Cansancio
Y es que aquí, sabes que el trabalenguas, trabalenguas,
que el asesino, te asesina y es mucho para ti
¡se acabó ese juego que te hacia feliz!
(Alicia en el país, Seru Giran)
"La pareja del año salva a policias de una explosión"
Korra releyó el titular varias veces, la revista de prensa rosa colgaba en un puesto de revistas, cuya imagen principal era una foto de la explosión y sus rostros aparecían en dos corazones a los costados. La edición prometía fotografías más detalladas en el artículo dentro.
Exhaló un suspiro resignado, se ajustó mejor la bufanda al cuello y siguió caminando rumbo a la estación de policía, donde la esperaba Lin y posiblemente Iroh. Sería un largo día, demasiado largo para ser viernes, mientras caminaba de forma automática por la ciudad, no dejaba de pensar en su último encuentro con el maestro fuego y una sonrisa tonta se le escapaba.
¿Quién diría que las cosas desembocarían en eso? Cuando habían discutido en el gimnasio, en medio de un arranque de ira de Mako del que se contagió, jamás hubiera pensado que terminarían así.
Pasó el tiempo suficiente perdida en sus pensamientos como para encontrarse repentinamente frente a la puerta del edificio donde la esperaban. Tomó una gran bocanada de aire para recomponerse y enterró sus preocupaciones personales empujando la puerta, focalizándose internamente en los problemas de Ciudad República.
-Al fin, niña.- escuchó decir a Lin, que estaba de pie al lado de un escritorio con un par de papeles en las manos, sin embargo la mujer le ofreció una pequeña sonrisa contrastante con sus palabras cortantes.
Korra se había acostumbrado a la forma extraña de demostrar afecto que tenía la maestra tierra, le resultaba extrañamente familiar, como de otras vidas. Le dio una sonrisa cansada a cambio y se encogió de hombros.
-Supongo que ya has visto las repercusiones en la prensa de todo tipo esta semana.- le comentó fingiendo desinterés, pero la Avatar sabía que se refería a las numerosas revistas del corazón de las que era protagonista.
-Mi favorito fue el artículo de "Las veinte formas de conquistar a una Avatar"...- le dijo con tono de burla, Lin profirió una gran carcajada.
-Quien escribió eso tiene una gran imaginación.- reconoció la mujer de cabello canoso, sus ojos verdes que brillaban con diversión, se pusieron repentinamente serios como anticipo de lo que estaba por decir:-Pero hay cosas más importantes, Iroh nos espera, está contactando con otros miembros de la fuerza.
Korra asintió, comenzando a seguir a Lin que ya se movía a paso rápido por el pasillo hacia su oficina.
-Leí la misiva.- señaló la ojiazul, arrugando el papel dentro de su bolsillo.
-¿Quién lo creería? El dueño de una industria millonaria y próspera siendo extorsionado por la mafia. Me atrevería a pensar que hay algo más que extraño ahí.- le contestó Lin mirándola por sobre su hombro.
-Bien, estamos más cerca de averiguarlo.- sólo pudo decir, encogiéndose de hombros. Sólo le quedaba ser un poco positiva en la cuestión.
En la oficina un atareado Iroh hablaba por teléfono, retraído frente a la ventana con el auricular pegado a la oreja, contestando con tono serio y formal a su interlocutor. El hombre dio una leve inclinación de su cabeza reconociendo sus presencias antes de volver a prestar toda su atención a la llamada.
Lin le indicó con señas que se acercara hacia la mesa, donde había un gran mapa extendido y varios papeles con información suelta. Korra los leyó detenidamente, observando también los puntos en el mapa resaltados con rojo. Ciudad República era un hervidero de puntos rojos en algunos sectores en especial, como el comercial e industrial.
Iroh colgó algunos minutos después la llamada, volviéndose hacia ellas con una expresión grave.
-Buenas tardes.- dijo finalmente y sin perder el tiempo pasó a explicar la situación:-finalmente consiguieron filtrarse en las industrias Sato y robaron algunos planos.
