—Padre—Dijo con una voz áspera y fría justo al momento de entrar a la gran oficina del mayor de los Usami. Este sólo se levanto de su asiento para acercarse a su hijo, quien al igual que el peliplata se notaba molesto.
—Akihiko, que bien que no he tenido que raptarte para poder hablar contigo.
—Yo también tengo que decirte algo.
—Si, realmente quiero escuchar lo que vas a decir—Dijo en un tono insinuativo que no logró comprender a lo que se refería.
—No vuelvas a hablar con Takahashi Misaki, sí realmente deseas lo mejor para mí como el padre que eres déjalo en paz.
—¡Oh! ¿El pequeño Takahashi te dijo?
—No, pero eres el único que pueda causar ese efecto en las personas.
—¿Me creerías si te dijera que no fui yo?
—Te diría que tengo el video donde sales hablando con Misaki.
Se rió ligeramente y se tocó las sienes.
—Las cosas que haces por gente problemática.
—La opinión te tengas sobre él no me interesa, sólo no te metas con él, no hables con él ni te le acerques—Señaló frunciendo el seño.
—Estás confundido, no sabes lo que haces ni en que te metes—Declaró con una expresión inmutable.
—¿Qué? Está es mi vida, lo que haga o no de ella no te incumbe.
—No me incumbe.. En efecto, sólo quería hacerte entender como tu dijiste como "el padre que soy" como vi que no me ponías ninguna clase de esfuerzo por escucharme decidí hablar con tu… noviecillo.
Se quedó callado apretando los puños.
—¿Oh? Te preguntaras como lo sé—Hizo una pausa disfrutando de la expresión de su hijo—Eres muy descuidado, ese tipo de muestras de afecto no se pueden hacer en público. Me preguntaba por tanto tiempo porque te veías con ese muchacho, no me complace mucho conocer la verdad, pero Akihiko hay muchos..
—¡No es eso! —Le interrumpió colérico—Esta relación no es algo que alguien como tú podría entender.
—Como yosomos normales… Debo decir que esperé más de ti.
—Eso no me importa, no te pido tu aceptación sólo que no molestes.
El pelinegro suspiró.
—No tengo remedio contigo—Dijo para si mismo—Akihiko retírate—Declaró volviendo a su postura inicial y dando la vuelta.
—¿Qué? ¿Cómo.. Pero si no hemos llegado a nada.
—Tal parece que eso no cambiara nada—Caminó de regresó a su asiento—No me hagas tener que llamar a una escolta.
Akihiko crispo en el piso y apretó los dientes, por lo mismo odiaba ese tipo de discusiones unilaterales. Con un resoplido salió rápidamente del gran salón para encerrarse en su gran cuarto. Dejó sus cosas en el piso y se lanzó a la cama.
—Maldición… ¿Ahora qué haré..?—Nada podría salir bueno de las manos de su padre.
.
.
.
El día siguiente Usami esperó al chico en la mañana en la puerta de su salón, con los brazos cruzados. Sus dedos se movían ansiosamente sobre su brazo, Misaki no era de los que llegaban temprano, pero tenía la esperanza que lo hiciera ese día o se quedaría hasta que llegara, y si no llegaba iría a su casa.
Tenía que asegurarse que estaba bien. Aunque sabía que su padre no era de los que actuaban rápido no podía evitar pensar en lo peor. Suspiró pesadamente, miró su reloj cuando empezaron a llegar los compañeros de su novio. Incluso esas molestas chicas que lo acosaban cada vez que se acercaba al salón de Misaki. Tuvo que despedirse de ellas diciendo que ya sus clases comenzarían con tal de que le dejaran de hablar. Caminó por los pasillos, hasta que ya no lo pudieran ver.
Volvió a ver su reloj, ya habían pasado un cuarto de hora de que empezaron las clases.
Misaki… No me digas..
Su pulso se aceleró y comenzó a sudar frío.
Mi padre.. no pudo..
Sin esperar otro segundo, se dirigió hacia buscar a su pequeño corriendo rápidamente hacia la puerta. El pánico lo invadió, debió cuidar más a Misaki, debió encontrar la manera en que estuviera seguro.
Justo al abrir la puerta, se abrió de repente y casi chocando con la razón de sus pensamientos.
