Sinceramente no quería iniciar nuevos proyectos, por ejemplo, tengo un fic un tanto largo de una adaptación de Tarzán en USxUK, entre otros, pero no quiero fic largos hasta terminar los que tengo, pero este, es sólo de tres capítulos, así que no me importa mucho hacerlo :3
Pareja: AlfredxArthur -Estados UnidosxInglaterra-. Insinuaciones: EspañaxRomano, FranciaxCanadá, AlemaniaxItalia, y Nórdicos.
Disclaimer: Hetalia y todos los personajes que lo conforman no me pertenecen. El respectivo dueño es Himaruya Hidekaz.
Advertencia: Travestismos, posibles acosos, insinuaciones homosexuales de animales, OoC, Crack y Scott.
Había una vez en un lugar llamado Hetalandia un hermano escocés realmente malo de cabellos rojizos tal diablo del inframundo, era tan malvado, que los vidrios se rompían cuando pasaba cercano a ellos, no porque fuera feo y horrendo, en realidad, muchas chicas han caído rendidas a sus pies, simplemente era malo con M mayúscula… y con la A, y con la Y, en fin, era malo.
Era como el padre amargado de la familia, aunque todos allí eran hermanos, estaba él, el malvado escocés y los gemelos, Ryan Kirkland y Bryan Kirkland. Y la cosa, sí, la cosa… ya ni recuerda el nombre, el mocoso de diecisiete años por allí, de gruesas cejas como las de él y ojos del mismo color, si no fuera por eso, lo daría por el adoptado. Aunque claro, la cosa en cuestión era como la sirvienta, hasta con traje lo hacían andar, quizás, un extraño fetiche del mayor de los hermanos.
Scott, sí, el mayor, quizás tuviera un fetiche con ver a la cosa sufrida limpiando el piso y con traje de mucama, bonita figura, piel de porcelana, pero como es un cuento lindo y bonito estilo Disney con el ratón Mickey drogado… el escocés se abstiene de pensamientos impuros que no consten en que ese chico limpie el piso, los gemelos, en tanto, apoyaban a su hermano y repetían sus frases al mismo tiempo, eran molestos, en realidad, pensaban bastante diferente, pero para aliarse en joder a la cosa, eran unos expertos.
–¿Puliste el piso? –
–Claro…–respondía con los ojos llenos de odio hacia el escocés.
–¿Limpiaste nuestros juguetes? –preguntaron ambos gemelos.
–Sí…–susurró cerrando sus ojos verdes con rabia.
–¿Fuiste a comprar condones? –prendió un cigarrito mafiosamente el escocés.
–Sí…–
–¿Con sabor a? –preguntaron los gemelos.
–Fresas, sí… sus putas fresas, como lo pidieron. –casi se quería matar, odiaba esa vida, hasta hacía el ridículo yendo a la farmacia pidiendo condones cuando sus hermanos eran los únicos que hacían esas cosas.
¿A quién engaña? ¿con esas pintas de mujer harapienta que chica se fijaría en el? ¿un travesti quizás? esperen, él era un travesti. Bueno, al menos esa no es la vida que escogió. Se mordió los labios recibiendo las nuevas órdenes mientras uno de los gemelos arrojaba basura al piso esperando a que Arthurcienta, como se llamaba o le apodaron, porque su nombre era Arthur, lo recogiera. Humilladamente con el orgullo en el piso lo recogió para seguir con sus quehaceres.
Interminables tareas… a veces se acababan, pero el escocés era creativo y le hacía limpiar hasta el patio… sí, el patio que era sólo de plantas, al menos había hecho un lindo jardín que ama, el techo, de nuevo el patio, hasta que llegara la noche y Arthurcienta no se pudiera mover, la cama de Arthurcienta parecía la de la mejor princesa, a pesar de que era desgastada y vieja, tal era su cansancio llegada la noche que poco le importaba, se sacó es estúpido y homosexual vestido para acurrucarse en la cama y por primera vez sentirse hombre al llevar bóxer.
A veces, con tanto insulto por parte de sus hermanos se le olvidaba que nació macho. Los días de Arthurcienta eran los peores que un chico joven y apuesto con un poco de cejas de más a su edad podría imaginar tener.
Un día, el rey del país invitó a todas las jóvenes casaderas del reino para dar a su no muy inteligente hijo, uno, para deshacerse de él luego… pero disimuladamente, y dos, para tener descendencia, así, quizás, el hijo que viniera, su futuro nieto, quizás fuera un poco más inteligente o menos impetuoso que ese príncipe llamado Alfred que lo único que quería era salir a una grandiosa aventura para poder conquistar a una princesa.
