WAAAA cuanto tiempo sin escribir jajaja, no me había tenido tiempo y la verdad no había tenido inspiración para escribir, pero decidí hacer un capitulo y wala XD

PD: KHR no me pertenece es obra de Akira Amano

Con Tsu-chan

Tsuna y la otra persona se encontraban en lo que parecía ser un jardín, los dos se encontraban sentados en una mesa para tomar el té, claro que ninguno estaba tomando y comiendo nada, incluso si pudieran, Tsuna no estaba del humor para hacerlo.

-Tsuna…yo- Pero Tsuna alzo una mano para callar a la persona frente a él, sus fríos ojos marrones se encontraron con los azules de la persona sentada del otro lado de la mesa.

-Lo sé…no eres mi hermano…Gio-niisan ya hubiera saltado sobre mí y me hubiera abrazado hasta ponerme azul- Tsuna soltó una pequeña risa, pero rápidamente se cayó y miro hacia un punto en la distancia quedando sumida en sus pensamientos, después de unos segundos prosiguió- tú debes ser Primo…es un poco perturbador ver el parecido que tienes con mi hermano mayor-Tsuna soltó una pequeña risa sin humor.

Esto Tsuna lo sabia porque incluso ella había visto las fotos de primo y lo idéntico que era su hermano con el primer jefe de Vongola, y por eso es que Tsuna sabe que este no era su hermano, si no el maldito líder de aquella maldita familia, ella no podía evitar las ganas de querer gritar y dañar a este hombre por atreverse a tener le mismo rostro de su hermano precioso, ademas de que por este detalle se había llamado la atención de Vongola.

Todo por aquellos malditos genes que compartían con este hombre ellos habían tenido que vivir en un mundo de muerte y oscuridad, por culpa de este hombre ella había tenido que perder a la persona mas importante para ella.

El mundo era tan injusto, ellos no habían hecho nada para ganarse aquel destino tan cruel.

Pero la vida nunca había sido justa, ella lo había sabido desde el momento en que supo que nunca volvería a estar rodeada de los cálidos brazos de su hermano mayor.

-Lo siento por tu perdida, nunca hubiera esperado que mi sucesor sufriera tal destino…-Pero no pudo proseguir porque Tsuna se había levantado de su silla y agarraba el cuello de su camisa con fuerza, su mirada mostraba ira y odio.

-No hables de la muerte de mi hermano como si tuvieras el derecho de hacerlo, la mafia fue quien me lo quito, pero tu estúpida famiglia fue la causante de que en primer lugar mi hermano se adentrara en aquel oscuro mundo…-Tsuna soltó su playera y se volvió a su silla con los brazos cruzados y con un ceño fruncido.

-Tal vez tienes razón pero…también la Famiglia les trajo tanto a ti como a tu hermano momentos muy felices, sé que es difícil aceptar la muerte de una persona muy cercana para ti, pero no creo que tu hermano le gustaría ver en lo que te estás convirtiendo…pero no soy yo quien debe enseñártelo, por ahora será mejor que prosigas tu camino y llegues a el lugar donde los anillos han decidido enviarte…-Tsuna miro con un brillo confuso a Primo pero antes de que pudiera preguntarle a que se refería, un hoyo la detuvo, literalmente.

-¿Pero qué?- Tsuna abrió sus ojos completamente como antes hacia cuando estaba asustada, un hoyo apareció debajo de ella y ahora parecía estar cayendo por un túnel completamente oscuro, mirando hacia arriba se encontró por última vez con la mirada de Giotto.

-Suerte Décima Vongola…-Tsuna no pudo contestarle porque el hoyo se había cerrado, ella empezó a sentir mucho sueño y antes de que se durmiera pudo ver al final de la caída una gran luz que la cegó levemente, sin darse cuenta se durmió, pero mientras dormía una memoria de su infancia apareció en su cabeza.

Con Tsu-kun

-Kyoya…-Tsuna iba a hablar cuando de repente su vista se volvió negra, una memoria lo había consumido puesto en un estado inconsciente.

"-¿Eres hermano de Alaude-nii?- Una pequeña Tsuna de unos 7 años se encontraba frente a un chico por lo menos uno o dos años mayor que ella.

