1...2...3...

Feliz cumpleaños,

te deseo yo a ti.

Feliz cumpleaños, querida Ray,

que los cumplas feliz!

FELICES 18 AÑOS RAAAAAAAAAAAY!

Supongo que por diferencia horaria en tu país aún no son las 00:00 del 5 de septiembre, pero acá en Chile acaban de cumplirse, y eso para mi significa que tengo que comenzar a hacerte un regalo, siendo como eres mi autora favorita de FF y una gran amiga dentro de la página. Espero que en verdad te guste: después de todo, este fic es enterito con todo detalle para ti...

Aprovecho de disculparme, Ray, porque solo pude hacer la primera de 5 partes en esta semana. Tengo prueba mañana, he tenido los días previos y me quedan más por venir. Sé que eso no escusa que te pase 1/5 del regalo...pero espero que, por ahora, eso sea suficiente.

...En verdad espero que este año resulte dulce para ti.

Ok, con eso dicho... ACLARACIONES DE LECTURA:

1ro, este fic está raiteado M desde un principio porque, pese a que el lemmon todavía no sale, la temática que se va a tratar es algo cruel. Lo comprenderán mientras vallan leyendo, y conforme suba las próximas partes.

2do, esta historia se organizará en tiempo del relato modalidad narración circular. Esto significa que los eventos iniciarán en un punto de la historia que no es su inicio cronológico, luego retrocederá en el tiempo, para luego volver al lugar donde la dejara antes. En otras palabras, los cambios entre presente y pasado van a generar una narración que finalmente e va a unir en un mismo punto: a eso se le llama crear un círculo con la narrativa.

3ro, y consecuencia de lo primero, muchos términos propios al relato al principio no les dirán nada. Esperen que la historia avance: todo se explicará eventualmente.

4to, los personajes que elijo en un ic para ser los malos NO ES porque a mi me caigan mal. Simplemente la personalidad calzaba en este caso. Por favor, sean comprensivos.

5to, en algún minuto del capítulo se habla de cajas de cristal...si no me entienden, googléenlo y fíjense en la imagen de las muñecas puestas para exhibición ^^

7mo, otro género que es importante pra clasificar esto es el Angst

6to y último, para facilitarles la lectura la lera normal será presente y las cursivas de alineación izquierda serán algo pasado; las de alineación central son un texto que busca transmitir lo que mostrará el capítulo en sí.

...Bueno, eso es todo por ahora. A los que me detesten por partir un fic nuevo, declaro que este es especial porque es el cumple de Ray, y hasta terminarlo, tendrá prioridad.

...Solo espero que igual les guste, y muy especialmente, que a ella le guste.

Atte,

Naomi

...

...


La paradoja del amor es, ser uno mismo, sin dejar de ser dos.

Erich Fromm


Muchas veces el mundo une a dos personas; no siempre el lazo formado es una unión trazada por el destino; existen aquellos bellos lazos que son amor puro, una primera vista al paraíso; existen conviviendo con estos los que son puramente una simbiosis de un arma sádica que desea consumir la vida de una sublime... sin embargo, los seres humanos suelen ignorar algo muy importante...

...y es que existen aquellos lazos creados con malas intenciones, pero destinados a algo tan grande, que terminan por quebrar la crueldad, para transformarse en los más bellos de todos...


-¡Ah!

El grito de Alfred escapó desde lo más profundo de su alma, el dolor trepándole por los brazos como si acabara de golpearle una fuerte corriente, atravesándole el cuerpo a una velocidad escalofriante; era como si el dolor le quisiera arrancar los brazos...tan extremo que ya no podía moverlos, que las piernas se le hacían como gelatina, incapaces de sostener su peso. Descubrió sin embargo que nunca llegó a tocar el piso.

Sus ojos, que jamás fue consciente de cerrar, se abrieron lentamente luego de experimentado el sufrimiento. Sus zafiros no se molestaron en observar su piel quemada, las cicatrices que ahora sangraban, le habían noqueado la consciencia de realidad por algunos segundos; no, no importó nada de eso...él solo tenía ojos para esa mirada preocupada y la suave envoltura en que le cubría el dueño de esos irises de esmeralda.

