Los personajes de Bleach son de Tite Kubo.

Historia inspirada en la película mexicana "Negro es mi color" (1951)


MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS: Esmeraldaxx200: Hola, gracias por leer y comentar, me alegra que el capítulo haya sido de tu agrado. Lo siento, pero Grimm ya tenía su destino escrito. Akisa: Muchas gracias por tus palabras, me animan mucho. Lo siento mucho, porque me gusta tratar de aceptar sus sugerencias, pero esta vez no imagine otro final para Grimm T.T Kuniko04: Me alegra que haya podido hacerte cambiar de opinión con respecto a Grimmjow e Ishida, eso quiere decir que no escribí tan mal después de todo. Caroone: Gracias por leer y comentar. Jessy moon 15: Me alegra que te haya gustado el capítulo, concuerdo contigo respecto a Grimmjow. A él no lo imagine amando a alguien que no sea Rukia. Stephanie Za: Muchas gracias por seguir preguntas serán respondidas en este capítulo, y ¡sí llegamos a los 600 reviews!, Soul Neko-Natsu: Muchas gracias por leer y comentar, espero que el capítulo te guste. HOTARU SATURN BLACK: Muchas gracias por comentar, me alegra que te guste la historia. DaniI: Me alegra que te gustara el capítulo y tus comentarios me animan mucho. Anlu-chan: Muchas gracias por comentar, me alegra saber que la historia te gusto. Hekka: Thanks for commenting and reading history. Ichigo sometimes acts impulsively, but loves Rukia, so maybe this time do it right. Anahis: Lo siento, pero tal y como me imagine a Grimmjow, él no podía amar a nadie más, y que mejor que muriera salvando a su único amor. (Lo sé, soy cursi). Dan Yagami: También espero terminarla bien. Muchas gracias por comentar. MAYY: hola, me alegra mucho saber que te ha gustado la historia, espero este capítulo te guste. Asami989: Gracias por tus palabras, me alegran mucho. Espero este capítulo cumpla con tus expectativas. Dani3: Gracias por leer y comentar. Kaoru240: Muchas gracias por comentar y leer la historia. Shanafate: Espero te guste este capítulo. Shizu-oneesan: Gracias por comentar. Amelie-ru14ku13: Me da gusto que pude hacerte cambiar de opinión con respecto a Grimm, espero este capítulo te guste. Foreveryour: Me alegra que te haya gustado el capítulo, espero este te guste. Ediof6: Gracias por comentar. Kureimy: Que bueno que te gustó el capítulo, pues ya en este sabrás como reacciona Ichigo, muchas gracias por tus comentarios.

Se supone que lo tenía que subir hasta mañana, pero ya no pude resistirme mas. Es el capítulo más largo que he escrito, pero no podía cortarlo. Espero no se aburran mucho.


Carboxihemoglobina: Es la hemoglobina resultante de la unión con el monóxido de carbono.

Transductor: El dispositivo que permite realizar el ultrasonido.


EL AMOR NO TIENE COLOR.

CAPÍTULO CUARENTA Y TRES.- NUESTRO AMOR.

Poco a poco fue recuperando la consciencia, abrió los ojos lentamente y cuando sus ojos se acostumbraron a la luz pudo enfocar mejor el sitio en el que estaba.

Era la habitación de un hospital, lo reconoció enseguida, era el Gotei Trece.

¿Por qué estaba ahí?, se preguntó, sus recuerdos eran confusos, la cabeza le dolía un poco.

Volteó hacia su costado y se sorprendió de ver a Byakuya dormido en una silla junto a su cama, luego vio que en la parte de atrás, en un sillón, también estaba dormido Urahara.

Alzó una mano y se vio el suero puesto. ¿Qué había pasado? Se preguntó, sentía las manos cansadas así que volvió a ponerlas sobre la cama. Se dio cuenta que también tenía puesta la mascarilla de oxígeno.

Cerró los ojos para recordar. Todo era obscuridad, no había imágenes, pero comenzó a evocar sonidos, voces.

Agua cayendo, sirenas de ambulancias, pasos, cuchicheos de la gente, sollozos…

¡Grimmjow, Grimmjow!, no te mueras, no me dejes. —se escuchó gritar en forma desesperada. —abre los ojos. —Se angustió al oír esas palabras pues los recuerdos llegaban a ella.

Fugases imágenes se presentaron, era ella dándole reanimación al bombero que yacía en el suelo. Estaba desesperada, sin parar apretaba sus manos contra el pecho del chico, quería hacer latir su corazón de nuevo.

Es inútil, déjalo. —escuchó unas voces decirle.

No, no, él está vivo. —era su voz replicando. Le dolían las manos, pero no dejaba de masajear el corazón mientras gruesas gotas saladas caían sobre el cuerpo del chico. Él no podía morir, ya no lo amaba pero era alguien especial para ella.

Dolor, sentía mucho dolor y frío, hasta que sintió algo cálido rodeándola y que la apartó del joven que en vano intentó salvar, luego se sintió reconfortada.

Todo estará bien. —escuchó una cálida voz, la sentía conocida, y fue lo último que recordó, porque después todo fue negro de nuevo.

Rukia abrió los ojos encontrándose con el plafón blanco del techo, ahora todo era claro para ella, Grimmjow la había rescatado del incendio, pero había perdido la vida, ella intentó reanimarlo pero no fue suficiente.

Levantó sus brazos para verse las palmas de las manos.

—Grimmjow. —susurró con tristeza, las lágrimas de nuevo se hicieron presentes. Verlo morir entre sus brazos fue algo doloroso para ella.

—Has despertado. —dijo Byakuya parado a su costado. Se veía aliviado. Rukia lo volteó a ver y se quitó la mascarilla.

—Grimmjow, él…—no se atrevía a preguntar.

—Lo siento. —respondió con pesar por lo que eso significaba para Rukia. —Sus pulmones estaban muy dañados, no resistieron.

De nuevo sintió tristeza y pena por el hombre que arriesgó su vida para salvarla, por el hombre al que alguna vez amó.

—¿Y…?—no completó su pregunta, pero inconscientemente se acarició el vientre.

—Afortunadamente tu hijo está bien, no hay daños ya que no aspiraste mucho humo, pero tendrás que guardar reposo por algunos dias. —informó Byakuya, ella se sintió agradecida por eso, pero no dejó de sorprenderse porque él supiera de su estado. —en la ambulancia no dejabas de repetir que salvaran a tu hijo, así que hicimos las estudios necesarios. —agregó al ver su sorpresa.

