Sé que no tengo perdón de Dios por la tardanza, pero la escuela me está volviendo loca. Y se está tornando peor… son finales y tengo TONELADAS de proyectos y tareas, trabajos finales, ustedes saben… Además este capitulo estuvo largo :s
Pero ya está aquí chicos. Esta es la conclusión de playing house.
¿Quien vio el estreno de iGoodbye en latinoamerica? yo no T_T estaba en la escuela. igual no lo hubiera visto, aun no tengo la fuerza para verlo de nuevo...
iCarly no es mío, playing house tampoco es mío. Pero apuesto a que ambos nos hacen felices…
Capitulo dieciocho
"¡Talleta!" Gritó Charlie
Sam usó una toallita humeda para limpiar los restos de galleta de la boca de Charlie.
"No mas galletas, nena. Ya tuviste suficiente," Dijo.
"¡Talletaaaaa!"
Sam sacudió su cabeza levantando a Charlie de su sillita. "Tu papi te consiente mucho. No me sorprende que apenas pueda hacerte dormir."
Llevó a Charlie a la sala, encendió la televisión en un episodio de la vaquita y colocó a Charlie en su pequeña área de juegos frente a la televisión, con una cobija, almohadas y con un montón de animales de felpa rodeándola. Charlie inmediatamente jaló su oso abrazándolo y se concentró en la televisión.
Sam se sentó en el sillón con su computadora y trató de trabajar en su tarea para una de sus clases pero rápidamente se dio cuenta de que no se podía concentrar. Su mente seguía viajando hacia Freddie y cuan extraño había estado actuando últimamente. No era como que estuviera haciendo algo de lo que ella pudiera quejarse. Llegaba a casa a tiempo, y estaba más atento para con ella y Charlie… aun era Freddie. Pero parecía distraído y distante a veces y Sam lo sorprendía mirándola, como si ella fuera un rompecabezas que intentaba solucionar. Estaba ocultando algo, podía sentirlo. Y a Sam no le gustaban los secretos.
La puerta se abrió y Freddie entró.
"¡Papá!" Gritó Charlie.
"Hey princesa," Sonrió él, caminando hacia ella y levantándola. Se sentó en el sillón al lado de Sam con Charlie en sus piernas.
"Hola," Dijo, besándola.
"Hey, ¿Dónde estuviste?"
"Uh, con Spencer. Necesitaba ayuda con una escultura."
Sam frunció el seño. Había hablado con Carly hacía una hora, ella y Spencer estaban en camino a Yakima para visitar a su abuelo.
"Pa…pá…" Charlie palmeó su cara, tratando de atraer su atención.
"¿Qué pasa nenita?" preguntó.
"Tal vez tiene sed," dijo Sam. "Estaba comiendo galletas hace un rato."
"Vamos a conseguirte un poco de jugo entonces, ¿hum?" besó la mejilla de Charlie y se levantó con ella. "¿Tu quieres algo?"
Sam negó con la cabeza. Se giró para ver a Freddie en la cocina. Vació un poco de jugo en el biberón de Charlie con una mano mientras con la otra mecía y le hablaba a Charlie.
Le había mentido. Le miró justo a la cara y le mintió con apenas algo de vacilación. Sam trató de ignorar los nervios apretando su garganta mientras miraba a Freddie engatusaba a Charlie para que le diera un beso antes de darle su biberón.
En la experiencia de Sam, los hombres solo mentían cuando tenían algo que ocultar. Y ese algo usualmente era otra mujer. Sintió su corazón caer hasta su estomago. ¿Era posible que Freddie –su novio por más de un año, su mejor amigo, el padre su hija, el amor de su vida –la estuviera engañando?
XX
"Sam está comenzando a sospechar algo…" Dijo Freddie mientras caminaba de un lado a otro en el apartamento de los Shay.
"Freddie, cálmate," Dijo Carly tranquilamente.
"¿Por qué no me dijeron que iban a ir a Yakima el fin de semana? ¡Le dije a Sam el sábado que estaba con Spencer y ahora sabe que metí!"
"¿Y aun no te ha golpeado?" preguntó Spencer.
"Es por Charlie. Sam no actuará de manera impulsiva mientras que tenga que pensar en Charlie primero pero se ha estado distanciando de mi, puedo sentirlo."
"Bueno, tu eres quien quiere todo este asunto del plan súper elaborado de proposición," Apuntó Carly.
"Quiero que sea perfecto."
"Y lo será," Le aseguró. "Tú solo haz lo que sea que necesites hacer y yo me encargaré de Sam."
Freddie respiró profundamente. "Muy bien," asintió. "Gracias, Carly."
"Y yo me sentaré aquí inútilmente," Dijo Spencer.
"Como siempre lo haces." Sonrió Carly.
"¡Hey!"
XX
"Necesito tu ayuda," Dijo Sam, acorralando a Julie en la sala de casilleros de empleados.
"Seguro, ¿Con qué?"
"Necesito seguir a Freddie."
Julie cerró su casillero y se giró hacia ella. "¿Qué?"
"Creo que me está engañando."
Julie rió. "Vamos, Sam. Eso es ridículo. El chico está loco por ti. ¿Por qué te engañaría?"
"¿Por qué hacen los hombres lo que sea?" exclamó Sam. "Y aunque no me esté engañando, se que definitivamente me está ocultando algo."
"¿No crees que simplemente deberías confiar en él?"
Sam la miró. "¿Tu diciendo eso? ¿Recuerdas cuando mi primo Chaz salió bajo libertad condicional y tu lo hiciste investigar los números del chico con el que estabas saliendo en ese entonces porque estabas convencida de que te estaba engañando?"
"Bueno, eso fue diferente," Se defendió Julie. "Ese bastardo si estaba engañándome."
"Solo porque estas con Spencer ahora no significa que puedes dejar tu guardia baja."
"¿Por qué?" Preguntó alarmada. "¿Alguna vez Spencer ha engañado a alguien?"
"¡No! Digo, ha atropellado a dos de sus ex novias con su auto, pero nunca ha engañado a a nadie que yo sepa. Por supuesto, nunca ha estado en una relación lo suficiente como para engañar…" Sam se detuvo ante la expresión de Julie. "¡Pero es diferente contigo! ¡Ustedes han estado juntos por 5 meses! Ese es un record para Spencer."
"Bien, Puckett, tu ganas." Le arrojó su abrigo a Sam y se puso el suyo. "Pero después de rastrear a Freddie, rastrearemos a Spencer."
XX
Freddie conocía a Sam desde hacía diez años. Y en cada giro ella se las arreglaba para sorprenderlo. Cuando se conocieron, ella era simplemente una brabucona que disfrutaba hacer su vida miserable. No fue hasta que comenzaron a hacer iCarly que Freddie se dio cuenta de la vida en casa de Sam y porque era de la forma en que era. No sabía que Sam tenía un enamoramiento oculto por él hasta que lo había besado en el encierro. No sabía que Sam tenía una afición por cocinar y por los negocios hasta que convirtió Gibby's en un (literalmente) éxito bajo tierra. Y no sabía cuan devota podía ser hasta que la vio con Charlie. Parecía que no importaba cuanto tiempo pasara con Sam, era imposible conocer todo de ella y nunca dejaría de sorprenderlo. Era lo que lo hacía tan seguro que pasar el resto de su vida con ella sería una interminable aventura.
Pero, en ese momento, la imprevisibilidad de Sam le estaba provocando un dolor de cabeza y amenazaba con echar a perder sus planes. Él no se hubiera imaginado que cuando ella comenzara a sospechar de su comportamiento, decidiría espiarlo en lugar de confrontarlo. Una confrontación con la que él hubiera podido lidiar, pero sabiendo que Sam estaba pisándole los talones hacia difícil lo que él tenía que hacer. Y ya estaba con el tiempo encima.
Afortunadamente, Julie estaba haciendo todo lo que podía para distraer a Sam sin lucir sospechosa. Le había dicho a Sam cuando se fue del apartamento que iba a una galería. Ahora en serio tenía que ir porque sabía que ella lo seguiría. Cuando recibió la llamada de Spencer, quien había tenido la noticia de Julie que ella y Sam estaban de vuelta en Gibby's, fue al café del otro lado de la universidad de Washington para encontrarse con Carly e Ian.
"Hey, lo siento chicos," Dijo, deslizándose en una silla frente a ellos.
"¿Lo sientes por qué? ¿Por llegar una hora tarde?" preguntó Carly irritadamente.
"No es mi culpa. ¡Sam me estaba siguiendo!"
"¿Por qué?" preguntó Ian.
"Porque sabe que le he estado mintiendo y quiere saber que traigo entre manos. Así que vamos, chicos, ayúdenme. Cuanto antes haga esto, mejor."
"Bueno, no tienes que tener un plan tan elaborado, sabes," Dijo Ian. "Solo lanza la pregunta."
Carly le golpeó con el codo. "¡Cállate! Es romántico."
Ian rodó los ojos pero guardó silencio.
"Muy bien, entonces, Sam y yo llevaremos a Charlie de día de campo el sábado para que no esté en Gibby's en todo el día."
"Gibby's cerrará a las cinco y el personal va a ayudar a limpiar y arreglar todo," Dijo Carly. "¿Seguro de que puedes mantener a Sam lejos del restaurante por tanto tiempo?"
"¿Con la energía de Charlie en el parque? Estaremos ahí toda la tarde. Solo necesito que te metas discretamente al apartamento mientras estamos fuera, Carly. Te puedes esconder en la habitación de Charlie hasta que lleguemos."
"Muy bien. Solo mensajeame cuando tenga que llegar. Y Emilio dijo que puede quedarse a cocinar para ustedes."
"Y Tess debería tener los grasitos canadienses de contrabando pasado mañana."
"No puedo creer que hiciste que la prima de Sam contrabandeara grasitos para ti." Carly sacudió la cabeza. "¿No acaba de salir bajo fianza? ¿Qué si la sorprenden?"
"No creerías que más tiene planeado meter de contrabando," Dijo Freddie irónicamente. "Si la sorprenden, los grasitos serán el menor de sus problemas."
"¿Cuál es la diferencia entre grasitos americanos y grasitos canadienses?" preguntó Ian
Carly y Freddie lo miraron.
"Solo son un millón de veces mejores," Dijo Freddie.
"Nunca hagas esa pregunta con Sam presente," dijo Carly al mismo tiempo.
"¿Y cuántos parientes tiene Sam?" Preguntó. "Todos parecen estar en cárcel o bajo libertad condicional…"
"Todos lo están, cariño…" Asintió Carly
Ian rió. "¿Por qué? ¿Es Sam de alguna familia de mafiosos Italianos o algo así?"
Carly y Freddie intercambiaron miradas.
"No podemos discutir eso," Dijo Freddie rápidamente.
"¿Estás bromeando?" Exclamó Ian. "Sam es de-"
"¡Shhhh!" Siseó Carly.
"Viejo, ¿Y eso es con lo que te quieres casar?" Le preguntó a Freddie.
"Honestamente, no puedo esperar." Sonrió Freddie. "Esta es la canción que quiero que se esté reproduciendo." Deslizó una pieza de papel hacia Ian.
"No conozco la canción."
"Te la enviaré."
Carly miró al papel. "Tampoco conozco la canción. ¿Por qué es tan especial?"
"Es la canción que estaba en mi PeraPod cuando nos besamos por primera vez."
"Awwwww…." Carly se derritió.
"Lindo." Sonrió Ian. "Cursi pero lindo."
"Entonces, ¿Eso es todo? Debería irme a casa antes de que Sam comience a buscarme."
Carly asintió. "No te preocupes por nada mas, nos ocuparemos de todo."
Ian se levantó de su asiento y Carly se movió para seguirlo pero se detuvo cuando se dio cuenta de que Freddie no se había movido.
"¿Estás bien?"
"¿Tu-tú crees que ella dirá que si, Carls?" Preguntó dudosamente.
"No puedo prometerte que lo hará. Es muy pronto, después de todo. Pero, sé que no importa que, Sam te ama y siempre te amará. Sea o no que se quiera casar mañana o en diez años, no importa porque sé que ella siempre querrá estar contigo."
Él asintió, sintiéndose mejor. "Gracias, Carly."
"No te acobardes, Benson. Ya hemos llegado muy lejos planeando esta cosa."
"Lo sé, lo sé. Y créeme, aprecio la ayuda. Sé que no es fácil para ustedes mentir y guardar secretos de Sam."
"Solo cuando es por una buena causa. Y esto definitivamente vale la pena. Vamos." Se paró de su asiento y jaló a Freddie del brazo. "Es tiempo de que vaya a casa con su novia y su bebé, señor."
XX
Los días pasaron y Sam estaba poniéndose más nerviosa. Como una persona loca, había seguido a Freddie pero él nunca había ido a un lugar al que no debía ir. Y hasta donde había visto, no se estaba encontrando con otra mujer. Había dejado de estar distante y ocupado, casi siendo el viejo Freddie de nuevo, antes de que se diera cuenta de que algo estaba mal. Pero para Sam, parecía que estaba haciendo un esfuerzo concentrado para actuar más normal. O tal vez no pasaba nada y simplemente estaba siendo loca y paranoica.
La estaba enloqueciendo. No le gustaba ser la novia paranoica. Pero estaba consciente de que había más que solo su corazón en riesgo si Freddie de verdad estaba en algo malo.
Levanto a la sonriente y muy despierta Charlie de su cuna.
"Buenos días, bebé," Dijo. "¿Estás lista para el parque?"
"¡Pato!"
"Si, ahí habrá patos."
Sam llevó a Charlie a la cocina donde Freddie estaba preparando el desayuno.
"¡Papá!" Chilló Charlie feliz, inmediatamente estirándose hacia él.
"¡Hola princesa!" Dijo, tomándola y besando su mejilla. "¿Tienes hambre?"
"¡Pa!"
Sam tomó la espátula de su mano y volteó los panqueques. "Anda, aliméntala. Yo me encargo de esto."
Observó como Charlie balbuceaba sin sentido mientras Freddie preparaba su desayuno. Era completamente una niña de papi. Usualmente confortaba su corazón ver a Freddie y a Charlie tan cercanos. Pero justo ahora no tenía idea de que estaba pasando con Freddie y por más que temiera perderlo, se preocupaba lo que podría significar para Charlie aun más.
Suspiró. Esta era la razón por la que estaba tan indecisa en comenzar una relación con él de nuevo. Sabía que se pondría complicado eventualmente.
"Hey, ¿Estás bien?" Preguntó Freddie preocupado. Charlie estaba en uno de sus brazos y envolvió el otro alrededor de su cintura, besando su hombro. Sam sintió un poco de la tensino en su cuerpo desvanecerse ante el pequeño gesto.
"Mamá… ben," Dijo Charlie.
Sam sonrió y la besó. "Estoy bien, bebé."
"No quemes los panqueques," Dijo Freddie.
Miró a los panqueques bien hechos y rápidamente los transfirió a un plato.
"Oye, ¿Por qué no vas a arreglarla después de que comas?" Dijo Sam. "Estaba pensando que podía pasar por Gibby's rápido antes de que nos vayamos."
"¡No!" Exclamó Freddie, parándose por completo de repente, estaba inclinado en la silla de Charlie. "Digo, te conozco, Sam. Si entras ahí, un par de minutos se convertirán en una hora. Y Charlie está realmente emocionada por el parque."
"¡Pato!" Gritó Charlie.
"Si, vamos a ver patos, bebé." Dijo él.
"Pero necesito revisar-"
"No, Sam," Dijo Freddie firmemente. "Es sábado. No hay nada ahí que no pueda esperar hasta mañana. Este día se supone que sea solo para nosotros, como una familia."
"¡Pato!" Exclamó Charlie.
"¿Por qué esta tan obsesionada con los patos?" Preguntó Sam en exasperación.
Freddie miró a su bebé cuando arrojaba su chupón al piso. "Ojala lo supiera."
XX
Sam entró al apartamento cansada, empujando la carriola vacía de Charlie. Freddie entró detrás de ella, con una dormida Charlie en sus brazos.
"Bueno," Dijo ella. "Estoy bastante segura de que ha sido curada de su obsesión por los patos."
"Ahora se siente aterrada por ellos. ¡Tal vez quede traumada de por vida!"
"Oye, tú fuiste quien la llevó al estanque y la dejó cerca de los patitos bebé."
"Eran lindos," Se defendió. "¿Cómo se suponía que supiera que la mamá sería tan cruel? Hablando de eso, necesito desinfectar esto." Levantó el dedo que la mamá pato había mordido. Él había interferido en su camino cuando estaba por atacar a Charlie, exitosamente salvando a la bebé pero logrando que lo mordiera.
"Aun está punzando," Se quejó.
Sam rodó los ojos. "Ve a acostarla, traeré el botiquín de primeros auxilios."
Obedientemente llevó a Charlie a su habitación. Cuando regresó, Sam tenía el contenido del botiquín regado en la mesita de centro.
"Vamos, déjame ver," Dijo cuando él se sentó junto a ella.
"Con cuidado," Advirtió. Sam desenvolvió el pedazo de tela que había puesto alrededor del dedo índice de Freddie. Por su tendencia a desangrarse aun con las más pequeñas cortadas, Sam tuvo que improvisar y arrancó una pequeña pieza de la camisa de Freddie para atarla alrededor de su dedo y parar el sangrado.
Charlie se puso extremadamente molesta al ver la sangre salir del dedo de su padre debido a la mordida del pato y lloró tanto que casi le llevaron de vuelta a casa. Afortunadamente, se alegró cuando la llevaron a los columpios para bebés. Pero decir que a Charlie ya no le gustaban los patos era decir poco.
La herida se había cerrado lo suficiente y Freddie ya no estaba sangrando más. Sam untó desinfectante en ella con un hisopo. Freddie hizo una mueca e instintivamente alejó su mano.
"No seas tan llorón," Le regañó Sam.
"Creo que ya está bien," Dijo, abrazando su mano protectoramente.
"Freddie, si no me dejas vendarla, llamaré a tu madre y sabes que te llevará al hospital para vacunarte contra la rabia y cualquier otra enfermedad de aves o animales en las que pueda poner sus manos."
Él obedientemente le regresó su mano y Sam rápidamente puso aceite en su dedo y lo vendó.
"Listo," Dijo.
"¿No vas a darle un besito y hacerlo mejor?" Le molestó Freddie.
Sam rodó los ojos pero lo hizo de todas formas, colocando un rápido beso sobre la venda. Comenzó a recoger el kit de primeros auxilios pero Freddie la jaló hacia sus piernas.
Ella rió. "¿Qué estás haciendo?"
"A pesar del accidente con el pato, me divertí hoy," Dijo.
"Yo también," Asintió ella, inclinándose hacia él.
Él hizo a un lado el cabello de su rostro e inclinó su frente contra la de ella.
"Sam, se que piensas que he estado actuado diferente últimamente…"
"Lo has estado haciendo," Susurró ella. "No me estoy volviendo loca."
"No, no lo estas. Pero no es lo que piensas."
"¿Entonces qué es?"
Él la besó. "¿Ven conmigo?" murmuró contra sus labios.
"¿A dónde?"
"Ya verás."
"Pero Charlie…"
"Se encargarán de ella," Le aseguró.
"Carly," Dijo él, levantando la voz. "Puedes salir ahora."
Carly salió de la habitación de Charlie y saludó con la mano.
Sam miró a uno y luego al otro. "¿Qué está pasando?"
Freddie se levantó, tomando a Sam con él. "Vamos," Dijo, tomando su mano.
"Pero…" intentó protestar. Freddie la besó profundamente, haciéndola olvidar lo que estaba por decir y todo lo demás.
"Deja de resistirte, Sam." Él sonrió. "Cuanto antes nos vayamos, mas pronto descubrirás que está pasando."
Sam suspiró. "Bien," Asintió.
Freddie la ayudó a ponerse su abrigo y se puso el suyo. Tomó su mano de nuevo y la guió hacia la puerta.
"¡Diviértanse!" Les gritó Carly.
Caminaron un par de cuadras hacia Gibby's en silencio. Sam vio el letrero de cerrado en la puerta de enfrente y soltó la mano de Freddie corriendo hacia la entrada.
"¿Por qué está cerrado?" Exclamó.
"Sam, no te alarmes," Trató de calmarla Freddie.
Se giró enfurecida hacia él. "¿Qué hiciste?"
"Tal vez le pedí a Gibby y al personal que cerraran temprano hoy," Dijo él.
"¿Por qué? ¿Por qué harías eso? ¿Y qué te hace pensar que tienes siquiera el derecho para hacerlo? ¿Sabes cuánto dinero estamos perdiendo por no tener este lugar abierto para la cena un sábado por la noche?"
"Entra," Dijo Freddie calmadamente de cara a todo el parloteo de Sam.
"¿Qué?"
Él inclinó la cabeza hacia la puerta. "Adentro. Ahora."
Cuando Sam siguió reusándose a ceder, caminó al lado de ella y abrió la puerta, esperando a que ella entrara.
"Estas en un gran problema, Freddie," Dijo, pasando al lado de él. "Estoy tan enojada contigo ahora mismo…"
Se detuvo en seco cuando entró al restaurante. El lugar entero estaba lleno de velas, las mesas y las sillas acomodadas contra las paredes dejando una sola mesa con dos sillas como el punto focal de la habitación. Se giró hacia Freddie, con la boca abierta.
"Muy bien, es un poco cliché," Dijo disculpándose. "Pero pensé que no habría mejor lugar para hacer esto que aquí, el lugar que construiste y por el que trabajaste tan duro." Tomó sus dos manos y respiró profundamente. "Sam, te amo. Eres una asombrosa amiga, jefa, madre, novia y persona. Este año que hemos estado juntos de nuevo ha sido… maravilloso. No puedo imaginar una mejor vida que la que tengo contigo y Charlie. Y sé que podría parecer que esto es precipitado o que somos muy jóvenes pero mi corazón… mi corazón me está diciendo que esto es lo correcto. Quiero pasar el resto de mi vida contigo, Sam. Y no quiero esperar. Eres mi mejor amiga, la madre de mi hija, mi alma gemela…"
Metió la mano en su bolsillo y sacó una cajita. Se postró sobre una de sus rodillas antes de abrir la cajita.
"Y te pregunto ahora, ¿Serías mi esposa?"
Sam no sabía que decir. De todas las teorías que se había formado acerca del extraño comportamiento de Freddie, esta era la última cosa en la que hubiera pensado. Miró a Freddie, quien la miraba nervioso. Lo amaba tanto. Más de lo pensó era posible amar a alguien. ¿Pero estaba lista para casarse con él?
Sam dejó que sus instintos la guiaran y dejó salir lo que su corazón le estaba dictando: "Si."
Freddie lucía desconcertado. "¿Si?"
"¿Qué mas estabas esperando, nerd?" Se rió. "¿No?"
"No… digo…" Se levanto, su rostro radiante, y la besó.
"Te amo," susurró, presionando su frente contra la de ella. "Dios, te amo."
Sam sonrió. "También te amo. ¿Podré ponerme el anillo algún día o qué?"
"¡Oh! Si. Si, por supuesto." Freddie perdió el balance de la caja, sus dedos temblando. Finalmente, sacó el anillo y lo colocó en el dedo anular izquierdo de Sam. Le quedaba a la perfección.
Sam se inclinó hacia él y Freddie envolvió sus brazos alrededor de ella.
"¿Reconoces la canción que está sonando?" Preguntó.
Sam se dio cuenta por primera vez que había música sonando suavemente. Estaba tan conmovida por el nuevo ambiente del restaurante y en la propuesta de matrimonio que ni siquiera la había escuchado.
"I keep running away…"
Rio. "Eres tan cursi. No puedo creer que aun tengas esa canción."
"Oye, tiene buenos recuerdos." Sonrió. "algunos de los mejores que tendré jamás."
Sam envolvió sus brazos alrededor de su cuello y él apretó su agarre en su cintura, sus cuerpos automáticamente meciéndose con la música.
Escucharon una garganta aclararse detrás de ellos y se giraron para ver a Julie, sosteniendo una charola.
"Lamento interrumpir," Dijo. "Pero la cena está servida."
Colocó los platos en la mesa. "Y también, ¡Felicidades!" chilló y corrió para abrazar a Sam.
"Lo siento," Dijo, separándose y limpiando algunas lagrimas. "Los dejaré solos chicos."
"Gracias Julie." Sonrió Freddie.
Acomodó la silla para Sam y se sentó frente a ella. Sam miró a la lasaña y el contenedor de queso parmesano al lado de su plato y sonrió.
"Entonces, ¿Por cuánto tiempo has estado planeando esto?"
"Todo esto," Señaló a todo el restaurante. "Unas cuantas semanas. Pero he estado juntando el coraje para proponerme por algunos meses."
Sam dejó caer su tenedor. "¿Algunos meses?"
"He sabido desde hace un tiempo que quiero pasar el resto de mi vida contigo, Sam."
Ella sonrió mirando a su comida, por una vez en su vida no se sentía hambrienta para nada. Había una llama de una vela reflejada en su anillo, y se dio cuenta cuán difícil era apartar la mirada de él. Se sintió como la adolescente de secundaria que nunca fue, como si Carly hubiera venido y la hubiera infectado con su narcisismo. En cualquier otro momento se hubiera sentido ridícula, pero justo ahora estaba muy feliz como para que le importara.
Sam se levantó y caminó hacia el otro lado de la mesa, dejándose caer en las piernas de Freddie.
"Hey," Dijo él, sonriéndole ampliamente.
"Hey."
"¿Qué estás haciendo?"
"Estabas muy lejos."
Lo besó. Comenzó suave y lento y gradualmente incremento en intensidad mientras ella mordisqueaba ligeramente su labio inferior, pidiendo por acceso que él de buena gana le dio. Su ritmo rápidamente se volvió frenético cuando Sam envolvió sus brazos alrededor de su cuello y las manos de Freddie fueron al interior de su camisa, sintiendo su tersa y suave piel.
Sam se separó jadeando, recargando su frente contra la de él.
"Aun hay hum… postre…"
"Oh yo se que lo hay," Ella sonrió, meneándose encima de él.
Él gruño y tomó su cintura, manteniéndola quieta.
"Hablo en serio, Sam. Vas a querer esto."
"Freddie, por una vez en mi vida no estoy pensando en comida," Dijo. "¿En serio quieres arruinar el momento?"
Él la besó. "Es solo porque te amo que tengo la fuerza para hacer esto," Le dijo, levantándola y simultáneamente levantándose. La colocó en su silla y besó su frente, caminando hacia la cocina.
"¡Freddie!" Lloriqueó Sam, no creyendo que la acabara de dejar. Muy enojada tomó un bocado de su apenas tocada lasaña.
Él regresó un minuto después, sosteniendo una bolsa de regalo morada.
"Aquí," Dijo. "quería que tuvieras el mejor postre posible esta noche y tu prima Tess se metió en un montón de problemas para traer esto para ti."
"¿Cómo hiciste que Tess te hiciera un favor? Incluso yo le tengo un poco de miedo."
Freddie pensó en la alta, grotescamente perforada y tatuada mujer que había conocido el día anterior para que le entregara los grasitos. No creía que hubiera una parte de su rostro que no estuviera perforada y nunca se había sentido tan intimidado por alguien en su vida. Ni siquiera por el tío de Sam, Carmine. Había algo en los ojos de Tess, algo que decía que podía perforar tus mejillas con una navaja suiza solo por el puro placer de hacerlo. Por suerte, cuando se conocieron, Tess estaba de buen humor porque había metido exitosamente todo lo que quería por la frontera canadiense.
"¿Recuerdas hace unos meses cuando arreglé su computadora y logré restaurar todos los archivos que accidentalmente ella había eliminado? Bueno, no te lo dije en su momento pero ella me dijo que me debía una y me dijo que si alguna vez necesitaba un favor se lo dijera. Y no creo que esto fuera lo que tenia exactamente en mente, pero es la única persona en la que pude pensar para traer esto para ti."
Le extendió la bolsa y Sam la tomó, rápidamente rasgando la cinta adhesiva que cerraba la bolsa.
Miró a Freddie. "No es que no ame los grasitos pero aun tengo como, tres cajas en casa…"
"Mira con cuidado."
Sam tomó uno y jadeó sorprendida cuando leyó la envoltura. "¿Grasitos canadienses?" Prácticamente gritó, emocionada.
"Sip."
Rasgó la envoltura y metió el grasito en su boca. "Oh por Dios…" gimió.
Freddie se movió incómodamente. Ya estaba bastante encendido por lo de antes y escuchar eso no estaba ayudando a su situación. Sin mencionar que Sam tenía una forma de comer grasitos canadienses que era bastante… sensual. Lo había aprendido cuando visitaron la fábrica canadiense de grasitos algunos años atrás.
"Mmm… esto es lo mejor del mundo…"
Freddie la jaló y la besó antes de que pudiera tomar otro grasito.
"¿Tendré que competir con los grasitos esta noche?" Preguntó.
Sam sacudió la cabeza. "No si me llevas a casa ahora mismo."
Él tomó la bolsa de grasitos y su mano, jalándola hacia la salida.
"¡Espera! ¡El restaurante!"
"No te preocupes, Julie se encargará de él."
Obedientemente los siguió y caminaron de la mano hasta su edificio, probablemente luciendo como bobos enamorados riéndose el camino entero pero no le importaba.
Apenas había entrado por la puerta del apartamento cuando Freddie ya estaba sobre ella, sus manos y labios por todos lados. Sam envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo besó profundamente.
"¡Oh dios!" Escucharon.
Se separaron para ver a Carly sentada en el sillón, sus manos sobre sus ojos.
"Oh hola, Carls," Dijo Sam, jadeando levemente.
Carly lentamente bajó sus manos. "Entonces, ¿Infiero que dijiste si?"
Sam asintió y Freddie sonrió, sus brazos aun envueltos alrededor de la cintura de Sam desde atrás.
Carly gritó y corrió hacia ellos, tomando la mano izquierda de Sam.
"¡Oh, es tan hermoso!" suspiró. "Se ve perfecto en tu mano, Sam."
"Lo sé." Sonrió.
"Entonces ¿podemos comenzar a planear? La primera cosa que necesitan hacer es poner una fecha. Oh y puedo traer revistas de boda del puesto de periódicos mañana y podemos comenzar a verlas para tener una idea de vestidos de novia…"
"Carly," La interrumpió Freddie. "Es genial y todo pero creo que eso puede esperar a mañana."
"¡Pero hay tanto que hacer! Creo que deberíamos por lo menos hacer una lista, ya sabes, todas las cosas más importantes primero-"
"Carly," Interrumpió Sam, mirando a su mejor amiga. "No te ofendas, sabes que te amamos, pero Freddie y yo en serio queremos estar solos esta noche."
"Oh… ¡Oh!" sus ojos se abrieron. "Muy bien. Si, los dejaré solos." Tomó su chaqueta del sillón y se la puso.
"Charlie está dormida," Les dijo. "Se acababa de despertar para un cambio de pañal hace como 30 minutos así que debería estar bien para la noche. No se aloquen mucho, estaré aquí reluciente y temprano mañana en la mañana para comenzar a planear. ¡Felicidades a los dos!"
Los abrazó y luego se fue.
"Entonces, ¿Dónde estábamos?" preguntó Freddie con voz ronca una vez que la puerta se había cerrado tras su amiga. Llenó el cuello de Sam con suaves besos.
"Mmm… no lo sé, ¿Por qué no vas a la habitación y lo descubres?" Sonrió. "Solo necesito revisar a Charlie rápido."
Freddie asintió y caminó hacia su habitación. Sam cerró con seguro la puerta y apagó las luces para después ir a la habitación de Charlie. Su bebé estaba dormida pacíficamente, el móvil aun giraba sobre ella. Sam lo detuvo y cuidadosamente acomodó la cobija de Charlie. Su anillo brilló a la luz de la luna que se colaba por la ventana y la hizo sonreír. Se iba a casar. Aun se sentía irreal para ella.
Cuando Sam se giró para irse, encontró a Freddie parado en el marco de la puerta observándola.
"¿Qué?" Preguntó intimidada por su mirada.
"Eres tan hermosa," Dijo él, su vos llena de admiración.
Sam rodó los ojos pero caminó hacia él, colocando sus brazos encima los sus hombros.
"Eres tan cursi, Benson."
"Un cursi con el que vas a pasar el resto de tu vida." Sonrió.
Ella se inclinó y lo besó.
"Sam…" Susurró Freddie, su frente presionada contra la de ella. "Te amo tanto, no tienes idea."
"¿Por qué no me lo muestras?"
Tomó su mano y juntos caminaron hacia su habitación.
Freddie la besó, suave y tiernamente. Sam podía sentir el amor desbordándose del cuerpo de Freddie, podía decir honestamente que nunca se había sentido tan feliz en su vida. No sabía que una felicidad como esa pudiera existir, o que podía amar tanto a alguien. Sintió una desesperación surgir en ella. Necesitaba estar tan cerca de él como fuera posible, necesitaba esa ropa fuera del camino.
Comenzó a desabotonar su camisa, sus manos sacudiéndose ante su necesidad. Freddie las cubrió con las suyas propias.
"Sam, cálmate," Susurró.
Ella sacudió la cabeza. "Te necesito ahora."
"Tenemos toda la noche."
Sam estaba por protestar pero entonces tuvo una mejor idea. Lo empujó para que quedara sentado en la cama y luego se alejó de él.
"Bueno entonces, si tenemos toda la noche no te importara que me tome mi tiempo…"
Lentamente comenzó a desabotonar su camisa, y Freddie se sentó ahí entrando en un trance mientras cada botón revelaba un poco más de su piel. Cuando el último botón fue desabrochado se estiró hacia ella pero Sam se movió de su alcance. Abrió un lado de su camisa, mostrándole el encaje de color carne de su sostén, y luego hizo lo mismo con el otro lado de su camisa.
"Sam…" gruñó Freddie.
Dejó su camisa caer por sus hombros y lentamente bajó los tirantes de su sostén pero no hizo ningún movimiento para quitárselo.
"Sam, vamos. Me estás torturando…"
"Dijiste que querías hacer esto lento," Dijo inocentemente.
"No tan lento," Protestó él, la frustración evidente en su voz.
Sam sonrió y Freddie juraba que podía ver un brillo de maldad en sus ojos. "Tenemos toda la noche, ¿recuerdas?" Desabrochó sus jeans y lentamente bajó la bragueta, dándole un tentador vistazo de su ropa interior negra. Sam rara vez combinaba su ropa interior, a menos que estuviera planeando seducirlo. Y Freddie amaba eso. Verlo ahora reforzaba el hecho de que se suponía que fuera un día ordinario, que la había agarrado con la guardia baja y que no tenía idea de cuan diferente, cuan especial llegaría a ser esta noche. Y saber eso le recordaba que acababa de decir si para casarse con él. Iba a pasar el resto de su vida con esta mujer y la mayoría de los días consistirían en ella y su des combinada ropa interior. No podía esperar.
Sam bajó sus jeans por sus piernas, aun sin prisa alguna. Cuando los había pateado a un lado, Freddie no pudo aguatar más y rápidamente la levantó y la acostó en la cama.
Sam rió, ligeramente golpeándolo. "¡Freddie!"
"Lo siento, ¿Bien?" Gruñó, colocándose sobre ella. "No más lentitud."
La besó profundamente, sin darle oportunidad de responder. Sam gimió en su boca cuando sus lenguas se encontraron, sus manos enredándose en su cabello, jalándolo más cerca de ella. Envolvió sus piernas alrededor de su cintura, su duro miembro frotándose deliciosamente contra su centro, Freddie se separó y rápidamente se quitó su pantalón y sus bóxers. Sam tomó la oportunidad para remover su sostén y él rápidamente calló en sus anhelantes brazos abiertos.
La besó y pudo sentir el frio metal de su anillo en su piel desnuda mientras ella acariciaba su espalda. Hizo que se le erizara la piel y profundizó el beso, mientras sentía el sólido recordatorio de que esta mujer pronto sería su esposa.
Sam gimió cuando él se movió hacia su cuello, dejando besos en el camino, sus manos tomaron sus pechos, sintiendo las puntas endurecerse bajo sus dedos. Siguió hacia abajo para tomar una de esas puntas en su boca.
"Freddie…" la mano de Sam empuñó su cabello, manteniéndolo en su pecho. Su lengua rodeó la dura punta antes de tomarla completamente en su boca, succionando. La espalda de Sam se arqueó mientras un gemido escapaba de sus labios. Cambió a su otro pecho, deleitándose en los ahogados gemidos de Sam.
"Freddie…" Lo empujó para que se levantara. "Freddie, por favor…"
Freddie sabía que la desesperación en sus ojos combinaba con la suya propia. Ninguno de ellos podía esperar más. Se hizo para atrás sobre sus rodillas y dejó sus manos gentilmente trazar su figura, acariciando sus pechos, su estomago, su cintura, hasta que llegó al borde de su ropa interior, la cual deslizó por sus piernas.
Sam lo jalo para que la besara y él se posicionó entre sus piernas, gimiendo en la boca de Sam cuando su miembro entró en contacto con su centro. La miró fijamente a los ojos mientras entraba en ella, viendo tanto amor que pudo haber llorado por ello. Se deslizó suavemente dentro de ella, la espalda de Sam arqueándose para tomarlo más profundamente y él ya no pudo pensar. La sensación de ella tan suave y apretada alrededor de él era demasiada. Freddie no creía que pudiera cansarse algún día de esto, incluso si lo hacían todos los días por el resto de sus vidas. No era suficiente, su hambre por esta hermosa mujer debajo de él nunca podría ser saciada.
Sam envolvió sus piernas alrededor de su cintura y juntos encontraron un ritmo que le daba a Freddie tanto y exquisito placer que sentía que podría desmayarse por ello. Pero Sam estaba retorciéndose y gimiendo debajo de él y estaba desesperado por llevarle a la más alta cima del placer primero. Levantó sus muslos levemente y el cambió de Angulo le permitió deslizarse más profundamente en ella, haciendo que Sam casi gritara cuando se frotó contra ese punto.
