Hola, de nuevo estoy aquí con esta pareja, solo que esta vez no es ningún one-shot ni un song-fic. Es un fic, de esos largos. Se me ocurrió mientras estaba con mi neesan, con la cual espero poder compartir opiniones al respecto. Quiero advertir que este fic tiene una distorsión del tiempo un poco raro, aparecen los personajes de Inazuma Eleven y Inazuma Eleven GO! pero de manera distinta a como aparecen en la serie. Por ejemplo, Tenma Matsukaze nunca fue rescatado por Goenji en este fic…¿las razones? Con el avanzar de la historia lo comprenderéis.

Ahí os lo dejoooo!

CÁP 1-UN NUEVO VIENTO

P.O.V Kidou Yuuto

FLASH BACK

-¡Koutei Penguin No. 3!-exclamamos Sakuma, Fudou y yo al mismo tiempo mientras los pingüinos rodeaban el balón y arrasaban con todo a su paso consiguiendo derribar las defensas de los contrarios y logrando marcar a puerta. Genial, con este ya llevamos tres goles consecutivos pero debo reconocer que aunque hayamos marcado esas tres veces nuestros contrincantes tenían una defensa férrea y una gran voluntad. Como dice Endou es muy divertido enfrentarse a jugadores así.

Sonreí satisfecho ante el resultado del marcador después de que el árbitro pitara en señal del final del partido. 3-0 en nuestro favor. Con esto el Raimon se asegura un puesto en el campeonato nacional juvenil. Endou quiere que todos nos graduemos de la secundaria alta* con un nuevo trofeo del que poder presumir, según él para que nadie pueda olvidar como llego el Raimon a la cima cuando en el inicio eran solo siete jugadores.

-¡Muy bien hecho, Kidou!-me felicitó nuestro capitán pasándome su brazo alrededor de mis hombros.

-Gracias, Endou-sonrío agradecido mientras caminamos hacia el banquillo donde las gerentes ya nos esperaban entusiasmadas con las bebidas energéticas preparadas y algo de comer.

-Felicidades a todos-dijo Kino ofreciéndonos una toalla a Endou y a mi.

-Habéis estado estupendos-le oigo decir a Fuyuka que estaba concentrada repartiendo las bebidas.

Sonrío satisfecho ante nuestra victoria y nuestro pase al campeonato, ahora tendremos que entrenar duro para poder vencer a los mejores del país. Ya lo hicimos en el pasado pero ahora todo es diferente, todos hemos cambiado mucho y habrán mejorado mucho en su futbol. No fueron contrincantes fáciles y ahora tampoco lo serán. Estoy ansioso de poder medirme de nuevo con todos ellos.

-Oye, Aki ¿Dónde está Haruna?-miro de inmediato a Endou cuando le oigo formular esa pregunta.

-Ha dicho que no se encontraba bien y que se iba a su casa-responde ella con una sonrisa.

Miro el lugar donde mi hermana debería estar ocupando como gerente del Raimon. Bebo mi bebida sin apenas mirar a quien me la ofrecido. Estoy preocupado por Haruna. Últimamente se está comportando de una forma muy extraña, ha empezado a llegar tarde a los entrenamientos, hay veces en las que ni aparece por clase, según me dicen sus compañeros y por lo que parece su madre no está al tanto de ello. También la he visto con una expresión triste en el rostro. Incluso hoy la he estado mirando antes del comienzo del partido y durante el descanso del final de la primera parte, parecía estar enferma pero yo no he podido notar la fiebre, no estaba caliente ni nada cuando le he tocado la frente y la mejilla. Ella me insistía en que estaba bien y que no me preocupara, pero algo dentro de mí me decía que no debía creerle, que algo malo le estaba pasando y que me necesitaba. Al final, decidí darle espacio pero con la promesa de hablar con ella en cuanto terminara el partido y sin excusas. Pude percatarme que me miró con miedo cuando le hice aquella promesa, aquella mirada no me había gustado nada y terminó por convencerme de hablar con ella seriamente en cuanto terminara el partido.

Pero al parecer se me ha escurrido.

Suspiro algo cansado y termino de beber mi botella para ponerme a preparar las cosas e irme directamente a casa de Haruna. Si cree que con desaparecer del campo iba a poder librarse de mí es que no me conoce bien. Sé que algo le preocupa y como hermano mayor que soy no voy a detenerme hasta saber que es lo que le pasa.

-¿Ya te vas, Kidou?-me pregunta Endou detrás de mi sin que yo deje de guardar mis cosas en mi bolsa de deportes.

-Si-respondo cerrando la bolsa y echándomela al hombro-Voy a visitar a Haruna para ver si se encuentra mejor, y así de paso me quedo a comer con ella.-vaya forma de mentir tan descarada, sé perfectamente que Haruna no está enferma, solo ha usado una excusa para poder librarse de mi. Pero si digo eso posiblemente todo el equipo querrán venir a ver a su gerente, y así mi hermana si que no dirá una sola palabra.

-¡Ah, vale!-me sonríe con mucho animo-

-Que buen hermano mayor eres, Kidou-sonríe Fuyuka.

-Demasiado obsesivo en mi opinión.-oigo refunfuñar a Kogure-No me deja jugar con Haruna.

-Colgarte de su espalda no me parece un juego…-protesto mirándole de mala manera.

-Dile a Haruna de nuestra parte que esperamos que se mejore.-dijo Endou rápidamente tratando de evitar un conflicto entre Kogure y yo. Últimamente me he vuelto menos tolerante a las trastadas de Kogure, sobretodo cuando se refiere a Haruna, no me parece bien que se siga colgando por su espalda o su brazo como si fuera un mono, ni que tuviera seis años.

-Se lo diré, no te preocupes.-prometo poniendo en marcha.

Cuando salgo del instituto todavía puedo oír a Endou proponer a gritos un nuevo partido contra nuestros rivales. Je, típico de él. Todavía me pregunto como es que nunca se ha desmayado con todos los partidos que hace aunque fueran amistosos, pero Endou Mamoru tiene cuerda para rato cuando se trata de futbol.

Mi paso es rápido y ligero. Quiero llegar cuanto antes a casa de Haruna, no sé que es lo que le pasa pero lo que si sé es que me necesita ¿Por qué lo sé? Tal vez sea una corazonada o una intuición ¿Y si se trataba de algún chico? No, no puede ser, no, no, Haruna me habría dicho algo ¿verdad? Ella siempre me lo cuenta todo, porque sabe que yo puedo darle buenos consejos y además…

¿Eh? ¿Qué está pasando ahí? ¿Por qué hay un coche de policía enfrente de la casa de mi hermana? Me acerco con paso lento tratando de escuchar que era lo que había pasado sin que se percataran de mi presencia ¿habría habido algún robo o algo? Espera, esa mujer… Veo a la madre de Haruna con las manos cubriéndole la cara… O es que…

-¡Haruna!-grito sin poder contenerme corriendo hacia la señora Otonashi.

-Kidou-kun…-murmura la mujer descubriendo su cara llorosa.-¡Tu tienes que saberlo!

-¿Qué?-no entiendo ¿Qué es lo que tengo que saber?

-¡Tu tienes que saber donde está Haruna! ¡Kidou-kun, por favor, dímelo!

-¿De que me está hablando? ¿Haruna no está aquí?

-¿Cómo? ¡Pero si ha estado contigo todo el tiempo! ¡Fue a verte al partido!-parecía estar histérica.

-Si, lo ha estado-contesto casi automáticamente, sin terminar de entender lo que pasaba-Pero a mitad del segundo tiempo dijo que se encontraba mal…y que se volvía a casa.

-Pero…ella no ha vuelto-dijo con voz quedada.

-¿Cómo que no ha vuelto?

-No, sus cosas no están, ha cogido dinero y se ha llevado comida…

-Haruna…¿se ha ido?-pregunto con los ojos bien abiertos.-¡¿A dónde?

-No lo sé…-me responde volviendo a llorar.-Si lo supiera no te estaría preguntando por ella.

Muy cierto. La verdad es que haberle preguntado eso era bastante estúpido pero no he podido evitarlo.