—Quizá sería mejor que no naciera. —dijo Rukia poniendo de lado su cabeza. —No va a tener papá y su mamá ha causado el sufrimiento de mucha gente. —no era algo que en verdad sintiera, sólo era un fugaz pensamiento causado por la culpa que sentía.

—Rukia no hables así. —le pidió Byakuya preocupado. —tienes que ser fuerte y luchar por tu hijo.

Ella lo miró con enojo.

—¿Luchar, ser fuerte? —le preguntó con reproche mientras se sentaba un poco. —¿Y me lo pides tú?, tú que fuiste un cobarde. —dijo de forma hiriente. —tú que te escudaste en la enfermedad de tu hermana para no luchar por mi mamá. —le dijo alterada. —Esa fue tu salida rápida para no enfrentarte a tu padre, preferiste quedar como el mártir que se sacrificaba por el bienestar de otro.

Byakuya la escuchó sin protestar, pero cada palabra de ella le provocaba un gran pesar.

—Tienes razón Rukia, fui un cobarde, debí negarme a realizar esa promesa, debí quedarme con Yoruichi, contigo. —dijo arrepentido.

Byakuya sintió que Rukia tenía razón en cuanto a que no tuvo el suficiente coraje para resistirse a los deseos de su padre, que simplemente fue el títere que se dejó manejar sin luchar por el amor de Yoruichi.

Rukia intentaba no llorar. Se lamentó de haberle dicho esas cosas tan hirientes, pero todo se le había juntado y tantas emociones la hicieron explotar sin medir las consecuencias.

—Creo que nunca me vas a perdonar. —dijo Byakuya, quizá él tampoco. —y mucho menos me vas a querer, así que lo mejor será que me vaya, que me aleje de ti para no hacerte más daño con mi presencia. —expresó con un profundo dolor, una vez más tenía que alejarse de lo que más amaba, Rukia se quedó en silencio procesando sus palabras. —Pero siempre serás mi hija y estaré para ti cuando me necesites. —le señaló él, luego dio la media vuelta y comenzó a caminar para salir de la habitación.

Rukia lo vio alejarse, había visto en su mirada tristeza y dolor. Nuevamente estaba haciendo sufrir a alguien que la amaba. Ya había perdido a Ichigo, Kaien y Grimmjow, no deseaba perder a su papá también, no otra vez, porque por mucho que quería negarse, ella lo quería, lo quería desde antes de saber que era su padre.

Estos últimos días se dio cuenta de eso, no decía nada, pero el verlo junto a ella velando sus sueños, el escucharlo susurrarle que la quería y que la iba a cuidar cuando él creía que estaba dormida, el sentir como la acariciaba, el sentir sus abrazos, todo eso la reconfortaba bastante, le trasmitía seguridad y la hacía feliz, pero no sabía cómo expresar sus sentimientos pues se sentía insegura todavía, por eso se mantenía callada ante él.

Sin dudarlo se arrancó el suero de la vena, se terminó de quitar la mascarilla de oxígeno y se bajó de la cama, corrió hasta el pasillo para alcanzar a Byakuya. Salió sin darse cuenta que Urahara ya estaba despierto desde hacía tiempo y estaba muy conmovido por lo que acababa de ver y oír. Él salió tras ella.

—¡No te vayas¡ —le gritó Rukia, cuando salió del cuarto, a Byakuya que caminaba unos metros frente a ella, él se detuvo y giró para verla. —no me dejes tú también. —pidió entre lágrimas mientras caminaba hasta él.

Byakuya se quedó quieto, esperando que ella se acercara.

—No me dejes tú también… papá. —murmuró ella con la cabeza agachada. Byakuya la abrazó enseguida.

De nueva cuenta una sensación de calidez recorrió sus cuerpos.

Le había dicho papá por primera vez, esa palabra lo conmovió mucho, significaba que lo había perdonado.

—Nunca más. —le susurró. —nunca más te dejaré hija. —por esta vez se permitió romper con esa mascara de seriedad y orgullo que siempre mostraba y se permitió llorar, llorar de alegría por haber recuperado a Rukia, a esa hija que había perdido hace más de veinte años.

Rukia se aferraba a él como si su vida dependiera de sentía tan bien escuchar de sus labios la palabra hija.

—Te quiero papá. —murmuró ella, se sentía mejor poder decir esas palabras, lo había añorado por tanto tiempo.

—Yo también te quiero. —le respondió Byakuya visiblemente reconfortado. —Pero nadie te ha dejado. —comentó separándose un poco de ella. —observa a tu alrededor. —le pidió. Ella se limpió las lágrimas y miró a su derecha, ahí estaban Yoruichi y Urahara observándola con una sonrisa y los ojos llorosos.

Estaban alegres por ver que al fin se había reconciliado con su padre. Byakuya la tomó de los hombros y la giró suavemente hacia la izquierda, ella se sorprendió de ver a Kaien recargado de una pared.

Cuando supo de la condición de Rukia no lo pensó dos veces para ir a verla.

—Me alegra que estés bien, Sirena. —le dijo con una sonrisa mientras la saludaba con la mano.

—Kaien. —exclamó con sorpresa, el chico se acercó a ella. —Lo siento, yo no quise lastimarte.

—No sé de qué hablas Sirena. —le dijo él revolviendo su cabello. —Tengo mala memoria. —le dijo con una sonrisa.

—Gracias. —le dijo ella abrazándolo, él también la abrazó. Byakuya se apartó y fue junto a Yoruichi y Urahara.

El hecho de que Kaien la perdonara la había hecho feliz. Kaien la abrazó más fuerte.

—Sí no sueltas a mi novia creo que tendré que golpearte. —se escuchó la voz de Ichigo, medio en broma, medio en advertencia.

Rukia se separó de inmediato de Kaien y buscó al dueño de esa voz, Ichigo estaba también recargado de una pared con los brazos cruzados, mirándola intensamente, pero esta vez sin rastro de tristeza o decepción.

Más bien la veía contento y aliviado de que estuviera bien, pues había pasado casi un día inconsciente. Él había sentido mucho miedo al pensar que podría perderla así que se apresuró a ir al barco. Cuando llegó, Ulquiorra le comentó que estaba atrapada en el camarote, intentó ir por ella pero el chico y otros bomberos se lo impidieron, sólo se calmó al enterarse que Grimmjow había entrado a buscarla, porque estaba seguro que él no la dejaría morir.

