Disclaimer Icarly, Sam y Freddie no me pertenecen, de lo contrario Sam y Freddie nunca hubieran terminado.
De raros esta lleno el planeta.
"Aunque el planeta estuviera lleno de raros, para Sam solo había uno. No hablaba con fluidez y se cuatrapeaba con las palabras. Contaba demasiado, para el gusto de Sam. No entendía de chistes, ni lo divertido de la vida. ¿Y a quien le importaba? Freddie era su raro."
/Su hobby es contar
— ¿Qué dices? No te entiendo.
— ¡jhummm!
Chasqueo la lengua. —No, no, no. ¿Acaso tu mami no te enseño que no se debe hablar con la boca llena?
— ¡Jhuumm Ahmm... Argg!
Soltó una burlona carcajada. —Espero que eso no haya sido un insulto, porque de ser así me veré en la penosa necesidad de hacer que tragues algo más que tus sudorosos calcetines.
—¿Uh? —El tipo que era aplastado por ella, abrió desmesuradamente los ojos, lo pudo sentir retorciéndose desesperadamente contra su torso. — ¡Nmm! ¡Pomfamnvon …Nomm!
Se veía tan patético, casi, casi podía sentir lastima. Así que retiro lo suficiente las calcetas de su boca para entender lo que decía— ¿Qué tanto rezas?
— ¡Sueltamente tu maldita hija de pe…! — Las calcetas volvieron rápidamente a su boca antes de que pudiera ocasionar que sus oídos se desangraran con su florido vocabulario.
Volvió a chasquear la lengua. —No, claramente tu mami no te enseño modales. —Lo apretó más contra el duro asfalto. —Bien, ¿Pues sabes que? Nunca es tarde para aprender, yo te voy a enseñar a lo Puckett.
Alcanzo su mochila y de ella saco una pieza de jabón zote. Se lo mostro, balanceándolo delante de sus ojos. Sus ojos siguieron la barra de jabón de un lado a otro, completamente aterrorizados. Como sus manos estaban atrapadas sobre su cabeza por la mano de Sam, y sus piernas costado a costado apretaban dolorosamente sus costillas, aunque se imagino que ese dolor pasó a segundo término después de haberle dejado entumecido su diminuto "Ericksito" con la rodilla. Caray, ya podía imaginarse la ridícula escena. ¡Y ella estaba en primera fila…. mejor dicho sobre el escenario!
Erick era el típico matón, para ella un macho-menos. Tenia lo de hombre, lo que Sam de femenina. Se paseaba por los pasillos de la secundaria presumiendo sus jeans Calvin Klein y las playeras arremangas al codo, luciendo los músculos. Habría que estar ciego para no notarlo o en su caso, estar desinteresada de la mercancía varonil, no quería un novio, no necesitaba un novio, mientras Freddie revoloteara a su alrededor todo lo demás carecía de importancia, sobre todo si hablábamos de alguien como…. Bueno, la cucaracha que mantenía acorralada bajo su cuerpo. Lo que a Sam respecta Erick no era mas que una nena debilucha, y probablemente todos esos músculos eran el resultado de una cirugía, una pésima cirugía si debe agregar.
—ujummm —Erick volvió a balbucear detrás de los calcetines. No pudo evitar burlarse de él, ojala tuviera una cámara para congelar este momento para toda la vida. ¡Ojala Freddie pudiera verlos!
—Pobrecito casi lo olvido, deja te quito estos estorbosos calcetines, haber —Retiro la bola de calcetines y antes de que el pudiera decir Sam los sustituyo por la barra de jabón.
— ¡Ahuuu! —El aulló, su cabeza se sacudía de un lado a otro.
— ¿Duele? No llores, te prometo que todo el dolor merecerá la pena, tus dientes van a quedar mas blancos que una sonrisa de Comercial, y tu lengua ¿Oh tu lengua?, ni si quiera la vas a sentir, tu boca va a quedar tan limpia que cada vez que intentes hablarle a Fredd vas a recordar lavar tu sucia boca, de lo contrario me encargare de hacerlo yo misma cuantas veces sea necesario, ¿Me entendiste tu energu… —
— ¿Sam? —Pudo oír la voz de Carly interrumpiéndola. Sin soltar a Erick dio una miradita sobre su hombro, pudo ver a su mejor amiga acercarse veloz. De una distancia considerable probablemente se pensaría que solo estaba recostada pansa abajo sobre el pasto. Pero conforme la distancia se acortaba estaba segura de que la lejana e inocente escena iría desapareciendo.
