Summary: Situado justo al final del anime. Orihime está segura de su amor por Ichigo y aunque él esté confundido bastará un terrible accidente para abrirle los ojos. ¿Qué pasaría si él se enterara de algunos secretos? ¿Y si Orihime se olvidara de él? ¿Podría su amor de cinco vidas sobrevivir a estos obstáculos? Un poco de ooc con Ichi-kun.
Disclaimer: Bleach le pertenece al fantabuloso Tite Kubo-sama, es publicado en la maravillosa Shonen Jump y es llevado al anime por los estúpidos de Pierrot ¬¬
I
Orihime POV
Habían pasado sólo seis meses desde que Kurosaki-kun recuperó sus poderes de Shinigami. Pero él se veía tan normal como siempre, como si nada hubiese pasado. Estaba tan sólo a un sitio de él y no podía evitar mirar como esos cabellos anaranjados se movían cada vez que pasaba sus dedos.
-Inoue-san ¿puede responder a la pregunta?
-¿Uh? –Formé una pequeña "o" con los labios mientras miraba a la sensei tratando de recordar lo que estaba diciendo. Rasqué mi cabeza y sentí mis mejillas ruborizarse. -¿Puede… repetirlo? –Ella lo dejó pasar y le preguntó a otra persona. Solté un suspiro de alivio.
-Inoue. –Me llamó de nuevo cuando se acabó la clase. -¿Sucede algo? Estos días has estado muy distraída, tus notas siguen como siempre pero algunas veces tienes la mirada…perdida.
-No, no es nada…-moví la mano y sonreí. –No volverá a pasar, sensei. Gomene. –Me incliné y salí de allí.
¡ORIHIME! –Tatsuki-chan me golpeó en la cabeza.
-¡Itte! –me quejé mientras tocaba el área afectada. -¡Tatsuki-chan, eres mala! –inflé los mofletes mientras fruncía el ceño.
-No, ¡tú eres la mala, Orihime! –me señaló acusadoramente. -¿Qué pasó hoy en clases? ¿Y el día de ayer? ¿y el anterior?
-Ie… no pasa nada. Es sólo que me he estado preguntando si podría hornear una donut con glaseado de pasta de judías dulces. –Sonreí mientras la empujaba. –Anda, tu equipo se enojará si llegas tarde a la práctica.
-Pero, Orihime…
-Tengo taller de costura con Ishida-kun ¡Matta ne! –Salí corriendo sin que pudiera responder, el aliento me faltaba cuando llegué al taller. Estaba segura que Ishida-kun también estaba preocupado pero, como siempre, supo que no debía preguntar. Le agradecí internamente.
-Sé que no debí mentirles, onii-chan, pero no quiero preocuparlos de más. –Platicaba con mi hermano mientras terminaba de hacer la cena. –Sólo tú sabes que está a punto de cumplirse un año sobre lo de Hueco Mundo. –Un escalofrío me recorrió de tan sólo mencionar ese lugar.
Una mano pálida y gélida se desvanecía a lo lejos, al igual que una triste mirada verde. Corazón… al final él había creído que el corazón estaba en las manos. . . Desperté bañada en sudor, caminé hacia la cocina y tomé un vaso de agua, miré ambas manos. Ulquiorra podía llegar a tener ideas muy ingenuas, o superficiales sobre los humanos, pero a veces eran más interesantes de lo que parecían.
–Las manos ¿uh? –Recordé el tibio agarre de la mano de Kurosaki-kun mientras me despedía antes de ir a Hueco Mundo y mi vergonzosa declaración justo en su habitación. Sí, en ese momento no pude poner el corazón en mis labios y lo dejé en ese cálido apretón de manos mientras curaba su herida. Quería hacer eso, curar no sólo sus heridas visibles sino también quitarle todo el dolor que pudiera.
¡Ohayo! –Saludé al entrar al aula mientras caminaba hacia donde estaban todos.
Buenos días, Inoue-san. –Me saludó Ishida-kun con una sonrisa.
Uh, hola, Inoue. –Respondió Kurosaki-kun y Sado-kun sólo se limito a asentir con la mirada. Ichigo continuó con la plática.
-Y entonces el viejo me saludó tan loco como siempre, pero después dijo algo sobre la celebración de aniversario de la clínica, parece que ya van a ser 10 años. –Pasó de nuevo una mano sobre su cabello, haciendo que ligeros destellos naranjas se reflejaran por el sol.