-Sea donde sea a donde vaya…-dijo el policía tomando apuntes-esta claro que se va lejos y por un largo tiempo.

-Pero…¡Eso no puede ser! ¡Haruna no se iría así sin más!-protesto enfadado, ella no es así. Nunca se iría sin decir nada a nadie, ni siquiera a mí.

-Ella dejó esta carta, Kidou-kun-miro el papel doblado que la señora Otonashi me tiende y lo cojo con algo miedo, temo mucho lo que pueda decir esa carta. Lo que quiero es que ponga algo como "Inocente" o "Has picado" no sé, algo que me dijera que era una broma. Que ella en realidad esta escondida para gastarme una broma, yo la reñiría y luego nos reiríamos juntos. Pero eso parece una fantasía, Haruna nunca gasta este tipo de bromas.

Desdoblo el papel y leo atentamente:

Papá, Mamá:

Cuando leáis esta carta yo ya me habré ido muy lejos. Siento haberos dicho que iba a volver a casa con mi hermano después del partido pero no puedo volver. Lo siento, he hecho algo terrible y debo asumir las consecuencias. No sé cuando podré volver ni siquiera sé si podré ponerme en contacto con vosotros pronto. No quiero que os preocupéis, voy a estar bien, hay alguien que me ayuda. En cuanto pueda volveré a ponerme en contacto con vosotros.

Por favor, no me busquéis.

Haruna.

¿Qué significa esto?

-Mi hija…¡Haruna!

Aprieto la carta arrugando su forma ¿Y ya está? ¿Simplemente te has ido, Haruna? Sin decir nada salgo corriendo de ese lugar. Tengo que buscarla, no puede haber ido muy lejos. Quizá aun esté en la estación o en el aeropuerto, no puede haberse alejado mucho. ¿Qué ha hecho que fuera tan terrible? Ella no es de esas, Haruna es una chica que nunca se mete en líos y de hacerlo siempre lo cuenta porque le da miedo hacerlo frente sola ¿Y quien esa persona que la está ayudando? Ella parece estar asustada y muy malo tiene que ser para irse sin contar conmigo.

Haruna ¿Dónde estás?

¿Por qué te has ido si sabes que por ti yo soy capaz de descender al infierno?

Por favor, no te escondas de mí, no de mí…

-¡Haruna!-grito a todo pulmón por todo Inazuma.-¡HARUNAAAAA!

FIN DEL FLASH BACK

Nunca volviste. Es lo primero que pienso al despertarme de ese sueño basado en mis recuerdos del pasado. Desapareciste ese día y desde entonces mi vida se ha vuelto monótona y vacía, nunca te pusiste en contacto conmigo, ni una llamada ni una carta y aunque fuera a visitar con regularidad a tus padres tampoco te pusiste en contacto con ellos.

La policía nunca llegó a dar contigo. Los encargados de las estaciones de autobuses, metro y aviones no tenían registrada a ninguna chica con tu físico y las únicas Haruna Otonashi que iban en los transportes era una niña pequeña y una mujer de mediana edad. La conclusión a la que llegaron los oficiales era que tú todavía permanecías en Inazuma y que te estabas escondiendo con la ayuda de alguien. Como tú eras menor de edad, la policía estuvo mucho tiempo buscándote, preguntando y registrando las casas de todos tus amigos, incluidos todos los miembros del equipo del Raimon y creo que alguno del Teikoku.

Pero no había indicios de que estuvieras en ninguna parte.

Yo trate de localizarte usando mis contactos. Lo bueno de haber participado en tantos campeonatos de futbol, así como el Futbol Frontier, es que conocía a mucha gente con influencia. Quizá hayas salido del país de alguna forma con la ayuda de alguno de ellos, burlando los sistemas de seguridad.

Pero no hubo manera y tonto de mi aun no he dejado de buscarte.

Y ya han pasado trece años.

La policía dejó de buscarte después de cuatro años de tu desaparición dejando el caso cerrado. La mayoría de la gente cree que has muerto, incluso tus padres lo piensan, aunque no lo digan en voz alta tampoco lo niegan cuando alguien hace alguna mención de ello. Lo disimulan, pero están convencidos de que has muerto. Pero yo no puedo creerlo, tú estás viva, lo sé. Sigues escondida pero no estás muerta. Me niego a pensar siquiera en esa posibilidad. Por eso sigo buscándote, y hasta que no te encuentre no pienso darme por vencido, si tengo que volver al infierno para traerte de vuelta así lo haré, con mucho gusto lo haré.

-Kidou-volteo a ver a mi compañero que estaba frente mío. Sakuma sabía perfectamente que era lo que se me pasaba por la cabeza a pesar de que trataba de esconder mis emociones bajo aquellas ostentosas gafas verdes. De todas formas, no era difícil averiguar en que estaba pensando, todos mis pensamientos van a tu lado, recordante y pensando en todo momento en donde estarás.

Sakuma estaba al tanto de todo, junto a Endou y a Goenji, ha sido mi apoyo moral desde la desaparición de mi hermana, nunca he tenido que decirle nada ni mostrar ninguna emoción. Simplemente me conocía demasiado bien como para ver a través de mí. Nunca me dijo que desistiera en buscarla, siempre que pudo me ayudó. Porque sabe que no puedo renunciar, todo por lo que he luchado desde niño era por ella. Por ir a su lado, por protegerla, por todo nunca me importaron las consecuencias. Y cuando ella se fue pude comprender lo mal que lo habrá pasado aquellos seis años sin que fuera yo el que se pusiera en contacto con ella.

Pero ella al menos sabia que estaba en el equipo del Teikoku yo ni siquiera sé si está bien o que.

-Kidou, tenemos trabajo-me dijo Sakuma mientras se metía un silbato de árbitro en el bolsillo de su chaqueta, preparado para dirigir el entrenamiento del Teikoku-¿Vas a ir o volverás a ausentarte?

-No…-le digo suspirando-Tengo una responsabilidad con el equipo, quizá este sea el último año que esté con ellos antes de ir al Raimon. Quiero estar con el Teikoku hasta ese día.

No había dicho ninguna mentira, Haruna es lo más importante en mi vida y nunca voy a cesar en su búsqueda pero tampoco puedo olvidarme de todo lo demás. Los chicos necesitan a su entrenador, Sakuma no puede estar permanentemente haciéndose cargo de ellos mientras que yo estoy descartando lugares en donde puede estar mi hermana.

-¿Has podido encontrar algo?-me pregunta Sakuma mientras vamos camino del Teikoku.

-Nada, estoy en las mismas que hace trece años-no puedo evitar bufar frustrado. Por mucho que la busque no hay manera de dar con alguna pista de su paradero. Lo único que tengo es la carta que dejó antes de desaparecer y sus gafas que las encontré en la cama de mi habitación dos semanas después de aquello.

Me sorprendió mucho ver sus habituales gafas en mi cuarto, las encontré cuando dejé de buscarla por ese día. Al principio lo interpreté como un gesto de amenaza, como que alguien se la había llevado y me las enviaba como advertencia de que no hiciera ninguna tontería. Pero según iban pasando los días en los que me la pasaba buscándola comprendí que nadie se la había llevado, Haruna se había metido a hurtadillas en mi cuarto y me las había dejado ahí.

Era su forma de despedirse de mí.

-Ey no te desanimes-me dice tan buenamente como pudo, no era ningún secreto para mi que aunque recibiera todo su apoyo, a Sakuma se le estaba acabando el repertorio de los buenos ánimos. Para no hacerlo son trece años con la misma historia.

-No te preocupes, Sakuma, vamos a darlo todo con los chicos y ya hablaremos del tema mas tarde-pongo mi mano en su hombro para hacerle ver que necesito ir a dirigir ese entrenamiento, tengo que pensar en otra cosa que no sea Haruna, si me quedo pensando constantemente en ella terminaré por volverme loco. Bueno, mas loco todavía.

-De acuerdo…-me contestó con una expresión que pude identificar como que estaba pidiéndome perdón. No podía culparle de nada…aunque agradecía que permaneciese conmigo a pesar de tantos años.

