El particular sonido de las teclas era lo único que podía escucharse proveniente de la tienda de Urahara, Ciel movía rápidamente sus dedos a una velocidad de miedo sobre el teclado, revisando y volviendo a revisar líneas de código. Sus ojos que por lo general tenían un brillo único estaban de cierta forma apagados, mientras se paseaban de un lado al otro revisando la pantalla de su portátil, las ojeras que coronaban su ausente mirada la hacían parecer más una máquina que un ser humano. Dio un largo suspiro en signo de cansancio, busco cerca de ella palpando sobre el escritorio sin apartar su mirada de la pantalla hasta dar con la taza de café que tenía como acompañante. Reclino su cuerpo contra la silla mientras le daba un largo trago a la humeante bebida.

La noche, tal y como hace un par de días era helada, no entendía bien cómo es que aquella lucha había logrado hacer un cambio climático de esas proporciones. Aún no había tenido el gusto de conocer a ese capitán, después de hablar con Urahara simplemente desapareció, ni si quiera Renji sabia el paradero del peliblanco.

Su mirada se dirigió al centro de la habitación, Zero, aún inerte y teniendo el aspecto de un montón de cables parecía estar tan solo dormido, Ciel se puso de pie sujetando su bebida para llevar calor a sus manos. Se acercó reclinándose a su lado, las pequeñas pinzas mecánicas que ella dirigía desde su laptop se movían de un lado al otro sobre el expuesto pecho de Zero, moviendo, soldando, ajustando y reparando. Realmente se había hecho mucho daño, Ciel movió su mano tocando el agujero en la mejilla del Hunter, varios de sus componentes se habían congelado pero no quedaron inutilizables, no del todo.

-Zero…- Ciel susurro acariciando la mejilla de este, le dolía tanto verlo así.

10 días habían pasado desde su llegada a Karakura. Los últimos 3 la científica había utilizado toda su energía para reponer a Zero. La tecnología era tan obsoleta, tan antigua que tenía que adaptarse como pudiera. Nada más que peleas sin sentido, sin una explicación real, solo se había dado a entender que eran un objetivo para ambos bandos, Shinigami y Arrancar. No estaba muy segura de sí podía poner toda su confianza en los primeros, después de todo ellos habían dejado a Zero en su estado actual, pero al menos, les prometían tranquilidad si les permitían hacer sus investigaciones.

No había vuelto a la casa Kurosaki en mucho tiempo. Ichigo y Rukia asistían a sus clases de forma normal, aunque siempre pasaban a ver cómo iban las cosas. Ciel podía ver cierta culpabilidad en la mirada de Rukia. No la culpaba, en lo absoluto, no era su culpa no poderle explicar a sus superiores que era exactamente Zero, ni mucho menos responder si era una amenaza o no, lo comprendía.

-Encontrare la forma de regresar a casa- susurro Ciel moviendo su pulgar muy delicadamente sobre la mejilla de Zero- y podremos volver a esa paz por la que luchamos.

No quería admitirlo pero desde que Zero estaba suspendido se sentía sola. Ichigo, Rukia y los otros shinigamis que mostraban amabilidad, no eran lo suficientemente cercanos a ella como para sentirse totalmente a gusto.

-Ah… a Alouette le habría encantado conocer un mundo nuevo- suspiro Ciel recordando a su pequeña hermana. Aunque no lo eran realmente habían pasado por tantas cosas y tiempo juntas que sentía que así fuese, los extrañaba a todos, a los soldados, a los seres humanos con los que había entablado amistad- Todos deben de estar preocupados Zero, regresaremos- la científica le dedico una sonrisa al Hunter- Fairy te bombardeara de preguntas y te obligara a jugar con ella, Harpuia probablemen6te te dé un discurso de 2 horas sobre 6la responsabilidad o sobre debilidad, Fefnir te dará un cabezazo haciendo que peleen durante horas, como siempre- su sonrisa solo aumento al imaginar todo ello.