—Usa..—Antes de a completar su nombre, el mayor lo tomó en sus brazos pegándolo a su pecho.
—Gracias a dios..—Murmuró aferrándose a él todavía más.
—Ah..usagi.. ¿Qué pasa?—Aún tenía su aliento agitado, debió haber estado corriendo todo el trayecto—¿Sucedió algo?—Intentó librarse de su agarre pero el mayor no lo permitió—Usagi-san suéltame.. te voy a sudar tu ropa…—De nuevo Akihiko hizo caso omiso de las palabras del castaño.
Duraron un tiempo así, en silencio. Misaki se tomó su espalda, su corazón se estrujaba al verlo tan pasmado. ¿Qué pasaba? ¿Había sido su padre? ¿Fue su culpa?
Usami por fin libro su agarre y depositó un suave beso en los labios del chico.
—Usagi-san ¿Qué ocurre?—Murmuró.
—Sólo me preocupe por ti, pensé que algo te había pasado…
¿Por qué me pasaría algo?
—Misaki.
—¿Hm?
—Vas a llegar más tarde—Usami se rió desacomodando el cabello del menor.
—¡Ah! ¡Es verdad!—Gritó encaminándose a su salón—Ahm—Se giró para dirigirse a su novio—¿Te veo a las 11 en la azotea?
Usami sonrió y asintió, viendo a su pequeño correr a su salón. Suspiró pesadamente, menos mal que no le había pasado nada. Por poco le provocaba un ataque cardiaco, caminó hacía su salón sin ninguna prisa.
Tenía que aclarar las cosas con él, lo peor en esas situaciones eran guardarse secretos. Su padre era un enemigo formidable, sobre todo para un par de estudiantes como lo eran ellos.
.
.
.
Akihiko salió unos minutos más temprano y se encaminó a la azotea, se alegró que estuviera sola. Se acostó en la pared tomando la sobra del pequeño techo que acompañaba a la puerta.
No quería pensar en nada, primero tenía que escuchar a su Misaki.
No era posible que su padre hubiera descubierto su relación a tan sólo unos días de comenzarla.
Denme un descanso…
—¿Usagi-san?—Preguntó el menor entrando a la azotea.
—Aquí—Soltó una risa al verlo respingar.
—¡N..no me asustes así!—Grito antes de ser atrapado en los brazos del peliplata. Tan sólo se quedaron en silencio, Misaki se aferró a su novio, algo no andaba bien, lo podía sentir en el ambiente.
Cerró los ojos con fuerza.
¿Se habrá dado cuenta que soy un estorbo?
La garganta se le cerró, no, no era posible. Usagi-san sólo podía mencionar lo feliz que estaba de estar con él. No era eso…
No es eso.. ¿Verdad?
Sin notarlo sus ojos se aguaron.
No me dejes..
—Misaki..—Con sólo escuchar su nombre pegó un brinco. Y un leve temblor recorrió su cuerpo.
—D..dime—Murmuró, tomó aire con fuerza para darse valor.
—Ocupo hablarte de algo..—El chico apretó con fuerza el uniforme, asustándolo.
Terminaras conmigo..
Usami en ese momento supo que algo estaba mal, trato de separarse del muchacho pero no se lo permitió.
—¿Misaki?—Acarició su cabello, este negó con su cabeza—¿Qué podrás estar pensando..?—Preguntó al aire. Lo apretó hacia si y lo soltó poco a poco, mirándolo cabizbajo con los ojos llorosos. Realmente odiaba verlo llorar, tocó una de sus mejillas bajando a su nivel—Misaki.. No voy a terminar contigo, mientras tú no quieras…—Este lo miró titubeante liberando por fin unas cuantas gotas cristalinas.
—¡¿P..por qué yo.. quisiera eso..? T..tonto!—Gritó con los puños apretados.
—Por eso ocupó hablarte de algo… No sé qué hacer, sin saber qué opinas.
Misaki parpadeó mirándolo atentamente para asentir.
.
.
Ambos estaban sentados cerca de la pared mirándose frente a frente, aún el ojiverde estaba lloroso, de ser una situación normal no lo pensaría y lo tomaría a besos, sólo que en esa ocasión no se sentía con el derecho de hacerlo. Tan sólo con su mano delicadamente quitó las lágrimas del rostro del menor.