-¿Planos de qué?- preguntó Korra, sabía que la mafia estaba muy interesada en las Industrias Sato por alguna razón, pero no tenía idea por qué.
-Eso es otra cosa que realmente me inquieta... estamos hablando de armamentos de guerra, Korra, ¿qué demonios hacia Sato desarrollando ese tipo de tecnología?- inquirió el hombre pensativo, rascándose la barbilla.
-Las Industrias Sato estaban haciendo negocios con la Nación del Fuego hasta hace poco.- recordó la Avatar.
Iroh negó con la cabeza, con la vista clavada en una hoja que tenía cifras de control.
-Los negocios con la Nación del Fuego se limitaron a unos vehículos todoterreno y otra tecnología adaptable a las zonas de volcanes.- explicó rápidamente.-Esto es totalmente distinto. Probablemente haya otras razones ocultas.
La Avatar estaba sorprendida, sabía que el señor Sato aún guardaba dolor por la forma en que su amada esposa había fallecido, pero era un hombre amable dedicado a su hija.
-¿Asami sabe algo?
Un extraño brillo pasó por los ojos dorados del hombre, que frunció ligeramente el ceño.
-He hablado con ella, dice no saber nada.- dijo lentamente, como estuviera cavilando sobre la cuestión.
-No creo que mienta. Es una persona honesta.- aseguró la Avatar encogiéndose de hombros. No había razón para pensar que la muchacha estuviera relacionada a algo tan oscuro.
-Ya he hablado con Asami, no te preocupes.- intervino Lin, restándole importancia con su mano.
Iroh suspiró, pasándose una mano por el cabello.-De todas formas, aún no sabemos dónde se han ocultado los ladrones y qué contenían los planos específicamente, Sato no quiso darnos mayor información. Tampoco nos dijo para quién o con qué fin fueron diseñados.
La Avatar no podía pensar en nadie que tuviera suficiente poder para extorsionar a un poderoso industrial de esa forma.
-En fin, aquí hay una lista de sospechosos, puedes revisarla y nos dices si alguno llama tu atención.
Lin le acercó una carpeta de color negra, donde se leía el número de expediente.
-No creo que sea prudente que saques esa información de aquí. ¿Tienes tiempo suficiente para revisarlo?
Korra asintió vagamente.-Sólo tengo que ir a entrenar esta tarde, el próximo encuentro de pro bending es en unos días...
Llegó al entrenamiento mentalmente agotada, pero con el cuerpo listo para centrarse en la actividad física que le hiciera olvidar por un rato todo el asunto de la mafia y los entrenamientos poco productivos de aire control.
Sin embargo, muchas veces, se sorprendía a sí misma por la forma en que podía quedar atontada por una sola de las sonrisas de Mako, que en ese momento la miraba fijamente, dejando lo que estaba haciendo con las pesas. Ella apenas pudo responder el gesto, presa de los nervios.
Todavía estaban en un tire y afloje por lo que ella había dicho sin-querer-queriendo hacía unos días. La Avatar había estado demasiado ocupada o huyendo, intentando por todos los medios posponer la charla hasta que, quizás por arte de magia, Mako se olvidara del asunto.
Y entonces le sonreía de esa forma tan única, para que Korra sintiera como le temblaban las rodillas.
-¿Qué tal la reunión?- le preguntó el maestro fuego para romper el mutismo en el que estaban.
-Complicada, bien, no lo sé, muchas cosas.- contestó rápidamente, encogiéndose de hombros.
Bolin se detuvo en lo que estaba haciendo para mirarlos, como si estuviera estudiando la situación.
-¿Qué tal tu día Korra?- dijo al final, acercándose hasta ellos, tomando una toalla en el camino para secarse el sudor.
-Bien, largo, pero ya estoy lista para entrenar. Voy a cambiarme y enseguida regreso.- balbuceó sonriéndole a su amigo y señalando la puerta de los cambiadores.