Bien, ese sentimiento de vacío estaba presente, pero no era del todo cierto. La familia Kurosaki le transmitía una sensación de calidez. En un principio, le pareció sumamente extraño que aceptaran desconocidos en su hogar, pero sus dudas desaparecieron cuando pudo ver mejor al padre de Ichigo. Aunque se peleaba con su hijo físicamente, era notable que existía confianza, un hombre de gran corazón que ayudo a los "amigos" de su hijo solo con pedirlo. Las hermanas del shinigami también transmitían mucha calidez, Karin siempre distante, pocas palabras se habían intercambiado entre ella y Ciel.

"Ten cuidado con acercarte demasiado a Ichi-nii, no quiero problemas en esta casa" Recordó las palabras de la pelinegra, no pudo evitar sonreír al ver la preocupación por su hermano. Yuzu por otro lado era muy maternal, rápidamente se hicieron amigas. Claro, Ciel tenía que inventarse una historia acorde a la excusa que había inventado Ichigo para que pudiesen quedarse, la inocencia de Yuzu le permitía creer todo lo que la científica dijese, una historia ficticia de drama, amor, traición y desgracias familiares (la mayoría sacado de un viejo libro en la biblioteca del palacio) hicieron que la pequeña Kurosaki sintiera empatía hacia ella, le recordaba mucho a Alouette esas características encajaban perfectamente con ella.

Sentía cierto apego hacia Rukia, ya que las primeras noches había dormido en la misma habitación que ella. Tuvieron conversaciones sí, pero nada en profundidad. Rukia evitaba hacer preguntas aunque sus expresiones detonaban curiosidad. Sabía que Zero no conversaría con Ichigo, de hecho dudaba que si quiera pudiesen estar mucho tiempo en la misma habitación. Zero no necesitaba dormir y tal como predijo ella pasó la noche sobre la azotea mirando las estrellas. Es lo que él solía hacer, esta costumbre nació cuando la nueva Arcadia fue fundada, tras la explosión del Ragnarok las estrellas intrigaban mucho a Zero. Solía hacer lo mismo noche tras noche, mirando el cielo nocturno, preguntándose por su pasado y que sería del futuro. A Ciel le costó mucho que él le explicase esto, dada su fría naturaleza.

La joven se separó un momento de su amigo y se acercó a la ventana apoyándose en contra del marco de esta, el cristal estaba ligeramente empañado por el frio ambiente, pero, aún podía ver el cielo y las estrellas. Era de madrugada, la quietud entraba en armonía con el manto nocturno. Las estrellas provocaban en Ciel un sentimiento de desasosiego, no podía evitarlo. Cada vez que miraba hacia ellas recordaba aquel día en el que el Ragnarok se hizo pedazos, cuando vio como los fragmentos de la fortaleza flotante caían como cometas del cielo sintió un vacío en su alma. Zero no había podido escapar de eso, era imposible. Se alejó lo más que pudo de las tropas a una alta colina. Viendo las luces caer por todos sitios, su corazón gritaba, sus fuerzas la abandonaron haciendo que sus rodillas cedieran y tocasen la tierra, su alma se desgarraba. Solo pudo gritar, gritar el nombre de Zero para que este, donde quiera que estuviese, la escuchase. Y así fue, no sabía cómo, pero podía sentir que el Hunter permanecía con vida, probablemente muy mal herido, pero podía sentir indescriptiblemente que aún estaba por allí. Sin dudarlo mando a todo el mundo a buscarlo.

La joven se estremeció, recordaba muy vívidamente todo ello solo con dar un vistazo a las estrellas. No importaba cuanto tiempo pase, estaba segura que siempre lo recordaría. El momento en el que sintió un vacío tan grande por ver al ser que más le importaba desaparecer. Miró a Zero, tan apacible mientras las pinzas trabajaban, volvió junto a él observando detenidamente su pecho, tantos aparatos, tantos cables, en realidad se parecía mucho al funcionamiento del ser humano. La misma estructura, cada uno de los componentes cumplía una función valiosa, sobre todo, el "Impulsor" que parpadeaba lentamente, esto tomaba el lugar del corazón humano. Ciel lentamente acerco su mano hasta el componente, tocando con la yema de su dedo la pequeña luz que emitía.

