Disclaimer: los personajes no me pertenecen pero la historia es de mi absoluta propiedad


Capítulo beteado por Flor Carrizo

Betas FFAD.


www .facebook groups /betasffaddiction /


OLVIDANDO PENDIENTES

Sigo pensando qué es lo que estoy olvidando, seguro de que era otra cosa, pero no logro recordar que. Seguro era algo importante, hasta recuerdo que era una de las tantas órdenes que me daba mi madre, sólo que ésta era muy importante, es como si de mí dependiera el cuidado de alguien. Aunque eso es demasiado estúpido, cuando ni yo me cuido adecuadamente, así que debo de tener la mente fría y recordar que era eso tan especial que debía de hacer.

—Ya sé que era y Emmett no estará muy contento —digo en voz alta recordando que asistiría a su entrenamiento—. Debo de pensar que decirle.

Tal vez era otra cosa, tal vez lo que le prometí a Alice sobre revisar las solicitudes a los institutos de música; es una mala suerte que sólo haya tomado clases de piano en casa y no en alguna academia, eso me ayudaría a entrar con una beca a algún conservatorio.

Aún no he visto todos los conservatorios, pienso mirando como el semáforo cambia a rojo.

En ese momento me vuelvo a sentir estresado por pensar en el futuro. No es que no intente pensar en ello, pero necesito saber que debo de hacer con todo esto y si no lo hago a tiempo ni siquiera entraré a la universidad para estudiar medicina.

—Es mejor que ponga algo que me relaje —me digo mientras pongo Claro de Luna y me pierdo de a poco en las notas.

Sé que puedo ser un excelente médico, tanto como mi padre. Pero también podría ser un músico famoso que sólo vive de lo que compone, presentándose en grandes teatros, interpretando dulces melodías. Eso me gustaría mucho, me gustaría que mi música se escuchara en todos lados, aunque eso sería exagerar, pero sí me gustaría transmitir con ella al verdadero Edward Anthony Cullen.

Pero dudo conseguir una beca por composición, pienso desganado.

Hace poco el entrenador me dijo que tengo la posibilidad de tener una beca deportiva para Harvard, Yale o la UCLA, sólo por pertenecer a su equipo de americano y ser la estrella por estos 3 años, ya que, desde que juego no me hemos perdido ni un partido.

La primera vez que asistí al campo de entrenamiento, era un completo debilucho que no tenía desarrollado muchos músculos, por lo que se burlaron de mí. Inclusive me iban a usar de botana porque además de ser un debilucho, resulté tener mucha cabeza para los estudios y en tan sólo un periodo logré ser el mejor de la escuela.

Me parecía demasiado difícil pertenecer a un grupo de chicos porque era un poco tímido porque me molestaban los mayores. Por lo que primero pertenecí al grupo que formaban los mejores alumnos de biología e inclusive de matemáticas, por lo que con ellos gané dos concursos hasta que mi propia fama de ser me alejó de eso.

—Esos fueron buenos tiempos —me digo mientras me estaciono esperando a Emmett.

En esos tiempos el único que me hablaba era Jasper, pero sólo porque éramos amigos de la infancia y jamás me hubiera dejado por ser popular, así que fueron sus palabras las que cambiaron mi vida…

FLASHBACK

Recién acababa de cumplir los 15 años y mi vida no podía ser más complicada. Hace poco había dejado la Middle School de Forks y estaba demasiado ansioso, primero porque mi cuerpo estaba dando algunos cambios, como mi voz que se hacía más rasposa, claro sólo lo notaron mis padres y Jasper ya que era demasiado invisible y Alice y Emmett no se fijaban mucho en eso.

También mi cuerpo se comenzaba a volver diferente, más velludo, y no es que no me agradara pero a veces eso me ponía nervioso por lo que me la pasaba leyendo cientos y cientos de libros de educación para la salud, de higiene y demás cosas que al final no me sirvieron para mucho.

Así que durante las vacaciones de verano iba constantemente a la biblioteca para tratar de saber qué hacer con todos esos cambios que ni yo sabía tratar. Inclusive conocí a la chica de la biblioteca, a quien jamás olvidaré, su nombre era Natalie.

