Hola a todos me alegra tanto saludarlos. De antemano una disculpa por la demora, odio haber tardado tanto tiempo en actualizar, en verdad me apena la situación pero bueno que os parece si en lugar de aburrirlos con excusas tontas les dejo mejor el siguiente cap esperando que lo disfruten tanto como yo lo hice escribiéndolo jejeje (=^‥^=)

Bueno ahora debo agradecer a todos por leer y por tenerme paciencia especialmente a NekoNekoMimi, Colored Sky, Prowlgirl, hotekeu-chan, Loreny15, termi, Aurora343, Monstruo come galletas, Monocromo, Nightcathybrid, Leeroitt, M, minycrow, Hs Ts, , himinami, Marjorine, Dpaulix, Guest, Nanami Fujoshi, .3, Ritsuki-Nyan , Usagi Mitzui, Angely-Cristal y a hirano23 porque sus comentarios me ayudan a mejorar y me animan a seguir escribiendo. ~(=^‥^)ノ~(=^‥^)/


Capítulo 8 Beso Frio

―Mmmmhhh―

Cada mañana desde que habían llegado a la mansión Rigby despertaba sin ánimos y de mal humor. Obligado cada día a cumplir con una jornada de trabajo se veía forzado a abrir los ojos y levantarse con una abrumadora fatiga que no le abandonaba hasta después de la segunda taza de café.

No esta mañana.

Había dormido profundamente y muy bien, rodeado por la sensación cálida de las suaves mantas de la cama de Mordecai.

Sus brazos apretaron con fuerza la almohada hundiendo en ella la nariz, saturándose de una dulce fragancia que le hiso sonreír inconscientemente. Era la primera vez en mucho tiempo en el que despertar era algo agradable.

―Mmmmddkkyyy―mascullo semiconsciente mientras abría los ojos lentamente, abatiendo etapas, un grado de conciencia cada vez. Aquel aroma tan familiar lo había despertado sutilmente ¿Acaso era una extraña mezcla de café y pasto recién cortado, combinado con otro olor que, de primera mano, no supo identificar?

Se incorporó lentamente y tardo en reconocer que estaba en la cama de Mordecai. Bostezo un poco y se preguntó cómo habría llegado ahí ¿Y dónde estaba su plumífero amigo?

Los recuerdos de lo que había sucedido la noche anterior llegaron a su mente como un corcho que emerge lentamente de obscuras aguas. Bajo la vista a su pecho y observo la resplandeciente flecha confirmando con ello que lo acontecido con Cupido no había sido solo un mal sueño.

Bufo resignado. Extrañamente no estaba molesto o angustiado, se sentía de buen ánimo. Había dormido bien y se sentía con fuerzas suficientes para enfrentarse a lo que el destino le deparaba. Se preguntó nuevamente como habría llegado ahí. Seguramente se habría quedado dormido en el sofá y Mordecai lo había subido. Sin ser realmente consiente, abrazo nuevamente la almohada. Aquel dulce aroma, deliciosa mezcla de café y césped recién cortado inundo su nariz una vez más. Le evoco los días en los que él y Mordecai tomaban el desayuno al aire libre. Pero había otra dulce fragancia en aquella mezcla.

Suspiro nuevamente y entonces pudo identificarla. Olía a pastel de chocolate.

Eso lo hizo sonreír y bajo feliz de la cama para dirigirse en busca de los demás.

Sin duda alguna esta no era la primera vez ―ni la última― en la que Mordecai no dormía en toda la noche. En más ocasiones de las que podía recordar la fiesta se extendía hasta que los primeros rayos de sol despuntaban al alba. Entonces solo hacía falta una ducha y una taza de café para comenzar el día nuevamente sin mayor problema.

No esta vez.

Había esclarecido un par de horas atrás y ahora el cielo que se veía desde la ventana de la cocina era de un deslumbrante blanco perlado; y aun así, a pesar de haber sido testigo de la espectacular belleza del comienzo del nuevo día, Mordecai estaba convencido de que este era el peor amanecer en sus veintitantos años de vida.

"Este debería de ser un día glorioso" se dijo con amargura. El primero como novio de Margaret, y en lugar de ello se pasó el resto de la madrugada atormentándose por lo que había sucedido en su cuarto con Rigby.

Bueno, por lo menos no había sido el único que parecía que no hubiese pegado un ojo en toda la noche.

