Carajo. Definitivamente tengo un trauma con esta pareja n_n''''' Hehehehehe. Bueno, creo que el resumen y el título dicen mucho. Estaba leyendo un libro que no tiene nada que ver con esto y de repente se me ocurrió la idea. Estaba ya muy feliz imaginándome un sinfín de situaciones ridículas y luego recordé…¡que esto ya había pasado en un episodio de Fairy Tail! Y casi lloro T.T Pero un querido amigo me animó a seguir escribiéndolo y a ver qué pasa. Lo lamento u.u Aún así espero que les guste.

Y sí, tengo otras dos historias pendientes y ya empiezo a escribir otra ._. Lo siento, ¡soy un caos! T.T

Disclaimer: Todo lo relacionado a Fairy Tail es propiedad del magnífico y grande Hiro Mashima.

Algunas aclaraciones antes de empezar:

1.- La historia se desarrollará poco después de la llegada de los miembros de Fairy Tail de la Isla Tenrou, antes de la saga de la Llave del Cielo Estrellado del animé (los pondría después de la saga de los Juegos Mágicos ¬¬ pero aún no sé qué atrocidad vaya a pasar ahí D:)

2.- —Diálogos—

3.- Pensamientos.

4.- Las palabras que estén solas en cursiva, son las resaltadas por los personajes.

5.- Las palabras que tengan *, se explicarán al final.

6.- Separador de: -o-o-o-

7.- EL PUNTO MÁS IMPORTANTE."No eres tú, soy yo. ¡Literalmente!" incluirá algunas escenas de los episodios del animé de Fairy Tail, posiblemente del manga también.

Bien, empecemos a ver cómo queda esto.


Capítulo 1: Un poco de magia no hace daño.

—¡Y yo te digo que me comeré el hierro que quiera! —informó un pelinegro.

—¡Pero no el del gremio! —le reclamó otra maga.

Gajeel y Levy llevaban discutiendo un rato cerca de la barra.

—Esos dos pelean mucho últimamente, ¿no?

Lucy Heartfilia yacía sentada en una mesa cercana, tapándose los oídos con ambas manos. Sus camaradas la acompañaban.

—Parece que esa es su forma de llevarse —una gata blanca se cruzó de brazos.

—Pero en verdad llegan a enfadar —se quejó la rubia.

—¡Aye! —intervino Happy—. Ya hasta le quitaron su papel protagónico a Natsu y Gray.

Los dos chicos se encontraban al otro lado del gremio, inmiscuidos en una pequeña pelea a la que casi nadie prestaba atención.

—Levy-san luce molesta —dijo Wendy mirando de reojo la discusión.

—Creo que Gajeel es el único que logra sacarla de quicio así —se burlaba una pelirroja.

Los cinco miraron de nuevo hacia los magos del centro de plática. Múltiples gritos dispersos se oían entre el barullo del gremio.

—¡Repíteme eso, enana!

—¡¿No puedes tener mejores modales?!

—¡Como si fuera a hacerte caso!

—¡Eres un terco, Gajeel!

Lucy se volvió hacia sus amigos.

—¿Lo ven? —recostó su cabeza sobre la mesa—. Un día de estos creo que yo seré la que explotará.

—Me pregunto por qué pelearan tanto… —decía la Marvell con timidez.

—Déjalos, ya es común entre ellos —Erza se encogió de hombros.

Las cosas se calmaron después de unos minutos y todo volvió a la normalidad. Natsu y los demás salieron a una misión al Puerto de Hargeon. La maga celestial se negó a ir.

—¿Qué pasa, Lucy? —una peliblanca se acercó a la chica.

—Ah, Mira. Hola.

—¿Por qué no fuiste a la misión?

—Me duele mucho la cabeza.

—¿Gajeel y Levy? —sugirió la Strauss.

La Heartfilia asintió con la cabeza.

—Creo que sus discusiones me afectan más a mí que a ellos.

—Y que lo digas —Mirajane se sentó a un lado de ella—. Deberías ir a descansar, Lucy.

—Sí, eso haré. Aunque me gustaría tener un hechizo para que ambos sintieran lo que es estar en los zapatos del otro. Un poco de magia de vez en cuando no les haría daño.

—Tal vez tengas razón —la oji azul sonrió.