Hola Edward me dijo ella como siempre con una voz muy dulce ¿qué libro necesitas ahora?

Creo que seguiré leyendo cosas de la sección de salud e higiene le respondí con una sonrisa que estaba envuelta en un sonrojo que no pude ocultar.

Ya sabes, pasillo 4 me indicó con una sonrisa.

Natalie era 4 años mayor que yo y ella estaba en ese momento ayudando a su hermano mayor, William, que era el encargado de la biblioteca pero por asuntos de su esposa tenía que estar al pendiente de ella y de su futuro bebé que se terminó llamando Edward por cosas del destino. Ella estudiaba derecho pero en sus vacaciones se encargaba de la biblioteca desde que yo vine por primera vez.

Ella era hermosa, al menos para un chico de 15 años con las hormonas un poco locas. Era una chica muy amable, al menos conmigo siempre lo fue, además era demasiado inteligente y a veces me quedaba hablando hasta que mis padres me venían a buscar y ponían mi cara de todos colores.

Su cabello lacio y castaño la hacía ver demasiado dulce, sus ojos eran castaños pero estaban llenos de una luz cuando me hablaba de su carrera y aunque muchas veces no comprendía nada de eso, sólo con escucharla me quedaba hechizado. Su piel era clara, no demasiado como la mía o de muchos pero siempre era radiante y suave. Ni hablar de cómo iba arreglada, siempre con sus vestidos de flores y sus zapatos de ligero tacón, su cabello con peinados bastante modernos y que a ella se le veían perfectos.

Ese día iba con un ligero vestido de flores rosas con blanco, lo que hacía que se transparentara un poco su sostén blanco, pero lo que más llamó mi atención fue que estaba con los ojos ligeramente hinchados. En ese momento pensé que era de tanto leer por lo que me dirigí a la sección de salud e higiene.

Edward ¿qué tanto lees? me preguntó Jasper que en ese momento se veía igual a mí, un par de debiluchos.

Ya sabes, a veces me quedo con inquietudes le respondí de la peor manera, mi voz sonó un poco ronca pero a la vez salía delgada.

¿Aún no se acomodan tus cuerdas vocales? —volvió a preguntar sentándose a mi lado

Sabes que eso a veces tarda y más con mi voz que será gruesa —le contesté aunque no estaba seguro.

Llevaba casi dos horas de leer todo eso de la voz, porque desde hacía unos días no dejaba de molestarme con los cambios de entre delgada y gruesa. Me sentía ligeramente incómodo al momento de abrir mi boca y más delante de Natalie que sólo me daba una cálida sonrisa y un "no te preocupes es normal", pero para mí eso no era suficiente.

Ya veo me dijo tranquilo, creo que jamás lo vi de otro modo.

Pero por suerte esto ya está pasando aseguré con mi voz rasposa, pero más normal a lo que se supone sería mi voz.

Es una parte de todo comentó sonriendo.

Lo que aún no puedo evitar es lo otro le susurré nervioso.

Tenía más de una semana que me despertaba y mi bendita polla estaba completamente levantada y estaba tan dura que dolía, pero no lograba controlarlo y mucho menos sabía que debía hacer. Así que siempre terminaba en el agua fría hasta que sentía que mi cuerpo se relajaba.

¿Pero ya supiste qué lo provocó? me preguntó mi amigo.

Según vi en la tv es por las chicas —volví a susurrar.

Sentí su silencio unos minutos y después se comenzó a reír de manera estruendosa.

Vaya que has crecido —comentó finalmente.

Dime ¿tú no? le pregunté entre molesto y avergonzado.

Sí, pero ya me dijeron que debo de hacer me explicó con una sonrisa.

¿Qué debes de hacer? le pregunté más relajado.

Pues ¿sí sabes lo que hacen un chico y una chica? me cuestionó.

No le respondí avergonzado.

No podía ser más inocente y más estúpido, que ni siquiera sabía que hacían los chicos a nuestra edad. Así que en ese momento me sentí un completo patoso, que no sabía nada de la vida, y en verdad no sabía nada de la vida, pero era un buen momento para aprenderlo.