Veinte minutos atrás Pops salió de la casa en busca de Benson. Tenía la esperanza de que el gerente se encontrara de mejor humor y que la noticia de que habían (casi) encontrado la forma de resolver el problema fuera argumento suficiente para convencerlo de reunirse con el resto del grupo en la biblioteca. Cuando salió lucia realmente preocupado y bastante agotado.

Gruño entre dientes y observo su reflejo devolverle una atroz mirada en la taza de café que mantenía en sus manos. Si en verdad lucia como la imagen que se reflejaba en la obscura bebida podría decirse que había envejecido como diez años en una noche.

Se reconforto un poco, por lo menos no había cometió una verdadera estupidez. Claro, estuvo a punto, y eso era precisamente lo que lo estaba volviendo loco. ¿Pero qué demonios le había sucedido? ¿En qué rayos estaba pensado? ¡Y con Rigby!

Comenzó a recordar lo sucedido intentando por milésima vez encontrarle un punto lógico a aquel absurdo. La obscuridad, la cercanía, estar en un ambiente seguro y familiar, probablemente el hecho de sentirse eufórico por haber conquistado a Margaret, tal vez todo ello le hiso imaginar, o de ver a Rigby como la había hecho; con aquella irrisible aura de candidez e inocencia colgada de su rostro dormido y con esa enigmática pero dulce sonrisa que se asomó por sus delicados labios haciendo irrisible su tentadora boca que…―¡Maldición!― gruño molesto mientras se reprochaba mentalmente ¡Lo estaba haciendo otra vez!

―Y ahora de que refunfuñas― Le pregunto Rigby que entraba en la cocina.

Por un segundo Mordecai se quedó atónito al verlo entrar. Se veía radiante. Era lógico, después de todo el mapache había podido dormir unas cuantas horas. En cambio él había pasado la peor noche en toda su vida y seguramente lucia como un anciano ¡Y todo por su culpa! ¡Eso era tan injusto! pensó molesto. Enseguida toda aquella frustración broto de su ser como la suciedad surge de una cañería tapada.

―Pues nada que he pasado muy mala noche preocupado en resolver este lio― Respondió molesto Mordecai.

―No se supone que eso ya estaba resuelto.

―Pues sigues con esa flecha en el pecho.

Rigby bajo la mirada al pecho, por momentos era fácil olvidarse de esa cosa ―Si, ¿Pero no se supone que iremos a la biblioteca y sabremos qué hacer para romper el hechizo?― pregunto.

―Sabes, tú lo haces parecer muy fácil― le interrumpió el arrendajo.

―No veo cual es la dificultad. Ya tenemos a las chicas, malo si estuvieras como ayer que no tenías ni la más remota esperanza de andar con Margaret― Respondió despreocupado el mapache.

Mordecai apretó los puños fuertemente. Aquello era tan típico de Rigby. Todo se la hacía tan sencillo, no era capaz de ver las dificultades que aquejaban a los demás. Eran tan, pero tan jodidamente egoísta.

―¡Oh¡ Si, lo dices tú, porque para ti todo ha sido más sencillo. ! No tienes nada de qué preocuparte! Eileen siempre ha estado enamorada de ti, ¡Pero para mí las cosas no son tan fáciles sabes! ¡Yo amo de verdad a Margaret y tendré que esforzarme con ella para que lo nuestro funciones y con ello salvarla de la amenaza de Cupido!― Gruño Mordecai claramente enojado.

El rostro de Rigby reflejo por una fracción de segundo lo mucho que aquellas palabras le habían herido. ¿De qué demonios hablaba Mordecai? ¿En verdad creía que no estaba preocupado? ¿Acaso pensaba que no se sentía mal por iniciar una relación romántica con Eillen con el único propósito de sacarse la maldita flecha? Pero eso era parte de Mordecai ¡Todo giraba en torno a él y a sus problemas con Margaret! Definitivamente a veces se comportaba como todo un egoísta.

―¡Hey! ¿Qué demonios te pasa hoy hermano? ―Le inquirió Rigby molesto.

―¡Nada! No me pasa nada. Solo digo que YO si me tendré que esforzarme para ser el hombre adecuado para Margaret, en cambio tú, ¡vaya que novedad! No tienes que molestarte ni un poco para ganarte a Eileen.

