Primero que nada, ¡Feliz Año Nuevo 2014!

(Tenemos lo que queda de este mes para celebrarlo xD!)

Pido disculpas por todo este tiempo que ha pasado sin actualizar, estaba entre la uni, libros y vida social xD De hecho la trama del cap ya la tenía escrita, sólo quería añadirle más diálogos y escenas.

Quiero agradecerles por todos sus Reviews, Alertas y Favs! :) Y de antemano escribo que no abandonaré este fic, me gusta demasiado Vocaloid cómo para dejarlo. Eso sí, os pido paciencia porque ésta podría decirse que es la primera historia en donde me estoy esforzando bastante en cuánto a la narración. Me gustan las historias entretenidas, originales y que te atrapen al momento de leer: Ésta no será la excepción.

Sin más nada que decir, disfruten el capi y recuerdes que todas sus sugerencias/ideas/comentarios serán más que bienvenidos ;)

Keep Writing!


Respuesta a RR anónimos:

Emi:Hola, Emi! Un poco tarde, pero acá el capi! :3 Espero lo disfrutes, feliz año!

Marilinn: Hola! :D Quisiera agradecerte por tu review, saber que la historia te puede atrapar me da motivo para seguir esforzándome en la narración :) Tendremos intensas emociones durante los próximos capis, soy muy visionaria (?) xD Jaja es que la historia la imagino repetidas veces en mi mente :3 Podemos leer que nadie de acá es perfecto y que a veces es necesario resaltar ciertos defectos para sacar a flote nuestras auténticas virtudes. Amo demasiado la franquicia Vocaloid cómo para abandonarlo, así tarde lo que tarde lo culminaré para seguir escribiendo más :B Nuevamente te agradezco por comentar, disfruta el capi y feliz año!;3

leen: Hey! Gracias por escribir, espero que estés pasando un buen comienzo de año! :P No lo dejo abandonado x_x Sólo que me estoy esforzando con esta historia en cuánto a la parte de narración, no pienso abandonar esta historia hasta que leamos "Fin" x3 Disfruta el capi!

hollie: Hola! Espero que hayas tenido unas agradables fiestas! Muchísimas gracias por leer y comentar, y claro que no puedo dejar la historia así, por supuesto que voy a continuarla! ;3 A medida que escribo esta historia estoy dando lo mejor de mí para seguir mejorando la narración, me alegra que se esté viendo el resultado :) Saludos y disfruta el capi!

Lennon: Sugerencia leída y escuchada, en este capi leeremos un poco más a fondo sobre sus sentimientos. Me está gustando escribir sobre los Vocaloids en general y supongo que durante ese proceso olvidé narrar una parte esencial de la historia, te agradezco por tu comentario :3 Espero que disfrutes la conti y ya nos leeremos más adelante! ;)


A VOCALOID´S LOVE STORY

Summary: Luka debió saber desde el comienzo que Miku sólo le traería problemas. Y es que enamorarse de una Diva en Potencia, no estaba en sus planes.

DISCLAIMER: Ninguno de los Personajes que se verán en éste Fanfic (A excepción de Kori), son míos. Los diseños y parte de las personalidades "canon" hay que agradecérselos a KEI, Caffein, Hioka Smith y sobretodo, a Yamaha y a la Crypton Future Media.

ADVERTENCIAS: Escenas subidas ligeramente de tono. Yaoi. Palabras algo vulgares, lo normal.


Cap. 9 Tokio

Visitar los Karaokes y las amplias calles de Tokio todas las noches, era algo que a Megurine Luka le hubiese gustado hacer en estos momentos...

Si tan sólo pudiera.

Pero no. Por el contrario, tenía que permanecer en esta celebración de inicio (O lo que fuera, según su criterio), y continuar fingiendo estar de buen humor, o al menos de uno tolerable. Su vista estaba posada en los jardines, admirándolos. No recordaba cuántas horas tenía ya parada, observando el mismo paisaje que había visto antes que ella se fuera. Suspiró, tocando con cuidado el cristal con la yema de sus dedos. Se odió un poco al ver su reflejo, que luchaba con las constantes ganas de llorar. "No más, por favor, no más" —Se reprendió a si misma, no podía darse el lujo de perder el control de sus emociones en esta habitación. No ahora, cumpliría con su deber de haber "disfrutado" la fiesta y luego se encerraría en su recamara por unos cuantos días. Sí, eso sonaba muy tentador.

La fiesta a su juicio, estaba increíble. Casi todos los Vocaloids estaban reunidos, había suficiente comida y licor por todas partes. Vio cómo la mayoría de los presentes vitorearon contentos y algunos continuaban sus bailes cuando la canción "Don´t Touch" interpretada por la americana Ashley Tisdale inundó el lugar. Pero lo más maravilloso para Akita Neru, era que la odiosa víbora de Hatsune Miku estaba bien lejos de donde se encontraban.

Sus ojos volvieron a la figura imponente de Megurine Luka. Ésta lucía un vestido negro tan corto y atrevido junto con esas largas botas doradas, dejando a la vista esas maravillosas piernas torneadas... Neru se mordió el labio. Sintió a su corazón acelerarse, ¿Estaba mal sentirse atraída por primera vez hacia una chica?

Haciendo memoria hace algunos años atrás, Neru había caído en las redes del amor al fijarse en el que fue su antiguo compañero de clases, Kagamine Len. Debido a ello con rapidez se había ganado el odio definitivo de la rubia Rin y un par de años más tarde, el de la Hatsune por dicho motivo. Era un triángulo amoroso extraño, se recordó. Igual había sido divertido ver a ese par pelearse por la atención del chico. Pero la batalla se había perdido cuando Miku se declaró oficialmente homosexual en la Crypton Company, dejando el camino libre a Rin para con el chico. Ahí fue donde el odio de Neru se había intensificado, había esperado que al menos la amistad entre ambas se quebrara; pero su amargura aumentó al presenciar que dicho acontecimiento sólo la había intensificado.

Aunque basta de desagradables recuerdos, se dijo. Ingirió un sorbo más de su cerveza y caminó animada para poder ayudar a su nueva mejor amiga, de la cuál sabía que le atraían las chicas y que había sido la novia de la Vocaloid Lily en el pasado. Se regocijó al recordar en ocasiones, las grandes ventajas de ser invisible para con los demás.

Neru se detuvo al contemplar su bien curvilínea espalda y carraspeó hasta llamar su atención. A medias.

— La ventana no se moverá de su lugar. El paisaje puede esperar, Luka-san. —Saboreó el poder llamarle por su nombre de pila. Le hacía sentir de alguna manera más cercana a ella.

Megurine se giró para verla. La rubia vestía un jean apretado color negro, una blusa amarilla floreada y sandalias del mismo color. Sonrió, un poco más animada al contemplara.

— Te ves hermosa, Neru.

La mencionada sin poder evitarlo, se sonrojó con fuerza.

— G-gracias, Luka. L-lo mismo digo. Te ves increíble con ese vestido. —Murmuró con esfuerzo. Trataba en lo posible por mantener la compostura junto a ella. Sin embargo, al estar en su presencia sentía a su cerebro derretirse y no podía pensar con claridad.

La mayor le sonrió, tal vez un poco más coqueta de lo usual. Observó a su alrededor a todos sus compañeros disfrutando de su propia fiesta, ¿Por qué ella no?, ya era momento de apartar los últimos acontecimientos de su mente y desconectarse de manera emocional. Decidió repentinamente mandar al carajo todas sus preocupaciones. Actuaría cómo lo que es, una persona madura y descarada. No había nacido para que de repente una chiquilla inmadura de 16 años le dominara, todo al contrario. Megurine Luka jugaría con sus propias reglas.

— ¿Bailamos? —Le sugirió a su compañera extendiendo su mano con delicadeza.

Los ojos de Neru brillaron más de lo normal.


Sweet Ann se reía ligeramente cuando terminó de bailar. Después que Miku partiera, todos los presentes terminaron con rapidez los preparativos para la celebración de Luka a esta vivienda. Pero en realidad los demás lo veían cómo un buen pretexto para poder reunirse. Los Vocaloids eran sin duda, amantes de las fiestas y diversión. Usó su mano para simular abanicarse con rapidez, permitiendo al cansancio apoderarse de su cuerpo. Había bailado siete canciones seguidas, pero su humor igual se mantenía en las nubes.

Se sentó jadeando en un cojín morado ubicado en el suelo de color caoba. Vestía un traje-corsé negro lolita con encajes, medias blancas que le cubrían toda la pierna y zapatos negros de colegiala. Cruzó sus piernas a lo indio y se recostó cómodamente en la pared, suspirando con alegría. No eran ni las 10pm y la fiesta apenas comenzaba. Volteó a su derecha y se percató de la casi desapercibida presencia de Haku Yowane quién se servía alegremente sake en su copa, sabía Dios cuántos tragos ya iban.

Sus ojos se encontraron.

— ¿La estás pasando bien, Haku-chan?

— Con alcohol incluido en una celebración resulta casi imposible no hacerlo. —Replicó ésta ingiriendo un sorbo. Ann sonrió complacida. — ¿Ya te cansaste de bailar?, a propósito, ¿Cómo es que se llama tu novia? Inquirió moviendo su dedo índice—. Creo que se parece mucho a Megurine-san. —Comentó con cierta timidez. Sin embargo, para Haku el alcohol era el detonante perfecto para ponerla más alerta, coqueta y parlanchina. El alcohol le permitía todo lo que ella quería ser.

