Flash back o recuerdos (cursiva)
Pensamientos (subrayado)
Disclaimer: Naruto no es de mi propiedad, le pertenece al Maestro Kishimoto. Solo lo tomo prestado para darle rienda a mis locuras.
Summary: Ella busca la forma de hacer caer al culpable de la desdicha de su familia y para lograrlo deberá entrar al mundo de los Yakuzas y convertirse en el objeto sexual de Uchiha Sasuke
Notas:
Por como veo mi agenda, no podre escribir hasta el próximo fin de semana.
Tengo un grave bloqueo u.u Así que Tentados y En Silencio están detenidos por el momento y probare suerte con Confesiones, y rogare a Kami que pueda escribir aunque sea 5 palabras.
Y para compensar un Poco subiré el prologo de una historia que estoy desarrollando. Espero que sea de su agrado y pronto lo subiré a DA.
LOVE IN THE AIR
PROLOGO
Fuego.
Esparcido en toda su alma, siguiendo quemando y destrozando cada parte de ella. Dejándola seca y casi sin vida, de no ser por el brazo que la sostenía en esos momentos. De no ser por ello, estaría derrumbándose en añicos; quedando hecha cenizas y volando libremente a causa de la brisa del aire.
Las grandes cajas que estaban en frente de ella eran bajadas exactamente 3 metros hacia el suelo. De un color negro, que la poca luz que caía sobre ellos los hacia brillar intensamente. Justamente como esa noche.
Se aferró al brazo que la tomaba con fuerza y se desahogó.
El dolor la quemaba y la hacía gritar, estaba lastimada y la herida era demasiado grande para soportar. Demasiado grande y profunda para sanar. Siempre la llevaría frente a ella, la usaría a su favor, como armadura y arma. Haría su esfuerzo para convertir su dolor en su más grande orgullo, levantando la frente en alto y demostrar que ella volvería y más fuerte que nunca. No la pisotearían, le tendrían miedo; pánico de escuchar su nombre.
Se cuidarían de escuchar que ella estaría detrás de su pista. Volvería y los haría caer hasta más allá del fondo.
Camino lentamente hacia los ataúdes que yacían ya en el frio suelo de un día de invierno, tomo un puño de tierra y la dejo caer en esos tres ataúdes.
Caerían. Después de todo, le habían enseñado bien.
La hija mayor de Hyuuga Hiashi. Era el reportero más famoso en Japón, galardonado en varias ocasiones y siempre tenía los mejores reportajes y él siempre había hecho caer a grandes capos de la mafia japonesa. Era respetado y valioso para el mundo de la noticia. Ella había seguido sus pasos y ahora sin duda no dejaría de seguirlos.
"La cámara había caído al suelo a causa del golpe que ella había recibido al ser empujada bruscamente a la pared de un callejón oscuro. Las piezas habían salido de su lugar y ya no podían ser remplazadas.
Ahí se iban demasiados yenes que había gastado por esa cámara especial.
-Deje de estar metiendo tus narices donde no te incumbe.- el hombre tenía el cabello oscuro y desordenado y un aliento fresco, pero la lastimaba apretando sus hombros y sacudiéndola bruscamente. – O el jefe ordenara que te matemos, esta es solo una advertencia.-
Vio que en su mano derecha tenía un tatuaje, una serpiente exactamente.
-N-no- la chica se había negado y solo recibió una bofetada y otro golpe duro hacia el suelo.
-Piénsalo o cuando menos lo esperes ya estarás muerta.- el hombre se fue y la dejo ahí.
La chica se paró lentamente y sintió algo recorriendo su barbilla y finalizaba en su cuello, llevo sus blanquecinos dedos hacia donde sentía el líquido resbalar. Al ver lo que era se asustó, estaba sangrando de tan solo recibir una bofetada. Nunca le había pasado en el tiempo que llevaba ejerciendo su profesión de reportera.
Camino agarrándose de le pared y así poder salir de ese callejón.
La luz de su departamento estaban encendidas y eso le indicaba por lo menos que no debía de llegar a ese lugar. Ya no era seguro para ella y dio media vuelta rápidamente antes de que una figura moviera la cortina de su departamento y pudiera llegar a verla.
Corrió rápidamente y no sabía que camino había tomado. Tenía miedo, hambre, estaba adolorida y parecía desorientada. Era muy tarde ya, las calles se encontraban ya casi despejadas; por suerte vio un taxi y rápidamente lo detuvo y le dio una dirección precisa, a un lugar que aun seguiría seguro para ella.
Toco la puerta varias veces y nadie parecía atenderle, temía lo peor y que este lugar también hubiera sido tomado. Bastaron unos golpes para que la puerta de esa gran casa se abriera. Los ojos blanquecinos de una persona fue lo primero que vio.
-¿Hinata?- la voz masculina la hizo sentir bien y las lágrimas comenzaron a caer. Los brazos de su padre la rodearon y la adentro a la casa. La llevaba al estudio una vez haberla visto.
-¿Hiashi quien era?- una mujer de cabello azulino que acababa de despertar por el ruido entraba a la sala. - ¿Hinata?- la mujer observo como su esposo llevaba a su hija mayor al estudio y la cubría de que no fuera vista.
El hombre solo negó con la cabeza y la mujer entendió que no era buen momento.
Llevo sus manos a su pecho y rogo que su hija estuviera bien.
Limpiaba la pequeña herida que tenía y su padre tenía un puro en su boca. Meditaba las cosas que su hija le había contado.
Orochimaru. Era un Yakuza, uno de los grandes en Japón, desde su juventud Hiashi había querido atraparlo y mostrar todas las cosas sucias que hacía. Pero siempre se respaldaba de sus obras de caridades en orfanatos y varias fundaciones que había creado, si supieran que solo era un maldito pedófilo que le encantaba violar a esos pequeños. Un contrabandista de drogas y lavaba dinero en grandes cantidades.
Pero fue el único el que sabía cómo perderle la pista a Hiashi Hyuuga. Ahora que su hija había seguido sus pasos, se había encargado de enseñarle todo lo que sabía y justamente esta noche su hija había podido atraparlo de no ser que le destrozaron la cámara y la golpearon.
Se sentía feliz por su hija, pronto llegaría al mismo nivel que él había dejado cuando se retiró. Pero aún le faltaba esa audacia y coraje para seguir enfrentando a ese maldito que se había atrevido a amenazarla de muerte.
Las llamas consumían esa casa, la habían encontrado, pero ella no estaba en ese momento. El fuego solo había dejado cenizas y se había llevado todo. Incluyendo a su madre, su hermana y a su padre."
El crea que había ganado pero solo el que matara a su familia la había hecho cambiar. Los dos Hyuugas que quedaban sentían la furia fluir en su sangre.
Hyuuga Neji. El agente de la CYA.
Y Hyuuga Hinata, la reportera que haría caer a la mafia de Orochimaru y todo el que estuviera con el.
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