Disclaimer: FMA de Arakawa. Me da flojera escribir esto siempre.

Línea temporal: Pos Manga/Brotherhood.


TORMENTAS

Capítulo Único

A Winry no le gustan las tormentas; nunca le han gustado. Pero, a diferencia de todos los tópicos y clichés acerca del temor de una chica por los relámpagos que crujen e iluminan la noche, a ella no le agradan por el simple hecho de que la ponen inquieta.

Se pasea de un lado a otro de la casa, sin hacer nada en particular a parte de morderse las uñas, las cuales acaban rotas y roídas, sin brillo, para cuando la tormenta amainaba y los truenos cesaban. Era un hábito que había cogido desde pequeña, después de que Edward le enseñó acerca de las cargas eléctricas y Alphonse le aseguró que no pasaría nada malo, que ocultarse bajo las sábanas no cambiaría el hecho de que llovía.

Pinako le había dicho muchas veces que parara de deambular por la casa a lo largo de los años. Ella lo intentaba. De verdad que lo intentaba. Pero la sensación de desasosiego no la dejaba parar quieta ni un segundo, pensando que, cuando más cerca se escuchaban los truenos, más cerca estaban de que cayera uno cerca de casa, que se produjera un incendio, que muriera alguien y paranoias de ese tipo.

Con el tiempo, todo aquel que estuviera en la casa Rockbell durante una tormenta se encerraba en su habitación para no ser sacado de quicio por una Winry que iba y venía, como esperando sacar petróleo del suelo. Nunca nadie ni nada la calmaba, ni el automail, ni acariciar a Den, ni preparar tartas de manzana. Bueno, nunca nada la había calmado hasta ahora.

Sentada en el sillón de la sala, Winry recarga su cabeza contra el hombro de Edward, su novio desde hace más de un año. Él la ha cogido cuando paseaba por la sala, y ha tirado de ella hasta sentarla a su lado. Edward le acaricia el brazo derecho, contándole alguna anécdota de sus viajes que Winry escucha atenta. Le habla suavemente, pero con emoción, y eso logra tranquilizar a la inquieta mecánica.

Afuera sigue lloviendo a cántaros, los relámpagos siguen iluminando los pastos verdes de Rizembull y la oscura sala de la casita amarilla. Y cuando hay un trueno lo suficientemente fuerte que hace sobresaltar a Winry, Edward la besa.


El tema de las tormentas es algo altamente recurrido en novelas, caricaturas, dramas y fanfictions. Es tan utilizado que siempre, sea de la manera en que sea planteado, es un cliché. Por lo menos para mí.

Pero a mí me gustan los clichés; me gusta tomarlos y tratar de hacer algo un poco diferente con ellos. No sé si lo he logrado con éste, pero me ha encantado el final. Y, bueno, me sumo a los 7128947892357053 autores que han hecho un EdWin con esta temática. Los conozco principalmente en inglés, si soy sincera.

Les mando un beso bien embarrado de Nutella:

Miss Pringles.