Okey lo siento lo siento lo siento, me he sentido poco inspirada últimamente pero aquí está el capítulo 7
Capitulo 7: ¡qué día de gatos!
Sábado en la tarde.
-clikiti clak clik #terriblemente narrados sonidos de tecleo#-
Sonic sale del armario aún medio dormido, un incesante cliketeo le impedía seguir durmiendo.
-¿Amy? ¿Qué haces?- Sonic se sentó al pie de la silla giratoria de Amy a frotarse los ojos para espabilarse un poco.
-vaya que duermes ¿es por qué eres un gato o siempre duermes hasta tarde?-
Sonic ignoró la pregunta y saltó al escritorio de Amy.
-¿qué es est…? ¡WOAH! ¡¿y esta computadora?!-
Amy se giró para poder hablar con Sonic.
-mientras dormías mi papá y yo salimos a una tienda de electrónica a comprar una, dijo que me la merecía por mi buenas calificació… ¡Sonic! ¡Ni siquiera me estas escuchando!-
-¡que bien, extrañaba el internet! Veamos que sucede en mi cuenta de Facebook… ¡¿10 notificaciónes?!-
-si si, ya, el mas popular-
-¡que poco! Nadie me extrañaba…- Amy resopló abrumada y empujó a Sonic fuera del escritorio.
-¡sácate! Esta pc es mía, ya tendrás tu momento de usarla-
-grrr ¡bien! Nos vemos luego, saldré un rato. De seguro me divertiré más afuera con la luz del sol y el aire fresco que tu aquí encerrada con tu… bonita computadora... con pantalla LCD…- sacudió la cabeza y se decidió finalmente por salir por la ventana, en unos cuantos saltos por el tejado al final pudo llegar al suelo.
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Sonic caminaba tranquilamente por el vecindario, sentía con todas sus ganas un antojo ardiente de velocidad, mas cuando intentaba hacer lo posible por acelerar terminaba estampado contra un árbol o un perro empezaba a perseguirle, parecía que ese cuerpo no le permitiría ir más allá de sus límites.
Aceptó la oferta que sus moretones le ofrecían de salir mejor a dar un paseo tranquilo.
Cierto momento en el que se hallaba solo fantaseando con hot dogs de chili caliente chorreante mientras caminaba desvió la mirada hacia la dirección de la que provenían unas carcajadas infantiles que reventaban su burbuja de imaginación.
Sonic curioso se asomó por la ventana y se sentó en el marco de la ventana de la habitación de esta niña, era una conejita de estimadament años que parecía estar divirtiéndose mucho jugando a la hora del té en una pequeña mesa de plástico con una delicada vajilla de porcelana.
Los peluches debían de estarle contando un chiste buenísimo por que él no entendía por qué reía tanto. Su desconcierto era representado con un ligero movimiento de cabeza hacia un costado.
-jajaja ¡señor Bobby! ¡No diga esas cosas de la señora Mimi jaja!- exclamó de forma picarona dirigiéndose a un peluche canino. Sonic se preguntaba enormemente el contexto de esa frase, no podía ser nada de lo que él estuviese pensando, habría de tener solo 5 años.
En su fiesta mental la niña volteó hacia la ventana y se encontró con un raramente adorable gatito azul sentado observándola.
-¡oh! ¡Señora Kitty! ¡Mire quién llegó!- dije con un tono ligeramente disgustado, caminando hacia él como madre regañando –¡su esposo! ¡Ese que la dejó sola y embarazada de 4 gatitos hace 7 años!-
Sonic abrió los ojos como platos, ¿cómo podía hablar así esa niña que no podría tener más de 6 años? Se retracto de decir algo pues no quería espantarla, le interesaba de cierto modo la forma de pensar de esta niña.
-¿acaso, señor bigotes, dejó de sentir atracción por esa "amiguita" suya?- a continuación le puso en frente una espátula de juguete a modo de micrófono.
-(¡¿es que esta niña cree que está en un show de escándalos?! Debe ser de ahí de donde saca tantas cosas… ¡¿y su mamá la deja ver eso?!)- pensó.
-¿m-miu?- intentó rascar su garganta para extraer el sonido de un gato, nada bien que le salió pero la conejita parecía habérselo creído.
-¡ah! ¡Ahora no sabe de lo que hablamos!- ahogó su voz en la imitación de una mujer mayor armando líos –tsk tsk tsk- le regañó. A continuación cargó a Sonic y lo plantó en una de las sillas frente a un peluche de un gato rosado.
