HELLO~ Gus Puckle esta de vuelta! Bueno, bueno, todas los detalles al final del capitulo.

ACLARACION: la segunda parte de la leyenda que cuenta Yuuki es falsa, la invente por el bien del fic

Sin mas, les dejo el capitulo ;)

Capitulo 12: Monstruo de Ojos Verdes.

-¡Delicioso!- Honey dijo antes de devorarse de una sola vez la mitad de una torre de panqueques cubierta de jarabe de maple.

-¡Senpai! Coma más despacio o se ahogara- le reclamo Haruhi.

-Pero están deliciosos- recalco comenzando por el segundo plato.

Era la mañana siguiente a la fiesta y el Host Club estaba a la mesa, desayunando. Bueno, eso es lo que intentaban hacer pero las protestas de Haruhi y los modales de Honey no ayudaban. Para nada.

-¡Y ustedes dos! Dejen de armar un fuerte con los wafles y cómanlos de una vez- le ordeno a los gemelos.

-Sí, mamá- respondieron ambos derribando el improvisado fuerte de wafles de tres pisos de un solo movimiento de sus tenedores.

-Haruhi, come tu desayuno y deja de quejarte- dijo Kyouya sorbiendo de su café, sin quitar la vista del periódico que tenía en manos.

-Eso, eso –dijo Tamaki con la boca llena de panqueques- no le robes el trabajo a tu madre, Haruhi.

-Pero, es que es un desperdicio de comida ¿y no se supone que ustedes, niños ricos, tienen modales en la mesa?- pregunto mientras tomaba una servilleta y limpiaba los restos de masa y jarabe de la boca del pequeño rubio.

-Siempre hay excepciones- dijeron los gemelos, encogiéndose de hombres mientras retomaban su obra en construcción y creaban una casa de wafles con una mini-tapia.

Haruhi rolo los ojos y se llevo una cucharada de cereal a la boca.

-A todo esto ¿Dónde está Yuuki?- pregunto. Mas nadie respondió, solo los gemelos que comenzaron a reír por lo bajo.

-Debe seguir en cama…-comenzó Kaoru.

-…con una súper resaca- termino Hikaru. La idea de ver a la castaña enfurruñar y patalear de dolor de cabeza les levantaba el anime de alguna manera.

-En realidad…-dijo Honey, y todos giraron a verle- hace una hora vi a Yuuki salir con ese chico del otro día, Charlie.

Renge dejo caer su tenedor. Estaba blanca como fantasma, pero no tanto como Kaoru. Ese sujeto le había caído mal desde un principio y verlo a solas con la castaña no le gustaba en lo absoluto.

-¡¿Qué qué?- dijo incrédula- ¿está seguro senpai?

-Sip- dijo retomando sus cubiertos.

-Tenemos que hacer algo- dijeron Renge y Kaoru a la vez. Todos enmudecieron.

En otro lado, muy lejos, en uno de las canales de la bella ciudad, Charlie y Yuuki disfrutaban de un tranquilo paseo en góndola, solo ellos dos. Yuuki iba sentada en el suelo del pequeño barco y apoyaba su espalda y cabeza sobre el abdomen de su "hermano" mientras dejaba descansar sus brazos sobre sus piernas extendidas. Charlie la sujetaba por detrás, jugando con algún mechón de su cabello.

Dejaron que la corriente los llevara, sin preocupaciones, solo remaban cuando lo creían necesario. El día era tan bello que solo querían disfrutarlo con la compañía del otro.

-Que lindo es esto- dijo Yuuki sacando una mano fuera de la barca y dejando que la fuerza del agua arrastrara sus dedos. La sensación tan tranquilizadora hizo que inconscientemente cerrara los ojos. Incluso el agua se sentía genial.

-Sí que lo es- dijo Charlie apoyando su rostro sobre la coronilla de la chica.

-La próxima vez deberíamos llamar a Renge y a los demás- agrego la chica sonriente. Se imaginó las mil y un locuras que harían sus amigos en ese lugar.

Él no contesto, frunció el entrecejo y alejo su rostro para apoyar su mentón sobre la coronilla.

-Así que… esos son tus amigos ¿eh?- dijo en un tono neutral.

-Si- sonrió aun más sin abrir los ojos.

-… No sé si sean buenas compañías- dijo secamente.

-¿De qué hablas?- abrió los ojos y levanto la cabeza para encontrarse con su ambarina y seria mirada.

-Es que… no creo que sea adecuado que te rodees con esa clase de gente tan extravagante –dijo sin mirarle a los ojos- no te conviene, además ¿Qué diría el tío Claude?

-Detente allí, Nii-san- dijo levantándose de su posición para mirarlo cara a cara, sentada al otro extremo del bote- son mis amigos de quienes estamos hablando y si, son un poco locos pero son muy buenas personas y me cuidan. Confió en ellos. Además, a padre no le interesa con quien estoy o con quién no.

