Disclaimer: Todo pertenece a Jotaká, como de costumbre.

"Este fic participa en el reto "Viñetas de emociones" para el foro de La noble y ancestral casa de los Black"

965 palabras según Word, sin contar con las notas y el pequeño poema del principio.


"Sólo podía llorar

mordiéndose el alma con cada lágrima

para intentar aliviar

esa quemazón que no la dejaba respirar."


#decepción.


Cuando su madre la mira así, tan dentro que puede atisbar su alma, sólo puede significar una cosa. –que Rose ha metido la pata hasta el fondo.

-¡Un Malfoy! No entiendo que haces con alguien como él. Los Malfoy están podridos hasta la médula, Rosie, podridos. Pero lo mejor de todo esto no es eso, no-su padre camina de un lado a otro, de una esquina a otra, sin dignarse a mirarla, con las mejillas arreboladas y los ojos furibundos, los puños apretados a ambos lados de su cadera, como si quisiera, de esa manera, evitar hacer cualquier tontería- como matar a todos los Malfoy vivos- Su padre la mira de reojo, antes de continuar hablando- Lo mejor de todo esto, es que, ¡nos lo has ocultado!¡ Nos has mentido! –pierde los nervios, para de andar, vuelve a andar, así cada cinco segundos. Cuando su padre está enfadado nada ni nadie puede tranquilizarle.

su madre sí.

pero.

está más ocupada mirando a Rose- tanto, tanto, que Rosie se siente pequeñita-

-Oye, papá…No es para tanto…-murmura pero la mirada iracunda de su progenitor la hace callar, hundirse aún más en el sillón, mientras la música estridente de Hugo se cuela por las paredes, como la banda sonora de su funeral o algo así.

-Si que es para tanto.¿¡Sabes lo que le hicieron a tu madre!-es una pregunta retórica, claramente, pero Rose se siente inclinada a contestar, a hacer callar a su padre que se está pasando de la raya, en demasía, pero como siempre.

es su madre la que consigue lo impensable.

-Scorpius Malfoy no es responsable de lo que en su día hizo Bellatrix Lestrange-la mano de Hermione se dirige inconscientemente a la cicatriz que la maga oscura la hizo- sangre sucia aún duele- y sus ojos parecen brillar con temor al pronunciar su nombre.

-¡Hermione!-pero ésta le calla con una mirada antes de que pueda seguir hablando y Ron solo atina a gruñir por lo bajo, sin dignarse a mirar a Rose, que está demasiado ocupada observando a su madre como para darse cuenta.

-Lo que pasó en el pasado, se queda ahí-concluye con serenidad y Rose, por unos efímeros instantes piensa que su madre la apoya, que su madre está feliz por la noticia, que su madre lo acepta.

pero no.

Porque se va, sin dirigirle ni una solo mirada más a Rose, dando por zanjada la conversación.

Esa noche, Hermione Granger, esposa de Ron Weasley, madre de Rose y Hugo Weasley, no vuelve a casa.

Rose se pasa la noche temblando, llorando, acurrucada en un rincón de su cama, con las mantas por encima, tapada hasta las orejas. Escuchando a su padre ir y venir por la habitación, a Hugo preguntar incansablemente por su madre.

y tiene miedo.

De haberlo fastidiado todo. De haber hecho que su madre dejara de mirarla con orgullo.

porque la ha mentido. a ella. que le cuenta absolutamente todo

-que le habló de los horrores de la guerra solo para que Rose supiera la verdad.

Esa noche, la peor de su vida, ni la esperanza de ver a Scorpius pronto, puede serenar su corazón, hacer que las lágrimas dejen de ensuciar sus mejillas. Hacer que el miedo deje de acongojar su corazón- maltrecho en esos instantes-

Esa noche, Rose decide coger el toro por los cuernos y desaparece de casa, aprovechando que Ron habla con Luna Lovegood, por si ella sabe algo de Hermione, y aparece en casa del tío Harry-

porque su madre siempre va allí cuando necesita desahogarse.

El tío Harry la recibe con una cálida sonrisa y sin apenas despegar los labios le indica donde se encuentra su madre.

No la sorprende que esté en la biblioteca. No la sorprende verla sentada frente al fuego, con la mirada perdida en las llamas, con un centenar de libros abiertos a su alrededor, con el pelo suelto y los rizos cayendo, indomables, por su espalda, en pijama.- vulnerable-

más niña que mujer.

-Mamá…-susurra antes de entrar, pero Hermione no la mira, demasiado atenta al bailotear de las llamas, que parecen susurrar cosas en las noches más oscuras- como esa.

-Mamá lo siento…De verdad…Yo quería contártelo, pero mira como ha reaccionado papá… -murmura, arrodillada a su lado y Hermione parece reaccionar.

y la mira.

tan dentro de si misma que Rose está segura de que es capaz de ver su alma.

-Me has decepcionado.

Las palabras caen sobre Rose como una pesada losa, sus hombros se hunden, abatida, las lágrimas acuden a sus ojos pero se obliga a dejarlas ahí y encara a su madre, furibunda.

-¡Sólo porque sea un Malfoy no deberías decepcionarte!-pierde el control, siente deseos de abalanzarse sobre su madre- que parece perdida en la bruma de los recuerdos.- y zarandearla hasta que vuelva con ella.

-No lo digo porque sea un Malfoy. Lo dije antes, lo pasado, pasado está. Lo digo porque me has mentido, me has ocultado algo tan importante como eso, lo que me lleva a pensar que más me has ocultado. Que más guardas dentro de ese corazón tuyo, que no parece querer abrirse a su madre- Rose respira hondo, mientras una lágrima se desliza por su mejilla izquierda, sin despegar los ojos de su madre,- inmersa de nuevo en las llamas-

-Vete a casa, Rose. Es tarde.

Y zanja la conversación. así de simple.

Así que Rose se marcha, sin poder dejar de llorar, sin pararse si quiera a hablar con el tío Harry, que preocupado, ve como su sobrina más querida desaparece apenas cruza el umbral de su puerta.

Esa noche, la peor noche de sus vidas- o al menos una de las más dolorosas para Hermione- el vínculo que las une parece romperse.

sin embargo.

sólo parece.

–porque al día siguiente…-

bueno.

eso, es otra historia.


tercera viñeta, de tres. el final.

espero que os haya gustado.

Nos leemos pronto

EtherealSighs