-mire señor bigotes, aquí todos sabemos lo que le hizo a la señora Kitty. Desde que se fue estuvo llorando cada noche por usted, esperándolo ¿sabe lo difícil que es criar 4 niños sola? Y además tuvo la decencia de no buscarse otro marido en caso de que volviera usted-
Si Sonic fuese una caricatura el signo de interrogación sobre su cabeza podría haber roto sin problemas el techo. Sabía que ella se estaba inventando todo eso y que no era más que un juego, pero actuaba tan bien que hubiera querido gritarle que él no había hecho nada.
-¡admítalo señor bigotes! ¡A usted no le importa nadie más que usted mismo!- dijo golpeando la mesita con su puño mirando desafiante a Sonic.
-¡eso no es verdad! ¡Yo quiero mucho a mi Kitty y personalmente me siento orgulloso de mis 4 hijos!- le soltó enojado.
-¡¿y por qué la dejo por otra gata de esas sin valor de la calle?! ¡¿Ah?!- le acorraló oralmente.
-¡pues por que soy un gato! ¡Y como todos tengo deseos y necesidades que no pueden ser satisfechas por una sola gata! ¡Pero en lo que a mi concierne esas gatas callejeras nunca fueron para mi lo que Kitty fue!-
-¡deje de intentar meternos que usted la quería mucho cuando en 7 años no se decidió aparecer por la casa ni para saludar!- se enfrentó acercando aún más su "micrófono" a su cara.
-¡¿y era MI culpa no haberla venido a saludar?! Le diré que cada vez que yo iba y le decía cuanto la quería ella me gritaba y se quejaba de porqué no había lavado los trastes, me acusaba de tratarla como una esclava y siempre estaba de mal humor ¿quién querría como esposa alguien así? ¡Ah! ¡Y ni se imagine como se puso en cuanto notó que estaba embarazada! Ni los tornados causaban tanto revuelto como ella-
-#gasp# ¡Señora Kitty! ¡Esa parte de la historia no nos la había contado! ¿Es cierto?- le preguntó la niña pasándole la espátula al peluche rosa.
-¡claro que es cierto! ¡diles Kitty! ¡dí frente a todo el público cuanto me despreciabas!- Sonic gritó disgustado hacia la Señora Kitty.
-pero… pero Kitty no llores, entendemos que era normal que actuaras así porque estabas embarazada pero incluso él intentó hacer las pases y mira como lo tratabas, sería justo decir que te ganaste en cierto modo lo que él te hizo-
Sonic seguía molesto, cruzando los brazos le lanzaba una mirada de desprecio al peluche rosado sentado junto a él.
-vamos Kitty, no llores, sí sí, entiendo, sé que lo lamentas y que quisieras que todo volviese a la normalidad y que la familia estuviese junta de nuevo, pero ya no llores- intentó consolarla la niña.
Sonic aflojó su expresión y se acercó a Kitty.
-querida deja esas agrias lágrimas por favor, todo fue culpa mía, lo juro, me comporté como un idiota de verdad lo lamento- Sonic saltó de su silla cogiendo un anillo de juguete con una joya roja de plástico en uno de los lados y se arrodilló frente al peluche.
-¿querrías ser mía de nuevo? Juro que cuidaré de ti hasta la eternidad. ¡dí que sí cariño! ¡Volveremos a ser una familia! ¡Tu y yo criaremos juntos a nuestros bellos hijos, les enseñaré a pescar e iremos al lago todos los fines de semana! Pero por favor, acepta el amor de un pobre gato sin suerte, sin ti… ya no tengo razones para seguir viviendo-
Alzó el anillo frente a Kitty, rogándole entre lágrimas que volviera a ser suya.
-¡Kitty! ¡Dijiste que sí!- celebró la niña alzando ambos brazos. Sonic sonrió con fuerza, no le cabía en el pecho la felicidad que sentía y sin pensarlo dos veces se alzó y saltó sobre su querida esposa, llorando de felicidad.
La conejita se pasó un dedo por el ojo quitándose la lagrimilla que le producía sentir que gracias a ella dos almas más se unían y vivirían juntos por siempre.
En ese instante la madre de la niña entró.