-Herbívoro…-El pelinegro tenía unos hermosos ojos azules metálicos, oh eso pensaba Tsuna al ver aquellos ojos, el chico entrecerró sus ojos y la miro como si la estuviera analizando, el había acompañado a su hermano a la mansión, pues se sentía aburrido de estar en su casa sin su hermano para pelear.

Por no hablar de la sensación que parecía paralizarlo cada vez que se encontraba solo en la oscuridad y sofocante mansión solitaria en la que vivía junto a su hermano, los cuartos vacíos y oscuros le hacían recordar cosas de su pasado que había preferido para siempre olvidar.

-Nee… ¿Cuál es tu nombre? El mío es Tsuna Sawada- Tsuna miro al chico esperando por su respuesta, el niño suspiro al ver que la niña no se detendría de molestarlo hasta saber su nombre.

-Hibari Kyoya- Su voz era fría y estoica, él le dio una mirada a la niña para ver si salía corriendo como los demás herbívoros que se atrevían a estar en su camino, pero la respuesta de la chica lo dejo en shock.

-Es un lindo nombre, me gusta al igual que tus hermoso ojos- Tsuna le dio una enorme sonrisa mientras sus ojos brillaban en felicidad- Nee Hibari-san…-Tsuna ahora le dio una pequeña mirada nerviosa, lo que saco a Hibari de su shock, el alzo una ceja para saber lo que quería ahora la pequeña herbívora.

-¿Quisieras ser mi amigo?- Hibari gruño ante ese término y le dio una fría mirada.

-Un carnívoro no necesita de amigos herbívoros oh de sentimientos herbívoros, un carnívoro fuerte como yo no los necesita- Tsuna lo miro desconcertada por unos segundos, antes de que una pequeña sonrisa apareciera nuevamente.

-Claro que si, incluso los carnívoros necesitan una pareja de vez en cuando…además yo no soy una herbívora, no soy una persona débil- Tsuna le dio una sonrisa juguetona- pero tampoco soy un carnívoro- La pequeña niña rio levemente, Hibari se quedo estupefacto ante tal respuesta, el ahora veía a la pequeña con curiosidad.

-¿Entonces que eres?- Hibari pregunto en interés, sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, Hibari no noto su extraña forma de actuar, porque el usualmente ya hubiera golpeado a cualquier herbívoro que se le acercara de tal forma, oh simplemente los hubiera ignorado, Hibari parecía actuar diferente con Tsuna.

-¿No es obvio? Soy un Omnívoro- Hibari miro a la chica con sorpresa, pero oculto sus emociones y solo le dio una mirada levemente ensanchada.

-Omnívora…si demuestras que es verdad lo pensare- Hibari le dio una sonrisa ladeada, Tsuna lo miro con una sonrisa y asintió, al parecer los dos habían encontrado una persona interesante.

Tsuna abrió sus ojos para sorprenderse al ver que se encontraba en un extraño lugar, muy parecido a un abismo negro, mientras miraba en la oscuridad noto un pequeño lazo dorado que salía de su anillo y que parecía ir hacia una dirección, Tsuna siguió con la vista el lazo y abrió los ojos con asombro cuando del otro lado de lo que parecía ser un cristal estaba alguien igual a él, la única diferencia era que su otro yo era una chica, Tsuna iba a Hablar cuando una luz volvió a rodearlos, una memoria volvió a cegarlo.

"-Una pequeña herida puede ser ignorada y olvidada….-"Una vos desconocida se escucho en aquel frio vacio antes que la oscuridad fuera remplazada por una memoria.

"-Gio-Nichan, G-Nichan, Alau-Nichan, Asari-Nichan, Lampo-Nichan, Spade-nichan, Knuckle-Nichan…-Una voz se logro escuchar desde el jardín, todos los guardianes se tensaron al saber de quién se trataba, a lo lejos una cabellera castaña se acercaba a paso veloz a su posición y de un momento a otro Tsuna había llegado a su lado.

-Qué bueno que están a salvo, tuve miedo de que alguno no volviera- Tsuna les dio una hermosa sonrisa deslumbrante, ella se lanzo contra Alaude, después de él, ah Daemon, ella se encargo de abrazar a los demás guardianes, pero estaba tan feliz que no noto la tristeza en la mirada de cada uno, en el momento de abrazar a G, este la abrazo y la enterró en su pecho, su cuerpo temblaba levemente.

