El sueño de fugarse

El paisaje era espléndido en primavera. Los árboles estaban más frondosos que nunca y los pájaros con su bella canción podían deleitar a todos los caminantes, hasta se podía palpar el amor en el aire: allí se encontraban la señorita Austen y el señor Lefroy.

Para Jane ya no hacía falta las palabras; ella ya era feliz contemplando los ojos verdes de su amado.

-Jane, he regresado por ti-dijo al tiempo que se esbozaba una media sonrisa en su rostro.

Le extendió la mano y la muchacha la tomó sin dudarlo un segundo.

-Señor Lefroy-tartamudeó Jane incrédula, podía sentir el rubor en sus mejillas.

-Desde ahora no tendrás que llamarme más así seremos marido y mujer-le susurró cerca del oído.

-Yo...

-Ni una sola palabra más-la interrumpió esta vez levantando un poco más el tono de voz aunque seguía siendo igual de cálido y pausado, música para los oídos de Jane.

-Está bien, si mi futuro marido no me deja hablar-contestó a modo de broma.

Tom rió.

-Sólo tú puedes hacer esa clase de comentario en un momento como este y por eso te amo-volvió a sonreír, y respiró hondo- No quiero que perdamos más tiempo, ardo en deseos de tenerte entre mis brazos, te pertenezco en cuerpo y alma-hizo una pausa prolongada hasta que pronunció las palabras que la joven tanto anhelaba-Fuguémonos ahora.

Jane no tuvo tiempo de asentir, sus labios fueron tomados por los de Tom con una dulzura inimaginable...

Se escucha el canto de los gallos en una casita de campo. Otra vez Jane había tenido el mismo sueño.

Se incorporó en la cama, esta vez no iba a llorar... o eso creía. No pudo evitarlo. Una cristalina lágrima recorrió su mejilla izquierda...se la limpió con la manga. No quería que su hermana se diera cuenta.