosismo ante lo que aún no comenzaba. A su lado, aún mirando al frente, Arthur carraspeó para ganar su atención.

-Imbécil...mira hacia la grada de honor.

Eso lo tomó por sorpresa, pero como fue solo un murmullo, Alfred comprendió que no estaban tan solos como él creía. Llevando su mirada en la dirección que indicara la muñeca, el de lentes vio cómo un hombre moreno e imponente les observaba desde la localización más costosa de las gradas. Una sonrisa irónica decoraba sus labios.

-...Bienvenido a la Arena, Alfred F. Jones.

Alfred se quedó un segundo en silencio. Conocía bien al hombre...en su tiempo de luchador había conseguido el primer tricampeonato mundial del Encuentro: era Sadiq Adnan, el Emperador Aqueménide.

-Eh...Disculpe, Señor Adnan... ¿Cómo sabe mi nombre?

...Arthur, aparte de querer nuevamente a Alfred por ser tan ingenuo, aprovechó que estaban frente a otro arrogante más y le dio un vistazo a la derecha del hombre, esperando ver a la muñeca; si la de Mai le dio pena, la de Sadiq le abrió un agujero en el corazón y un deseo de vomitar en el estómago...

"...te mantuvo con vida...Heracles..."...maldito sádico; todos se habían enterado de lo que ese hombre había hecho con el pobre castaño: le había usado, maltratado, rebajado...todo durante 10 años, y Heracles nunca había perecido ante su crueldad: solamente había juntado fuerzas para poder hacerle frente. Todo había salido tal como era de esperarse aquel día hace 3 años...

...Una muñeca nunca podría revelarse contra su dueño.

"Decían que te drenó por completo, más allá del punto en el que cualquiera sobreviviría...para que sigas vivo aún ahora, el que te haya obligado a sobrevivir tras semejante tortura...", el puño de Arthur se cerró con fuerza; no podía creer que el hombre tuviera tan poca piedad como para no haberle matado luego de eso.

En el instante que Arthur tuvo que morder su labio para evitar gritarle al maldito que era un monstruo, Sadiq miró en su dirección, comenzando a sonreír de oreja a oreja. Arthur sintió un escalofrío bajándole por la columna. A su lado, el muchacho que aún no recibía su respuesta, si bien también se puso nervioso al notar que Sadiq contemplaba a su muñeca, nunca se le ocurrió que fuera por algo más que tal vez desear quitársela. Alfred no tenía la menor idea del diálogo mudo que había entre esos dos...

-...Por supuesto que sé tu nombre, estimado Alfred. Después de todo, eres el único que me interesa de todos los candidatos de este semestre; eres fuerte, decidido, tienes un nivel de aura digno de un luchador del Encuentro, digno del mismísimo campeón, y por si fuera poco...se nota que elegiste una muñeca bastante interesante.-Alfred se sentía tan alagado por las palabras de Sadiq que no podía ver el intercambio visual entre una reprimida muñeca y un empoderado hombre...había todo un mundo aparte que él no parecía capaz de ver.-Por lo mismo, muero por verte en acción ahora, muchacho.

-C... ¡Claro, señor! Pero...-ante la última alusión Alfred comenzó a pasear su mirada por las gradas inferiores, por los extremos de la arena. Todo estaba completamente desierto...-... ¿Con quién pelearé? Me refiero...no veo más aspirantes aquí. ¿No se supone que la selección final es un Encuentro entre aspirantes?

Ante esas palabras Sadiq dejó escapar una leve risita. Levantando su mano a los aires, chasqueó los dedos; ante esa acción, un sonido muy conocido para cualquiera en la ciudad consumió el lugar.

Alfred se volteó a su derecha al segundo que lo oyera; notó que no se había equivocado: la puerta de los luchadores se estaba abriendo, y de dentro de ella, salía a luz de la arena un castaño de brillante sonrisa y ojos intensamente verdes. Sujetándole de la mano iba un muchacho con ojos iguales, expresión entre seria y molesta, con una llamativa curva escapando de su cabello.

