Ha llegado el día. Les traigo la tan esperada historia Creek. Me dio muchos dolores de cabeza pero logré terminarla y me parece que me quedó bien. Pero eso a fin de cuentas lo deciden ustedes. Va a ser una historia corta, serán solo 10 caps.

Capítulo: 1/10

Canción: Turning tables de Adele

Parejas: Principal: Craig y Tweek.

Secundarias: Style, Clyen, Bunny ¿Stenny? ¿Cutters?

De verdad les recomiendo que escuchen las canciones mientras leen pero si no quieren no lo hagan. Actualizaré lo más rápido que pueda, probablemente cada sábado o domingo a más tardar.

South Park no es mío, es de Trey Parker y Matt Stone.


T.P.M.

Por: Carolina García F.

"L.E.D.A.Y.Y."


"Te lo he dicho mil veces, estaré a tu lado, en la vida, en la muerte; como yo o como Tweek"


Prefacio: "La voz que eras"

"Todo lo que tengo está en el suelo"

Craig corría como nunca lo había o haría en la vida, la sangre se le congeló en las venas, pero los músculos salieron disparados como un verdadero resorte. Aunque las pequeñas piernas de un niño de cinco años no avanzan mucho. Tweek se agachaba un poco, estirando sus manos tratando de alzar la pelota que su compañero había lanzado tan lejos, Craig se arrepentía de eso profundamente. No escuchó el frenado de las llantas, sólo sintió la mano de Tucker en su espalda que lo empujaba un poco hacia adelante, tratando de disminuir la fuerza de impacto. Pero el auto igual los impactó. Tweek sintió como unos de sus huesos del tórax se rompían cual palillos de dientes, pero no sintió dolor. Apretó con todas sus fuerzas la pequeña pelota de plástico causante de todo eso, la pelota que tuvo que ir a recoger a la calle. Sin fijarse si algún auto se acercaba a toda velocidad. Aunque sentía que este había salido de la nada.

Volteó a su derecha para encontrarse con el rostro preocupado de Craig que luchaba por acercarse más al suyo. Todo eso lo percibió con claridad, sin embargo solo duró menos de un segundo. Su rostro golpeó el suelo con fuerza, haciendo que ambos cerraran los ojos. La tibieza de la sangre cubrió su rostro, pequeñas gotas en el pavimento que se convertirían en un gran charco y grande hilos de sus caras cayendo por la gravedad. La sangre tiñó de rojo el rubio cabello de Tweek y el gorro azul que siempre usaba Craig. El hombre del auto salió del vehículo acercándose unos cuantos pasos antes de que alguien del parque gritara asustado mientras otra persona hablaba por una ambulancia. Tweek volteó a ver a Craig un pequeño instante, sus ojos estaban entrecerrados, buscando si su amigo estaba bien. Ambos perdieron el conocimiento.

Tweek apretó con fuerza los ojos, su cuerpo estaba tenso y los temblores empezaron a asaltarle como siempre que tenía miedo, se preguntó por qué no sentía dolor; ni el calor de la sangre recorriendo su frente. Abrió los ojos y si vio sangre, pero en la frente de un chico que en el piso le miraba asustado. Sintió un dolor punzante en su mejilla izquierda, tenía las manos hechas puños y toda la clase ovacionaba su nombre. Miró a su alrededor tratando de ubicar su entorno. Vio a Craig en el piso, con rostro asustado que lentamente se volvió de confusión.

El ruido disminuyó poco a poco, al tiempo que el rubio caía al suelo, dando pasos hacia atrás y Craig se levantaba con ese aire de rudeza que le envolvía. Fue entonces que los dos se dieron cuenta ¿Qué acaso no eran más pequeños? Tucker ya era muy alto y Tweek se veía mayor, todos sus compañeros de clase también se notaban de más edad. Un pequeño susurro se escuchó en la cabeza de Tweek "Está bien… ¿Está bien?" giró hacia el lugar donde escuchó el ruido y no vio nada. Craig también escuchó una pequeña y aguda voz "Me defendió… lo hizo por mí" se movió hacia el lado donde escuchó esa voz, pero nadie emitía sonido alguno. De pronto los dos se encontraron en una situación extraña. Incluso los espectadores estaban confundidos por ese cambio de actitud. El profesor Herbert Garrison se acercó a la multitud y vio al chico en el suelo, exclamó enojado.