—Bueno, nos vemos luego Mira —y Lucy salió de Fairy Tail.

Con que un poco de magia, ¿eh? y regresó a su trabajo.

-o-o-o-

Pasaron algunas horas y el gremio se encontraba extrañamente tranquilo. En una mesa, cerca de la entrada, se encontraba el equipo Shadow Gear. Jet estaba recostado, descansando sobre una de las largas bancas, mientras Droy comía diversos filetes asados y la peli azul leía un libro.

—Levy —la llamó una voz.

—Ah, hola Mira-chan —saludó levantando la vista—. ¿Qué sucede?

Mirajane dejó una bebida de las varias que venía cargando sobre una bandeja.

—¿Una malteada de fresa? —cuestionó la maga de Solid Script con confusión—. Pero Mira, yo no ordené nada.

—Te lo mandan.

La peliblanca le guiñó un ojo y le hizo una señal con la cabeza en dirección a la barra. Levy la siguió con la mirada y se topó con un mago que yacía sentado en un banco alto, platicando con su gato negro.

—¿Gajeel? —murmuró con un leve tono rojo en sus mejillas.

La Strauss asintió feliz, a la vez que se retiraba. Levy se quedó viendo al gran vaso que yacía frente a ella. El mago de Alta Velocidad se incorporó.

—¿Otra vez el cabeza de hierro haciendo de las suyas? —se quejó.

La McGarden se encogió de hombros.

—¿Una malteada? —cuestionó Droy dejando de comer—. No la bebas Levy, puede que sea una broma o tenga algún veneno.

—¿Algún veneno? –la peli azul arqueó una ceja—. Te creo lo de la broma pero no pienso que quiera envenenarme.

—Quién sabe… —lo apoyó Jet—. No te la tomes Levy.

—Tranquilos chicos, si fue Mirajane la que la preparó, no él.

Ambos se miraron ante el razonamiento de su compañera, aún inseguros. Levy sonrió y empezó a sorber poco a poco.

—¡Está deliciosa! —exclamó feliz con un bigote de espuma marcado en su rostro.

Jet y Droy se relajaron y volvieron a lo suyo. Y la peli azul continuó leyendo.

-o-o-o-

—Egs porf efgso quer debferiagmos torfmar egsa misfion magniana —decía el Redfox masticando trozos de hierro.

—Deja de comer y luego habla —le contestó su gato.

—La cerveza que me pediste, Gajeel —interrumpió la oji azul—. Y tu jugo, Lily.

—Gracias Mirajane —respondió el Exceed.

El pelinegro tomó el tarro y bebió de un solo trago. La peli blanca continuó limpiando varios vasos después.

—Te decía que deberíamos tomar esa misión mañana —repitió el Dragon Slayer.

—Mhm, como quieras. Por mí está bien —respondió el Exceed—. ¿Ves? ¿Qué te costaba hablar bien?

—Hmph.

-o-o-o-

Anocheció deprisa en Magnolia y todos los magos de Fairy Tail se dirigían a sus hogares.

—Nos vemos mañana, chicos —Levy se despidió de sus compañeros a la entrada del gremio.

Caminó con paso lento hacia Fairy Hills. Tomaría un baño para después terminar de leer su libro. Aún así, un pensamiento la abrumaba.

¿Por qué Gajeel me mandó una malteada? O tal vez fue Lily y Mira dijo que había sido él. Pero, ¿por qué habría de mentir?

Sonrió. Nunca habían hecho un gesto así por ella. Se sintió extrañamente feliz. Continuó caminando hasta llegar a los dormitorios. Hizo lo que había planeado y se quedó dormida al terminar con su lectura.

Había dejado la ventana abierta. A través de ella, entraba una brisa que agitaba la cortina y refrescaba la habitación de la peli azul con sutileza. Afuera, el cielo nocturno se encontraba despejado, iluminado sólo por una luna llena que sería la única testigo de los acontecimientos que sucederían aquella noche.

-o-o-o-

Pantherlily se hallaba profundamente dormido. Descansaba en el cajón inferior de una cómoda de madera que tenía Gajeel en la esquina de su alcoba. Se removió inquieto y poco después, un ruido lo despertó. Una ráfaga de viento había abierto la ventana del cuarto. Una sensación extraña se apoderó de él y un escalofrío le recorrió la espalda.