-Zero… lo siento… estaba desesperada- Se disculpó la científica, sus ojos se humedecieron, apretó los dientes para evitar llorar.

Aquel vital componente era el que faltaba durante su reconstrucción, irremplazable para traer a Zero de vuelta, lo necesitaba. No quería clonarlo, después de lo que paso con X no quería que Zero desapareciese de esa forma. Tomo una desesperada decisión, con el único deseo de tenerlo una vez más a su lado, eso, alguna vez fue parte de su cuerpo original, era lo que habían rescatado de Omega.

Querían impedir que Zero se enterara, pero era inevitable, cuando lo supo quería arrancárselo. Omega era un terrible recuerdo, tenía miedo de que se apoderase de él, después de mucho y de unos buenos golpes de Fefnir pudo entrar en razón y continuar.

-Realmente… han pasado por mucho ¿no es así?- una voz detrás de ella rompió aquella escena.

Ciel dio un salto sosteniendo fuertemente su taza de café. Se apresuró a limpiar las rebeldes lágrimas que escapaban por sus mejillas. Giro lentamente su cuerpo al reconocer aquella voz, dio otro pequeño salto al encontrarse con aquellos ojos amarillo que brillaban con la baja luz de la habitación. Sentada sobre el escritorio Yoruichi en su forma de gato la observaba con detenimiento.

-Yoruichi-San –la científica forzó una sonrisa que no sirvió para Yoruichi- ¿Cuánto tiempo llevas allí?

-No mucho- respondió está moviendo su cola muy lentamente- Estas preocupada niña.

-¿Eh? No, en lo absoluto, él estará bien –la científica dio un largo trago para secar su café.

-¿Por qué estas preocupada?- el felino mantenía una posición erguida- Eres demasiado fácil de leer.

Ciel intento ocultarse detrás de su taza ahora vacía, pero, un sentimiento de culpabilidad se apodero de ella y fue aumentando ante la mirada de Yoruichi. No la conocía bien, en lo que llevaba de tiempo apenas había cruzado palabras con ella, siempre parecía atareada pero había llevado a cabo junto con Kisuke la investigación sobre Zero. Sus labios temblaron un segundo, presiono fuertemente sus ojos tratando de controlarse, el cansancio hacia su fuerza de voluntad débil. No pudo hacerlo. Varias lágrimas empezaron a brotar resbalando por sus mejillas, un quejido de lamento se escapó de sus labios, pronto su aspecto inquebrantable fue reemplazado por el de una niña frágil llorando desesperada, se arrodillo frente al escritorio, dejando escapar su culpabilidad y sufrimiento a través de sus lágrimas.

-Bien, eso está mejor- Yoruichi se recostó sobre el escritorio dejando que la chica se desahogase- tantos días trabajando sin descanso y con culpa encima pueden con cualquiera, ahora explica tus lágrimas.

-Y-Yo- Ciel mantenía su cabeza baja balbuceando ligeramente al hablar- S-siempre le causó problemas a Zero, desde el día en que lo desperté lo único que hago es que salga herido y que arriesgue su existencia por mí. Él me preocupa tanto –apoyo sus manos contra sus muslos mientras tratando de recuperar el control, imposible- siempre en la batalla, siempre luchando por algo que yo le pedí, siempre delante para recibir un golpe por mí, él simplemente…

-¿y? ¿Cuál es el problema?- Yoruichi interrumpió a la científica miro hacia un lado para evitar los ojos de la chica que mostraban un gran dolor- Ciel-san, Zero es un guerrero. A un verdadero guerrero, no le importa caer una y otra vez, si está luchando por algo que desea proteger, volverá a levantarse aún en contra de la muerte. No te lamentes porque él levante su espada por ti, si eres lo que más le importa, nunca cederá.