-¡Kidou-san! ¡Sakuma-san!-los dos nos volteamos a ver como se acercaba nos acercaba corriendo un chico, lo miré un poco extrañado, no pertenecía al club de futbol pero si recuerdo que Sakuma le había dado clases de educación física. Creo que era porque el chico en cuestión no se le daba precisamente bien los deportes.

-Takei-kun…-pronunció Sakuma en cuanto el chico se detuvo delante de nosotros inclinando su cuerpo hacia delante y apoyándose en sus rodillas para coger aire.-¿Qué ocurre para que vengas corriendo así?

-Es…es…arf..arf…-se nota que el joven Takei no se le daban bien los deportes, no tenía mucho aguante cuando se trataba de correr.

-Tranquilo-le dije para que no se alterara. Parecía que el asunto era algo serio.

-Se han colado unos niños de primaria en el club de futbol y se están peleando con sus miembros.-aquella información fue dada tan rápidamente que tanto a Sakuma como a mi nos costó un poco procesarla.

-Eso no puede ser-habló Sakuma después de un silencio.-Unos niños no pueden colarse en el Teikoku sin ser vistos por los pasillos. Que no son pocos…

-Lo sé pero estos si han podido, Sakuma-san, y se van a hacer daño. Los del club se están enfadando con ellos.

Sakuma y yo nos miramos y enseguida nos pusimos en camino hacia la cancha de futbol. Pero me extrañaba que nuestros chicos perdieran los estribos con unos críos de primaria, siempre les hemos enseñado a mantenerse serenos y fríos en el juego, no pueden perder los nervios con las artimañas infantiles.

Al llegar a la cancha de futbol vemos a nuestros jugadores encarar a un grupo de niños, bueno, mas bien eran niñas y al parecer también pertenecen a un club de futbol por el uniforme azul marino y pantalones rojos que lo formaban, ninguna de las niñas representaba nada del otro mundo, solo parecían haberse armado de valor antes de entrar en el campo pero al enfrentarse cara a cara con los del Teikoku se les había bajado los humos de golpe pero ¿para que habrán venido? El que más me llamaba la atención era el único niño de aquel equipo que al parecer encabezaba a las niñas.

El chico en cuestión tenía el cabello largo, su estilo de peinado me recordaba vagamente al de Aphrodi, y ligeramente ondulado de un color celeste con destellos marinos, uno de sus mechones era de un color rosa que le iba desde la raíz hasta la punta del cabello. Lo que mas me intrigaba eran sus ojos rojos, llenos de seguridad y arrogancia, sin una pizca de miedo hacia los del Teikoku. Puedo ver como su cara tenía evidentes muestras de haber sido golpeado hace poco, magulladuras y raspones repartido no solo en su cara sino también en sus brazos y piernas ¿es que nuestros jugadores se habían atrevido a levantarle la mano a un crío?

Las niñas estaban encogidas en el sitio, terriblemente asustadas e intimidadas por el tamaño y las miradas de los del Teikoku, sin atreverse a mostrarse como su líder.

-¡Marchaos de aquí, mocosas!-escuchó a uno de los jugadores tomando del brazo a una de las niñas. Para mi sorpresa, veo a aquel chico coger bruscamente la muñeca del mayor y apartándolo de su compañera.

-No se te ocurra tocarla-espetó el chico con un toque de amenaza en su voz.

-Vaya, parece que el pequeño se ha enfadado-se burló uno mostrando un balón de futbol.

-Devolved el balón de futbol que le habéis robado a Hibari-ordenó el muchacho señalando a la aludida, que se escondía en los brazos de una de sus compañeras. ¿Robado? ¿Cómo que robado?

-Nosotros no hemos robado nada-sonrió otro-Este balón estaba dentro del recinto, así que pertenece al club de futbol.

-¡Os lo he dicho! ¡Se nos ha escapado mientras jugábamos!-protestó el chico del mechón rosa.

-Las reglas son claras, si hay un balón de futbol en nuestro instituto, entonces pertenece a nuestro club.

-¡Pero ese balón pertenece a Hibari! ¡No podéis quitárselo y decir que es vuestro!

-¡Cállate, niñato!-pateó el balón de forma inesperada dando al chico en el estomago e impulsándolo hacia atrás.

-¡ATSU-CHAN!-exclamaron las demás niñas sorprendidas de ver a su capitán en el suelo.

-Urg…-se oye quejarse al tal Atsu desde el suelo sujetándose el estomago con los dos brazos y el cuerpo inclinado hacia delante.

-Pero ¿Qué clase de conducta es esta?-pregunta Sakuma enfurecido-Esto no es lo que les enseñamos.-le tomo del brazo con fuerza cuando le veo avanzar hacia el campo dispuesto a detener al Teikoku-¿Kidou?

-Espera un poco…-le detuve con una sonrisa.

-¿Qué esperé a que? No podemos dejar que traten así a unos críos.

-Y recibirán un castigo por ello, no te preocupes pero…quiero ver hasta donde le alcanzan las agallas a ese muchacho-no era para menos, el chico no mostraba sentirse intimidado ante un equipo tan famoso como el Teikoku, no sé si es por una cuestión de valentía y confianza o simplemente que el chico es un arrogante de cuidado, creo que vale la pena ver que es lo que va hacer continuación.

-¿No te da vergüenza ser parte de un club de futbol de niñas? Aunque lideres el equipo seguro que das risa a la hora de jugar.-se jactó uno mientras la niña antes mencionada, Hibari, se arrodillaba al lado de su capitán para ayudarlo a levantarse.

-Atsu-chan, déjalo ya y vámonos, si es por el balón, no te preocupes, puedo conseguir otro-decía llorosa la niña mientras le ayudaba a levantarse. Para sorpresa de todos, el chico se deshizo del agarre respirando fuertemente tan pronto como se había levantado del suelo.

-He dicho que recuperaría el balón y eso es lo que haré…-vaya, es cierto que agallas no le faltan al muchacho. Por el momento mi interés por él se acentuaba, era osado y valiente, me recordaba un poco a mi cuando tenía su edad.

-¡Pero, Atsu-chan…!

-Si lo dejamos así, la próxima vez será más de lo mismo…y no voy a dejar que esta gente nos pisotee-declaró avanzando unos pasos hacia el capitán de nuestro equipo.

-¿Es esto lo que buscas?-preguntó mostrando el balón de futbol.

-Te propongo algo-dijo de pronto el chico irguiéndose todo lo posible para poder hablar frente a frente con el capitán del equipo del Teikoku. Tenía una expresión sería y segura pero de alguna manera puedo ver que aquel balonazo le había dolido bastante, aunque su semblante no lo diera a ver yo si que veo que todavía le duele mucho.

-Oh ¿ahora quieres negociar?

-No es un negocio…es un reto-sonrió el chico menor cruzándose de brazos. Vaya ¿pensaba desafiar a los jugadores del Teikoku? Tenía arrojo pero es un poco inconsciente por su parte.

Como era de esperar, los otros se rieron a carcajadas ante la vacilada hasta que el capitán les hizo callar con un gesto con la mano. Era el único que no se había reído. Creo que, al igual que yo, se ha dado cuenta de que el chico no es alguien a quien subestimar por su edad y apariencia. No era un mero fanfarrón.

-Te escucho…

-Te reto a que mantendré el balón conmigo durante diez minutos. Si durante ese tiempo me lo quitáis, entonces cogeré a mi equipo, nos iremos y reconoceremos al Teikoku como el mejor equipo de Inazuma. Si por el contrario el tiempo se acaba y no me lo habéis quitado entonces nos devolveréis el balón y le pediréis disculpas a Hibari.

De nuevo las risas se hicieron presentes. No podía negarlo al respecto. El reto era muy arriesgado.

-¿Pretendes jugar contra nosotros tu solo? ¡No me hagas reír!-se carcajeó uno de los defensas.

Curiosamente, el muchacho parecía imperturbable ante las burlas de los demás jugadores, pues no apartaba la mirada en ningún momento de los ojos del capitán.

-Creo que ese reto sería mejor para nosotros…¿no te parece divertido quitarnos a nosotros el balón, niño?