-¿...Estás bien, Alfred?

Preguntó preocupado el otro, comenzando a acercarse para ya ayudarle de forma directa, no solo con aquella dulce aura que emanaba de su cuerpo. Aquellos brazos blancos sosteniéndole contra el cuerpo más delicado eran a la vez motivo de alivio y de un dolor para nada físico en el humano.

...Se quedaría así para siempre si el dolor no le recordara que había motivos para no hacerlo.

-...Estoy bien, Arthur. No es necesario que te molestes.- no le agradaba tener que decir esto, hacer a un lado al otro, que ya había comenzado a curarle sus heridas mientras Alfred juntaba voluntad para correrle de su camino. Aún así, Arthur no le soltó, aún sujetando sus manos, regenerando la piel lo más rápido que podía. El de ojos azules no sabía si molestarse por su terquedad o hacer lo que su corazón le decía, y abrazarle, volver a llorar en su hombro, como cada noche...- Arthur...ya suéltame.

-Herido no podrás seguir conjurando. Destruir tus manos no es garantía de que conseguirás dominar tu magia a tiempo.

Sí, es cierto, no lo era...pero a lo menos era una prueba de que se esforzaba, de que a lo menos había avanzado lo suficiente como para intentar hechizos que antes jamás soñó. Todo por Arthur...todo por salvar a Arthur...

-No tenemos tiempo para que me sanes a cada fracaso; más que eso, no voy a permitir que gastes tu aura en regenerar la mía. Nos quedan 3 días, ya no hay tiempo para...

-¡Alfred!-Aquel grito leve proferido por Arthur hizo callar al de lentes. Hubo silencio un segundo, luego el de ojos verdes le miró con una mezcla de dolor, aceptación y ternura.-...Al, no puedes alejarme; no por completo. Te terminarás haciendo daño; se supone...-la voz le comenzó a temblar. Alfred hubiera deseado tener el valor de detenerle, de impedirle decir lo que planeaba...si tan solo impedírselo no fuera dejarle aún más claro la penosa situación.-...se supone...que yo existo para eso, Alfred. Soy tumuñeca...se supone que me utilices para disminuir tu propio daño, para robarme aura y así acrecentar la tuya. El motivo por el que me entregaron a t...

-¡Ya basta, Arthur!

El grito le dolió a él, especialmente al ver el rostro de Arthur, el instinto que ambos habían luchado por suprimir, pero que aún obligaba al de ojos verdes a retroceder ante su enojo, mostrarse de inmediato afligido porque tenía que obedecer. No quería hacerle daño...nunca, jamás;su meta era hacerle infinitamente feliz...

...pero mientras siguieran siendo amo y muñeca, no podrían evitar que esto ocurriera. Por desagradable, por bajo que fuera, Alfred tendría que utilizar esto a su favor.

Se mordió la lengua de vergüenza, "...incluso si lo hago para salvarlo".

-...Arthur, tú mismo lo dijiste: eres mimuñeca; yo soy tu amo. No tienes derecho a decirme lo que debo o no hacer. Ahora suéltame.

-... ¿...es una orden?

-Sí...es una orden.

Los dedos más delicados se deslizaron de los suyos, Arthur retrocedió a paso lento pero inmediato. Su vista se agachó al piso; Alfred sabía que se esforzaba por no llorar.

-...Será como quiera, amo.

Se fue sin decir nada más. Aquel horripilante título quedó resonando en los oídos de Alfred como una maldición contra la que no sabía si podría luchar...


-Me sorprende ver a alguien de su edad por aquí. La verdad, la mayoría de los ciudadanos recibe su primera muñeca a los 15 años. Usted tiene 17, ¿No, joven?

La voz profesional de un muchacho de origen oriental resonaba a través de los pasillos del prístino edificio gubernamental, la sucursal central del control de aura y magia para adolescente. Alfred, caminando tras de él, le escuchaba con atención. Tras quedar algo paralizado por la información, no pudo más que asentir a lo último; se vio algo tonto...la risa del vestido de blanco se lo indicó.

-Eh...señor...