"Freddie…" Jadeó. "Oh Dios, voy a…"
"Córrete para mi, Sam," dijo, el ritmo de sus embestidas haciendo más rápido, más salvaje mientras luchaba por aguantar más.
Sam vibró debajo de él, su cuerpo tensándose y sacudiéndose mientras montaba al final de su placer. Sus paredes se contrajeron alrededor de él, apretándolo tan fuerte y deliciosamente que no pudo aguantar más. Se dejó ir con un largo gemido mientras Sam lo abrazaba fuertemente, sus dedos deslizándose por el sudor en su espalda pero a pesar de todo aferrándolo.
Se colapsó sobre ella y trató de moverse para que su peso no estuviera completamente en ella pero Sam lo sostuvo en su lugar.
Freddie recargó su frente contra la de ella. "Hey," susurró.
"Hey."
"¿Crees que el sexo será así de bueno dentro de cuarenta años?" Preguntó él.
"Más vale que lo sea o si no me divorciaré de ti." Sonrió.
Él rió y se dejó caer a un lado en la cama, tomando a Sam con él de manera que estaba parcialmente acostada en su pecho. Ella entrelazó sus piernas con las de él.
"Gracias."
"Freddie, si vas a comenzar a agradecerme cada vez que tenemos sexo-"
"No, no por eso. Aunque, fue increíble y estoy agradecido. Me refiero a, gracias por decir si, por aceptar casarte conmigo."
Ella rodó los ojos. "No seas cursi. ¿Qué mas podría haber dicho?"
"Yo solo pensé… no lo sé, pensé que podrías decir que era muy pronto o que somos muy jóvenes. Digo, eso es lo que todos los demás van a decir."
"¿Y cuándo me ha importado lo que cualquiera tenga que decir de mi?"
Freddie sonrió, jugando con un mechón de su cabello. "Eso es verdad."
Sam rodó sobre su estomago y recargó su barbilla en el pecho de Freddie. "¿Crees que somos demasiado jóvenes?"
Su voz no dejaba dudas, solo honesta curiosidad en cuál era su opinión.
"Ordinariamente diría que sí, pero dado todo lo que hemos pasado este ultimo año y en general desde que nos graduamos de la escuela… no soy simplemente un estudiante universitario yendo de un lado a otro tratando de descubrir lo que quiero. Sé qué tipo de carrera quiero, y sé que tengo que hacer para lograrla, y más importante, se que te quiero a ti y a Charlie en mi vida para siempre. ¿Por qué tendríamos que esperar para publica y legalmente hacerlo saber solo por nuestra edad?"
Sam colocó un beso en su pecho. "Te amo."
Y con esas tres palabras, Freddie supo que Sam se sentía exactamente igual. Estaban listos para esto.
X
"Muy bien, ¡Estoy aquí!" Anunció Carly, entrando en la casa Puckett-Benson, que pronto sería solo Benson, con sus brazos llenos de bolsas.
"¡Arlyy!" Dijo Charlie.
"¡Hola Charlie!" Carly se agachó para besar su frente, estaba sentada en las piernas de Sam. Comenzó a dejar todas las bolsas alrededor de la mesa de centro.
"¿Qué es todo eso?" Preguntó Sam.
"Recogí las invitaciones de tu boda. Ahora solo tenemos que ponerlas en sobres y direccionarlas. Tengo algunas opciones para recuerditos aquí. También tengo la disposición del salón de recepción para que podamos trazar un plano de la sala preliminar."
Comenzó a sacar cosas de las bolsas, poniéndolas en la mesita de centro.
"Hum, ¿Carls? ¿No crees que es mejor que hagas todo eso en el apartamento de Spencer? Tengo una bebé aquí…"
Y como para ilustrar su punto, Charlie rápidamente bajó de las piernas de su madre y tomó un montón de sobres.
"¡No!" chilló Carly.
La torre de sobres calló y Charlie levantó uno triunfalmente en su puñito. Su otra mano agarrando el borde de la mesa.
Carly rápidamente levantó a la bebé y la colocó en su corralito.
"Está bien." Tomó profundas respiraciones mientras arreglaba el paquete de sobres. "Tengo demasiados sobres de repuestos, y algunas invitaciones extras también."
"Carly, ella no va a quedarse quieta ahí cuando te vea haciendo todo eso," Advirtió Sam.
"Solo estas tratando de evitar ayudarme," contestó Carly. "No puedes usar a Charlie como una excusa para todo, sabes."
"Yo no-"
"¿Qué tal cuando tenias que irte temprano de la compra del vestido de novia porque Charlie te necesitaba? ¿O cuando no podrías ir de compras para los vestidos de damas de honor conmigo porque no había nadie que cuidara a Charlie? O-"
"¡Muy bien!" interrumpió Sam. "Tal vez he estado usando a Charlie como una excusa. Pero tienes que admitir que has estado exagerando en este asunto de la planeación."
"Eso es solo porque la boda es en ocho meses ¡Y vamos a perder dos semanas de planeación cuando estés en nueva york el próximo mes!"
"No es el fin del mundo, Carls. Y Freddie va a irse más tiempo, ¿Por qué no te estás alterando por eso?"
"Como si Freddie importara," Dijo Carly despectivamente. "Tú eres la novia. ¡Tú necesitas estar aquí para todo!"
"Haremos las pruebas de pastel cuando regrese," Le dijo Sam, tratando de ser paciente con su mejor amiga.
"¿No hicieron ya tu y Freddie dos la semana pasada?"
"¡Hay muchas pastelerías en Seattle!"
"¿No va Julie a hacer el pastel de todas formas?"
"Eso no significa que no puedo probar otros pasteles."
Carly rió a pesar de sí misma. "Sabes, la única cosa con la que puedo hacerte cooperar es la comida."
"Es porque todo lo demás es aburrido."
"No, no lo es. ¡Es divertido! Y creo que deberías aferrarte a la experiencia, solo te casas una vez después de todo."
"Eso es lo que espero," Dijo Sam animadamente. "Aunque, ¿Quién sabe con Freddie? podría molestarme lo suficiente un día que simplemente lo dejaré."
"Por favor." Carly rodó los ojos, no creyendo para nada lo que decía su mejor amiga. "Tú y Freddie son para siempre, tú lo sabes."
"¡Pa!" Dijo Charlie, animándose ante el nombre de su papá. El sobre que había robado estaba ahora cubierto de saliva hecho una bolita en su puño.
Sam sonrió. "Si, supongo."
Carly se arrodilló frente a la mesa y destapó un bolígrafo, lista para comenzar a poner la dirección en los sobres. "Entonces, ¿vas a ayudarme con esto?"
"Um, debería darle un baño a Charlie primero." Sam se levantó y sacó a Charlie del corral.
"¡Sam!"
"¡Es verdad! Iba a hacerlo antes de que llegaras aquí. Se las ingenió para llenarse de queso cottage hace rato, huélela." Puso a la bebé frente a Carly quien inmediatamente se alejó.
"No gracias."
"Sabes que tengo una pésima caligrafía de todas formas. Freddie debería llegar pronto. Haz que te ayude, él escribe como niña."
"Freddie tiene una linda caligrafía," Asintió Carly.
"¿Vez? Problema resuelto. Vamos bebita, es hora del baño," Le dijo a Charlie.
"¡No!" Gritó Charlie.
"¿Burbujas?" la engatusó Sam.
"¡Bubbas!"
"Sip, tendrás muchas burbujas"
"Oh, Sam," Dijo Carly. "¿Aun vas a pedirle a Melanie que sea dama de honor?"
"Si, supongo."
"Deberías hacerlo pronto. Puedo usarte para las medidas iniciales de su vestido pero aun así tendremos que mandárselo para que se lo pruebe para alteraciones finales."
"Ocho meses, Carly." Le recordó Sam.
"Bueno, ¿No crees que deberías comenzar a preguntarle antes de comenzar a mandar las invitaciones? Si me mantengo acorde al programa puedo enviar estas en unos cuatro días, cinco a lo mucho."
Sam suspiró, sabiendo que no iba a ganar. "Bien. La llamaré ahora mismo, ¿De acuerdo?"
"De acuerdo." Sonrió Carly felizmente y se giró hacia los sobres.
Sam llevó a Charlie a su habitación y la sentó en la cama con almohadas rodeándola. Después del incidente del secuestro y la carta, Sam había mantenido contacto con su hermana. Y Melanie había mantenido su palabra y seguía en contacto con Sam con llamadas de teléfono semanales. Su relación aun no era la mejor pero estaban tomando pequeños pasos en conocerse mutuamente de nuevo y Sam no podía decir que no era feliz de estar hablando con su hermana de nuevo.
Levantó su teléfono de donde se estaba cargando en el tocador y se sentó a la orilla de la cama. Distraídamente jaló a Charlie de la playera cuando la bebé intentó levantarse en la cama. Charlie rió mientras felizmente rodaba en las almohadas y Sam hizo una mueca, sabiendo que tendría que cambiar las cobijas.
"Hola," contestó la siempre alegre voz de Melanie.
"Hey Mel," Dijo Sam.
"¡Sam! Hola, ¿Cómo estás?"
"Bien, bien. ¿Qué hay de ti?"
"Oh ya sabes, acabo de concluir con los finales y mi empleo de verano como interna comienza la próxima semana ya."
Sam había planeado sacar el tema de la dama de honor primero pero como su hermana ya le estaba dando una entrada…
"Hey, hablando de empleos para estudiantes. Freddie tiene uno en nueva york este verano."
"¿En serio? ¡Eso es genial! Apuesto a que es con la compañía pera"
"Si, estará haciendo algo para su oficina ahí. Va a estar allá por dos meses y estoy planeando en llevar a Charlie y quedarnos con él dos semanas."
"Eso es increíble, Sam," Dijo Melanie felizmente. "Amarás Nueva York."
"Estaba pensando, si no estás muy ocupada, tal vez quieras visitarme… y a Charlie."
Melanie quedó en silencio y Sam supo que era por el impacto más que algo más. En el tiempo que habían estado hablándose en los últimos meses, ninguna de ellas había hablado de la posibilidad de Melanie viendo a Charlie. Pero Sam había estado pensando en ello por un tiempo, y después de muchas discusiones con Freddie, ambos habían decidido que podían darle a Melanie esta oportunidad de ser parte de la vida de Charlie.
"Yo… me encantaría, Sam," Dijo Melanie lentamente. "No sé qué decir…"
Sam miró a Charlie, quien estaba ocupada jugando con sus pies. "Freddie partirá en una semana y media. Va a establecerse allá y Charlie y yo lo seguiremos en un mes."
"Eso suena genial. Tendré que llevar a Freddie a almorzar o a cenar cuando venga entonces.
"Seguro."
"Conozco todos los buenos puestos de perritos calientes en la ciudad."
"Mira quién habla," sonrió Sam.
"¿Cómo van las cosas con la planeación de la boda?"
"Oh ya sabes, solo me quedo sentada en el fondo observando a Carly correr por todos lados como una gallina descabezada."
Melanie rió. "Lo apuesto."
"De hecho quería pedirte que fueras dama de honor. Ya sabes, si quieres…"
"¡Sí! si, si quiero. Oh, Sam, no sabes cuánto significa esto para mi…"
"Si, si," Dijo Sam, sabiendo que su hermana estaba por ponerse sentimental. "Tengo que darle un baño a Charlie así que debería irme."
"Muy bien. Gracias, Sam. En serio. ¿Te llamaré la próxima semana?"
"Si. Debería saber donde se va a hospedar Freddie para entonces."
"¡Dile hola a Charlie, Freddie y Carly por mi! Adiós hermanita."
"Adiós."
Colgó y miró a la ahora adormilada Charlie, recostada tranquilamente en las almohadas.
"Muy bien bebita. Es hora de las burbujas y luego una siesta."
"Bubba," Dijo Charlie mientras Sam la levantaba pero sin su entusiasmo de antes.
Sam abrazó a su bebé contra su pecho, sintiéndose feliz y contenta.
Bien, hasta aquí, a mi ver, aun hay algunas cosillas por tratar, pero la buena noticia es que heartlines dijo que trataría de subir un epilogo pronto, así que esperemos a que lo haga y supongo que para entonces ya estaré de vacaciones! Casi salgo y en cuanto pueda me pondré a trabajar en 525, 600 Minutes también de heartlines. Ya saben, será una serie de one-shots pero en esos episodios también habrá alguno en este universo, es decir más Charlie.
Por último, muchísimas gracias a todos y cada uno de ustedes que se tomaron un poco de su tiempo para leer esta traducción y a veces para dejar un review. Gracias chicos, de verdad, todo esto es para ustedes.
Como despedida temporal, dejen un lindo review por favor :) incluso si no dejaste uno sol en toda la historia, deja uno ahora. Solo para saber mas o menos cuantos fueron ¿Vale? ¡Gracias!
Me despido por ahora de parte mía y de Heartlines, muchísimas gracias. Dios los bendiga