Su angustia cesó al ver salir a Grimmjow con ella en brazos, Rukia se veía bien, pero el bombero no tanto. Se acercó a ellos lo suficiente para escucharlos. Se alegró al escucharla decir que lo había perdonado, pues eso era lo que siempre había buscado, que Rukia dejara el odio atrás y fuera feliz, pero también sufrió por verla llorar, ya no pensaba que Rukia sintiera algo por Grimmjow, sería tonto de su parte hacerlo, pero la conocía bien y se imaginaba que se sentía culpable. El verla desesperada tratando de reanimarlo le partió el alma, se acercó a ella y la abrazó, sintió como ella se tranquilizaba y después de que le dijera que todo estaría bien, ella se desmayó en sus brazos. Despúes llegó Byakuya y se la llevó al hospital, no permitiéndole ir con ella en la ambulancia.

—Ichigo. —murmuró Rukia mientras se acercaba a él lentamente. Ichigo también caminó hacia ella, se detuvieron al quedar frente a frente. Su corazón latió acelerado.

Pero Rukia no pudo sostener la mirada por mucho tiempo así que la agachó.

—Es cierto que al principio quería vengarme de ti por lo que me hizo Grimmjow. —dijo ella, luego alzó la cara para verlo a los ojos. —Pero conforme pasaba el tiempo me di cuenta que tú eras diferente, y aunque siempre me resistí terminé enamorándome de ti, si no te lo dije fue porque seguía con miedo de que al saber que te amaba me dejaras, tenía miedo de que también jugaras conmigo. —Rukia se sinceró. —Y por la misma razón no te dije de mi venganza...

—Eso lo sé. —dijo interrumpiéndola, ya no necesitaba oir nada más. —Ahora lo sé, ahora comprendo lo que sufriste. Yo soy el que debo pedirte perdón. —dijo él. —Me ofusqué y no quise escucharte, de nuevo te lastimé. —Rukia negó con la cabeza y se abrazó a él.

No tenía casa buscar culpables ni ser orgullosos, pues la vida les había enseñado a Rukia e Ichigo que el rencor sólo trae dolor y desdicha, pero también que su amor era tan grande que era capaz de perdonar.

—Te amo. —dijo ella.

—Yo también te amo. —dijo él. Y con esas palabras supieron que ya todo estaba olvidado. — Y quiero pasar mi vida a tu lado.

—¿Qué? —preguntó extrañada, separándose de él para verlo a la cara.

—Rukia Shirayuki. —dijo Ichigo mostrándole el anillo de compromiso que sacó de su pantalón. —¿Te quieres casar conmigo?

—No. —contestó ella, Ichigo la miró consternado.

Los demás miraban incrédulos, ¿Cómo era posible que Rukia lo rechazara después de tanto dolor?, su mamá casi quería agarrarla a golpes, no podía creer que su hija fuera tan testaruda.

IOIOIOIOIOIO

Orihime estaba parada cerca de la recepción del hospital, estaba preocupada por la salud de Rukia.

—Está en el tercer piso. —dijo Ulquiorra acercándosele, ya había preguntado por Rukia a la enfermera de recepción.

—Vamos. —dijo ella apresurándose a ir hacia el elevador. —¿Cómo está? —preguntó con preocupación.

—Sigue inconsciente pero está estable, al parecer no tiene ningún daño físico. —le dijo mientras subían en el ascensor.

Cuando llegaron al tercer piso se apresuraron a llegar al cuarto de ella, se sorprendieron al ver a todos afuera, pero se alegraron al notar que Rukia estaba despierta y hablando con Ichigo, llegaron a tiempo para escuchar como él le pedía matrimonio.

—Rukia Shirayuki. —dijo Ichigo mostrándole el anillo de compromiso. —¿Te quieres casar conmigo?

No era el mejor lugar para pedir matrimonio, pero no podía esperar más, el dolor que había sentido al imaginarse perdiendo a Rukia en ese incendio sólo le había demostrado una cosa, sin ella ya no podría vivir; además en cierto modo fue en ese hospital donde comenzó su historia de amor. Rukia lo miraba fijamente, suspiró antes de contestar.

—No. —contestó ella, Ichigo la miró consternado.

Los demás miraban incrédulos, ¿Cómo era posible que Rukia lo rechazara después de tanto dolor?, Yoruichi casi quería agarrar a golpes a su hija, no podía ser tan testaruda.

—¿Qué?¿Por qué no? —preguntó Ichigo angustiado. —Si tú me amas.

—Sí. —respondió ella. —Yo te amo, pero no soy Rukia Shirayuki, soy Rukia Kuchiki. —le dijo ella con una sonrisa reconfortante.

Se prometió que esta sería la última vez que haría sufrir a Ichigo.

Todos suspiraron aliviados y comprendiendo la situación. Byakuya se sintió satisfecho y orgulloso. Y de hecho eso ya era verdad, al saber que ella era su hija inició los trámites para reconocerla como tal y darle su apellido, ya sólo faltaba que ella firmara unos documentos.

—Entonces, Rukia Kuchiki ¿Aceptas casarte conmigo? —volvió a preguntar Ichigo más confiado.

—Sí. —respondió ella extendiendo su mano para que él le colocara el anillo, después se abrazó fuertemente a su pecho. —te amo. —le susurró a Ichigo.

—¿Y no piensas oponerte a esa boda? —preguntó Urahara a Byakuya mientras veían la escena.

—Rukia rechazó dos veces a Kurosaki y aun así él le pidió matrimonio una tercera vez, con eso me basta para saber que ama a mi hija y que la hará feliz. —respondió Byakuya. Además estaba su nieto de por medio.

—Tienes razón. —comentó Urahara viendo como ellos seguían abrazados.

Después de eso llegó Ukitake y los regañó a todos porque estaban haciendo un espectáculo y además por dejar que Rukia estuviera fuera de la cama.

Ukitake, después de reprender a Rukia, la obligó a regresar a la cama y le colocó el suero, también le checó sus signos vitales. Una enfermera le extrajo sangre para comprobar los niveles de carboxihemoglobina, afortunadamente ella salió con los niveles bajos, tampoco el bebé estaba en riesgo.