Caminó con rapidez, rodeándolos a ambos, antes de que tuvieran tiempo de hacer más preguntas. Los hermanos se miraron con curiosidad, pero regresaron a sus labores inmediatamente después.
Korra se cambió tan rápidamente que cualquiera pudiera haberlo relacionado con la velocidad del aire control, tratando de no pensar más, salió al gimnasio y comenzó a calentar sus músculos. Tanto Bolin como Mako mantuvieron su curiosidad bajo control, concentrándose en el entrenamiento.
La mañana siguiente, mientras miraba distraídamente a sus compañeros de curso, notó que era el tercer día que Asami no asistía.
-Mako.- murmuró codeando a su compañero de banco, que estaba prestando atención al profesor.
Mako la miró de soslayó y asintió en reconocimiento.
-¿Dónde está Asami?- preguntó en voz baja, señalando con su cabeza el asiento vacío.
El maestro fuego se encogió de hombros.
-Es el tercer día que no viene.- razonó frunciendo el seño, mientras pensaba en la conversación con Iroh.
El ojidorado hizo una mueca.-Lo siento, pero no estoy vigilando sus movimientos...
-Extraño, cualquiera pensaría que tendrías un poco más de consideración con tu ex.- presionó con malicia, pudo ver cómo él fruncía el seño, aún sin mirarla.
-En realidad, uso ese tiempo para vigilarte a ti, si quieres saber.- le contestó con seriedad, como si dijera la cosa más simple del mundo.
Korra se sintió sonrojar y volvió a esconder su cara entre los brazos sobre la mesa, sabiendo que Mako en ese momento estaría sonriendo triunfal.
Cuando Korra regresó a su casa, Tenzin estaba sentado a la mesa, bebiendo tranquilamente su té de hierbas.
Supo que la estaba esperando por la expresión grave con la que la miró y la Avatar sólo tuvo que asentir, acercándose para dejarse caer sobre uno de los almohadones, dejando su mochila al costado.
-¿Hay algo de lo que quieras hablar conmigo, maestro?- preguntó sin rodeos pero sin alterarse.
El hombre le sonrió.
-Has estado muy ocupada en este último tiempo.- comenzó Tenzin y a Korra no le quedó más que asentir.
-Hago todo lo que puedo... si es por los entrenamientos...- comenzó, pero el maestro aire la interrumpió.
-Bueno, sabes que siempre te he dicho que tu prioridad es completar tu entrenamiento como Avatar.- indicó con su severidad de siempre.
Korra agachó la cabeza, frustrada.
-Lo siento, maestro. No pensé que las cosas se saldrían tanto de control.
-Yo tampoco, Korra.- le admitió entonces, dando un profundo suspiro.-Quizás deba hablar con Iroh para explicarle la importancia de que completes tu entrenamiento.
La ojiazul lo miró entonces, arqueando las cejas con sorpresa.
-Ya me he comprometido con ellos, por favor, debo resolver esto...
Tenzin frunció el seño y se quedó en silencio, meditando sobre la situación.
-Debes prestarle más atención a tu aprendizaje del aire control, Korra. Dejaré que tú te arregles con ellos, pero no quiero que vuelvas a faltar. O tendré que tomar medidas, recuerda que aquí estas bajo mi tutela.- le dijo terminantemente, la Avatar se mordió la lengua para no discutir, viendo cómo el maestro aire dejaba la taza sobre la mesa y se disponía a irse.-Sé que Lin e Iroh están lo suficientemente capacitados como para arreglárselas solos. Y sólo para que lo sepas, Tonrak estuvo hoy aquí preguntando por ti...
La Avatar apretó los puños, frustrada. Estaba harta de toda la atención que recibía, hacía demasiado que no tenía un sólo minuto de paz.
Después de haber estado caminando en círculos en su habitación por casi media hora, Mako decidió que ya no podía quedarse con la intriga y decidido, salió de su casa rumbo a la de sus vecinos.