Charlie se mordió el labio inferior. Ella tenía razón, Claude Bradforth no era el padre ejemplar, amaba a su hija pero no le dedicaba el tiempo que se merecía.

-Nii-san –dijo tomando su mano- se que te preocupas por mi y te lo agradezco mucho pero créeme cuando te digo que no tienes de que preocuparte. Estoy segura que te agradaran mucho cuando los llegues a conocer –le sonrió- ¿lo harás por mi? ¿Les darás una oportunidad?

Resoplo derrotado. No podía decirle que no cuando le sonreía de esa manera. Asintió de mala gana.

-¡Genial!- dijo y le abrazo con fuerza por el estomago y hundiendo su cara en su pecho- ¡Te quiero mucho, Nii-san!

Charlie la rodeo por la cintura atrayéndola hacia él, de manera protectora.

-Como quisiera que tus "te quiero" significaran lo mismo que los míos... - pensó, acariciando su cabello- Yuuki… yo—

Pero se vio interrumpido por el estrepitoso ruido de aguas turbulentas que se abrían paso. A la distancia se veía como algo se aproximaba a ellos a toda marcha, removiendo el agua a su paso y provocando mini maremotos a su paso.

-¿Pero qué demonios…?

En menos de un segundo, dos motocicletas acuáticas rodeaban la góndola. Hikaru y Renge montaban una mientras que Kaoru montaba el otro solo.

-¡Chicos!- Yuuki estaba muy sorprendida pero feliz, sin duda. Al menos eso noto Charlie.

-Vaya, vaya que coincidencia- dijo Hikaru falsamente sorprendido- justo pasábamos por aquí.

-De paseo, ya sabes, para conocer el lugar- agrego Kaoru.

-¿Con que de paseo? ¿En este canal justamente y con motos de agua?- dijo negando con la cabeza y con una sonrisa que decía "aprendan a mentir mejor"- Eso sí que es una coincidencia.

-Bueno, es que pasear en barco con los demás es aburrido- agrego Renge y señalo atrás de ellos.

A lo lejos se acercaba un barco mediano y en la parte de enfrente estaban el resto del Host Club saludándolos.

-¡Los desafío a una carrera!- Hikaru encendió el motor de la moto de agua y salió a toda marcha en dirección al barco del club.

-Vamos- Kaoru le tendió una mano a Yuuki, sonriéndole solo como él podía hacer- ¿O vas a dejar que nos ganen?

-¡Disculpa pero nosotros ya estamos en—

-De acuerdo- le interrumpió Yuuki, tomando la mano de Kaoru y saltando para caer sentada en la parte de atrás de la moto.

-¡Pero Yuun!- Charlie se levanto de un brinco, molesto.

-Lo siento Nii-san, pero también les prometí que pasaría tiempo con ellos.

No dijo nada. Kaoru encendió la motocicleta y, antes de marcharse y de que Yuuki se aferrara a su cintura para pegarse a su espalda, el pelirrojo le dio una mirada amenazadora al moreno. Partieron rumbo a los demás, dejando un rastro de burbujas por detrás. Charlie se quedo allí, viéndolos alejarse.

-¿Cuándo fue que soltaste mi mano y tomaste la de alguien más?- dijo pensando en voz alta- Pero no dejare que te salgas con la tuya, rojillo.

Pero eso parecía haberse convertido en un imposible. Cada vez que Charlie intentaba acercarse a la castaña, algo se metía en su camino, ya sea Haruhi y Renge con algún favor para Yuuki, o Tamaki y Kyouya que querían 'conocerle' y hablar sobre negocios, pero siempre había alguien en el medio. Era frustrante, no pudo acercarse ni cinco metros a Yuuki en todo el día, sin mencionar que iba contra el reloj ya que se marcharían al día siguiente y sabe Dios cuando se reencontrarían de nuevo.

Y quien sabe, tal vez ya lo próxima vez que se vieran ella ya tendrían a alguien a su lado… alguien que ocupe su lugar…

Sacudió la cabeza para ahuyentar ese pensamiento. Por supuesto que eso no sucedería, era su Yuuki de quien hablaba. Pensó que si no podía ir a la defensiva, entonces iría a por la ofensiva, a atacar al problema directamente.

Y como si su plegaria fuese contestada desde el cielo y se materializara frente a él, Kaoru apareció en el gran corredor de la mansión. Era su oportunidad.

-¡Oye, rojillo!-le llamo y aceleró el paso para alcanzarlo.

Kaoru paró en seco antes de tomar el pomo de la puerta de su habitación. Puso los ojos en blanco cuando vio quien le llamaba, aunque debió suponer de quien se trataba por el sobrenombre "rojillo".