-Bueno, mi amigo, espero estés preparado para el Encuentro...

Alfred pensó que se moriría, al saber que estaba por enfrentar al Conquistador el Nuevo mundo...


"No lo es...todavía no lo es..."

-... ¡AÚN NO ES LO SUFICIENTE...!

Su grito, su pensamiento, toda su alma resonaba contra las murallas de la habitación, con su aura dispersa, tan cargada que era visible...haciendo los objetos flotar, algunas cosas romperse y caer en añicos en el piso. Era mucho poder, más del que muchos llegarían a tener, incluso usando a su muñeca como batería...pero aún así no lo era...

...No era, ni sería suficiente.

-Con solo esto... ¡NO PODRÉ SALVAR A ARTHUR!

Lanzó un golpe frustrado con su mano derecha; este se dejó infundir por el aura, abriendo un cráter considerablemente grande en el bunker de acero blindado que tenía para practicar desde aquel día en que Arthur le ganara su permanencia a la arena del Encuentro. Aún recordaba esa batalla...y todas las que había seguido...la figura delgada de Arthur siempre en frente suyo, protegiéndolos a ambos, a veces incluso atacando sin abandonar la defensa; Sadiq le había llamado la muñeca perfecta, y quizá fuera cierto, y lo fuera...pero Alfred ya no iba a permitir que lo siguiera siendo...

...No después de ese día, no después de esa noche...y menos aún en el próximo Encuentro, cuando se enfrentaría a ese hombre...

"Arthur ya no necesita...", un recuerdo de la última vez que lucharan, de Arthur sangrando, herido en el suelo, sonriéndole y diciéndole que no importaba, que la muñeca era él, que así debía ser... "... ¡Ya no necesita sufrir por nadie más! ¡Ni siquiera por mi!", porque antes de eso... "¡SERÉ YO QUIEN PAGUE EL DOLOR!"

Y una nueva onda de ataque se formó de su aura, pero esta vez no destruyó nada. Por un segundo fue como si hubiera suspendido el tiempo, y de repente, Alfred dejó escapar un jadeo de sorpresa absoluta, pues se dio cuenta que en rededor suyo levitaba un hilo azul resplandeciente, una materialización de la magia...

...sus ojos no podían parar de observarlo, cuando terminaba de tomar su forma real, apareciendo como una delgada cadena que, tras darse unas vueltas desde en torno suyo, partía y atravesaba la puerta, en dirección a otros sitios de la casa. Alfred no necesitaba ver a dónde iba para saber con quién le conectaba...a quien ataba del cuello esa maldita cadena...

-...Al...fin...

Murmuró apenas, su voz con suerte escapando y gotas de sudor surcándole la frente por el esfuerzo. Su visión comenzó a ponerse borrosa, e ignorando todo, Alfred apostó a concentrar el aura que dejara libre en el cuarto en su mano derecha. En lo que parecía cámara lenta, levantó su brazo cual cuchilla por sobre la unión de condena...

¿...Sabes? Temo algún día tener el poder para controlar la cadena...no sé qué haré entonces. Podría estar en mis manos liberarle de mí...pero eso conllevaría darle la libertad de dejarme...

...Alfred prefirió no seguir pensando en el pasado y simplemente cortar la cadena. Su mano estaba a punto de rozar la unión azul cuando un dolor sin límites le acuchilló el pecho.

Su movimiento se detuvo, su otra mano quiso ir a sostener su corazón...no alcanzó a hacerlo. Sin poder dar un nuevo respiro, su cuerpo se desplomó en el suelo, la representación física de la cadena volviendo a desaparecer. La verdad, no era lo único que había desaparecido...en el instante mismo en que Alfred sintiera aquella punzada, su aura había terminado de consumirse en su cuerpo...