Se encogió de hombros, mirado de reojo a su victima, se dijo que Carly tenia dos trabajos, enojarse y contentarse. Además torturar a Erick no se podía todos los días, mientras Carly y ella peleaban todo el tiempo, daba igual. Una mas, una menos, ¿A quien le importa?
Sonriendo volvió a empujar un poco mas el jabón dentro de la boca de Erick —De esta no te salvas Jonson — murmuro maliciosamente. La iría corriendo dentro de ella, no le podía importar menos su penosa expresión, con sus ojos vidriosos, agitando la cabeza y berreando como cerdo.
No quería hacerle mucho daño, solo asustarlo un poco, solo un poco mas…
— ¡Samatha Puckett! ¿Qué rayos esta ocurriendo aquí? —Carly chillo detrás de ella.
Suspiro fastidiaba, y volteo nuevamente mirándola sobre su hombro, dibujando la mejor sonrisa falsa.
—Nada Carly, Erick y yo solo estamos jugando —Respondió suavemente. — ¿Verdad Erick?
Por lo visto Erick no tenia instinto de supervivencia, el solo empezó a aullar más alto, suplicando a gritos ayuda. Si Carly simplemente decidiera darse media vuelta e irse, no se conformaría con obligarlo a tragarse solo un jabón entero, de eso podía estar seguro.
—No parece que el este disfrutando mucho del juego.
— ¿Así? Hace rato no parábamos de reír.
—Sam es en serio, suéltalo antes de que algún profesor los vea. Ya tienes suficientes suspensiones por este año, ¿Quién sabe y la próxima pueda ser expulsión?
Miro renuente a Erick, pero quizás Carly tenía razón. Viéndolo por otro lado, un millón de suspensiones e incluso la expulsión valdrían la pena con tal de seguir humillando a Erick Jonson. Bien, pues no lo soltó, de hecho su agarre se hizo mas fuerte, tanto en sus manos como en sus costillas, el soltó un quejidito.
— ¡Sam¡ —Carly insistió.
Soltó otro resoplido.
— ¡Carly!—La imito. — ¿Otro rato mas? ¿Si?¿Porfavooor? —Suplico, realmente en serio necesitaba seguir jugando con Erick, resultaba tan divertido.
— ¡No, Sam! ¡Suéltalo en este instante! —Ella gruño.
No podía mirarla porque seguía encarando a Erick, pero podía imaginársela con los brazos cruzados.
— ¿Cinco minutos, entonces?
Oyó pasos a su alrededor y al siguiente instante ella estaba dándole la cara, Carly se acuclillo para quedar a su altura. Mientras que Erick solo seguía lloriqueando, mirando suplicante de una a la otra.
— ¿Qué pasaría si por azares del destino y pésima suerte un profesor sale en este momento?
—Ehmm… no se, tal vez me suspenderían ¿Qué importa?
Insistió con la barra de jabón. Carly al momento tomo la muñeca de Sam y detuvo el movimiento.
—No me refiero a eso. Ya sabes, ¿Quién mas podría defender a Freddie? —La observo confundida. ¿De que iba? — Ya sé que estoy yo, lo quiero y lo defendería con uñas y dientes, pero tu y yo sabemos que no es lo mismo. Yo no soy tan…tu.
En alguna parte de todo ese tiempo mientras Carly hablaba, había dejado de ejercer presión sobre Erick, el logro zafar sus manos y aventarla fuera de su alcance. Tiro la barra de jabón y sobo su adolorida mandíbula, el la miro temerosamente y luego le dio una larga y agradecida mirada a Carly, era como si estuviera viendo por primera vez a Dios en carne y hueso. Luego el solo hecho a correr gritando toda clase de insultos.
Lo dicho y hecho, es una nena.
—¿Exactamente porque estabas golp… quiero decir jugando tan agresivamente con el?