-Honda... Kiku Honda.

-Señor Honda... ¿qué se refiere con "primera muñeca? ¿Acaso no eran...?

...

-Joven Jones...tengo la impresión de que no tiene la menor idea sobre qué es una muñeca.

El tono de Kiku era duro. Alfred se sintió atacado por ello; no era como si no supiera qué era una muñeca...sería difícil ignorar a la muchachita pálida, de ojos con escaso brillo, de apariencia completamente sumisa que se paraba a un lado del de cabellos negros. Una visión así era común a todos los días; había viso cientos de muñecas en su vida...todo ciudadano tenía una. No era posible desconocerlas.

...Aún así, era cierto que sabía relativamente poco para alguien que estaba a punto de elegir la suya.

Kiku, como si leyera en su rostro lo que pensaba, suspiró exasperado. Miró hacia un lado, como si recién se acordara de la niña, de su muñeca. Los 3 habían detenido el paso.

-...Mei-mei, dile al jefe que retrase las próximas visitas. Esto va a tardar.

Alfred vio a aquel vestido rosa alejarse por donde vinieran sin la más mínima palabra. Kiku carraspeó para volver a ganar su atención.

-Joven Jones... ¿comprende que tiene el derecho inalienable a ser propietario de una muñeca, no es verdad?

-Sí, naturalmente.

-Entonces deduzco que también entiende por qué posee ese derecho.-y Alfred ante eso se quedó mudo, porque comprendía algo, pero no sabía cómo explicarlo. Cuando pasó un minuto y el adolescente de lentes no contestó, Kiku Honda asintió sin decir nada, como si pensara que se había imaginado algo así. De la nada, le dio la espalda a Alfred y retomó su camino; pronto el menor le estaba siguiendo.-Hay un motivo por el que el Estado se permite gastar millones anuales en la mantención y funcionamiento de edificios como este, además de todo el resto de un sistema complejo, necesario para proveer las muñecas y luego mantenerlas. Si fueran meros juguetes sexuales, podría conseguir una en cualquier local de mala muerte. Una muñeca es mucho más allá de una marioneta bonita...-el pasillo dio un recodo, pudiéndose ya perfilar al borde de este una entrada lujosa. Alfred, con solo contemplarla, sintió que algo desde su interior le estaba llamando...-Una muñeca, Joven Jones, es un complejo autómata, perfeccionado tras siglos y siglos de benévolos gobernantes que encausaron la mayor parte de su aura en la creación de un artefacto capaz de asistir a la gente en el uso de sus poderes. Dicho en términos simples, una muñeca es un regulador y compensador perfecto.

Sí...la tenencia obligatoria desde hace más de 200 años de las muñecas se justificaba en que mantenían el orden público. Era cierto que, por lo comunes que eran, mucha gente las tildaba de solo "un juguete", pero eran un eslabón central a la hora de hacer funcionar la sociedad: con la propia aura que poseían recargaban la de sus dueños, o como ellas debían llamarlos, amos; en caso de que el oficio del amo se relacionara al Encuentro o la Persecución, la muñeca se transformaba en el compañero de combate, o más aún, un arma que permitía atacar con mucha mayor destreza...para la gente con empleos normales, la muñeca bien pasaba a ser como una secretaria (como era el caso de Kiku); por último, y este era el motivo de coger una muñeca tan joven...

-En el caso de un adolescente, este sutil utensilio es todo lo que necesita para no generar pérdidas millonarias al Estado en infraestructura.

...Todos sabían que cuando el aura despertaba en un muchacho o muchacha, este perdía por completo la posibilidad de mantenerla dentro de su cuerpo. Dependiendo de qué tan poderosa fuera la persona, podía ser que su aura no fuera controlable nunca más. Al recibir el joven la muñeca en edad del "evento", podía aprender a controlar su poder con mucha más facilidad...después de todo, todas las descargas excesivas de aura se las llevaba la muñeca.

Sí, Alfred ya sabía todo esto, incluso si ahora era la primera vez que se daba cuenta del hecho...