— ¡Carajo! Esto me pasa por ser maestro de sexto grado — dijo levantando al chico golpeado — y quiero verte después de clases Tweek, ya es el quinto chico que golpeas

¿Sexto grado? ¿Quinto chico golpeado? ¿Por Tweek? ¿Estaban seguros de que no se referían a Craig? Él si era capaz de romperle la cara a alguien. ¿Pero el indefenso de Tweek que nunca ha matado ni a una mosca? O al menos, él no lo recuerda.

Los dos mejores amigos se lanzaron una mirada de confusión ¿Dónde quedó su último año de kínder y los cinco de primaria? ¡Seis años han pasado! Lo último que recuerdan es el dolor del choque y el rostro en el pavimento ¿Cómo pudieron pasar seis malditos años? El tic nervioso volvió a Tweek, se estiró el cabello con mucha fuerza. Craig trató de calmarlo, pero le era imposible, estaba teniendo un ataque de pánico. En realidad Tucker también estaba al borde de uno. El maestro notó el cambio de actitud, se parecían más a cuando eran niños. Los de la clase les dieron una mirada asustada. Tweek no quería desmayarse, tenía miedo de despertarse otros seis años en el futuro. Se controló lo suficiente como para que sus padres llegaran. Los sentaron afuera de la oficina del consejero, mientras éste hablaba con los progenitores ¿Alguna vez Mackey había hecho bien el papel de consejero? No que yo recuerde.

"Suficientemente cerca como para causar una guerra"

— ¿No es suficiente prueba esto para que comprendan que nuestros hijos tienen un serio problema? — Bramó la señora Tweak, la madre de Tweek, furiosa

—No hay pruebas de que sea un problema. ¿mm,kayy? Es muy normal en la adolescencia los cambios de actitud drásticos ¿mm,kayy? — argumentó el Mackey

—En la adolescencia, ¿Pero en la niñez? — recalcó la señora Tucker

—No es tan grave — dijo el señor Tweak interesado más en volver a atender su negocio de café que en el bien de su hijo — míralo de ésta manera querida, volveremos a tener a nuestro antiguo hijo y no habrá más visitas a la oficina del director por problemas de conducta

—Y nuestro hijo volverá a la normalidad — dijo el señor Tucker más por compromiso que preocupación — deja el estúpido tema querida

Mackey esbozó una sonrisa, totalmente seguro de que su diagnóstico era correcto. Nada anormal estaba ocurriendo en los chicos sentados ahí afuera. Al menos no por el momento. Las familias pasaron a un nuevo tema, cada una de las mujeres acusaba al hijo de la otra de ser el causante de cambios de actitud en sus hijos. Las cosas comenzaban a subirse de tono y Mackey muy apenas podía mantener en paz a las mujeres. Entonces las palabras "cambio de escuela" se colaron por la puerta, llegando a los oídos de Tweek. Antes de darse cuenta de lo que hacía, su cuerpo reaccionó y abriendo la puerta de par en par escuchó claramente cada una de las palabras que dijo.

—No habrá más problemas con esto. Un cambio tan brusco de ambiente solo aumentará los problemas de los cuales discuten. Lo que más necesitamos ahora es un ambiente conocido que nos resguarde

Las dos familias quedaron boquiabiertas por la madurez de las palabras y el adulto tono con el que lo dijo un niño de 12 años. También porque Tweak no se trabó ni una sola vez al hablar. Incapaces de dar un mejor argumento aceptaron la propuesta.

