¡Hola hola!

Y vuelvo de nuevo con una serie de one-shots dedicados a la mejor pareja anime que para mi existe actualmente. Aunque todavía no se haya desarrollado nada, pronto podremos ver como Mashima-sama cumple nuestros sueños.

Gracias por esta genial historia, Mashima-sensei.

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Flash back o pensamientos propios en cursiva


Una linda mañana se apreciaba en la ciudad de Magnolia. El cielo clareado, sin nubes, el sol expuesto en lo más alto, brillando con fuerza, los pájaros revoloteando contentos…

Lissana aspiró, desde la terraza del gremio, ese aire puro y fresco que vagamente podía traer la época de verano, estirando sus brazos al cielo. Volvió a apoyar sus brazos sobre la baranda, observando la ciudad que se alzaba ante sus ojos.

Y sonrió.

Había pasado un año desde que volvió de Edoras. El mundo donde permaneció durante años, acompañada de sus edo-hermanos. Tan diferentes a los del mundo real. Recordaba que su hermano lloraba mucho, y que su hermana…bueno…Mirajane no era diferente. Ella nunca cambiaba.

Y mejor era así. De esa forma sentía que seguía con su familia de la tierra.

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-¡Lissana!-

Sus ojos se abrieron por completo cuando, en aquel gremio, dos personas tan conocidas como apreciadas por ella, aparecieron y saltaron al verla. Edo-Lucy les paró, por supuesto. Pero en ese momento, a ella no le importó, estaba tan absorta, tan sorprendida.

Y no podía estar equivocada.

Esos dos eran ellos. Sus mejores amigos. El Natsu enérgico de la tierra y el gato azulado Happy.

Los dos mejores amigos que había tenido en su vida

Se escondió tras la puerta, llevando una mano a su corazón mientras sus ojos, humedeciéndose por las lágrimas, evitaban que se deslizaran por sus mejillas.

Pero nada lo impidió. Ella no lo hizo. Eran Natsu y Happy. Natsu y Happy. ¿Cómo no ponerse a llorar ante semejante alegría?

Pasaron muchas cosas. Entre ellas, cuando la destrucción de Extalia y la desaparición de la magia en Edoras, la transportaron de nuevo hacia la tierra. En ese momento, y feliz de volver a estar con sus amigos, saltó a los brazos de las personas que más quería, al igual que sus hermanos, provocando que en ello cayeran al suelo. Sobre su cuerpo, miró a Natsu. Un alto, fuerte y atractivo Natsu que el tiempo había cambiado. Tan sólo físicamente, pues su carácter seguía igual de impulsivo que antaño. Soltó lágrimas de alegría. Esta vez, sin contenerse.

Les había echado tanto de menos

Abrazó a Happy, añorando todo ese tiempo sin poder tenerle entre sus brazos, y de nuevo cuenta, lloró. Lloró al poder abrazar a sus hermanos de verdad, cuando en el gremio, todos le recibieron con alegría, cuando celebraron esa fiesta de bienvenida para ella.

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Volver a su hogar, había sido maravilloso.

Sin embargo, había algo nuevo en el gremio. Bueno, todo el gremio estaba como nuevo, pero, sin duda, lo que más le llamó la atención fue aquella chica de hermoso cabello rubio, sentada al lado de Natsu, con una gran sonrisa en su rostro. Por un momento no la conoció. Pero su cabello, sus ojos castaños e incluso ese golpe que le propinó a Natsu por, seguramente, uno de sus comentarios, le trajo de golpe la imagen de Edo Lucy. Y así era.

Ella era a Lucy de la tierra.

No vestían igual, no se comportaban igual, pero eran exactamente iguales. Su físico, y algunas veces, su carácter, le recordaban mucho a la Edo-Lucy. Una de las mejores amigas que obtuvo estando en Edoras.

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-¡Lisa-chan!-

Edo-lucy se acercó a ella, sacudiendo su mano con energía. Lissana sonrió, pues ella era, la única en todo el gremio que la llamaba de esa forma.

-Lucy-chan, buenos días-

La rubia sonrió de forma traviesa y Lissana negó, conociendo esa sonrisa. Ella, Lucy, la chica más activa de todo el gremio, la que más se preocupaba por sus amigos, vestía un traje negro ajustado a su cuerpo, desabrochado por delante, mostrando parte de un top negro resaltando aquellos pechos redondos sobre la tela. Tenía el cabello rubio, largo, por debajo de sus hombros, y llevaba una coleta de calavera a un lado, sujetando parte de su cabello. Sus ojos eran marrones, de un color parecido al chocolate, unas mejillas algo sonrojadas, piel pálida y con un cuerpo bien proporcionado. Sin excesos demás.

-Nee, viste a Natsu?-preguntó frunciendo sus labios.