-G-Nichan ¿qué pasa?...-Tsuna intento soltarse del agarre del Guardián pero no pudo- vamos G-nichan debo saludar a Gio-Nichan no seas codicioso con mis abrazos- Tsuna se rio infantilmente, haciendo que el corazón de todos, incluso de Alaude y Daemon se apretara, después de unos segundos, Tsuna había dejado de forjear para detenerse.

-Porque no eh escuchado la voz de Gio-Nichan, el ya me hubiera saludado…-Todos se tensaron al ver como Tsuna agarraba con fuerza la playera de G- tampoco logre verlo cuando te abrase…Gio-Nichan…-Tsuna susurro levemente, los guardianes no dijeron nada, Tsuna apretó mas el agarre y usando toda su fuerza se libero del abrazo de G para verlo cara a cara, sus ojos mostraban confusión miedo, tristeza, dolor, las lagrimas caían por sus mejillas, pero Tsuna incluso cuando sabia la respuesta, aun siendo una niña su intuición se lo decía, no quiso creerlo, después de todo…

-"Ellos me lo prometieron, ellos no romperían su promesa…prometieron traerlo de vuelta…lo prometieron"- Su propia voz sonó en su cabeza, así que ella intento mantener sus lagrimas, pero al momento de ver a su alrededor, no pudo ver a su hermano mayor, no pudo ver a su persona más preciada, no pudo ver a Giotto por ningún lado…Tsuna volvió a encarar a G.

-¿DONDE ESTA GIO-NICHAN?- Tsuna grito con todo lo que tenia, los guardianes no pudieron mirar ah Tsuna a la cara-…porque no esta aquí…-Tsuna no aguanto más y empezó a llorar con toda su fuerza, ella podía ser una simple niña, pero teniendo su intuición y sabiendo en lo que trabajaba su hermano le hizo entender la cruda realidad

-Tsuna…Giotto no volverá…el murió en la misión- G hablo con la voz quebrada, leves lagrimas fluían por sus mejillas, Lampo en ese momento también estaba llorando, Asari como Knuckle soltaban una que otra lagrima intentando controlar sus emociones, incluso los guardianes más despiadados que eran Alaude y Daemon, no pudieron evitar soltar una pequeña lagrima mientras apretaban sus puños con frustración y enojo, los llantos de Tsuna los hacían sentir más miserables, pues no solo no pudieron proteger a su Cielo, tampoco pudieron proteger el querido hermano mayor de Tsuna, cuando ellos habían jurado a sí mismo, a Giotto y a Tsuna protegerlo a toda costa, pero ellos habían roto la promesa.

-Ustedes lo prometieron- Tsuna cayó de rodillas mientras lagrimas caían por sus mejillas- ustedes prometieron cuidar a mi persona más importante…LO PROMETIERON- Tsuna grito con todo lo que pudo, todos se sorprendieron ante el grito de Tsuna, pero sus palabras resonaron como si cuchillas atravesaran su corazón, Tsuna ya no tenía su sonrisa infantil, Tsuna ya no tenía sus inocentes ojos, ni su aura de paz y tranquilidad...Tsuna…. ya no estaba frente a ellos.

- Tsuna…-Lampo intento tranquilizar a Tsuna, pero todos abrieron los ojos al ver como Tsuna golpeaba lejos la mano de Lampo.

-No quiero que me vuelvas a tocar…odio la mafia, se llevaron a mi persona importante…ustedes son iguales por no protegerlo…ustedes ya no son nada para mi…los odio- Tsuna murmuro lo ultimo antes de pararse, sus cálidos ojos marrones ahora solo eran fríos y sin emociones, ya no tenía su sonrisa usual y un aura oscura la rodeaba, ella no dijo nada más y empezó ah alejarse no sin antes darles una mirada de desprecio, pero unos pasos de ellos, ella se detuvo y los miro sin ninguna emoción.

-Espero que hayan hecho sufrir a los asesinos de mi hermano y si aún queda parte de la familia…déjenlos vivir…cuando tenga la fuerza suficiente…yo los matare con mis propias manos- Tsuna les dio una sonrisa sedienta de sangre y una mirada llena de odio, todos se congelaron al ver al pequeño cielo mancharse de negro, ellos solo miraron con incredulidad a Tsuna, pero ella solo los ignoro y se fue, en ese momento un pensamiento paso por la mente de todos los guardianes.

-"Que hemos hecho"- Ellos solo pudieron ver la retirada de Tsuna sin poder detenerla.