Recordaba a la perfección como desde hace algunos años sus compañeros de escuela comenzaron a llegar con muñecas a la clase, como la sala fue adaptada para que al lado de cada banco pudiera permanecer la muñeca parada todo el tiempo...parada o bien sentada a los pies del amo, considerando que había profesores que consideraban que estorbaban la visión correcta del pizarrón. "Inestables adolescentes, ¡no pueden ni alejarse un paso de sus muñecas!"...así hablaban los profesores al hacer referencia a que, mientras más práctica, más distancia podía llegar a haber entre muñeca y amo. Había adultos que conseguían llegar a mantener su muñeca más de un kilómetro de distancia. Aún así, los que podían igual mantenía a su "juguete" junto con ellos la mayoría del tiempo.

Como sea, volviendo al caso de Alfred, él había visto como poco a poco se transformó en el único alumno sin una muñeca en la sala. Algunos compañeros incluso ya habían sido reclutados para el Encuentro. Pensaba que comenzaría a volverse loco...cuando hace una semana en deportes le abrió un agujero a la muralla de acero que cercaba los campos de la escuela. Había tardado, pero ahora tenía derecho a recibir una muñeca...y no cualquier muñeca...

...Eso traía de vuelta la conversación que ahora sostenía con Kiku, cuando se detenían frente a la puerta; desde la entrada comenzaba a perfilarse una alfombra roja.

-Joven Jones; considerando su tardío y excepcional despertar, usted debe elegir con suma prisa una muñeca de la máxima calidad que el Estado le pueda ofrecer. Es trascendental que solo elija aquella que le dé la sensación de poder ayudarle con semejante poder.

Alfred miró la puerta con desconfianza y a la vez con expectativas. Sabía que, entre todo lo que encontraría allí adentro, había algo en específico que le llamaba. Aún así, antes de entrar, aún había una duda que quedara pendiente.

-Señor Honda, aún no me contesta... ¿Por qué al principio habló de "primera muñeca"?

Y ante esto, el que ya sostenía el picaporte dejó escapar una risa seca. Le miró como si en verdad le considerara bien tonto o demasiado iluso.

-Tomando en cuenta que fue seleccionado para entrenarse para los Encuentros, debería saberlo, Joven Jones. Por muy bien creada que fuera una muñeca...bajo las condiciones a que puede ser sometida...puede fácilmente quebrarse como si estuviera hecha de porcelana.-...hubo silencio. El único sonido que consumió el pasillo fue la puerta abriéndose.- ¿...Me acompaña al interior, Joven Jones?

...

Frente a Alfred se extendió una habitación de lujo absoluto, una alfombra roja de terciopelo, luces alumbrando todo como en un caro cabaret, y filas tras filas de cajas de vidrio...dentro de ellas se exponían lo que todo adolescente soñaba con obtener. Sintió que se le aceleraba el pulso de solo pensar que por fin las estaba viendo, o mejor dicho...los estaba viendo...

Entró a la habitación, sus piernas haciéndole caminar por entremedio de la jungla de exposición. A uno y otro lado de su persona vio a través del cristal los cuerpos aparentemente sin vida, con los ojos abiertos como si fueran solo cuencas de vidrio; al verles así, era mucho más fácil entender el nombre de "muñecas". De solo observar esos rostros perfectos, todos bellos según un estándar u otro, todos vestidos en traje de diseño, de apariencia antigua...

"Al verles así se entiende mejor por qué tanta gente les considera juguetes sexuales"

...No por nada había hecho Kiku hincapié en que no lo eran. Aún así, y Alfred lo sabía de primera mano gracias a sus compañeros, muchas veces, al elegir la muñeca, el adolescente buscaba aquella que con solo verla le despertaran deseos de someterla contra su cama; considerando que una muñeca era igual a un ser humano en todo aspecto biológico, no era de extrañarse que cosas así ocurrieran. Se volvía aún más evidente porque incluso quienes eran elegidos para los Encuentros y Persecuciones elegían así a la muñeca...incluso si las muñecas para dichos oficios eran solo de sexo masculino...