Cuando estuvieron a una distancia aceptable, Charlie se le quedo viendo, no muy seguro de quien estaba frente suyo.

-… ¿tú eres el que se llevo a Yuuki esta mañana o eres el otro?

Eso le llego directo al nervio. Otra persona que no podía distinguirlos, pensó. Enmarco una de sus mas sínicas sonrisas y le contesto en un tono cantarín.

-Puedo ser quien yo quiera ser, si se me da la gana.

Charlie frunció el seño, sabiendo que no obtendría más información que esa.

-Como sea, quiero hablar contigo- dijo señalando atrás suyo- Ahora.

Sin esperar respuesta, camino retrocediendo en sus pasos para abrir una puerta del lado izquierdo del pasillo. Era una biblioteca con un pequeño juego de living en ella, mesa ratona y sillones a juego con el papel tapiz. Dejo la puerta abierta por completo para que el pelirrojo entrara y cuando este lo hizo, cerró la puerta con seguro.

Ninguno dijo nada, Kaoru mirando a la ventana enfrentada a la puerta de entrada y Charlie le miraba la espalda. El silencio era incomodo, más bien insoportable, pero ninguno dijo nada.

-Quiero que se le alejen- soltó Charlie.

Kaoru giro en redondo para mirarle de frente. Ya no podía reprimir su cara de odio.

-¿Qué dijiste?

-Me oíste bien- dio unos pasos adelante- no los quiero cerca de Yuuki, ni a ti ni a tu hermano ni a ninguno de tu grupo de locos. Mira que puedan llegar a llevarla por el mal camino…

-¿Y con qué autoridad pides eso?- siseo acercándose a él. Había muy poca distancia entre ellos.

-¿Y todavía lo preguntas?- dijo con actitud altanera- yo soy su amigo de la infancia, casi su hermano, la persona que mejor le conoce y la más importante para ella. Y por supuesto que tengo autoridad sobre ella.

-¡Mentiras!- le tomo por el cuello del suéter, haciéndole inclinarse- ¡Si de verdad te importara aunque sea un poco hubieras hecho algo para evitar que se fuera al otro lado del país sola y lejos de su familia!

Charlie se soltó de un empujón. Ambos estaban llegando al límite del autocontrol, una palabra más y estallarían.

-¡¿Y tú que sabes?! ¡Nada! ¡No sabe absolutamente nada de nosotros, de nuestras familias! ¡Yo la conozco de toda la vida! ¡Tú solo la conoces desde un par de meses!

-¡Claro que la conozco! ¡La conozco muy bien! –Con cada oración que pronunciaba, iba dándole empujones hasta que choco contra la puerta, aun así no se detuvo- ¡Se que le gustan los dulces y las películas de terror! ¡Se que se enferma con las alturas y que odia la gente frívola! ¡Sé que no confía en las personas con facilidad! ¡Y se perfectamente que antes de nosotros se sentía muy sola! ¡No porque la conozcas por más tiempo que nosotros quiere decir que la conozcas mejor, idiota!

Charlie sucumbió a la cólera y lo empujo de la camiseta a un lado, haciendo que casi perdiera el equilibrio.

-¡Cierra la boca, imbécil!- sus palabras vinieron acompañadas con un puñetazo directo al ojo izquierdo del Hitachiin.

Este no se quedo atrás. Le devolvió el puñetazo, atinando a su mentón. Sus lentes salieron disparados y cayeron al suelo. Charlie respondió de inmediato, golpeando el estomago del chico. Kaoru respondió con una patada a sus piernas. Siguieron golpeándose el uno al otro sin descanso ni tregua. Ambos estaban demasiado encolerizados como para detenerse.

Kaoru ya tenía el ojo y el pómulo izquierdo hinchados, complicando su visión, y sentía como un pequeño hilo de sangre desbordaba de su boca. Ni que decir de su estomago, que de seguro estaría ya lleno de moretones. Charlie no estaba mejor, respiraba con dificultad debido a los constantes golpes a su estomago, y tenía varias magulladuras en brazos y rostro.

Su pelea no parecía tener fin, ninguno paraba de golpear al otro. Se empujaban y chocaban con todo lo que había en la habitación, derribando todo a su paso. Se detuvieron cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe y unas sirvientas entraron. Se separaron y antes de marcharse se dieron unas últimas miradas asesinas.

-No creas que esto quedara así, rojillo- dijo Charlie removiendo un hilo de sangre que salía de la nariz.

Se marcho, una de las sirvientas le siguió con sus lentes torcidos en mano, para asistirle. La otra ayudo a Kaoru a levantarse del suelo, luego de que Charlie le diera un último empujón.

Fue rápidamente a su habitación. Después de cerrar de un portazo, dio una patada a la cama, la mesa de noche y algún otro mueble. Estaba furioso, cabreado a más no poder.