Byakuya, Kaien y Urahara regresaron al hospital a trabajar, Yoruichi, Orihime y Ulquiorra esperaban afuera del cuarto de Rukia, pues dentro estaba Ichigo con ella.

Ichigo, sentado en una silla junto a ella, la tomaba de la mano.

—De ahora en adelante no tiene que haber secretos entre nosotros. —le dijo Ichigo. —ni mentiras.

—Y también tienes que prometer que me dejaras terminar mis oraciones. —comentó Rukia. —reconoce que muchas veces nos hemos peleado porque te vas sin escuchar todo lo que te quiero decir. —agregó divertida ante la cara de confusión de Ichigo.

—Tienes razón, lo prometo. —respondió Ichigo reconociendo sus errores.

—Pero yo aún tengo un secreto. —dijo Rukia seria y mirándolo a los ojos. —Te lo quise decir antes pero no encontré el momento adecuado.

—¿De qué se trata? —preguntó Ichigo preocupado.

Rukia suspiró y sonrió.

—Que vamos a ser padres. —le comentó alegre.

Ichigo se le quedó viendo sorprendido.

—¿Es verdad lo que dices? —cuando Rukia asintió, a Ichigo se le formó una enorme sonrisa y sus ojos brillaron con intensidad.

Enseguida se paró para abrazarla.

—Me has hecho el hombre más feliz del mundo. —le susurró al oído y luego se separó de ella para besarla.

Estaba rebosante de felicidad, de nuevo tenía junto a él a la mujer que amaba y muy pronto sería padre, no podía pedirle más a la vida. Pero la vida a veces suele ser muy generosa.

—No. —le dijo ella cuando dejaron de besarse. —tu eres el que me ha hecho feliz. —le comentó con una sonrisa y entre lágrimas. Él volvió a sentarse en la silla y ella tomó su mano. —Llegué a Karakura con odio, con sed de venganza, con resentimientos, pero tú me hiciste creer de nuevo en el amor. —le comentó con sinceridad. —Tú cambiaste mi vida.

Ichigo sonrió y se acercó para besarla otra vez.

Y aunque Rukia estaba triste por la muerte de Grimmjow, estaba tranquila, ya que por fin comenzaría una nueva etapa en su vida.

Durante los tres días que estuvo internada, ya que Byakuya e Ichigo no querían correr riesgos, ella tuvo la visita de todas las personas que la querían.

Soi Fong y Kiyone estuvieron platicando largas horas con ella, no sin antes reclamarle por tenerlas tan abandonadas, Orihime regresó todos los días a verla, llevándole cada día un dibujo de Kaoru, quien le mandaba a decir que la quería mucho.

Matsumoto también la fue a ver un par de veces, en una ocasión llevó a Toshiro con ella, fue cuando se enteró de que también él dejó su apellido falso y comenzó a usar el de su padre, pues estaba orgulloso de ser hijo de Jushiro por afrontar su enfermedad con entereza y ya no le importaba lo que pudieran decir las personas. Matsumoto aprovechó para comentarle sobre su boda, lo cual tomó por sorpresa a Rukia y más por enterarse de quien era el novio, Gin Ichimaru, uno de los hombres que conoció en el barco. Sí que el mundo era pequeño.

Senna y Kira igualmente fueron un par de veces y Momo la llamó por teléfono todos los días para saber cómo estaba, se alegró de saber que ya todo estaba arreglado entre Ichigo y Rukia. Rukia también se alegró de saber que Momo estaba bien, que no tenía ninguna complicación y que seguía feliz con Toshiro.

La familia Kurosaki también la fue a ver, Ichigo ya se había encargado de aclarar los malentendidos. Ellos estaban muy felices de saber que un nuevo miembro se uniría a la familia, pero una pequeña rivalidad nació entre Isshin y Byakuya por ocupar el puesto del mejor abuelo, claro que Isshin alegó que no era justo que Byakuya pasara más tiempo con el nieto, propuso mudarse a vivir a Karakura con Rukia e Ichigo pero inmediatamente el chico de cabello naranaja se encargó de destruirle sus ilusiones.

Por supuesto Yoruichi, Byakuya y Urahara estaban muy pendientes de ella.

Kaien fue sólo una vez, ya que estaba arreglando todo para su viaje, incluyendo el nuevo tutor de Rukia.

IOIOIOIOIOIO

Esa mañana acababan de dar de alta a Rukia, e Ichigo la acompañó a despedirse de alguien importante para ella y con quien ahora él también estaba agradecido.

Ella caminaba junto a Ichigo por los pasillos del cementerio, como era un día entre semana no había mucha gente. Sólo unas cuantas personas estaban frente a las tumbas de sus seres queridos colocando flores, limpiándolas o haciendo una oración. Rukia llevaba un ramo de flores blancas en una mano.

No había podido ir a su funeral ni a su sepelio por estar en el hospital, pero quería despedirse de él.

Mientras caminaba no pudo evitar recordar los momentos que vivió con Grimmjow, cuando lo vio por primera vez aquel día que la ayudó con Michiru y su grupo, cuando la esperaba a la salida de la universidad, siempre con su porte altivo y su sonrisa arrogante, aquella vez que le dijo que la amaba y que ahora sabía que no mintió, también aquella noche en el barco. Pero ahora los recuerdos no le provocaban rencor, sin embargo unas lágrimas de tristeza se hicieron presentes.

Le reconfortaba saber que él había cambiado y que murió tranquilo, pues cuando sus ojos se cerraron su rostro reflejó paz y serenidad.

Cuando llegaron frente a la tumba, que se encontraba bajo la sombra de un árbol de flores blancas, se sorprendieron de que estuviera rodeada de ramos de flores. Más tarde se enteraron por Nell, de que era porque muchas personas, a las que había salvado, habían ido a despedirlo y a agradecerle lo que hizo por ellas, incluidas algunas mujeres con las que había tenido algo que ver, pues él las había visitado para pedirles perdón.

Ichigo se quedó algunos pasos atrás y permaneció en silencio mientras ella se acercaba a la tumba.

