Buen día, mi gente!

Aquí les caigo con un nuevo capítulo de este fic, exponiendo en esta ocasión el punto de vista de alguien más aparte de Clyde y de Josh, en esta ocasión de Bebe, la novia de Clyde.

Está algo relativamente corto, pero ojalá lo disfruten!

Saludos!

Vicka.


Culpa.

Normalmente yo, Bebe Stevens, estaría en estos momentos en alguna disco con mis amigas tomando unos deliciosos cocteles o aquí, en mi cama y con esa persona con la que pensaba ya confesarle que compartiera su vida conmigo… Si esa persona estuviera aquí, a mi lado, sonriéndome y haciéndome el amor como él lo sabía hacer, y no secuestrada por ese monstruo.

He sido novia de Clyde desde hace un año y medio; hemos compartido muchas cosas juntos en los seis meses que estuvimos juntos como novios, pero ahora sufro mucho al año de haber sido secuestrado por ese maldito Josh Meyers.

¡Lo maldigo mil veces por alejar a Clyde de mí! ¡Lo maldigo hasta ahora por arrebatarme al único hombre que ha sido digno de mí! ¡Lo maldigo mil veces por haber puesto sus ojos en él y no en otra persona para elegirle como víctima!

No obstante, a veces pienso que fue mi culpa, puesto que yo le convencí de que se escapara de su casa por un rato para encontrarnos en la disco. Quería verlo y hablar con él, preguntarle cómo ha estado y las razones por las que últimamente había actuado extraño.

Respecto a ese último detalle, creo que el hecho en sí mismo me dio la respuesta.

No sé porqué, pero no he dejado de pensar en que Clyde pudo haber tenido un serio presentimiento sobre su situación actual un tiempo antes de que ocurriera; yo misma notaba cómo de repente cambiaba de color cada vez que íbamos a algún lugar en específico e incluso cómo los nervios atacaban su estado de ánimo.

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::Flashback::

- ¿Estás bien, amor? – preguntó Bebe mientras observaba cómo Clyde palidecía repentinamente – Te veo pálido.

- S-sí – respondió Clyde muy intranquilo.

- Clyde… Algo anda mal contigo.

- Estoy bien, Bebe. Es sólo… La presión.

- ¿La presión? Cariño, dudo mucho que la presión te esté haciendo esto…

Posó una mano sobre la de Clyde y, con una sonrisa, le dijo:

- Sea lo que sea que te esté pasando, puedes decírmelo.

Clyde suspiró hondo, tratando de calmarse y de mostrar seguridad ante su nueva novia, y le dijo:

- Estoy bien… Es sólo que estoy cansado de tanto estudio.

- ¿Estás seguro?

- Sí.

- Bien… Entonces tomemos nuestro café, cariño, que está por enfriarse.

Clyde aisntió y empezó a beber su café mientras que Bebe, de manera disimulada, observaba cómo llegaba una calma repentina.

¿Por qué siento que me estás ocultando algo que no quieres decirme?, pensó mientras se inclinaba y le daba un beso a su pareja.

::Flashback::

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- Clyde – murmuraba con lágrimas en los ojos-… ¡Lo lamento mucho! ¡Por Dios, perdóname por obligarte a ir a la disco!

Tapé mi rostro con la almohada, intentando ahogar todos mis sollozos en medio de la soledad de mi oscura habitación, la cual fue testigo de todos los recuerdos que he vivido con Clyde antes de que fuera arrancado de mi lado.

No puedo evitar pensar en resignarme a la idea de que Clyde… De que él… Habrá muerto.

Muerto a manos de un monstruo, muerto a manos de un hijo de puta inmisericorde como Meyers… Muerto y enterrado en el fango del bosque o lanzado al Cañón de Colorado. Muerto y sin que nadie lo sepa.

Y todo por mi culpa.