0o0o0oo0o0o0 Lazos o0o0o0oo0o0o0
NaruHinaSasu
Conocernos de nuevo
Chiiiachan
Quiero aclarar que este es un FIC NARUHINASASU… aun no tengo preferencia por ninguno de los dos… cuando lo comencé me dije que a medida como lo avanzaba vería como terminaría… en pareja o no!... gracias.
Las miradas de aquellas resentidas con la Hyuga no se hicieron esperar a penas el pelinegro se acerco a ella, el rubio miraba la escena que se comenzaba a desarrollar a sus espaldas con las penetrantes miradas.
"es su culpa" .- le dijo su mente mientras su mirada iba directo hacia su mejor amigo.-"si el no la hablara, estas locas no harían nada en su contra."
Dejo de pensar y paro todos sus sentidos solo para reprocharse lo idiota y mal amigo que estaba siendo ahora, miro hacia sus compañeras con el seño fruncido y ganas de matarlas. Las miradas de aquellas que sintieron su instinto asesino se esfumaron y fueron hasta sus asientos. Estaba enojado por el, por su actitud enferma en este momento y por ellas que solo le complicaban la vida.
-Están muy altos, ambos.- sus ojos se achicaron un poco mientras les sonreía. La niña se puso de pie sin importar donde se encontraba ni quienes la miraban, alzo sus brazos y los tomo a ambos en un abrazo, ellos sorprendidos solo la siguieron sintiendo su delgado cuerpo bajo ellos.- estoy muy feliz de volver a verlos.- su voz no parecía quebrada, en cambio ellos, sus ojos se nublaron al sentir de nuevo su compañía, la extrañaban tanto que escucharla y sentirla los inundo de felicidad.
Unos ojos verde esmeralda se vidriaron al ver tal escena, no había notado la persona a quien abrazaban, pero sabia que era una chica, deseaba poder tener el valor de ir y decirle que dejara de hacerlo, que aquel azabache la prefería a ella. Pero todo lo que pasaba por su mente era una mentira, el aborrecía como ella era, no le gustaba ni un poco de la manera en como ella se acercaba… y había dejado su cabello largo, los rumores decían que le gustaban las chicas de cabello muy largo. Su mirada se detuvo a contemplar a la chica a su lado y noto el parecido a alguien pero aun no recordaba el nombre.
-No pensé que los rumores fueran cierto.- dijo una rubia de cabellos largos amarrados en una coleta alta mientras se acercaba a la pelirosa.
-eh?...- dijo sorprendida al darse cuenta de quien se trataba, delineo su figura de nuevo y realmente se sorprendió.- e-es ella.- sin decir mas se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su asiento que quedaba mas atrás.
-¿Sakura que es lo que te pasa ahora?.- le decía desde atrás la rubia mientras la seguía hasta sus asientos.
-No me pasa nada.- su voz se escucho apagada. Su mirada volvió al trio que se encontraba casi delante de las filas, muy juntos, bajo su rostro y se sintió estúpida.
-Frente de marquesina crees que no te conozco.- se sentó a su lado y la abrazo ocultando su rostro entre su cuello y hombro.- quizás deberíamos olvidarnos de el.- dijo y la espalda de la pelirosa se tenso de solo pensar en hacer algo como eso, después de todo ella lo quería, era su amor y por muy tonto que fuera a la edad que tenia, ella realmente no podía pensar en darse por vencida.
-Olvídalo Ino-cerda, jamás podría dejarlo pasar sin al menos tratar de acercarme.- su pecho se inflo al decirlo pero su mirada aun seguía triste clavada en las tres figuras delante.
-Solo un milagro podría enamorar a Sasuke-kun de ti.- decía mientras se separaba, le asqueaba verla así de deprimida por cosas estúpidas, era solo un chico y su amiga se lo tomaba como si fuera un dios.- Aléjate Sakura y deja de sufrir por alguien que no te ve.
-Ya cállate Ino.- dejo de mirarlos para encontrarse con los ojos celestes de su amiga al darse la vuelta.- No lo digas mas.
Al separarse ella se sonrojo al haber sido así, pero su mirada aun seguía con una sonrisa.
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Al pasar la primera clase ellos salieron al patio, caminaron juntos queriendo preguntar muchas cosas. Ellos queriendo saber cada una de las cosas por las que tubo que pasar su amiga y ella queriendo saber lo mismo. Aunque les sonriera la melancolía de sentirse un poco retirada del cariño que esos dos se sentían le entristecía un poco.