¿Qué se creía ese sujeto que era para darle órdenes? ¡Nadie! ¿Y además intenta alejar a Yuuki de su lado? Ni de broma.

Se dejo caer en el suelo, al lado de la cama volteada. Removió un poco de la sangre que escurría del lado derecho de su ahora muy adolorida boca. Para ser un tipo de apariencia flacucha y desgranada, Charlie daba buenos golpes.

La puerta de la habitación se abrió una vez más y un muy preocupado Hikaru encendió la luz de la habitación.

-¡Kaoru! ¿Qué sucedió? Una de las sirvientas me dijo que algo te había pasado…- paró en seco cuando vio el estado de su hermano- ¡¿Qué demonios te paso?!

Se desplomo en el suelo enfrente de él e inspecciono con cautela el rostro amoratado de Kaoru. Debía de verse fatal como para que Hikaru pusiera esa expresión de dolor y sorpresa. Sin contestar, dejo que su hermano mayor lo ayudara a sentarse sobre la cama después de acomodarla. Hikaru entro en el cuarto de baño de la habitación y regreso con un paño húmedo que uso para limpiar cuidadosamente el rostro de Kaoru al igual que sus brazos, que tenían algunos rasguños con motas de sangre.

Volvió al cuarto de baño y regreso con un botiquín de primeros auxilios. Procedió a limpiar colocar unas banditas en sus brazos, un parche en el costado derecho de la boca para detener la sangre de la herida de allí y le unto un ungüento sobre el pómulo y ojo izquierdo para bajar la hinchazón que aparecería dentro de poco, a pesar de que parecería inútil ya que esa zona estaba tomando un ligero color morado rosado. Si ahora le dolía mucho, mañana le dolería como los mil demonios.

Al terminar de vendarle, Hikaru se sentó a su lado y le miro con preocupación.

-¿Qué fue lo que paso?- pregunto de nuevo. Hikaru se veía reacio a preguntar pero al final lo hizo. Estaba preocupado por su hermano menor después de todo.

-Ese idiota cuatro ojos…-siseo.

-… ¿Charlie? ¿Peleaste con Charlie?- inquirió sorprendido -¿Pero por qué?

-¡Como podría saberlo! Comenzó a decir un montón de estupideces sobre que no era bueno que estuviéramos con Yuuki y que nos alejáramos ¡Después comenzó a empujarme! No lo soporte mas y lo empuje también y después comenzamos a golpearnos… ¡Pero él dio el primer golpe!

Hikaru no dijo nada, trataba de comprender lo sucedido pero le era difícil. No encontró ningún sentido a todo eso. Solo se le ocurrió una explicación.

-¿Tú crees… que tenga sentimientos por Yuuki?- pregunto no muy seguro de sus palabras- Quiero decir, se que son como hermanos pero…técnicamente-

-Un complejo de hermana, eso es lo que tiene- gruño.

-No, no- negó con la cabeza- bueno, puede ser pero… creo que él tiene los mismo sentimientos que tú.

Kaoru lo miro enfurecido. Eso ya lo había comprobado en la mañana, cuando intercambiaron esas miradas. Miradas de advertencias, miradas de odio. Pensó que los sentimientos del moreno iban más allá de los de un cariño de hermanos, eran sentimientos de cariño verdadero. Pero no los quería reconocer, no lo haría.

-No me interesa si siente lo mismo que yo o no, no pienso renunciar a Yuuki- se cruzo de brazos, determinado- No se la daré a nadie, mucho menos a un sujeto como él.

Hikaru suspiro cansinamente. Sabía que cuando Kaoru se proponía algo, no pararía hasta conseguirlo.

Se avecina una guerra, pensó.

-Sabes que tienes mi apoyo al cien por ciento, pero ten cuidado. Ahora tienes un fuerte contrincante y no creo que se dé por vencido tan fácilmente.

-Lo sé, eso lo dejo muy en claro- dijo sobando la ahora inflamada carne que antes era su mejilla.

-Te traeré algo de hielo, espera aquí-

Le trajo una compresa de hielo envuelta en una toalla. Se sintió como una brisa refrescante de alivio. El frio contacto con su piel hervida le relajo lo suficiente como para bajar el nivel de enojo.

Kaoru le pidió a su hermano que no les contara a los demás lo sucedido, para no preocuparlos, y que se quedaría el resto del día en la habitación a descansar. Quien sabe de lo que sería capaz de hacer si se encontraba con Charlie una vez más.

Sin embargo, casi no pudo descansar esa noche. Las palabras del moreno rondaban por su cabeza, haciendo eco en cada rincón, atormentándolo. ¿Qué pasaría si cumplía su amenaza? ¿Qué pasaría si de verdad lograba convencer a Yuuki de alejarse de ellos? ¿De alejarse de él? ¿Qué pasaría si de verdad la perdía para siempre? Daba vueltas en la cama una y otra vez para ahuyentar ese pensamiento, pero no parecía querer marcharse. Estaba grabado a fuego en su mente.