-No sería un juego justo ¿o es que no sois capaces de quitarle un balón a un "niño"? Aunque puede ser que todos los rumores que corre sobre el Teikoku no sean más que un fraude.

Eso si ha sido un golpe bajo. El chico buscaba herirles en el orgullo. Puede conseguirlo con facilidad, la cara de los jugadores ya está contraída por el evidente enfado, nunca aceptaban ser criticados por otro y mucho menos por un niño, en cierta manera a mi también me había molestado un poco aquel comentario. Era lo más parecido a un desprecio a Sakuma y a mí como entrenadores del Teikoku. El chico parecía satisfecho con el resultado, como si con ello pensara conseguir algo pero que todavía no había surgido.

-Muy bien…-aceptó el capitán del Teikoku con una sonrisa malvada.-Vamos a hacerte tragar tus palabras, mocoso…

De pronto, antes de que nadie pudiera reaccionar, el chico dio una fuerte patada al balón que estaba entre las manos del capitán lanzando hacia arriba. Por instinto todos subieron la mirada hacia arriba sorprendidos, no se esperaban semejante acción tan repentina.

-Comienza el juego…-susurra el capitán del grupo femenino.

El muchacho pasó rápidamente al lado del capitán del Teikoku y dio un gran salto pudiendo llegar hasta el balón que se mantenía por los aires, dio un cabezazo y aterrizó a unos cuantos metros del equipo contrario con el balón bajo su pie. Era impresionante el semejante salto que había dado, ni siquiera el jugador mas alto del Teikoku habría podido llegar hasta donde había llegado él. Es rápido y tiene buen impulso.

El muchacho sonrió confiado mientras daba toques al balón con la rodilla sin perder de vista al Teikoku, que seguían mirándole anonadados. Esa escena se me hace tremendamente familiar. Ya la había visto antes. De pronto la imagen de un viejo compañero del Raimon cruzó por mi mente haciendo lo mismo que aquel muchacho. Un chico de mirada arrogante con una cresta castaña oscura y unos ojos de un color verde resplandeciente.

Fudou…

Aquel chico…imitaba a la perfección las acciones de Fudou durante su estancia en el Raimon, la postura, los toques…la mirada.

-Maldita sea…-gruñó el capitán-¡Pararle los pies a ese crío!

Todos los miembros del equipo se abalanzaron hacia el muchacho a una gran velocidad. El chico seguía manteniendo la mirada fija en ellos, atento a todos sus movimientos. No puedo evitar sonreír ¿Cómo te vas a librar de eso?

El chico esquivó a sus contrincantes con hábiles movimientos con el balón. Lo lanzaba hacia arriba con el talón mientras esquivaba a uno que le doblaba en tamaño y peso, a otro lo pasaba llevando el balón entre sus piernas y dando un giro de lado, uno intentó quitárselo haciendo una segada pero el muchacho presionó sus pies contra el balón y dio un saltó hacia delante.

-Ese chico es muy bueno…-comentó Sakuma

Y tanto que lo era, tenía mucho talento.

-No es ningún novato-mencioné sin quitarle la vista de encima.

No. No lo era, el chico tiene un rígido control sobre los músculos, es capaz de calcular al instante la fuerza del contrincante y lo que debe de hacer para usarla en su contra. Sus movimientos eran de apariencia sencilla y ligera pero todo estaba previsto con anterioridad. Esa forma de moverse no se obtenía mediante un entrenamiento de futbol a niños de primaria, aunque fuera uno intensivo, tenía que haberse entrenado fuera de su club. Y la persona que se hizo cargo de su adiestramiento tenía que ser muy bueno y saber muy bien con que clase de talento estaba tratando. Puedo hacerme una idea de la cantidad de horas que ha tenido que echar ese chico para poder tener semejante habilidad, no todo lo que lleva bajo la manga puede ser simple talento natural.

Él sabía que había herido el orgullo del Teikoku y estaba usando esa rabia contra ellos.

-La vanidad os puede…Teikoku-se burló el chico volviendo a dar toques al balón con la rodilla mientras miraba como los jugadores contrarios se levantaban del suelo.

-Mocoso ¿Cómo te atreves?

De nuevo todos los jugadores fueron a por él pero para sorpresa de todos e incluso mía, veo que después de esquivar a un par de ellos corre con el balón fuera del campo y se queda esperando cerca de la puerta de salida. Con la mirada les desafiaba a que le persiguieran.

-Oye, niño ¿Por qué has salido del campo?-preguntó uno de los delanteros.

-Usar solo el campo de futbol es un poco aburrido, así que me apetece hacerlo mas emocionante-sonrió arrogante-Todo el Teikoku puede ser el campo de juego…

Estaba loco ese muchacho…pero por alguna razón esa actitud me gustaba. Y creo que sé que es lo que pretende. Estaba desconcertando a sus contrincantes y puede conseguir mucha ventaja con eso. Los chicos no se daban cuenta de que estaban bailando al son de su música, seguían sus normas del juego sin saberlo. Sabía como provocar y manipular al contrincante para poder sacar partido de ello. Aquel chico era un buen estratega, de eso no tengo duda alguna. Puede que su forma de hacerlo fuera ruin y retorcida y hasta algo tramposa pero la misión de los jugadores era marcar un gol costara lo que costara. Y nada mejor que la manipulación y el engaño para ello.

De nuevo el rostro de Fudou pasa rápidamente por mi mente. Vaya, por lo que veo he encontrado un doble del chico de aquel entonces, pero por lo menos éste parecía ser retorcido solo en el campo de juego. La forma en que había defendido a su compañera y al meterse en medio del conflicto con los del Teikoku me lo demostraba, eso es algo que no hubiera hecho Fudou, él era más de mandar a la gente a que se buscara la vida.

-¿Pero que dices? Eso es falta, va en contra de las reglas-replicó el capitán.

-Que yo sepa, también es falta que once jugadores vayan en contra de uno solo y yo creo que a pesar de la diferencia numérica, la ventaja es mía-sonrió con sorna provocando a los demás una ira frustrada-Además, os estoy dando más ventaja, todo este sitio es un entorno que conocéis perfectamente, debéis saber como moveros en él. Yo solo amplio mi campo de juego pero vosotros contáis con un largo numero de factores sorpresa.

-¡Atsu-chan, no hagas eso!-gritó una de las niñas.

-No hagas locuras, no te estas enfrentando a cualquier equipo.-protesto otra.

-Lo sé pero así es más divertido. Quiero averiguar si puedo hacer que al menos el Teikoku sude con mi juego.-soltó una risa para luego echar a correr hacia la puerta-¡Nos vemos!

-Ese crío…

-…Se está burlando de nosotros.

-¡A él!-gritó el centrocampista. Y solo fue cuestión de tiempo a que todos fueran detrás del muchacho desapareciendo por la gran puerta.

-¿Que hacemos?-pregunta Sakuma mirándome-¿Les seguimos?

-Creo que es mejor dejarles a su aire, el instituto está vacío así que no harán daño a nadie.

-Pero los daños materiales que puede haber serán un problema. Al menos tendríamos que vigilarles.

Eso es verdad pero ¿Cómo vamos a seguir a un grupo de chicos que van al galope por todo el instituto?

-C-Creo que yo puedo ayudar en eso…-volteamos los dos a mirar Takei que llevaba un ordenador portátil entre sus brazos ¿Lo tenía de antes? Si es así no me había fijado en él.-El Teikoku está lleno de cámaras de vigilancia por todos los pasillos, si ustedes lo permiten puedo conectar mi portátil a esas cámaras y ver que pasa en todos los pasillos desde aquí…claro si ustedes…

-No es mala idea…-dije cruzándome de brazos, era bueno tener de vez en cuando a un informático cerca.

De pronto la imagen de mi hermana consultando su portátil apareció en mi mente dándome un fuerte dolor de cabeza, intenso aunque momentáneo ¡Maldita sea! Haruna, por favor, no he cedido en tu búsqueda pero no te metas en mi cabeza cada vez que veo algo que se relaciona contigo. Me aprieto la frente con los dedos tratando de disimular lo mucho que me dolía recordarla. No importaba cuando me esforzara, ella siempre estaba presente en todos lados y eso me frustraba porque sé que no son más que ilusiones y productos que crea mi mente, que ella en realidad no está ahí.