Y otra vez la rallada mente del escocés quizás con mucha nicotina actúa dando una sonrisa malvadamente sensual a los miembros de la casa, a todos y a cada uno de ellos.
–Iremos a la fiesta…–afirmó con su pose macha de machedad absoluta.
Los gemelos lo miraron extrañado. Nadie se atrevía hablar, la cara de maldad como el bacalao para los niños hacía que los chicos irlandeses sospecharan del escosés, quien calaba con demencia su cigarro, casi llegando al tope del filtro. Como si se le fuera la vida en esa aspirada, última y única.
–Scott… que nosotros sepamos, no tenemos hermanas…–susurró Ryan.
–Exacto, no tenemos… por lo tanto no sé a qué iríamos…–
La sonrisa del escocés se curvó malvada, malvada y diabólica como nunca antes, casi como la de Vicky en la serie "padrinos mágicos", peor que Cruella de Vil, peor que todos los brujos y supervillanos de las historias, sólo para sacar algo de detrás de sus manos que hizo temblar a sus hermanos… dos vestidos, hermosos, preciosos, Arthurcienta estaba que estallaba de la risa, el plan diabólico del escocés con los gemelos era épico.
–No nos obligaras a…–susurraron con miedo viendo los elegantes vestidos uno de los gemelos.
–Todos saben que el obeso del príncipe tiene pinta de gay, no ha gustado de ninguna mujer y ya tiene diecisiete, ustedes vestidos de doncellas con su cara nauseabundamente masculina quizás llamen la atención de ese homosexual…–
–Hermano, estás enfermo. –susurró Bryan temblando como gelatina al darse cuenta que toda su masculinidad se iría por el drenaje con aquel afeminado vestido.
–Gracias por el halago, Bryan, pero no me convencerán de eso… vayan a ponerse estos vestidos o harán los quehaceres de Cosacienta…–
–Arthurcienta…–se corrigió el inglés, para luego, darse cuenta de la estupidez que había dicho. –¡Digo, Arthur! –
–Como sea conejo… tú no irás…–
–Ni tenía ganas de travestirme en público…–susurra con odio y asco, dándose media vuelta, el escocés sólo se rió de él.
Y fue cuando el menor de los Kirkland se escondió dentro de su pieza, pateando el suelo, puto y desgraciado hermano, lo odiaba ¿por qué era así de maldito con él? sintió ganas de ser… un poco más fuerte, quizás, un poco más poderoso y poner a ese escocés mal parido en su lugar, pero no, era débil y no tenía autoridad, pedir ayuda sería casi patético, nadie ayudaría a un chico travestido, lo tratarían de puto y a lo más un viejo verde le ofrecería dinero para que se acostara con él.
Y fue cuando leyó nuevamente la invitación, grandes autoridades… el príncipe… si es que conocía al príncipe… y le explicaba todo eso, quizás lo ayudara, era un rumor fuerte que era algo torpe, así que será fácil hacerle creer una historia tan fantástica como la suya, los ojos se le iluminaron, abrió el armario viendo qué podía servirle, sólo tenía trajes y vestidos cubiertos en cenizas, y al fondo, cuidando de no dejarlo ver por los ojos de escocés, el vestido más lindo de Alice, su madre.
Cuando lo iba a tomar, el escocés entra, el inglés trata de esconderlo como puede, pero su gesto es demasiado sobreactuado, es descubierto, el escocés ve con rabia el vestido, odio, sus ojos ya no tienen un aire divertido, suelta el cigarro de su boca y lo pisa, rompe el vestido por la mitad con tan sólo sus manos en arranque de ira.
Sí, esa es la razón por la que odia a Kirkland. Él mató a Alice, mató a su madre cuando nació.
No merece tener nada de ella, nada.
–Entiéndelo bastardito, no irás…–cierra la puerta fuertemente.
El último aliento de Arthurcienta se ve frustrado por ese tirano, cayendo rendido a la cama, se sentía frustrado, mas no lloraría como una simple magdalena, no, no era sí, sólo tendría que tragarse su dolor, sólo eso. En silencio, no hay nadie después de todo… nadie a quien le importe lo miserable que se siente, nadie que lo ame. Arthur no sabe qué es sentir cariño. Sólo sabe ser odiado, humillado y maltratado.
