*Fairy Tail no me pertenece sino a Hiro Mashima -sama*
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Viviendo contigo
V
"No fue su imaginación"
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Debía agradecer el pequeño incidente en el departamento de Lucy, no estaba seguro si era casualidad o destino y poco le importaba, para disgusto de Gray la rubia se iría a vivir unos días con él, en lo que acomodaban su departamento, muebles y otras cosas más.
Al peli negro no le cabía en la cabeza la idea de que ambos tuvieran tanta confianza, a regañadientes se resignó a causa de su irresistiblemente adorable esposa quien no dudó en ayudar a Dragneel. Menos mal que varias de las pertenencias de la rubia se encontraban fuera del alcance del agua, sobre todo su preciada computadora portátil, las cuales Natsu muy feliz se encargó de llevarlas a su auto, quien horas antes lo había traído exclusivamente para llevarla a su hogar.
Todos bajaron al estacionamiento, obviamente Gray no le quitaba la mirada al peli rosa, y continuamente le preguntaba a Juvia si esos dos estaban bien de la cabeza, si debería permitir algo así y muchas otras quejas con las cuales la peli azul perdía poco a poco la paciencia.
—Ya déjelos tranquilos, Gray-sama— Habló cansada mientras se acercaba al auto, el peli negro le abrió la puerta con gentileza aún intentando hacer entrar en razón a su esposa.
—¡Pero Juvia! —.
—Entre al auto de una vez —Hizo caso sin objetar, dirigiéndose a la otra puerta.
Natsu, quien prestaba atención a la conversación estando unos pocos metros más adelante que ellos, se sorprendió por el increíble control que tenía la peli azul sobre él, sonrió burlón en dirección al conductor del carro quién lo miró con odio mientras encendía el motor y se colocaba el cinturón.
Se preguntaba cuál de todos sería su carro, no era como si el estacionamiento fuera muy grande pero sí estaba lleno con todo tipo de modelo de carros, había uno que destacaba en particular, deportivo, de un color granate y lunas oscuras, ese debía ser definitivamente el suyo, las luces destellaron y se escuchó el típico sonido de desbloqueo, acertado.
Abrió la maletera metiendo todo el equipaje de su próxima compañera de departamento, la cerró y se dirigió a la puerta del copiloto, la abrió esperando a que Lucy entrara. Los asientos eran de cuero negro y olía increíblemente bien, como a una mezcla de frutas y menta.
Se acomodó mirando por el retrovisor, y sin más arrancó, con una fina maniobra retiró el carro del lugar en donde lo había dejado estacionado y salió del edificio, apretó uno de los tantos botones, y se abrió la cubierta dejando que todo el aire los despeinara un poco, el cielo estaba teñido de un tono naranja a causa del atardecer.
—Ya que se arruinó la merienda ¿Vamos a comer? — Propuso aún con la vista concentrada en la pista — Dudo mucho que haya algo con qué prepara comida en casa — Sonrió mientras dirigía su vista hacia ella por unos segundos.
—Seguro — Estaba algo nerviosa, no sabía exactamente si era por la situación, él o que casualmente la invite a comer.
Condujo por unos minutos más y llegaron a un restaurante con una muy linda vista al mar.
—No odias los mariscos ¿No?— Le preguntó temeroso de que la respuesta fuese negativa — A mí me encantan — Le sonrió
Río por la ternura con la que se expresara, negó con la cabeza, logrando que Natsu se aliviara.
—Bien, entonces entremos— Ambos salieron del carro, y apenas cruzaron la puerta un mozo se les acercó para guiarlos a una mesa libre.
El restaurante no era tan ostentoso pero si irradiaba un ambiente cálido y calmado, había buena música y todas las puertas y ventanas eran transparentes para no interrumpir la buena vista que había.
—¿Lo de siempre? — Se anticipó en preguntar el mozo.
—Sí — Afirmó ansioso
—¿Y para la señorita? — Lucy quien estaba sorprendida tanto por la pregunta como por la respuesta, no se fijó bien en el menú
—¿Qués es lo de siempre?—Preguntó curiosa
—Arroz con mariscos — Contestó el peli rosa.
—Entonces yo también que sean dos— Cerró la carta y sonrió
Una vez recibidas las órdenes, se retiró dejándolos solos.
—¿Vienes a menudo?— Colocó sus codos sobre la mesa dándole toda su atención.
—Aquí almuerzo —.
—¿Siempre?— Su tono de voz había sonado un poco más incrédulo de lo que esperaba.
Asintió algo avergonzado, mientras rascaba suavemente su nuca mirando en otra dirección.
—La comida es muy buena aquí y siempre fue mi lugar favorito cuando venía con-...—Se detuvo bruscamente — La vista es buena — Cambió radicalmente de tema, Lucy al darse cuenta no decidió no insistir y le siguió la corriente.