—Gracias por todos los buenos y malos momentos que pasamos juntos. —susurró Rukia. —porque eso me hicieron ser lo que soy. Te puedo decir con sinceridad que no me arrepiento de haberte conocido. —Rukia metió una mano en la bolsa del pantalón y sacó el anillo en forma de estrella que él le había regalado y que ella había guardado en un cajón. —Ahora puedo decir que no te guardó rencor, ahora puedo aceptar que fuiste alguien muy querido para mí. —ella se agachó junto a la tumba. —Gracias por todo. —dijo colocando el anillo sobre la lápida, luego se puso de pie. Ichigo se acercó a ella y tomó su mano. —siempre te recordaré. —le susurró.

En ese momento una suave brisa agitó las ramas de los árboles haciendo que una pequeña lluvia de pétalos blancos cayera sobre los chicos.

Rukia miró hacia el cielo y sonrió, estaba segura que Grimmjow, donde sea que estuviera, también estaba feliz.

Luego los dos salieron del cementerio, todavía tenían que llegar a otro lugar.

IOIOIOIOIOIO

Rukia e Ichigo corrían por los pasillos del aeropuerto pues Kaien estaba a punto de abordar su avión. Afortunadamente todavía lo encontraron en la sala de espera.

—Rukia, Ichigo ¿qué hacen aquí? —preguntó el moreno de ojos verdes sorprendido.

—No podíamos dejar que te fueras sin despedirte de nosotros. —respondió Rukia con una sonrisa.

Ichigo abrazó a su primo y luego estrecharon las manos.

— Cuídate. —dijo el chico de cabello naranja. Él asintió.

—Adiós sirena. —dijo Kaien melancólico.

—Hasta luego. —corrigió ella mientras lo abrazaba. —Te extrañaré. —le dijo ella cuando se separaron.

Él se había convertido en alguien importante, era un muy buen amigo y estaba agradecida con él por todo lo que hizo por ella.

—Yo también. —dijo Kaien. —pero me voy tranquilo sabiendo que Ichigo estará contigo. —le dijo con una sonrisa.

Él la seguía queriendo, pero ya había aceptado el hecho de que la felicidad de ella estaba al lado de su primo y eso lo tranquilizaba, pues sólo quería que ella fuera feliz, sólo quería verla sonreir de nuevo.

El vuelo de Kaien fue anunciado por el altavoz.

—Ya tengo que irme. —comentó Kaien. —Pero volveré cuando nazca mi sobrino o sobrina. —les dijo con una sonrisa. —Ichigo mas te vale que la cuides y la hagas feliz o cuando regrese te moleré a golpes. —le dijo a su primo.

—No te preocupes por eso. —le respondió Ichigo.

Luego Kaien se despidió con la mano, tomó sus maletas y caminó hacia la puerta de abordaje.

Kaien tenía un buen presentimiento, tenía esperanzas que en México encontraría cosas buenas.

IOIOIOIOIOIO

Mes y medio después.

Rukia e Ichigo ya tenían una semana de casados, aunque tuvieron poco tiempo, Masaki y Yoruichi organizaron una bonita y elegante boda.

Todos sus amigos y familiares asistieron, excepto Kaien ya que estaba muy ocupado en México impartiendo conferencias en distintos centros médicos y no había podido regresar a Karakura.

No fueron de luna de miel ya que ambos tenían mucho trabajo en el hospital y Rukia seguía haciendo su especialidad y ya no quería perder más días.

En este momento los dos esperaban sentados afuera del consultorio de Unohana, pues era la ginecóloga de Rukia a petición de Byakuya que sólo confiaba en ella. Rukia movía nerviosamente una pierna mientras se cruzaba de brazos, él le puso una mano sobre su pierna en señal de apoyo, aunque no lo reflejaba también estaba nervioso.

Una enfermera salió para avisarles que ya podían pasar, ellos se pusieron de pie y entraron al consultorio.

Unohana esperaba detrás del escritorio, los saludó con una sonrisa y los invitó a tomar asiento. Le tomó los datos generales a Rukia y después le indicó que pasara a la mesa de exploración para empezar con el chequeo.

—¿Y cómo te has sentido? —preguntó Unohana mientras la futura mamá se subía al mueble, Ichigo se colocó junto a ella.

—Ya han disminuido las náuseas. —comentó Rukia.

Unohana realizó las preguntas de rutina y luego procedió a descubrirle su vientre, que lucía un poco más abultado de lo normal para el tiempo de embarazo que tenía. Ichigo lo notó pero prefirió no hacer comentarios esta vez, días antes lo había insinuado y Rukia se pasó cerca de media hora recriminándole su falta de sensibilidad ante su estado.

Después de ponerle el gel, Unohana tomó el transductor y prendió el aparato de ultrasonido, en ese momento Ichigo y Rukia se pusieron nerviosos, pues estaban a punto de conocer a su hijo. Tenían sentimientos encontrados, por una parte estaban felices, pues lo esperaban con ansias y aunque era muy pronto ya imaginaban cómo sería, había noches que se la pasaban platicando sobre él o ella, de como lo nombrarían, como lo educarían, de como sería, a veces no coincidían en sus gustos, ella queria niña, él quería niño; ella lo quería de ojos miel, él de violetas… pero siempre, siempre coincidían en una cosa: sería el bebé más deseado y amado del mundo.

Pero también tenían el característico miedo de los futuros padres, ¿Su hijo estaría sano? ¿Se estaría desarrollando adecuadamente? ¿Habría alguna complicación? ¿Qué tal si venía con el cordón enredado en su cuello?, aunque siempre se respondían que no importaba lo que ocurriera, siempre lo enfrentarían juntos.

—Aquí vamos. —dijo Unohana y comenzó a rodar el transductor por el vientre de la chica hasta que dio con lo que buscaba, inmediatamente se sorprendió por lo que vio.

—Doctora ¿eso es lo que creo que es? —preguntó Rukia intrigada, Ichigo se frotó los ojos, tampoco creía lo que veía.

—Sí. —respondió Unohana. —creo que tendrán muchas horas de desvelo. —comentó con una sonrisa. —¡Felicidades!

No necesito explicar mucho, ya que por los conocimientos de Ichigo y Rukia podían interpretar perfectamente la imagen de la pantalla.

Ichigo se desmayó de la impresión y Rukia comenzó a llorar de felicidad y también con algo de preocupación. Un par de minutos después y ya más tranquilos, los futuros papás disfrutaron de ver que sus hijos, que ahora se veían tan pequeñitos, se estaban desarrollando bien, aunque por su condición eran más pequeños que la mayoría, podían apreciar sus manitas y pies bien formaditos, también escuchaban los latidos de sus pequeños corazones.