Cerca del amanecer pudo conciliar algo de sueño. Sabía que los demás saldrían, siendo el último día de estadía, a dar un último recorrido completo a la ciudad así que se permitió dormir más de la cuenta. Total, no tenía intención de unírseles y arruinar su diversión. Estaba seguro que hoy no sería la compañía más adecuada para nadie.

Cuando el reloj de pared marco las doce del mediodía, se levanto de la cama, para cumplir los reclamos de su estomago que desde anoche le pedían comida. En el cuarto de baño se examino el rostro. Seguía igual de amoratado e inflamado que la noche anterior pero al menos ahora no le dolía ni palpitaba. Esa era una buena señal. Supuso que con un poco más de hielo y maquillaje podría camuflar su ojo morado y demás magullones para no preocupar a los demás. Se quito los vendajes de los brazos y las banditas del labio y regreso a la habitación.

Se vistió con una camiseta manga corta negra debajo de una camisa roja abierta y unos jeans oscuros a juego con la camiseta. Bajo las escaleras tranquilamente, sabiendo que para esa hora los demás ya se habrían marchado a su excursión, y que siendo un invitado de la familia, los sirvientes no dirían nada.

Fue a la cocina para conseguir más hielo pero se detuvo en seco al llegar al umbral de la puerta, conteniendo el aliento por el susto.

¿Qué hacia Yuuki todavía allí? ¿Estaría esperando con los demás para ir todos juntos de paseo? No, no podía ser. Recordaba pedirle a Hikaru la noche anterior que lo excusara de todas las actividades que hicieran. Entonces ¿Qué hacía allí? Con cuidado de no ser descubierto, giro para ver si es que había rastro de los demás miembros del grupo pero, como pensaba, no había nadie más que Yuuki y algunas sirvientas revoloteando por toda la habitación… ¿cocinando?

Ya un poco más relajado pero siguiendo con cautela, ingreso a la cocina y se apoyo en la pared al lado de la puerta. Nadie noto su presencia así que se limito a ver la escena.

Yuuki iba de allí para allá, sacando contenedores de condimentos y mesclando de vez en cuando en las cacerolas que hervían en las estufas. La chica hacia muecas cada vez que probaba el rojo contenido de una de las cacerolas, no muy conforme con el sabor, aparentemente. Kaoru la miraba y no dejaba de pensar ¿Yuuki sabia cocinar? Eso si le tomo por sorpresa.

Ahora que recordaba, esa vez que tuvo anemia y ella le trajo el tazón con caldo, el sabor era un tanto diferente de lo habitual; el sabor era más palpable, mas fuerte, era diferente pero no era malo, todo lo opuesto. Eso quería decir que… ¿Yuuki había preparado ese caldo para él?

Sonrió pensando en ello. Eso tendría sentido ya que, después de todo, su Yuuki podía hacer de todo.

No se dio cuenta que su sonrisa era en realidad una risa ahoga que llamo la atención de Yuuki, haciendo que volteara y se encontrara con él.

-¡Kaoru!- sonrió mientras se acercaba a él, limpiándose las manos en el delantal de cocina que tapaba su vestido veraniego rojo y la chaqueta de hilo blanco que usaba debajo- ¿Te sientes mejor? Hikaru me dijo que estas mal del estomago y- ¡¿Qué le paso a tu cara?!

Alarmada, corrió el último trecho que los separaba y se puso en puntitas de pies para estar a su altura e inspeccionar la zona morada de su rostro, rosando con cuidado la yema de los dedos a la zona que le rodeaba. Kaoru se estremeció ante el contacto suave, y la tomo de los brazos para que bajase a su altura normal, alejándola un poquito.

-E-e-estoy bien- su voz temblaba de los nervios- me golpee con la mesa de noche, no es nada serio- desvió la mirada pero aun sentía los ojos intranquilos de Yuuki sobre su persona, penso que no se quedaría solo con esa respuesta así que opto por cambar el tema- ¿Y tú qué haces aquí? ¿Por qué no estás de paseo con los demás?

-Oh… es que no tenía muchas ganas de salir tan temprano – dijo con un ligero tinte rosado en sus mejillas- Además, cuando Hikaru me dijo que no te sentías bien me preocupe un poco- dio vuelta en redondo cuando dijo eso, caminando al refrigerador.

-¿Oh?- canturreo el pelirrojo con sorna- ¿preocupada por mí, dices? Vaya, la princesita de hielo si tiene corazón después de todo –bromeo.

-Cállate- dijo mientras evitaba mirarle, envolviendo un puñado de hielo picado en otro delantal de cocina- Deberías dejar de hacer tantas imprudencias para no preocuparme, idiota- le saco la lengua.

