·•● Only the good die young

CAP 1 Futuro

Sus piernas temblaban incesantemente, sentía la garganta y los labios resecos.

Tomó un gran trago de agua de su botella, mientras observaba el trabajo de Hyuuga Neji y Nara Shikamaru ¡Sí! Shikamaru ¿Quién lo diría? El chico era un verdadero genio y estaba segura que estaba causando una buena impresión en el público.

Lo comprobó al observar hacia los puestos de la primera fila del auditorio, los hombres que se encontraban allí susurraban entre sí, sonriendo, y asintiendo.

¿Lograría ella la misma impresión?

Eso esperaba.

Realmente había trabajado duro durante estos estos últimos cuatro años, no quería que sus nervios lo echaran todo a perder.

-Tu falda está suficientemente lisa, frentona- sintió la suave mano de Ino, su compañera, mejor amiga y futura colega, sobre las suyas y fue cuando notó que había estado frotándolas constantemente contra su falda.

-Haruno, Yamanaka, Prepárense, siguen ustedes – escuchó el suave susurro de Shizune, quien observaba su planilla comprobando la información.

Se pusieron de pie, dirigiéndose silenciosamente detrás del escenario, caminó hacia el espejo que había allí.

Lucía realmente bien.

Usaba una falda negra que llegaba a mitad del muslo, resaltando su esbelta cintura y sus largas y blancas piernas, una elegante blusa verde esmeralda de seda, que se amoldaba perfectamente a su curvilínea figura y unos tacones negros de infarto que Ino había insistido en que usara.

Su cabello rosa estaba totalmente liso y caía como una cascada por su espalda, hasta su cintura. Un leve maquillaje resaltando sus ojos verde jade, un poco de brillo en los labios y algo de rubor.

Sintió unos delgados brazos rodearle la cintura por detrás y el espejo reflejó a su rubia amiga, abrazándola, y con su barbilla recargada sobre su hombro.

-Lo harás bien- dijo Ino mirando sus ojos a través del espejo – detrás de esa frentezota hay un gran cerebro – las dos sonrieron y la tonta broma de su amiga había logrado que destensarla un poco sus músculos.

Volteo aun en sus brazos para también rodearla con los suyos, sabía que detrás de esa faceta de rubia sexy que no teme a nada, ella también se moría de los nervios.

-Es el gran día, cerda- suspiró – lo haremos bien – sonrió alejándose, para ver sus ojos azules –juntas – unió su meñique con el de ella, recordando la vieja tradición que perduraba desde el instituto, aún con 21 años, y faltando un año para culminar sus carreras.

Y no exageraba.

Realmente era el gran día, hoy presentaría, junto a Ino, su proyecto universitario que definiría el rumbo que tomaría su carrera.

Esos hombres, sentados en las primeras filas eran los más importantes empresarios de Japón, quienes eran invitados casi anualmente a presenciar las presentaciones de sus proyectos e invitarlos a tomar sus prácticas universitarias, en sus prestigiosas empresas.

Se alejó de Ino y se acercó a la cortina, corriéndola disimuladamente, observó cómo estos hombres anotaban constantemente en sus planillas, en las que, según les informó Shizune, se encontraban sus nombres junto a una fotografía, sus promedios académicos y algunas observaciones de sus maestros, sólo esperaba poder causar una buena impresión.

Cada noche soñaba con su título en Economía de la prestigiosa universidad de Tokio, ya podía imaginar a su madre y a su padre sonriendo orgullosos mientras ella posaba con su diploma junto a Tsunade-sama, la directora de la carrera.

Cerró los ojos mientras mordía su labio con ansiedad al escuchar que eran llamadas al escenario frente al auditorio, escuchó un ligero "suerte" por parte de Shikamaru cuando cruzó con ellas.

Alisó nuevamente su falda, quitando el sudor de estas y prometiendo que sería la última vez que lo haría, inhalo y exhaló con fuerza mientras empezaba a caminar hacia el escenario junto a Ino.

Su corazón palpitaba con fuerza cuando salieron de la seguridad de las cortinas y estuvieron a merced de las miradas de todos, sus compañeros, maestros, directores y más importante aún, los empresarios que marcarían su destino.

Llevó su mirada al público pensando que eran más personas de las que había notado, y estando allí notó que tenían cierta clase de atención por parte de los empresarios que claramente Neji y Shikamaru no habían tenido.

¡Las miraban como si quisieran comérselas allí mismo!

Sabía bien que tanto Ino como ella eran hermosas, jamás se había molestado en negarlo ni siquiera por modestia, pero esas miradas que les lanzaban eran un descaro, ni siquiera se molestaban en disimular en que parte de su cuerpo se encontraban sus miradas ¡le veían los pechos! ¡Y las piernas!