Entonces ven a mi casa más tarde me dijo levantándose—, un amigo me acaba de prestar una película.

En ese momento Jazz tenía mejor suerte con eso de ser popular, por lo que era obvio que alguien más aventurado le hubiera contado. Pero yo no era más que el cerebro de la clase y con mi voz delgada y además mi cuerpo no tan desarrollado, era un completo fenómeno. En cambio él tenía la ventaja de tener su voz desarrollada y una simpatía que a mí me faltaba.

Mis manos se volvían más temblorosas a cada minuto esperando el momento de ir a casa de Jasper para ver esa famosa película que iba a ayudarme a ser más hombre y además me iba a quitar las dudas de todo. Pero en ese momento un llanto interrumpió mis inquietantes pensamientos que no me daban tregua.

Giré mi cabeza y pude ver como Natalie estaba con la cabeza baja y sólo se escuchaban pequeños sollozos, que harían voltear a todos, pero por poco común que parezca la biblioteca estaba desierta. Así que me levanté de mi asiento y fui donde ella se encontraba.

¿Estás bien? le pregunté mientras le pasaba un pañuelo.

Todavía en ese momento de mi vida era un completo caballero y no podía permitirme el lujo de ver a una chica llorando y menos a una tan hermosa como ella, y más cuando era la única que no me miraba como un bicho raro o peor aún, como un niño y yo ya no me sentía como tal.

me respondió con la voz quebrada.

¿Qué pasó? —volví a preguntar pasando su escritorio y mirándola.

Cosas de adultos me respondió, pero vi que se arrepintió inmediatamente después de decir eso—. Lo siento Edward, pero acabo de terminar con mi novio de la preparatoria.

Lo lamento le aseguré pasando mi mano por su espalda, sin ninguna doble intención más que consolarla.

Jamás me había hablado de algún novio, pero era un completo idiota por dejarla así, siendo la estupenda chica que era.

Gracias Edward —susurró limpiándose los ojos con el pañuelo que le presté.

No te mereces esto afirmé muy molesto—. Eres una chica muy hermosa comencé a sonrojarme—, muy inteligente y además eres simpática y amable…

Sólo vi como me sonreía, pero esa sonrisa no le llegaba a los ojos, lo que me hizo sentir muy triste, por lo que la levanté y un impulso me hizo abrazarla. Ella era tan menuda y pequeña que yo la cubría completamente con mis brazos y era inclusive más alto que ella que no media más del metro sesenta.

Tranquila, él en verdad no te merece le aseguré con mi voz grave, inclusive más de lo que pensé que era.

Gracias Edward —contestó mirándome.

En ese momento sentí mi corazón acelerándose pero no tanto como para morir, pero sí por la emoción de tenerla así… en ese momento me di cuenta que estaba enamorado de ella.

No pensé que fueras así comentó con una sonrisa que en verdad le llegó a los ojos y mi corazón se sintió feliz.

Creo que ni yo lo sabía —susurré con una sonrisa completamente sincera.

Eres demasiado dulce, tendrá mucha suerte la chica que esté contigo me aseguró ella acercándose a mi rostro.

Mi corazón se volvió demasiado loco y sólo me acerqué a ella, era mi primer beso y no podía ser con nadie más. Así que rocé sus labios y los comencé a mover tímidamente, era más inexperto que nada, pero ella supo tenerme paciencia y me correspondió.

A partir de ese momento éramos algo así como novios y ahora sí no dejaba de ir a la biblioteca sólo para hablar y besarla, esos eran los momentos más emocionantes de mi corta vida. Y Jazz los mejoró con sus vídeos "educativos", así que estaba decidido de iniciar mi vida sexual con ella antes de comenzar la preparatoria.

FIN DEL FLASHBACK

—La culpa la tiene Jazz —pienso en voz alta, porque él me dio la idea.

— ¿Qué hizo Jasper? —me pregunta Emmett.

—Nada… sólo me acordé de algo del pasado —le respondo arrancando el auto.