"¡Mierda!", por un instante, Alfred creyó que el repentino ataque le golpearía, con la poca experiencia que tenía y por ende la incapacidad de reaccionar a crear un escudo de aura a tiempo; cuando el impacto jamás llegó, la verdad es que no pudo mirar con más que fascinación lo que ocurría en frente de él...la cara incrédula del luchador español al ver su ataque detenido tan fácilmente por un aspirante, o mejor dicho, por su muñeca que había erguido un muro de aura perfecto en apenas unos milisegundos...

-Ar...Arthur tú...

-Amo...no puedo atacar si no me da la orden.

La mirada de Arthur era completamente fría al momento que se volteaba a verle, sorprendentemente sin perder el control de la barrera de protección. Alfred tragó duro, su mano formando un puño fuerte cuando su mirada se tornaba decidida.

-...Deshazte de la muñeca y déjame a Antonio.

Arthur ni se molestó en aceptar cortésmente como haría una muñeca normal. No perdió un segundo, y en vez de desaparecer la barrera, aprovechó la energía para romperla como vidrio, lanzando los filosos trozos cual cuchillas a los rivales. La sorprendida y normal muñeca contraria con suerte si alcanzó a alzar una barrera que se trisó, apenas pudiendo frenar el fuerte ataque, cuando Arthur le empujó con su aura contra los límites amurallados de la arena. Mientras se estrellaba allí con un sonido escandaloso, Arthur ya corría a neutralizarle cuando se pusiera en pie.

...El dueño de la muñeca tajantemente sobrepasada ahora lanzaba un grito molesto, al segundo disparando su aura como una ola sobre Alfred. Debía hacer algo para no ser aplastado...

"...con una barrera no podrás detenerlo; crea una esfera a tu alrededor o acabarás aplastado antes de que pueda ir a ayudarte"

El de lentes ni se dio tiempo de cuestionarse cómo podía oír a Arthur en su cabeza con tanta claridad (contando que nunca antes habían puesto en práctica el lazo de comunicación amo-muñeca), sino que simplemente se forró a sí mismo en un círculo que le permitiera el espacio justo para permanecer cubierto por su radio mientras se acuclillara en el suelo. Pronto la ola le cayó encima, pero ya retirada demostró que él estaba intacto, y más aún, ni siquiera se había fracturado la forma que diera a su aura. El español no podía creerlo, mientras respiraba con cierta agitación tras semejante ataque.

-¿...Qué clase de novato eres?

No respondió cuando copiaba la técnica de Arthur y reutilizaba la misma aura para reunirla en su mano y luego lanzarle una esfera de energía a Carriedo. Este la esquivó sin problemas, alistándose para volver a atacar a Alfred, cuando hasta el mismo Sadiq fue sorprendido por un Arthur que básicamente ignoró a la muñeca contraria para llegar y devolver con el doble de fuerza y velocidad la esfera, esta vez impactando al otro de lleno en la espalda, justo en el tiempo exacto para que Alfred pudiera conectarle el golpe de aura que había planeado usar como mera defensa.

...El español había caído derrotado al suelo con eso, y ya no quedaban dudas de si Alfred aprobaría o no el ingreso al Encuentro: Antonio Fernández Carriedo era, después de todo, el quinto favorito de la arena; y Alfred con Arthur acababan de barrerle en menos de cinco minutos.


Arthur, por algún motivo, recordó el rostro desencajado de Lovino, mirándole aquel día en que por primera vez peleara como la muñeca de un entonces inexperto y torpe Alfred. Recordaba a la perfección el haber decidido sin dar opción a "su amo" a cuál de los dos enemigos iban a destruir...