Cuando en eso, ve una extraña ardilla cercana a la puerta por donde había salido, la ardilla tenía una rosa en sus partes intimas y se movía con una melena más rubia y larga que el pelaje normal de una ardilla, bien, era un exótico animal, casi le saca una sonrisa esa mirada afeminada y gay y ese paso chueco que tenía para andar, casi como si se creyera un supermodelo animal.
Y fue allí cuando todo se puso raro y bizarro, más ya que el hecho de que Scott obligara a los gemelos a hacerse pasar por mujeres para quedarse con la fortuna del príncipe…
La… la ardilla habló. Si alguien estaba viendo esto más que él, por favor que lo matara, estaba volviéndose demente.
–¡Mon ami, no pongas esa cara, te arrugarás y te pondrás feo preciosura! ¡he venido aquí ha ayudarte! –
–¡AAAAHHH UNA ARDILLA QUE HABLA FRANCÉS! –gritó colérico, bien, eso ya se estaba poniendo raro, quizás de tanto limpiar la casa hoy se intoxico con el limpia-baños.
–¡No, calma mon ami, no temas! –explicó la ardilla, una ardilla trataba de calmarlo ¡un mamífero peludo de apenas un kilo!
–¡Eres una puta ardilla parlante! –la alejaba con la escoba. –¿Cómo quieres que no te tenga miedo? –hablaba el inglés dando zancadas al piso mientras la ardilla le mira escapando de la escoba malvada y cruel, algo le caía mal de esa ardilla a Kirkland, quizás que fuera francesa.
Sí, quizás eso.
–¡Te ayudaremos a hacer tu vestido! –habló otra ardilla con un llavero de maple en el cuello.
–¡Oh por los Unicornios, ahora me habla otra! –decía creyendo que se había vuelto loco.
La ardilla francesa fue a hacerle suaves mimitos a la ardilla que había salido, algo menos osada y tímida, hasta le dio pequeños besos en el hocico, el inglés tembló cuando le dijo en francés "aquí estabas Matty, te extrañé tanto mon amour", sí, era lo más raro que había visto, dos ardillas habladoras… macho… por lo que veía, enamoradas.
¿Cuál sería la dote? ¿nueces? ¿dónde sería su luna de miel? ¿en un árbol? ¡sí, se estaba volviendo loco, quería que alguien salvara su poco cuerda cabeza!
–¡Perfecto, ahora son ardillas homosexuales, lo que me faltaba! –
–¿Qué tienes en contra de la homosexualidad? ¿niño travesti? –un pajarito entró por la ventana, tenía acento italiano, perfecto, un pájaro italiano que habla.
¿Qué faltaba? ¿otro pájaro gay que hable español?
–¡Lo que dice él tío, yo también soy un pájaro homosexual y amo a mi Lovi! –el inglés se llevó las manos a la cabeza, bien, eso era estar loco, era muy perturbador ¿pero por qué soñaba con tanta homosexualidad junta? quizás él era eso, homosexual, mucho tiempo usando vestido quizás le cambió de gustos.
Después de un rato procesando la ilógica de la situación vio asombrado como lo animales "masculinamente" eran una imitación de costureros profesionales, dejando el vestido incluso más hermoso que antes. Con vuelos y caídos, finos, se sintió impresionado, encantado, quizás, aún tenía oportunidad de llegar, miró su reloj, sí, tenía reloj, quería un Black Berry pero el único que puede tener celulares modernos era Scott.
Se hacía tarde… sumamente tarde, vio con algo de pena que no tenía zapatos decentes, se probó el vestido hecho por los animales homosexuales de todas formas, iría así, tenía personalidad, daría la cara y buscaría la ayuda del príncipe Alfred para que encerrara a su hermano por maltrato intrafamiliar, lo haría… vio nuevamente la hora, se frustró, quizás no llegaría…
Todo se acababa… hasta que, de pronto, sin previo aviso, sale "la hada de los chicos travestis", sí, existe una hada para los sueños de los travestis, era polaca, más bien, polaco, llamado Feliks, sí, el hado padrino, él le ayudaría a Kirkland para que llegara a tiempo mientras Scott ya se había ido en el carruaje, todo marchaba más o menos bien… hasta ese momento.
N.A: Historia totalmente random y crack, lo sé, pero me inspiró un doujin xD, hablando de eso ¿alguien ha leído el USxUK de Blancanieves? También lo haré, es genial, los enanitos eran todas las versiones de Alfred acosando a Arthur. En fin, hasta el siguiente capítulo, que viva el USxUK.
Actualizaré Sireno vs Pirata, Secuestrado por un Idiota y Padrino Mágico, en ese orden…creo.