Puso las dos manos sobre el pasto para darse impulso y pararse de golpe. sacudió sus rodillas ahuyentando la tierra y los trocitos de pasto pegados a ellas. Las vio un poco raspadas, pero no ardían en lo absoluto, sin embargo la imagen de Freddie vino a su mente, y el recuerdo dolió. Estaba asi de nada de correr detrás de Erick Jonson y darle un vaso entero de detergente.
sacudió como un perro la cabeza borrando los recuerdos. — No seas exagerada, ni si quiera estaba usando toda mi fuerza, el solo es una niña llorona.
Carly rodo los ojos. —Vamos Sam, ¿Quieres contarme que paso? Tu no peleas sin razón alguna, a menos de que se hayan robado tu almuerzo o… ¿Paso algo con Freddie, cierto? — comenzó a caminar delante de ella, su mochila quedando olvidaba detrás de Carly, ella vino corriendo detrás de Sam con la mochila en sus manos y la suya colgando del hombro. —¡Sam tu mochila! Que diablos guardas, ¿Rocas?
No le dio importancia, si ella había decidido ser buena samaritana para que se quejaba.
—Burritos, jamón, los útiles y una gran variedad de jabones.
Carly abrió el cierre de la mochila y hecho un vistazo dentro de ella. Saco la cabeza resoplando hacia ella. —Esos son muchos jabones. ¿Pensabas seguir con la tortura todo el día?
— ¿Todo el día? Ni hablar, mí tiempo es demasiado valioso como para desperdiciarlo con Jonson, en realidad pensaba usar uno por día.
Carly la tomo del brazo deteniendo sus pasos. — ¿Fue asi de grave? —Detecto la molestia en su voz.
—El hizo llorar a Freddie. —Carly estrecho los ojos. —Bueno, asi como llorar no. Como estábamos en medio de una exposición en clase de ciencias, Erick solo empezó a burlarse de Freddie mientras el exponía enfrente de la clase. Freddie solo hablaba sobre esto, sobre lo otro, honestamente no puse atención, ya sabes lo mucho que detesto la ciencia cuando soy yo la que debe de crear y experimentar. Entonces Erick solo menciono el tartamudeo de Freddie. Luego imitando la voz de Freddie el dijo: P-pero qu-que tonto, digo retardado soy. Y otras cosas que me reservo—Sam también hize una perfecta imitación de la tosca voz de Erick. —Sabes lo mucho que Freddie odia que no lo tomen enserio en cualquier cosa, sobre todo con lo que le cuesta entender las burlas y los insultos.
— ¡¿Qué? —Cuando termino de hablar, Carly chillo de repente asustándola, su mano soltó el brazo de Sam, y ella se tomo unos largos pasos antes de que Sam pudiera alcanzara de nuevo. —¡Suéltame Sam! ¡Voy a matarlo!
Se rio de Carly. —Wo... wo… alto fiera. No fuiste tú la que dijo: Y si por azares del destino o mala suerte sale un profesor y nos cacha divirtiéndonos con la cucarachita. —Cito. Aunque Carly no lo dijo exactamente igual, viene siendo lo mismo.
—Hace cinco minutos yo no sabia de que iba todo, ahora que lo se, tengo estas repentinas ganas de dañarlo física y psicológicamente. ¡Asi que suéltame ahora mismo! —Carly lucho contra su agarre.
Negó. —Olvídalo Carly. —La miro con las cejas enarcadas dejando de luchar contra ella. Hey su mirada decía ¿Qué carajos estas diciendo? — No me veas asi, no es que no desee hacerlo, créeme tengo sed de sangre. — bromeo. —Pero ya utilice el jabón que correspondía a este día.
Con más seguridad de que Carly no correría detrás de Jonson, la soltó despacio dejando que se alejara unos cuantos pasos de ella. Su cabello recogido en una coleta se había soltado, así que llevo a las manos a su cabeza y luego volvió a atarlo todo sin corresponder la mirada de Sam.
— ¡Ah, bien! —Carly Suspiro cansada. Sam entendía su impotencia, sabia lo que estaba pensando. A ella también le gustaría que Freddie no fuera el blanco de todas las burlas, desde que eran niños siempre fue asi. — ¿Y donde esta Freddie? —Pregunto. —Se supone que hoy debíamos ensayar para I Carly.