-¡Kidou!-la voz de Sakuma me hizo volver de golpe a la realidad y lo miro un poco perdido ¿me estaba diciendo algo?

-¿Si?-la pregunta era un poco tonta, pero creo que me estaba diciendo algo y no me he enterado.

-¿Estás bien? Te has puesto pálido de pronto-parecía estar preocupado.

-No te preocupes…-le dije con una voz serena-Estoy bien, no pasa nada.

-¿Acaso es otra vez…?

-No, déjalo, Sakuma…

No me gusta ser grosero con él, ya que solo estaba preocupado como buen amigo mío que es pero en los momentos en los que tengo episodios como estos prefiero que ni siquiera me dirijan la palabra. Me dolía mucho la cabeza por las emociones contradictorias que tengo, por un lado amo poder recordarla y otras veces detesto esos recuerdos porque también me hacen recordar que ella no está, y que todo el mundo da por hecho que esta…muerta.

-Como quieras…

-Esto…¿señores?-pregunta tímidamente el chico encogido de hombros.

-¡Ah si! Hazlo, Takei-kun…

-Si, enseguida-empezó a teclear el ordenador con una velocidad impactante. El chico no sería bueno en los deportes pero desde luego tiene mucha maña para los ordenadores, quizá sea así todos los chicos de su edad enganchados al ordenador. Mi hermana siempre usaba el ordenador cuando estaba en el club de periodismo y después para consultar los resultados de los partidos y analizar a los futuros rivales.

¡Maldita sea! ¡Otra vez! ¡¿Es que no hay forma de sacarte de mi cabeza aunque sea por un solo día? Hace mucho tiempo que tengo estos "delirios" llegué a pensar que estaba loco pero lo único que siento es una profunda añoranza por ti. Si. Te echo mucho de menos y por mucho que me esfuerce por ocultarlo y esconderme tras estas gafas, el mundo se ha empeñado en que sufra por ello. La única forma de poder curarme es encontrándote, saber por lo menos que estás bien, pero no puedo hacer nada si tu no te dejas encontrar.

-Ya está, les he encontrado, están en el pasillo del área norte-mi atención fue directamente hacia la pantalla del ordenador. Necesitaba sacar a Haruna de mi cabeza, por el momento debía vigilar a nuestros chicos e intervenir si se les ocurría dañar seriamente al niño.

-Mira a este chico…-los ojos de Takei brillaban de admiración mientras miraba como aquel niño hacia buenos movimientos con el balón esquivando a los demás jugadores.

Parecía que aunque los nuestros contaban con varias oportunidades para el factor sorpresa, el chico ya lo tenía todo previsto, su mente parecía trabajar a mil y no se fiaba ni de su sombra. Un perfeccionista. Por mucho que le tendieran una emboscada en cada esquina el chico ya estaba preparado para realizar una maniobra ya fuera arriesgada o calculada.

Derrapaba por el suelo con las piernas y el balón frente a sus rodillas cuando alguien se le echaba encima. Lanzaba el balón hacia el techo para que lo golpeara y rebotara contra la cabeza del contrario, lo aturdía lo suficiente como para que pasara por su lado y recuperar el balón. Para darse más aires de grandeza, se quedaba esperando a que el equipo le diera alcance en mitad del pasillo dando toques al balón con la rodilla, luego volvía a echar a correr.

-¿Este ordenador puede reproducir los sonidos?-pregunto mirando a Takei.

-¿Eh? ¿A que se refiere?

-A que si también puede conectarse con los micros que llevan incorporadas las cámaras, quiero poder escuchar lo que dicen.

-Ah, si que puede, espere un momento-volvió a teclear el ordenador con la misma velocidad de antes ¿Cómo es que las teclas no se salían? No lo sé, es un misterio.-Ya está, ahora podremos escuchar lo que dicen.

-¡¿Por qué ese maldito crío nos lleva tanta delantera?-preguntó exasperado uno de los centrocampista corriendo al lado del capitán y un defensa tras el muchacho el cual conseguía alejarse cada vez mas.

-Se supone que estamos en el Teikoku…¿Cómo puede moverse de esa manera?

-¡Te tengo, niñato!-gritó un delantero apareciendo de repente en una esquina frente al chico y fue corriendo hacía él. El niño se quedó quieto en el sitio ¿Qué es lo que pretende?

Para mi asombro, esperó a que tanto los que le perseguían por detrás como el que le arremetía de frente estuvieran lo suficientemente cerca de él para realizar un rápido giro y esquivar al delantero. El resultado de ello es que la enorme constitución del delantero le hizo perder el equilibrio al no hallar a su presar y caer encima de sus otros tres compañeros.

Chico listo.

-Para vuestra información-habló el niño con el balón bajo su pie-llevo mucho tiempo estudiando la estructura del Teikoku, me conozco cada uno de sus pasillos al dedillo aunque nunca haya entrado.

-¿Cómo?-murmuró Sakuma sorprendido de aquella declaración.

-Muy pronto pasaré a secundaria y tenía que informarme de todos los equipos e institutos de Inazuma. No está de mas ser previsor ¿no os parece?

-Eres un…

-…maldito crío, lo sé-sonrió divertido mientras levantaba dos dedos en señal de victoria y sacaba la lengua.

-Vamos a hacerte tragar cada una de tus palabras-gruñó el delantero levantándose del suelo.

-¡Trágate esto!-gritó el chico golpeando fuertemente el balón contra la pared que estaba a su lado.

Era un tiro fuerte y violento, tanto que el balón rebotó entre las dos paredes del pasillo haciendo un rápido zigzag que iba de izquierda a derecha hasta golpear fuertemente la cabeza del delantero, haciendo que perdiera nuevamente el equilibrio y cayera encima de sus compañeros aplastándolos.

-Mocoso infernal…-gruñó el capitán adolorido.

-Siento ser tan bruto-sonrió el del mechón rosa-pero me revienta mucho que hayáis tratado de esa manera a mi equipo y que encima le hayáis robado el balón a Hibari.

-¡Vamos! ¡No lo dejéis escapar! ¡Hay que quitarle el balón como sea!-gritó el capitán completamente fuera de si.

Como una voz se alarma, varios de los jugadores rodearon al chico sin dejarle ninguna vía de escape.

-Es mejor que te rindas, chico, no tienes por donde escapar.-río el capitán.

-Está acorralado…-dijo Sakuma.

Bien, joven promesa ¿y ahora que harás para salir de este lío?

-¿Derecha? No-habló el chico mirando en dicha dirección encontrándose con los delanteros fornidos-¿Izquierda? Tampoco-mira a la izquierda encontrándose con los defensas-¿Abajo? Va a ser que no-sonrió algo resignado al ver un montón de piernas cortándole el paso.

-No trates de buscar solución, no puedes huir-habló el centrocampista.

El chico los ignoró mientras hacían como cuentas con los dedos y miraba hacia arriba mientras estaba pensando, como si estuviera analizando en una complicada fórmula matemática. Pero era mas que evidente que lo hacia para molestar al Teikoku. Como si estuviera diciéndoles que tenía un plan que ellos no esperan.

-Es un poco estrecho-dijo el peli-azul en voz alta, con un tono que se podía interpretar como indecisión-Pero bueno, es lo que hay.-sonrió ampliamente convencido.

-¿Nos está vacilando?-repuso el capitán al ver que el chico ignoraba por completo a los demás.

-Si no se puede por ninguno de esos lados…-de pronto sus rojizos ojos recobraron la confianza y la arrogancia del principio e inclinó el cuerpo hacia delante-¡Tendrá que ser por arriba!

Dio un fuerte pisotón al balón haciendo que con una extraña fuerza fuera hacia arriba y rebotara por el techo como había echo antes hacia los lados. El balón rebotó de arriba abajo y todos, queriendo hacerse con él chocaron entre si y cayeron el suelo, al final el balón golpeó en la cabeza a uno de los jugadores y el chico corrió hacia a él parándolo con el pecho y volviendo a tener la ventaja.