Rigby entonces recordó el duelo que había sostenido con Margaret la noche anterior. Perdió, se durmió primero y seguramente ella le había contado a Mordecai su inquietud de que el fuera un buen partido para Eileen. Bien, si eso es lo que pensaba Mordecai, le demostraría que él sería mucho mejor novio para Eileen de lo que él sería para Margaret.

―¡Oh ya veo! ― Gruño Rigby mientras se acercaba mas al ave apuntándole con el dedo e iniciando una de sus acostumbradas rabietas ―¡Tú crees que puedes ser mejor que YO!

Mordecai se inclinó hacia delante en actitud retadora ―¡Puedes apostarlo!

―¡Bien, te demostrare que puedo ser mucho mejor novio que tu Mordecai!

La suerte se había echado. De ahora en adelante se enfrentarían por demostrar quién era el mejor "novio". La atmosfera en la cocina se tornó sofocante y estaban tan cerca que eran capaces de ver su propio reflejo en las pupilas encendidas del otro.

―¡Ja! Eso quisieras mapache ¡YO soy mucho mejor que TU! ― remato Mordecai apretando los puños tan fuerte que se le pusieron blancos.

―!CALLATE! ― Grito Rigby fuera de sí, apunto de lanzarse sobre su amigo con la intención de hacerlo tragar sus palabras.

Un segundo antes de que se lanzaran el uno sobre el otro a golpes, la puerta que daba al exterior se abrió de golpe, interrumpiendo así la acalorada discusión. Hi Five Ghost entro flotando y ambos tuvieron que dar un paso atrás. El pequeño fantasma apenas si notó la hostil escena, se limitó a saludar con desgano.

― ¿Que hay chicos, cómo pasaron la noche? ― pregunto mientras abría el refrigerador rebuscando en su interior.

―De maravilla ― respondió Rigby en tono irónico sin apartar la hostil mirada de Mordecai.

El ave hizo el gesto de beber nuevamente su café, aunque seguía fulminando a Rigby con la mirada, la intensidad en los ojos del mapache lo desconcentro un poco. Cohibido, intentando romper aquel inquietante contacto visual, observo al fantasma y solo así pudo notar que faltaba alguien con él. ―¿Y Muscle Man? ― preguntó.

Hi Five Ghost se congelo por un segundo―Esta con Starla. Hace como una hora lo acompañe hasta el departamento de ella. ―algo en su voz calmada, denotaba inquietud y nerviosismo ― Espero…estoy seguro que podrán arreglar sus diferencias.

―¿Qué paso con ellos? ¿No se suponía que eran el uno para el otro?―pregunto Mordecai.

Hi Five Ghost pareció perderse en sus pensamientos por un instante, mientras jugueteaba distraídamente con una lata de soda. Lo que había pasado con esos dos era algo que había visto ya antes con muchos otros amores humanos, en diversas épocas y lugares. Amores que nacían y se extinguían en un parpadeo como las estrellas fugaces en el manto estelar.

En ese instante el sonido de la puerta los interrumpió nuevamente. Los tres giraron la cabeza para sorprenderse ante la desgarbada presencia de Muscle Man.

Aunque sin duda alguna fue Hi Five Ghost quien se sorprendió mucho más que los demás ¿Porqué estaba de regreso tan pronto? ¿ Y Starla?.

―Hola hermanos que hay ― Saludo el verdoso hombre mientras tomaba la lata de soda que tenía Hi Five Ghost en las manos y se sentó pesadamente en la silla que estaba entre Mordecai y Rigby.

Una lacerante angustia aguijoneó la garganta de HFG. Si él se encontraba ahí significaba solo una cosa. Muscle Man, aquel ser humano tan diferente a todos los que había conocido, tan transparente en sus pensamientos, en su forma de ser y actuar; aquella alma libre que no cuadraba con las mundanas y absurdas normas de civilidad de los mortales comunes y que desafiaba todo lo establecido al crear sus propias normas. Aquel ser tan inquietante, el único al que podía llamar realmente amigo; estaba ante un verdadero peligro. Y no uno tan efímero como la muerte. Un peligro aún mayor. El de perder su corazón y su alma para toda la eternidad.

Justo cuando el fantasma buscaba la manera de formular su inquietud Rigby se le adelanto.

―Hey Muscle Man ¿Arreglaste las cosas con Starla?

