Hemos llegado al final de esta historia y la última dedicatoria tenía que ir para FanFiker_FanFinal, mi gran beta de esta historia y amiga. Gracias por todo tu trabajo con la historia. Ha sido, es y será un placer trabajar contigo.


Capítulo 45 (epílogo)

13 de octubre

Harry tarareó mientras se balanceaba lentamente hacia delante y hacia atrás en la mecedora blanca de madera, observando cómo Conall bebía leche tibia con avidez de su biberón. Su hijo estaba vestido con un body azul claro con un sol sonriente cosido en la parte delantera.

Eran las siete de la mañana y Conall se había despertado diez minutos antes, exigiendo su leche. Draco se había ofrecido alimentar a su hijo, dándole a Harry la oportunidad de descansar más, pero él se había negado. Le gustaba darle de comer a su hijo y le resultaba fascinante ver lo ansioso que estaba su bebé por beber la leche.

Todavía no podía creer que ese pequeño y hermoso ser viniera de su propio cuerpo y no podía quitarle los ojos de encima. Había sido un embarazo bastante accidentado, pero al final valió la pena. Incluso su forzado descanso en cama había valido la pena para ver a su hijo en sus brazos sano y salvo.

Él sonrió y colocó la botella vacía en la mesita de noche, se puso de pie y después de colocar una toalla sobre su hombro, acomodó a su hijo contra su hombro y le dio unas palmaditas suaves en la espalda y fue recompensado con el sonido de un eructo, sintiendo un líquido tibio empapando la toalla.

─Bebé bueno ─susurró y tiró la toalla sucia en el cesto colocado al lado del armario. Comenzó a mecer a Conall en sus brazos y observó cómo los ojos grises claros de Conall parpadeaban lentamente. Conall emitió un suave ruidito con sus labios regordetes y se acurrucó un poco más cerca del pecho de su padre antes de que su respiración se ralentizara, lo que indicaba que se había quedado dormido otra vez.

No queriendo dejar a su hijo, Harry se sentó de nuevo en la mecedora, contento de poder ver dormir a su hijo menor.

Levantó la vista cuando la puerta se abrió de repente; esperaba ver a Draco, por lo tanto, se sorprendió cuando Luna entró en la habitación con una adorable sonrisa en su cara, como siempre.

─¿Luna? ─susurró sorprendido─. ¿Qué haces aquí? ¿No te habías ido a casa?

Luna sonrió y se acercó a él, arrodillándose en el suelo para poder mirar a Conall a su altura.

─Es un niño muy guapo ─susurró y acarició su mejilla regordeta con su dedo índice, manteniendo la caricia lo suficientemente suave como para no despertar al bebé.

Harry sonrió y miró a su hijo. Levantó la vista cuando sintió una delgada mano cubrir la suya.

Los ojos azul claro miraron directamente a los suyos y Luna lo estaba mirando con una mirada extraña en su rostro.

─¿Ocurre algo? ─preguntó, preocupado.

─Necesito hablar contigo sobre la poción de embarazo que te inyectaron ─susurró Luna.

Él frunció el ceño.

─¿De qué hay que hablar?

─¿Sabías que con las pociones de embarazo, después de dar a luz, los hombres expulsan el útero?

Harry tuvo un mal presentimiento.

─¿Qué quieres decir con «la mayoría de las pociones»? ¿Hay algunos que no lo hacen?

Ella asintió y dirigió su atención a su vientre, sorprendiéndolo cuando colocó su mano sobre este, que todavía estaba un poco abultado. Tendría que ponerse a trabajar en ello; ahora que tenía al bebé, también querría recuperar sus abdominales.

─¿Luna? ─preguntó con cautela y la sensación de que algo no andaba bien aumentó.

─Cuando diste a luz ayer, solo expulsaste la placenta ─respondió Luna─. No el útero.

─¿Qué? ─preguntó Harry, aturdido, y apretó su bebé contra el inconscientemente, solo aflojándolo cuando Conall se quejó.