Afortunadamente, ningún periodista entrometido se había acercado a ellos desde el incidente de la cámara, entendiendo que no era el mejor momento para acosar a la pareja. Y en menos de un minutos se encontró golpeando la puerta de la casa.
Meelo le abrió la puerta casi enseguida, mirándolo con una de sus cejas arqueadas.
-Buenos días.¿Qué se te ofrece?- le dijo el niño con un tono que a Mako le resultó burlón.
-¿Korra está?- preguntó sin rodeos.
El niño sonrió con picardía.-¿Para qué la necesitas? Ella es la Avatar y está ocupada haciendo cosas de Avatar.
Mako arqueó una ceja.
-Y yo soy su amigo y compañero de equipo.- declaró, como si aquello le diera algún derecho de interrumpir lo que fuera que Korra estuviera haciendo.
-Bueno, ella me dijo que no quería que la molestaran.- contestó levantando la barbilla con desinterés.
-No creo que yo la moleste.- insistió el ojidorado, comenzando a perder la paciencia.
-No dijo que tuvieras ningún privilegio. Ni aunque seas su amigo y su compañero de equipo.- señaló el maestro aire negando con su dedo.
-Sí, privilegios sólo tienen los novios, aunque mamá no me ha explicado bien aún qué tipos de privilegios.- Jinora apareció de repente al costado de su hermano, mirando al maestro fuego con interés.-Pero quizás si tú me lo explicas podría intentar que Korra accediera a verte.
Mako suspiró con resignación.
-Lo siento Jinora, no creo que sea el más indicado para darte esas explicaciones.
Los hermanos aire se miraron entonces y negaron con la cabeza.
-Lo sentimos, Korra está ocupada.- dijeron al unísono, enseguida le azotaron la puerta en la cara a un sorprendido Mako.
El maestro fuego se revolvió el cabello con irritación. ¿Cuánto más lo evitaría?
Entonces sintió que una piedra le golpeaba la nuca con mucha precisión. Se giró, ya indignado de los malos tratos, para ver que Ikki se asomaba desde una de las ventanas de planta alta.
-¡Por aquí!- le indicó haciendo señas con su mano.
Mako se acercó, sin entender sus intenciones.
-¡Yo seré tu aliada en los caminos del amor!- declaró en un pretendido susurro, colgando desde la ventana.
El maestro fuego hizo una mueca, pero decidió que sería mejor no decir nada y aceptar la ayuda de la resuelta maestra aire. Un minuto después, la pequeña puerta que daba al pasillo del patio trasero fue abierta y una dramática Ikki le hizo señas para que entrara.
-Korra está en su habitación. Esa es la ventana, es fácil subir trepando por la enredadera, la he visto hacerlo cientos de veces.- indicó la pequeña con una sonrisa.
Mako asintió, resuelto a trepar hasta la ventana.-Muchas gracias, Ikki. Te debo una.
-¡Oh, por favor! Todo sea por el amor.- declaró con renovado dramatismo.
El maestro fuego dio un salto, agarrándose bien de las ramas y tras colocar sus pies, comenzó a trepar como podía, llevaba casi dos metros de subida cuando escuchó que la ventana se abría.
-Sería más fácil si fueras maestro aire, sabes. Sólo tendrías que saltar.
Mako levantó la cabeza, para ver a Korra apoyada en el marco de la ventana, mirándolo sin demasiada expresión en el rostro.
-Tenía que verte.- le dijo, sin dejar de escalar. La Avatar le extendió la mano para ayudarlo en el último medio metro y Mako aceptó la ayuda más por el hecho de sentir nuevamente algún tipo de contacto con ella que por necesidad.
Saltó dentro de la habitación y se limpió rápidamente los restos de hojas de la ropa, en tanto Korra se alejaba unos pasos hacia su escritorio, donde había una cantidad importante de pergaminos y papeles sueltos.
-¿Qué hacías?- le preguntó, intentando llamar la atención de una Avatar que parecía perdida en sus pensamientos.