Lanzó una leve mirada a Ino, encontrándose con la azulada de ella, ella también lo había notado, y tenía el ceño fruncido, y ¿Cómo no? Si bien a las dos les encantaba llamar la atención por su belleza no querían que sus futuros se definieran porque tenían un par de buenas piernas, sino porque eran profesionales serias y respetables.

Ino carraspeo un poco mientras comenzaba a presentarlas y hacer una breve introducción a su proyecto, pues a ella le correspondía la primera parte.

Mientras escuchaba a Ino se dio el lujo de ver a cada una de las personas que se encontraban en los primeros asientos.

Pudo distinguir a Hizashi y Hiashi Hyuuga, padre y tio de Neji…Jaa, no era un secreto a quien elegirían para estar en su empresa.

A la familia Sarutobi, Hizuren y Asuma, había tenido la oportunidad de tomar un par de clases con Asuma y era, igual que su padre, una de las mejores personas que había conocido.

Siguió inspeccionando a las personas, tratando de reconocer a alguien más, estaba segura que Tsunade-sama le había mencionado que la empresa Uchiha estaría allí, pero no veía a Fugaku por ninguna parte, tal vez no había podido asistir, mierda, ahora si se sentía nerviosa, su padre le había asegurado que Fugaku la elegiría pues eran socios hace varios años, pero ¿y si no estaba?

Recorrió con su mirada desesperada a las personas que restaban encontrándose con un hombre joven, un hombre joven y buenísimo.

Sintió que su piel se erizaba ante semejante imagen, tendría 30 años, era un hombre de tez blanca, totalmente perfecta, cabello y ojos negros de un tono profundo, a través de ese traje elegante que usaba se veía tan perfecto, hombros anchos, brazos grandes.

¡Oh por Kami! Estaba segura de que podría tener un orgasmo allí mismo.

Mierda.

Sus ojos se encontraron con esos pozos negros y observó cómo el esbozaba una sonrisa de medio lado que calentó su cuerpo de golpee, especialmente en sus mejillas.

Estaba tan sumida en sus pensamientos que no notó que era su turno para hablar, hasta que Ino le dio un pequeño toque en la espalda que la despertó, miró por un instante sus ojos que le miraron duramente.

Carraspeó un poco antes de comenzar con su discurso.

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Se sentía fatal.

No quería salir de su departamento.

Hoy se publicarían las listas con las empresas a las cuales había sido invitada.

Sabía que había estado bien, después de despertar del trance al que aquel pelinegro la había sometido, se había encontrado hablando fluidamente, con los términos adecuados, lo había hecho bien, incluso Neji se lo había dicho y que saliera un cumplido de ese tempano de hielo, realmente había tenido que dejarlos impresionados.

Se tiró al sofá de la amplia sala de su departamento y gritó contra uno de los cojines, no le importaba lo que dijeran sus vecinos, ya sabía que la conocían cómo la desquiciada del edificio, habían intentado sacarla un par de veces, pero sus padres eran los dueños de todo el edificio así que era imposible.

Sus padres eran arquitectos, y unos muy exitosos, pues recibían llamados de grandes empresas constructoras, tales como la de los Uchiha, de ahí su buena relación con Fugaku.

Ese viejo traidor – Gruñó.

Gracias a él su futuro era incierto.

¿Y si no se encontraba en la lista de aceptados por alguna empresa?

¿Y si sus padres se decepcionaban tanto que la corrían del departamento, le quitaban su auto y no volvían a hablarle?

¿Y si terminaba como cajera en algún restaurante casada con algún gordo albañil que mostrara la raja del culo mientras trabajaba?

El sonido de su celular la saco de sus absurdos pensamientos.

-Diga- no se molestó en ver el número

-Frentona ¿dónde estás? Estoy aparcando en el estacionamiento de la universidad-

-Ya voy en camino cerda – "Mentirosa" pensó.

-Apresúrate, Sakura, quiero que veamos la lista juntas – se imaginó a su querida amiga con una sonrisa de oreja a oreja ¿cómo podía estar tan tranquila?

-Claro, allá nos vemos – colgó

Echó un vistazo a todo el departamento, todo estaba ordenado y pulcro, y después se miró a sí misma, era un desastre.

Aún tenía puesta su pijama, no sé había bañado y apenas había comido un par de tostadas y algo de cereal.

Se levantó con pesadez y se dirigió al baño privado de la habitación principal, su habitación.

Encendió la llave de agua caliente, mientras se desvestía, sin molestarse en cerrar la puerta, vivía sola desde que había entrado a la universidad, alegando a sus padres que necesitaban más independencia y ellos complacientes como siempre le regalaron un amplio departamento en uno de los edificios que ellos mismos habían diseñado, que quedaba a no más de tres cuadras de la universidad, así que ni siquiera tenía que molestarse en sacar su coche.