Ann sonrió con cierta tristeza, no dejando que sus sentimientos la dominaran.

— No es mi novia. Y el nombre de la chica que dices es Aria. — Tras una tensa pausa, agregó:— Sin embargo, ahora que lo mencionas... Creo que tienes razón. El parecido es sorprendente. —Murmuró un poco aturdida mientras le echaba un vistazo rápido a la peli-rosa, entornó los ojos. — Oh por Kamisama... ¿Aquella es Neru?! creí que Megurine tenía más gusto a la hora de bailar. —Arrugó la nariz cómo gesto de desagrado.

Haku al ver la escena y el semblante de su compañera, se carcajeó por la situación, emitiendo un hermoso sonido. Ann sorprendida por el sonido de su voz, no se dio cuenta quién las observaba hasta haber escuchado unos pasos a su espalda.

— Veo que la están pasando bien. —Comentó Dell Honne vestido todo de cuero negro, caminando hacia ellas. Le dio una última calada a su cigarro para poder sentarse al lado de la platinada.

— ¡Deru! —Exclamó ésta,olvidándose de todo para poder lanzarse a sus brazos. El joven hizo lo posible por controlarle su animado entusiasmo, pero todo se vino abajo cuando Haku comenzó a lamer y mordisquear su cuello.

— Quieta, Haku ¡Aquí no! —Le susurró tratando de mantener un tono molesto. Pero los insistentes lametones de su hermana lo hacían sentir tan... bien. Sin darse cuenta había arqueado un poco su cuello para darle más acceso.

Ann se carcajeó sorprendida al verlos.

— Es admirable tu fuerza de voluntad, ¿Eh, Deru? —Se mofó del tierno apodo que al parecer la albina le profesaba.

Honne hizo un sonido que pareció un gruñido estrangulado.

— Cállate. —Le espetó con dureza. Sin poder evitarlo, sus mejillas comenzaron a colorearse. Cerró los ojos, rindiéndose al asalto para que luego sus labios buscaran los de ella, besándola con pasión. Haku gimió y se terminó de sentar en sus piernas, meciendo sensualmente sus sexos.

Sweet Ann perturbada, sin poderlo evitar comenzaba a excitarse terriblemente con sólo verlos.

— Necesito un buen polvo. Y rápido. —Aspiró entre dientes, incorporándose con rapidez. Caminó unos cuántos pasos y se detuvo curiosa mientras volteaba su rostro, observando cómo Dell le embestía por encima de la ropa...


La rítmica música seguía con la canción de "All around the world" interpretada por Justin Bieber. La animada lolita Mayu chilló de felicidad. Le hizo un gesto de aprobación a Nico Douga por cumplirle su petición empezando a cantar y danzar con su vestido victoriano negro azulado de encajes blanco de alta costura. A sus 15 años de edad, era una de las primeras Vocaloids V3 que ya comenzaba a vivir en la sede central de la Crypton Company, en Tokio. Carismática y misteriosa, Miyu logró obtener el afecto y la apreciación de muchos músicos y compañeros de canto. Había ganado limpiamente su ingreso musical con su talento y los votos efectuados en una encuesta oficial. Cuando ganó, aún no se lo podía creer e incluso, había logrado una de sus metas el haber conocido a Hatsune Miku en persona. Pese a no verla con tanta frecuencia cómo le gustaría, eran amigas y compartían una cariñosa rivalidad.

La bien simpática Meiko tomaba con cierto apuro una Honey Beer. Nada mejor que alcohol, sexo y fiestas para poder desquitarse un poco del stress diario causado por su trabajo. Soltó un suspiro de fastidio (Acompañado por el de la mayoría de los presentes) cuando el ambiente se impregnó de, al parecer, una cancioncita del Justin Bieber. Al parecer, Mayu era la única loca que le gustaba ese canadiense; ella y los demás poseían distintos gustos musicales que rara vez coincidían los unos con los otros. Vio cómo Sweet Ann merodeaba de un lado al otro luego de haber visto a los hermanos pálidos restregándose sin pudor. Negó levemente con la cabeza, definitivamente vivía y convivía con personas no muy normales.

— ¡Cambia ya esa porquería! —Escupió Len cabreado, deteniendo su baile con Rin. La rubia suspiró, habían arruinado su ambiente romántico por completo.

— Len... —Murmuró Rin jalándole de su manga. La adolescente vestía un hermoso traje verde manzana, su característico lazo en la cabeza adoptaba el mismo color. Rin no era muy amante de los tacones, por lo que esta noche cargaba unas zapatillas que hacían juego con sus ojos y escaso maquillaje.

Len, por su parte, lucía un juvenil y provocativo smokin negro y mocasines del mismo color. Había arrojado su chaqueta casi al mismo comienzo de la fiesta debido al calor. Traía un poco desajustada su corbata roja, el cabello levemente revuelto y la frente un tanto perlada de sudor. Todo iba bien, de maravilla. Estaba a punto de besar a Rin y declarársele, ¡Hasta que sale Mayu y su estúpida música rompe-ambiente!

— ¡No es estúpida y desde luego, que no es una porquería! —Replicó ésta, taconeando hacia él enfurecida. Sus manos en forma de puño le decían lo mucho que odiaba sus comentarios, pues no era la primera vez que se lo decía.

— ¡Justin Bieber es gay! —Contra-atacó Len con malicia. Sabía que esa simple frase era una de las debilidades de la V3.

Los colores inundaron el rostro de Mayu.

— ¡Considérate muerto! —Exclamó antes de abalanzarse hacia él. Len, cómo todo caballero, sólo trataba de defenderse. Más sin embargo era jodidamente difícil si alguien que no es del todo tu agrado, busca pelea. Ambos jóvenes se enzarzaron en su lucha hasta que sintieron unas suaves pero firmes manos separándolos.

— Pero, ¿Qué es lo que está pasando con ustedes dos?! —Exclamó una pelirosa de proporcionado busto, tomando a ambos jóvenes por el cabello presionando suave pero firme.— ¡Comporténse!, Mayu, agradezco que quieras compartir tus gustos con nosotros, pero si a la mayoría no le gusta, debes parar. Y tu, Len —Agregó mientras miraba cómo éste le provocaba con muecas. — Debes comportarte cómo un caballero. Ella es menor que tú, así que si no eres un hombre, entonces ten la decencia de no vestirte cómo tal. —Soltó Megurine mirándolo despectivamente antes de soltar a la pareja.

Las burlas y silbidos no se hicieron esperar. Len Kagamine estaba rojo, y no precisamente de felicidad. De la indignación que sentía, no se molestó en corregir a Luka: Mayu tenía 15 y por lo tanto, le llevaba algunos meses de edad. Ella era la mayor. Y por supuesto que la muy santa ni se esforzó en mencionarlo.

Sin decir palabra, el rubio tomó su chaqueta y se salió de la habitación.

— ¡Len! —Exclamó Rin antes de partir en su búsqueda. Luka, al verlos desaparecer, suspiró.

— Creo que me pasé, ¿Verdad?

Akita Neru luchaba en lo posible por no reír.

— En absoluto. —Respondió regalando una de sus mejores sonrisas. Segundos de silencio pasaron y al sentir que la pelirosa no mostraba la más debida atención por darle más importancia a la ventana, comentó de pasada: — Él, Kagamine Len, casi fue novio de la Hatsune ¿Sabías?

Luka se tensó por el mero hecho de escuchar su nombre.

— No. —Respondió cortante mientras la encaraba.

Neru se encogió de hombros, haciéndose la misteriosa.

— No sabes muchas cosas de ella, por lo que veo.

— Pues no estoy aquí para aprender chismes de los demás. Vivo en este techo y es sólo por mi trabajo. —Replicó firme.

Neru bajó la cabeza, en un claro gesto de disculpa.

— Lo siento.

— Está bien. Sólo deja de mencionarla.

La rubia se acercó, con cierta timidez, más a ella.

— Tienes mi palabra.


Kaito Shion avanzó con pasos vacilantes al lugar.

A último minuto se había armado de valor para decidir asistir a la celebración. Vestía una camisa ajustada negra, botas de cuero del mismo color que llegaban hasta las rodillas y pantalones militares. Su indumentaria traía consigo, por supuesto, la característica capa blanca con bordes azul marino que en más de diversas ocasiones le representaba. Lucía en lo posible por mostrar una máscara demasiado en contraste a lo que sentía. Se encontraba en este lugar porque le había prometido días atrás a su amiga no abandonarle en esta celebración, y sencillamente, los amigos no se abandonan. En otras circunstancias, él estuviera corriendo feliz a su encuentro, pero la realidad ahora era completamente distinta. Estaba de acuerdo en que su amiga tenía todo el derecho del mundo para no volver a dirigirle la palabra. Jamás.

— ¡Oh, pero miren quién tenemos aquí! —Anunció burlón Gakupo Kamui vestido con uno de sus trajes típicos estilo samurai. Su cabello largo estaba recogido en una elegante coleta. — Hasta que te dignas de aparecer, camarada. Ya todos estaban preocupándose por tí, por supuesto.

Shion apretó los labios, molesto por su compañía. Con Gakupo Kamui alrededor era bien difícil adivinar si lo que decía era sincero o no.