Mitch bebió un largo sorbo de refresco aplazando lo más que pudo la difícil respuesta ―Si… bueno, tal vez no como era lo planeado. La cosa es que Starla y yo solo podemos ser amigos.

"¿pero porque no? ¿Qué rayos paso? ¿Qué no te das cuenta del peligro en el que estas?" penso HFG.

Aquella mueca de angustia que se reflejó en el rostro Hi Five Ghost le dio la certeza a Muscle Man que a su mejor amigo no le haría ni pizca de gracia su decisión, pero ya no había marcha atrás, pasara lo que pasara, el ya había escogido un camino a seguir.

―¿Pero porqué no viejo? Si ella es la chica perfecta para ti hermano. ―Le inquirió Mordecai.

Y en eso tenían razón. No existía en el mundo nadie más similar a Muscle Man como Starla. Eran iguales, como dos gotas de agua y esa, precisamente, era la razón por la que habían roto.

Cuando se conocieron ambos se sorprendieron y maravillaron de encontrar a alguien con los mismos gustos, la misma forma de ser, de hablar, de actuar, de pensar. Era algo increíble.

Aunque claro, al principio de su relación, la mayor dificultad que tuvieron fue que Muscle Man no sabía cómo expresar sus sentimientos, pero en cuanto superaron ese bache y él aprendió la manera de abrirse ante ella todo fue más sencillo. Era como mirarse en un espejo. Tuvieron la certeza entonces de que eran iguales en todos los aspectos.

Esa misma similitud le permitió avanzar rápidamente por todas las etapas de su relación.

En la primera etapa, aquélla en la que la pasión, el deseo y la ansiedad incendiaba sus cuerpos fusionándolos con un fuego intenso que brotaba directamente de sus entrañas y que parecía que los consumiría totalmente hasta los huesos, ambos estaban convencidos de que eran almas gemelas destinadas a permanecer unidas más allá de la muerte misma.

Mas sin embargo aquella pasión explosiva que parecía calcinarlos en vida, lentamente se apagó. Como la violenta y repentina erupción de un volcán que después de algún tiempo mitiga su furia, de esa misma manera, la pasión entre los dos se calmó para dar paso a una etapa de compañerismo y camarería.

Ayudo el hecho de que a esas alturas ambos habían construido una rutina alrededor de sus vidas. No era desconocido por nadie que Muscle Man pasaba todas las tardes con ella. Largas horas de compañía y convivencia juntos en las que nuevamente tuvieron la certeza de estar ante un alma totalmente igual a la suya. Convencidos de que la compañía y el afecto mutuo bastarían para continuar juntos sin que la pasión explosiva los consumiera en todo momento.

Por ello el resto del mundo, incluyendo sus familias, pensaban que permanecerían unidos siempre. Ellos mismos creían estar convencidos de ello y tratando de dar un paso más hacia delante, decidieron adoptar a su primera mascota (casi casi "hijo") una hermosa iguana a la que bautizaron como Selma.

Pero aquella nueva etapa de responsabilidad como padres de un exigente y vivas reptíl más que darle un nuevo empuje a su relación solo consiguió hundirlos más en una agobiante y sofocante rutina.

Siempre las mismas cosas, la misma charla. No es que se llevaran mal, si no que no existía novedades entre ellos.

Como el hundimiento del Titanic, aquella rutina y estancamiento derivo en un rápido y sistemático hundimiento. Obviamente ambos se negaban a ver tal realidad y preferían conformarse con la costumbre de estar el uno con el otro. ¿Cómo era posible que su amor terminase así, si se llevaban tan bien y eran tan parecidos? Si eran como dos gotas de agua.

Fue solo cuando los padres de ella, creyendo como casi todo mundo que su relación era perfecta, que les recordaron que dentro de la familia de Starla era una vieja tradición fijar la fecha de su boda justo el mismo día en la que ellos celebraban su aniversario y que por lo tanto deberían de anunciar pronto su compromiso para comenzar los preparativos de su boda.

Aquello definitivamente fue lo que derramo el vaso de las dos gotas de agua.

En retrospectiva fue muy curioso que ambos salieran huyendo de manera tan sincronizada de la casa de sus padres de ella. En cuanto estuvieron solos, decidieron darse un respiro. A Muscle Man no le extraño del todo que llegaran a la misma conclusión justo al mismo tiempo. Después de todo eran muy inquietante y desesperantemente parecidos.