Ciel guardo silencio ante las palabras de Yoruichi, habían dado justo en el clavo, la científica calmo su llanto, lentamente limpio sus lágrimas sintiéndose algo débil por haber perdido el control de esa manera. Bueno, llevaba mucho tiempo sin dormir, eso la debilitaba mentalmente. Aclaro su garganta aun permaneciendo arrodillada miro a Yoruichi. Ciel era inteligente, mucho más que cualquier otro ser humano, pero no tenía lo que aquel felino emanaba con tanta fuerza, experiencia de una larga vida.

-Creí que todo había terminado cuando la guerra en nuestro mundo se acabó, pero él quería aún luchar ¿Por qué simplemente no puede vivir a mi lado?

-No le pidas a un guerrero que deje de luchar- Yoruichi se enderezó volviendo a mirar fijamente a la chica que aún tenía una mirada vidriosa- dijiste que pasó por una época donde se sentía sumamente débil, perdió su sentido de existencia porque temía ya no poder protegerte, allí tienes la razón del porqué, eres lo que más le importa ¿sabes cómo se sentiría él si algo llegase a pasarte? Entraría en desesperación porque no puede hacer nada, créeme lo he visto- dijo esto recordando el afán de Ichigo por rescatar a Rukia cuando esta iba a ser ejecutada en el Seireitei.

-Eso es lo que siento yo- la chica giro lentamente su cabeza para ver a Zero.

-Díselo.

-¿Qué? –pregunto la científica, ¿Cómo podría decirle eso a Zero? ¿Cómo se lo tomaría él? Sería demasiado repentino, siempre había expresado su preocupación por él, pero no hasta tal punto.

-¿Cómo quieres que él lo sepa si no se lo dices? No debes guardarte nada cuando amas a alguien.

-¿A-amor?- Ciel rápidamente recupero el color en su rostro, no solo esto, se había encendido en un rojo alarmante.

-¿Oh? ¿Es enserio? ¿No te habías dado cuenta? –Yoruichi soltó una risa ante su expresión- realmente eres más inocente de lo que creí.

¿Realmente era así? ¿Podía llamarlo amor? Mientras era una niña nunca había sentido ningún tipo de gusto más allá de leer, estudiar, alguna admiración por sus compañeros durante el proyecto de X, pero, nada más. Cuando empezó la guerra no tenía tiempo para aquellos sentimientos, ni si quiera se lo había planteado. Salidas juntos habían tenido de alguna forma, paseos que terminaban en trabajo. Ahora que alguien se lo decía lo veía tan claro. Tantos años y ahora que lo escuchaba directamente podía creérselo, ese sentimiento existía, ahogado durante años, pero existía.

-¿Los jóvenes de ahora son idiotas o algo así?- pregunto la indignada Yoruichi al ver que se lo pensaba demasiado.

-En algunas cosas si lo soy- admitió la científica aún con su brillante rostro- pero lo acepto existe ese sentimiento.

-Bien el primer pasó es admitirlo- Yoruichi se relajó estirando su cuerpo- luego se lo dices, luego entran en una relación, después se casan, tienen hijos, puedo darte un par de clase sobre esto último, empiezas co...

Ciel se enrojeció más de lo que es posible y empezó a agitar sus brazos desesperadamente para hacer que se detuviera, la morena soltó una larga risotada ante la vergüenza de la joven, Ciel sonrió ahora más calmada, podía pensar mejor tras escuchar las palabras de Yoruichi y ahora podía aceptar el gran afecto que tenía hacia Zero como amor.

-Yoruichi-san- llamo la joven, el tono fue tan serio que detuvo la risa de esta de inmediato, volvió a su semblante serio escuchando a Ciel con atención.

-¿Qué sucede?