-Inoue ¿estás bien? –Ishida-kun se percató de mis mejillas como tomate.
-¡SÍ, ESTOY BIEN! –grité tratando de convencerlos. Aclaré mi garganta y expliqué. –Creo que sólo hace mucho calor. –Esto ya era bastante bochornoso. -. . . entonces ¿harán una especia de fiesta, Kurosaki-kun?
-Eh. . . sí, eso iba a decir. Todos están invitados, es este sábado. –La sensei entró al salón. –Les diré los detalles en el almuerzo.
Las horas transcurrieron como siempre hasta que sonó el tono que indicaba nuestro descanso. Tomé mi pan con pasta de judías dulces y un jugo, me dispuse a seguir a los chicos hacia la azotea del instituto cuando unas manos conocidas me sujetaron de lugares inapropiados.
-¡Mi Hime-sama! –Chizuru me presionaba contra ella y yo sólo esperaba a que Tatsuki-chan llegara a golpearla.
-¡DÉJALA EN PAZ, PERVERTIDA! –escuché un grito y luego un ruido sordo, de algo cayendo al suelo.
-¡Hey, Inoue! –me llamó Kurosaki-kun, por alguna razón mi nombre saliendo de sus labios siempre se escuchaba bien.
-¿Desde cuándo pasas el tiempo libre con los chicos, Orihime-chan? –me preguntaron malévolamente las otras chicas.
-Eh. . . yo, es que. . .lo que pasa. . . –una mano me tomó del brazo con suavidad, al levantar la vista mis pupilas se hicieron muy pequeñas, mi respiración se hizo pesada y sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. Su largo flequillo le cubría parte de aquellos ojos cafés mientras me jalaba sin ser muy rudo.
-Eres demasiado buena con todo el mundo, Inoue. –Chasqueó la lengua en desaprobación.
-¡Tatsuki-chan! ¡Gomene! –grité mientras me alejaba, seguro a ella también la invitarían, pero en su tiempo libre ahora se dedicaba a arreglar ciertos asuntos de su club; por eso a veces pasaba los almuerzos sólo con Chizuru y las otras chicas, seguramente no podría acompañarme.
-¡Hey, Ichigo! ¡¿Qué te crees! –respondió Tatsuki-chan un poco sorprendida, aunque vi una mueca de diversión en su rostro antes de verla desaparecer.
-Mooo ¡Kurosaki-kun! Tatsuki-chan se va a enojar conmigo. –Me quejé cuando llegamos con los demás, había pasado el tiempo y ya éramos un poco más cercanos, al menos como para quejarme así.
-Ella es como tu mamá, seguro va a entender, Inoue. –Lo dijo como si nada, soltando mi pequeño brazo. A veces no lo entendía ¡para nada! Suspiré y sonreí.
-Tienes razón.
-Kurosaki, sabes que odio esperar. ¿Puedes decirnos ya? –Musitó Ishida-kun con el tono habitual.
-Mira que eres molesto. . . como dije es este sábado. –Respondió Kurosaki-kun fulminando con la mirada al Quincy. –Y por algo el viejo insistió con los fuegos artificiales, así que será algo tarde a las afueras de la ciudad, algo así como una parrillada. –Terminó algo avergonzado.
-Suena bien. –Sado-kun le quitó lo pesado al ambiente.
-Ahí estaré. –Afirmé con una sonrisa enorme.
-Si no queda de otra. . . es eso o un día familiar con Ryuken, y yo paso de eso. –Se acomodó sus gafas mientras sonreía levemente. –Eres afortunado, Kurosaki.
-¿Pero qué estás diciendo? ¿Acaso tantas partículas espirituales te fundieron el cerebro? –se burló el shinigami.
-¡No seas idiota! Me refiero a que. . . –Ishida-kun me miró de una forma extraña. –Posees muchas cosas valiosas, más de las que realmente ves. Y ciertas personas estarían envidiosas de ello.
-Nunca entiendo realmente de que hablas. Eres tan raro. –El timbre de vuelta sonó y todos caminamos hacía la clase.
Por alguna extraña razón aquella frase había calado profundo en mi mente. ¡¿Ishida-kun sabía lo que sentía por Kurosaki-kun!
Bueno es mi primer fic de Bleach y obvio de mi pairing favorito :D
Si alguien lee esta triste historia, dejen review plis! :3
Moon~