En un Encuentro había 3 formas de ganar: la más común era destruir la muñeca del otro, o a lo menos dejarla en tan mal estado que no pudiera seguir siendo usada durante el enfrentamiento; no había que olvidar que las muñecas no eran personas...obviamente el amo siempre iba a preferir destruir a la pobre muñeca para salvarse de ser herido, considerando que siempre podía reemplazarla por una mejor. La segunda forma era la que resultaba de enfrentarte a alguien lo suficientemente hábil como para no ofrecer su muñeca como carne de cañón...en ese caso el combate terminaba en tener que neutralizar tanto a muñeca como a amo al nivel de que no les alcanzara el aura para seguir peleando; actualmente él con Alfred conseguían que sus rivales tuvieran que atacarles a ambos, y no solo a Arthur. El último método, y el que él adoptara para ellos atacar desde aquel primer combate, era el más poco común, y consistía en optar por acabar con el amo, limitándose a tan solo inmovilizar la muñeca.

...Arthur había obligado de manera sutil a Alfred a batallar así porque él desde el principio se había prometido jamás vivir de asesinar a los suyos. Después de todo, ya tenían suficiente con los amos sádicos que les trataban como juguetes como para matarse entre ellos en los Encuentros.

Así, no era raro que Lovino le hubiera mirado entre en shock y agradecimiento al notar que se habían limitado a extenuar a Antonio, noquearlo, y todo eso sin que nunca Arthur le abriera más de dos cortes débiles al muchacho castaño.

...Eres como un mesías.

Eso le había dicho Lovino muchas semanas después, incluso si lo había hecho con su misma expresión entre neutra y molesta de siempre. La verdad ya no importaba mucho...eso había sido solo el comienzo que los arrastró al desenlace...en tan solo 2 días más...

-Alfred...

Murmuró a duras penas, mirando el plato de comida perfecta que ahora tendría que quemar levemente, todo para que Al no se enterara de que para facilitarle comer tras el entrenamiento había hecho la comida con magia, gastando un poco de su aura. Tomando en cuenta que Alfred había decidido que el aura de Arthur era prácticamente sagrada...

El chico de ojos verdes terminó suspirando. Se sentía sinceramente inútil.

Tomó la bandeja donde había ido dejando uno por uno los bocadillos que ya se veían menos perfectos, y con paso calmado abandonó la cocina para dirigirse a la entrada de la habitación-bunker. Se detuvo frente a la puerta cerrada; considerando lo ocurrido el día anterior, quizás fuera mejor preguntar antes de entrar. Con delicadeza pero aún así con suficiente fuerza, Arthur tocó la puerta internamente blindada.

-Alfred, te traigo el almuerzo. Abre, por favor.

Solo el silencio le respondió. Las cejas amplias de Arthur se fruncieron, su mano ahora golpeó con insistencia la puerta. Volvió a llamar a Alfred, y nuevamente no obtuvo respuesta...

"Acaso...podría ser que..."...

Retrocedió dos pasos de la puerta, su mirada horrorizada ahora que esa posibilidad cruzara por su mente. Sus manos soltaron la bandeja, su aura dejándola suspendida en el aire como si aún alguien la sujetara. Con la mirada como perdida, Arthur extendió su mano derecha a la puerta...esta no tardó nada en abrirse de golpe.

Apenas ya no tuvo obstáculos en el camino, Arthur corrió al interior de la habitación. No se dio el tiempo de quedar petrificado de horror, de gritar de espanto. Guardándose las reacciones que solo le harían perder el tiempo, el chico de ojos de esmeralda fue a arrodillarse a un lado del cuerpo caído de su compañero. Al posar sus manos en su rostro y pecho notó primero la frialdad casi mortal que poseía...luego el que aquellos latidos ya no se sostendrían por mucho tiempo.

-Alfred...

Su voz apenas fue más que un movimiento asonoro de sus labios. Arthur miraba al otro, recordaba sus palabras de la mañana, la noche anterior enredados entre las sábanas en su propio paraíso...no sabía cómo reaccionaría Alfred una vez que hiciera esto, pero por ahora era su única alternativa.

"No me importaría perder mi alma por la tuya..."