-Él ¿realmente no tiene un alma?... - esta pregunta la había atormentado durante todos estos días.

No podía ser posible, Zero, a pesar de su permanente seriedad, demostraba tener un gran corazón y una calidez incomparable en su trato. Consentía a Alouette jugando con ella por horas y horas. Ayudaba de un lado al otro sin pensárselo si quiera. Y sobre todo la gente que lo rodeaba, sea Reploid, sea humano, quedaba impregnado aunque sea un poco de su valeroso espíritu de Zero.

-Los reploids pueden pensar, sentir, tomar sus propias decisiones, tal como un ser humano- termino ella, había defendido esa causa tanto tiempo, podía asegurar que tenían un alma.

-Kisuke tomo una conclusión apresurada, me disculpo en su nombre si eso también te ha estado quitando el sueño- Yoruichi cerró los ojos concentrándose- es cierto, esas características no son exclusivas de los seres humanos. La más grande evidencia de que Zero tiene un alma, está en el hecho de que posee Reiatsu. Las almas artificiales, como Kon, desarrollan esa mismas características, tal vez, sea lo mismo con Zero. Un alma artificial, pero, un alma al fin y al cabo.

-entonces ¿Por qué las pruebas continúan?

-Porque sabes que existe, pero no sabemos dónde está –explico el felino- Usted lo sabe. En los libros de Kisuke existen extensas explicaciones del funcionamiento y como probar la existencia de un alma.

Ciel asintió en confirmación. Era verdad, tantos libros hablando sobre Shinigamis, Zampakutos, Energía espiritual, técnicas que estos ejecutaban. Pero ninguno de ellos mostraba nada sobre un alma que no pudiese ser extraída.

-Todas las pruebas han fallado, simplemente no sabemos dónde está, ni dónde buscarla. Pero, si li que quiere es tranquilidad para ambos, permítanos buscar hasta dar con la respuesta, o el Seireitei atacara de nuevo- termino.

Ciel guardo silencio. No sabía si su corazón podría volver a ver a Zero tan lastimado, la preocupación la estaba consumiendo. Necesitaba ayuda y había tomado una decisión, lentamente tomo aire antes de hablar.

-Yoruichi-san- llamo a la gata, quien había perdido su atención en el hunter, como si con su mirada pudiese encontrar donde se escondía su alma- Verá, escuche por Rukia-san que usted y Urahara-san fueron los que volvieron a Ichigo-san tan fuerte- Ciel acomodo el pantalón de su pijama antes de adoptar una posición más formal.

-Yo no lo diría así- Yoruichi negó suavemente con la cabeza- la fuerza de Ichigo siempre estuvo en él, su determinación por ser más fuerte hizo que brotara, nosotros solo le dimos el empujón que necesitaba.

-Siendo así- Ciel agacho la cabeza, en símbolo de una reverencia- sé que no tengo ningún derecho a pedir tal cosa, pero le pido humildemente que me ayude a ser más fuerte.

-¿Hmm?- el interés de la morena brinco de inmediato, dejando su posición relajada volvió a levantarse observando a la muchacha que aún mantenía su cabeza gacha, su largo cabello rubio ocultaba parcialmente su rostro como una cortina.

-Por favor, sé que no tiene ningún motivo para hacerlo, pero deseo de verdad ser fuerte.

-Ya eres fuerte- corrigió Yoruichi- Pudiste vencer a Renji por tu cuenta.

-Con artefactos, en el momento que me quede sin ellos, habré sido vencida.

-es complicado-

-Rukia-san dijo que existía fuerza espiritual en mí, ¿puede aumentar para volverme más fuerte? –la voz de Ciel estaba llena de energía, se había acabado su tono de lamento.

-Así es, pero llevará mucho tiempo y esfuerzo.

-Entonces por favor…

-dime ¿Por qué deseas esto Ciel-san?- la morena interrumpió a la chica, ponía a prueba sus razones y determinación.