—Misaki—Dijo seguido de un enorme silencio—Sé que hablaste con mi padre—Los ojos del menor se abrieron y empalideció.
—¿É..Él te dijo?—Murmuró apenas.
—Lo deduje y él me lo confirmó—Se ahorró las explicaciones, miró con detalle a su novio y su inmediato cambio de ánimo, tal vez no se sentía con el derecho de besarlo pero al menos agarró sus manos entre las suyas—No le hagas caso Misaki, él no me entiende… Ni sabe lo mejor para mí, sin ti Misaki—Acercó sus manos depositando un beso en ellas—No podría vivir.
—Usagi-san.. Pero.. Tiene razón.. yo..
—No la tiene Misaki—Interrumpió mirándolo con seriedad—Ocupo que entiendas eso, porque necesito tu más sincera respuesta.
El castaño levantó la mirada encontrándose con los ojos violetas del mayor, su corazón estaba como loco y le entraron unas ganas terribles de vomitar. Cerró los ojos y asintió para que continuara.
—Mi padre sólo piensa en su beneficio… En nuestro apellido y nunca en sus hijos, él..—Apretó las manos del chico—Sabe que eres mi novio—La mirada atónita del chico no se hizo esperar—Él es una persona peligrosa y sabiendo lo involucrado que estás conmigo, te puede meter en muchos problemas… De tantas maneras que no sé si pueda preverlos, para resumir…—Bajó el tono de voz tratando de no soltar las últimas palabras—Tu relación conmigo podría arruinarte la vida—Soltó sus manos sin así quererlo—Lo menos que quiero.. es terminar contigo, pero de igual forma no quiero ocasionarte ningún daño. Quiero que seas feliz pero soy tan egoísta que de igual forma quiero que estés conmigo.
—Usagi-san…—El rostro del castaño se sonrojó masivamente—Yo.. de igual forma quiero.. seguir al lado de Usagi-san…
—Misaki—Sonrió tristemente tocando una de sus sonrojadas mejillas—Mi padre podría sacarte de la escuela, o desalojarte de su casa.
—¡D..de igual forma!—Apretó los puños levantándose bruscamente—¡No importa lo que haga! ¡Yo sólo quiero seguir al lado.. de Usagi-san! ¡Porque! Porque… sin Usagi-san—Sus ojos se volvieron vidriosos de nuevo—No podrían arruinar más.. mi vida…
—Misaki—Sin pensarlo dos veces se levantó tomando al chico entre sus brazos, con un agarre firme y posesivo—Misaki—Se apoyó en su hombro cuando escuchó sus sollozos—De acuerdo... Tal vez no sea sencillo, pero prometo que mientras quieras seguir a mi lado yo lucharé por ti y te protegeré con todo lo que esté a mi alcance. Te amo Misaki, te amo tanto.
—Yo.. también te amo.. —El castaño pasó sus brazos por el cuello del mayor.
—Misaki, ocupo que cada suceso que pase, cada pensamiento lo compartas conmigo, no te guardes nada, quiero que confíes en mí…
—Confió en ti, y…—Se separó del mayor para mirarlo a los ojos, incluso con agua aquella mirada verdosa nunca se había visto más determinada—Lo mismo para ti, quiero que confíes en mí y no te hagas suposiciones o tomes una decisión sin tomarme en cuenta…
Usami sonrió ante las palabras de su novio, sin duda lo conocía muy bien.
—¿Es una promesa?—Preguntó ofreciéndole el meñique, quien resopló por el acto tan infantil. Pero al final atinó a sonreír secando las lágrimas.
—Si—Murmuró tomando su meñique con el suyo, justo cuando se tomaron los meñiques el mayor lo jalo para tomar sus labios y secar de una vez por todos los acuosos ojos verdes. No permitiría que volviera a llorar. Al menos no de tristeza.
.
.
Sé que es corto pero es una actualización antes que se me olvidé y que entre a la U. Creo que a veces me fuerzo a darles como 10 páginas y al final no lo hago xD
Espero que no me hayan olvidado y me sigan leyendo.
Bye Bye.