Alfred se detuvo frente a una caja que contenía a un muchacho más bien bajo, de ojos azules tan profundos que parecían conducir al fondo de un océano de hielo. Quizás lo que le llamó la atención, era que por un instante le confundió con una chica, todo por el vestido que tenía puesto. Se lo quedó mirando un rato, preguntándose cómo nadie lo habría clamado todavía. Lo estaba contemplando cuando apareció Kiku a sus espaldas.

-...Responde al nombre de Lukas. Es una de las mejores que tenemos; me atrevería a decir que es la mejor...sus posibilidades de quebrarse son casi nulas; resistirá cualquier carga y podrá reponer suficiente aura como para completar el porcentaje necesario para permanecer con vida. Se podría decir que es casi capaz de hacer resucitar a los muertos.-Alfred se sintió incómodo...era como le estuvieran intentando vender un producto costoso; resultaba desagradable. Tal vez las muñecas no poseyeran alma o voluntad propia...pero seguían poseyendo inteligencia y siendo antropomorfas. Eso le causaba cierto escalofrío. Sería raro cuando saliera de ese edificio con una tratándole de "amo". "Por otra parte, así es como tiene que ser...", pensó.-Es extremadamente atractivo, si se me permitiera opinar. Creo que sería una elección más que adecuada.

-...Bueno, no es como si lo estuviera considerando del todo como opción.

Consiguió decir finalmente el menor, dejando al asiático con la boca abierta. ¿...Quién se reusaba a semejante muñeca?

...Al parecer Alfred, porque dejó de lado esa caja y siguió vagando sin problemas por entre aquel mar de cristal. Todas las muñecas le parecían interesantes en algún grado...pero no había ninguna que quisiera para sí.

Continuó caminando, antes de que lo notara ya estaba rozando los últimos contenedores de cristal. Comenzaba a creer que estaba pidiendo mucho, ya no encontraría nada; tras de él, la voz de Kiku le seguía, repitiendo que hacia atrás no guardaban nada digno, que no encontraría nada mejor que Lukas, que era inútil seguir buscando...

...cuando volvió a sentirlo.

Se dio vuelta con brusquedad, haciendo retroceder a Kiku, que podía ver como sus ojos ahora no observaban, sino que verdaderamente buscaban. Alfred, ajeno al escrutinio del japonés, daba vueltas sobre su eje, hasta sus ojos posarse en un camino cubierto por alfombra, pero a duras penas iluminado: se alejaba de los otros estantes, se perdía hacia un sector que de seguro nadie revisaba en mucho tiempo...

Haciendo caso omiso de los soniditos de terror que soltara Honda al ver hacia donde se encausaba su interés, Alfred siguió aquel llamado, ese que en primer lugar le motivara a entrar a la habitación de las cajas de cristal; el mismo que había dejado de sentir en este tiempo, que ahora le devolvía el rumbo al adentrarse en las sombras hasta una nueva puerta. Sin pensar en nada, abrió.

Su mundo se paralizó por completo ante la entrada de la nueva habitación.

...Era distinta a la anterior, superaba por mucho su belleza y lujos: cortinajes rojos colgaban desde las vigas del techo, creando un efecto irreal, como estar tras las cortinas de una cama de princesa; el suelo era alfombra roja de terciopelo, y bajo esta, cerámica camaleónica negra; pilares blancos con incrustaciones en oro se alzaban de vez en cuando, sosteniendo la techumbre...y al fondo...allí estaba el motivo de que Alfred ya no respirara.

Hacia el fondo del cuarto se posicionaba una caja de cristal, pero esta no estaba de pie, con la muñeca sentada, laxa, muerta en su interior...esta caja estaba recostada, formando una especie de sarcófago precioso que nada debía envidiar al de Blanca nieves en su cuento: este "sarcófago" era sostenido por sobre el nivel del suelo con soportes de oro macizo, y en su interior, su suelo estaba formado por un colchón de seda roja, descansando por sobre esta una frazada de pétalos de rosa. Recostado sobre semejante espectáculo estaba la muñeca de figura más delicada y a la vez fuerte que se pudiera llegar a crear...