Se metió en la ducha, sintiendo la tibieza de esta en su tersa piel, se talló delicadamente con una esponja, y salió vistiéndose con lo primero que encontró, un jean, una camisa negra de tiritas y sobre esta un chaleco ajustado beige, al igual que sus botas ugg.

Se peinó un poco y maquilló ligeramente recordando "nunca sabes cuándo conocerás al amor de tu vida"

Sonrió ante ese viejo dicho de su madre y salió lo más rápido posible del edificio sabía que Ino debería estar esperándola con un revolver para matarla por hacerla esperar tanto.

Casi corrió todo el trayecto hasta llegar al pasillo del primer piso de la facultad de Economía, viendo cómo la gente se acumulaba en el camino, se detuvo para calmar su respiración, encontrando a Ino abrazando a Shikamaru, parecía que lo felicitaba, se acercó a ellos.

Cuando sus ojos se encontraron, ella la miró molesta.

-Frentona de mierda ¿Sabes cuánto llevo esperando? – chilló Ino deshaciendo el abrazo que le daba al de coleta.

-Lo lamento - se disculpó sin poder apartar la mirada del sobre que tenía Shikamaru en sus manos – ¿Y bien? – le preguntó a él.

-Trabajaré con los Sarutobi – dijo restándole importancia ¿Qué no sabía lo importante de la empresa de mercadeo que estos poseían? Si, lo sabía, pero era Shikamaru después de todo, no podía esperar que brincara mientras gritaba, eso le correspondía a Ino.

Le brindó una sonrisa mientras se acercaba a abrazarlo, no importaba la envidia que tuviera en ese momento, Shikamaru era un gran amigo y se lo merecía.

-Bueno ya, ya frentona, ahora es nuestro turno – dijo Ino frotándose las manos.

-De acuerdo – tomó la mano de Ino mientras caminaban hacia Shizune, quien repartía los sobres tras un escritorio.

En el camino sintió como sus piernas flaqueaban, se encontraron caras sonrientes, y otras no tanto, algunas lloraban, otras maldecían.

Llegaron pronto donde Shizune quien busco sus apellidos y entregó sus sobres a cada una.

Vio cómo Ino tanteaba el suyo y en cuanto sintió que este no estaba vacío dio un suspiro de alivio, ella imitó la acción, sintiendo como tranquilidad al sentir que el suyo tampoco estaba vacío.

-Vamos frentona – dijo Ino halando su mano haciéndola correr hacia alguna zona verde del campus, encontrándose con Shikamaru en el camino y tomándolo a él también.

Las personas quienes los veían, lo hacían como si fueran unos verdaderos fenómenos, aunque no le extrañaba, aunque no lo viera podía suponer que Ino se cargaba una cara de loca que daba miedo.

Llegaron debajo de un árbol y se sentaron, los tres, cómo los últimos cuatro años, hizo un mohín al pensar lo mucho que los extrañaría.

-Tú primero – dijo rápidamente a la rubia.

Ella soltó un sonoro suspiro mientras comenzaba a abrir el sobre, y sacaba dos cartas.

No pudo evitar sorprenderse y alegrarse por su amiga, eso significaba que tendría dos posibilidades y elegir la que más le gustara.

-Kushina Uzumaki – dijo totalmente sorprendida- ¡La empresa Uzumaki! – gritó Ino emocionada leyendo la segunda carta con una gran sonrisa.

La empresa de Kushina Uzumaki, una fábrica textil conocida mundialmente, era perfecto para Ino.

Sintió como ella la estrujaba en un abrazo, que claramente ella correspondió, feliz por ella.

Al separarse soltó un – tu turno frentona

Ella respiró un par de veces antes de abrir el sobre, metió su mano en el encontrándose también con dos cartas, eso ya era un alivio.

Vio los logotipos de las dos empresas con asombro.

"Multinacionales Hyuuga" y "Multinacionales Uchiha"

¿Uchiha? ¿Pero cómo? Ella creía que ese viejo cabron no había venido.

Ino le arrebató rápidamente las cartas viendo que no decía nada y las vio asombrada – ¡Las empresas Uchiha! – sabía que era todo lo que Sakura siempre había querido.

Se lanzó feliz sobre la pelirosada mientras reían y rodaban en el césped.

Shikamaru las observaba con una ceja elevada, pero con una sonrisa.

¿En qué momento había decidido juntarse con ese par de trastornadas mentales?

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Soy un desastre como autora T-T

No termino una historia y ya estoy empezando otra, pero no puedo evitarlo.

Sólo le pido paciencia a quienes leen mis otras historias y espero que disfruten esta.

Gracias por leer :)