─Es demasiado pronto para decirlo para estar seguros, pero sospecho que la poción para el embarazo se hizo con la fórmula original. Actualmente ya no se utiliza porque el útero permanece en el interior del cuerpo de los varones y ellos no quieren ese particular órgano después de dar a luz. Por ello, los pocionistas crearon nuevas pociones que expulsarían el útero después del nacimiento ─ella lo miró con dulzura, con su mano todavía sobre su vientre─. Podría estar equivocada, lógicamente, pero si tu cuerpo no expulsa el útero en dos días entonces podremos confirmar que se quedará en tu interior.

─¿Se quedará? ─repitió Harry con un tono fuerte. ¿El útero se quedaría en su cuerpo? No, eso no podía ser. Había supuesto que el útero desaparecería después de dar a luz. Después de los primeros meses, amó el estar embarazado y estaba encantado con poder llevar a su hijo, pero seguía siendo un hombre. Y se suponía que los hombres no tenían úteros en sus cuerpos. Merlín, ¿nunca podría ser normal?

─Sí, hay muchas posibilidades ─dijo Luna─. Pero no te preocupes, si utilizas hechizos de protección, no volverás a quedarte en estado; podrás continuar sin el miedo de quedarte embarazado.

─Pero ¿el útero se queda? ─preguntó Harry esperando confirmación.

─Es lo más probable ─asintió.

─Oh ─fue todo lo que pudo decir antes de mirar por la ventana. Por lo tanto, necesitaría usar protección como una mujer si no quería terminar embarazado otra vez. Era jodidamente espléndido. Como si no fuera lo suficientemente especial con su condición de héroe de guerra, ahora también tenía que preocuparse por un posible futuro embarazo. Jodidamente espléndido.

─¿Harry? Ah, aquí estás ─la voz de Draco sonó alegre cuando entró en la habitación─. Lovegood, ¿qué haces aquí?

─Solo vine a decirle «hola» a Conall ─respondió Luna con una sonrisa─. Tengo otra cita, ¡te veré pronto, Harry! ─se despidió y salió de la habitación.

Draco se volvió hacia Harry y su sonrisa se hizo más grande cuando vio a su pareja sentado en la silla con su hijo acurrucado contra su pecho.

─¿Cómo te encuentras hoy? ─susurró Draco y se inclinó para darle a Harry un beso suave en los labios antes de besar a Conall en la frente─. Hola, pequeño.

Harry hizo un gruñido sin compromiso, pero realmente no le prestó atención a su pareja; su mente todavía estaba ocupada en aceptar el hecho de que el útero se había quedado allí para siempre.

─¿Estás bien? ─preguntó Draco frunciendo el ceño y levantó la barbilla de Harry para poder enfrentarlo.

Harry respiró hondo y sonrió.

─Estoy bien, no te preocupes.

Draco lo miró receloso por un momento, pero luego una sonrisa apareció de nuevo en su rostro. Extendió los brazos y Harry colocó a Conall en los brazos de su padre.

─Entonces, ¿ya has pensado quiénes serán los padrinos de Conall? ─preguntó, tarareando un poco.

─Bueno, obviamente tendremos que nombrar a Daphne como su madrina ─Harry sonrió y Draco se echó a reír─. En cuanto a su padrino...─Harry dudó un poco y Draco dejó de tararear, mirándolo atentamente─. Si estás de acuerdo, quiero que Snape sea el padrino.

─ ¿Sev? ─preguntó Draco, sorprendido─. ¿Quieres a Severus como padrino?

─Escucha, si no quieres, entonces podemos elegir a alguien más ─dijo Harry apresuradamente.

─No, no, Severus está bien ─sonrió Draco para tranquilizarlo─. Me sorprende que lo hayas elegido, eso es todo.

─Bueno, el hombre me ayudó cuando estaba en la escuela ─admitió Harry─. Y no es tan malo una vez que dejas de lado sus comentarios sarcásticos.

Draco se rio entre dientes.

─Estoy seguro de que estará encantado de saber que será su padrino.

Harry bufó.