— ¿Cómo la estás pasando? —Replicó por cortesía. Con el pasar del tiempo había ejercitado su tolerancia con personas no muy agradables para él.

Kamui se carcajeó, codeándolo de manera brusca.

— Mejor que tú, te lo puedo asegurar. Al menos Ella me habla y me sigue tratando por igual.

Esas palabras fueron cómo apuñaladas emocionales para Kaito, pero éste estaba ya tan herido, que ya no pudo dar más que riendas suelta a sus palabras:

Tal vez tengas razón, más sin embargo ¿No te avergüenza el hecho de no querer aceptar tu fracaso cómo hombre en el momento en que Luka te rechazó cómo pareja?, eres tan patéticamente machista que no puedes ni soportar la idea que a ella no le gusten los hombres. Que a ella no le gustes tú. Sus reveladoras palabras lo dejaron enmudecido por unos cortos minutos. Lentamente Kamui lo miró con resentimiento y junto con las mejillas rojas de furia, se alejó de él.

Suaves aplausos captaron su atención y Kaito se dio la vuelta para contemplar a una hermosa Gumi vestida con una falda negra y blusa morada que dejaba muy poco a la imaginación.

Estuviste maravilloso, Kaito-san.

Oh, cuánto lo lamento Gumi-chan. Se apenó tocando su cabello, inhaló aire con fuerza. Sé lo mucho que te gusta él, pero... Su frase quedó inconclusa al sentir los dedos de ella en sus labios.

Ya no tiene sentido que sigamos hablando de eso. Él todavía la quiere. Susurró Gumi mientras bajaba la mirada con una sonrisa vacía en su rostro. Todo esto sería menos doloroso si nunca hubiese aceptado en un principio acostarme con él.

El peli-azul conmovido y comprendiendo la situación, la estrechó entre sus brazos.

Sabes que nunca me agradó la idea que aceptaras ese tipo de trato con él, pero esa fue tu decisión. —Soltó Kaito mientras recordaba las veces en las que hablaba ciertos temas parecidos con una peli-rosa. Sentía su garganta seca al momento de decir cierta frase típica de ella: — Cada quién con su mundo.

Gumi asintió sollozando. Por suerte sabía que podía contar con el apoyo y consuelo de Kaito.

Lamento mucho lo ocurrido con Megurine-san. —Sintió el cuerpo de su amigo tensarse en respuesta.Pero opino que debes hablar con ella y aclarar las cosas. Lo que ella vio fue sólo un malentendido.

Shion soltó una amarga carcajada. En ocasiones Megumi podía ser muy ingenua y soñadora.

— ¿Cómo puedes decir que luego de haber presenciado el beso, se deduzca que ha sido un malentendido?, ¿Quién en su sano juicio lo haría? —Inquirió separándose de su hombro para verle el rostro.

Gumi sin embargo, replicó con expresión decidida:

— Pues una persona que conoce ambas caras de una moneda, claro. Y Megurine-san, pese a resultar muy astuta, aún no conoce a Miku-chan y ni sabe de lo que ella sería capaz, todo con tal para salirse con la suya.

Kaito meditó sus palabras, concediéndole la razón.

— En el fondo todo esto es culpa mía.

— ¿Por qué?

— Si yo le hubiese explicado y advertido desde un comienzo a Megurine-san, entonces tal vez...

— Kaito, por favor, no sigas atormentándote con eso. —Le cortó firme pero con dulzura tomándole de las mejillas. — Lo pasado, pisado. Ya pasó y no hay vuelta atrás, sólo queda volver a empezar. ¿No fueron aquellas palabras de las que tu amor te enseñó?

Pero antes que Kaito pudiera responder un brazo le apartó de Gumi con brusquedad, soltando ésta un pequeño quejido de asombro.

— Espero no haber interrumpido algo importante. Y si lo fue, la verdad me alegra.

— Gak-kun... —Susurró la peli-verde sonrosada, queriendo a su vez intervenir. Suspiró derrotada y finalmente volteó su vista para otra parte. Kaito apretó los puños en señal de impotencia. Gakupo le miró de soslayo.

— Despídete de él, zanahoria. Nos vamos.

Gumi le murmuró una silenciosa disculpa y acto seguido el samurai se retiró de la habitación junto con ella. Megumi no opuso resistencia.

Shion soltó el aire que había estado reteniendo hace unos momentos. Un día de estos no se contendría más para golpearlo. Miró a su alrededor, distinguiendo a Nico Douga en los controles de sonido. El peli-azul llegó hasta él y sin más preámbulos preguntó:

— ¿Qué has sabido de ellos?

Nico, acostumbrado por las preguntas e insistencias de Kaito, se ajustó los lentes antes de responder:

— No hace mucho que llegaron, están ya en el hotel. Echa un vistazo por tí mismo a las fotos. —Le dijo alcanzándole su iPad. Kaito no se lo pensó dos veces para sostener el aparato. Se quedó mudo de la impresión, "¿Qué mierda está ocurriendo aquí?" al observar las recientes fotos de los hermanos Hatsune. De pronto se sintió cómo si estuviese viviendo un deja vú, retrocediendo dos años de su vida. Sencillamente no podía creer lo que veía ¿Cuando fue la última vez que había visto a este par tan alegremente abrazados?, y eso no era todo, al parecer se habían tomado más de 30 fotos con todas las poses habidas y por haber. Se quedó mirando una foto en particular, en la cuál Miku era capturada por los firmes brazos de su hermano. "¿Cómo puedes mentir tan bien?, ¿Cómo puedes fingir que no hay nada en la vida que pueda derrumbarte?, ¿Cómo logras soportarlo?" —Le inquirió con intensidad a la Miku de la foto, resentido por lo que le hizo hora antes, por comprender finalmente que Miku no había confiado en él lo suficiente cómo para compartir los temores y sufrimientos que había lidiado y que todavía se enfrentaba a ellos hasta el día de hoy.

Durante estas últimas horas había comprendido un hecho doloroso: Hatsune Miku nunca lo amó, al menos no realmente. Porque el amor y la confianza van de la mano, ¿Cómo puedes amar a quién no confías?, ¿Cómo puedes entregarle en bandeja de plata tu corazón a una persona de la cual no confías del todo? Kaito frunció el entrecejo, porque se estaba dando cuenta que era bastante difícil ignorar la existencia de una persona con la cuál tienes que tratar debido a la atadura amarga del trabajo.

Su mirada se posó finalmente en Mikuo, ¿Cómo podía expresar lo intenso que eran sus sentimientos por él?, un ligero rubor le recorrió las mejillas. Mikuo Harune fue su primera vez en diversos sentidos, pues la educación de Kaito había sido muy heterosexualmente tradicional; de hecho si sus padres estuviesen vivos, estaba completamente seguro que lo repudiarían al momento de enterarse de sus preferencias sexuales. Enfatizando el hecho que a Kaito no le gustaban los hombres, solamente le atraía Mikuo ¿Acaso eso no podía ser más contradictorio?

Se había sentido atraído por Harune desde el instante de haberlo conocido a regañadientes y a medida que pasaba el tiempo mientras lo observaba cada vez más en silencio, se sintió desfallecer por él. Él era todo lo opuesto a su persona, más sin embargo con el tiempo había descubierto que compartía ciertas cosas en común con él y fueron esas pequeñas cosas que mantuvieron el interés y el querer acercarse más a él. Le encantaba su expresión fanfarrona, su picardía e inusual sentido del humor... Las palabras que Mikuo le profesaba lo hacían sentir muy querido y... Sexy. Kaito había llegado al punto de soñar y fantasear con el cuerpo de su amigo y sus labios recorriendo toda su piel. En diversas ocasiones se había sentido culpable por fijarse en el hermano de su ex, pero casi al mismo tiempo, Shion descartaba la idea. Miku y Mikuo eran tan parecidos y a su vez tan distintos.

Recordó una tarde pasada en particular, desde el comienzo nunca supo disimular sus sentimientos y fue ahí donde Mikuo le abordó:

" ¿Que diablos te sucede? " —Le espetó Mikuo enfurecido en su habitación jalándolo del brazo. El flequillo le cubría parte de su ojo izquierdo, vestía una camisa verde agua y jeans negros. Kaito portaba un abrigo azul y jeans beige, tenía un semblante miserable en el rostro, sus ojos lucían apagados. Era la viva imagen de una persona despechada por un amor casi imposible.— "¿Por qué le gritaste de esa manera a Sweet Ann?!, ¿Eres idiota? ¡No tenías derecho a hablarle de esa manera!"

El Kaito de 14 años con el corazón oprimido y sus sentimientos a flor de piel, con una mueca desagradable finalmente explotó:

"¡Q-quiero que te alejes de esa perra!, ¡Sólo pretende acostarse contigo para luego ignorarte al día siguiente! Ella— "

"¿Y qué?" —Le interrumpió con brusquedad Harune. Ante el desconcierto de Shion, prosiguió: — "¿Y que si sólo quiere sexo?, me lo hace mucho más fácil. Confieso que tengo tiempo sin follar, ahora que trabajo para mi hermana no me conviene comprometerme en ese tipo de relaciones. Y Sweet Ann sería la indicada para sólo—" —Sin embargo sus palabras nunca llegaron a finalizarse, pues en un ataque veloz de celos, Kaito se había abalanzado entre sus brazos para besarlo. Cerró los ojos y disfrutó sin pudor de las sensaciones causadas, estaba arriesgando su amistad con él por ese beso y bien lo sabía. Segundos pasaron y al sentir que el peli-verde no respondía a su asalto, con un nudo en la garganta con renuencia se separó de él.