Ella fue mi primera novia y mi primer amor, pero desgraciadamente tuvo que irse y en ese momento ambos nos dimos cuenta que no éramos el uno para el otro. Fue algo desastroso para mi primera relación, pero no terminamos en malos términos y a veces aún hablo con ella.

— ¿Vamos por Alice? —vuelve a pregunta Emmett.

—Sí —le contesto manejando como el rayo.

En verdad sólo recuerdo que después de la primera chica en mi vida, en todo, me sentí demasiado bien a pesar de ser el cerebro de la clase y pertenecer a los equipos de matemática y biología, porque yo sabía que era un hombre completo, aunque no un casanova. Esa situación fue culpa mía y de alguien más, que hizo mi iniciación después de ganar mi primer partido.

—Llegamos —le dije a Emmett que estaba a mi lado.

—Estás muy serio ¿con quién estuviste? —cuestiona muy cínicamente.

—Creo que eso no te incumbe pequeño —argumento de manera altanera.

—Ya lo descubriré —afirma retándome.

—Creo que te tardarás un poco en eso —lo desafío riéndome.

Después de eso tenía que ocupar mi vida entre los equipos: matemáticas, biología y americano. Sin contar las imprevistas visitas de chicas que querían comprobar mi nueva y respetada identidad. Tanto que a veces aparecían en algunos de los salones de estudio donde yo me dedicaba a leer o matar el tiempo fuera de ese podrido mundo del que me convertiría en su rey.

—Hola chicos —nos saluda Alice entrando al auto.

—Hola —le devuelvo el saludo sonriendo—. Vamos a regresar a la preparatoria.

— ¿Por qué? —bufa la pequeña duende mientras cruza sus bracitos.

—Tengo junta del consejo estudiantil —le explico con una sonrisa.

—No sé porque tuviste que ser el presidente de eso —hace un mohín con su boquita.

La culpable fue mi renovada reputación de ser un casanova y un gran jugador. En realidad, pocos recordaban que era un genio matemático o un genio en la biología y otras ciencias, todos recordaban que era bueno cogiendo y siendo el mariscal de campo que siempre obtenía el triunfo. Eso me dio la oportunidad en el segundo semestre de ser el presidente del consejo, a pesar de ser el más joven de la historia.

—Creo que te debo recordar que lo soy desde segundo semestre —la miro por el espejo retrovisor.

— ¿Pero por qué aceptaste? —me pregunta.

—Bueno ellos me eligieron —aunque siendo sincero el triunfo se lo debo a las cientos de chicas que votaron por mí, sólo por ser Edward "Casanova" Cullen.

—Casanova —me llama Emmett, por lo que arqueo mi ceja—. Digo Edward, vamos a tu junta.

—Claro, además debo de ver los preparativos de la fiesta de primavera —comento finalmente.

Eso era lo que olvidaba… ahora tiene sentido. Sólo podía ser esa fiesta de la que aún no escojo tema, ni quienes van a ayudarme. Por más casanova que sea, sigo respondiendo a cosas como éstas, por algo no han dejado de darme ese puesto por tanto tiempo, lo bueno es tener a Jasper como mi mano derecha y siempre ayudándome en todo.

— ¿Ya tienes tema? —pregunta mi pequeño remolino con un cambio completo de humor.

—Eso lo vamos a ver en la junta —le respondo.

—Podría ser de tus campeonatos —sugiere Emmett.

No es una gran idea, pero no le iría tan mal a mi ego demostrarles a los demás que Edward Cullen es el mejor de todos. Pero eso más que alimentar a mi ego sería devorarme a los que tanto trataron de humillarme y que jamás pudieron conseguir algo de mí.

—No seas tonto Emmett —lo reprende Alice—. Debe ser algo mágico —veo un brillo en sus ojos—, como Sueño de una Noche de Verano.

—Tal vez sería exagerado —dije aunque pensándolo bien no sería tan mala idea.

—Ya ves tampoco das buenas ideas Alice —se burla Emmett.

—Pero al menos es una idea romántica —le responde la pequeña ofendida.

—Eso es para niñas —asegura.