— ¿Dónde mas va a ser?
Había conocido de una forma peculiar a Carly, pero fue todavía más estrambótico cuando conoció a Fredward. Sam había conocido a Carly gracias a un rico Sándwich de jamón, pero también había conocido a Freddie por unas simples rocas.
~·~
7 años atrás.
Sam se detuvo frente a un niño que contaba sus rocas una y otra vez. Del uno al diez, incontables veces.
— ¿Qué haces? —Sam quiso saber. Espero y espero, pero el niño continúo contando sin dar señal de haberla escuchado. — ¡Hey niño te estoy hablando a ti! —Chillo ya molesta.
Con un largo suspiro el niño tomo sus rocas y comenzó alejarse de ahí, la pequeña Sam comenzó a sentir la ira hirviendo en su interior. Ella estaba acostumbrada al exceso de atención, la atención de su madre, de su hermana, incluso de su mejor amiga Carly. Nadie en su sano juicio se atrevería ignorarla, a menos de que tuviera ganas de oír sus rabietas todo el día.
Asi que Sam corrió detrás del chico y lo tomo del hombro deteniéndolo. — ¡Oye niño tonto! No me escuchaste, te hice una pregunta. —El niño la observo un momento con sus pequeños ojos castaños, ellos parecían estar viendo a la nada, como si Sam fuera un árbol mas en el parque. —Ah, ya veo. Lo que pasa es que eres sordo y además mudo, eh. —Ella se burlo. El niño no dio ni la más mínima señal de molestia, al contrario de Sam que comenzaba a rechinar los dientes. No era nada divertido molestar a una persona que no se molestaba. ¡Aburrido!. —Y por lo visto idiota, ¿Sabes que? ¡Adiós!, tengo mejores cosas que hacer como buscar gusanos y meterlos en los bolsos de las viejitas que vienen a darles de comer a las palomas. ¡Como si las palomas les fuera agradecer alguna vez! Yo lo haría con mucho gusto, si me regalaran el pan entero en vez de migas… —Sam comenzó a divagar olvidándose del niño que todavía tenia sujetado del hombro, hasta que fue interrumpida por dos enormes chicos que le tapaban todo el sol.
— ¿No es ese el mocoso que nos atacó hace rato? —Pregunto uno de ellos. El otro grandote asintió. —Ven acá niño estúpido. ¿Ves mi frente? —El tipo agarro al niño de los hombros y lo sacudió violentamente mientras el mostraba una pequeña rajada en su frente que tenia sangre seca alrededor. —Tú lo hiciste con tus malditas rocas.
Por primera vez Sam notado algo más que vacío en esos ojos castaños, el niño estaba realmente asustado. Bueno, no era su asunto, Sam decidió que era mejor alejarse antes de que la notaran, ya tenia suficientes problemas en su casa para agregar otros en el exterior. Ella se dio la media vuelta dispuesta a ir se.
—N-no, N-no, por favor n-o lo hice apropósito. — El niño balbuceo entre sollozos.
Uno de los grandotes se rio. —Bueno, nosotros tampoco vamos a hacer esto apropósito, recuérdalo para que si tus papis te preguntan les digas que todo fue un accidente.
— ¡N-No! —El niño chillo encogiéndose y apretando los ojos cuando vio que el grandote que no lo tenía sujetado alzo una roca en su mano para aventárselas.
— ¡Hay! — Alguien que no era el niño lloriqueo. Sorprendido el chico abrió los ojos despacio, notando que ya no sentía ninguna presión en sus hombros, y la ausencia del dolor que dejara la roca en su cabeza.
En algún momento Sam había lanzado un par de rocas contra esos orangutanes. —Esos es para que aprendan a meterse con alguien de su tamaño simios tontos. — Gruño, y aprovechando que los dos estaban fuera de combate, Sam tomo rápidamente la mano del niño y corrió junto con el. — ¡Hasta la vista Idiotas!
Una vez lejos y seguros Sam soltó la manita del niño. — No sé que les hiciste amigo, pero esos dos estaban realmente enojados. —Ella lo miro molesta. Y apunto su pecho con un dedo. —Si no sabes como defenderte, aléjate de los monos sin cerebro. —El niño seguir sin responderle, Sam harta de la situación solo rodo los ojos. —Como sea, ya puedes irte por ahí a contar de nuevo tus roquitas, yo me tengo que ir antes de que mi mamá me vaya a buscar al departamento de mi amiga.