Rukia e Ichigo estaban conmovidos y sentían una inmensa alegría. Unohana terminó la revisión y les dio la grabación del ultrasonido, posteriormente programó con Rukia la fecha para su cesárea, pues por su embarazo múltiple no podía ser parto natural.

Los felices, y algo preocupados, futuros padres, salieron del consultorio y llamaron a sus familiares para darles la buena noticia. Después regresaron a su trabajo.

IOIOIOIOIOIO

Varios meses después.

Era una mañana tranquila de domingo, afortunadamente ese día Rukia no tenía que ir al hospital, sin embargo no se podía dar el lujo de dormir de más.

Rukia abrió los ojos pesadamente cuando escuchó la alarma sonar, rápidamente la apagó para que el ruido no fuera a despertar a sus pequeños. Antes no necesitaba de alarma, pero ahora tenía más sueño de lo habitual por tanto desvelo, afortunadamente su esposo la ayudaba bastante con los cuidados de sus hijos.

Se volteó del lado contrario para despertar a Ichigo, pero él no estaba junto a ella. Rukia se sentó en la cama.

Anteriormente eso hubiera bastado para que se pusiera a llorar por sentirse abandonada, pero gracias a Ichigo hace mucho tiempo que ya ese miedo se había ido, y claro está, también las terapias a las que fue le sirvieron de mucho.

Ella decidió ir a terapia para superar los sentimientos de culpa y miedo que tenía, y para perdonarse por aquellas ideas desagradables que tuvo. También Ichigo fue por un tiempo, pues ella le comentó que los celos en gran escala no eran buenos y que era mejor prevenir que lamentar. Y ahora sí podía decir con seguridad que los fantasmas del pasado por fin estaban en paz.

Rukia volteó hacia el sofá que estaba del lado derecho de la cama y sonrió al ver a Ichigo durmiendo en él y sobre su pecho al pequeño Isshin que también dormía. Seguramente en algún punto de la noche se había levantado a darle el biberón y como ella estaba tan cansada no lo notó.

Se levantó de la cama y se acercó a Ichigo, tiernamente acarició su cabello y luego con cuidado tomó al pequeño Isshin y lo llevó hasta la cuna, en donde le dio un beso a cada uno de sus hijos.

Los contempló dormir con adoración. El tenerlos con ella era una gran bendición.

—Los amo. —les susurró. Los bebés se estiraron un poco, pero siguieron durmiendo arrullados por la suave voz de su madre. Luego Rukia se fue a sentar frente al escritorio que estaba en un rincón de la habitación.

Tomó el álbum de fotos que estaba sobre él, y que apenas el día anterior había terminado de armar, para luego ver las fotografías.

Las primeras fotos que tenía el álbum eran las que se había tomado con su papá en diferentes ocasiones que habían salido en familia antes de casarse con Ichigo. Sonrió al recordar esos bellos momentos.

Luego paso a las de su boda con Ichigo, sonreía cada vez que miraba una foto. Aunque fuera un poco arrogante de su parte, pensó que se veían muy bien ese día, pues reflejaban lo enamorados que estaban.

Después pasó a las fotos de la boda de sus padres, jamás se imaginó que se casaría antes que ellos, pero estaba feliz de verlos tan enamorados. Acarició con amor la foto en la que salían Byakuya y Urahara solamente, los dos se veían tan distinguidos y guapos. Agradecía tener con ella a esas dos personas maravillosas que tanto habían hecho por ella y que a pesar de todo seguían siendo grandes amigos.

Luego siguieron las fotos de la boda de Orihime y Ulquiorra, ella se veía tan hermosa y radiante ese día y él muy guapo, Rukia sabía que estaba contento aunque casi no sonriera.

—Qué lindo. —exclamó Rukia con alegría al ver a Kaoru con su trajecito blanco y llevando la cola del vestido de su mamá.

Después se rió al ver la foto donde salía Isshin con una sonrisa de oreja a oreja y haciendo la señal de victoria por enterarse de que uno de sus nietos llevaría su nombre, y atrás de él estaba Byakuya con los brazos cruzados y semblante serio. Lo bueno fue que pudieron contentarlo después.

Luego fue el turno a las fotos de sus hijos, desde el embarazo hasta las de los tres meses que acababan de cumplir. Esas fotos le recordaron con que emoción esperaba el nacimiento de ellos y como cada día con amor los veía crecer dentro de ella, frente al espejo.

— ¿Qué haces? —pregunto Ichigo junto a ella mientras se estiraba y bostezaba un poco.

—Recordando. —dijo Rukia mirando las fotos que ahora eran de Kaien y sus múltiples visitas a varios lugares de México aprovechando su tiempo libre.

Luego de sonreír, cerró el álbum.

—Te faltan pegar estas. —dijo Ichigo entregándole dos foto en la que salían Kaien y una chica de cabello negro delante de las pirámides del Sol y la Luna, sabían que se llamaban así por lo que les había contado Kaien en la carta que les envió un par de semanas atrás. —Hay que comenzar a arreglarnos para la fiesta. —comentó Ichigo.

—Sí. —respondió Rukia mientras miraba la foto.

En ese momento los pequeños comenzaron a llorar reclamando alimento, así que Rukia dejó la foto a un costado del álbum y fue con sus pequeños para alimentarlos.

Dos horas después Rukia terminaba de arreglar a sus hijos para ir a la fiesta de bienvenida de Kaien, pues llegaría ese día. Ya había terminado de impartir las conferencias y los cursos en México y regresaba a trabajar al hospital general de Karakura. Cuando se lo había comunicado en la última carta, se puso de acuerdo con Masaki para organizarle una fiesta sorpresa.

Ichigo salió del baño ya arreglado, a la par que el timbre de la casa sonaba.

—Yo abro. —dijo el chico y salió de la recámara.

Eran Yoruichi y Byakuya, quienes subieron con Ichigo a la recámara para ver a sus nietos. Después de conversar un poco y de que Rukia terminara de alistarse, decidieron que ya era hora de ir al salón donde sería la fiesta para Kaien.

—Me llevo al pequeño Ginrei. —dijo Byakuya alzando entre sus brazos al primogénito, por un minuto, de cabello naranja y ojos violetas.

—Papá. —mencionó Rukia con reproche. —Sabes que ese no es su nombre.