-y-yo –la científica titubeo un momento, pero no se lo permitiría, estaba decidida de lo que deseaba y tendría miedo de ello- Quiero proteger a Zero- dijo esto en voz alta asombrando un poco a Yoruichi- este mundo que no conocemos, es peligroso, quiero poder luchar a su lado para no dejarlo caer, quiero poder levantar mi espada junto a la suya y cuidar de él como lo hace por mí, quiero la fuerza para enfrentarnos juntos a la adversidad.

Yoruichi guardo silencio, la voz de Ciel se escuchaba con una dureza y determinación que ya había escuchado antes, por un instante pudo ver a Ichigo con la cabeza baja ante ella, sabía que eso no ocurriría por el orgullo del muchacho, pero esta jovencita tenía el mismo aura que él.

Se lo pensó un momento, darle ese tipo de fuerza era posible, pero ¿realmente debía hacerlo? Es verdad, el mundo era peligroso. Era un objetivo de los Arrancares y estaba segura de que si a Zero le ocurría algo irreparable, Ciel no podría recuperarse de ninguna forma.

Soltó un largo suspiro, de alguna forma, le traía nostalgia.

-Está bien accedo a tu petición- Yoruichi dio un salto del escritorio colocándose delante de la chica, quien levanto la mirada. En sus ojos podía ver arder determinación- pero deberás hacer lo que te diga y ya te advertí que no será sencillo, si vas a arrepentirte, hazlo ahora.

-No me arrepentiré, es lo que realmente quiero- la chica quien parecía tan frágil hace tan solo unos momentos mostraba un fuerza en su decisión que difícilmente podría ceder.

-Bien, pareces muy segura con lo que dices.

-Por supuesto Sensei- Ciel se enderezo como si su cansancio hubiese desaparecido por completo, sus ojos brillaban como usualmente lo hacían, las ojeras permanecían pero esto no le quitaba el aspecto de una gran competidora.

-¡Ah! ¡Qué horror! No me llames así- pidió la morena retrocediendo un poco.

-¡Oh! ¡Lo siento! Entonces...

-Yoruichi, con Yoruichi basta- pidió retrocediendo un poco más.

-Entonces muchas gracias Yoruichi- la sonrisa que Ciel cargaba en ese instante, podía calmar el alma del más afligido.

Aunque su forma felina no se lo permitía, Yoruichi sonreía por dentro.

-Bien, te avisare que es lo que haremos – el felino empezó a caminar por la habitación hacia la puerta dando un vistazo a Zero y las pinzas que continuaban trabajando "Realmente es brillante" Concluyo al ver el aparato- por ahora descansa que esa cara de muerte que tienes puede asustar a alguien y para que puedas curar a este muchachón lo más rápido posible- termino alejándose del Hunter y saliendo por la puerta- buenas noches- termino por desaparecer.

Ciel sentía una gran alegría en ese momento, realmente no sabía cómo se lo tomaría Zero, pero esto no disminuía el hecho de que, por fin sentía la seguridad de que podría protegerlo como él lo había hecho durante tantos años. Rápidamente se acercó al inconsciente hunter.

-Zero, siempre luchare a tu lado- termino por darle un beso en la frente como sellando una promesa.

Yoruichi caminaba por los pasillos de la casa hasta que una voz burlona la detuvo.

-Eres muy amable sensei…

-Cállate Kisuke- renegó ella sin si quiera voltear a Urahara quien se encontraba sentado en el pasillo- ¿Lo escuchaste todo?

-El televisor se averió y no puedo dormir, llámalo destino.

-Chismoso- sentencio la gata saltando hacia una ventana que se encontraba abierta-además tú me ayudaras.

-¿Queeeeeeee? Pero yo no prometí nada- se quejó el tendero con un rostro de fastidio fingido que rápidamente se convirtió en una sonrisa.

Bien, realmente espero que lo estén disfrutando, se agradecen los reviews, de verdad animan a escribir, tengan buenas noches o días según sea el caso.