¿Quieres ser mi prometido?
(Una Ramna ½ Alt Historia)
Fic original de: Ammadeau
Por: Lord Kal-el
Formato: Aoi Fhrey
Nota: Esto toma lugar un poco después de que la casa Saotome fuera destruida durante todo el incidente 'del anillo de compromiso'.
Prologo: Deseos Ideales
Fue después de otra de las grandes batallas en Nerima, y mientras la cuenta de muertos era cero como siempre, solo el daño a propiedades subía a millones de yen. Virtualmente todos los implicado no habían escapado sin unos pocos golpes y magulladuras, pero como siempre nada que amenazara la vida. Era más o menos un día típico.
Ranma se sentaba en su habitación de la casa Tendo, atendiendo unos pocos rasguños mientras fruncía el ceño a la puerta, aunque era dirigido más que todo a lo que estaba más allá, que incluía al mundo en general por el momento. Su retorno a la casa Saotome había sido algo amargo, dejando tanta gente atrás. Pero el debió haber sabido mejor después que fueron y destruyeron la casa de su mamá. El habría disfrutado de esos pocos momentos de paz y silencio mientras podía porque no sabía si vendrían otra vez.
"Estupido papá," El murmuraba apara si mismo, "Desearía que nunca me hubiera alejado de mamá en ese estupido viaje de entrenamiento en primer lugar."
El padre no estaba más feliz que el hijo en el momento. El estaba ahora sentado en la yarda en forma de panda porque su propia esposa rehusaba a dejarlo entrar en la casa Tendo con su piel mojada. A veces el incluso disfrutaba su maldición, pero ahora...
"Yo deseo que alguien mas tuviera esta maldición de panda."
Nodoka veía a su marido mientras ella ayudaba a poner en orden la parte de arriba de la casa Tendo, sintiéndose mas que un poco culpable en tener a los Tendo soportar a su familia otra vez. Ella había estado tan sola mientras su marido y su hijo habían estado fuera. Eso era por lo que ella había agarrado a Ranko tan apretadamente, quizás viendo la chispa de su hijo perdido en la profundidad de ese cuerpo femenino. Si solo Genma hubiera esperado un poco mas antes de irse en su viaje de entrenamiento...
"Yo deseo haber tenido una hija."
Kasumi noto la expresión triste y caída de la Sra. saotome. Esa mujer había pasado a través de tanto, esperando y esperando, solo para finalmente recibir un marido e hijo que era tan diferentes de los que la dejaron que ella apenas los reconocía.
Pero Kasumi sabia que Nodoka no era la única sintiéndose cabizbaja en el momento. Ella había visto la expresión de Ranma justo antes de que diera un portazo a la puerta de su habitación. Ella había querido decir algo, pero sabia que no era su lugar. Ella era mas como un distante relativo de una amiga para el. Ella empezaba a preguntarse si el tenia algunos amigos verdaderos en verdad.
"Yo deseo que la Sra. Saotome y su hijo tuvieran alguien con quien puedan hablar realmente."
Soun se ocultaba tras su periódico y pretendía no notar el repentino sentimiento de penumbra que había descendido en la casa después del último incidente. Oh, el podía culpar a Ranma por eso como todos lo hacían, pero el sabia la verdadera razón para la maldición que parecía haber sido colocada en su casa, el demonio a quien no osaba incluso levantar su voz para que no el incurra en su terrible cólera.
"Como deseo nunca haber conocido al maestro Happosai."
El demonio en cuestión estaba actualmente sentado en el tejado del dojo Tendo. La Gente podía haber estado sorprendida al ver cuan viejo y triste lucía en el momento. Aunque el nunca lo admitiría, el envidiaba a Cologne por tener una bisnieta como Shampoo. El no quería decir su aspecto esta vez, pero alguien que tuviera una profunda y tolerante respecto para el. Nadie lo respetaba, a nadie le importaría si el moría. Rayos, ellos incluso celebrarían.
"Yo deseo tener una bisnieta como Shampoo."
Dentro del dojo en que el estaba ahora sentado, Akane estaba 'practicando' aunque ella estaba realmente sacando sus frustraciones en pedazos inocentes de madera. Era todo culpa de Ranma. ¿Por que tenia el que hacer cosas estupidas para hacerla enojar todo el tiempo? Ella sabia que todo el problema era desde que se conocieron. Eso había puesto toda la mala nota para su relación completamente.
"Yo realmente deseo que pudiéramos haber empezado como amigos."
Nabiki saco unas pocas fotos más para terminar el rollo y volver a su cuarto. Ella las vendería a Kuno como docenas de veces antes. Aunque su corazón no estaba realmente en eso mas. Nabiki se pensaba ser una chica elegante y estaba un poco repugnada con ella por tener que hacer esto para ganar yenes. Esto es la clase de cosas por la que ella tendría gente trabajando para hacer. Gente que la respetara y admirara por lo que ella podía hacer, en lugar de temerle y despreciarla como mucha gente hacia.
"Yo realmente deseo tener alguien que mire por mi."
Un pequeño cerdo negro pasaba por debajo de su ventana, lejos de su querido destino debido a un sentido muy pobre de dirección. Dentro del porcino exterior Ryoga estaba hirviendo por el último maltrato de Ranma a Akane. El chico de la trenza era peor que un idiota en su opinión, él tenia a Akane pero la trataba como suciedad. Si Ryoga fuera su prometido, el nunca la trataría así.