Con lentitud Mikuo abrió los ojos y Kaito se quedó paralizado a su lado. La mirada de su compañero exudaba desafío y un cierto brillo en los ojos que no sabía identificar... Con brusquedad éste posó una mano en la cadera de Shion para empujarle de regreso a sus labios.

Al sentir la masculina lengua de Mikuo dentro del beso, Kaito profirió un gemido que pugnó desde lo más profundo de su ser. Los labios de Mikuo eran tan cálidos y demandantes... Con aire soñador y necesitado colocó sus manos en la espalda de su amor, pues ya no le cabía ninguna duda: Estaba totalmente enamorado de Harune Mikuo y ya estaba más que jodido si quería intentar algo por evitarlo.

Mikuo sin dejar de besarle, le recostó en el suelo a su vez que se colocaba encima, aplastando ligeramente su cuerpo con su peso. Kaito, al ser inexperto en la intimidad entre dos hombres, sencillamente se limitó a dejarse llevar y hacer. El aire escaseaba en sus pulmones y se separaron para inhalar un poco de éste, sus ojos se encontraron y si las miradas hablaran, ellos estarían diciéndose varias cosas comprometedoras en ese momento. Mikuo unió sus frentes y levantó un dedo para delinear los labios de su compañero, Kaito hipnotizado por intimar con la persona que amaba, sin vergüenza comenzó a lamer y mordisquear levemente su dedo cerrando sus ojos. La respiración del peli-verde se aceleró y comenzó a desabotonar el abrigo y la camisa de su acompañante, tocando su abdomen y el ligero pecho de éste. Kaito se estremeció con cada nueva sensación que estaba conociendo de primera mano gracias a sus dedos, se mordió el labio mientras lo ayudaba a deshacerse de la camisa de ambos y aflojaron un poco sus pantalones. No había necesidad de palabras, sencillamente no las necesitaban. Mikuo comenzó a adorar cada gemido y jadeo que Kaito brotaba, sabía que su peli-azul era virgen en cuánto a los hombres, pero su única preocupación en esos momentos era besarlo y demostrarle que ellos podían hacer muchas cosas que los harían sentir más que bien.

Se separó de sus labios y Kaito, con la mirada perdida, estaba a punto de protestar cuando repentinamente Mikuo se sentó en el centro de sus piernas y sintió su erección presionada encontrándose con la suya. Mikuo comenzó a frotarse deliciosamente y al sentir cómo el duro paquete de Kai hacía contacto con su vientre, enloqueció.

Se incorporó para sujetar al peli-verde de las caderas y mientras le mordía el cuello, empezaron un acalorado vaivén de caderas que comenzaba a llevarlos lentamente al nirvana. Mikuo jadeaba con una sonrisa socarrona, su frente y espalda ya perladas de sudor, apoyó una mano en el hombro ya desnudo del peli-azul y la otra delineaba su pecho... Bajando y bajando hasta rozar la carne palpitante de él. Kaito gritó de excitación por el acto y luego empezó a soltar unas incoherencias sobre lo mucho que lo quería y que siempre había soñado con estar con él en esa manera. Mikuo, juguetón, no pudo hacer menos que sonreír mientras detenía su juego para terminar de sacar el bóxer de Kaito y acariciar su polla con cierta rudeza.

"Siempre has sido obvio desde el comienzo, Kaito-kun." —Shion, indignado, estaba a punto de replicar a su comentario, sin embargo al sentir cómo Mikuo apresaba sus manos entre la suyas y sus labios comenzaron a lamer y mordisquear su lóbulo derecho, se derritió.

"Mikuo-kun... Aahh, ngg..." —Comenzó a retorcer su cuerpo y con sus manos trató de liberarse, pero el peli-verde lo sostenía con fuerza. Se mordió el labio frustrado, intentando en todo lo posible reprimir sus gemidos, que sentía a estos aumentando de intensidad. Mikuo, sin embargo, continuaba implacable con su asalto y Kaito no pudo soportarlo más. Impaciente por más contacto, por instinto enrolló sus piernas en las caderas de él, y sus palpitantes erecciones se encontraron. Gimieron al unísono y Mikuo, abrumado por las intensas sensaciones, liberó sus manos. Sin perder tiempo Kaito las posicionó en la formada espalda de su amante, reconociéndolo al principio con suavidad para después con rudeza cómo si no hubiese un mañana a su vez que ambos sexos seguían meciéndose y restregándose con pasión. Mikuo, con los ojos cerrados, sólo pudo morder con fuerza el níveo cuello de Kaito, arrancándole a éste un grito de doloroso placer.

"Fóllame." —Susurró con cierto esfuerzo Shion, suplicando por algo que a ningún hombre le había pedido antes. Y Mikuo era bastante consciente de ello.

"No." —Le respondió tajante mientras sus miradas se cruzaron Quería demostrarle lo bien que se sentía intimar con un hombre, pero no quería saltar a esa parte tan rápido hasta que él se acostumbrase primero con lo simple.— "No quiero que te duela."

Kaito endureció la mandíbula, odiando al Harune por su obstinación y queriéndole a su vez por cómo es. Le acarició el antebrazo en un gesto íntimo que pareció relajar un poco al otro chico. La mirada de ambos reflejaba deseo y un brillo de algo más detrás de eso.

"Si es contigo no me dolerá." —Aseguró con voz ronca de anticipación. Desde luego, las pocas veces en las que se ha acostado ha sido con chicas. Esta sería la primera vez que intentara algo carnal con un hombre, pero estaba más que decidido. A Kaito no le importaba el género en cuestiones de amor. Distraídamente pasó las yemas de sus dedos por la frente de su amante para quitarle unos mechones ya húmedos por el sudor, Mikuo unió su frente con la de él luego de su gesto.

"Tu no sabes cómo es, puedo llegar a lastimarte sin mi consentimiento. Puedo dejarme llevar y llegar a desangrarte sin proponérmelo." —Argumentó con un tinte de desesperación, podía sentir su aliento sobre su rostro y se estremecía a gusto. Negó para sí, sabiendo que una vez descubierto sus sentimientos, no le dejaría ir jamás.

"Te amo." —Le dijo cómo respuesta. Los ojos shockeados de Mikuo renegaron y se humedecieron en respuesta.

"N-no te merezco."

Kaito no podía estar más sorprendido e indignado.

"¡Claro que sí!"

"No me ames." —Ordenó entre dientes con rudeza. Shion tocó su mejilla acercándose a sus labios.

"Demasiado tarde."—Murmuró sellando su confesión con un tierno beso al que Mikuo al principio no quería responder, pero que finalmente participó con ternura. Instantes después, Mikuo lo ayudó a incorporarse para caminar rumbo a la cómoda cama. Su pie se topó con el control remoto del equipo de música, el iPod de Mikuo estaba cargándose y éste encendiéndolo lo dejó en aleatorio. Antes que pudiera hacer otro movimiento, su cuerpo se vio envuelto por los insistentes brazos de Kaito, su erección apoyada en su trasero mientras que éste acariciaba su vientre y besaba sus hombros. Mikuo se estremeció perdiéndose en el momento. Una balada de Maroon 5 inundó el lugar haciendo aún más inolvidable este momento. Kaito se carcajeó con ternura y a la vez con cierta sorna.

"Que romántico eres, Mikuo-kun." —Susurró embelesado Kaito, besando su nuca. El peli-verde se indignó con el comentario encarándolo para empujarle contra la cama.

— "Yo no soy ningún romántico. Si lo dices por la música pues ese iPod siempre le dejo en modo aleatorio."

— "No lo digo sólo por eso, y no tienes porqué ocultármelo" —Le acarició la coronilla del cabello—. "Me encantas por cómo eres."

Ese comentario pareció calmar su tensión y sin esperar más tiempo, tomó el paquete de Kaito entre sus manos. Lo siguiente que sucedió avivó el fuego entre ambos, Mikuo estaba tan caliente que no dudó en caer de rodillas al suelo para devorarle su polla con gula. Kaito soltó unas lágrimas por el placer mientras gemía su nombre sin césar, los espasmos de placer eran tan intensos, que sólo podía acariciar con rudeza el cabello de su amor, retorciéndose salvajemente entre las sábanas mientras sentía cómo era engullado una y otra vez.

"Mikuo, Mikuo..." —Repetía con necesidad. Sintió cómo un dedo húmedo tanteaba la zona de su ano, acariciándola. Kaito obtuvo fuerzas desconocidas para al menos sentarse y poder contemplar. Gimió largamente al observarlo arrodillado con sus ojos cerrados y sus mejillas enrojecidas, viviendo sin duda el momento. Acarició con ternura su cabellera, sintiendo cómo su dedo entraba a su interior propinándoles largas caricias, expandiéndolo. No tardó en adorar esa sensación, sin embargo, no contaba que ese dedo que lo atormentaba de manera tan deliciosa se viera acompañado de un par de dedos más, llegando al clímax con gozo. Luego de la liberación de su placer, no dejaba de respirar agitadamente mientras veía estrellas hasta con los ojos cerrados. Tardíamente se dio cuenta que Mikuo se había tragado su corrida, sintiéndose excitadamente avergonzado por ello. Abrió los ojos con esfuerzo y se encontró con el rostro sonriente de su amado. No pudo evitar sonreír arrogante.