"No debo ser egoísta"
sus pensamientos la llenaban mientras caminaban a la salida del edifico para pasar al gran patio. Después de saludarse no habían tenido mucho tiempo para conversar, miles de preguntas que hacer.
-Estuviste mucho tiempo fuera.- dijo alzando la voz el rubio del lugar.- han pasado muchas cosas.- sus ojos fueron a parar a los oscuros de su amigo que se mantuvo en silencio.
-Cuando supe la noticia de que volvería solo fue de un día para otro, mientras pasaban los días mis esperanzas de volver se acortaban, mi entrenamiento fue mas duro, mi…- se detuvo al recordar que su padre no la había ido a visitar ni siquiera como el lo había dicho y esos fueron sus momentos mas desesperados.- pensé que no volvería.
-Pero ya estas aquí, esperamos que no te vuelvas a ir.- su enorme sonrisa la deleito a tal punto que no pudo ser pasada por la mirada seria de aquel azabache que solo podía sentir celos.
-No me quiero ir.- al llegar a uno de los rincones del enorme patio tomaron asiento uno al lado del otro apoyando sus espaldas en la pared.
-Imagino que tu entrenamiento fue muy duro, ahora debes de ser muy fuerte.- dijo el rubiales que hablaba con mucha emoción, el azabache solo la contemplaba moviendo sus ojos.- ¿Cuando podremos entrenar y ver lo fuerte que eres?.- se arrodillo y con sus manos apoyadas en el suelo se movió quedando casi al lado de ella.
El nerviosismo la estaba superando, que haya entrenado durante tanto no significaba que sus sentimientos y defectos se hayan ido todos, mas teniéndolos a ellos tan cerca. Su corazón sentía mil emociones al estar ahí, ellos le producían una satisfacción y calidez que la ponían nerviosa, todo cayo al suelo a ver sus ojos zafiro, bajo sus ojos al césped y sonrió.
-Después de clases estaría bien.- su voz suave relajo al rubio y volvió a su posición.- al verlos pude ver que ustedes también están mas fuertes.
Se maldecía una y otra vez al escuchar que cada vez que el quería hablar el contestaba primero, gritaba y se comportaba como un tonto, a pesar de estar uno y uno al lado de ella, su voz chillona resonaba por todos lados. El rubio parecía feliz de que ella haya regresado, el también lo estaba, pero se sentía tan opacado por su brillo que no sabia que decir.
Su mano izquierda se movió sola yendo a parar a un mechón de cabello que caía hasta llegar a su hombro, su brillante cabello azulado, pensó que era tan hermoso que no pudo no sostenerlo entre sus dedos.
-Tienes el cabello largo, se te ve muy lindo.- un nerviosismo estúpido se apodero de el cuando su rostro quedo frente al suyo y sus mejillas se tiñeron de un rosa pálido, su sonrisa no se dejo esperar, de inmediato saco la mano y tomo su jugo de naranja.
-Gra-gracias Sasuke-kun, la verdad pretendía cortármelo al llegar pero no me dio tiempo de hacerlo.- dijo bajando la mirada. Los ojos azules los miraban serios.
-No debes hacerlo Hinata-chan, verdad que se le ve muy bien Naruto?.- pregunto sintiendo que le faltaba el apoyo de su amigo para poder seguir elogiándola.
-Claro que si, te da un toque muy femenino… o debería decir, que linda estas Hinata-chan!.- su forma de decir las cosas tan alegre la cautivaba tanto como la forma seria que estaba siendo su otro amigo.
El día en la academia se estaba transformando en lo mejor de su regreso, sus amigos ya no eran aquellos pequeños que se entretenían por cualquier cosa, habían crecido, aquella chica de 12 años ya no esperaba que fueran aquellos tiernos niños que se despidieron aquella noche mirando las estrellas, ahora eran fuertes, mas serios, decididos… y ella no se estaba quedando atrás, había vuelto y no solo con las ganas de estar con ellos, había regresado para convertirse en una de las mejores.
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Aun no terminaba el día de academia y todo estaba saliendo bien, había estado casi todo el tiempo con sus amigos, pero en algún momento tendría que separarse de ellos y afrontar todo aquello que había dejado atrás. Aquel miedo de quedarse sola en aquella academia y que esas niñas se burlaran de ella.