-Je –sonrió de lado. No sabía si tomar eso como una señal divina o era solo el orgullo Bradforth el que hablaba.

- Como sea, pensé que tendrías hambre y que te vendría bien comer algo cuando te levantaras- dijo regresando a él con el hielo molido, le tomo de la mano y lo hizo sentar al frente de una mesa ya preparada para dos- Así que siéntate que la comida ya está casi lista.

Antes de regresar a las estufas, poso el hielo contra el ojo amoratado de Kaoru. Este, mudo, le vio regresar a esa mini ritual de ir y venir en busca de ingredientes, mezclar, agregar y saborear.

¿Acaso estaba soñando despierto? Eso debía de ser. Porque toda esa situación parecía una escena sacada de un programa de televisión americano de los 80. Oh, ya podía imaginarlo con más claridad:

Él, con un traje de tweed, llegando a casa de un día largo en el trabajo, sentándose a la mesa lista para ser usada. Ella, con un vestido a lunares y uno de esos delantales con volados, recibiéndolo con una sonrisa para luego poner en la besa un humeante estofado recién preparado. Luego ella le rodearía el cuello con sus delgados brazos para después plasmarle un cálido beso. Era trillado, pero le gustaba. Incluso podía escuchar de fondo pequeñas risas de infantes que gritaban alegremente 'papi' o 'mami' por aquí y por allá…

Y allí fue cuando regreso de golpe a la realidad, con las orejas ardiendo de lo encolerizadas que estaban.

-¡¿Pero qué demonios, Kaoru?!- se reprimió mentalmente, dándose una que otra bofetada- ¡¿Hijos?!¿En serio? ¡Ya perdí la cabeza! Bueno, es verdad que sería lindo tener un par de niños, pero para eso tendría que convencer a Yuuki de tenerlos y de cuantos… ¡Argh! ¡Espera, espera! Antes de eso tendríamos que hacer "eso" y no sé si Yuuki quisiera… ¡Dios! ¡Ni siquiera he podido besarla directamente! Oh Dios ¿Cuándo me convertí en un cursi pervertido como Tamaki?

-¡Oye, oye! ¡Deja de golpearte así o nunca sanaras! –Yuuki le tomo por los hombros cuando noto los atentados del pelirrojo de esculpir de nuevo la mesa con su cara, repetidas veces - ¿Seguro que estas bien? – aflojo el agarre pero no lo soltó.

-Mejor imposible- bromeo.

Yuuki lo dejo y coloco en el centro de la mesa una enorme cacerola. Al abrirla, un fuerte olor a especias. Al acercarse a ver el contenido, Kaoru sintió también el tan familiar aroma a pescado.

-Es risotto de pescado, pensé que como estamos en Venecia podría intentar un plato del lugar…- dijo en un tren de palabras, mirando a los lados pero nunca al frente mientras sus pies se removían incómodos.

Kaoru tomo un tenedor y lo hundió en el platillo. En cuanto la comida llego a su boca, una explosión de sabores estallo en su interior. La comida era mas que deliciosa, casi igualaba a los platillos de los chef franceses de su casa.

-¿Y…?- inquirió Yuuki- ¿Cómo sabe?

-¡Delicioso!- dijo antes de comer otro bocado.

-¿En serio?- sus ojos se iluminaron cuando Kaoru asintió- ¡Qué bueno!

Sirvió dos porciones generosas del rissoto en los platos, se quito el delantal y se sentó enfrente de Kaoru. Ambos comieron y charlaron hasta vaciar la cacerola y las guarniciones. Para cuando terminaron, ya era las dos de la tarde y los demás miembros no mostraban señas de regresar.

-Oye ¿Quieres salir? Digo, para encontrarnos con los demás.

-Pero ¿te encuentras bien? Tu ojo…

-Camino con mis pies, no con mis ojos. Además, esto no es nada, es solo un rasguño- sonrió para demostrarle que estaba perfectamente, pero Yuuki aun parecía dubitativa.

-De acuerdo- cedió después de meditarlo un rato- ¿adónde iremos?

Una sonrisa endemoniada surco su rostro que a Yuuki le dio escalofríos. Había olvidado los encantos de demonio que poseía el pelirrojo.

-¿Qué no es obvio? Al recorrido turístico, por supuesto.

En menos de lo esperado, ya se encontraban en plena catedral, corriendo por los alrededores mientras admiraban las edificaciones góticas que se alzaban por la manzana. No por nada Venecia era uno de los puntos turísticos más visitados de toda Italia; los edificios, tiendas y parques eran tan magníficos como imponentes. Y la vista de los canales que rodeaban las calles le agregaba un aura más placentera y romántica.

Todo era tan bello y colorido que era inevitable detenerse y observar detenidamente los detalles y los adornos.