—¿Gajeel? —cuestionó incorporándose.

Observó a su compañero que seguía roncando sobre su cama. Vio cómo el Redfox escupía una cuchara a medio morder y ésta caía al suelo.

¿Cómo es que el ruido no lo despierta si tiene el sentido del oído tan desarrollado?

Suspiró sin interés y volvió a dormirse.

-o-o-o-

Empezaba a amanecer. La luz del Sol se filtraba a través de la ventana de su habitación. Gajeel estaba boca arriba, aún dormido. De repente, un olor diferente comenzó a despertarlo. Olfateó el ambiente con su agudo sentido, distinguiendo el aroma que impregnaba el cuarto.

Huele a… decía con los ojos cerrados todavía—. ¿Qué está haciendo ella aquí?

Reconoció ese perfume a flores que siempre la cubría. Creyó que estaría buscando a Lily para algo y no le dio importancia. Se giró boca abajo, decidido a volverse a dormir. Su rostro cayó sobre la almohada. La olió y esa fragancia se coló en sus fosas nasales, con mayor fuerza. Abrió los ojos.

¿Qué demonios?

Se restregó la nariz por el exceso del mismo aroma. El Redfox se incorporó un poco sobre sus antebrazos. No le gustó lo que vio. ¿Desde cuándo sus almohadas eran rosas? Parpadeó con rapidez y se frotó los ojos. ¿Y por qué sus sábanas eran de color durazno? Sacudió la cabeza y se sentó de inmediato. Esa no era su cama. Con algo de inseguridad, levantó el rostro con ligereza. ¿Por qué su habitación tenía estantes llenos de libros? Eso sólo podría significa una cosa. Abrió desmesuradamente los ojos mientras se quedaba boquiabierto al darse cuenta del lugar donde estaba. ¿Qué rayos hacía en el dormitorio de Levy McGarden?

—Mierda… —murmuró lo más bajo que pudo—. ¡¿Qué demonios hago aquí?! ¿Y dónde está la enana? Si me ven esas chicas locas, estoy muerto. De seguro esto es obra de Lily. Maldito gato. Tengo que salir de aquí.

Se puso de pie al instante, sintiéndose un poco raro. Se tambaleó y algunos mechones de pelo cayeron sobre su frente.

¿Qué carajo? se dijo confundido.

Su cabello era azul. Incrédulo,empezó a tocarlo con ambas manos con desesperación. Esa no era su larga melena. Sintió que le llegaba poco más abajo del hombro. ¡Alguien lo había cortado y teñido de azul!

Estás muerto, estúpido gato.

Dio un par de pasos silenciosos hacia la ventana, pero se detuvo. Sintió un peso diferente en la parte superior del pecho. Poniéndose pálido, dirigió su mirada lentamente hacia abajo. Esos definitivamente no eran suyos. Entonces se dio cuenta. Vestía una blusa de tirantes blanca acompañada de un short amarillo. Vio sus pequeñas piernas y sus delgados brazos. Observó sus finas manos, con las uñas pintadas de azul claro. Tragó saliva y empezó a sudar frío. ¿Qué diablos estaba pasando?

—¡Lily! —gritó ya sin importar que lo escucharan, pero se detuvo en seco.

Se rodeó el cuello con una mano. Esa no era su voz. Se estremeció a la vez que el pulso se le aceleraba. Buscó el baño y se dirigió a él con vacilación. Apretó un interruptor en la pared y la luz se encendió. Contempló una bañera con cortina al fondo y un retrete por un lado. Encontró el lavabo. Justo arriba se hallaba un espejo circular. Se acercó con lentitud y viendo su reflejo con escepticismo, perdió el color que le quedaba.

—¡Ahhhhhhhhhh! —exclamó con todas sus fuerzas.

-o-o-o-

—¡Ahhhhhhhhhh!

Un chico había gritado de la misma manera al observarse en un espejo del cuarto de baño de su apartamento. Se palpó la cara con las manos. Ese no era su rostro.

Continuará…


¿Qué tal? Pobrecitos. Van a sufrir un poquito XD. Bueno, espero que les haya gustado el primer capítulo. Nos vemos pronto en el que sigue. Oh, ya imaginé tantas situaciones ridículas *-*. ¡Gracias por leer! ¿Reviews? C: