Capítulo 6: Viejos documentos


La mañana siguiente, Tsugumi despertó con una sonrisa. Se levantó y estiró sus brazos sobre su cabeza. Fyuneru, Fyunerin y sus tres niños giraron a su alrededor en saludo.

"¡Buenos días a todos!" les dio a cada uno una palmadita sobre la cabeza y abrió la puerta para encontrar a Ayase preparando huevos en la barra de la cocina.

"Buenos días, Tsugumi."

"Buenos días, Aya-nee," Tsugumi tomo un trozo de queso y comenzó a vertirlo sobre los huevos revueltos. "Tengo algo que decirte."

"¿De qué se trata?" la chica hizo rodar sus silla hasta la estufa para encender el fuego y calentar un poco de aceite de cocina.

"Bueno...," Tsugumi sonrio mientras removía el interior del tazón. "Lo vi de nuevo."

"¿A quién?" Ayase giró el sartén para repartir el aceite.

"Al chico del festival escolar," vertió la mezcla dentro del sartén y éste comenzó a silbar. "Daryl Yan."

"¿Hablas en serio?" La pelirroja la miró con los ojos completamente abiertos. "¿-Mátalos a todos-Daryl Yan está con vida?"

"Cielos, Aya-nee, ha pasado mucho tiempo desde eso. Deberías dejar de llamarlo así." Tsugumi le dio la vuelta al omelette taciturnamente.

"Lo siento, no pude evitarlo." Se giró y abrió el refrigerador para tomar un cartón de leche. "Casi me mata," sacó un par de tazas y tenedores del escurridor. "¡Como diez veces!"

Tsugumi pasó el omelette a un plato en silencio.

"¿Aún te gusta?" Ayase se colocó frente al pequeño desayunador y puso las tazas y la leche sobre éste.

"Eso creo, Aya-nee," Tsugumi puso el plato sobre la mesa y tomó asiento frente a su mejor confidente. "En realidad creo que me gusta más ahora que antes."

Ayase sonrio, rodó los ojos, y le pasó a su mejor amiga un tenedor. "Bien, ahora cuéntame cómo fue que lo encontraste."

El rostro de Tsugumi se iluminó y tomó un gran pedazo del omellete. "¡En realidad nos encontramos el uno al otro!"


Yahiro se dejó caer en el sillón de su oficina y se aflojó la corbata. Había tenido una mañan de lunes llena de reuniones y reportes. Y para empeorar las cosas tenía los músculos adoloridos por el revolcón de la noche anterior con Kanon.

Ah, sí, había sido muy bueno.

Se puso de pie de un salto y caminó en dirección al librero de la esquina. Tomó un libro que tenía pinta de ser bastante común, de tapa gruesa, y lo abrió. El aparentemente inocente libro estaba hueco, y mientras una descarada y obscena sonrisa escapaba de los labios de Yahiro, sacó una pequeña video grabadora.

Veamos qué tan bueno fue.

Conectó el dispositivo a la computadora de su escritorio y presionó play en la grabación del día anterior; Yahiro instaló la cámara la semana pasada. Seguramente había sido debido a la persistente paranoia que había adquirido de sus días como vendedor de droga, pero ahora tenía una razón para alegrarse por haberlo hecho.

El video comenzó desde temprano por la mañana así que lo adelantó. Se vio a sí mismo escribiendo monótonamente un reporte en su escritorio, a alguien del departamento de contabilidad entrando para entregarle una memoria, abandonando la oficina para el almuerzo, y regresando poco después con un estudiante universitario de ojos violeta.

Después vio algo inusual. Cuando abandonó la habitación para responder a la llamada de Kanon, el chico se apresuró hacia su computadora a una velocidad cegadora.

¿Qué demonios?

Yahiro reprodujo el video nuevamente y lo configuro para avanzar a velocidad normal. A pesar de que la velocidad del chico no era deslumbrante ésta vez, se movía bastante rápido. Observó como los dedos del pelinegro se desplazaban velozmente sobre el teclado, colocaba una memoria, e inspecionaba algo en el monitor holográfico. Yahiro no podía determinar qué es lo que estaba mirando exactamente, pero antes de que lo supiera, el muchacho apagó la computadora y regresó sigilosamente a su lugar segundos antes de que regresara a la habitación.

Yahiro entró en pánico.

¿Debería llamar a seguridad?

Tomó el teléfono de su escritorio, pero a medio camino de llamar a seguridad, comenzó a sentir una inexplicable ansiedad. Bajó el teléfono y tomó su celular en cambio. Buscó en sus contactos para encontrar a la persona en quien podía confiar que encontraría lo que había hecho el intruso.

"Hola, ¿Tsugumi?" se sentó y pasó los dedos nerviosamente a través de sus cabellos castaños claro. "Necesito de tu ayuda".

Cuando Tsugumi abrió la puerta de la oficina de Yahiro media hora más tarde lo encontró inclinado frente a su computadora. Levantó la cabeza con cansancio para saludarla.

"Hey, gracias por venir con tan poco tiempo de anticipación."

"No hay problema," miró por sobre su hombro hacia el monitor. "¿Encontraste si hay algo perdido?"

"No, nada parece haberse perdido o fuera de lugar," se puso de pie y le ofreció su asiento. "Pero esperaba que pudieras averiguar algo más."

Tsugumi sonrió y sacó a Fyuchan, uno de los "hijos" de Fyuneru, de su mochila. Conectó al pequeño robot al la unidad de la computadora y flexionó las manos con emoción antes de comenzar a teclear una multitud de códigos.

Yahiro silbó, "Me acabo de dar cuenta de que nunca te había visto en acción. Es realmente increíble. ¿Por qué no te convertiste en ingeniera en vez de maestra?"

"Meh," se encogió de hombros la chica con las orejas de gato metálicas. "¿Para qué desperdiciaría mi tiempo aprendiendo cosas que ya se?"

"Ya veo," miró detenidamente los íconos de osos y conejos que Tsugumi desplegaba y arrastraba a través de la pantalla holográfica. "¿Quién te enseño a hacer todo ésto?"

"Kido Kenji,"envió un arcoiris volando a través de la pantalla. "Me entrenó cuando me uní por primera vez a las Pompas fúnebres."

"Lo siento, no me suena conocido."

"No te preocupes," jaló lo que parecía ser una línea del tiempo vertical. "Es mejor que no lo conozcas."

Tsugumi se recargó en el respaldo y se desplazó a través de la línea de tiempo. "Esta es una lista de acciones completadas en tu computadora en las últimas veinticuatro horas. Filtré los efectos de cualquier programa que pudiera haber encubierto las acciones del infiltrado. Quienquiera que haya sido, hizo un muy buen trabajo, pero no lo suficiente."

Yahiro preguntó, "¿Cómo es eso?"

Ella sonrió con satisfacción, "Un experto como yo puede encontrar fácilmente los puntos vulnerables en su código y tomar ventaja de ello." Manipuló un par de botones en la interface de Fyunchan.

"¿A qué hora usó tu computadora?", preguntó.

"Al rededor de la una de la tarde," Yahiro leyó con atención lo que estaba en la línea temporal, pero no pudo entender mucho. "¿Qué encontraste?"

"Utilizó tu computadora para entrar al sistema central de la compañía. Copió algunos archivos del sistema y de tus documentos personales también," Tsugumi señaló el nombre de un archivo en la pantalla. "¿Reconoces éste documento?"

Los ojos de Yahiro se estrecharon y luego se abrieron con sorpresa.

"¡La base de datos de la Clasificación de Voids!"

"¿Ésa que usamos en la preparatoria Tennozu?" Tsugumi juntó sus cejas e inclinó la cabeza a un lado. "¿Para qué querría algo como eso?"

"Dijo que estaba escribiendo un artículo sobre la cuarentena del cuadrante 7 del 2039. Cuando me preguntó por este archivo le dije que no sabía en dónde se encontraba. ¡No puedo creer que estuviera tan desesperado por obtenerlo que me lo haya robado!"

"Bueno, también se llevó otros dos archivos, los dos del sistema central," pinchó otra área de la brillante pantalla. "¿Reconoces éstos?"

"Es una nota del acuerdo que establece a Sephira Genomics como una entidad separada del GHQ," explicó Yahiro. "La compañía cambió su nombre a Biotecnología Genómica."Señaló hacia el otro archivo y negó con la cabeza diciendo, "Pero no reconozco éste."

Tsugumi dio click en el archivo desconocido pero se topó con un ícono de un gatito enojado. "Se encuentra protegido por una serie de contraseñas y encriptados. ¿Quieres que lo abra?"

Yahiro caminó hacia la puerta para cerrarla con seguro antes de regresar al escritorio y presionar un botón. Mientras las ventanas se oscurecían lentamente, le dijo a Tsugumi en voz baja, "solo asegúrate de no dejar rastro."

Tsugumi le dirigió un guiño y precedió a derribar las defensas del misterioso archivo.


"¡Tsugumi!" Haruka alegremente envolvió sus brazos alrededor de la pequeña chica. "¡Es muy lindo de tu parte unírtenos para el almuerzo!"

"En realidad no estoy aquí por eso, Haruka-chan." Tsugumi se sonrojó al bajar la mirada y toparse con el fino camisón de la mujer. Se había detenido en el hogar de los Ouma para consultar con la profesora acerca de algo que había descubierto sobre el problema de hackers de Yahiro.

"¡Tonterías!, !Tu DEBES probar mi sopa de pollo y jitomate!" Haruka la guió al comedor donde Shu se encontraba olfateando una cuchara llena de líquido.

"Adelante, Tsugumi-chan," la escazamente vestida mujer le ofreció un tazón con el extraño caldo. "¡Vamos, come algo! Bebé Shu, por favor se amable y entretén a nuestra invitada mientras yo me pongo algo más decente. Se dirigió a su habitación.

"Shu," Tsugumi susurró mientras examinaba cuidadosamente la mezcla en busca de señales de vida. "Estoy segura que los jitomates suelen ser rojos."

Él sonrió torpemente. "No tengo idea de cómo luzca, pero estoy seguro que no huele ni a jitomate ni a pollo."

Acomodó una hebra de cabello púrpura oscuro tras su oreja y valientemente le dio un pequeño sorbo.

"¡Ésto sabe a salsa de carne!" discretamente lanzó una mueca a la sopa.

Shu rio y explicó, "Yo solía coninar para los dos antes." Se llevó una cucharada de sopa de carne a la boca, forcejeó por tragarla, y después tomó un trago de agua. "Pero me alegra que esté intentando aprender a cocinar. ¡Creelo o no, ella a mejorado mucho! Incluso quemó el agua una vez."

"¡¿Quemó qué?!"

"Olvidó que había dejado agua hirviendo y solo la dejó ahí en a estufa hasta que se evaporó por completo."

Tsugumi tomó un trago de agua fresca. "¡Estoy muy feliz de vivir con Aya-nee!"

Haruka salió de su cuarto usando una vieja y enorme playera. "Entonces, Tsugumi, ¿qué tal estuvo la sopa?" tomó asiento al lado de su huesped.

"Es muy... uhmm... ¡interesante!", dio otro pequeño sorbo, luchando internamente por no vomitarla.

"¡Estoy muy feliz!" la castaña saltó de felicidad, provocando que sus pechos saltaran alegremente.

"Por cierto, Haruka-chan, quería preguntarte algo." Sacó a Fyu-chan y el pequeño robot proyectó una imagen en la pared del comedor. "¿Reconoces ésto?"

Haruka se acercó más a la pared y repentinamente su gesto se tornó serio.

"¿De dónde sacaste ésto, Tsugumi?" Miró la imagen de un anillo metálico iluminado.

"Esta mañana Yahiro me llamó para investigar un incidente de hackeo en su oficina." Cambió la imagen a un pesado documento de texto. "Uno de los archivos que el intruso se llevó fue éste. Estoy enterada que solías trabajar en Sephira Genomics antes de que se separara de la GHQ. ¿Puedes decirme qué es ésto del Emulador Genómico Void?"

"¿Qué es éso?", Shu le preguntó a su amiga.

Tsugumi se giró hacia el joven. "Es un dispositivo que utiliza la resonancia genómica para replicar el efecto del void de alguna persona."

"¿Acaso es eso posible?", Shu le preguntó a su madre.

"Sí," Haruka bajó la cabeza. "Porque el corazón nunca olvida su verdadera forma."

"Haruka-chan, sé que ésto es implantado en el pecho de una persona. Lo he visto en Daryl."

"Es correcto. Solo seis unidades fueron hechas." Haruka rompió la solemnidad en el aire molestando a Tsugumi. "¿Así que ya se quitó la camisa para ti? Tsk. Tsk. Los chicos de estos días avanzan muy rápido."

"¡HARUKA-CHAN!, ¡No fué así!,¡Me topé con él de nuevo cuando salía de la ducha después de una práctica de bateo y me llamó la atención porque se veía genial!", tartamudeó Tsugumi.

"Hmmm... ¿Quién se veía genial?, ¿el Emulador Genómico Void o el ardiente chico sin camisa?", sonrió con satisfacción Haruka.

"¡NO!", Tsugumi se puso de pie y señaló hacia algo en la parte baja de la proyección. "Además, lo que quería preguntarte es ésto".

Haruka se inclinó, revelando sus bragas rosas de encaje, y leyó las pequeñas letras.

"Es cierto. El Emulador Genómico Void tiene un límite. Solo puede ser usado una hora a la vez, y en modo de reserva el usuario puede usarlo por diez años antes de se que averíe y cause efectos adversos."

"Han pasado ocho años desde que fue instalado en el pecho de Daryl, ¿cierto?" Tsugumi frunció el entrecejo. "¿Significa que Daryl tiene solo dos años antes de que algo malo le pase?"

"Eso me temo," se enderezó y regresó a su lugar. "Y no estoy segura de que exista una manera de removerlo de manera segura."

"Es lo mismo que la tía de Daryl le dijo."

"Ah, ¿Charlotte Gespenst?",Haruka asintió. "Sí, ella fue una de las diseñadoras. Su hermana inventó el Endlave; era buena amiga de Kurosu."

"¿En serio?", Shu aguzó el oído ante la mención de su padre.

"Sí, esas gemelas trabajaron en conjunto con Kurosu para desarrollar la tecnología."

"¿Haruka-chan?" preguntó Tsugumi en voz baja. "¿Qué puede ocurrir una vez que el Emulador se descomponga?"

"Cuanto lo siento, Tsugumi-chan." La madre de Shu le dedicó a la chica una mirada desalentadora, "Podría entrar en coma o incluso..."

Los oscuros ojos azules de la chica se inundaron en lágrimas. La chica comenzaba a respirar con dificultad cuando Shu colocó su brazo mecánico sobre su hombro. Sonrió a pesar de sus vacíos ojos marrones tratando de reconfortarla.

"Tsugumi, estoy seguro que existe otra solución."

La chica con orejas de gato se giró hacia él y le sonrió de regreso.

"De hecho," Haruka colocó una afectusa mano en el otro hombro de la chica. "Tal vez haya una persona que sepa cómo removerlo."

"¿Ves?", Shu le dio un reconfortante apretón.

Haruka habló con Tsugumi cuidadosamente. "Podemos ir a visitarlo este fin de semana. Se ha estado quedando en la vieja casa de Kurosu en la isla de Oshima, donde fue descubierto el virus del Apocalipsis. Dile a Daryl que venga con nosotros, pero no le digas a quién iremos a ver. Podría rehusarse a ir."

"¿Por qué?, ¿quién es esta persona?", se limpió las lágrimas que casi salen de sus ojos azul oscuro.

"El antiguo jefe de inteligencia de los Anticuerpos: Rowan Hughes."


Daryl se alzó para sentarse en el borde de la piscina interior de la mansión. Jadeó por aire después de su riguroso trabajo mientras el agua goteaba desde sus cabellos dorados, a través de su mandíbula angular, y bajaba por su elegante barbilla. Las gotitas se deslizaban lentamente desde la suave piel de su cuello hasta su prominente clavícula. Las gotitas de agua clara resbalaban a lo largo del anillo metálico enmarcado estupendamente por los definidos músculos de su pecho.

Su celular comenzó a sonar. Se puso de pie y ató una pequeña toalla blanca alrededor de su ceñido bañador negro. Abrió la tapa del aparato y descubrió que era el número de Tsugumi. Sonrió y contestó la llamada.

"¿Qué es lo que quieres, enana?" dijo de la manera más despreocupada que pudo, secretamente derritiéndose por dentro.

"¡Es bueno oír de ti, retoño!", su voz sonaba como música en sus oídos. "¡Hey!,¿quiéres salir éste sábado?,¡vamos a la isla de Oshima!"

Su corazón comenzó a latir con fuerza. Colocó otra toalla sobre su delgada figura. "¿Y por qué querría ir a algún lado contigo?"

"Vamos, Daryl, ¿por favor?" suplicó juguetonamente. "Mi amigo tiene una casa en la playa ahí. Además, habrá un festival en el templo local esa noche. ¡Será divertido!"

"¿Q-q-quieres decir que pasaremos la noche en ese lugar?", su cara se tornó roja mientras sus pensamientos lo llevaron a tener traviesas visiones de ellos dos juntos en la cama.

"¿Cuál es el problema?" se preguntó Tsugumi. "Reúnete con nosotros en el puerto del ferry a las cinco de la mañana el sábado. ¡No olvides llevar una yukata!, ¡Adios!"

"¡Espera!", gritó mientras ella cortaba la línea. "¿Qué es una yukata?"


La cámara era oscura y cavernosa. Una mujer con largos y rubios risos permanecía de pie frente a un estanque lleno de brillante líquido azul. Dos chicos permanecían a su lado. Uno tenía mechones negros como la noche, y el otro cabello de un color café lechoso.

El joven caminó por el agua y retiró el cuerpo de una mujer desnuda sumergida en el fluido luminoso. Su húmeda piel tenía un color marmóreo blanquecino y su cabello era rubio plata. Era en todo sentido la viva imagen de la mujer que se encontraba de pie frente a ella.

Los muchacho ofrecieron el cuerpo a la mujer que sostenía una delgada mano frete al rostro de la figura inmóvil. Abrió diestramente sus ojos para descubrir que uno era de un brillante tono púrpura mientras que el otro era de un tono zafiro cautivante.

"¡NO!"

La imperfección la hizo enfurecer. Tomó un cuchillo escondido entre los pliegues de su oscuro vestido y rebanó la garganta de la otra mujer provocando que un profuso sangrado rojo se derramara y supurara desde el elegante cuello del cuerpo hacia la brillante picina. Ni siquiera con ésta violencia el cuerpo se estremeció.

Los ojos lavanda de la asesina se afilaron en una retorcida mirada felina. Habló con un profundo rugido.

"Quiero al Fabricante de muñecas."


Fin del capítulo 6: Viejas defensas.


Nota de la traductora: ¡Uuuuy! Ésto se empiez a aponer muuuy bueno. Me apresuraré a traducir el siguiente capítulo. No olviden comentar :) ¡Saludos!

Dream Weaver Dili