—Sí, se puede ver todo el mar —.
Hablaron por unos minutos más cuando llegó la comida, el olor del plato inundó los sentidos de ambos, Natsu no dudó en llevarse una buena porción de arroz a la boca sin importarle mucho el calor que emanaba la comida recién hecha. Lucy era todo lo contrario, como toda persona civilizada se aseguraba que la temperatura de lo que se llevara la boca sea la adecuada para no andar sacando la lengua esperando a que se enfríe como lo hacía el peli rosa exactamente en ese momento.
La comida era amena, y ambos reían contando anécdotas de cómo habían conocido a Gray, el hecho de que peli negro haya vivido casi toda una vida académica lo ponía algo celoso por lo que no desaprovechó la oportunidad para contarle todo tipo de cosas vergonzosas del suso dicho.
Habían terminado de comer hace ya un rato pero la platicaba estaba interesante que no se percataron de que el sol se ocultaba, pidieron la cuenta y caminaron hasta el carro en dirección al departamento del peli rosa. Llegaron en cuestión de minutos a su destino, gracias a la increíble velocidad con la que Natsu manejaba, con lo cual Lucy estaba acostumbrada y enterraba sus uñas en el asiento rezando por su vida mentalmente
mientras sonreía nerviosa.
Abrió la puerta de su departamento prendiendo las luces y dejando reposar las maletas sobre el piso. La decoración era minimalista, con paredes de un tono grisáceo claro, el color beige del techo hacía juego con el piso de madera. Y a alfombra carmín hacía que el sillón negro de cuero de la sala destaque aún más.
"Acogedor." Pensó Lucy
—¿Esto es tuyo?— Recogió unos shorts que andaban tirados en el piso de la entrada.
Natsu tomó la prenda e inmediatamente lo tiró en otra dirección haciendo un gesto para mostrarle el resto del lugar, la rubia solo sonrió. El peli rosa inspeccionó rápidamente con la vista en caso de que algo estuviera fuera de su lugar, en especial sus prendas, estaba muy seguro de haber intentado ordenar su departamento para cuando ella se mudase con él, pero al parecer se había quedado en eso, un intento.
La guió hasta donde sería su habitación, era bastante espaciosa, incluso tenía su propio baño. Había una cama, un escritorio, su respectivo closet y unos grandes ventanales del tamaño de una puerta que daban vista a la calle, no había más, al parecer la habitación jamás había sido usada antes.
El bostezo de Natsu interrumpió su tour visual, el pobre se recostaba en el marco de la puerta mirando cada gesto suyo con emoción en los ojos.
—¿Tienes sueño? — Negó con la cabeza mientras volvía a bostezar — Será mejor que descanses mientras desempaco —Sugirió
—No, te ayudo — Disipó su sueño con un gesto de manos, mientras colocaba sus maletas sobre la cama, abrió una de ellas y se quedó estático mirando las prendas. —Parece que no soy el único al que le gusta el color rojo —Sonrió de lado mientras alzaba una de las prendas interiores de Lucy.
—¡Idiota!—Gritó dándole un buen golpe con su bolso de mano — ¡Puedo sola!—Dijo para después botarlo de su nuevo cuarto, escuchó la risa del peli rosa del otro lado de la puerta.
—Llámame si necesitas algo — .
—¡No lo haré! — No le importó mucho su respuesta, la emoción de que Lucy, su escritora favorita y la persona que más le interesaba conocer, viviera con él lo tenía apoderado.
*Horas después*
Había terminado de acomodar casi todo, estaba cansada, así que decidió echarse un rato sobre la cama y probar su comodidad, solo serían unos minutos.
*Al día siguiente*
Se despertó con dolor en el cuello, haberse quedado dormido en el sofá no había sido buena idea ¿En qué momento había sucedido? Esperen, lo de ayer ¿Había sido imaginación suya? Se levantó con el cuerpo pesado por la mala posición y caminó hasta el pasillo, abrió la puerta sin tocar y no había nadie, lo único raro era la cama tendida. Confundido caminó nuevamente a la sala pero los ruidos que provenían de la cocina lo distrajeron.
—¿Que acaso vives de ramen instantáneo y yogurt? — Preguntó desconcertada con la refrigeradora abierta terminando de inspeccionar lo que había en su interior.
Una ancha sonrisa surcó su rostro. ¡Oh sí! No fue su imaginación.
Buenos días/ tardes/ noches aquí les traigo la continuación, espero les guste...Sé que tardé literalmente dos años en actualizar ¡Lo siento muchísimo! Ojalá no sea demasiado tarde, gracias por leer y ya saben si les gustó no duden en dejar un review. ¡Que tengan un gran día!