-Cream, ¿qué es todo ese ruido que tienes aquí? ¿Con quién habl…? !aaah!- gritó al ver el gato sentado y abrazando al peluche de su hija -¡saca a ese gato callejero de aquí! ¡Te va a ensuciar todos los peluches!- y con una escoba que casualmente ya tenía en la mano, corrió a Sonic fuera de la casa por la ventana cerrando la puerta de la habitación con fuerza.
Sonic se asomó una vez más por el marco de la ventana.
-adiós Kitty… volveré- la mano de Kitty se despedía con la ayuda de la ventriloquía de Cream.
-Adiós mi amado Bigotes- Sonic respiró hondo y se fue de aquel lugar.
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Continuando el trayecto pensando en lo feliz que se sentía de tener a su esposa e hijos de vuelta una pregunta remota llegó a su mente haciéndolo parar en seco.
-(pero… ¡¿qué mierdas acaba de pasar?! K-Kitty es un jodido peluche, además ¡esa niña ni se inmuto al ver que un gato de verdad le hablara! #suspiro# que rayos…)-
Sacudió la cabeza y continuó caminando, le entretenía ver las casas del vecindario y lo bien que decoraban con sus vistosos y variados colores las calles.
Pero una casa en particular llamó su atención, era millones de veces más grande que el resto, 3 grandes columnas de mármol sostenían el gigante y lujoso techo de la casa.
A continuación escuchó con atención que de la casa provenía una deliciosa música clásica. Pudo hacerse una idea de quién vivía allí. Para su suerte vio que la ventana en particular de la que venía aquella melodía estaba abierta y el techo del primer piso le permitiría con facilidad acceder a la ventana, situada en el segundo. Se escurrió entre los barrotes forjados de la puerta principal y entró, escondiéndose del perro guardián pasó entre un fino y bien cuidado rosal.
Mala idea, salió completamente arañado pero por fin alcanzó la ventana. Como esperaba su "amigo" Shadow estaba allí dentro, no podía evitar sentir cierto desprecio hacia el sin embargo, pensaba que ellos seguirían siendo rivales y que el fin de la enemistad aquel día no era más que tonterías del ayer, seguía odiándole y no dejaba de sentir un revuelto en el estómago ver su rostro.
Este ricachón presuntuoso se hallaba sentado en una gran silla la cual lucía cómoda como ninguna, disfrutaba de la música y admiraba una de las rosas que, suponía, había cortado del rosal.
Percatándose de la presencia del gato recitó:
-oh, pobre criatura, que desde tus venas se escapa la belleza que poseen los carmesís pétalos de las rosas, aquellas silenciosas y mortales diosas cuyas espinas ahora provocan tu agonía-
-no me vengas con esas mariconadas, Shadow ¿esto haces por las tardes?-
-¡pero que tonterías las suyas los incultos! la falta de pulcritud, el atrevimiento y la perversión no es lo que define a un verdadero hombre, todo lo contrario es lo que atribuye a un caballero- se levantó alzando con delicadeza aquella rosa, obviando por completo la pregunta de Sonic.
-¿en serio? Te comportabas de forma distinta cuando admirabas aquella foto de las bragas de Amy- rió saltando de la ventana y con confianza sentándose en otra de las sillas.
-¿está acaso mal disfrutar de los atributos femeninos? ¿Para algo están no? Además, no se le puede negar el gusto de sentirse deseadas físicamente por alguien de tanta alcurnia-
-si jeje… ¡oye! No eres el único con alcurnia (sea lo que sea eso, espera ¿no es esa una salsa?)-
-la lujuria es uno de mis pecados favoritos, además porta el color rojo, el color de la sangre. El color más delicioso y añorado por los más retorcidos sicópatas-
-¿qué rayos lees tú? ¿De donde sacas cosas tan perturbadoras, Shadow?-
El erizo azabache cargó a Sonic por la piel de su lomo y colgando de sus dedos marcó con su afilada uña una línea imaginaria que venía desde la garganta de su pequeño invitado hasta la boca de su estómago, por no tener el atrevimiento de ir más abajo.
-de aquí- Sonic se asustó y arañó su mano para que le dejara bajar. Shadow ni se inmutó, era obvio que le dolía pero parecía más agradarle que disgustarle, sonriendo lamió lentamente la sangre de su dedo hasta chupar completamente el flujo de sangre y detener el derrame.
-….- Sonic se agitó un poco, no sabía si sentir vergüenza y sonrojarse o si asustarse y huir.