Obviamente los dos sufrieron y lloraron brevemente por la ruptura. Pero en el fondo estaban convencidos de que era lo mejor.

―No lo puedo negar Mordecai, Stala y yo "somos como dos gotas de agua".

―¿Entonces que paso?

Muscle Man tomo un largo respiro ―Ella ya está con alguien más viejo.

―¿QUÉ? ― Gritaron los tres al mismo tiempo.

Muscle Man cerró los ojos mientras se masajeaba la sien. Esto sería algo difícil de explicar. Recordó lo que había sucedido unos minutos atrás.

Hi Five Ghost lo había despertado temprano. El generalmente no necesitaba que lo despertaran. Conocía muy bien sus responsabilidades. Pero en esta ocasión fue diferente, Mientras dormía la sensación de estar nuevamente en la nube regreso a su memoria con fuerza. Sin duda aquella sensación de paz y armonía había sido la experiencia más sublime en toda su existencia. Había sido como tocar el cielo.

Después de la fuerte insistencia de su fantasmal amigo se dirigieron al departamento de Starla y lo dejo para que hablaran a solas.

En cuanto Starla abrió la puerta se mostró sorprendida y sumamente nerviosa. Del interior se desprendió una fragancia a incienso y sándalo que ella acostumbraba usar para crear una atmosfera romántica. No se movió de la puerta, sin salir completamente pero sin tampoco invitarlo a entrar. Ella jamás lo había dejado afuera. Era muy obvio; Starla tenía compañía.

Ella entonces se sinceró con él. Le explico que había conocido a un chico encantador y muy apuesto. Le confesó que había sido algo hermoso y totalmente inesperado, algo asi como "amor a primera vista" y mientras lo decía en forma soñadora, se le ilumino el rostro y los ojos le brillaron de alegría.

Por un breve segundo Starla busco en sus ojos algún signo de ira, de odio, o algo que demostrara que él aun sentía algo por ella. Pero lo más doloroso de todo el asunto fue que él estaba consciente de que no era así.

Ambos suspiraron pesadamente al mismo tiempo. Fue como alzar una plegaria ante el féretro de un familiar mutuo. Comprendieron en ese instante que su amor había muerto.

Mitch entonces se alegró por ella. Le dijo que lo entendía; que deseaba con todo el corazón que fuera felíz con su nuevo amor y se abrazaron con cariño como dos buenos hermanos.

Entonces el nuevo novio de Starla salió del departamento. Era un tipo grande y rubio llamado Mike que, ante la escena, se encendió en celos como un toro embravecido. Starla con la misma maestría y valentía que poseen los domadores de leones aplaco a su fiera con fuertes y potentes rugidos y ambos se ensalzaron en una violenta discusión que rápidamente, y ante la atónita mirada de Muscle Man, acallaron en una desenfrenada y apasionada lucha boca a boca, lengua a lengua y cuerpo a cuerpo; la cual, por el inquietante sonido que hacían, prosiguieron después de cerrarle la puerta en las narices a Muscle Man.

Mitch después de salir de su inicial estado de estupefacción, ante tal arrebatadora escena, rio divertido. Se dio cuenta que ese nivel de pasión desenfrenada era lo que anhelaba Starla, algo que el simplemente ya no podía darle. Así que se alegró nuevamente por ella y por el hecho de que lo pudo encontrar con alguien más.

Fue consiente también de su cambio tan radical de ver las cosas. En otro momento se hubiese enfurecido por lo que vio con Starla, aun a sabiendas de que ya no salían juntos. Sin duda alguna el viejo Muscle Man habría estallado en furia y habría montado una escena a nivel de campeonato.

Pero ahora no se sentía así. De alguna forma ese odio incontrolable, aquella furia que difícilmente mantenía a raya cada día, ahora le parecía un sentimiento burdo y primitivo, lo veía como una desagradable sensación que le alejaba de su verdadero propósito: La felicidad.

―Miren chicos la situación es esa. Starla tiene un nuevo novio, un tal Mike y por lo que vi, están realmente muy enamorados. Así que no me interpondré entre ellos y dejare que sean felices.

La cara de los tres era de incredulidad pero la de Hi Five Ghost parecía haber adquirido un nuevo grado de trasparencia.―¿Pe-Pero entonces la flecha? ―pregunto el fantasma a su amigo ―¿Qué haremos entonces para sacártela?