-Jejeje

-Pero ¿como lo ha…?

-Os lo he dicho…la vanidad os puede y no pensáis con claridad-sonrió arrogante y volvió a echar a correr-¡SUS VEO POR AHÍ!

-¡¿Cómo puede estar pasándonos esto?-replicó un defensa levantándose del suelo.

-No lo puedo entender-dijo Takei sin apartar la mirada de la pantalla del portátil-Por muy bueno que sea ese chico, es un solo jugador contra once y encima en un espacio muy reducido como lo son los pasillos ¿Por qué les cuesta tanto a los del Teikoku acorralarle?

-Precisamente por el espacio…-respondo sin apartar la mirada del muchacho.

-¿El espacio?

-Es como ha dicho el niño, la vanidad les ciega y no piensan con claridad.

-¿Qué tiene que ver la vanidad con todo esto?-preguntó de nuevo el chico.

Miro a Sakuma el cual hace una expresión en su rostro que indica que ha captado los planes del peli-azul para luego sonreír.

-El chico ha sido muy astuto en hacer uso de los pasillos como parte del campo de juego. De esta manera el tener un gran número de jugadores no representa en absoluto una ventaja, solo son más blancos a los que arremeter a balonazos y están más apretados los unos contra los otros. –explica Sakuma

-¡¿En serio?-Takei consulta el ordenador con una rápida tecleada-Es cierto…apenas pueden moverse con libertad.

-Y además, los chicos se han sentido heridos en su ego. Están demasiado pendientes en demostrar al muchacho lo orgullosos que se sienten del juego del Teikoku como para darse cuenta de sus jugadas.

-Los está manipulando como quiere. Les hace pensar que les está dando la victoria en bandeja cuando en realidad les ha tendido una trampa-no sé porque pero me siento complacido ante el juego de ese muchacho.

-Pero esa clase de juego…¿no se puede considerar algo sucio?-pregunta el chico consternado.

-La verdad es que ha roto varias normas…aunque los nuestros otras tantas-sonrió de forma resignada Sakuma-Creo que el modo de jugar, mientras no sea peligroso, no es que importe mucho.

-Oh, parece que ya vuelven…

Y de pronto, el chico volvió a pasar por la puerta con una sonrisa que enseñaba los dientes mientras los del Teikoku iban detrás de él. Todos tenían la ropa sucia de haberse arrastrado por el suelo en pos de quitarle en vano el balón al chiquillo, también tenían raspones y magulladuras por todo el cuerpo después de haber recibido los balonazos y el haber chocado entre ellos de la forma mas torpe.

El peli-azul se colocó su mechón rosado detrás de la oreja para luego desviar la mirada hacia otro lado con un aire presuntuoso. Mostró una sonrisa de autosuficiencia mientras miraba por el rabillo del ojo a los del Teikoku, una forma más de burlarse de ellos.

-Hibari…-llamó él mirando a su compañera que permanecía junto a las demás niñas.

-Diez minutos exactos…-aseguró la pequeña mirando su reloj de pulsera.

Los otros jugadores se quedaron mirándola con los ojos bien abiertos. Creo que no han sido conscientes del transcurso del tiempo y que se les ha acabado. Sus expresiones fueron cambiando gradualmente de la sorpresa a la ira, está claro que no piensan aceptar la derrota así de fácil.

-¡Eso es mentira!-gritó el capitán-Has manipulado el reloj.

-¿Eh?-levanta una ceja el oji-rojo-No soy ningún tramposo ni tampoco un mentiroso. Si no me creéis, consultad vosotros mismos el reloj.

Ninguno se atrevió a consultarlo. Estaban demasiado atemorizados a que el chico estuviera en lo cierto, porque de ser así se darían cuenta de que habían sido humillados de la peor manera. Ellos, el famoso equipo Teikoku derrotados por un niño que aun asistía a la escuela primaria. Un niño que además lideraba a un grupo de futbol que se componía de chicas.

-Bueno, como he cumplido el plazo…-su mirada se centró en una de las porterías del campo de futbol-Voy a cerrar este reto con estilo.

El capitán previó sus intenciones y fue corriendo a ocupar su puesto de portero. El peli-azul corrió hacia la portería con claras intenciones de chutar.

Bien, chico, sorpréndeme. Ya he visto que se te da bien planear estrategias, que eres muy capaz de regatear y que no se te da nada mal los remates pero…¿Cómo se te dan los tiros a puerta? Muéstrame todo tu potencial.

-¡No te dejaré marcar!-advirtió el portero.

-¡Eso habrá que verlo!-el chico mostró una sonrisa de autosuficiencia-¡Mi mejor tiro es por Hibari!

-¿No ira a…?

-¡Ahí está! ¡La supertécnica del capitán!-exclamó una de las niñas con los puños apretados en señal de emoción.

El chico pisó fuertemente el balón haciéndolo girar como una peonza hacía arriba con una velocidad vertiginosa. Sus ojos, de pronto cogieron un destello intenso que hacia que su color rojizo se viera mas aterrador, como unos ojos asesinos escondidos en medio de la noche. El balón fue rodeado por un aura de color morado y en la espalda del peli-azul aparecieron cuatro alas de murciélago que lo elevaron por los aires en cuanto se impulsó hacia el balón. Levantó en alto la pierna preparado para dar el tiro cuando varios entes transparentes y sin rostro aparecieron de la nada y se situaron cerca de la pelota.

Harouīn No Akumu!*-pronunció en voz alta y clara chutando fuertemente la pelota. El balón fue directamente hacia la portería rodeado por esa energía oscura mientras los entes trasparentes iban a la par que él, proliferando gemidos y llantos escalofriantes. Sonidos que son típicos de los fantasmas.

El portero hizo un amago de intentar pararlo pero al verlo acercarse de esa forma y escuchar esas voces de ultratumba se quedo tieso en el sitio, paralizado por el miedo, dejando que le balón entrara en puerta.

-Fin del juego…-sonrió orgulloso el peli-azul-Y la victoria es mía…

-¡Capitán!-gritaron todos los miembro del Teikoku corriendo a rodear a su líder.

-Atsu-chan ha ganado…-murmuró una de las niñas para luego sonreír de oreja a oreja-¡Atsu-chan ha ganado!

-¡Capitán/Atsu-chan!-gritan todos los del grupo femenino corriendo hacia su líder y abrazándolo y alguna dándole besos en la mejilla.

-¡Eres el mejor, capitán!

-¡Es increíble! ¡Has podido con los del Teikoku! ¡Y eran mas grandes que tu!

-¿Cómo lo has hecho?

-Sencillo, es que yo molo mucho-bromeó el chico sacando pecho y señalándose a si mismo.

-Eres un fanfarrón, capitán-bufó una dándole palmaditas en la espalda.

El peli-azul, abandonó su actitud arrogante y confiada, para dejar mostrar una cara cómica, sacando la lengua de lado y dándose un golpecito en la cabeza en señal de "Así soy yo ¿Qué le voy hacer?" Espera…esa actitud…sus gestos…su expresión.

Ya no veo a Fudou en ninguna de sus facciones, sino a ella.

A Haruna.

Calma, calma, Yuuto ¿en que estás pensando? ¿Es que hasta un crío te va a recordar a ella? Por favor, no desvaríes. Es solo un niño. Uno con mucho talento para el futbol pero un niño al fin y al cabo. No hagas ninguna tontería. Si sigues así van a tener que ingresarte de verdad en algún lado.

-Increíble…un niño ha ganado al equipo del Teikoku-dijo Takei colocando bien sus gafas sin poder creer lo que veía.

Si, parece que le espera un futuro prometedor a ese muchacho, si sigue entrenándose algún día hablaran de él como uno de los mejores de Japón. Aunque puede ser que el próximo año sea escogido para formar parte de la selección japonesa…

Me puse a aplaudir de forma pausada queriendo llamar la atención de todos los jugadores. Todos voltearon a mirarme, aunque los del Teikoku bajaron en seguida sus miradas sintiéndose humillados y avergonzados por su derrota. Me parece que no se han percatado de que he estado aquí todo el tiempo y que lo he visto todo. No saben el castigo que les espera…

-Ese hombre…-oigo a una de las niñas murmurar, escondiéndose tras su capitán.