Frente al espejo del baño de niñas el reflejo de su rostro parecía impasible, sus ojos se movieron un poco observando los cubículos detrás de ella, una de aquellas puertas en especial, donde ella, ese día permaneció encerrada. Cerro los ojos y respiro profundo, esto ayudaba a calmarse un poco, volvió a abrirlos y miro directo al reflejo de sus opalinos y brillantes ojos. Detrás de la puerta, apoyada en ella una niña mas pequeña temblaba al saber lo que le harían… abrió la llave del grifo y mojo su rostro, ese recuerdo había pasado y ella debía seguir adelante.
La puerta del baño se abrió y entraron un puñado de chicas, todas hablando y al notar su presencia callaron, mojo de nuevo su rostro y sin importarle se acerco a sacar una toalla de papel, una chica, que ni siquiera sabia quien era se paro frente de ella mirándola de pies a cabeza mientras que las gotas de agua corrían por su rostro cayendo sobre su chaqueta holgada.
-Así que has vuelto Hyuga.- dijo, sonando de una manera familiar.- ¿que no me recuerdas?.- ladeo su cabeza y curvo sus labios en una sonrisa ladina.- era de esperarse, nunca fuiste muy atenta, niña.
Su mente en blanco. Sabia de quien se trababa, jamás podría olvidar los rostros de aquellas que la obligaron a desaparecer por tanto tiempo. A pesar de no querer causar revuelo y menos sabia si ellas podrían causarle daño o no, después de todo había pasado bastante tiempo y quizás estas niñas igual habrían entrenado bastante, pero, sintió rabia al ver como el resto reía con ella mientras hablaba de alguna que otra estupidez que no le interesaba saber.
-Permiso.- pidió para poder pasar y secarse el rostro. Pero ella no se aparto, sin querer ser descortés repitió su petición.- Permiso por favor.
-¿Y si no te dejo pasar?.- la seriedad con la que lo dijo fue como una orden para el resto de chicas que la rodearon riendo.- Estuve buscando esta oportunidad que estuvieras sola todo el día, ahora que no estas con Sasuke-kun podremos vengarnos de lo que nos hiciste.
-Olvídalo como yo.- su voz sutil y fina escondían palabras con intento asesino, aquel semblante nervioso, ocultaban sus ganas de insultarla y sobre todo golpearla.
-¿Eres estúpida o que?.- un paso mas al frente sus ojos se encontraron con los de Hinata.- Estúpida Hyuga… ciega.- quería que ella reaccionara, quería que se alterara como aquella vez, quizás lo estaba logrando pero su rostro y su respiración no lo hacían notar, puso su mano en el pecho de la chica frente a ella y con su mano libre hizo un par de sellos rápidos.
-Byakugan!.- de inmediato sus ojos se tornaron feroces, las venas en su rostro la hacían parecer temible.- aléjate o esta vez si que no quedara nada de ti.- ladeo su cabeza y sonrió.
Uno, dos pasos hacia atrás la hizo retroceder, el resto de las chicas hicieron lo mismo temiendo salir heridas, Hinata bajo su brazo y camino hacia el dispensador de toallas de papel, saco dos, seco su rostro y sus manos, miro hacia atrás sin el Byakugan y camino hacia la salida.
-Que quede claro que las odio por lo que hice aquella vez.- dijo sin mirar atrás y salió.
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Lo que había pasado en el baño no solo quedo ahí, las chicas de la clase comenzaron a comentar sobre lo sucedido y todo llego a oídos del chico que sin saberlo había iniciado la guerra entre ambas y la envidia de una.
-Escuchaste lo que andan diciendo.- Le dijo su amigo mientras tomaba asiento a su lado.
-Si, y me parece bien que le teman, ya no será como aquella vez… ella ha crecido.- dijo mientras veía como su amiga tomaba asiento en medio de ambos.
-Pensé que no querrías sentarte con nosotros Hinata-chan.- dijo sonriendo.- me alegra que estés aquí.
-Todo sea por recuperar el tiempo perdido.- sonrió y luego movió su rostro a donde se encontraba su serio amigo.- Sasuke-kun, ¿desde cuando eres tan serio?.- pregunto inocentemente ladeando la cabeza, viéndose tierna.
Se sonrojo al tal extremo de correr su rostro hacia otro lado, sin poder decir nada callo, cobardemente.
-Sasuke ha cambiado un poco su genio Hinata-chan, pero no lo odies, sigue siendo una muy buena persona.- sus ojos se movieron para poder apreciar algo de lo que podía ver del rostro de ella y volvió su mirada a donde ellos.
