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Levy McGarden cerró el libro a la par de un suspiro.

A ella realmente no le iban las historias románticas. Prefería aquellos gruesos libros acerca de la historia de la magia que se encontraban amontonados en su habitación. Solo había accedido a leer aquello porque Lucy se lo había recomendado. La maga celestial tenía preferencia por las historias rosadas que derramaban miel página tras página. Suspiró de nueva cuenta.

Dejó el libro de cubierta roja a un lado y se recargó con pereza en el árbol en cuya sombra se había pasado leyendo toda la tarde. La noche ya casi caía sobre Magnolia y Levy no se sentía con ánimos para irse a Fairy Hills aún.

Cerró los ojos y dejó que los segundos pasaran, convirtiéndose en minutos, mientras se perdía en sus pensamientos acerca del libro que tenía a su lado. Abrió los ojos repentinamente cuando un pensamiento poco usual apareció en su cabeza, con un leve rubor en las mejillas.

Nunca lo había intentado, es decir, ni siquiera lo había pensado antes.

Miró con precaución de un lado a otro, percatándose de que nadie la observaba. Asintió con decisión y se posó sobre sus rodillas.

—¡Solid script: Love!

Y, después de que una ligera capa de humo desapareciera, ella cayó de sentón sobre el pasto ante la aparición de su magia.

Cuatro letras, rosas, con relieves rojos. Hasta ahí todo iba bien. Los orificios de las vocales eran sustituidos por un par de corazones que se hubieran visto muy monos si el material de la palabra que se formó no hubiera sido el metal.

Metal.

Love: una palabra de cuatro letras rosadas con corazones…de metal. ¡Las letras eran de metal!

Levy se levantó aún más nerviosa que cuando pensó en llevar a cabo el hechizo y se alejó corriendo de ahí, sonrojada hasta las orejas, olvidando incluso el libro que estaba leyendo anteriormente.

Minutos después, cuando ya estaba oscuro y todos se encontraban en la calidez de sus hogares, un par de presencias hicieron aparición en el solitario parque.

La pequeña figura de un felino negro se dejó ver a la luz de la luna, percatándose de un libro abandonado al pie de un árbol. Llamó la atención de su compañero —considerablemente más grande— y se acercaron a investigar.

El pequeño gato revisó la portada del libro, intrigado. Mientras que a su compañero, otra cosa le había llamado la atención. Un tanto lejos se encontraban cuatro letras de metal, formando una palabra. El hombre sonrió burlonamente. La tomó y la mordió.

Al alejarse ambas figuras, solo se escuchó un tenue y divertido «geehee».

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Mi primer GaaLe, y mi primer incursión en el fandom de Fairy Tail. ¿Sirvo para esto?

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