"Te dije que no dolería."

Mikuo soltó una sardónica risa.

"¿De que hablas? esto ni siquiera ha comenzado."

Shion abrió aún más los ojos, ¿Acaso existía más placer que el que acababa de comprobar?, sentía los dedos de Mikuo moviéndose aún en su interior. Se mordió el labio y ya un poco más atrevido empezó a mover sus caderas para que éstos se hundieran aún más a él.

"Eso es, Kaito. Siénteme todo lo que quieras. Que sexy te ves de esa manera, estás deliciosamente apretado... Abre las piernas para mí."

En ese instante Kaito Shion le obedeció con placer, no pudiendo compararse cómo con una marioneta sin voluntad. Sólo que la diferencia estaba en que comenzaba a gustarle las demandas de su amo y que en cualquier momento podía tener su voluntad en cuánto lo deseara.

El oji-verde lo besó con vehemencia, jugando con sus lenguas mientras extraía con cuidado sus dedos para poder sustituirlo con su polla. Hubo un momento en el que Kaito se separó del beso mientras abría los ojos sorprendidos.

"¿Te duele?" —Le preguntó preocupado mientras terminaba de entrar en él. Con enorme esfuerzo logró quedarse inmóvil para darle tiempo a que Kaito se acostumbrara al grosor y a la sensación.

"No..." —Susurró Kaito sin duda amando el momento. Sonrió ladinamente, provocándole:— Dame todo lo que tengas, tigrito.

Mikuo arqueó una ceja ante el apodo y comenzó a embestirlo. Primero con cuidado pero a medida del proceso los gemidos de Kaito fueron suficiente para hacerle perder la razón.

— "Eres mío, mío, ¡Mío!" —Exclamó posesivo mordisqueando sus labios hasta hacerlos sangrar y succionándoles luego para limpiarlos.

"Mikuo-kun..." —Jadeó con éxtasis en respuesta. ¿Puede una persona morir sólo con placer? — "Sí, soy tuyo. Siempre he sido tuyo..." —Sentía cómo las embestidas de su chico aumentaban cada vez, la cama se movía con ellos y el sonido chirriante de la misma los acompañaba. La balada de "My Love"
interpretada por la australiana Sia marcaba el momento.

Con un grito ardiente, Mikuo finalizó en su interior seguido de Kaito, acompañándolo a perderse en el éxtasis del hermoso momento.

Kaito Shion, con la respiración agitada parpadeó repetidamente, volviendo al presente. Quiso llorar de frustración y melancolía por el hecho de no poder estar ahora junto a él. Cada vez que Mikuo se iba acompañando a su hermana, lo único que le quedaba de él y que lo mantenía cuerdo, eran sus recuerdos. Deseaba que las horas volaran rápido para su regreso, esta vez no consentiría que su relación con él fracasara. Después de haber conocido el paraíso a su lado, no podía apartarse de él, no quería estar al lado de alguien más que no fuese él y estaba seguro que él, pese a su actual herido orgullo, aún le correspondía. Le pediría perdón desesperado, e incluso estaba más que dispuesto a pedírselo de rodillas, dispuesto a lo que fuera una última oportunidad. Su corazón gritaba por la injusticia vivida, él ni siquiera había escuchado su explicación, Miku lo había besado.

Uno de los famosos refranes acudió a su mente: El amor nos gobierna, pero es muy difícil amar y someterse al gobierno.

— Hey, tierra llamando a Shion. —Bromeó Smith-san dando un sorbo de trago, se encontraban rodeado de jóvenes adolescentes bailando y hablando animadamente. Kaito despertó de su trance y mientras Meiko lo saludaba con un abrazo, comenzó a corresponderle para después poder bromear un poco con ella, sintiéndose por primera vez en la noche contento de estar allí. A medida que la música pasaba, reflexionó sobre las palabras de Gumi, dándole la razón.

Se estaba ahogando en un vaso de agua, aún estaba a tiempo de nadar y poder salvarse.


Kagamine Len cerró con estruendo la puerta de su habitación. La indignación y vergüenza dominaban su ser luego de aquél intercambio de palabras expresadas por la peli-rosa ¿Por qué tuvo que haber intervenido de ésa manera? ¿Por qué no podía meterse ella en sus propios asuntos? una parte de él sabía que estaba siendo irracional en estos momentos, pero que rayos. Era un adolescente con hormonas en la cúspide de su juventud, por esta vez estaba en todo su derecho de dejarse llevar por las emociones.

Se lanzó de espaldas a su esponjosa cama, pasando un brazo por su rostro mientras trataba de serenarse. Escuchó el sonido de unos delicados toques en su puerta.

Maldición.

Len, ¿Te sientes bien?, ¿Puedo pasar? —Escuchó la amortiguada voz de Rin detrás de su puerta. El rubio suspiró sin remedio, incorporándose hasta quedar sentado. Cuando la rubia pasó con su permiso a su habitación, de inmediato éste expresó la mejor de sus sonrisas.

— ¿Que ocurre, Rin? ¿Por qué me estás mirando así?

La chica avanzó con determinación hasta quedar frente a él.

— No estarás molesto por las palabras que dijo Megurine-san, ¿cierto?

Touché.

Len apretó la quijada mientras desviaba su mirada.

Segundos después sintió unos delicados dedos posarse alrededor de su barbilla.

— Len, mírame. —Pidió anhelante su compañera. Él por su parte, luchaba con sus conflictos internos, aunque no pasó mucho tiempo para que le obedeciera.

Se congeló en su sitio al sentir los finos labios de Rin tímidamente sobre los suyos. Ambos tenían los ojos entre-abiertos mirándose el uno al otro, lo cuál veían cómicamente vergonzoso. Rin se sentía atrevida iniciando esto sin el completo consentimiento de su compañero, más sin embargo, su corazón no podía esperar más. Después de tanto tiempo conociendo a Len, su corazón latía solamente por él y para él. Cerró sus párpados dejándose llevar mientras con cuidado se dejaba caer en su regazo.

Len, por su parte, sólo pudo jadear ante su acción mientras la tomaba por su cintura, acariciándola. Sus sentimientos habían cambiando tanto con el pasar del tiempo, pero ya no le quedaba ni la menor duda: Hatsune Miku había sido y será un dulce recuerdo del pasado, pues quería su presente y futuro al lado de su gemela artística, su compañera de canto. A los catorce años se podía imaginar la vida al lado de otra persona con bastante facilidad, pero estaba determinado a que su relación con Rin no se limitara sencillamente a la fantasía.

La separó con cuidado de su rostro pudiendo ver sus brillantes pupilas y su tierna carita totalmente ruborizada.

— R-Rin... —Se reprendió mentalmente, que idiota ¿Cómo podía tartamudear en un momento así? se aclaró disimuladamente su garganta.— Me parece que empezamos esto al revés pero... Me gustas. —Articuló la frase apenado y con esfuerzo.— Me gustas muchísimo y yo... Quiero que seas mi novia.

Esas hermosas y tan esperadas palabras quebraron algo en el corazón de la rubia causando que empezara a brotar su llanto. Esbozó una sonrisa en su rostro, pero en sus ojos no le había llegado la misma alegría.

Con esfuerzo se separó de su lado retrocediendo unos pasos para poder alejarse. Desvió la mirada y mientras respondía, su voz se quebró.

— N-no puedo.

Esas dos palabras se sentían cómo agua helada para Len. Abría y cerraba la boca rápidamente y cuando por fin pudo encontrar de vuelta su voz...

— ¿Por qué?

Kagamine Rin se mordió el labio, intentando serenarse y reprimiendo sus amargas lágrimas.

— No quiero hablar de eso, no lo entenderías.

Y Len en su vida nunca pudo sentirse más ofendido.

Conocía a Rin prácticamente desde que ambos usaron pañales. Fueron vecinos, crecieron en el mismo barrio, estudiaron primaria y parte de secundaria juntos... ¿Y ahora le salía con que "No lo entendería"?!

Rin, al observar cómo poco a poco el semblante de su compañero se transformaba en una cabreada expresión, los nervios se apoderaron consigo.

— T-tienes que ponerte en mi lugar, Len. —Y con esa frase ya el rubio terminó por ver todo rojo.— Yo sólo...

— ¡NO! —Le interrumpió ya de pie, colerizado.— ¿Por qué no te pones tú en el mío?! —Rin se encogía en su sitio, arrepintiéndose de inmediato al estar allí. — ¡Te conozco prácticamente de toda la vida, ¿Y aún así dudas de mí?!, ¿No confías lo suficiente cómo para contarme que es lo que pasa, cuál es el problema? ¿O es que ahora después de tanto haberte rechazado te empiezas a vengar de mí?

Tras haber dicho esas palabras, se arrepintió de inmediato "No debí traer el pasado de regreso", vio cómo las escurridizas lágrimas de Rin aumentaban y antes de salir corriendo de su habitación entre balbuceos y sollozos sólo pudo distingir: "Miku y yo hicimos una promesa".

Anonadado y completamente confundido en la oscuridad de su habitación, se tocó los labios. Y no pasó mucho para que también sus sollozos estrangulados lo atacaran.

Justo cuando por fin había superado la indecisión en su corazón, esto ocurría. Le había costado bastante planear esta declaración, aunque al final se lo dijo en un sitio donde en sus fantasías nunca se lo había imaginado y su respuesta desde luego que tampoco.