-"Pero no importa cuánto la intentes olvidar, la cicatriz siempre estará ahí, lo único que queda es esperar a que cicatricen…incluso si eso nunca llegara a suceder"-.

~Tsu-chan~

-Nooooooooo….-Tsuna grito con lágrimas en los ojos y toda sudorosa, ante su repentino movimiento ella cayo de la cama con un sonoro golpe.

-Auch….enserio que fue eso…-Tsuna cerró los ojos con leve irritación, estaba a punto de maldecir cuando una pequeña voz infantil que creyó nunca más oír se escucho a su lado.

-¿Acaso tuviste una pesadilla Dame-Tsuna?- Tsuna volteo con una expresión en shock hacia su espartano tutor.

-¿Tsuna?- Reborn aunque no se notaba en su expresión, de repente empezó a sentir ligera preocupación ante la reacción tan extraña de su estudiante.

-No pasa nada R-Reborn solo estaba pensando en la pesadilla que tuve hasta hace unos momentos- Tsuna sonrió intentando fingir que nada malo pasaba, pero en el fondo ella se encontraba gritando.

-"¡Qué demonios es esto! No derrote a esas espeluznantes momias para ver de nuevo a este idiota con su estúpida forma maldita, la primera vez ya fue lo suficiente exasperante, incluso si respeto a Reborn no quiere decir que hare todo de nuevo…"- Tsuna gruño mentalmente, incluso si odiaba a la mafia, no podía dejar de reconocer que era gracias a Reborn que ella había ganado poco a poco más fuerza y las habilidades suficientes para vivir en aquel podrido mundo.

Soltando un suspiro, Tsuna se levantó y decidió tomar un baño antes de tener que enfrentar toda la mierda que le esperaba en el día actual, casi sentía su intuición gemir en tristeza ante lo que tendría que soportar durante los siguientes días.

Pronto Tsuna se encontraba parada frente a su espejo con su uniforme bien acomodado y sin arruga que incluso haría a Hibari orgulloso, o al menos eso sería si Hibari fuera una persona completamente diferente.

Pero ella ni siquiera estaba prestando atención a su impecable estado, no en realidad ella estaba intentando todo lo posible para no gritar sangriento asesinato cuando vio su pecho tan plano como una tabla y algo extraño entre sus piernas, ni siquiera tenía las agallas para bajarse los pantalones y ver lo que había ahí abajo.

Ella podía afrontar a un pariente sediento de sangre, un loco amante de los malvaviscos, 7 niños malditos con fuerzas sobrehumanas, e incluso llamas del color del arcoíris.

Pero ella no estaba ni siquiera preparada para aceptar que se había convertido en una versión suya masculina y ciento de veces más débil, era casi triste y penoso de solo verse en el espejo ante la falta de músculos y ojos tan grandes como sus originales en un cuerpo que estaba destinado para ser caliente, no lindo, por todos los cielos incluso podía verse con un fondo de flores detrás de ella.

Y no sabía si eso era algo por lo que preocuparse a la hora de interactuar con el sexo masculino, demonios, ni siquiera su cuerpo femenino desprendía tanto moe como el actual.

Decidiendo que era demasiado temprano para gritar y preocuparse de su estado, por no hablar de tener que interactuar con esta versión de a aquellos que se hacían llamar sus guardianes, aliados y otros títulos más, decidió aprovechar la ausencia de su tutor y sin siquiera pensarlo ella bajo a toda prisa antes de soltar una despedida hacia su madre, ni siquiera le dio un vistazo a los otros inquilinos que no lograron captar sus acciones tan extrañas antes de que saliera a toda prisa de la casa.

-Qué raro, hoy Tsuna-nii salió temprano a la escuela a diferencia de otros días- Fuuta inclino la cabeza hacia un lado mientras Lambo ignoraba sus apalabras y comía con apenas modales en la mesa y con I-pin regañándolo ante sus acciones, Bianchi fue la única que lo escucho mientras Nana se encontraba limpiando a Lambo de su desastrosa forma de comer.

-Bueno, tal vez mi amado Reborn le dejo alguna tarea para completar- Bianchi se perdió en su mundo perfecto a lado de su único amor.

Fuuta sintió alguna extraña sensación amarga en lo profundo de su ser, pero decidió tomarlo como algo sin importancia mientras se distraía con los otros niños, lástima que esto más tarde sería confirmado cuando Tsuna demostrara ser tan diferente durante los siguientes días.

