Me sentía en las nubes. Y lo mejor de todo fue que Kagome correspondió mi beso. Sus labios, pequeños y suaves, se movían al compás de los míos. Quité la guitarra del medio y abracé su cintura, atrayéndola más cerca de mí. No podía creer lo que estaba pasando, pero al sentir los delgados brazos de Kagome sobre mi cuello supe que no era otro de mis sueños.

Había imaginado tantas veces este momento, pero ni el mejor de mis sueños se comparaba con lo que estaba sintiendo ahora. Era mejor. Mucho mejor. Sin romper el beso, me recosté en el sillón con Kagome arriba mío, la abracé más fuerte y seguí besándola.

Sigo sin entender lo que pasó después. De un momento a otro, el calor del cuerpo de Kagome ya no estaba más arriba mío, dejando un vació en mi cuerpo, sus labios ya no estaban más unidos a los míos y el sonido de la puerta llegó a mis oídos.

-¡Llegamos!

La voz de mi madre me sacó de mi nube y abrí los ojos. Encontré a Kagome, sonrojada y temblando, con una mano cubriendo sus labios. No me miró, simplemente dijo un inaudible adiós y se marchó. Yo tardé en reaccionar, pero cuando pude levantarme del sillón, ella ya no estaba en mi casa.

Me encontré con la mirada de desconcierto de mis padres, pero no me importó. Sin saludarlos, subí a mi habitación y me encerré ahí. No tenía ganas de hablar con nadie. Sólo quería correr a la casa de Kagome y pedile disculpas. Pero no estaba arrepentido. Al contrario, estaba contento de que hubiera sucedido, aún tenía la sensación de sus labios sobre los míos y de su pequeño cuerpo sobre el mío, encajando a la perfección.

Juraría que Kagome fue hecha para mí.

When everything's made to be broken

I just want you to know who I am

Pasaron dos días del beso. En ese tiempo, yo no había recibido noticias de Kagome, parecía como si se hubiera borrado del planeta, porque no contestaba mis llamadas o mensajes y yo no era lo suficientemente valiente como para ir a su casa. No sabía que le pasaba a Kagome, si quería verme o no, si había arruinado la amistad por culpa de un beso. ¿Y si ella quería ser sólo mi amiga? Eso era lo que le había pasado a Hobo, no?

Perdí la cuenta de todas las cosas que pensé en esos dos días. Comía poco, no me levantaba de mi cama y mi familia ya empezaba a preocuparse. Pero yo seguía sin querer hablar; mi madre intentó averiguar que me pasaba, pero cuando yo no me giré a verla y lo único que hice fue gruñir a sus preguntas, se levantó y se fue. Lo único que podía pedir era porque su instinto materno le dijera lo que me pasaba y me dejara en paz.

Me dolía la espalda de estar tirado en mi cama, así que, una noche decidí salir a dar una vuelta después de comer. Me puse una remera roja liviana, porque hacía calor esa noche, y salí sin rumbo.

Caminé por lo que parecieron horas hasta llegar al parque, donde me senté en la misma banca que me había sentando con Kagome en nuestra primera salida. Parecía que habían pasado años desde aquella vez, cuando en realidad sólo había pasado un mes. Por más que intentara culparme, diciéndome que Kagome no quería volver a verme por el beso, no podía arrepentirme de haberla besado.

Y así es como terminé en el parque, solo, de noche, con nada más que mis pensamientos. ¿Ven ahora la conexión?

-¿Inuyasha?

Esa voz que conocía también me hizo levantar la vista. Y ahí estaba ella. Con su vestido azul y sus rizos sueltos, parada frente a mí.

-Kagome…

Había pensado qué iba a decirle si alguna vez volvía a verla, pero las palabras no salieron de mi boca. Ella hizo un gesto con su mano pidiendo permiso para sentarse en el banco y yo me moví haciendo lugar.

Ninguno de los dos dijo nada por un tiempo. Estaba seguro que me correspondía decir algo, pero ¿qué? No iba a decirle que me arrepentía, porque sería mentirle.