Antes de que Sam pudiera irse a buscar su bicicleta la suave voz del niño la detuvo. — Contaba.
— ¿Eh? —Sam se giro confusa.
—Contaba las rocas, me gusta contar y coleccionar rocas.
~·~
—Sam tal vez debas ir a ver como esta Freddie—Carly propuso.
Y Sam miro alternadamente del departamento de Carly al de Freddie, sintiendo como sus tripas se comían una a la otra, después de todo no había comido nada por dedicar su valioso tiempo limpiando las entrañas de Jonson. Y no podía concentrase en nada a menos de que le metiera por lo menos un chicle al estomago.
—Pienso que primero debo comer algo. —Carly la miro mal. Cruzo sus brazos nuevamente y le dio un pequeño pellizco en el brazo. —¡Au! ¿Por qué demonios hiciste eso? —Sam se quejo sobándose el adolorido brazo.
—No puedo creer que prefieras comer antes de ver como esta tu amigo. ¡Samantha Puckett!
Sam bufo. A veces Carly era tan dramática.
—Ya hice suficiente trabajo por hoy, manche la perfecta imagen del señor Popeye región cuatro. —Sam se excuso sin darle mayor importancia.
—¡Sam! Tu sabes a que me refiero, mira yo iría pero sabes que Freddie a mi casi no me escucha, a veces creo que le hablo a la pared. En cambio contigo, bueno al menos pelea.
—Pero Carly, tengo hambre.
—¡Y yo tengo ganas de hacer pis!. Y no e podido ir porque tuve que salvar tu pescuezo, así que vas a ir a hablar con tu mejor amigo.
Pensó un poco sobre su dolor de estomago y la molestia de Freddie, siendo mil veces mas difícil lidiar con el si no se le calmaba con tiempo. Recordó los burritos que cargaba por si las moscas, y entonces decidió que podía comerlos mientras hablaba o gritaba, lo que sea con Fredduchi.
—Como sea, iré.
Carly sonrió ampliamente y enredo sus brazos alrededor del cuello de Sam.
—¡Genial!... Yo iré preparando todo para el ensayo —Canturreo mientras sacaba las llaves de su departamento y abría las puertas. Y Repentinamente mientras entraba, cruzo las piernas a medio camino. —Ug…pero antes creo que iré al baño — murmuro rápidamente mientras cerraba la puerta en la cara de Sam.
Sam se dio la media vuelta y cruzo hasta el departamento de Freddie. De su bolsillo delantero saco el pasador que usaba todo el tiempo para entrar a lugares que mantenían con llave.
Ella abrió el departamento y cruzo la estancia sin remordimientos buscando a Freddie, ella sabia que Marissa no llegaría hasta altas horas de la noche así que solo debía buscar a Freddie, hablar con el y luego irse a comer.
—¡Fredward! — Sam grito.
Pero no obtuvo respuesta, acostumbrada a eso ella solo fue a la habitación de Freddie y abrió la puerta sin tocar. De todas formas rara vez él contestaba.
Ella miro a Freddie sentado en su escritorio con la laptop abierta frente a él. Estaba murmurando cosas, probablemente contando como todo el tiempo. Y al mismo tiempo escribiendo algo rápidamente en su laptop. Sam se acercó sigilosamente para no asustarlo. El tenia abierto el Worpad y había escrito "lo siento" infinidad de veces. De vez en cuando el dejaba de escribir para señalar con su dedo la pantalla y contar los "lo siento" repetidamente.
Su amigo tenia este raro fetiche por contar las cosas para tranquilizarse, contaba casi todo el tiempo, pero solo llegaba a números mayores cuando la situación lo ameritaba, como ese día en el parque cuando lo conoció, el había contando cien rocas, Sam lo sabia porque su alma caritativa la obligo a contar con el. O ahora, que Sam había intentando contar los "lo siento" y se perdió en el cincuenta y algo. Al principio de su extraña amistad, ella pensaba que era raro. Ahora entiende que Freddie es así y no se puede hacer nada para cambiarlo.