-Han pasado muchas cosas Hinata.- termino diciendo y justo entro Iruka-sensei.
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Ultima clase de entrenamiento y todos volvían a sus casas cansados, aunque algunos se quedaban por ahí entrenando o conversando, cualquier cosa era mejor que volver a sus hogares.
Su mente divagaba si era correcto preguntar que era lo que había pasado y que ella claramente no tenia idea de que se trababa, sus manos detrás, en su espalda sosteniendo su pequeño bolso azul se movía y chocaba con sus pernas, sus amigos en sus costados caminaban en silencio, siempre ella sintiéndose tan protegida por ellos.
-Mañana me gustaría que me acompañaran a aquel claro, donde nos vimos por ultima vez.- dijo llegando a la intersección donde debían separarse, se volteo y no pudo no sonrojarse, sus amigos eran tan diferentes el uno del otro, uno tan alegre que la embelesaba y el otro que su seriedad atraía a cualquiera.- quiero conocernos de nuevo.- su cabello se movió al compas de su cuerpo mientras se daba vuelta y caminaba hacia su casa, dejando a ambos sin decir una palabra.
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Comía lo mismo de siempre, pero no sabia a lo mismo de siempre, aquella sopa tenia un sabor distinto, no sabia a nada que le recordara el sabor del cerdo o de aquellas verduras, todos sus sentidos estaban puestos en una sola persona… Hyuga Hinata, ella les había dicho que quería conocerlos de nuevo, su mente pensaba que quizás Hinata podría referirse al tiempo que había pasado, quizás sentía que ellos estaban demasiado cambiados y que no los reconocía. No era nada malo, pero aun así podía percibir un poco de nerviosismo al no saber que le diría y menos como reaccionaria a todos los acontecimientos que pasaron sin ella, o lo que el diría con lo que tuvo que pasar ella, todo era mas y mas nervios.
De aquellos que dan felicidad y ansiedad.
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El techo de su habitación que conectaba con su pequeño comedor, se encontraba gris y el solo lo miraba tratando de encontrar las palabras exactas con las cuales contarle lo que le había pasado estos últimos años, contarle de aquel encuentro con su hermano, del juramento de matarlo cuando lo viera, de ser cada día mas fuerte y poder romperlo por dentro. Todo lo que había provocado la falta de su ser en el, se ponía mas nervioso al pensar lo que había provocado en el, verla de nuevo, aquel escalofrió de tenerla tan cerca, de ese revoltijo en su estomago cuando los abrazo, cuando su nariz había rosado su cabello mas largo que antes… ella provocaba cosas y la verdad era que solo lo confundían mas.
-¿Desde cuando eres tan serio?.- dijo subiendo su mano a lo alto, cerro los ojos pensando en su rostro al decir esas palabras y rápidamente se dio vuelta quedando de lado, sus ojos se abrieron mirando la luz de la luna que entraba por un espacio de entre las cortinas y sonrió.- Desde que la luz había dejado de brillar, pero quizás cambie.- pensó y su ansiedad de que llegara el día de mañana se acrecentó.
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El brillo de la mañana entraba por un orificio que tenia su cortina, se removió intranquila por la molesta luz, miro el despertador que le decía que solo faltaban 8 minutos para que comenzara a sonar estridentemente. Eso no lo permitiría, con flojera acerco su mano hasta el y lo apago, tiro sus mantas hacia atrás y se desperezo estirando completamente tu cuerpo, ya levantada se dirigió hacia el baño, se ducho y salió lentamente. Frente al espejo de su habitación quito su toalla dejándola caer al suelo y miro detenida mente su cuerpo, sabia que aun no era una mujer, pero las curvas sutiles de su cintura y caderas eran pronunciadas, sus pechos no eran enormes pero tenían forma. Desde que había cumplido los 12 había comenzado a mirarse al espejo, sabia que quizás era estúpido y vergonzoso, pero estaba sola en su habitación y mirarse le producía cierto pudor que pretendía perder con el tiempo y sentía que si se miraba cada vez que podía ella aceptaría sus cambios y seria mas fácil usar otro tipo de ropas.
Sin recoger la toalla mojada del suelo camino hasta su armario y saco unos pantalones oscuros largos, holgados, una polera del mismo color holgada y una chaqueta color crema que parecía ser mas grande. Camino hasta su cómoda y saco su ropa interior.