—Pues Grimmjow no me parece un nombre adecuado. —comentó serio. — ¿Qué responderás cuando pregunte porque se llama así?

—Diremos que lleva el nombre de un gran hombre, que aunque cometió errores tuvo el valor de corregirlos. —intervino Ichigo, quien se acercó a Rukia y la abrazó por los hombros.

—Y que además de salvar la vida de su madre y de él mismo, también hizo posible que sus padres se conocieran. —señaló Rukia.

Byakuya sólo suspiró y se dio la media vuelta para salir de la habitación con su nieto en brazos, pensando que quizá Grimmjow no era tan mal nombre después de todo.

—Entonces yo me llevó a Isshin. —dijo Yoruichi sonriente cargando al segundo hijo, de los mismos rasgos físicos que su hermano. —Los esperamos en el carro. —Luego también salió de la habitación.

—Nuestros hijos tienen suerte de tener grandes abuelos. —dijo Rukia mientras miraba hacia la puerta. No lo decía sólo por sus papás, sino también por los papás de Ichigo, que estaban muy pendientes de ellos.

—Pero no tanta como tengo yo por tenerte a ti y a ellos. —comentó Ichigo, su esposa lo miró alegre, luego se besaron con amor, pero fueron interrumpidos por un fuerte llanto.

—Hana reclama atención. —dijo Rukia divertida mirando como su hija, también de cabello naranja y ojos violetas y nombrada así en honor a su tía Hisana, se removía en la cuna.

Cuando vieron en el primer ultrasonido que Rukia esperaba trillizos se habían preocupado y asustado un poco, más bien bastante por todo lo que eso implicaba, pero ahora que los tenían con ellos, realmente los disfrutaban mucho, además siempre podían contar con la ayuda de los abuelos.

Ichigo cargó a la pequeña Hana entre sus brazos, inmediatamente ella dejó de llorar y le sonrió, Ichigo la besó en la frente y luego tomado de la mano de Rukia, salió de la habitación para reunirse con los demás.

IOIOIOIOIOIO

Cuando ellos llegaron a la fiesta ya todos los invitados estaban ahí, de hecho Kaien ya había llegado.

—Esto no hubiera pasado si fueras más cuidadoso. —Byakuya regañó a su yerno mientras entraban al salón, pues a él no le gustaba llegar tarde.

Ichigo no contestó, a cualquiera se le pudo haber olvidado subir las pañaleras y los portabebés al carro y más cuando tenía que hacer biberones para tres, pues Rukia no se daba abasto para alimentar a los niños, y escuchar el llanto de sus hijos al mismo tiempo.

Y por ese descuido tuvieron que regresar a la casa cuando ya iban a más de medio camino.

—Sirena, Ichigo, que gusto volverlos a ver. —exclamó Kaien cuando los vio y se acercó a ellos.

Luego de los abrazos y palabras de bienvenida, Kaien se apresuró a cargar a cada uno de sus sobrinos y elogiarlos por lo hermosos y grandes que estaban.

—Kaien. —dijo con timidez una chica detrás suyo. Él volteó a verla y tomándola de la mano la colocó junto a él.

—Les quiero presentar a Miyako. —les dijo a la pareja. —Mi novia, la conocí en México durante los cursos que impartía. —les comentó.

—Mucho gusto. —respondieron Ichigo y Rukia estrechando su mano. Kaien y Miyako siguieron platicando con ellos por un rato y luego se fueron.

Miyako era una mujer muy dulce, amable e inteligente, por lo que congenió bien con la familia de Kaien y con él.

— ("Y como dice el dicho la tercera es la vencida"). —pensó Kaien mientras besaba a su novia, de la cual no dudaba que se podría llegar a enamorar profundamente y sabía que ella de él también. Mentiría si dijera que ya había olvidado a Rukia, y eso lo sabía Miyako, pero los dos estaban dispuestos a darle una oportunidad a su relación.

IOIOIOIOIOIOIO

Orihime y Ulquiorra estaban sentados en la mesa, frente a Ichigo y Rukia. Kaoru estaba viendo a los trillizos, muy emocionado por ver que eran iguales.

—Kaoru se ve muy emocionado. —comentó Ulquiorra. — ¿Tú crees que quiera un hermanito?

Orihime lo volteó a ver seria y preocupada. Ella todavía no quería tener otro hijo, pues acababa de recuperar a Kaoru y quería disfrutar más tiempo con él, y eso sería un problema si Ulquiorra ya quisiera ser padre de nuevo.

— ¿Tú quieres tener otro hijo? —preguntó ella con temor.

—Claro que me gustaría tener otro hijo contigo. —respondió Ulquiorra. —Eso me haría muy feliz, pero creo que no es el momento. Kaoru todavía es pequeño y necesita atención, además quiero recuperar el tiempo perdido con él y contigo. —le dijo a Orihime, quien le sonrió dándole a entender que estaba de acuerdo.

Ulquiorra se acercó a ella y la besó. Definitivamente eran una familia feliz.

Kaoru tomaba la pequeña mano de Hana mientras la veía.

—Hana es muy bonita ¿verdad? —le preguntó Rukia, quien cargaba a la niña. Ichigo cargaba a Grimmjow e Isshin que miraban atentos todo a su alrededor.

—Sí. —respondió Kaoru sonriéndole a la niña, que también le sonreía y le tocaba sus mejillas con su manita. —Me casaré con ella de grande. —soltó de improviso. Rukia rió por las ocurrencias de Kaoru. —iré a decirle a mi mamá y mi papá. —dijo Kaoru y se fue corriendo con sus papás, siendo cargado inmediatamente por Ulquiorra. Orihime y Rukia intercambiaron sonrisas, no les parecía mala la idea de ser consuegras.

—Ustedes me ayudaran a vigilar a su hermana y a espantarle a los novios. —les dijo Ichigo a sus pequeños, que sólo hicieron pequeños balbuceos. — ¿qué? —preguntó al ver que Rukia lo miraba con reproche.

—Tú no cambias. —dijo ella sonriendo.

Después se acercaron Senna y Kira a saludarlos, ellos se veían muy felices. Los papás de ella seguían igual, pero ahora Kira se encargaba de alejarla de la soledad y tristeza.

—Por cierto, felicidades. —les comentó Ichigo antes de que se fueran. — ¿Qué no saben que el video de su declaración es de los diez más vistos? —les preguntó ante su cara de confusión.