Con el tiempo ella se acoplo a él, sus costumbres, sus mañanas, sus gestos, su enfermedad.
La gente alrededor lo señalaba y se alejaban. Mientras que Sam se mantenía a su lado, porque ella comprendía lo que era ser juzgada por las personas. Porque tampoco podía presumir de haber sido una niña normal, era peleonera, grosera y asquerosa, vestía como niño, le gustaban las cosas de niños como cochecitos, meterse el dedo a la nariz y eructar. Y Freddie, Freddie la acepto así. Lo que les hacia un par de geniales fenómenos.
Sonriendo por los recuerdos Sam puso suavemente una mano en el hombro de Freddie, él se sobresalto y dio un pequeño brinquito.
— ¿Qué haces Fredward? —Pregunto burlona por su reacción. — ¿Otra vez contando? ¿Nunca te aburres de contar?
Freddie parpadeo, dejando que su cuerpo se relajara después de oir la voz de Sam.
—No, solo… yo solo contaba. —Respondió con voz monótona. —Debía, quería disculparme 500 veces, p-pero no hay forma de q-que lo haga sin que pierda la cuenta, así que decidí, opte por escribir… escribírtelo.
Sam lo miro sorprendida, su boca se abrió en una grande "O". —Di-disculparte ¿Conmigo?
Freddie se giro nuevamente a su laptop y comenzó a escribir de nuevo. —Probablemente te hayas causado eh… m-metido en otra pelea por m-mi culpa, es lo menos que te debo.
— ¿Y tu como sabes? —Sam pregunto molesta. — ¿Te crees el ombligo del mundo o que? — Freddie agacho la cabeza y dejo de escribir, preocupada Sam se apresuró a tomarlo nuevamente de los hombros y los froto suavemente. —Fredd…
—Pensé, creí que estabas enoja…molesta con-conmigo. Y-y tu gritaste muchas cosas. ¡Lo siento, Sam! — El comenzó a balbucear torpemente.
Sam sonrió cariñosamente. —No seas bobo Fredward, claro que estaba enojada, pero no contigo. Era con Erick y ya me encargue de que el te pida personalmente mañana una disculpa.
— ¿Por qué? —Freddie pregunto.
Sam suspiro armándose de paciencia. —Bueno, porque él fue un completo imbécil contigo. De todas formas ya paso, ahora para ese trasero tuyo porque Carly nos esta esperando para el ensayo. —Freddie no se movió. Sam sacudo la cabeza lo jalo de la sudadera. —Andando bobo perezoso, hay mucho que hacer. Yo todavía tengo que comer y tu preparar el cableado y la cámara las 10 veces que lo consideras necesario.
Freddie la taladro con sus ojos almendrados, rebosantes de inocencia. Él podía ser un poquito raro, en ocasiones realmente sacaba de onda. Eso era lo que le hacia único en su especie.
Para Sam, Freddie no tenía ninguna enfermedad, el solo fue diferente, es todo.
No hablaba con fluidez y se cuatropeaba* con las palabras.
Contaba demasiado, para el gusto de Sam.
No entendía de chistes, ni lo divertido de la vida.
¿Y a quien le importa? Freddie era su raro.
Feliz, ella arrastro a Freddie fuera del departamento. —Vamos rarito, hay muchas cosas que hacer.
* Cuatrapeaba—enredarse
Hola mis lectores de "El pescado favorito de Sam" y los que no son también Hola. Bueno, pues aquí estoy yo nuevamente metiéndome en otra historia de Icarly, ya que estaba pensando que como la serie esta por culminar esto seria para mi una pequeña despedida porque desde luego todo lo que haga Dan nunca se olvida. Yo quería hacer algo diferente respecto a las pocas historias que han llamado mi atención en esta sección, y aquí esta mi primer capitulo, tal vez les parecerá un poco confuso, pero con el tiempo irán comprendiendo que es lo que tiene Freddie que lo hace tan diferente.
Espero que les agrade tanto como lo hizo "El pescado favorito de Sam".
PD Si tengo un errorcito por ahí, háganmelo saber, ya que casi no e tenido tiempo de darles las repasadas que yo acostumbro.