Y sin pensar más, colocó su cuerpo sobre el frío de Alfred, presionándolos como si estuvieran sin ropa, reproduciendo la luna pasada. Se lamió los labios, acercó los rostros y conectó su respirar, su degustar, su vivir, al otro chico. No le importaba ser el único que podía mantener ese beso con vida, mantener con vida a Alfred a través de él: entregaría todo lo que sintiera en esa caricia, sin detenerse siquiera para respirar...que el instinto del amo hacia la muñeca por una vez les jugara a favor, que el cuerpo de Alfred reaccionara a la sumisión voluntaria de Arthur, quisiera más de preferencia. "Mientras más me duela, más aura recibirás...despierta y déjate llevar, no pienses en lo que vas a hacer...solo toma y vive..."

...Una mano de Alfred fue a cogerle de la cintura; lentamente, esos labios fríos comenzaron a moverse a la par de los suyos. Su aura comenzó a circular como si fuera un grifo abierto hacia el de ojos zafiro y párpados aún cerrados.

Arthur sonrió en el beso cuando la otra mano de Alfred cobró vida, pescándole de la nuca para ladearle la cabeza y así acceder mejor a su boca. No opuso resistencia y un escalofrío le atravesó la espalda cuando se sintió perder una importante cantidad de aura. Pronto Al tendría suficiente para despertar.


Alfred descubrió que al despertar en el frío suelo del bunker sus ojos ya estaban abiertos. Esto le alarmó al segundo, su cuerpo reincorporándose de golpe para mirar en todas direcciones. Si bien no ver a Arthur inconsciente a su lado le tranquilizó en algo, el encontrar de todas maneras la bandeja a su lado lista para que la degustara le hiso comprender que no podía engañarse y creer que había sobrevivido porque en sí mismo había hallado el poder de reponer su aura.

-...Arthur.

Sus manos se cerraron a puños, sus ojos se humedecieron incluso si no cayera ninguna lágrima. Al parecer, Arthur nunca le golpearía si por instinto Alfred intentaba devorarle... "él es capaz de incentivar ese instinto adrede..."


Llevaban ya semanas entrenando intensivamente en la Arena del Encuentro y las otras facilidades del edificio. Desde que llegaran, Alfred había mejorado considerablemente su técnica de ataque y defensa; ahora era capaz liquidar él mismo a su rival, sin la excesiva intervención de Arthur que al principio le había valido la burla de que todo el trabajo lo hacía su muñeca. Casi 2 meses de arduo trabajo estaban cobrando sus frutos.

Luego de la impresionante victoria sobre Antonio, Sadiq le había dado un favoritismo absoluto a Alfred...había cancelado todas las demás pruebas de aspirantes, decidiendo sin derecho a réplica que lo quería a él y a "su magnífica muñeca" en el Encuentro de este año. Cuando Alfred le quiso recordar que un novato no podía participar a la primera vez, Sadiq le dijo que no sería catalogado de novato, sino que entraría de inmediato a la Liga del Encuentro, preparándose para este desde el principio. Antes de que iniciara la gran competición se le tomaría un examen de combate contra alguno de los 4 semifinalistas del Encuentro el año anterior...si ganaba, participaría directamente. En ese sentido, si bien ahora Alfred tenía un enorme peso sobre sus hombros, no se quejaba...

...Después de todo, estaba haciendo lo que soñó desde que era solo un niño.

-Alfred, concéntrate. Que me hayas derrotado varias veces no te da el derecho a ignorarme...menos aún cuando hay otras personas que necesitan mi asistencia.

-¡Ya, no seas así, Vash! Sabes que no hago nada malo adrede, jeje...

Alfred se reía mirando el rostro serio pero ya algo exasperado de uno de sus compañeros de entrenamiento, Vash Zwingli.

Vash y Alfred ya habían practicado Encuentros reales, y los 4 habían sido victoria para el más joven, incluso si sobrepasar la defensa perfecta de Roderich (la muñeca de Vash) había sido un problema incluso para Arthur. Después de todo, incluso si por el contrario a Alfred, Vash atacaba sin el apoyo de su muñeca, el muchacho era increíble con su técnica...especialmente con la que ahora estaba intentando enseñar a Alfred...