Durante su momento de depresión lo único que su mente podía señalar era a una culpable. A la primera chica que le robó su corazón, a su primer amor, a su líder.

Tras un suspiro de derrota, se preguntó vagamente si conocer a Hatsune Miku era una bendición o maldición para las personas.


Se detuvieron en el umbral de la habitación y Gakupo entró en ella junto con Megumi. No había luz, tan solo la poca iluminación que se podían apreciar de las lámparas de lava situadas en cada esquina de la habitación. Kamui avanzó hasta cerrar las cortinas y sentarse en su cama. Gumi cerró con cuidado la puerta y camino lentamente hacia él, expectante. Se sorprendió al contemplarle pensativo, con cierto tinte de dolor en sus rasgos.

— Gak-kun... —Empezó sin saber realmente que decir, sólo quería estar apoyándole y disfrutar de su compañía.

— Hoy no haremos nada, así que puedes estar tranquila.

Gumi hizo un puchero.

— Lo intuía, pero no imrorta, sólo dime... ¿Que puedo hacer para ayudarte?

Gakupo levantó la mirada hacia ella, Megumi era una chica única y especial, una de las pocas personas en este lugar que mostraba signos de verdadera preocupación hacia él, pero sentía culpa y remordimiento por haberla (y seguir) tratándola mal. No merecía nada, no la merecía.

Lentamente se incorporó, la diferencia de estaturas se notaban. Ella era un poco más baja que él, lo cuál a su gusto veía un poco agradable.

— Sólo... Abrázame. —Al ver su mirada sorprendida, agregó rápidamente:— Entenderé si no quieres. Te he tratado muy mal que de costumbre, lo lamento.

Gumi se obligó a que su cuerpo respondiera para abrazarle cálidamente. Los torpes brazos de Gakupo se enroscaron con cierta torpeza en su cintura. Inhaló su masculino ahora, permitiéndose cerrar sus ojos y disfrutar el momento. Podía quedarse así para siempre...

Mientras la abrazaba podía sentir poco a poco la anhelada tranquilidad, era tan reconfortante.


Decidió aprovechar la música para poder danzar hacia ella y en un movimiento rápido y ágil, desplazó a Akita Neru del baile para poder ocupar su lugar. Ésta empezó a reclamarle pero al ver la mirada seria del mayor, optó sabiamente (y a regañadientes) por callar.

Kaito apretó más la cintura de Luka con su mano y sus miradas se cruzaron. Ojos azules se enfrentaron en una silenciosa pelea, los orbes celestes de Luka exigían respuestas y explicación mientras que los azul oscuro de Kaito demostraban terquedad y hasta un toque de altivez. Mientras seguían danzando cómo si nada "All I need" de Within Temptation, Megurine torció el labio.

— ¿Que estás haciendo aquí? —Le inquirió rompiendo el ambiente armónico-tenso entre ambos.

Kaito tuvo la osadía de parecer sorprendido.

— Es tu fiesta y yo te prometí mi asistencia, ¿Recuerdas? —Respondió para darle un par de vueltas al son de la música y volver a empujarle en sus brazos, cómo si no estuviesen peleados o algo por el estilo. Luka se desconcertó por sus acciones, dejándose llevar por la música, por el momento. Por el calor del único a quién conocía demasiado bien en este lugar. Y al mismo tiempo su mente era un caos por todo lo sucedido, por todo lo que había visto sin una explicación.

Vagamente comenzó a buscar entre sus recuerdos el día que había conocido a Kaito una tarde fría de noviembre, habían chocado accidentalmente y derrumbó su helado.

— "Oh perdona, ¡Que idiota!, lo lamento." —Le había dicho con pesar, no sólo derrumbó su helado sino que le había caído un poco de éste en su vestimenta. Rápidamente sacó un pañuelo y empezó a ayudarle.

Se había impactado por la sinceridad de su mirada.

"No te preocupes, fue culpa mía. Tiene arreglo, ¿No?" —Sus ojos eran de un intenso azul rey y brillaban con una chispa de emoción contenida. Luka ladeó la cabeza, esa voz y ese rostro... Le era familiar.

"Supongo que sí. ¿Te conozco de algún lado, por casualidad?" —No pudo evitar su curiosidad. El chico lució gratamente sorprendido por su pregunta.

"Pues vaya, no muchas personas recuerdan a un Vocaloid de la vieja escuela cómo yo, pero es estimulante ese tipo de detalles."

Sólo una palabra en particular había captado su atención.

"¿Vocaloid?!" —El chico la miró cómo si tuviese tres cabezas, si vivías en Japón por ley cultural tenías que saber en que consiste realmente Vocaloid. Luka, al comprender su expresión, rápidamente agregó:— "Sí sí, ¡Claro que lo sé! De hecho... Acabo de audicionar y dejé mi hoja de admisión no hace mucho."

— "Oh, ¡Felicidades! Ojalá puedan aceptarte, desde el éxito tremendo que está teniendo Miku, las solicitudes de ingreso se han ido triplicando cada mes." —Murmuró para sí más sin embargo Luka pudo oírle, abrió la boca para responder pero el peli-azul rápidamente continuó con una sonrisa:— "Por si aún no caes por mi apariencia, mi nombre es Kaito Shion."

Esbozó una sonrisa cómo respuesta.

"Lo sabía!" —Se enorgulleció de su intuición y memoria. Al ver la confundida cara del chico, explicó:— "Me he memorizado la mayoría de nombres, rostros y voces de los Vocaloids sólo en caso de... Uhh, ya sabes." —Restó de importancia con un gesto de mano, preguntándose si el oji-azul pensaba si era una loca acosadora, lo cuál no era cierto... No en exceso.

Se sorprendió al oír su risa.

"Ya, claro. Eres única en tu clase."

Asintió con aprobación.

"Megurine Luka, un gusto." —Se presentó estrechando su mano. Kaito miró el gesto enternecido.

"El gusto es todo mío, Megurine-san." —Respondió maravillado.

Luka no pudo evitar sonreír y perderse en esa mirada tan cálida y sincera, la transparencia de su mirada que se veía incapaz de emitir mentiras.

...

Con Kaito todo había sido risas y agradables momentos. Junto a él había aprendido y reseteado el concepto que tenía sobre la "Amistad", no habían apariencias, no tenía temor de ser juzgada o rechazada. Todo con él era tan simple y básico cómo respirar.

Se recostó en su nombre mientras escuchaba el arrullo de la balada. Su sentido común le reprendería de por vida si terminaba su amistad con él, su orgullo sólo quería devolverle una pequeña parte de lo que le hizo sentir en su desdicha. En lo más profundo de su mente rogaba para que las cosas entre ambos se arreglaran y poder seguir juntos adelante. Con el pasar del tiempo, se había acostumbrado a él, su soledad se había acostumbrado con él.

— ¿Que sentiste al besarla? —Inquirió con los párpados cerrados, tratando en lo mayor posible para que su voz sonara tan indiferente y ajena de las cosas cómo acostumbraba o solía hacer. Sintió cómo los hombros se tensaron en respuesta, más no se separó de ella y siguió bailando al compás cómo si nada.

Instantes después, respondió.

— No sentí mucho, o mejor dicho: No había mucho que sentir. La única emoción que me embargó en ese beso fue la confusión.

Luka bufó.

— Pues eso no fue lo que vi cuando...

— ... ¿Me dejas terminar? — Inquirió de un tono que hizo separarse de su hombro para poder enarcarle las cejas. Al escuchar su silencio, prosiguió: — Le he dado interminables vueltas al asunto y en mi mente me he disculpado contigo ya demasiadas veces, quiero disculparme si eso que alcanzaste a ver te ofendió hasta el alma. Quiero que me digas que es lo que tengo que hacer para que puedas perdonarme, y más que nada, quiero golpearme por haber sido tan estúpido y cabezotas en todo este tiempo por seguir albergando esperanzas por una causa perdida.

La canción culminó majestuosamente y lentamente detuvieron sus pasos. La mano de Luka seguía atrapada entre las suyas, volvieron a perderse en la mirada del otro. Kaito resignado por lo vivido y Luka cuestionando sus palabras.

— Entonces... Afirmas que ella es una causa perdida.

— No me culpes por tus sentimientos, ¿Acaso tengo que recordarte que ya van más de dos años de ruptura? Ella me terminó, no queda nada de ese tipo entre nosotros. La quise con locura y para mi desgracia, la sigo queriendo al punto de volver a dejarme besar por ella si es eso lo que detendrá su llanto. —Soltó un enorme suspiro para continuar:— Ahora que vives aquí, tal vez deberías conocerla y pasar tiempo con ella. Empezar desde cero.

— ¿Que demonios?! ¿Acaso perdiste la razón?! —Siseó indignada. Primeramente por su comentario del beso, no pudo evitar compararla con una princesa caprichosa que nunca se cansaba de exigir. Segundo por su Oh tan iluminosa sugerencia del borrón y cuenta nueva. Y por último pero menos importante, la parte que no quería ni pensar: Sus sentimientos.

— ¿Sentimientos? ¿Cuáles sentimientos? —Espetó con aspereza. La impasible mirada de Kaito se conservaba cómo respuesta. Jadeó histérica, mirando al suelo mientras llevaba ambas manos a su cabeza. — Entiende de una vez que... No siento nada por nadie, no siento nada por ella. —Un brillo de tristeza se apoderó del oji-azul mientras veía reflejada la negación de Luka con el de Mikuo en su momento, cuando éste aún negaba su cariño por él.— No... No puedo sentir ninguna clase de ese tipo de cosas con ella. Es más joven que yo... Sería la locura. —Susurró perdida en una especie de confesión para sí misma.