Cuando se volvió a mirar al espejo y noto lo tapada he incomoda que se encontraba bajo su rostro, pensando que se veía muy mal he incluso que aquella ropa la imposibilitaba para realizar diversos movimientos, convenció a su mente de lo ultimo y corrió hasta su armario para ver que podría usar que la ayudara en ambos aspectos. Después de un rato sintiéndose mejor al verse al espejo, salto he hizo varios movimiento sintiendo la comodidad en sus piernas y brazos, sonrió y salió de su habitación.
Decidida y con algo de pudor bajo las escaleras para encontrarse con el pasillo que la llevaría hasta el comedor, que seguramente ya ocupaba su familia, sin apuro camino mirando sus pies descalzos, respiro un par de veces y entro. La única sentada en la meza era su pequeña hermana que comía algo de cereal con leche.
-Buenos días Hanabi-chan.- dijo y esta la miro de pies a cabeza.
-Buenos días Hinata nee-san.- aquella de cabellos azulados no tenia idea de si aquella pequeña la consideraba de alguna manera su hermana o algo, desde que tenia uso de razón ella siempre fue mas callada, recordaba que hacia todo lo que le pedía su padre a la perfección, cuando se equivocaba pedía perdón y lo repetía finalizándolo con una mirada de autosuficiencia de su padre.
-¿Como has estado Hanabi-chan?.- se aventuro a preguntar, no llevaba mucho en la casa, de echo solo la había visto ayer temprano y ni siquiera había tenido tiempo de saludarla.
-Bien, como todos los días.- respondió sin quitarle los ojos de encima mientras comía su cereal.- ¿y tu nee-san?.- pregunto sorprendiendo a la mayor que se sentaba frente de ella con uno de los mismos pocillos con cereal y jugo de frutas.
-Bien, la academia va bien a pesar de que ayer fue mi primer día, pensé que estaría mas perdida, pero no fue así.- dijo mientras le sonreía.
-Quizás no debería preguntar esto… pero quiero saberlo.- aquella pequeña niña escondía el gran afecto que sentía por su hermana que siempre quiso cuidarla, que a pesar de que su padre las separara por su nivel de pelea, ella la quería a la manera que podía ser.- ¿Esas niñas te volvieron a molestar?.- pregunto soltando la cuchara y cruzando sus dedos de ambas manos. La chica mayor la miro sonriendo un poco por la preocupación que de alguna manera demostraba su pequeña hermana, quiso abrazarla y besarla, pero se contuvo y siguió con lo suyo mientras respondía.
-Si las vi hoy, pero no te preocupes Hanabi-chan, no paso nada, ellas solo no hicieron nada.- la pequeña de ojos plata no dijo nada mas y siguió comiendo. Su mente estaba satisfecha con la respuesta y pudo ver en los ojos de su hermana que estaba bien y era verdad, esa inseguridad que la caracterizaba años atrás había desaparecido como lo hacia su antigua ropa.
Cuando su hermana salió de la habitación dejándola sola se sorprendió al notar que había crecido bastante desde la ultima vez que la vio, sus pasos eran aun mas silenciosos, su rostro inexpresivo era casi igual al de su Nii-san, con la diferencia que ella solo era una chica seria, no guardaba aquel rencor ni odio hacia su persona.
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El dia en la academia paso sin muchas cosas nuevas, habían entrenado y aprendido algunas lecciones sobre el comportamiento de un ninja en el campo de batalla, también los elementos que componen diversos ataques que deberían entrenar cuando estuvieran con sus respectivos grupos y sensei. Algunas malas caras como siempre hacia dos de su grupo de tres, el rubio y aquella ojiplata siempre se las llevaban por estar a su lado, pero eso no los detuvo a poner atención y concentrarse.
Cuando comenzó el atardecer y las clases acabaron la pequeña Hyuga salio del salón rápido y se dirigió algo nerviosa hacia la salida de la academia, poso su espalda en el muro contemplando los arboles alrededor, su mirada y sentidos se perdían al escuchar algunos gritos de sus compañeros que salían, las risas de niñas saliendo con sus amigos, el viento tibio que mecía sus cabellos comenzaba a relajarla y pudo sentir como todo su mundo ahora estaba a su favor. Se sentía mas fuerte, mas segura de su alrededor, aunque eso no quitaba que su padre seguía siendo el mismo con ella, Neji y su mirada desaprobadora seguía contra ella, esas niñas a pesar de temerle un poco seguían mirándola feo… pero en estos momentos cuando la brisa tibia tocaba su rostro y el sonido de un lugar relajado se escuchaba, ella se sentía mejor, como si nunca se hubiera ido, como si siempre ella hubiera sido así de fuerte.