—Fue muy romántica de hecho. —agregó Rukia con una sonrisa. Senna y Kira se pusieron rojos de la vergüenza.

—Con razón las miradas de todos. —murmuró Senna mientras regresaba a su mesa de la mano de su novio.

Malvadas redes sociales….pensaron los dos.

IOIOIOIOIOIO

En una mesa aparte platicaban amenamente Ukitake, Unohana, Masaki, Isshin, Byakuya, Yoruichi, Urahara, Kyoraku y Nanao, quien aceptó a Kyoraku al ver que él cumplió su promesa de dejar la bebida.

Urahara se levantó de la mesa pues quería ver como estaban sus sobrinos en el salón de junto, donde se llevaba a cabo una convención de anime y manga.

Mientras atravesaba el salón, sonrió al ver a Ishida bailando muy contento con su novia.

Aunque Ryuken le había propuesto a su hijo volver a su despacho, Uryu prefirió quedarse a trabajar en el hospital, pero esta vez como el abogado encargado de las cuestiones legales del hospital, eso incluía un mejor puesto y salario. Byakuya y Urahara se alegraron de su decisión, pues él era un elemento indispensable.

Pero Uryu no estaba bien solamente en el ámbito laboral, si no en el personal también, pues ya tenía mes y medio de relación con Yoshino, ella había conseguido sanar sus heridas.

Mientras se acercaba a la puerta, un niño disfrazado de Goku chocó con él.

—Perdone. — se disculpó el niño de casi ocho años, de cabello negro.

—No hay problema. —le sonrió Kisuke. —¿Estas perdido? —preguntó con curiosidad.

—Vengo a la convención pero creo que me equivoque de salón. —dijo el niño viendo el salón.

—Espero que mi hijo no lo haya molestado. —escuchó una dulce voz. Cuando el rubio alzó la vista se dio cuenta que era una mujer delgada, de aspecto alegre y de cabello largo y púrpura.

—Claro que no. —respondió Urahara. —de hecho le estaba por decir que también voy para la convención a ver a mis sobrinos y que si quería lo acompañaba.

—Gracias. —le dijo con una sonrisa la chica por su amabilidad. —Soy Kirio Hikifune. —le dijo extendiéndole la mano.

—Kisuke Urahara. —dijo el rubio mientras estrechaba su mano. —Ese peinado le ha de haber costado trabajo. —comentó mientras los acompañaba a la convención y tocaba el cabello parado del niño, que sólo sonrió.

Ellos, junto con Ginta y Ururu, se quedaron a observar el concurso de baile de K-pop.

Tanto Urahara como Kirio aprendieron, no ese día, no en un mes, pero si con el tiempo, que para el amor no había edad, y que siempre había una segunda oportunidad para amar.

IOIOIOIOIOIO

En la noche Rukia e Ichigo recostaron a Grimmjow, Isshin y Hana en su cuna y se quedaron de pie mirando como dormían tranquilos. Rukia se recargó sobre Ichigo y él la rodeó por la cintura con su brazo.

—Son tan hermosos. —comentó Rukia.

—Salieron a la mamá. —dijo Ichigo dándole un beso en la mejilla.

Isshin comenzó a removerse en la cuna y a sollozar, el pequeño Grimm y Hana no quisieron quedarse atrás y también dejaron notar que poseían fuertes pulmones.

Si no hacían algo para tranquilizarlos ahora, lo más seguro era que Rukia y él no podrían dormir en toda la noche. Así que Ichigo comenzó a cantarles.

Duérmete pronto mi amor que la noche ya llegó, cierra tus ojos que yo de tus sueños cuidaré. Siempre a tu lado estaré, y tu guardián yo seré, toda la vida.—su voz era tranquilizadora, los niños lentamente empezaron a relajarse y dejar de llorar. —Esta noche te prometo que no vendrán, ni dragones ni fantasmas a molestar, y en la puerta de tus sueños yo voy a estar hasta que tus ojos vuelvan a abrir. —los bebés vieron a su papá y poco a poco fueron cerrando sus ojitos. — Duérmete mi amor, sueña con mi voz, duérmete mi amor hasta que salga el sol, duérmete mi amor sueña con mi voz, duérmete mi amor que aquí estaré yo...*

Ichigo terminó de cantarles y sus pequeños volvieron a dormir, Rukia miraba la escena conmovida. Amaba la forma en que Ichigo demostraba el amor por sus hijos, en verdad él era un gran padre. Pero ella también tenía un gran padre, uno que nunca dejó de luchar por ella y que siempre estaba cuidándola y amándola. Sonrió ante su pensamiento.

— Les prometo que siempre los cuidaré. —les susurró Ichigo mientras los arropaba con las sabanas. —Se han dormido. —le dijo a Rukia sin ocultar su sorpresa.

—Claro, porque ellos saben que siempre cumples tus promesas. —le dijo ella sonriendo. —Igual que yo.

Rukia se acercó más a él y se alzó de puntitas para besarlo, Ichigo profundizó más el beso. A ella llegó un recuerdo.

"―Escúchame Rukia Shirayuki. ―le dijo Ichigo viéndola a los ojos y con determinación. ―Haré que te enamores de mí. ―le dijo con una enorme sonrisa. ―Haré que te olvides del pasado y que sonrías de nuevo."**

Y aquella promesa hecha por Ichigo una tarde lluviosa, se hizo realidad, pues había logrado darle calidez a su frío y maltratado corazón, le había hecho creer nuevamente en el amor, en el amor que él le ofrecía; y ahora estaba muy enamorada y era dichosa, y confiaba en que siempre sería así.

FIN.


—*Canción "Tu guardián" de Juanes.

—** Palabras que le dijo Ichigo en el capítulo ocho.

—Espero no los haya decepcionado el final, siempre me cuesta trabajo escribir el último capítulo y sobre todo que esta vez no quería finalizarlo en boda, ya he terminado dos así.

—Aunque se dice que los trillizos nacen cuando se han sometido a un tratamiento de fertilidad, ha ocurrido algunos casos donde no ha sido así.


Muchas gracias de verdad por dedicarle un tiempo a leer la historia, y por sus comentarios que me han animado mucho y han ayudado a darle forma al fic, ya que conforme comentaban o sugerían cosas fui cambiando el rumbo de la historia. Así que este fic también es en parte suyo.

Espero leerlos en alguno de mis futuros proyectos.

Saludos y que estén bien.