"¡Yo desearía ser el prometido de Akane!" Ryoga intento gritar, pero todo lo que salía fue, "¡Bwee!"
Shampoo parpadeó por el grito repentino de un cerdo mientras montaba su bicicleta por la calle, pero luego se encogió de hombros. Ella no tenía tiempo de descubrir que era, no porque ella tenía que hacer entregas para el restaurante. Ella estaba volviendo ahora y su bisabuela ya tenía otro pedido. Parecía que ella no seria capaz de ver a Ranma por el resto del día al menos. Ni oportunidad de disculparse por la última pelea, y robarlo de esa marimacho de Akane.
Parecía que su bisabuela ya se había dado por vencida de que eso sucedería. Shampoo no podía culparla, su propio casi ilimitado suministro de optimismo casi se había agotado, y ella estaba comenzando a sentir que ella había perdido la pelea antes de comenzar, todo por culpa de una equivocación que había hecho hace tiempo.
"Shampoo desear que ella descubrir maldición antes de venir a Japón."
"¡Shampoo!" Mousse gritaba tan pronto como su querida de pelo purpura entrar al restaurante, solo para ser golpeado contra la pared. Una esperada, pero inoportuna respuesta. El recordaba cuando ellos eran jovenes, mucho antes de haber oído el nombre terrible de Saotome, cuando Shampoo felizmente jugaba con el. ¿Qué sucedió con esos tiempos? ¿Era realmente toda su culpa?
"Oh, Shampoo. Yo deseo que nosotros solo podamos ser amigos otra vez."
Cologne ignoro el disturbio en el restaurante mientras trabajaba en la cocina, su mente en otra parte. Ranma había probado ser mejor luchador que antes. El chico solo parecía que no pararía de mejorar, y el aun no alcanzaba su máximo. Ella había llegado a conocerlo muy bien, conocimiento que ella lamentaba no tener cuando se habían conocido. Ella había enredado completamente las cosas con él entonces, y era claro que no importaba las cosas que hiciera por el desde entonces, Ranma nunca confiaría en ella completamente.
"Como desearía poder empezar con el chico de nuevo."
Nada sorprendente, ella no era la única persona pensando en Ranma en ese momento. Una cierta joven chef de okanomayaki pensaba en su amigo de la niñez mientras manejaba su negocio. Ukyo era la 'linda' prometida de Ranma, pero eso no parecía ser suficiente. Akane era con quien siempre estaba, a quien siempre giraba, a quien iba primero.
"¡Yo deseo ser la verdadera prometida de Ranchan!" Ella gritaba en frustración.
Ella podía haber estado sorprendida, y quizás un poco repugnada, de saber que sus pensamientos eran actualmente repetidos por Kodachi Kuno. La Rosa Negra podía ver claramente que no tenía oportunidad con Ranma por la simple razón de que distinto a las demás ella no tenia un reclamo oficial con el. Así que todo lo que Ranma puede sentir por ella, el todavía estaba atado por el honor y la tradición. Ella ni siquiera era una opción para el.
"Yo desearía que mis padres hayan arreglado un matrimonio para mi."
Kuno ignoro lo que su hermana murmuraba mientras el pasaba a zancadas, su mente enfocada en dos cosas: Akane y la chica pelirroja. Cada una perfecta en su propia manera, las únicas dos mujeres verdaderamente merecedoras de su grandeza. Claramente sus afectos serian suyos si no fuera por el demonio Saotome que estaba en su camino a la felicidad, sin duda para sus torcidas intenciones.
"¡Yo deseo que Ranma Saotome no este mas en el camino de mi felicidad!"
Gos ignoraba el grito repentino mientras pasaba por la mansión Kuno. El había renunciado a toda esperanza de ganar a Akane para si, ni siquiera el y Kuno trabajando juntos podían vencer a Ranma. ¿Qué oportunidad tenía de vencer al chico solo? Lo que el necesitaba era una clase de ventaja, pero todo lo que había intentado siempre fallaba.
"¡Yo desearía solo poder usar magia real por una vez!"
En otros días tales deseos no habrían importado. Eso estaba lejos de ser la primera vez que esa gente había querido algo para cambiar su vida, aunque este era quizás la primera vez que todos habían deseado así a la vez. Y en otro día ellos habrían probablemente deseado por algo más, especialmente si supieran que alguien estaba escuchando.
Ahí un cierto poder inherente en desear, el deseo de querer que las cosas cambien. Individualmente, no es suficiente para levantar un grano de arena, pero crece más fuerte cuando lo piden juntos, especialmente cuando son los deseos de gente de voluntad fuerte.
En este caso fue suficiente para despertar un dormido espíritu. Este espíritu era útil de naturaleza, pero su ayuda llegaba a causar una compartida desventura. El oía todos esos deseos y pensó por un tiempo en lo mejor para ayudar a todos, para ser incluso un poderoso espíritu tenía limitaciones. Pero entonces el vio la respuesta, un pequeño cambio a un suceso en el pasado, uno se volvía dos, eso daría a todos lo que ellos querían. Mientras el espíritu volvía a dormir, la ciudad alrededor empezaba a cambiar...