...era un cuerpo sutil, vestido en un traje formal del periodo victoriano, negro a acepción de la camisa de paño blanca y el chaleco de seda verde esmeralda; las manos, en apariencia delicadas, estaban cubiertas por unos guantes, también de seda, también negros; en su cabeza la ausencia de sombrero de cualquier tipo permitía contemplar a liberta un rostro sereno pero de rasgos que de seguro eran decididos, de cabello rebelde con hebras de oro, de labios entreabiertos tal como un par de ojos completamente muertos, pero de un verde que de seguro sería más bello que el del caro chaleco una vez que recuperaran el impulso vital; aquel rostro pálida y que incitó a Alfred a avanzar sus primeros pasos y osar pararse junto al ataúd estaba medio cubierto por un bello de encaje negro, como si la muñeca fuera una novia. El chico de lentes llegó a una conclusión certera...nunca había visto una muñeca así en todos sus años de vida.

-...Esta es.

Murmuró a duras penas, su mano yendo a posarse sobre el cristal que le separaba de aquella obra de arte. Deseaba verle despierto, verle atado a su lado, escucharle cuando le tratara como su nuevo señor. Quería la muñeca...no tomaría otra, incluso si claramente Kiku al llegar demostró en sus gestos que haría lo posible por cambiar su opinión.

-Joven Jones...

-¿Cómo se llama? ¿Por qué la tienen oculta?

-...su nombre es Arthur. Es una muñeca...extremadamente especial: es tan poderoso como Lukas; mientras que este es frío en su actuar, el estallido de las circunstancias y su interacción con Arthur pueden volverle, incluso, más poderoso que a nuestra otra muñeca.-...tan fuerte era; eso explicaba por qué una habitación solamente para contener esta caja de cristal, este sarcófago. Al ver su expresión maravillada al entender, Kiku no tardó en continuar...-No se deje engañar, Joven Jones: puede ser la muñeca más poderosa, pero hay un motivo por el cual pese a que debería ser extremadamente codiciada nosotros le aislamos. Vea detenidamente el sarcófago, lo terminará por notar.

Alfred se acercó a la prisión cristal, y pronto vio completamente paralizados cómo tanto muñecas como cuello de la muñeca eran sujetados por esclavas de diamante, sujetos por cadenas a la superficie de seda. Para tenerle atado incluso cuando estaba en estado de inconsciencia total...

-Lo intentaron vender muchas veces, ¿verdad?

-Una vez se consiguió: tuvimos que entregar 2 muñecas gratis al comprador original en compensación por lo que tuvo que pasar con Arthur. Muchos son los atraídos por su poder y belleza, Joven...pero nadie hasta ahora ha podido domarla.

Hubo silencio. La respiración de Alfred se fue acelerando...descubrió de nada de lo escuchado alteraba su decisión en lo más mínimo.

Sorprendiendo por completo a Kiku, se alejó algunos pasos del sarcófago, y sin decir nada, liberó su aura en un choque contra el cristal; este se fraccionó en mil pedazos, le causó una herida a Alfred, pero este ignoró todo una vez que ya no hubo nada alejándole de la muñeca. Avanzó y se agachó en el suelo; dejando a Kiku sin creer lo ocurrido, le miró mientras su mano comenzaba a acariciar la mejilla nívea.

-Esta es mi muñeca, Señor Honda. Queda dicho desde hoy...


Alfred abrió la habitación del cuarto con extrema lentitud, en un movimiento tan delicado que una corriente en contra le habría hecho desistir de su empresa. Como ni la brisa osó interponerse en su camino, terminó por asomar su mirar por la rendija dejada entre madera y muralla. Sus ojos se entristecieron ante la imagen que encontraron en el cuarto...

En el medio de la cama de dos plazas que compartían, sentado de rodillas con sus manos temblando mientras se sujetaban a estas, estaba Arthur. De sus orbes esmeralda brotaban lágrimas cristalinas que recorrían como arroyos sus mejillas, para caer por su mentón y manchar su camisa blanca, pantalón negro o los mismos cobertores del camastro. Su mirada se veía perdida, tal como si hubieran regresado en el tiempo, a aquellos primeros meses que estuvieran juntos y por los cuales Al jamás se perdonaría; se había prometido que nunca más trataría al otro de aquella manera... como una muñeca...