-Estudiaba algunos movimientos de aire control...- le respondió simplemente, dándole la espalda para volver a su lectura.
Un poco ofendido por la falta de atención, se acercó hacia ella y con decisión dejó un beso en la mejilla morena. Para su sorpresa, Korra se encogió de hombros, como si quisiera alejarlo.
-Mako, por favor...- comenzó, distanciándose un poco, pero sin mirarlo a los ojos.-Era cierto que no quería que me molestaran.
-¿Acaso soy una molestia?- inquirió, ahora sí, realmente ofendido.
-Sabes lo que quiero decir...- murmuró al Avatar realmente bajo, tanto que Mako tuvo que esforzarse por entender.-He estado descuidando mis estudios y todo esto ya está... cansándome.
-¿A qué te refieres?- siguió, sentía que una angustia profunda comenzaba a crecer en su pecho.
¿Acaso ella estaba diciéndole que...?
Los ojos azules lo miraron entonces y ella parecía casi tan confusa como él.
-A todo esto de... un segundo, ¿En qué estás pensando?- preguntó entonces, escrutándolo con la mirada.
Mako se alejó unos pasos, hasta que sintió que la parte posterior de sus rodillas chocaban contra la cama.
-¿En qué debería pensar?- contestó irritado, comenzando a sentir que su frustración se convertía en enojo.
Korra se levantó de su lugar, acercándose a él, sin dejar de mirarlo como si estuviera loco.
-Creo que no nos estamos entendiendo.- dijo lentamente, como si intentara medir la posible reacción que tendía él.
-¿Por eso estabas evitándome?- murmuró, sonando más herido de lo que pretendía. Desafortunadamente, no pudo leer la expresión de la Avatar, que se mordió el labio nerviosamente.
Un silencio extraño se extendió entre ellos, hasta que alguien tocó la puerta.
-¿Quién es?- dijo rápidamente la Avatar, como si se despertara de un trance.
-Korra, Iroh ha enviado un mensaje para ti.- Pema habló desde el otro lado. La aludida se apresuró a entreabrir la puerta, murmurando un agradecimiento y una disculpa antes de cerrarla otra vez.
Mako continuaba de pie en medio de la habitación, mirando hacia la nada. La Avatar lo miró dudosa, pero se decidió a leer la misiva.
-¿Qué dice?
Korra lo miró entonces, como si quisiera constatar que le había hablado.
-¿Tienes que irte?
La Avatar negó con la cabeza, suspiró, dejó el papel sobre el escritorio y se acercó a Mako con pasos lentos.
-No me voy a ningún lado, iba a quedarme en casa hoy.- le dijo, deteniéndose peligrosamente cerca.
Mako se sintió entonces golpeado por su cercanía, desde allí podía contarle las pestañas. Entonces sintió la mano tímida de la Avatar en su mejilla y se resignó a mirarla, quedando atrapado automáticamente en los orbes azules. Rendido, apoyó su frente contra la de ella y cerró los ojos, abandonándose a la suave caricia.
Los labios de Korra apenas se rozaron con los suyos, per fue suficiente estímulo como para que él se lanzara en un beso hambriento. La atrapó entre sus brazos, apretándola contra él, como si temiera que ella se escapara.
Korra jadeó con sorpresa, pero no tardó en responder con el mismo ardor, mordisqueándole el labio y Mako avanzó una ves más, profundizando el contacto al abrir la boca. El beso subía de intensidad a cada segundo, pero la angustia en el pecho del maestor fuego no aminoraba.
-Korra...- murmuró entre besos, pero ella parecía demasiado perdida en el contacto como para reparar en ello.
Sin hacerle caso, con una renovada seguridad, lo empujó para hacerlo caer sobre el colchón y se subió a horcajadas de él. Mako intentaba mantener la mente clara, pero todo se volvió difuso una vez más, cuando la Avatar lo atacó con pasión, sosteniéndolo del cuello de la camisa y pegándose todo lo que podía a su cuerpo.