-jaja, no soy gay tranquilo, pero disfruto haciendo sentir incómodo a los chicos. Aborrecen tanto la homosexualidad pero ni se disponen en dejarme de hablar por situaciones así-
Sonic resopló ofendido.
-tus inútiles bromas son tan obvias, nadie se molestaría por que intentases avergonzarlos- musitó.
Shadow suspiró por la obstinación de su amigo y se sentó nuevamente sin decir nada más. Sonic recorrió la habitación con la mirada, admirando las estanterías talladas con figuras extravagantes repletas hasta el más pequeño hueco de libros y enciclopedias.
-tienes muchos libros, y… una casa admirablemente lujosa. No sería propio de mí decir que quizá me sienta un poco celoso-
-es obvio que te sientes celoso, Sonic- se regocijó disfrutando su rosa roja recién cortada cuyo rocío le refrescaba la herida al caer en sus dedos.
-¿qué le ves tanto a esas tontas rosas?- soltó Sonic.
-no son tontas, son hermosas. Quizá de un modo que tu jamás entenderías-
-estas hablando de rosas, no es tanta ciencia. Simplemente a ti te gustan y a mi no-
-quizá por actitudes así es que nunca la conquistarás-
-¿eh?- se preguntó Sonic confundido, creyendo firmemente que esa conversación solo se trataba de rosas.
-la rosa más dulce y adorablemente fácil de avergonzar: Amelia Rose-
-¡¿Amy?! Ella no me gusta…- disimuló.
-oh, perfecto. Pues a mi no me causa problemas decir que de hecho me encanta-
-¡¿t-te…?! ¡tú bastardo…!- acusó rechinando los dientes.
-¿qué sucede, Sonic? Si no te gusta ¿en serio te molesta que te diga lo muy sexy que es? Vamos, cualquier chico se calentaría de no solo imaginarla si no verla siquiera portando un diminuto bikini, qué digo bikini ¡cualquier prenda interior!- se rió sin la mas mínima pizca de vergüenza sabiendo bien que la llama que ardía dentro de Sonic incrementaba su tamaño conforme aquel detestable erizo negro hablaba.
Sonic gruñó por dentro y se abalanzó sobre Shadow amenazadoramente.
-escucha, más respeto hacia Amy, soy demasiado vulnerable y débil en esta maldita forma pero en cuanto tú y yo tengamos el mismo tamaño voy a destrozarte la cara con tanta fuerza que necesitarás dientes postizos, imbécil-
Sonic salió por la ventana sin nada más que decir, era de noche de cualquier forma y volver a casa de Amy a retomar el sueño luego de esa tarde tan extraña parecía lo más confortable que podía haber.
Sin embargo Shadow era ajeno a las amenazas de Sonic. El erizo negro se reclinó y rio entre dientes, Amy caería en sus brazos tan fácilmente como una mosca muerta. Y lo gracioso era que aquella metáfora era totalmente literal ya que nadie podía sospecharlo pero Shadow tenía mucha más edad de la que aparentaba y además era buscado en 3 países por cometer crueles asesinatos luego de inmorales violaciones y Amy… pobre niña… ella era la próxima en su lista.
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Sonic entró cansado por la ventana, recobró toda la energía en cuanto vio la silla frente a la computadora vacía, saltó sobre ella y giró alegrándose de que por fin era su turno de usarla.
Al detenerse la silla giratoria, Sonic observó que Amy estaba sobre la cama concentrada en una llamada telefónica:
-sí señor, entiendo, el antídoto tomará tiempo… sí, bueno pero tengo su nueva dirección usted solo llámeme en cuanto la tenga lista y yo iré lo más rápido que pueda ¿vale? Ok. Muchas gracias-
#click#
Amy miró a Sonic con un brillo en sus ojos y soltó la buena noticia.
-¡Sonic, dentro de unos días volverás a ser un erizo!-
-¡joder sí!- el gato azul saltó de alegría sobre ella lamiendo su mejilla.
-agg S-Sonic no hagas eso- la chica intentó quitárselo de encima.
-oh sí… lengua carrasposa, lo siento- ambos rieron, era un augurio de que los próximos días serían fantásticos.
Pero lamentablemente para Amy no sería así.
okey cuando volví revisé mi inbox y alguien me dió una fantastica idea que voy a cumplir, se viene para navidad un shadamy así que estén pendientes ¿vale? ;)