-No. Pero posiblemente haya ido a realizar una misión- respondió ella, agarrando un vaso para ponerse a limpiarlo- creo haber escuchado de Cana-chan que había salido disparado a una misión-

-¿Una misión? ¿Él solo?-

-¿Te preocupa?-preguntó ella, sonriendo con malicia, viendo sonrojarse a Lucy.

-N-no. Por supuesto que no- se sentó en la silla de la barra, de espaldas a ella, cruzándose de brazos- Natsu es fuerte- su mirada bajó al suelo- y yo…confío en él- una imperceptible sonrisa adornó los labios de la rubia, algo que Lissana pudo ver, además de ese pequeño sonrojo.-

Apoyó sus brazos en la barra y medio cuerpo lo inclinó hacia delante.

-Le quieres mucho, ¿verdad?-

Lucy saltó de la silla, cayendo tras eso al suelo. Lissana se apartó, sonriendo contenta.

-Q-que-que….-balbuceó ella, sonrojada al completo. ¿A ella, gustarle Natsu? ¿El asustadizo natsu?

Eso era imposible

-Q-que cosas dices, Lisa-chan- se levantó y colocó de nuevo la silla que había tirado, sonrojada pero una sonrisa nerviosa- E-es i-imposible. ¿Na-natsu? Imposible- volvió a sentarse, estaba vez, de cara a ella, apoyando los brazos en la mesa, escondiendo su mirada-Natsu no…-

Lissana agarró el vaso y continuó limpiándolo, sin dejar de sonreír. Pasaron largos segundos hasta que volvió a escuchar de nuevo la voz de Lucy.

-Es…imposible- entonces se detuvo, mirando extrañada a su amiga. Algo no iba bien. Ese tono de voz…- a Natsu…le gusta otra persona…-

Dejó trapo y vaso y alzó el rostro de su amiga, sorprendiéndose al ver sus ojos llenos de lágrimas.

-Lucy-chan…-ella apartó su rostro, escondiéndolo de nuevo bajo su flequillo.

-A Natsu le gustas tú-

Aquello, llegó a sorprenderle de sobre manera. ¿Natsu de Edoras enamorado de ella?

Mantuvo la mirada sobre su amiga, con los ojos muy abiertos.

¿Natsu…enamorado de ella?

-Pff..!.-no pudo aguantar más y rió. Rió con ganas. No pudo evitarlo, aquello salió de su cuerpo solo. Sin ser consciente.

Lucy observaba a Lissana sorprendida. ¿Por qué reía? ¿Acaso había hecho algo gracioso? Frunció el ceño, sin llegar a comprender.

-Lisa-chan po-porque…-se sonrojó, sintiendo que la mirada de los miembros del gremio estaba sobre ellas-Lissana…-murmuró, bajando su mirada

-Baaaaka- dijo ella de pronto, provocando que Lucy le mirara. Lissana se apoyó en la barra, acercando su rostro al suyo con una radiante sonrisa- a Natsu le gustas tú-

Recordó como esos ojos castaños se abrieron asombrados y esas mejillas, que casi nunca se sonrojaban, ahora parecían dos farolillos incandescentes.

Lissana apoyó su cabeza entre sus manos, sonriendo.

-¿Crees que Natsu haría lo que haría si no fuera por ti?-

¿Por…mi? Por la cabeza de la rubia pasaron muchos recuerdos, momentos con Natsu, acontecimientos que, para ella, no significaban nada más que…situaciones de amistad.

-Natsu es un chico muy valiente-continuó Lissana- y te ama- se apartó, volviendo a agarrar el vaso- sólo que…se avergüenza de ser como es. Piensa que, si no cambia, tal vez, nunca llegues a...amarle-

Sus manos se empuñaron, casi al punto de temblar por el esfuerzo dado, escondiendo la mirada bajo su flequillo.

-Baka…-Lissana escuchó su voz rota por lágrimas- idiota…-

La puerta se abrió, mostrando a un alegre Natsu.

-¡Ya estoy aquí!-exclamó, pasando entre la gente con una grandísima sonrisa- ¡Lissana, tengo hambre!-

-Si!- exclamó ella, alejándose de la barra con una sonrisa

-¡Oe! Lucy- se sorprendió al verla ahí, tan callada- No te había visto, que…-pero calló cuando ella se alzó de la silla; se puso pálido y empezó a sudar frío- N-no…espera. Acabo de llegar…s-sé que me fui s-sin avisar…l-lo siento!-se cubrió con los brazos-perdóname!-

Pero ningún ataque, ningún agarre doloroso…extrañado, bajó sus brazos mirando a su amiga, que lucía con la mirada sombría.

-Lucy…-

-Baka…-susurró ella. Sus manos volvieron a empuñarse a ambos lados de su cuerpo con fuerza.