Kaito no se amedrentó por desafiarle una vez más, pues era la única manera de poner un poco de orden en su caos personal.

— Así que básicamente, negarás ese hermoso sentimiento que tienes sólo porque ella es cuatro años menor que tú... Resulta muy interesante.

El burlón tono de su voz le hizo sacarle más de quicio y lo fulminaba con la mirada. A lo lejos Neru y la recién llegada Maika observaban absortas la escena.

— Tú no lo entiendes, Kaito. Ella...

— ... No, querida Luka. Eres tú la que no entiendes. —Respondió cálidamente mientras le tomaba cariñosamente por las mejillas.— No trates de engañarte, tu misma me lo has expresado en diversas ocasiones: "Amo la voz de Hatsune Miku, es tan expresiva que incluso en las baladas me hace llorar y reír cómo nadie más lo hace.", ¿No fueron ésas tus palabras cuando nos re-encontramos esa noche en el puente de Tokio? ¿No recuerdas las palabras que le prodigiabas sin siquiera conocer su aspecto? Puede que no lo recuerdes porque tal vez incluso no lo necesitaste, y ya te hiciste una idea bastante aproximada a su apariencia. Te digo y por experiencia propia, que no hace falta que pases una cantidad excesiva de tiempo con una persona para que te guste, o te atraiga. —Los ojos de Luka se abrieron con terror a la vez que comenzaban a humedecerse por sus palabras. — Las personas te decepcionan, Luka. Pero es parte de la vida, así fue cómo me lo enseñaste.

— Y-yo... —Articuló sintiéndose acorralada, queriendo zafarse de su agarre ¿Por qué la conversación tuvo que cambiar en torno a ella? sin duda no le agradaba, pero Kaito parecía estar muy inspirado y no quería cortarle.

— No tiene nada de malo que alguien te guste, particularmente que una chica te guste. Sé lo tuyo con Lily —Luka desvió su boca al mencionarle.— Y tampoco es que se llevaban gran diferencia de edad, así que quiero seguir preguntando ¿Cuál es el problema?

Levantó la mirada para poder responder pero justo que antes eso ocurriera, unos claros y tonificados brazos la alejaron de él.

— ¡Megurine Luka, cuánto tiempo! —Esa voz masculina no muy acentuada, cabello rubio y ojos claros, el atuendo negro compuesto por una camisa blanca, un blazer negro, leggins de estampado de cebra y converse del mismo color hizo que Luka se lanzara a sus brazos para abrazarle ya un poco animada.

— ¡YOHIOloid! —Dijo su nombre artístico mientras ambos reían contentos. Se habían conocido a comienzos del año pasado cuando éste había ganado una competencia artística por ser el nuevo miembro Vocaloid masculino, esas competencias siempre estaban reñidas por todo el talento que los finalistas portaban. Sin embargo, los participantes que habían quedado lo más cerca posible de ganar, la Crypton Future Media no les quitaba el ojo de encima para tomarlos en cuenta ya cuando la situación lo ameritara. En menos de siete meses, Yohioloid había sido aceptado por los fanáticos Vocaloids y cuando su programa de voz fue lanzado mundialmente, no perdieron el tiempo para comprarlo.

Cuando se separaron, Kaito y él expresaron un abrazo según ellos, de "machos". Luego de saludarse con un juego de manos, el rubio expresó en voz de lamento:

— ¡Acabo de conseguir otra canción hecha por un americano usando nuestras voces! Se llama "The Fox", es muy loca la canción pero te hará reír. Hasta incluyó a Leon en uno de los estribillos y... Recordando lo que pasó, me apeno tanto por él.

Luka entornó los ojos, perdiéndose en la conversación. Kaito respondió cómo si le entendiera:

— Sí, es lamentable. Tenían talento, no superaron ciertas cifras, quejas de los usuarios y ¡BOM!, despedidos. —Le simplificó a la confundida Luka, a lo que sólo pudo inquirir:

— ¿Quejas de los usuarios?

— Por su programa Vocaloid. —Terminó Yohio con pesar. Luka comprendió la situación. — Lola y Miriam tampoco formarán más parte de nuestra familia. E inclusive SeeU está muy dolida porque le cancelaron su primer disco y programa VoiceBank completamente en inglés.

La peli-rosa trató de recordar el registro que tenía de los Vocaloids para reconocerla, pero ese dato lo desconocía.

— ¿SeeU?, ¿Quién es SeeU? —Inquirió con curiosidad. A Kaito se le abrieron mucho los ojos y soltó una palabrota por la situación. No obstante, ciertas caras conocidas no pudieron quedarse más calladas e intervinieron en la conversación.

— ¿SeeU?, ¿Acaso no sabes quién es es SeeU? —Le preguntó Kasane Teto con una divertida sonrisa vestida con un traje rojo ajustado hasta las rodillas y tacones altos. Cómo siempre su extravagante peinado era el centro de atención, sus uñas las tenía largas y cuidadas. Sus penetrantes y burlones ojos rojos le dieron a Luka un mal presentimiento, su sexto sentido le decía que no podía tener confianza para con ella. La observaba mientras se recostó con confianza en el brazo de YOHIOloid. Teto era reconocida mundialmente al ser producto de una broma del día de los inocentes en su país natal, no tardó mucho para unirse oficialmente al Club UTAE Vocaloid y forma parte del club íntimo de amistades de Hatsune Miku, de por sí ha colaborado en la mayoría de sus canciones uniéndose al coro mientras la diva interpretaba la canción.

— Hay que ver, Megurine Luka es todo un caso. —Ted Kasane le secundó con aparente aburrimiento y mal humor. Vestido con simple jean verde-agua y una camisa negra estampada con un lobo aullándole a la luna, el hermano de Teto comenzó a hospedarse en el PentHouse V desde que su hermana comenzó a escalar en la fama hace dos años atrás. La ha acompañado a cantar en algunos PV´s pero a diferencia de muchas personas, no quería involucrarse demasiado en la vida artística.

Los hermanos Kasanes venían acompañados de dos Utaes quinceañeras que no se dejaban ver mucho últimamente: Uta Utane (En ocasiones conocida también cómo Defoko), junto a su mejor amiga, Momo Momone. La primera estaba vestida con un uniforme parecido al de la diva Hatsune, sólo que éste era color morado (Al igual que su cabello) y no portaba tantos accesorios, medía 155cm, luciendo un semblante tranquilo con cierto aire de intelectual. A su lado Momo parecía ser ese tipo de chica inocente que podrían entenderse perfectamente con la botánica y sacar sobresalientes en preparatoria. Medía 5 cms menos que su amiga, ojos verdes y cabello peli-rosa hasta los hombros. Momo, la mayoría de las veces se mostraba intimidada en público debido a que el único idioma que sabía era el japonés, mientras que los demás por lo menos se sabían otro idioma; eran muy contadas las ocasiones en las que un VOCALOID o UTAE supiese tan sólo un idioma.

— Creo que lo que está haciendo no se debe hacer. —Susurró con voz clara deteniendo a sus acompañantes. Teto rodó los ojos, le molestaba que Momo fuese tan aburrida y en especial, que dijera esa frase en la menor oportunidad. Se sentía cómo si estuviese rodeada de "Doña Perfección" la mayor parte del tiempo. Luka quedó intrigada al ver su vestimenta verde parecida a un uniforme de la escuela, era agradable de ver.

Cerca de ellos, una muy angustiada Tei Sukone merodeaba el lugar en busca de su amor platónico, Kagamine Len. Su largo cabello grisáceo junto con sus ojos rojos son dos de sus características principales, a sus 19 años seguía siendo muy insegura y la mayoría de los Vocaloids le temen debido a su incontrolable deseo de asesinar a las personas que cree no son dignas de existir. Tei Había visto destrozada cómo Len bailaba todo romántico con la odiosa de Rin, y justo cuando tenía un plan en donde por fin podía saciar su sed de venganza, Mayu y Megurine Luka aparecen en escena. La vio a lo lejos rodeada de Teto y sus secuaces, más tarde debía agradecerle por su intervención. Repentinamente recordó que Luka ahora era el nuevo capricho de Hatsune Miku, frunciendo los labios sin querer chocó con YOHIOloid, quién la sostuvo por los brazos y le preguntó si estaba bien, se sonrojó asintiendo mientras Kasane Teto siseeaba:

— Fíjate por donde vas, estúpida.

Tei, muerta de rabia y vergüenza, sacó rápidamente una tijera grande y saltó hacia ella.

— ¡Whoa, whoa detente! —Exclamó Luka horrorizada, ¿Donde estaba seguridad cuando los necesitan? La albina se detuvo al instante y Luka la soltó lentamente. Ésta se volteó y le hizo una reverencia.

— Soy Sukone Tei a su servicio, gracias y bienvenida, Megurine Luka. —Y así sin más, se retiró de donde estaban.

Kaito se carcajeó.

— Ve acostumbrándote a ese tipo de situaciones, Luka-san. Ya eres parte de la familia.

YOHIOloid agarró una copa de sake a un camarero, pasándole una a la invitada de honor. Kaito y compañía no se quedaron atrás y se unieron al brindis.