─Eso sí, si hace algo para dañar a Conall, le arrancaré los huevos y los meteré en un lugar donde la luz del sol no penetra ─sonrió angelicalmente y Draco tragó saliva antes de devolverle la sonrisa débilmente.


Cuando Conall tenía un mes, Scorpius los sorprendió con una pregunta muy inocente.

─¿Papi? ─preguntó Scorpius, moviendo sus piernas de un lado a otro, retorciéndose en su silla.

Harry se dio la vuelta para mirarlo y agarró el biberón con leche que ahora estaba listo para darle a Conall.

─¿Sí, Scorpius?

Draco estaba balanceando a Conall en sus brazos, tratando de calmarlo mientras esperaba su biberón, que rápidamente le fue entregado a su padre. Ambos suspiraron aliviados cuando Conall dejó de llorar y comenzó a succionar ansiosamente de la tetina.

─Cuando Conall pueda hablar, ¿eso significa que tendrá que llamarte mami? ─preguntó Scorpius con una mirada inocente.

Harry se tragó el café y dejó la taza a toda prisa para evitar derramarla.

─¿Qué? ¿Por qué me llamaría «mami»? ─preguntó, horrorizado.

─Porque salió de tu vientre ─explicó Scorpius, como si fuera obvio─. Salí del vientre de mi mami, así que la llamo mami. Conall salió de tu vientre así que tiene que llamarte mami, ¿verdad?

Harry gimió y se golpeó la frente mientras Draco comenzó a reírse.

─¡Deja de reír! ─siseó y pateó a Draco contra su pierna debajo de la mesa.

Draco solo sonrió.

─Vale vale, pero esa era una pregunta lógica ─se detuvo por unos segundos─, mami.

Harry gruñó y salió furioso de la cocina, dejando atrás a un Draco que reía y un Scorpius muy confundido que se preguntó qué había hecho mal.


Cuando Conall tuvo siete meses, esa fue la fecha escogida para celebrar una boda oficial entre Draco y Harry. Por supuesto, ya estaban vinculados oficialmente, pero querían celebrarlo con sus amigos y familiares. También era una forma de demostrar que nadie los separaría.

Dennis Creevey había recibido su juicio hacía cinco meses y Harry había asistido, junto con Draco, desde que era su cónyuge. El juicio duró dos días y al final el jurado decidió darle el Beso a Dennis, porque después de que cinco sanadores lo examinaron, lo declararon no apto para la sociedad y probablemente mataría otra vez si algún día lo dejaban libre.

Murió el día después del juicio y Harry se había lamentado por el alegre niño que fue, antes de ser consumido y devorado por el odio.

Harry sacudió la cabeza y se bajó la bata. Críticamente se estudió en el espejo. Llevaba un traje blanco con una túnica negra sobre él, que indicaba su condición de alguien casado con la familia Malfoy. Draco usaría un traje negro con una túnica blanca.

Aunque habían estado casados oficialmente durante casi un año, Harry no podía dejar de sentir las mariposas que le revolvían el estómago. Hoy se casaría con su pareja frente a gente y eso era algo completamente diferente a casarse frente a sus hijos y la vieja directora.

─Vamos, Potter, puedes hacerlo ─murmuró y respiró hondo. Después de un par de meses de intenso entrenamiento, finalmente recuperó sus abdominales y estaba muy orgulloso de ello. Había celebrado el regreso de sus abdominales con una noche llena de sexo satisfactorio, pero solo, por supuesto, después de haber colocado el hechizo de protección. Todavía no le había contado a Draco el hecho de que ahora podía quedarse embarazado sin ingerir ninguna poción. No sabía qué le impedía decirlo. Después de todo, Draco tenía derecho a saber que Harry podría quedar embarazado de nuevo si olvidaba usar protección. Pero cuanto más tiempo permanecía en silencio sobre el tema, más difícil se volvía hablar de ello, así que al final mantuvo la boca cerrada. Tal vez se lo contaría a su marido después de la luna de miel. Tal vez.

Al tener tres niños en los que pensar y el nuevo trabajo de Harry como medimago (que había estado haciendo durante cuatro meses después de haber aprobado con éxito sus exámenes) decidieron escoger una corta luna de miel. Una semana era suficiente para que disfrutaran de la compañía del otro antes de regresar con sus hijos.

─¿Papá?

Se dio la vuelta cuando escuchó la voz de Teddy y sonrió cuando vio al niño parado en la puerta, vestido con túnicas azul oscuro, sosteniendo a su hermano pequeño en sus brazos. Conall estaba balbuceando en su propio idioma, riéndose cada vez que Teddy lo miraba y sonreía.

Conall estaba vestido con una túnica blanco puro.

─Teddy ─sonrió Harry y su hijo se acercó, teniendo cuidado de no dejar caer a su hermano pequeño.

─Draco se está impacientando ─le dijo Teddy y se sentó en la cama, poniendo a Conall junto a él sobre una almohada, y distraídamente haciéndole cosquillas en la barriga del niño, haciendo que Conall se riera más fuerte.

─¿En serio? ─tarareó Harry y se arrodilló frente a sus hijos─. Conall, serás un buen chico y no cansarás a tus dos hermanos, ¿verdad? ─susurró y sonrió cuando Conall balbuceó algo que sonó como un «de acuerdo» y su pequeña mano gordita salió disparada para agarrar la nariz de Harry. Harry sostuvo la pequeña mano entre sus dos dedos y la besó, haciendo que el niño gritara de alegría.

Harry rio y se giró hacia Teddy, quien le sonreía.

─Prometo cuidarlo bien, papá ─dijo Teddy, dejando que Conall agarrara su meñique y lo chupara.

─Sé que lo vas a cuidar bien. Eres un buen hermano, Teddy ─sonrió Harry y le dio un beso en la frente al chico.

Teddy se sonrojó.

─Te echaré de menos.

─Yo también, hijo ─susurró Harry y lo abrazó con fuerza─. Pero es solo por una semana y luego volvemos ─se apartó para mirar a los ojos verde mar de Teddy─. ¿Eres feliz, Teddy?

Una suave sonrisa iluminó el rostro del niño.

─Sí, soy feliz, papá.

─Me alegra escuchar eso ─Harry sonrió y se levantó─. Bueno, entonces, supongo que deberíamos bajar las escaleras antes de que Draco se impaciente aún más ─sonrió y Teddy se echó a reír.

Harry recogió a Conall y tomó a Teddy de la mano, dejándolo llevarlo al patio trasero donde tendría la celebración.

Scorpius estaba de pie al principio del camino, con una canasta con flores en sus manos. Había insistido en ser el niño de las flores desde que había visto una foto de una niña de las flores en una de las revistas que Harry había ojeado junto con su planificador de bodas. El planificador de bodas era un viejo amigo suyo y, aunque la profesión parecía una elección muy extraña para su amigo, era muy bueno en su trabajo y no tendría a nadie más preparando su boda. Actualmente su amigo estaba sentado al lado de Luna y justo detrás de Snape, que por una vez ni fruncía el ceño ni fulminaba a nadie con la mirada.

Antes de que comenzase la boda, Harry le entregó a Conall a su padrino; el niño ahora estaba interesado en coger el pelo de Snape. Después de varios intentos, Snape se resignó a su destino: que un pequeño que aún no tenía un año niño le tirara del pelo. Se estaba volviendo demasiado blando.

Draco sonrió cuando Harry llegó a su lado al altar y lo tomó de la mano.

─¿Estás listo?

─ Por supuesto que sí. ¿Qué, crees que me voy a escapar? ─sonrió Harry, pero sus ojos traicionaron su nerviosismo.

─Solo estoy asegurándome de que realmente quieres esto ─Draco sonrió, pero incluso él parecía nervioso.

─Créeme cuando digo que no hay otro lugar donde quiero estar más que contigo ─dijo Harry completamente serio, ignorando el rubor que se formó en sus mejillas.

Draco sonrió con orgullo y se volvió para mirar a McGonagall, quien una vez más celebraría la unión.

─Familiares y amigos, hoy estamos aquí reunidos para presenciar la unión de Draco Lucius Malfoy y Harry James Potter ─con una gran sonrisa, comenzó.


─Bueno, al menos te aseguraste de que el pequeño diablillo no naciera fuera del matrimonio ─sonrió Blaise y levantó su copa con champán a Draco, quien le hizo una peineta.

─Oh, vete a la mierda ─dijo, afable.

─No, de verdad, estoy feliz por ti, Draco ─dijo Blaise sinceramente y Draco sonrió, ambos hombres observando cómo Harry estaba alimentando a Conall mientras Teddy le estaba hablando. Scorpius los miraba, abrazado por su madre a solo unos metros de ellos.

Era hora de que Harry y Draco hicieran el tradicional primer baile y Teddy extendió los brazos para recoger a Conall. Era extraño cuánto se preocupaba por el niño, mientras que lo había resentido cuando aún estaba en el estómago de su padre. Pero ahora no podía imaginar a su hermano pequeño fuera de la familia, al igual que no podía imaginar no tener a Scorpius en su familia. Claro que el chico todavía lo molestaba por momentos, pero Teddy sospechaba que todos los hermanos pequeños lo hacían, así que no le importó mucho. Además, le gustaba ser el hermano mayor.

Sonrió cuando escuchó a su padre reír alegremente cuando él y Draco comenzaron a bailar. Estaba feliz de tener finalmente una familia.

Giró la cabeza hacia el fondo del gran jardín cuando sintió un par de ojos familiares que lo miraban. Le sonrió a Conall que lo miraba con grandes ojos grises, igual que su papá.

─¿Quieres saludar a Moony? ─le preguntó al bebé que gorgoteaba alegremente.

Moony era el lobo que los había rescatado, a su padre y a él, del hombre que lo había secuestrado. Había sido advertido por primera vez de la presencia del lobo en el jardín cuando había salido a caminar unas semanas después de que su padre se hubiese unido a Draco. Primero había tenido miedo de que el lobo lo atacara, pero, en cambio, el lobo se había acercado a él y le había permitido acariciarlo. Después de ese día, siempre venía al jardín a jugar con Teddy y Scorpius. Recordando el apodo de su padre cuando estaba en la escuela, comenzó a llamar al lobo Moony, pues le quedaba perfecto.

Gracias a eso ahora sabía que su padre todavía estaba allí para protegerlo.


─Scorpius, sé un buen chico y no molestes demasiado al tío Sev, ¿de acuerdo? ─dijo Draco, divertido.

Él y Harry se irían en un par de minutos con un traslador que los llevaría a una isla propiedad de los Malfoy donde pasarían su luna de miel.

Scorpius hizo un puchero.

─Nunca molesto al tío Sev.

Severus resopló, pero decidió no comentar sobre eso.

─Gracias por cuidarlos mientras estamos fuera ─sonrió Harry y le entregó a Conall a Snape.

─Espero que se comporten ─sonrió Severus y acunó a Conall de un lado a otro automáticamente. Se sorprendió cuando escuchó que Potter lo había elegido como el padrino del niño; por Potter, ni más ni menos, pero nunca le preguntó al joven sus razones. Habían desarrollado un respeto mutuo durante los meses que habían pasado juntos y ambos confiaban el uno en el otro.

─Gracias de todos modos ─sonrió y se dio la vuelta para abrazar a Teddy y Scorpius─. ¡Os veré en una semana, chicos! ─les dio a cada uno un beso en la frente y besó a Conall en la nariz, haciendo que el niño sonriera.

─¿Significa esto que papá tendrá otro bebé en su vientre otra vez? ─Scorpius los sorprendió al preguntar eso.

─¿Cómo? ─preguntó Harry, boquiabierto. ¿Qué pasaba con Scorpius y los bebés?