-¿Quién es el tío raro de las gafas?-soltó el capitán señalándome, un poco descarado también parecía ser.

-¡Pero, bueno, capitán!-le reprochó Hibari-¡Es el entrenador del Teikoku!

-Si, yo también le conozco-dijo otra-Es el estratega de Inazuma Japón, aquel equipo que representó a Japón hace varios años en el Futbol Frontier Internacional, es Kidou Yuuto. Y el que está a su lado…si, es Sakuma Jirou, también estuvo en Inazuma Japón como uno de los delanteros.

-Oooooh~-agrandaron los ojos las niñas en señal de admiración y algo intimidadas.

-Sin duda nuestra fama aun permanece-comenta Sakuma sonriendo complacido.

-¿Tan importantes son?-pregunta el chico el peli-azul.

-¡Y tanto que lo son! ¡Varias veces fueron la clave del éxito de Inazuma Japón en los partidos!

-Pues para ser tan geniales no han sabido enseñarles humildad a esta gente ¿no serán eso que llaman viejas glorias?-espetó en voz baja el del mechón rosa echándose los brazos a la nuca. Veo como su cara cambia a una expresión de dolor profundo producido por un pisotón que le había dado Hibari en el pie.

-Ten mas respeto, que estamos ante dos celebridades-murmura ella por lo bajo ¿acaso cree que no la escuchamos?

-Que bruta eres…

-Muchacho-lo llamé alzando un poco la voz. El chico me miró directamente a los ojos. Ese color rojo tan intenso como la sangre…me recordaba mucho a los míos, éramos bastante parecidos…quizá demasiado-Ha sido un partido esplendido.

Parece que lo he sorprendido con mi felicitación, porque veo un ligero sonrojo aparecer en sus mejillas, pero enseguida sacude la cabeza de un lado a otro y me mira de forma severa. Creo que me achaca a mí que el Teikoku se haya comportado de esa forma tan desconsiderada. No puedo culparlo, soy su entrenador y tenía que haberles enseñado con más firmeza que el futbol es un deporte con el cual se debe disfrutar al máximo independientemente de lo fuerte o joven que sea el rival. Y sobretodo disfrutarlo con todo el mundo.

Me acerco lentamente hacia donde estaba el balón de futbol por el cual se había producido todo este conflicto. Miro seriamente al portero dándole a entender que me ocuparía de él mas adelante por su inexcusable actitud. El chico tragó saliva entendiéndome pues bajó la mirada hacia el suelo avergonzado. Con el pie, doy un par de toques al balón y lo cojo con la mano para luego dirigirme al grupo de niñas.

Me posiciono frente a Hibari y le tendí el balón.

-Toma-ella me miró sorprendida-Es tuyo ¿no? Te lo devuelvo. Y por favor, disculpa la actitud de nuestro equipo.

Ella me dirigió una deslumbrante sonrisa y con timidez cogió el balón entre sus manos y me miró agradecida.

-¡Arigato Gozaimasu, Kidou-san!

Miro discretamente al chico, que parecía un poco extrañado.

-Era esto lo que querías ¿no? Que tu compañera recuperara su balón y recibiera una disculpa-la expresión no le cambió, me parece que no termina por fiarse de mí.

-Que bien ¿a que si, Hibari?-disimula mirando a su compañera con una sonrisa.

-Y arigato a ti también, Atsu-chan-le abrazó-¡Eres el mejor!

-No es para tanto…-sonrió sonrojado ante tanto halagos. Con lo fiero y ruin que se ha mostrado en el juego y ahora actúa como un corderito tímido. Parece que tiene dos personalidades distintas para dentro y fuera del campo.

-Por cierto, capitán ¿ya no te duele?-preguntó otra acercándose a él-

-¿Eh? ¿El que?

-Pues…antes, uno de ellos te ha dado un balonazo en la barriga…y bueno, tenía pinta de haber sido uno importante y que te ha dolido bastante…

-Ahora que lo dices…-de pronto el color de su cara cambia a uno azul y morado…-¡COMO DUELEEEEE!-lloriqueó lastimeramente. Le veo un poco alejado de nosotros arrodillado en el suelo y sosteniéndose el estomago con el cuerpo inclinado hacia delante.

-¡A buenas horas, capitán!-gritaron las niñas con una vena de enfado en la cabeza.

-Efecto retardado-comenta una con una sonrisa divertida.

-Dejadme en paz…fuera del campo puedo quejarme de lo que me dé la gana-bufó fastidiado con la cara pegada al suelo sin separar sus brazos del estomago.

-Ya pero…¿después de todos los malabarismos que has hecho te pones a retorcerte de dolor justo ahora?

-Bueno, cuando estoy jugando no me doy cuenta de la gravedad de mis lesiones pero así en frío…¡así que a callar!-se apresura en decir.

-Ja-ja-ja-rieron como robots y alguna con ganas de darle un golpe en la cabeza por los puños que mantenían apretados.

No puedo evitar mirar al muchacho con una sonrisa. Si ha podido jugar de esa manera ignorando el dolor de su abdomen es que tiene una capacidad de concentración increíble. Quizá pueda ofrecerle formar parte del Teikoku en cuanto pasara a secundaria, sería una muy buena adquisición, pero dudo que quiera formar parte después de a ver visto el peor lado del equipo.

-Eres muy bueno jugando-dijo Sakuma-¿En que posición jugas?

-Soy centrocampista-contestó distraídamente mientras se levantaba del suelo y se sacudía el polvo de la ropa.-Aunque de vez en cuando, juego de delantero.

-¿Y como te llamas?-pregunta Sakuma interesado.

El peliazul nos miro con profunda desconfianza, clavando sus ojos sobre nosotros como si representáramos una amenaza para él.

-Otonashi…

Mis ojos se abrieron de par en par al escucharle ¿Otonashi? ¿Ha dicho Otonashi? Ese es el apellido de mi hermana.

-¿Kidou?-escuchó la voz de Sakuma pero ahora me da igual lo que quiera decirme.

Siento como la ansiedad empieza a consumirme de inmediato, como una marabunta de hormigas asesinas, mi corazón está siendo presionado dolorosamente por un fuerte sentimiento de angustia. No entiendo que es lo que esta pasando, ya había escuchado el apellido de mi hermana otras veces en otras personas, pero esta vez es diferente. Siento la inexplicable necesidad de atrapar a ese niño y retenerlo conmigo, hay algo dentro de mí que me grita furioso y desesperado que él está relacionado con Haruna de alguna manera, que él puede llevarme con ella.

Antes de darme cuenta mi mano ya estaba agarrando fuertemente el cuello de la camisa del muchacho y lo alzo un poco, lo suficiente para que sus pies no toquen el suelo o por lo menos solo lo tocara con la punta de las zapatillas. Él me miró sorprendido por un segundo y luego se empezó a retorcer poniendo sus manos en la mía tratando de zafarse de mí agarre. Ah, no, pequeño, no te voy a dejar escapar.

-¡¿Qué está haciendo?-gritó el niño forcejando inútilmente.

-¡Capitán!

-¡Kidou! ¡Suéltalo!-Sakuma hizo presión en mis manos para aflojar mi agarre pero no puedo…no puedo dejar marchar a ese muchacho, él es mi oportunidad para encontrar a Haruna, lo sé. No puedo permitir que se escape. No puedo.-¡Despierta, Kidou! ¡Déjale ir!

-¡Déjele en paz!-un balón de futbol golpeó bruscamente mi mano haciendo que suelte al chico. Miro hacia la dirección en donde el balón había sido lanzado ¿Quién había sido tan estúpido de atacarme? Hibari se encontraba todavía en posición de haber chutado la pelota ¿había sido ella? ¡¿CÓMO SE ATREVE?

-¡Minna! ¡Este tío está loco! ¡Nos vamos!

¿Cómo?

-¡TU NO TE VAS A NINGUNA PARTE!