— En honor a Megurine Luka, una gran sensei y compañera, una gran compañía. No cambies nunca. —Susurró emocionado Shion, Luka reía para evitar las lágrimas de emoción, codeándolo en un claro gesto de perdón. Ambos se miraron sonrientes, en otro momento culminarían ciertos detalles.

Yohio, los hermanos Kasanes, Uta y Momo brindaron en su nombre. Meiko y Sweet Ann corretearon hacia ellos con un puchero.

— Muy bonito, ¡No nos esperaron! —Exclamó ésta colocando sus manos en su cadera.

— Sí sí, no sé ustedes pero tendremos que hacer la repetición. —Sugirió Ann con un brillo malicioso en su mirada, los presentes rieron mostrando su acuerdo.

Sentada en una esquina solitaria, Akita Neru observaba implacable la escena.

— ¿Por qué no te unes? —Le pidió la muy futurística Maika, anhelante. Su cabello grisáceo con rosa en las puntas sin duda era innovador y precioso, no llevaba mucho tiempo ingresada a la compañía, tan sólo unas pocas semanas pero se sentía a gusto con los demás. Maika prometía ser el futuro para los Vocaloids que cantaban en español, su catalán e italiano eran admirables, su fluidez indomable y había arrancado con muy buen pie su ingreso. Anhelaba que fuese jueves para conocer en persona a la representante oficial VOCALOID, la CV01 Hatsune Miku.

Neru bufó, conociendo de primera mano las intenciones de ella al querer conocer a Miku. Todas las personas que admiraban a Miku le eran de su desagrado.

— ¿Por qué estás aquí? —Le inquirió de manera grosera, la aludida se encogió de hombros.

— Eres entretenida de ver. —Respondió cómo si fuese muy obvio.

Neru rodó los ojos, reprimiendo una sonrisa. Observando cómo Luka y Kaito se abrazaban reconciliados.


Muy temprano por la mañana siguiente, Megurine se despertó muy animada y sonriente. Vestía una bata blanca dejando mudo a la mayoría de Vocaloids y Utaes que rondaban por el lugar, se acercó a Hioka Smith quién estaba sentado en un sofá con su laptop, alcanzó a escuchar:

— Sí, casualmente acaba de llegar.

Frunció su ceño y Hioka le explicó:

— Es KEI, quiere saber cómo estás y si puedes hablar con él. —Asintió para que le diera la laptop y los auriculares. Podía ver a su mánager en la pantalla gracias al Skype. Luka, siendo conocedora de las intenciones de él, luego que se saludaran, le dijo sin rodeos:

— Cantaré con ella.

Sin necesidad de explicar a quién se refería, Kei verdaderamente sonrió. Más sin embargo preguntó:

— ¿Por qué?

Luka ladeó la cabeza.

— ¿Debería de haber uno? Es trabajo. Y no todo el tiempo puedes hacer lo que te guste en un trabajo.

El castaño asintió en silencio, pensativo.

— ¿Sabes lo que implica aceptar un dueto, no? Si es todo un éxito, habrán muchos más. Si toca una gira, nos tendrás que acompañar. Si quieren un disco de duetos...

— ... Ya, ya. Lo entiendo perfectamente. —Le gruñó no conforme con la idea pero sin cambiar de postura.— ¿Cuando empezamos?

Smith, entusiasmado, le pasó una hoja. La leyó y soltó una carcajada amarga.

— ¿Que? ¿Acaso esperaste una canción de amor? —Inquirió burlón Keigarou, tronándose los dedos. Vaya que podía divertirse con el asunto.

— Esperaba originalidad. —Espetó ella en respuesta, "Kagome Kagome" rezaba el título de la canción.— No una letra infantil de una vieja leyenda de terror, totalmente patético.

— Modera tu lenguaje. —Enfatizó amenazante.— Y da muchas gracias a que por lo menos tendrás un dueto con ella, porque sino se podría esparcir el rumor que únicamente aceptaste sólo para robar algo de su fama, cosa que se sigue dudando si no te sigues esforzando.

Lo fulminó con la mirada mientras arrugaba el papel con su mano.

— No soy tu esclava.

La sonrisa en respuesta no le gustó para nada.

— Eso lo veremos. Le daré a Miku tus saludos, Smith ya sabes que hacer con ella. —Dicho eso, el aludido asintió culminando la videollamada. Luka no sabía que sentir al respecto.

— ¿Prefieres grabar tus partes en este momento o más tarde? —Le preguntó mientras guardaba su laptop.

— Ahora mismo estaría bien.

Y se encaminaron rumbo a la sala de grabación, en donde los Vocaloids pasaban gran parte de sus horas allí.


Megurine Luka jugaba con serenidad al ajedrez en su cuarto con Kaito.

Luego de leer, ensayar y grabar las partes que le correspondía, había pasado casi todo el día escribiendo canciones y realizando ejercicios vocales.

Aunque en un principio no era lo que pensó y esperaba, quería ocultar la emoción que le embargaba el haber podido finalmente grabar una canción con su Musa, porque eso era lo que verdaderamente significaba para ella: La voz de Hatsune Miku era su fuente de inspiración desde el mismo instante en el que la escuchó. Soltó un suspiro gruñón al imaginársela.

Shion sonrió.

— Un helado por tus pensamientos.

Rodó ojos.

— Si el helado fuese alcohol...

— ... Estaría ebrio todo el tiempo, lo sé. —Completó por ella, mientras carcajeaban.— Sólo trato de ayudarte. —Le dijo compasivo mientras le cantaba un "Jaque". Luka apretó su almohada, analizando las posibles salidas para anular su jugada.

— Tú eres el que necesita mi ayuda, ¿Hablaste con él? —Le inquirió mientras volteó la jugada de manera que Kaito fuese en el que estuviera en aprietos. El peli-azul se rascó la cabeza.

— Sí, hablamos. Sigue molesto, muy, muy molesto. No sé que hacer ni que decir cuando regrese. —Confesó angustiado incorporándose de la cama para pasear por la habitación. Luka hizo un puchero, dándole una mirada a su juego inacabado.

Tal vez si hablaba con Mikuo...

Se carcajeó al comprender algo.

— ¿Qué? —Murmuró un poco ofendido, a veces chocaba con el humor negro de ella.

— Ahora que lo pienso, estamos locos por los hermanos Hatsune. Imáginate si todo se arregla, seríamos cómo cuñados o algo así.

Su sonrisa se acentuó al escucharle esas palabras.

— Eso quiere decir que acabas de admitir tus sentimientos por ella.

El alegre humor de Luka se esfumó para darle paso a la vergüenza.

— ¡N-no quise decir eso!

Kaito la empujó de manera juguetona a la pared y acercó su rostro peligrosamente al de ella.

— Te atrae.

Megurine podía perderse en esa engreída y alegre mirada.

— Para nada.

— No seas necia.

— Deja de ser metiche. —Y así podían estar toda la noche discutiendo pero debido a unos toques en la puerta tuvieron que parar por el momento.

Cuando Akita Neru entró autorizada por la dueña de la habitación, tenía su celular en la mano y no dejaba de mirarlos.

Se sorprendió un poco al verla pero se acercó a ella.

— ¿Que pasa?

— Escuché por ahí que no sabes quién es SeeU. —Soltó cómo si nada. Kaito gruñó y la tomó por un brazo.

— Cuando dejes de escuchar, la Crypton Company quebrará. ¡No es de tu incumbencia, así que déjalo ya!

Eran muy raras las ocasiones en las que el cortés y alegre de Kaito se enfadara, por lo que no pudo dejar pasar:

— ¿Que es lo que está pasando, Kaito? ¿Por qué tanto empeño en que sepan quién es? ¿Realmente es algo que deba saber?

Jugó con sus manos nervioso, mientras la miraba ¿Por qué las horas no pasan tan rápido? ¿Por qué terminaba en asuntos que no le corresponden? Se le ocurrió una fugaz idea.

— Luka, ¿Tu quieres conocer realmente a Miku-chan?

Neru frunció los labios mientras ésta pensaba. Levantó su vista y dijo resignada:

— Pues sí.

— Bien. Entonces cuando regrese mañana, podrías preguntárselo tú misma. —Culminó antes de irse apresurado de la habitación, Neru iba a comentar pero comenzaron a llamarle y Luka miró sin comprender ¿Que mosca le había picado?

Despierta su curiosidad, comenzó a googlear el nombre. Tal vez así podrían dejar el asunto de una buena vez.


N/A:Nuevamente mis mejores deseos para ustedes en este 2014! x3 Para que sepan estoy desde ya escribiendo el próximo capi que leeremos antes que termine este mes, les tendré que pedir nuevamente paciencia para que podamos leer una relación MikuxLuka bien estructurada (?) xDD! Recuerden que cualquier comentario, crítica, sugerencia, será más que bienvenida :3

Ah, ah! Otra cosa: Cuando empecé a escribir este fic, no habían muchos LukaxMiku lo cuál en parte desanimaba :( Ahora que me perdí de leer fics del fandom, veo que la cantidad se ha multiplicado xDD Me gustaría agradecer (y felicitar) a todas las personas que con cariño y dedicación aportan y/o aportaron fics de nuestra pareja preferida (L) Fans unidos jamás serán vencidos (?) xDD

Ahahahaha, nos leeremos próximamente! ;)