Título: Sweet.

Pareja: Gray x Lucy

Género: Romance.

Rating: K.

Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece.

Advertencias: no.

Petición de: Fuyuko Fullbuster ;)

..·**·..

"Esto no está saliendo muy bien" – fue lo primero que pensó Lucy al ver su obra a medio terminar. Se limpió las manos, llenas de harina, con un trapo, y volvió a mirar a lo que hasta hace una hora había sido su perfecta y limpísima cocina. Ahora todo estaba lleno de harina, y con todo quiero decir todo. Desde el suelo hasta el techo, pasando por los armarios y la encimera, y, por supuesto, por la rubia y maga de espíritus estelares que lo miraba todo con cara de depresión. No solo había harina, también había restos de una mezcla (hecha de huevos y azúcar) que había metido a la batidora y de alguna manera había acabado volando por toda la estancia. El bote de azúcar estaba volcado sobre la encimera, cayendo un poco del oro blanco al suelo. Al final había conseguido hacer un bizcocho… o algo así.

Porque los bizcochos normalmente son blanditos… no una piedra. Y normalmente saben dulces… no salados. Y además, suelen tener una bonita presentación… no parecer algo recién sacado de las entrañas del infierno.

Ni siquiera se atrevía a probarlo.

-Oi, Lucy. ¿Por qué esta todo lleno de harina?

-¡Ahhhh!- Lucy saltó al escuchar la voz que provenía desde detrás de ella. Se giró y miró con rabia al intruso.

-¡Natsu! ¿¡Cuántas veces te tengo que decir que no entres en mi casa sin llamar a la puerta?

-Are are, tranquilízate- habló Natsu con toda la tranquilidad del mundo mientras pasaba un dedo por el azúcar derramado y lo chupaba. La rubia suspiró. Daba igual cuántas veces dijera a sus nakamas que no podían entrar a su casa sin permiso, no pasarían ni unas horas hasta que volvieran a hacerlo. Normalmente siempre se comportaban de la misma manera; Natsu iba a la cocina para asaltar su nevera, Gray leía su novela sin permiso, Erza y Happy se dedicaban a cotillear su ropa interior o cualquier cajón que encontraran… y eso era exactamente lo que estaba pasando en ese momento.

-¡Kyaaaa!- Lucy corrió a donde Happy y Erza miraban su cajón de ropa interior y les arrancó cierta prenda de entre las manos, con un más que notable sonrojo.- ¡No miréis mis cosas!

-Jo, Lucy…- dijo Happy poniendo carita de pena, que segundos después se convirtió en la cara más diabólica que un gato puede tener.- ¿Entonces por qué te compras ese tipo de lencería si no quieres que nadie la vea?

Lucy se sonrojó aun más. No es que le gustaran especialmente ese tipo de prendas tan… atrevidas. Simplemente le había llamado la atención, y como tenía dinero de sobra para la renta de ese mes había decidido darse un caprichito.

-L-Lucy…- la mencionada dio un paso atrás con miedo al ver la cara de Erza, totalmente roja y con un hilito de sangre resbalando desde su nariz.- Yo… J-J-Jellal… eh…

Sabiendo lo que se avecinaba, Lucy se apresuró a escapar de aquella escena, centrándose en el exhibicionista que, efectivamente, leía su novela.

-¡Gray!- le quitó el papel de entre las manos, ganándose un "¡ey!" del mago de hielo.- ¡La primera en leer mi novela tiene que ser Levy, se lo prometí!

-Pero es que está interesante…

Lucy no pudo evitar sonrojarse al escuchar esto. Para ella escribir era muy importante, y el hecho de que alguien encontrara interesante lo que ella escribía le halagaba. De pronto se escuchó un ruido desde la cocina, y Lucy corrió hasta allí, olvidando de nuevo la novela.

Natsu había tirado varias cosas en su intento por buscar comida en esa ruina de cocina. Erza y Happy seguían mirando su ropa interior (¿por qué Happy tenía su sujetador en la cabeza?), Gray seguía con la novela… Lucy estalló.

-¡AAAAAHH! ¡TODOS FUERA DE MI CASA! ¡AHORA!- agarró a Natsu por la bufanda y lo empujó hacia la puerta, ignorando sus protestas. Tiró a Happy (no sin antes quitarle el sujetador de la cabeza) y a Erza, esta última aun en shock por sus pensamientos pervertidos con Jellal y la ropa de Lucy. De otra forma no habría sido tan fácil echarla. Solo le quedaba el exhibicionista. Caminó hacia el sofá en el que él estaba sentado, absorto en la lectura, y le volvió a quitar el manuscrito.

-¡Gray! ¡Fuera!- estaba enfadada. Primero no le salía bien el bizcocho, y luego todos llegaban a invadir su privacidad. Gray simplemente la miró.

-Tienes harina en el pelo- comentó, sin moverse ni un milímetro.

-Muy bien, Sherlock- contestó sarcásticamente Lucy. Reitero, estaba muy enfadada. Gray frunció el ceño.

-He visto cómo ha quedado la cocina… ¿qué tratabas de hacer?- preguntó con curiosidad. Lucy olvidó el enfado al recordar su primer problema y suspiró.