-Te extrañé.- la escuchó murmurar en su oído.
-Hemos estado viéndonos todos estos días, has sido tú la que se ha apartado de mí.- le reclamó sin pensar y ella se apartó, mirándolo con una expresión de verdadera pena.
-Lo siento. Aún me cuesta manejar todo lo que ha sucedido.- admitió avergonzada y se escondió en el cuello del maestro fuego, que la rodeo con sus brazos protectoramente.
-Korra... sabes que puedes contar conmigo.-le dijo suavemente, acariciando sobre las costillas de la Avatar, que se encogió aún más contra él.
-Lo sé, lo siento.- repitió como una niña pequeña.
Mako suspiró profundamente, relajándose.-Pensé que te referías a otra cosa.
Korra levantó el rostro para mirarlo interrogante.
-Ya sabes, pensé que estabas cansada de... de nosotros, de esto.- dijo torpemente.
Escuchar la risa de Korra fue lo menos que se esperaba, y cuando la miró la encontró sonriendo, con los ojos azules muy brillantes.
-Creo que tenemos un pequeño problema de comunicación.- indicó ella, volviendo a acomodarse sobre el pecho del maestro fuego, que sentía su corazón todavía desbocado.
-Creo que sí, demasiadas cosas que no decimos, o entendemos mal.- reconoció pensativo, mientras distraídamente le acariciaba la cintura.
Esta vez, el silencio que se extendió por unos cuantos minutos no fue incómodo y el nivel de tranquilidad que alcanzó Mako comenzó a adormecerlo, aún con el peso casi completo de la Avatar sobre él se sentía más cómodo que hacía mucho tiempo.
Cuando volvió a abrir los ojos la luz que entraba por la ventana era de un color anaranjado, suave.
-¿Korra?
-Te quedaste dormido... y pensé que era mejor no despertarte, tienes unas ojeras terribles.
Levantó la cabeza para encontrarla sentada frente al escritorio, mirándolo con una sonrisa tranquila.
-No he estado durmiendo bien...- dijo entredientes, sentándose en la cama.
-¿Por qué será?
-Estaba preocupado.- admitió con una mueca, mientras estiraba los músculos. Captó que ella arqueó una ceja al oírlo.-Estaba preocupado por ti, llevabas días evitándome.
La Avatar se mordió el labio, realmente apenada.
-Lo siento.
-Ya te he perdonado.
-¡El circuito profesional de Pro Bending se enorgullese de presentar a sus semifinalistas!
La multitud rugió, los tres hurones de fuego inflaron su pecho llenos de orgullo, incluso Mako saludaba a la gente con entusiasmo.
Y sólo un minuto después, la batalla había comenzado.
Pero Korra tenía tantas cosas en mente...
Que casi no vio llegar el disco de tierra que iba directo hacia ella, apenas pudo bloquearlo con los antebrazos antes de que le diera de lleno, y eso la envió una zona más atrás.
Sus compañeros la miraron por encima del hombre, realmente sorprendidos por la falta de reacción de la jóven y algo reticentes, retrocedieron hasta ella, viendo como sus contrincantes avanzaban confiados.
Respiró profundo, sacudiendo la cabeza para volver al juego, bloqueando luego con éxito un ataque de fuego control y balanceándose hacia su costado, mientras con habilidad enviaba un látigo de agua en dirección a uno de sus atacantes que no habría podido defenderse de no ser por la intervención de su compañero de equipo, que atajó con un disco de tierra el ataque.
Sin embargo, Mako no perdió el tiempo y con una gran patada en el aire, lanzó una llamarada al tercero del equipo, que había estado prestando más atención a sus compañeros que a su propia guarda, logrando que se desestabilizara y retrocediera torpemente, sorprendido. Aún así no fue suficiente para enviarlos hacia atrás y Bolin decidió intervenir, levantando el disco de tierra más próximo y enviándolo al sorprendido contrincante, que finalmente pisó la línea.