Tweek se revisaba los oídos en el baño de su casa, no había sido su imaginación, estaba escuchando una voz. Craig se veía al espejo con una confusión tan grande que causó la risa de su hermanita Ruby. La última vez que la había visto era una pequeña bebé de dos años y ahora tenía nueve y era más traviesa que él. Algo estaba mal, demasiado mal y los demás de la clase tenían todas las respuestas, de eso podía estar totalmente seguro. Recostado en su cama empezó a imaginar la mejor forma de hacer hablar a esos idiotas que alientan a Tweek en una pelea innecesaria.

La mañana llegó más rápido de lo que cualquiera esperaba. Craig sujetaba con fuerza el cuello de Stanley ante la mirada atónita de Kyle, Eric y Kenny y sobre todo de Tweek. Quien luchaba por separar a los dos pelinegros antes de que volvieran a meterse en un problema como el anterior. No lo decía tanto por la promesa que hizo el día anterior, si no por miedo a volver a oír esa voz.

—Respóndeme maldito hijo de puta — rugió Craig — ¿Por qué Tweek estaba en una pelea el día de ayer? ¡Contesta!

— ¿Cómo no puedes recordarlo? — Dijo Stanley con un hilo de voz — Por lo mismo que ocurrieron las anteriores cuatro, un chico te molestó y él enojado lo golpea para que te deje en paz

Craig soltó a Marsh de la impresión, Tweek sintió su pulso acelerarse y sus mejillas teñirse de un carmín intenso. Que eso ocurriera era sorprendente. Siempre era al revés. Craig siempre fue el que defensor de Tweek. ¿Y ahora resulta que lo defendió el mismo chico rubio víctima de Bullying? Kyle se apresuró a ayudar a su mejor amigo. No hacía falta ser un genio para darse cuenta que ese par estaba más confundido que cualquiera de la clase. Tucker dio unos cuantos pasos hacia atrás, tratando de asimilar un mar de información. Kyle se decidió.

— ¿No lo recuerdan? — Inquirió — ¿No recuerdas que eres el primer lugar del cuadro de honor Tucker, muy por encima de mí? ¿No recuerdas que te molestan exactamente por eso y que nunca has sido capaz de hacerles frente? Tweek ¿Tampoco recuerdas que eres el chico problema número uno, con las calificaciones en los suelos… el eterno defensor de Craig…?

En el instante en que Tweek escuchó aquella clara voz en su cabeza decir esas dos palabras se desmayó. No fue la revelación del judío, si no la clara prueba de que se estaba volviendo oficialmente loco. El pelinegro reaccionó de inmediato, sacudiendo a su amigo, tratando de devolverlo a la realidad de la que se había desplomado. Dejó de ver al rubio por un instante para exigirles ayuda al cuarteto de idiotas cuando notó la extraña actitud de Kenneth. No había dicho ni una sola palabra. Quizás no recordaba mucho de su nueva realidad, pero estaba completamente seguro de que esa no era su forma de ser. Stan y Kyle iban a correr por ayuda, pero entonces el chico abrió los ojos. Los demás formaron un círculo a su alrededor. Todo eso se había convertido en demasiada presión para Tweek y algo le decía a Craig que Kenny McCormick tenía mucho que ver en eso.

El timbre marcó la hora de salida. Tweek esperaba a sus padres en las escaleras de la entrada. Eric y Kyle discutían por una tontería mientras Stan trataba de cortar dicha lucha. Lo esperó hasta que pasó, el chico más pobre sintió la mirada de Craig en la espalda, sacudiéndose violentamente. Se giró un poco y vio los rudos ojos del otro.

— ¿Puedo hacerte una última pregunta Kenny? — dijo con ese tono amenazante que solía tener en el jardín de infancia

Los amigos del interrogado también voltearon a ver ¿Qué le hacía pensar a Craig que Kenneth sabía algo que ellos no? Luego sintió las miradas de sus tres amigos y de Tweek, hallándose totalmente acorralado. Kenny dio un paso hacia atrás, casi perdiendo el piso.

—No te escucho Kenny — gruñó el pelinegro con la ira en la pie

Tan acorralado se vio que solo pudo hallar una salida, corrió con todas sus fuerzas a la calle, siendo atropellado por un autobús que se acercaba para recoger a los alumnos.