Sin ver nada de lo que ocurría a su alrededor, Arthur sollozaba en silencio, sumergido en su propio mundo. Recordaba eventos recientes, incluso si a cada instante más lejanos...manos cálidas recorriendo su costado, una anclándose a su cintura como una promesa de nunca soltarlo; besos, caricias con rito creciente, y su propia voz desangrada en gemidos en un timbre de placer como nunca antes había experimentado; en aquel instante él le había susurrado a su oído ya nunca más ser su esclavo. Ese día había pronunciado por primera vez el nombre del otro, coronando en esa palabra su primer cenit en manos de un hombre...ese día se habían prometido cosas que acababan de destrozar en tan solo un instante...

...Se sentía tan miserable como el día en que se descubriera atado para siempre.

"Ni siquiera somos capaces de mantenernos en nuestros propios juramentos. Seré la perdición de ambos...Alfred..."...

Tan sumergido estaba en creer que todo había sido un error, una prisa innecesaria entre ambos, que nunca notó el ser observado hasta sentir enredándose en la cabellera sobre su nuca...

Sus ojos parecieron recuperar la capacidad para ver de golpe, su rostro alzándose a contemplar aquel que se alzaba por sobre su altura, que poco a poco deslizaba sus dedos, recorriendo el camino de su quijada hasta sujetarle del mentón para asegurarse de conservar el contacto. A medida que Alfred iba disminuyendo su altura, arrodillándose en la cama en frente de Arthur, este último podía sentir un escalofrío recorriéndole la columna; la mirada destrozada en esos ojos zafiros fue capaz de paralizar por completo sus lágrimas.

-Amo...

Antes de que consiguiera decir nada más, aquellos poderosos brazos le apresaron contra el pecho del contrario; halló su cuerpo encajando en el del otro, como una pequeña célula siendo fagocitada...su cuerpo temblando, pero aún así sujetándose con fuerza al contrario era suficiente prueba de que no le importaba ser completamente absorbido.

-No me vuelvas a decir así...nunca más, Arthur...

Sus ojos pestañaron, volviendo a oír aquellos que hace segundos recordara. Una de las manos de Alfred soltó su agarre en sus hombros para así limpiar con delicadeza las lágrimas de las mejillas de Arthur. Este parecía paralizado por las acciones del otro.

Como si temiera romperle, Alfred apenas si se permitió rozar la frente ajena en una caricia con sus labios...

-...Perdóname. Arthur yo...-la voz le temblaba, parecía al borde de llorar. Arthur no era capaz de pronunciar palabra.-tengo tanto miedo de perderte, ya no estoy controlando lo que pienso. Queda tan poco tiempo, ya has sacrificado tanto por mi...escucharte decir que gastarías así tu aura en mí...

-...Alfred...

Otro beso casto fue a posarse en su mejilla, luego en la otra. El de ojos azules estaba besando los caminos que tomaran sus lágrimas.

-...Solo quería que no te hirieras por mi; no te alejé como debería. No quiero que me digas "amo", no quiero pensar nunca más en ti de esa manera.-los dos se miraron a los ojos. Alfred sonrió tristemente.-Tienes que perdonarme que sea tan tonto...incluso cuando deseo salvarte te termino haciendo daño...

-...No...Tú jamás podrías hacerme daño...

Los dos guardaron silencio. Sin que se planeara, sus bocas se encontraron en un intento de decirse mejor las cosas...cuando una caricia leve evolucionó en pocos segundos a un acto profundo, el hacerse el amor tan solo compartiendo el aliento, sintiéndose los labios, supieron que en verdad no tendrían nunca nada que perdonarse...

...Alfred había crecido mucho como persona desde aquel día en que fueran unidos como nada más que amo y muñeca.


...

...

Bueno, eso fue el chapter 1; espero que sea un regalo digno de tu grandeza, Ray.

Cualquier duda saben que pueden preguntarla cuando gusten en un Review o PM ;) (obviamente, me hacen más feliz si me dejan un Review XD)

¡Espero que no se hayan enredado demasiado, incluso si es solo el principio!

Muchos saludos,

Naomi ^^