My dear

A veces sueño con un bosque, y cuando lo sueño te buscó en él. Es un bosque profundo y oscuro, no puedo detenerme ni retroceder. Pienso que, si logro atravesarlo te encontraré.

El denso bosque me impide caminar, sigo mis pasos, aquellos que deje la noche anterior. Es un bosque deshabitado, parece que incluso los árboles han muerto, el silencio es tal que presiona mis oídos.

Te busco, me pierdo, te persigo, mis ojos son los únicos que no se fatigan, porque desean ver tu imagen. Si pudiera alcanzarte te abrazaría felizmente. Te sostendría y jamás te dejaría, mi mano tomaría la tuya aun si este mundo se va al infierno.

Pero siempre despierto sin ti. Esa tristeza interminable, también quisiera mostrártela, probablemente solo tú sabes cómo sanarla.

Ese es mi sueño, mi querida. Me pregunto donde estarás, o si existes. Mí querida deseo encontrarte, estoy seguro… Tú eres mi amor.

¿En dónde estás?

Seguramente…

…en mi corazón.

Se despertó como siempre, de cara al techo. La luz del sol se filtro por las cortinas de su habitación. Se incorporó lentamente y miró a su alrededor. Como supuso, nada había cambiado.

Se levantó y se estiró, descalzo se encamino a la ventana y la abrió. El viento frio lo hizo tener un escalofrío. Suspiró.

Una vez más su sueño quedaba inconcluso.

Ojala pudiera recordar, pero los recuerdo se iban de sus manos como el agua, solo mientras dormía esos recuerdos eran tangibles. Era feliz en sus sueños, porque en ellos podía verla.

Esa bella mujer que le sonreía amablemente. Que extendía sus manos hacia él y le decía que ella tenía las respuestas que buscaba, ella sabía quién era él. Ella lo sabía. Ella lo amaba.

Y él se devanaba los sesos buscando un hilo conductor, uno, por fino y casi imperceptible que fuera, que lo llevara a sus recuerdos y principalmente a ella.

Pero los días pasaban sin que nada cambiara. Pronto saldría del hospital, y no tenía idea de a donde debía dirigirse, el único hecho era que tenía que partir. Así pues se encontraba perdido en un inmenso bosque, no podía retroceder, solo avanzar erráticamente.

Con sus recuerdos se fue su vida, pero curiosamente el sentimiento de amar a esa mujer permanecía tatuado en algún lugar más allá de su piel y alma. Estaba pues metida en su corazón, era parte de él, mezclada con su existencia.

Algo había muerto y al mismo tiempo algo había renacido.

-mujer-la llamaba siempre, porque no sabía su nombre. Pero esa era su primera palabra del día, siempre.

"Mujer"


Hola! esta será una mini historia AU Ulquihime, por supuesto.

Espero que les guste y que el gusto por esta pareja no muera aunque nuestro Ulqui ya no este.