-¡Oh, mira eso!- dijo Yuuki señalando una tienda en particular, calle abajo. La tienda en si no era muy grande o diferente a las demás, pero el letrero que estaba fuera de esta llamaba mucho la atención. Era un pequeño pizarrón que tenía tres mascaras diferentes de colores chirriantes en la parte superior a modo de decoración- ¡Vamos!

Tomo su mano y se acercaron. Cuando se acercaron lo suficiente, pudieron leer las coloridas letras en italiano que decían "Disfraces para el Carnaval".

Antes de que pudieran entrar, una voz sueva los detuvo en seco.

-¡Cherie!- llamo la voz de Angelique desde detrás de ellos, haciendo resonar sus tacones con cada paso que se acercaba.

Yuuki soltó un gruñido cuando giro y se encontró con la brillante sonrisa de la rubia. La oven francesa iba cargada con tres bolsas de distintas tiendas, mientras que su chofer cargaba con una vasta colección de cajas y bolsas. La joven se detuve frente a ellos y escudriño a la castaña de arriba abajo, haciendo con su sonrisa aumentara. Luego poso toda su atención en el pelirrojo, dedicándole una de sus más profundas y matadoras miradas.

-Cherie, que bueno vete aun por aquí ¿decidiste aceptar mi oferta de pasear conmigo? – dijo tomando suavemente el brazo del pelirrojo, donde Yuuki aun estaba colgada de su mano. Con grácil movimiento, la rubia hizo que deliberadamente quebraran el agarre.

-En realiad—

-¡Oh se que la pasaremos muy bien! – dijo acercándose más a Kaoru, casi rosando sus pechos con el pectoral del chico- Tal y como lo hicimos la otra noche en el barco –ronroneo.

- Gracias por la invitación, Angelique –dio un paso atrás y se libro del agarre de la rubia- pero le prometí a Yuuki que saldríamos a pasear- Instantáneamente, tomo la mano de la castaña, entrelazando los dedos, y la levanto en alto para que la rubia pudiera tener una buena imagen de sus manos juntas.

Yuuki no pudo articular palabra, estaba anonadada. Angelique también quedo en shock, casi per una milésima de segundo perdió la compostura, pero se recobro antes de que se notara en su refinado rostro. En su lugar fingió una sonrisa a Yuuki.

-¡Ah, mon petit Yuuki! No te había visto allí – fingió sorpresa, llevando sus manos a boca para enfatizar el gesto- Creí que eras una infant que se colgó de cherie Kaoru por error, pero veo que me equivoque –lanzo una carcajada antes de sacudir su melena volver con su chofer- bueno, diviértete mon amour- lanzo un beso en dirección a Kaoru y se marcho.

-Bueno… ¿quieres que entremos? – dijo Kaoru, rompiendo el silencio incomodo en el que estaban sumidos.

-Claro –dijo – Y gracias por lo de recién, Kaoru.

-No hay problema- le sonrió.

Al entrar en la tienda, sintieron como si el arcoíris se hubiera desplegado en cada espacio del lugar sin dejar un rincón sin iluminar. La tienda estaba cubierta de arriba abajo con vestidos, trajes y mascaras del siglo 18 en adelante, confeccionados en los más finos detalles y puntillas, de diversos materiales y colores, pero siempre de colores vibrantes que llamaban la atención.

Pasearon por el lugar y se dejaron cautivar, tocando la fina seda y la suavidad del cachemire. Al final de la tienda había una pared dedicada exclusivamente a mascaras. Mascaras de diversas formas, casi todas en color hueso con detalles en negro, rojo y dorado, colgaban de arriba abajo, como las exquisitas obras de arte que eran.

-¿En serio la gente de aquí usaba estas cosas?- Kaoru sostuvo una máscara en particular, una blanca como la nieve, de mitad de rostro con la nariz tan larga como la de una cacatúa.

-Claro que si ¿acaso no sabes la leyenda del Carnaval de Venecia?

-Eh…- una gota de sudor bajo por su rostro.

- Desde 1480 la nobleza utilizaba estas mascaras para mezclarse con la gente del pueblo- tomo una de las mascaras de la pared, con detalles en dorado y plateado en los bordes que rodeaba los orificios de los ojos- pero cuando el ejercito comenzó a reclutar a cualquier hombre capaz de pelear en la guerra, las mascaras pasaron a ser un objeto muy importante para las parejas.

-¿Cómo así?

-Sabes la historia de San Valentín ¿no? –Yuuki miro la máscara a contra luz. Los detalles parecían estrellas brillando en el firmamento.

-Es esa de que un sacerdote unía en matrimonio a parejas en secreto en tiempos de guerra, antes de que los hombres partieran a la guerra ¿verdad? –Kaoru se puso la máscara de cacatúa y se miro a sí mismo en un espejo cercano. Fue difícil contener la risa.