-Hinata-chan?, te encuentras bien?.- escucho que la llamaban, esa voz tan cerca de ella, casi frente a sus narices. Abrió los ojos y se perdió en aquellos pozos azules que la miraban curioso, pego un respingón y se alejo por mero instinto hacia un costado.
-Na-Naruto-kun, claro estoy bien, solo me adelante para esperarlos.
Desde uno de los costados el observaba el comportamiento de sus amigos, su mejor amigo siempre había sido así de espontaneo sin darse cuenta lo que causaba en las demás personas, sin siquiera imaginar que la cercanía que propino hacia algunos segundos enrojecieron a su amiga a tal punto de ponerla nerviosa. Jamás le fue inexistente que Hinata sintiera algo por aquel rubio, lo supo desde el primer día que la vio y ella pidió que el le hablara, sabia que no lo hacia por tener buena voluntad, ella tenia cierta atracción hacia el estúpido de su amigo, no sabia como explicarlo, tampoco como definirlo, menos sabia si era realmente lo que el pensaba, quería creer que su mente solo jugaba a estar celoso del comportamiento relajado de el, y que ella se sonrojara con sus actos estúpidos y cercanía. Su mirada perdida en el rostro de ella lo relajaban, a tal punto que olvidaba que debía hacer mas adelante, ella era y se había vuelto especial para el, tanto que pretendía ganarse aquel apego que alguna vez tuvieron.
-Hinata-chan, vamos.- dijo el y acerco su mano a la suya para tirarla hacia el y comenzar a caminar, el rubio sonrió y los siguió a un costado queriendo hacer lo mismo que el azabache.
No podía soportar tanto contacto, su suave y firme mano se aferraba a la pequeña de ella, sintió su cuerpo estremecerse, un cálido, fuerte y electrizante sensación recorrió su cuerpo y sus piernas quisieron temblar, lo miro de soslayo y su rostro mostraba aquella tranquilidad que la llevo al pasado, cuando se encontró con el en la puerta de la sala, su pecho se apretó.
-Sa-Sasuke-kun.- lo llamo y el volteo su rostro lentamente para ponerle atención.- ¿sa-sabes donde vamos verdad? .- sintió el nerviosismo de ella, quizás por el contacto y la soltó de inmediato y se llevo un dedo al mentón, necesitaba verse normal.
-Claro, como olvidarme de donde nos despedimos… ¿verdad Naruto?.- naturalmente hizo participe a su amigo para que todo fuera mas narutal.
-Por su puesto que si… como saberlo si desde ese día vamos a entrenar ahí.
-Es un buen lugar para entrenar, y nadie te molesta.- dijo Sasuke.
-Me gustaría entrenar ahí también.- tomo sus manos y las apretó sintiéndose feliz.- pero primero debemos conocernos de nuevo.- lo había repetido y aquellos jóvenes pegaron un respingón, conocerse de nuevo significaba mostrar y decir lo que les pasaba ahora, lo que les paso cuando ella no estaba, después de todo eso era lo que ella quería saber y ellos querían saber que le había pasado cuando estuvo fuera.
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Sentados en circulo escuchaban lo que ella les contaba, de cómo había llegado el día en que su padre le dijo que tenia que irse y el porque se fue, las caras de sus amigos era seria y comprensiva.
-Al llegar a mi destino que era la ciudad central del país del fuego me sentí muy sola, los días se me pasaban largos y era dolor, el entrenamiento era duro, pero me esforcé mucho, fui a misiones impuestas por la casa y mi maestro, pase algunas días sola en algún bosque, me atacaron ladrones y aprendí a defenderme por mi misma, mi carácter se convirtió en acero cada vez que mi primo me visitaba para darme una paliza.- callo y sintió la rabia que emanaban aquellos dos, quiso reír, pero solo continuo.- lo mejor era cuando Neji nii-san venia a entrenar, sentía que mi cuerpo se estremecía cada vez que el acertaba un golpe en mi cuerpo, era lo que tenia que sentir en una batalla, que alguien te odia tanto como para querer acabar contigo, quizás en algunos momentos sentí que no era justo que siendo primos el me odiara, pero lo comprendo, por mi culpa su padre esta muerto.- ellos sin siquiera imaginarlo sus rostros mostraban extrañeza he incomodidad al escucharla.- si no me hubieran secuestrado y mi padre no hubiera matado, el estaría vivo. Pero bueno esa es otra historia, mientras pasaba el tiempo me corte el cabello una vez, de la misma manera que lo tenia antes, tan corto para que no molestara con mis movimientos, lo hice yo misma.- comenzó a reír y se tapo la boca un momento.- todos en la casa se reían por lo mal que lo había echo, desde ese momento una de las personas que cuidaban de mi me lo cortaba cada vez que se lo pedía.- con sus dedos toco su cabello y rio.- esta vez olvide pedírselo.
