Disclaimer: ¡Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen! Derechos a Kurumada y Toei.

NdA: Fic publicando originalmente el 25 de Julio del 2012. Reeditado el 23 de Marzo del 2019 porque, como diría mi madre: "estaba escrito con las patas". En fin, espero lo disfruten. xD


Solos los dos

Al igual que toda las noches, entro en mi habitación y no espero nada, tú ya estás ahí. No puedo creer como poco a poco fui perdiendo el autocontrol. ¡No más por favor! Pero cada mirada que me dedicas y todas las sonrisas sagaces que se dibujan en tus labios al estar cerca me aprisionan, me hacen desear más y más. He llegado un punto en el que creo que no podré resistirme más. Shun... eres para mí un dios... has sido siempre un dios, sin embargo, en este campo tú eres el mejor. Yo soy una diosa, de la sabiduría, de la guerra, dime divino Caballero de Andrómeda… ¿Cuál guerra di ante tus encantos? ¿Cómo es posible que yo haya podido caer en un deseo humano tan pecaminoso? ¿Como es posible que yo, siendo la diosa de la justicia y la castidad haya perdido lo más valioso, lo que represento, ante ti?

Cada noche que llego a mi habitación te pido que te detengas, pero no haces caso a mis suplicas. Estoy cansada de limpiar el desastre que dejamos en mi cama cada vez que estás aquí, después me ayudas a limpiar lo sé... Pero ¡Entiéndeme! ¡No puedo seguir con esto! ¿Que diría Seiya de mí? A él le prometí todo, mi lealtad, mi amor, mi vida... ¿Cómo es posible que tú hayas logrado convencerme? Por favor Shun... Caballero de Andrómeda, ruego que te detengas, ten piedad de mí... ¿No vez a lo que me estas llevando? Aunque al final sé que todo esto es sencillamente irresistible... «Una vez más», digo, «¡Esta será la última vez!» me repito, pero a la noche siguiente vuelve a ser lo mismo. Solos los dos en mi habitación... cuando llego tú ya estás ahí, más que listo para mí...

Saori suspira antes de abrir la puerta de su habitación. Es ya de noche y sabe lo que le espera. Al entrar Shun ya está ahí sentado sobre su cama. Con una mano palmea la sábana justo al lado de él, pidiéndole con ese dulce gesto que se siente a su lado. Es hora...

—Shun...

—Sólo una vez más... no te resistas —una sonrisa pícara se dibuja en su rostro. Saori sonríe, la idea comienza a gustarle de nuevo. Entra y cierra la puerta, no sin antes cerciorarse de que nadie la vea.

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—¡Oh, por Zeus, Shun! —Hyoga pasaba por la habitación de Saori cuando el jadeo de su joven diosa lo hizo, no, es más, lo obligó a detenerse del otro lado de la puerta.

—Sabía que te gustaría. Sabes que puedes pedírmelo cuando quieras, estoy aquí para complacerte… ¡Mmm...! —suelta Shun con una voz que denota satisfacción. Hyoga al escucharlo queda atónito. Por su cabeza pasan escenas indecentes de un santo… ¿Será que...?

—¡Sí, sí, así me gusta! ¡Hmm...! —continua Saori. Al escuchar esto, el cisne no puede evitar ampliar los párpados al grado de desorbitar sus ojos. Simplemente le es imposible creerlo, no de ellos dos. Toma la perilla de la puerta, un temblor le recorre el cuerpo. En un golpe de valor se decide a abrirla y queda impactado ante lo que ve.

—¡Saori, Shun! —exclama, llevándose dramáticamente una mano al pecho.

—¡HYOGA! —gritan al unísono, con una expresión semejante a la de un ladrón siendo atrapado en la escena del crimen.

—No puede ser Shun, Saori... tú... —Hyoga está sin palabras. No sabe cómo articular la marea de pensamientos que recorren su mente en ese momento.

—¡Por favor, no le digas a Seiya! —exclama Saori, para después levantarse de la cama y ponerse en posición de plegaria frente a Hyoga.

—¡Me debes 15000 yenes! —exclama Shun alegre —, ¡Oh sí, gane! ¡Oh sí, soy el ganador!

—¡Diablos! —ruge Hyoga, molesto.

—¡O sea que todo esto era una apuesta! —vocifera Saori por completo indignada, acto seguido se levanta del suelo para dedicar una mirada dura hacia Shun —, ¡Creí que lo hacías por complacerme!

—Claro que lo hacía por ti Saori —Shun se levanta de la cama y la mira tiernamente —, es sólo que Hyoga estaba convencido de que mi pizza no era tan buena como la de Seiya y por eso apostamos. Además, tú siempre decías que la de Seiya es la mejor y yo... me sentía mal por ello. Por eso cuando la probaste me sentí muy feliz de que te gustara tanto que disfrutaba mucho cocinarte una de esas a diario.

—Pero Shun... —Saori le sonríe—, para la cocina tú eres como un dios. La razón por la que me gustaba la de Seiya es porque él siempre la prepara sin calorías para mí ¿Cómo dejar de poseer lo más valioso que tengo de diosa, que es la belleza? Esta figura no se logra tan fácilmente. Pero las últimas noches, cuando probé tu pizza no pude dejarla. Por esa razón te pedía que la trajeras a mi habitación, si la comíamos en la cocina Seiya podría verme y...

—Relájate Saori, él te va a seguir queriendo aunque te guste más la pizza de Shun —afirma Hyoga.

—Gracias Hyoga... sólo ¿Podrían hacerme un favor? —pregunta, aun dudosa.

—¡Claro! ¿Qué necesitas? —cuestiona el cisne.

—No le digan a Seiya de esto —suspira.

—De acuerdo —responden ambos santos con una cálida sonrisa—, sólo que, Saori… —menciona Hyoga con una mirada seria.

—¿Qué sucede?

—Eso ya es gula —la diosa de la sabiduría suspira de nuevo, mirando en su cama un plato de pizza extra jumbo por completo vacía.

—Lo sé... —afirma mientras se limpia un trozo de peperoni que tiene en la cara.


Nda: !Lo sé! jaja soy pésima para esto, pero así estaba yo el otro día, mí tío quería meterme a la boca a la fuerza una hamburguesa. Y esas cosas me dan asco :S Espero les haya sacado una risita ya de plano. Soy pésima para esto je

Actualización: Sigo siendo pésima para el humor. ¡En fin, que ha sido un chiste! Por si acaso hubo quien no la captara. Por mi parte yo sigo viviendo con mi perpetuo asco por las hamburguesas. xD

¡Saludos!