...Obviamente en los segundos que el chico no se desconcentraba mirando entrenar a los demás. Era cierto que los veía todos los días...pero Al nunca dejaría de sorprenderse cuando a Antonio y Lovino les funcionaba combinar sus auras y atacaban con una masa de magia roja, o cuando iba a entrenar Mai, que le daba escalofríos por cómo ella y su muñeca destrozaban todo material que se fijaran como blanco. Había otras varias personas allí entrenando con sus muñecas y cada cual era increíble a su manera...

-...Voy a ir a enseñarle el disparo de rifle mágico a otra persona...

-¡No! ¡Si te escucho, no seas así!

...Al parecer era mejor concentrarse en la lección.

Observando cómo el muchacho a quien jamás le rendiría pleitesía ni trataría de amo intentaba sacar un nuevo conjuro, Arthur aprovechaba de descansar junto con Roderich, usando como ventaja el que "los amos" de ambos les habían dado unos minutos para reponer su aura.

Era cierto para los amos el que las muñecas no sentían, no poseían alma, y por lo mismo, se vería extremadamente extraño que Roderich hablara con Arthur. Por esto permanecían en absoluto silencio, solo disfrutando de la compañía del otro con el que podrían haberse llevado bien si no hubieran nacido sobre la bandera de la Muñeca.

A veces, Arthur tenía la impresión de que se decían cosas sin las palabras. Sin embargo, nunca escarbaba demasiado profundo en el tópico: el tiempo le había probado que salvo lamentar la muerte y maltrato de un igual, no valía la pena encariñarse con nadie... "El destino de una muñeca es ser rota por el amo, inevitablemente..."

Alfred acababa de conseguir la postura de mano correcta para disparar el rifle mágico, cuando las puertas de la arena fueron abiertas de golpe...

El silencio reinó en la sala, todas las actividades se paralizaron. Al estaba por preguntar a Vash lo que ocurría, cuando un ataque de aura impactó de lleno a una de las muñecas de la habitación, mandándola a volar hasta impactar con la muralla. El sonido del impacto fue acompañado por el de huesos rotos cuando en la entrada se perfilaba una figura maciza y alta sujetando del hombro a una delgada y más baja. Alfred tragó duro cuando reconoció la bufanda que colgaba del cuello del más alto.

"...Pensé que no regresaba hasta un mes más."

-Kolkolkol...si yo no estoy se olvidan de que tienen que defenderse, ¿nein?

Un escalofrío recorrió la espalda de todos los presentes. De seguro, si Mai hubiera estado allí, se habría limitado a mirarle por odio por haberla derrotado n la final del año pasado. Como ella no estaba, lo único que Alfred y Arthur vieron fue el terror absoluto ante la presencia de aquel hombre. Arthur no pudo reprimir la expresión molesta al darse cuenta que reconocía al amo más cruel que una muñeca pudiera llegar a tener...

-...El Jerarca del Encuentro: Iván Braginski.

Aquel murmullo de Al, que obviamente también reconocía al hombre y su muñeca de cabellos negros y largos recogidos, causó que el aludido lo mirara. En la expresión de Iván se formó una sonrisa que a la vez conseguía parecer la de un niño y la de un asesino serial.

-¿...Debo asumir que tú eres el nuevo, da?

Preguntó con una voz demasiado inocente para ser normal. Alfred, que había visto como hace apenas unos meses ese hombre había ordenado a su muñeca descuartizar la de Beilschmidt, sabía perfectamente que debía sentir miedo de esa voz.

...Quizás por lo mismo no contestó, ganándose una risa de Braginski mientras este caminaba hacia él.

-Oí que acabaste con Carriedo muy rápido...me encantaría ver la muñeca que te permitió luchar así en tu primera vez.