I just want you to know who I am

Cuando abrí la boca para hablar, Kagome se me adelantó. –Hay algo que no te conté... sobre la noche de la fiesta de Hojo. -¿qué tenía que ver eso? Decidí que lo mejor era dejarla hablar hasta que se me ocurriera algo interesante para decir. –Cuando llegamos a la puerta de tu casa… antes de entrar me… me abrazaste –podía sentir como el color subía por mi cara. –Y me dijiste… me dijiste "me gustas". – creo que estaba más rojo que mi remera. ¿Le había confesado eso? Dios, no volveré a beber nunca más. –Al principio, no te creí, pensé que estabas muy borracho como saber lo que decías – auch – pero después... te miré a los ojos y me di cuenta... me di cuenta de que no me estabas mintiendo.

Mientras decía eso último levantó la cabeza y me miró. Podía ver ese brillo que amaba en sus ojos, pero éstos parecían estar tristes, ¿acaso era por mí?

-Nunca te mentiría Kagome... – ella asintió con la cabeza sin despegar su vista de la mía. Se acercó un poco más y yo pude oler ese aroma que había extrañado tanto estos dos días.

-Ese… ese beso, ¿significó… algo para ti? – me sorprendió su pregunta, pero no era momento de perderme en mis pensamientos, así que la tomé de las manos y la acerqué más a mí.

-Kagome… desde hace un tiempo que… que… - valor Inuyasha, es ahora o nunca. Es como sacarse una bandita, mientras más rápido, mejor. –Que estoy enamorado de ti. – listo ya lo dije. Sus ojos chocolates se abrieron y desvió la vista. Seguramente el pavimento era mucho más interesante que yo, así que solté sus manos y me levanté. No podía soportar que me rechazara, así que prefería irme a mi casa, aceptar la derrota en las paredes de mi cuarto, y mañana a la mañana enviaría la solicitud para transferirme a una escuela en Kualumpur.

Antes de que pudiera alejarme, sentí como sus brazos rodeaban mi cintura y si cabeza reposaba en mi espalda. Me quedé inmóvil, sin saber cómo reaccionar.

-Yo... yo... – estoy seguro que si no hubiera sido porque no había otro sonido más que la voz de Kagome, no hubiera podido escucharla. –Te amo.

¡Detengan todo! ¿Escuché bien? Podría ser que Kagome, la chica con la que estuve soñando durante todo un año, la chica que amaba, la chica que tropezó conmigo un día de escuela... ¿me amara?

Me giré y la miré a los ojos. Si los míos habían dicho la verdad esa noche, los de ellas no iban a mentirme esta vez.

Y no lo hicieron.

Me amaba.

La abracé fuerte y ella encajó perfectamente en mi pecho. Puse mi barbilla sobre la coronilla de su cabeza, y en un susurro le dije –Te amo Kagome.

La besé una y otra vez. Con ternura, con pasión, con dulzura, con amor. Estaba muy feliz. Por fin, mi sueño se hacía realidad.

When everything's made to be broken

I just want you to know who I am

Kagome y yo estamos de novio desde hace ya dos años. Desde ese día en el parque que no podemos separarnos. No somos perfectos; discutimos más que otras parejas, pero yo sé que no nos amamos menos por eso; simplemente yo quiero tener siempre razón y ella es muy testaruda como para permitirlo.

La mejor parte de pelear en lo que viene después: la reconciliación. Oh sí, eso hacía que todas las peleas y los malos momentos valieran la pena. Y, déjenme decirles... la realidad es mucho mejor que los sueños. Mucho mejor.

Después de todo, soy un amor –palabras de Kagome, no mías.

FIN


Bueno, llegamos al final de "Iris" :) Gracias a todos por haber leído, gracias a las personas que se molestaron en dejarme un review también. Espero que le haya gustado! Espero que nos veamos en mi próximo fic! :)

Saludos, Miyod.