─Bueno, mamá dijo que después del matrimonio vienen los bebés, así que como tú y papá os casasteis hoy, ¿significa que pronto tendremos otro bebé? ─preguntó Scorpius inocentemente─. ¿Podemos tener una hermana esta vez?

─ Eh, tenemos que pensarlo, ¿vale, Scorpius? ─sonrió Draco y empujó a Harry hacia el traslador, que era un caldero negro.

─Muy bien, papá, papi, ¡divertíos! ─Scorpius se despidió y le devolvieron el saludo antes de que el traslador se activara y se los llevara a la isla.


─En serio, ¿qué pasa con Scorpius y su obsesión de verme embarazado? ─ preguntó Harry, y se sentó en la cama. Habían aterrizado convenientemente en el dormitorio y podía oler el aire salado del mar cerca de ellos.

Draco se encogió de hombros, impotente.

─¿Cómo voy a saber lo que piensa ese chico? ─estudió a Harry atentamente─. ¿Qué opinas de otro bebé?

Harry respiró hondo.

─Bueno, es un poco temprano para pensar en eso, ¿no crees? Conall aún no tiene un año.

─Sí, tienes razón ─sonrió Draco y se sentó a su lado─. Tenemos mucho tiempo para pensar en otro bebé.

─Tenía otra idea en mente ─sonrió Harry y con un rápido hechizo susurrado, sus túnicas y trajes desaparecieron, dejándolos a los dos completamente desnudos.

Draco levantó una ceja.

─Dios mío, Harry, ¿un poco impaciente, no?

─Oh, cállate y bésame ─Harry se rio entre dientes y tiró de Draco hacia él, besando ansiosamente los suaves labios que sabían a vainilla.

Ambos no perdieron el tiempo explorando los cuerpos del otro y no pasó mucho tiempo antes de que ambos estuvieran sonrojados y sudorosos y sus cuerpos estuvieran gritando por su liberación.

─Joder, ¿dónde está ese lubricante? ─maldijo Draco y salió de la cama para buscar el tubo.

Harry esperó hasta que su amante estuviera en el baño antes de agarrar su varita y lanzar el hechizo de protección, un hechizo al que se había adaptado bastante. Realmente debería comenzar a buscar hechizos que duraran más de una noche.

─¡Lo encontré! ─Draco sonrió triunfante y se arrastró de regreso a la cama, justo entre las piernas abiertas de Harry. Abrió el tubo y roció el gel transparente en sus dedos frotándolo entre sus dedos para calentarlo. Justo cuando colocó su dedo contra la entrada de Harry, su mano fue agarrada y apartada. Él lo miró confundido─. ¿Harry?

Harry solo le sonrió, sus ojos verdes brillaban de lujuria mientras sus labios rojos e hinchados y magullados rogaban que lo besaran nuevamente. Dios, nunca tendría suficiente de ese hombre.

─Solo pon el lubricante en tu polla. Quiero que me folles sin preparación ─Harry sonrió y guio su mano hacia su goteante polla.

Draco frunció el ceño.

─¿Estás seguro, Harry? Va a doler mucho ─le advirtió. Solo había tomado a Harry una vez sin preparación y eso fue cuando lo había atado a la cama y no tenía nada que decir al respecto. No quería lastimar a su marido.

─No me importa ─dijo Harry con determinación─. Quiero sentirte dentro de mí ahora.

Draco gimió ante la voz ronca y envolvió su mano alrededor de su pene, extendiendo el lubricante sobre él, asegurándose de que estuviera lo suficientemente lubricado. Harry lo sorprendió al colocarse sobre sus manos y rodillas, mostrando su cuerpo ante la lujuriosa mirada de Draco.

─¿Bueno, qué estás esperando? ─Harry respiró y miró hacia atrás─. Fóllame.

Eso fue lo que hizo.

Rápido como una serpiente, Draco se levantó detrás de él y colocó su mano derecha sobre la cadera de Harry, extendiendo sus nalgas con la otra mano.

─¿Estás listo? ─susurró y después de recibir el consentimiento, comenzó a avanzar lentamente, mordiéndose el labio cuando sintió que su polla estaba rodeada por paredes apretadas, increíblemente apretadas y calientes, envolviéndolo y dificultando su avance.