-Exacto – dijo Yuuki – para algunas parejas era difícil reunirse con este sacerdote, así que el Carnaval era la escusa perfecta para encontrarse- imitando a Kaoru, se coloco la máscara que tenía en las manos – las parejas se ponían mascaras iguales y se mesclaban entre las multitudes para estar juntos.

-¿Quieres decir así? –dijo Kaoru que ahora tenía una máscara igual a la de Yuuki. Acortando la distancia entre ellos, el pelirrojo sujetaba su máscara con ambas manos mientras se inclinaba para estar a la misma altura que la castaña.

-E-e-e… s-si así es…- tartamudeo.

Hubo un momento de silencio entre ellos cuando sus ojos se conectaron. Era una de las pocas veces que los ojos cristalinos de Yuuki mostraban algo más que frio. Era como si de ellos irradiaran calor y brillo, tanto así que Kaoru se vio inmerso en ellos, inconscientemente inclinándose más y más hasta que sus narices entraron en contacto.

Cuando comprendió lo que estaba a punto de hacer, y que la chica no había movido ni un musculo de la impresión, Kaoru giro levemente la cabeza a un costado y susurro en el oído de Yuuki.

-Nunca haría nada que te lastimara…

Sus labios fueron a parar a su sonrojada mejilla, casi rosando la comisura de sus labias. Cuando se alejo un poco, vio que la chica no estaba asustada ni enojada, sino que le sonreía con dulzura.

-Lo sé.

Kaoru le correspondió con la misma sonrisa.

Y en menos de lo esperado, ambos se acercaron el uno al otro hasta que sus labios al fin se encontraron. El beso fue dulce y suave como una caricia pero a la vez como una corriente eléctrica que subió por sus espinas. ¿Yuuki había sucumbido al momento y se dejo llevar? ¿O fue Kaoru, quien se había propasado? No había una idea clara, sus mentes eran nebulosas flotantes. Ni siquiera sabían por cuánto tiempo estuvieron así. Era una sensación tan placentera que ninguno se quería separar del otro. Si tan solo pudieran quedarse así…

Pero como era de esperar, la realidad les golpeo duro. Reaccionaron cuando el celular de Kaoru sonó a todo volumen.

-¡¿Qué?! – Kaoru ladro al mata-momentos, aun no soltando del todo a Yuuki -¿Ah? ¿Dónde? Pero ¿ahora?...

Yuuki le miro conversar con el interlocutor, aun embelesada por todo lo sucedido. Sintió como el calor subía a su cara mientras recordaba lo que acababa de pasar. '¿Qué demonios acaba de pasar?' fue lo único que logro formar en su cabeza.

-De acuerdo, vamos para allá- colgó, miro a Yuuki y desvió la mirada tan rápido como pudo, mientras toda la sangre de su cuerpo se acumulaba en su rostro- E-Emm… Hi-Hikaru dice q-que nos espera con los demás… en la Catedral.

-D-de acuerdo…

Salieron de la tienda sin decirse nada más y sin poder mirarse por más de diez segundos sin sonrojarse. Pero nunca se soltaron de las manos.


¡ Así es! ¡No estoy muerta! :D

(bueno, no por ahora) ¿Tantos meses pasaron desde que subí capitulo nuevo? Dios, lo siento mucho de verdad. La razón de mi ausencia fue que entre en esos meses difíciles donde se juntan talleres presentaciones finales y exámenes finales uno tras otro y otro. También no pude tocar mucho la computadora por que cuando al fin tuve algo de tiempo me llamaron para hacer una capacitación y ser guía en una muestra de Ana Frank (si, fui guía en una muestra de Ana :'D ) y también me enferme constantemente, hasta el punto que casi me operan de una supuesta apendicitis cunado en realidad era una gastritis infernal. De lo peor, lo se.

Pero como me sentía peor por no haber subido nada en estos meses, hice un esfuerzo y termine este capi como regalo de Navidad atrasado y de Año Nuevo adelantado (aquí en Argentina faltan como unas 5 horas para el año nuevo xD ) Así que espero que les guste mucho :)

Quisiera aclarar que a partir de ahora, no podre subir un capitulo por semana como hacia pero eso no quiere decir que dejare de subir capitulos y lo dejare en Hiatos. ¡Claro que no! es que quiero tomarme mi tiempo para estudiar y a la vez escribir algo decente para todos ustedes, asi que me tardare mas en subir capítulos, tal vez uno cada dos semanas, o cada mes, pero les aseguro que subiré ¡Terminamos con el flirteo y pasamos a la acción, señores! (? xD Así que estén atentos que volveré con todo y la segunda parte de la entrevista ;)

Les deseo una Feliz Navidad atrasada y un Prospero Año Nuevo, lleno de felicidad y abundancia :D

¡Nos vemos en el 2013!

Se despide

Gus!~

xoxo