Trato de volver a atraparlo pero él se escurrió rodando por el suelo mientras recuperaba el balón que Hibari había usado para liberarle. Tengo que cogerle, tengo demasiadas preguntas que hacerle. Vuelvo a ir hacia a él pero de pronto unos brazos me sujetan con fuerza por detrás.

¡¿SAKUMA? ¡¿PERO QUE NARICES ESTÁ HACIENDO?

-¡Kidou! ¡Detente!

-¡SUELTAME, SAKUMA, SUELTAME!-rugí rabioso mirando al chico que por un momento pude ver que tenía miedo. Le veo retroceder varios pasos y sin apartar la mirada de mí hizo gestos con la mano para decirles a sus compañeras que alejaran.

-¡Vamos, vamos, chicas! ¡Hay que salir de aquí!-ordenó él señalando la puerta.

Forcejeo retorcidamente mientras contemplo como las niñas abandonaban el campo quedando el capitán en el último lugar, para evitar que alguna se quedara rezagada.

-¡VUELVE AQUÍ!-grité sin control-¡VUELVE AHORA MISMO!

El chico me lanzó una última mirada seria y salió corriendo del lugar tras sus compañeras.

¡MALDITA SEA! ¡SE ESTÁ ESCAPANDO!

-¡Kidou, tranquilízate!

-¡Sakuma, no permitas que se vaya! ¡No lo dejes ir!

-¡Ya se ha ido, déjalo!

-¡NO!-le di un pisotón en el pie logrando que aflojara su agarre. Me zafé de él y salí corriendo al exterior.

Por favor, que no sea demasiado tarde, que no se haya ido todavía.

Llego a la entrada del Teikoku y miro desesperado hacia los lados, buscando algún indicio del chico peli-azul. Pero no hay nada. Trato de escuchar pisadas o gritos de niña pero todo estaba silencioso ¿Cómo han podido esfumarse así de repente? No, no pueden haberse ido muy lejos, estoy seguro de que están escondidos. Yo solo quiero al chico. Las niñas me daban igual, al que quería era a él.

-¡Kidou!

-¿Por qué…?

¿Por qué siempre me tiene que estar pasando estas cosas? ¿Por qué cada vez que tengo una pista del paradero de Haruna siempre hay algo que lo borra? ¡MALDITA SEA! ¡¿POR QUÉ ME PONEN TANTAS TRABAS PARA ENCONTRARLA?

-¿Kidou?

-¿Por qué le has dejado ir?

-Oye…¿Qué es lo que…?

-¡Ese niño está relacionado con mi hermana, Sakuma! ¡¿Por qué le has dejado marchar? ¡Con él podría haber encontrado alguna pista de donde esta! ¡Ese niño me había dado una nueva esperanza!

-¡Kidou!-me llamó tomándome fuertemente de los hombros- ¡¿Acaso no te das cuenta de que has estado a punto de agredir a un menor?

-¡Eso no es cierto! ¡No tenía ninguna intención de hacerle daño!-protesto indignado.

-¡Estabas completamente fuera de ti! ¡Ni siquiera te has dado cuenta de que le estabas apretando demasiado!

-¡Lo hacia porque quería hablar con él! ¡Él sabe donde está mi hermana, estoy seguro!

-¡¿Y en que te basas para saber eso? ¡¿En que tiene el mismo apellido que ella?-espetó él sin miramientos-¡No es la primera persona ni será la última que tenga Otonashi por apellido! ¡Es solo un niño, Kidou! ¡¿Qué esperas sacar de él?

Sus palabras hicieron eco en mi cabeza, la fatiga y la ansiedad se redujeron considerablemente, pudiendo pensar con mejor nitidez. Es cierto ¿en que estaba pensando? ¿Qué iba a saber un niño del paradero de Haruna? Es absurdo, solo ha venido porque se le había perdido un balón. Pero por alguna razón todavía seguía habiendo algo dentro de mi, ese algo todavía gritaba que el chico tenía las respuestas a todo. Que él sabía algo. No sé porque siento esto pero lo que si sé es que tengo que encontrarle cueste lo que cueste.

-¿A dónde piensas ir?-me pregunta cortándome el paso cuando ve que voy en dirección al instituto de nuevo.

-Lo siento, Sakuma…pero debo asegurarme-dije apartándolo de mi camino y me adentro dentro del centro.

-¡¿Asegurarte de que?

-Tengo que encontrarle…debo buscar en todas las escuelas de primaria de Inazuma.

-¡¿Estas loco? ¡Kidou, que puedes meterte en un lío muy gordo!

-No te preocupes por mí…

-¡Por supuesto que me preocupo! Nuestros jugadores no se han portado precisamente bien con ellos y tu has tenido esa especie de arranque colérico ¿crees que van a quedarse callados? Todo el mundo te conoce, Kidou, y si la gente empieza a hablar de que te dedicas a agredir y acosar a niños puede caerte una condena severa por acoso a un menor.

-Es un riesgo que estoy dispuesto a correr.

-¡Kidou!

-Sakuma, por favor-rogué casi sin darme cuenta-Te prometo que no le haré nada al chico, lo único que quiero es hablar con él. Si resulta que no sabe nada de Haruna entonces le daré una compensación por lo que le he hecho.

-Pero…

Sin dejarle terminar entro en mi despacho y me siento en mi silla, completamente agotado emocionalmente. Ahora tengo algo mas que me ayudará a encontrarte, hermanita. Solo espera un poco mas. Enseguida estaré a tu lado.

Tecleo en el ordenador buscando información sobre los niños de las escuelas de primaria de Inazuma que se apelliden Otonashi, pero el resultado no era para nada alentador, había miles de niños con ese apellido y solo en Inazuma. Aunque pensándolo bien, ese chico oji-rojo todavía no se ha graduado, así que tiene que estar en el último curso. Busco nuevamente a niños en el último año de primaria con ese apellido y que formen parte del club de futbol. La búsqueda se redujo pero no mucho, ahora solo había unos cientos y cientos.

Pero ¿Qué puedo hacer para reducir más el número de niños a los que buscar? ¡Espera! ¡Las niñas se dirigían a él como "Atsu-chan"! ¡Ese tiene que ser su nombre de pila! Pero ese apodo es la abreviación de algún nombre y ahora se me ocurrían demasiados. "Atsu" puede ser la abreviación de Atsuya pero se me ocurría ese nombre más que nada por el hermano pequeño fallecido de Fubuki. Además, a las niñas les gusta mucho abreviar los nombres todo lo que pueden así que "Atsu "también puede ser una abreviación de "Natsu", y entonces si que había nombres, "Natsuno" o "Natsuhiko" por ejemplo.

Me espera mucho trabajo por delante.

CONTINUARA

Secundaria Alta(*): En Japón la secundaria se divide en dos partes, la baja y la alta y puede llegar a darse en distintos centros. La secundaria baja es el equivalente a primero y segundo de secundaria (Primero y Segundo de la E.S.O en España) y la secundaria alta es equivalente a tercero y cuarto de secundaria (Tercero y Cuarto de la E.S.O).

Harouin No Akumu(*): Pesadilla de Noche de Brujas.

Señores, este es mi primer fic de esta pareja sin que sea un one-shot ni un song fic, espero que podáis recibirla de buena manera. Y hace algún tiempo que tenía pensado hacer esta historia, me hacia ilusión. Como habéis visto aquí Kidou es un poco…desesperadillo y tal jejejeje, es que si no le daba vidilla siempre estaría cruzado de brazos con ese semblante serio. Y así es difícil hacer un Kidou x Haruna jajajaja

Lo que aun estoy dudando es hacer que Goenji sea Seitei o no, tengo ideas tanto si lo es como si no pero estoy dudando si hacerlo o no…¿Qué opináis vosotros? Vuestra opinión me es importante. ^^

Bueno, me gustaría haceros un pequeño reto.

¿Quién creéis que es Atsu? ¿Qué relación tiene con Haruna, y los demás? Esa pregunta creo que es obvia pero me gustaría ver si sois capaces de deducir al personaje en si ¿os animáis? Rydag…tu no opines que estas mas spoileada que el revelado del final de una película ¬¬.

Espero recibir muchos review (cosa un poco difícil T-T ¡animaos gente!) Y espero que os guste este fic ^^.