-¡Los Hurones de Fuego han recobrado territorio!- clamó el relator, provocando que la multitud silbara en aprobación.
Más repuesta y decidia a terminar pronto con aquel encuentro, elevó dos grandes látigos de agua en el aire y se movió con habilidad hacia delante, juntando sus manos delante de ella para enviarlos hacia el maestro fuego, que no pudo defenderse con suficiente velocidad del intenso empujón e impresionantemente voló hacia el fondo del terreno de juego.
-¡Asombrosa recuperación!
El resto del encuentro fue pan comido, con sus contrincantes arrinconados no les fue difícil enviarlos fuera. Y con eso, los Hurones de Fuego habían ganado el encuentro nuevamente.
Pero a pesar de los abrazos efusivos, exclamaciones eufóricas de Bolin y la sonrisa triunfal de Mako, Korra ya no se sentía tan entusiasmada con haber ganado una vez más.
En todo lo que realmente podía pensar era en que luego de las finales, ya no tendría que manejar toda la atención de las masas coreando su nombre desde las gradas y toda la atención estrepitosa que venía con eso.
-Korra.
-¿Mhh?
-¿Estás bien?
La Avatar se giró para mirar a su compañero de equipo, que la observaba a un par de metros. La expresión profunda de Mako le hizo saber que mentir e intentar ocultar las cosas no funcionarían, pero lo intentó.
-Sólo estoy cansada.- le respondió luego de unos segundos, mientras terminaba de doblar su uniforme. Inteligentemente rehuía a la mirada insistente de Mako, odiando la facilidad para alterar y quebrar su fachada que tenía.
Ambos permanecieron en silencio un par de minutos más, el maestro fuego comenzó a guardar sus cosas en el bolso y ella permaneció un buen tiempo mirando los detalles de su ropa ya doblada.
-Bolin está abajo hablando con unas fans, se tardará un tiempo así que pensé que podríamos aprovechar para...
Korra se giró a mirarlo, sorprendida por su elección de palabras.
-Para hablar de lo que te sucede, Korra.- completó el maestro fuego seriamente, hizo una pausa para mirarla con detenimiento.-Creo que tu cansancio no es sólo físico.
La Avatar sonrió con tristeza.-Son sólo demasiadas cosas, a veces me gustaría poder finalizar algo, y creo que el torneo es lo que está más pronto a terminar...- admitió en un tono neutro.
Mako se acercó, tomándola del hombro con suavidad para llamar su atención.
-Sabes... ahora entiendo todo, sé a lo que te debes enfrentar... Korra, esto es sólo un juego, lo demás no. Si tú quieres podemos conseguir un reemplazo y...
La Avatar negó rápidamente con la cabeza.-No. Esto ha estado en nuestros planes desde siempre, quiero que terminemos junto lo que empezamos, somos un equipo Mako.
El maestro fuego le ofreció una sonrisa pequeña.-Somos más que un equipo, por eso estaré contigo también fuera del campo de juego, Korra. Cuando me necesites, ahí estaré.
La Avatar sonrió genuinamente, afectada por sus palabras y la forma tan solemne en que Mako había hablado. Sólo quedaba un enfrentamiento más en el circuito profesional de Pro Bending, pero Korra sabía que su labor en Ciudad República apenas había comenzado.
Buenas! Perdón por la espera, la historia es la misma de siempre, mis estudios...
Pero pasemos a lo importante, la historia va desembocando poco a poco en el final, no sé cuantos capítulos más tendrá, sé que no serán pocos, pero ya se está enfocando en lo realmente importante, además de que Mako y Korra están comenzando a entenderse ahora sí ;)
Muchísimas gracias a las personas que dejan sus reviews: Jrosass, mrs. Isabella Salvatore, ValSmile, MtezPS, , daniela y thepowertochoose. Realmente me hacen muy feliz sus comentarios :)
Espero que les haya gustado este capítulo! y también espero poder actualizar pronto...
Saludos! Nos leemos la próxima!