-Lucy- estaba preocupado. Veía sus puños apretarse con fuerza-Lucy que…-

Y todo pasó tan rápido que ni siquiera él tuvo tiempo de verlo. Lucy lo agarró el cuello de su camisa y lo inclinó un poco, acercando su rostro para propiamente besarle en los labios.

Sus ojos se abrieron como platos, los miembros del gremio quedaron boquiabiertos, casi pálidos, mientras que Lissana sonreía.

Natsu no creía lo que ocurría. Lucy le estaba besando. ¿¡Lucy! No era más que presión, sus labios sobre los suyos, cálidos, con sabor a fresa. Los labios de Lucy.

Alzó sus manos, queriendo sujetar el rostro de Lucy para prolongar ese beso, sin embargo, ella se separó, muy a pocos escasos centímetros de sus labios y ahí Natsu, con esas mejillas sonrojadas, sus ojos brillando y sus labios entreabiertos, pudo certificar que Lucy era la más hermosa de todas las chicas.

-Tú también me gustas- susurró ella, sonrojada furiosamente, antes de separarse y salir del gremio.

Todo quedó en absoluto silencio, con un Natsu terriblemente sonrojado y asombrado.

Ella…ella acababa de…Lucy le…a ella le…

-Natsu -viró su mirada, encontrándose con la encantadora Lissana- ahora es cuando deberías demostrarle tus sentimientos, nee?- y le guiñó el ojo

Natsu miró a su alrededor, antes de bajar su mirada y sonreír contento.

-Gracias, Lissana-

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Sonrió feliz Lissana, mirando de nuevo la cuidad de Magnolia ante sus ojos. Sin duda, ese sería uno de los recuerdos que jamás borraría.

-Lissana-

Mirajane apareció en la entrada del balcón, sonriéndole.

-Te esperamos para comer-

-Si!-respondió animada ella, entrando con su hermana al gremio

-Hoy pareces muy contenta-

-Es que…-juntó sus manos tras su espalda, sonriendo- recordé algo que me puso muy feliz-

Mirajane sonrió, y en silencio, bajaron las dos la escalera a la parte inferior del piso

-¡Natsu!-

La peliblanca de cabello corto se detuvo y desde la escalera, observó a la dueña de ese grito.

-¡Bien! ¡Ya estamos listos!-exclamó Natsu con una sonrisa traviesa en su rostro- ya podemos irnos. ¡Happy!- y se dirigió a la salida.

-¡Aye!- y el pequeño gato parlante le siguió, parándose frente el rostro de Lucy que, en el hombro de Natsu, era llevada como si nada pesara.

-Natsu…-sollozó fuertemente sonrojada Lucy, agarrándose a la camisa del Dragon Slayer, evitando caerse- por favor…-

Los del gremio sonreían, Erza, Gray, Wendy y Charle les esperaban en la puerta, sonriendo, preparados para una nueva aventura. Aventura a la cual, Lucy se negó a ir, hasta que su, cabezota novio, la obligó a partir con él, convenciéndola con tan sólo unas palabras.

-Necesito que estés a mi lado-

Siempre ocurría lo mismo. Él decía cosas, que seguramente no sabría el significado que tendrían, pero que a ella, le hacían efecto como una droga. Palabras cargadas de seguridad que la estremecían y la volvían una tonta enamorada; dejando que, finalmente, hiciera lo que él quisiera.

Una sonrisa tímida curvó los labios de la rubia, agarrándose con fuerza a la camisa de su novio, murmurando las mismas palabras que él también le había dicho y que, como respuesta, provocaban que Natsu sonriera ampliamente.

Lissana lo observó todo desde la escalera, feliz, contenta por sus amigos.

Y realmente lo estaba. Ver a su mejor amigo sonriendo feliz, tan completo, le llenaba de gozo. Lucy era para Natsu su mundo. Un mundo que lo llenaba de alegrias, que lo llenaba a él, que lo apartaba de esa soledad que la desaparición de Igneel le provocaba. Lucy lo era todo.

Era el primer y, creía ella que también, el único amor de Natsu.

Me alegro mucho por ti, Natsu

Mirajane sonrió al ver a su hermana sonreír, poniendo la mirada en el grupo que se alejaba del gremio.

-Me alegro de que hayas vuelto, nee-chan-

Lissana miró a su hermana, sonriendo sin poder dejar de hacerlo.

Era tan feliz en ese gremio.

Con las personas que más quería

Su familia

-Yo también, nee-san-


Una bonita historia contada por nuestra amiga Lissana en sus tiempos en Edoras. Porque como lo podeis ver, Lissana no lo pasó nada mal allí, incluso...hasta hizo de cúpido. (Me encantan Edo-lucy y edo-Natsu)

Proximamente veremos más capitulos de esta fantastica pareja!

Matta ne!