-En la oficina de la comisión disciplinaria-

Hibari se encontraba durmiendo plácidamente, hasta que una caricia en su cabeza le hizo abrir los ojos, al principio su vista era borrosa, pero luego logro ver a cierto castaño acariciando su cabello con una mano, mientras que con la otra se encontraba leyendo uno de sus libros.

-Herbívoro…-Hibari sentía su enojo crecer rápidamente en su interior, pero antes de hacer algo, una pequeña voz llamo su atención.

-Hibari, Hibari- Entre el cabello de Tsuna cierta bola amarilla apareció en la vista de Hibari, Hibird bajo de la cabeza de Tsuna para ponerse en su hombro, y darle pequeñas caricias, Hibari miro esto con gran sorpresa, pues su canario solo era cariñoso con él y nadie más, incluso ante el omnívoro líder de los demás herbívoros, nunca se había acercado tanto, y mucho menos posarse en su cabeza y él había visto antes el rechazo de su ave hacia los demás herbívoros, pero ahora parecía que estuviera con una persona completamente diferente.

-Hibird eres tan adorable- Tsuna sonrió y acaricio al pequeño canario, Hibari no pudo evitar mirar con sorpresa la cálida sonrisa de Tsuna, él quería en ese momento pararse y morderlo hasta la muerte por dejarlo inconsciente, además de faltar a clases y acariciarlo como si fuera su mascota, pero él se sintió demasiado culpable para atacar al castaño con esa sonrisa, sentía que sería como atacar a Hibird oh a un pequeño animal indefenso, lástima que no sabía lo equivocado que estaba con este Tsuna.

Con leve irritación Hibari gruño levemente, pero Tsuna no saltó de miedo sino que para sorpresa del prefecto solo sonrió más y ahora sus caricias pasaron atrás de una de sus orejas, ocasionando al prefecto sentir un escalofrió por todo su cuerpo y sin poder evitarlo cerró los ojos y un pequeño ronroneo salió de su boca.

-jejeje, siempre has sido sensible en tus orejas Kyoya- La voz tranquila de Tsuna hizo que su enojo se dispersara y simplemente gozara de las caricias de Tsuna, no podía evitarlo, sus instintos lo estaban controlando.

Hibari no supo cuánto tiempo estuvieron ahí pero en algún momento se había quedado profundamente dormido de nuevo, pues incluso a pesar de los fuertes ruidos del pasillo, no lograron llegar a molestarlo, él había bajado completamente la guardia.

-Dulces sueños Kyoya…-Tsuna sonrió antes de pararse lentamente dejando a Hibari durmiendo en el sillón, el salió de la habitación sin hacer ningún ruido, el llego a su salón rápidamente, una vez frente a la puerta de su clase el suspiro levemente, sin esperar un segundo más toco suavemente la puerta y una vez escucho la respuesta de su maestro entro.

-Lo siento por mi tardanza Sensei pero me encontraba con Hibari-san- Ante el nombre de Hibari, la profesora no pregunto más y solo le permitió entrar dándole una sonrisa de compasión, a Tsuna le bajo una gotita por la sien por la mirada de su profesora.

-"A veces olvido como ven los demás a Kyoya, y como es fácil saltarse cualquier problema con solo mencionar su nombre"- Tsuna pensó con una sonrisa divertida, el camino hasta su lugar y se sentó ignorando a sus compañeros, cuando su miradas cruzo con la de sus tutores y gente cercana a ellos no pudo evitar sentir una furia crecer dentro de su pecho, incluso tuvo a penas tiempo de enmascarar su furia antes que pudiera agrietar su máscara, dándoles una minúscula sonrisa el volvió a ver el pizarrón.

Nunca noto los ojos preocupados de sus guardianes y amigos, pero de la mirada que debió haberse preocupado más, fueron de los ojos negros que parecían perforar hasta los secretos más profundos de su propia alma.

Reborn solo bajo su fedora mientras hacia una mueca leve, el por primera vez no podía leer lo que pensaba su alumno, nunca desde su primer día de entrenamiento había tenido la dificultad de leer a su estudiante, y algo que nunca admitiría es que le causaba cierta preocupación hacia su alumno, lástima que Reborn no había llegado más temprano para ver la interacción entre su estudiante y su Guardian de la nube.