-Se supone que era un bizcocho… pero un neumático sabría más dulce- ella hizo un puchero. Él sonrió.

-No creo que sea para tanto.

-Vale, sí es para tanto- afirmó Gray un minuto después cuando vio la pequeña cosa extraña a la que Lucy llamaba bizcocho.

-No tengo ni idea de cómo hacerlo… realmente me hacía ilusión cocinarlo yo misma- estaba decepcionada.

-¿Y por qué querías hacerlo? Nunca te había visto intentando cocinar algo.

-Se acerca el cumpleaños de Levy, y esta mañana en el gremio Mirajane estaba mirando un libro de recetas- empezó a explicar Lucy, apoyándose en la encimera.- Había unas imágenes de unos pasteles buenísimos, y pensé que me gustaría hacer alguno de ellos… pero es más difícil de lo que parece.

-No, no lo es- replicó Gray, cogiendo un delantal y poniéndoselo. Lucy le miró sorprendida.- Yo te enseñaré cómo se hace.

-¿Tú?- Lucy empezó a reírse.- ¿Sabes cocinar?

-Pues claro que sí- Gray se hizo el ofendido por la risa de Lucy, aunque él mismo trataba de ocultar una sonrisa.- ¿Entonces quieres que te enseñe o no?

-¡Sí! Por favor-olvidando todos sus enfados anteriores, Lucy cogió otro delantal y se lo puso. La verdad es que le resultaba extraña la idea de ver a Gray cocinando, también la idea de que ahora estaban los dos solos en su casa…

Cocinando. Solo estaban cocinando. Nada más.

-Lo primero y esencial es tener la cocina limpia- dijo Gray señalando las paredes, armarios, techo y suelo manchados.- Antes de empezar hay que limpiar esto.

Durante toda la tarde los dos magos se dedicaron a limpiar la cocina y hacer el pastel. Lucy descubrió que Gray no mentía, realmente sabía cocinar y no lo hacía nada mal. No podía negar que se estaba divirtiendo mucho con él, preparando entre los dos el pastel. Era extraño, estaba acostumbrada a ver a Gray peleando todo el tiempo, tanto en las misiones como en el gremio, así que verle haciendo un pastel no era lo más común. Se veía más simpático, más dulce…

¿¡Pero qué estaba pensando?

Vale, admitía que desde hacía un tiempo había tenido pensamientos algo extraños sobre su nakama. A lo mejor estaban en medio de una misión y ella se distraía por quedarse pensando en sus cualidades. Tal vez pasaba demasiado tiempo con Juvia…

Cada vez que sus manos se rozaban sentía una sensación extraña en la boca del estómago, como si le diera un vuelco. Cuando estaba herido, ella era la primera en tratar de ayudarle. Y muchas veces se había sorprendido a sí misma imaginando cómo sería su vida junto a él.

Pero no, era imposible. Ella no podía estar enamorada de ese idiota de hielo al que lo único que le interesaba era pelear y pelear.

-Y ahora solo queda decorarlo- dijo Gray con una sonrisa, sus ojos negros clavados en los marrones de ella. Los dos nakamas estaban cubiertos de harina y azúcar, resultado de una pequeña guerra que habían tenido mientras hacían el bizcocho.

-¿Cómo lo decoramos?- preguntó Lucy.

-Como quieras, esto es estilo libre- Gray le guiñó el ojo.- Si quieres, empezamos por ponerle nata por encima.

Dicho y hecho, empezaron a cubrir el pastel de color marrón debido a chocolate con una capa de nata fundida, y nata montada para rodear los bordes y hacer formas. Lucy llevaba la manga pastelera cuando, sin querer, apretó demasiado fuerte y la nata fue a parar a la cara de Gray.

-¡Gomen! Deja que lo limpie- se disculpó Lucy avergonzada y fue a por un pañuelo, murmurando algo de sus malas habilidades con la cocina. Cuando volvió con el pañuelo se sorprendió de ver la cara de Gray totalmente limpia. Él debió ver la confusión en su rostro, porque sonrió y dijo:

-Solo era nata, sería un desperdicio haberla tirado. Por cierto, nos ha salido bastante buena.

Lucy dejó escapar una carcajada tras esas palabras. Ambos volvieron a su anterior tarea, decorando el pastel.

-¿Le ponemos las fresas por encima?

-Sí, vas aprendiendo- un guiño más y Lucy se derretiría como la nata. Empezaron a ponerle las fresas alrededor, y en cierto punto Lucy notó que Gray se salía de los bordes, llevando las fresas hacia el centro del pastel progresivamente. Decidió no preguntar.

-¡Listo!- declaró Gray contento mientras se quitaba el delantal. Sin embargo, Lucy se quedó mirando el pastel con un sonrojo en sus mejillas.

La tarta era redonda, con un bizcocho de chocolate relleno de chocolate líquido, cubierto de nata fundida y detalles de nata montada, y las fresas por encima colocadas en forma de corazón.

-¿Qué sucede?- preguntó Gray al ver que Lucy no hacía ningún movimiento.