— ¡Oh Dios mataron a Kenny! — gritó Stan

— ¡Hijos de puta! — gritó Kyle asustado

"No puedo seguir con tu forma de dar vuelta a las cosas"

Tweek subía con un poco de miedo al escenario. Toda la clase le veía expectante. A duras penas logró graduarse luego de ese mal año. Craig le aplaudía más que nadie. Estaba orgulloso de su amigo rubio. Ambos habían logrado poco a poco recuperar sus antiguas vidas, siempre a la sombra de las anteriores y extrañas actitudes que tomaban.

—Craig Tucker — leyó Mackey por el micrófono

El del gorro azul subió al escenario cuando el rubio bajaba. Clyde y Token le aplaudieron con fuerza. Eran de los pocos que les alegraba el regreso del antiguo Craig. Kyle y Kenneth también aplaudieron. Sabían mejor que nadie lo difícil de ese año para los dos mejores amigos. En cuanto el chico pobre volvió a sentarse sintió la mano de Stanley tomar la suya, tratando de que el pelirrojo no se diera cuenta. Susurró unas cuantas palabras que lo hicieron ruborizarse para finalmente apretar la mano ajena. Kyle giró la cabeza, captando la escena que era imposible de ocultar. Cerró los ojos con fuerza, eso era incorrecto, demasiado incorrecto. Pero nadie le quitaría a su amado. Eric Cartman lo veía fijamente provocándole escalofríos y una sensación de asco en el estómago. Todos eran unos malditos raros.

La ceremonia terminó tan rápido como comenzó. La clase de sexto grado salió del auditorio, con risas y alegrías de recién graduados. Aunque había dos chicos que aún no se sentían como tal. Para ellos fue un simple suspiro.

— ¡Por fin! — Gritó Clyde — ¡Puede irse a demonio señorita Selastraga!

El castaño no pudo evitar insultar a la profesora que tantos dolores de cabeza le causó con la clase de matemáticas. Token no pudo evitar reír ante la ingenuidad de su amigo.

—Clyde, ella nos dará clase en la secundaria — susurró el afroamericano

El rostro de Clyde Donovan se tiñó de rojo. Se disculpó rápidamente bajo las risas de sus otros tres amigos. Los temblores de Tweek estaban más controlados, Craig se acercó un poco más a él, con la excusa de ver el folder con su certificado. No tenía ningún diploma honorífico, contrariamente Tucker si lo tenía. Sin que su amigo se diera cuenta colocó ese diploma en el folder ajeno. Entonces sintió la mirada de Kenny en la nuca, se giró de inmediato y los apenados ojos de McCormick buscaron otro sitio donde posarse. Oyó los gritos de Kyle y Cartman al pelear, las pláticas de chismes de las niñas, la inocente voz de Leopold hablar con Jimmy. El repetido grito de Timmy. Todo parecía estar en total normalidad, cada cosa en su lugar. Claro, excepto una sola cosa y eso eran ellos. El pelinegro apartó discretamente a su amigo mientras Token Black aún reía de ver a Clyde de rodillas disculpándose con la enojada maestra.

—Tweek… — empezó Craig viéndolo a los ojos

Extrañamente no pudo continuar, aquellos bellos ojos verdes le hicieron estremecerse, había algo que no concordaba en ellos. Algo en su corazón latió, pero no estaba seguro si era el suyo realmente. Hasta el segundo latido supo que sentía algo más profundo por el joven Tweak de lo que creía hasta ese instante. Desvió la mirada al sentir el rubor en sus mejillas.

— ¿La has vuelto a escuchar? — inquirió el pelinegro

Tweek quedó mudo. En parte por la revelación de que Craig también escuchaba una extraña voz y en parte por aquella muestra de preocupación; supuso que Tweek no la había escuchado y quería cerciorarse de que con Tweek sucediera lo mismo.

—No… hace mucho que no… ¡Gah!

La normalidad de los años siguiente se encargó de borrar cualquier recuerdo de aquella voz. Pero cuando menos lo esperaran podría volver con más fuerza que nunca.