Más atrás de Alfred y Vash, Roderich se puso pálido, dando inconscientemente un paso frente a Arthur, como ocultándole de la mirada del Rey Rojo. Habiendo escuchado al hombre, Arthur dejó escapar un ligero "tsq" de rabia, cerrando fuertemente su mano en un puño para contener el deseo de golpear a Iván. Al frente de Braginski, Alfred le miraba ligeramente molesto...algo no le gustaba de la petición que hacía de ver su muñeca.

...Ninguno de los dos imaginaba lo que pasó en el segundo después de la impresión inicial, luego de una sonrisa sádica de parte de Iván.

Si alguien hubiera podido sentir lo que pasó Arthur en aquellos instantes, la única palabra que podría pensar sería dolor.

Antes de que nadie diera un respiro más, antes incluso de que el mismo Arthur notara los planes del hombre, Braginski estiró su mano al frente y tiró como si tuviera sujeta una cuerda. Arthur no consiguió alcanzar a gritar, Alfred solo pudo sorprenderse y quedar dispuesto a hacer algo...cuando intentara moverse, la mano de la muñeca de Braginski ya le tenía sujeto del cuello, los dedos cubiertos en aura. Al solamente se quedó mirando, sin poder creer al ver a la muñeca que creyó indomable a los pies de Iván, respirando con dificultad, completamente sumisa.

Alfred tragó duro...por alguna razón, aquella visión le dolía a él mismo.

-Vaya, vaya...interesante...-Murmuró el Jerarca, al momento que elevaba hacia los cielos su mano que empuñaba aparentemente la nada, pero entonces liberando aura por esta y haciendo visible la cadena azul, aquella que Alfred veía por primera vez salir de su aura, conectada al cuello de Arthur por una gargantilla teñida de escarlata. La mano en alto de Braginski, versus un Arthur sentado en el piso prácticamente arrodillado allí, conseguía que el chico tuviera que alzar su vista hacia Iván, un jadeo lastimero escapando de sus labios en un intento de conseguir aire.-Parece que nunca has tenido un amo real, ¿no? No te han acostumbrado a permanecer en tu lugar...

Alfred sintió que tendría que morderse la lengua para evitar decir algo que costara su vida. No sabía qué le molestaba más...si el ser cuestionado como amo...o el ver a su muñeca sometida así...

-Da...es la primera vez que alguien usa la cadena en tu contra...pero aún así pareces dispuesto a resistir. Me pregunto...-Braginski dejó que su aura abandonara su puño, corriera cual shock eléctrico por la cadena, directo a Arthur. Alfred le escuchó gritar por primera y última vez ese día.-...Jhe...tienes una voz tan bella como la de Yao.

Alfred sintió que se le paraba el corazón, al ver a Iván agacharse, aún impulsando su aura hacia Arthur, para luego comenzar a rozar la mejilla de la muñeca con su nariz, como si estuviera oliendo un alimento.

Quiso moverse a romperle la cara a golpes al hombre...solo cuando sintió una gota de sangre bajarle por el cuello recordó el motivo de que todavía no hiciera nada, aquella mano de Yao que rompería su cuello en pedazos si llegaba a mover un músculo.

...Iván, sin fallar en notar su fallido intento, solamente le dedicó un ligero "kolkolkol" antes de girarle el rostro a un sonrojado y a duras penas consciente Arthur y proceder a recorrer con su lengua los labios de este.

...Para Alfred su visión se tornó roja...

-Jones...-La mano de Braginski fue a instalarse sobre el muslo de Arthur, al borde de acariciar su interior.- ¿...aceptarías entregármela?


...

...

Hasta acá les dejo el chapter 2. Espero no haber perdido interesados luego de este desastre -_-U

Igual, si quedaron con una duda, saben que me la pueden hacer via PM o Review, y que siempre el segundo me da más felicidad, porque me hace notar que a alguien en verdad le gustó esto XD

¡Espero sinceramente que alguien le haya gustado como para llegar hasta aquí XD!

Muchos cariños y hasta la próxima!

Naomi ^^