-N-Nada…- ¡¿y ahora por qué tartamudeaba?

-¿Lo probamos?- Gray se acercó con una cuchillo y cortó un pedazo pequeño, para luego coger un trocito con la cuchara.

Lucy se sonrojó cuando él se acercó a ella y deslizó el pastel en su boca, pero abrió los ojos con sorpresa. Realmente sabía bien. Gray la miró, divertido por su reacción.

-Oh… de verdad pensabas que morirías al probar el pastel, ¿no?- fingió estar ofendido, escondiendo una sonrisa y haciendo un puchero falso.

-¡Wow, Gray! Admito que no esperaba que saliera tan bien… sí que sabes cocinar.

-¿Lo dudabas?- Gray sonrió con suficiencia.

-Puede.

Se sonrieron, y durante unos momentos nadie dijo nada.

-Bueno…- ella rompió el silencio.- Vamos al salón, coge la tarta.

Gray hizo lo que se le había pedido y ambos fueron al salón, y se sentaron en el sofá. Cortaron dos trozos de pastel y empezaron a comer, saboreando el dulce.

-Etto… Lucy...- ella miró con curiosidad a Gray, que la miraba de forma extraña.- Tienes pastel en la cara.

Lucy se sonrojó. Buena hora había elegido para mancharse al comer. Iba a levantarse a coger una servilleta cuando notó la mano de Gray en su muñeca, evitando que se levantara. Le miró confundida, y se sonrojó aun más al ver que Gray acercaba su rostro al de ella.

"¿¡P-P-Pero qué…? ¿Acaso… va a…?" no le dio tiempo a poner sus pensamientos en orden antes de que los labios de él rozaran la comisura de los suyos, llevándose los restos del pastel pero sin llegar a besarla.

-Dulce…- murmuró él antes de mirarla por un momento a los ojos, para segundos después atrapar sus labios entre los suyos, en un beso lleno de pasión pero al mismo tiempo muy dulce. Lucy no intentó apartarse, en más, trató de acercarse y respondió al beso con la misma intensidad que él. No supieron cuánto tiempo estuvieron así de cerca, pero cuando el tan preciado aire les empezó a faltar tuvieron que separarse a regañadientes. Los dos estaban algo sonrojados, y Lucy evitaba mirar a los ojos a Gray.

-Lucy…- solo se atrevió a mirarle cuando él dijo su nombre, y al levantar la mirada se encontró con unos ojos oscuros que la miraban intensamente, de una forma que nunca le había mirado nadie.- Yo… no soy muy bueno con las palabras. Y mucho menos cuando quiero decir algo importante…

Por un momento Lucy dejó de respirar. "No puede ser…"

-…pero esto tengo que decírtelo. Porque no soporto que el idiota de Natsu esté tan cerca de ti siempre, ni que todos los hombres con los que te cruces en misiones te miren babeando- durante un momento Gray pareció enfadado, pero un segundo después su expresión se suavizó. Miró a Lucy con decisión, sabiendo que ya no había vuelta atrás. Había decidido que lo diría y el Gran Gray Fullbuster no se retracta en sus decisiones.- Desde que llegaste el gremio… siempre me has llamado la atención. Una vez Géminis te lo dijo, creo. Algo así me contó Happy- suspiró y cogió la mano de Lucy, frustrado por no saber cómo decirlo.- Lo que quiero decir es que…

Acercó sus labios a los de ella, hasta casi rozarlos suavemente.

-… te quiero.

Y la besó, de forma mucho más profunda que antes, y, de nuevo, ella no se apartó, sintiendo ese cosquilleo en el estómago del que tanto había visto hablar en los libros. Le temblaban las piernas.

El beso duró poco y los dos se separaron, sonrojados, en silencio.

-No hace falta que me contestes ahora- dijo Gray, aunque se le notaba algo decepcionado.- Tómate tu tiempo para pensar.

Iba a levantarse cuando notó la mano de Lucy agarrando su muñeca, de la misma forma en la que él lo había hecho unos minutos atrás.

-N-No te vayas…- la cara de Lucy podía competir (y ganar) a la de un tomate en estos momentos.- Yo… yo también te quiero.

Gray sonrió como hacía muchísimo que no lo hacía (¿alguna vez había sonreído de esa manera?) y volvió a sentarse en el sofá junto a Lucy, abrazándola en el proceso.

Y se quedaron allí, simplemente disfrutando la compañía y comiendo el pastel que los había unido.

..·**·..

Hola a todos! ^^ Hace un tiempo que no publicaba nada, así que me he decidido a hacer esta serie de one-shots y drabbles sobre los protagonistas o parejas de Fairy Tail que vosotros queráis. Esto es, que aceptaré cualquier petición que hagáis. Creo que es una buena manera para aprender a escribir todo tipo de escenas y ambientes, y todo tipo de personalidades.

Las peticiones deben: nombrar al protagonista, a la pareja si quieren que haya pareja, género y rating. Y si quieren songfic, tienen que decirme la canción.

Dicho esto, espero que os haya gustado esta primera historia. Nos vemos! ^^