-Esta bien, se te ve muy lindo.- las palabras brotaron solas de su boca arrepentido.- digo, bueno tampoco esta tan largo.- rojo quizás era poco para describir la cara de aquel rubio.
-Es verdad, se te ve bien y creo que no deberías cortarlo mas… te vez linda.- no sabia si sus palabras las había dicho solo para no quedarse atrás o lo había dicho con otra intención.
-Muchas gracias chicos.
-Bueno Hinata-chan continua.- dijo aun rojo Naruto.
-Cla-claro. Oto-sama solo me visito 2 veces de todo el tiempo que estuve fuera, pero eso no me quito las ganas de seguir a delante y que en cualquier momento alguien me tocara la puerta y me dijera que ya podía volver, pero no paso el primer año, al parecer fue bastante grave las acusaciones que recibí de parte de las chicas que…- callo no queriendo recordar aquel episodio.- en varias oportunidades quise escaparme de ahí, pero el temor me lo impedía y no solo eso, también quería ser mejor, si no lo lograba mi escape solo me llevaría a otro lugar y no a donde yo quería llegar, y solo aguante el entrenamiento duro y aquellas misiones siendo pequeña. Pero ahora estoy aquí, los volvimos a ver los rostro… ¿verdad que no he cambiado tanto?.- pregunto poniendo aquel rostro pasivo y tierno de siempre.
-Solo un poco Hinata-chan.- hablo emocionado el rubio.
-Tu aspecto creció un poco, pero toda tu siguen siendo la misma niña tierna de siempre.
Y el atardecer había desaparecido dando comienzo a un centenar de estrellas, dando paso a una luna enorme que iluminaba todo el claro, dándole luz a sus rostros jóvenes.
Naruto y Sasuke habían comenzado a relatar lo ocurrido esos años en los que ella no estuvo, casi llora al escuchar lo que le había sucedido a su amigo, también escucho aquella promesa de venganza y la entendió, varias veces su corazón se detuvo al escucharlos hablar con tanto odio, pero debía comprenderlos, después de todo aquel hombre había quitado gran parte de la felicidad de su amigo… y sus rostros se mostraban felices de poder contarlo todo, el desahogo era la herramienta que necesitaban.
Y pero a pesar de todo… ellos siguen siendo los mismos, pero las metas habían cambiado un poco al igual que su estatura.
Y ahí comprendieron que la vida de un ninja no solo era pasarlo mal, no, no solo significaba perder a seres queridos, no significaba solo no tener a nadie, no significaba vivir en el sufrimiento haciéndose el tonto, no significaba solo vivir de la venganza, menos de la misericordia de los demás que solo te quieren ver caer… No, significaba estar en el lugar correcto, con las personas indicadas, escuchando sus anécdotas y tristezas sabiendo que ahora esta bien, que se siente feliz contigo a su lado, que si la tomas de la mano no saldrá corriendo, la vida de un ninja también significaba ser feliz.
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CONTINUARA…
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NOTA DE AUTOR.
Lamento la demora, después de todo la vida cambia cuando esperas a un bebe… tengo 8 meses y solo falta un poco para conocer al gran amor de mi vida, aquella personita que cambie radicalmente lo que pienso y lo que he hecho hasta el momento…
Agradezco a todas aquellas personas que me dejaron comentarios, incluso ahora que ya había pasado mucho tiempo… de verdad muchas gracias, el apoyo y saber que ustedes gustan de una historia que quizás solo llene el alma de algunos cuantos me motivo a seguir y buscar esos pedacitos de tiempo libre para escribir.
Gracias
Y SIGAN COMENTANDO QUE AYUDA A QUE UNO SEA UN POQUITO MAS FELIZ.