Con un sonido impaciente, Harry retrocedió bruscamente y de repente Draco estaba completamente dentro de él, haciendo que ambos hombres jadearan y se detuvieran.

─Oh mierda, te sientes tan jodidamente apretado ─siseó Draco y cerró los ojos con fuerza.

Harry se movió e intentó acostumbrarse a la sensación de escozor. No era tan malo, al menos Draco estaba completamente lubricado. Después de que cesase un poco el escozor, suspiró.

─Muévete ─murmuró lo suficientemente fuerte como para que Draco lo oyese, y eso fue todo lo que tuvo que decir antes de sentir que Draco se retiraba y lo penetraba en un rápido empujón, haciéndolo gemir suavemente.

Después de algunos intentos, Draco logró encontrar su próstata y después de algunas palabras alentadoras, comenzó a penetrar sin compasión en el cuerpo de Harry, haciendo que el hombre debajo de él gritase de placer.

Harry sintió que sus brazos se doblaban y se dejó caer sobre la cama, con su trasero aún en el aire gracias al fuerte agarre de Draco. Gritó de nuevo cuando una fuerte embestida en particular golpeó su próstata y sintió que su cuerpo se estremecía y temblaba con cada empuje que su amante le otorgaba. Dios, amaba la sensación de Draco llenándolo por completo.

─Draco, Draco, Draco ─comenzó a repetir y se quedó sin aire cuando Draco buscó debajo de él y comenzó a acariciar su polla, haciendo que Harry vacilara entre empujar la polla dura en su culo o la mano que cubría su propio pene.

─Vamos, Harry, quiero ver cómo te corres ─susurró Draco en su oído con voz ronca y solo unos pocos golpes más tarde, Harry se corría con fuerza, gritando roncamente y viendo nada más que una luz cegadora.

Cuando eyaculó, Draco seguía embistiendo dentro de él y con el siguiente empujón, apretó la dura polla y palpitante y eso fue suficiente para que Draco jadeara su nombre y se viniese dentro de él, llenándolo con su semilla.

─Joder, eso fue increíble ─suspiró Harry y se acurrucó en los brazos de Draco después de haberse apartado. Todo su cuerpo se sentía muy dolorido, pero agradeció el dolor, disfrutándolo, sabiendo que provenía de un sexo muy satisfactorio.

─¿Te dañé mucho? ─preguntó Draco, preocupado. Había sido más rudo de lo habitual y eso, combinado con el hecho de que no había preparado a Harry, le hizo temer haberlo lastimado.

─Deja de preocuparte, estoy bien ─Harry sonrió y le dio un beso lento, mostrándole su amor.

─Vas a matarme, Potter ─suspiró Draco.

Harry rio.

─Te quiero.

─Yo también te quiero.

Compartieron una sonrisa, otro beso y luego la pareja de recién casados, con sus piernas enredadas, se durmieron en los brazos del otro.

FIN


Ufff... Después de varios años he conseguido acabar esta historia. La tristeza y felicidad que siento no se puede describir, de verdad. Espero que os haya gustado leerla al igual que a mí en su momento hice, y sobre todo traducirla.

La historia va dedicada a todos aquellos lectores que han estado capítulo a capítulo durante todos estos largos años, a los nuevos que han descubierto la historia hace relativamente poco y a los que -supongo- que llegarán.

Me gustaría que me hicieseis un favor y es el siguiente: mandadle un mensaje privado a FanFiker_FanFinal agradeciéndole su trabajo como beta, porque sin sus consejos y correcciones durante 45 capítulos y varios años esta historia no sería igual. Ya le dije que esta historia no sería igual sin ella, y que, desde mi perspectiva, es más suya que mía por todo el trabajo que ha realizado.

Gracias por esos 870 comentarios. ¡Son todos fantásticos!

Un abrazo muy fuerte y espero poder volver a leeros pronto, de verdad.

¡Sois grandísimas personas!