— ¿Y qué crees que soy? —le pregunta con un tono de voz que demostraba que pensaba en él como un tonto.

Esto se volvería un campo de batalla y no quería estar en medio de ambos bandos, porque siempre, siempre pierdo, así que lo mejor sería pararlos.

—Llegamos chicos y propondré ambas ideas —les aseguro.

—Ok —me respondieron al unísono.

Entré a la preparatoria, pensando que seguro me pedirían un buen tema, así que pensé en una idea mejor, para que crean que los tomo en serio. El resto del consejo escogería el famoso tema y con eso doy por terminado ese pendiente que me tenía pensando que había podido olvidar y que era muy importante.

—Edward jamás habías tomado una decisión como ésta —escucho la voz de mi mano derecha.

—Sé que siempre doy todas las ideas y órdenes —les digo mirando a todos—, pero éste es mi último año y creo que alguien más debe de ocupar mi lugar y sé que algunos de los que acaban de integrarse lo harán bien.

Mejor discurso de líder no pude haber escogido, en ese momento todo mi equipo me dio un aplauso. Fuera de Jasper que buscaba en mis ojos que tramaba pero tuve la gran suerte de que me creyera todas y cada una de mis palabras, tanto que aplaudió mi gran e improvisado discurso. Los únicos que no lograron caer en él, eran un par de chicos que estaban en unas butacas escuchando todo lo que comentábamos, que por cierto había pasado una hora y no llevábamos nada resuelto. Todos pedían que se escogiera su idea y hasta el momento ninguna sonaba muy bien.

Ahora sé por qué yo tomaba todas las decisiones, pienso para mí cuando veo que al final sólo quedan dos ideas.

—Lobos —escucho a Jessica.

—Yo pienso que serían mejor los vampiros —dice Tanya.

Olvidé decir que casi todo mi consejo estaba formado por chicas y digamos que las que más opinaban sólo para que las escuchen son Tanya y Jessica.

—Edward, debes calmarlas —me dice Jazz.

—Chicas —les hablo con voz dura, llevábamos toda la tarde y estaba demasiado cansado de escuchar sus molestas voces como para escucharlas 5 segundos más—, el tema será Licántropos y Vampiros y será dentro de un mes.

—Bien —bufan ambas que se miran con odio y después ambas me miran. Sé lo que esperan y la respuesta es un rotundo… jamás

—Eso es todo, mañana les asignaré sus trabajo —les explico poniéndome de pie.

Todos se fueron retirando y al final sólo nos quedamos Alice, Emmett, Jasper y yo.

—Yo vendría de vampira —asegura Alice dando saltitos, pensé que estaría tan cansada y molesta como yo pero siempre es una bendita luz.

—Pero no puedes venir —le digo tomándola en brazos.

—Es demasiado injusto, debería de ir —se queja abrazándome del cuello—. Les diría a esas chicas que te miraban raro que tú nunca saldrías con ellas.

Me hubiera gustado decirle que eso era verdad, pero tienen un coño tan bueno que no puedo desaprovechar la oportunidad de estar con ellas, al menos hasta que terminen las clases. Después mi vida tomará un sendero diferente y pienso tener a más chicas debajo de mí, porque jamás en mi cama, ésa es sólo mía.

—Edward hazme caso —me exige Alice—. Hoy llegó una nueva chica a la escuela —me cuenta con una sonrisa muy amplia—, Rosalie y yo nos hemos hecho amigas de ella aunque es muy tímida.

—Me alegra —le aseguro, pero comienzo a recordar algo que me dijo Esme.

—Su nombre es Isabella pero prefiere que la llamemos Bella —sigue contándome aún mas emocionada—, es la hija del Jefe de Policía.

— ¿En serio? —le pregunto y comienzo a recordar que Charlie Swan es amigo de mis padres.

—Sí, es muy buena amiga —asegura—, aunque me dijo que su papá estará trabajando hasta tarde, así que alguien la va a cuidar.

—Mierda… —susurro bajito. Olvide que tenía que cuidar de una niña y seguramente es esa tal Isabella.

Estoy en problemas, pienso para mí mismo.