"Oh rayos esto va a ser lo más difícil" pensó Muscle Man.―Nada, no haré nada.

Hi Five Ghost pareció no comprender el significado de aquellas palabras, o parecía no querer entenderlo. ― Pero todavía hay tiempo, si dices que quedaron como amigos tal vez…

―Five.

―…hablando con ella, explicándole la situación…― dijo el fantasma. La angustia escapándosele con cada palabra.

―No amigo.

―…tal vez si se lo pedimos como un favor… como un último favor, ella…

―por favor amigo, no… ―le interrumpió con pesar Muscle Man.

―…acceda a darte un último beso, pa- para salvarte…―Hi Five Ghost desesperado se acercó a Muscle Man. Si en ese momento hubiese tenido piernas, se habría arrodillado ante sus pies.

―No. Hermano, por favor… no me hagas esto más difícil―

―Un beso en frio, sin compromiso ya de nada― Con las lágrimas a punto de escaparse de sus enormes ojos HFG había tomado con sus pequeños puños la camiseta de Muscle Man.

―¡NO!― Muscle Man tomo entre sus manos el acongojado rostro de su amigo. Necesitaba, por muy doloroso que fuera, hacer contacto con el directamente a los ojos, de un modo o de otro deseaba transmitirle consuelo al momento de explicarle su decisión final.

Su contacto fue como una sacudida eléctrica para el pequeño fantasma. Quedo estático y en silencio, solo el agitado sonido de lo que parecía su respiración resonaba en la pequeña cocina.

A Muscle Man se le formo un incontenible nudo en la garganta. Sabía que su pequeño amigo no se lo tomaría a bien, pero jamás llego a imaginar cuanto realmente le afectaría su decisión. Cuando hablo su voz se escuchó ronca debido al cumulo de emociones que se sacudían su interior.

―No amigo, escúchame, no existe persona en este mundo más adecuada para mí como lo fue Starla, y ni siquiera el amor que alguna vez le tuve se pudo comparar a la intensa felicidad que experimente estando en la nube. Esto solo me lleva a una única conclusión.

―pero...

―mi vida solo tiene un único propósito y ese es encontrar aquel estado de paz suprema que experimente estando en la nube. Y si eso significa tener esta flecha por el resto de mis días: que así sea.―dijo con decisión mientras que con compasión retenía el rostro del fantasma.

―pero eso te dejara sin corazón.

―Tal vez ese sea mi destino.

―¡Te quedaras sin alma! ¡Dejara de vivir en poco tiempo! Y entonces…

―habré vivido siendo feliz.

―¡NOOOO!― . ya sin que pudiese contenerlas por más tiempo, las pequeñas lágrimas de aire rodaron por sus rostro. ―¡¿Que no te das cuenta?! ¡No soportaría perderte! ¿ ¡Qué sería de mí y de mi eterna y solitaria existencia!? ¿ ¡Qué demonios haría yo si no estás a mi lado ¡? ¡Si tú eres la única persona en este patético mundo por la que vale la pena existir! ― Grito furioso ― ¡¿Qué acaso no te das cuenta que eres mi razón de ser Muscle Man?! ¡¿Qué no te has dado cuenta cuanto TE AMO?!

Anonadado por aquellas palabras Muscle Man se paralizo por completo, el oxígeno en sus pulmones se vacío por completo mientras que Hi Five Ghost con los ojos inundados en llanto y los pequeños puños crispados se sujetó con fuerza a su vieja camisa impulsándose decidida y violentamente hacia adelante.

El mundo se detuvo por completo para Mitch cuando una onda gélida y fresca atravesó su atónito rostro en el instante en el que el fantasma se aproximó a sus labios.

Fue como si un rayo de luz le hubiese atravesado por completo. Esa fresca y dulce sensación duro solo una fracción de segundo, el tiempo exacto en el que el etéreo cuerpo de Hi Five Ghost traspasara el suyo de lado a lado.

Tal como había pasado con la flecha su condición de fantasma le imposibilitó besarlo realmente lo único que consiguió fue atravesarlo y caer estrepitosamente del otro lado.

No fue lo único en caer aparatosamente al suelo, la mandíbula de Mordecai y Rigby cayeron de igual forma.

El silencio fue sepulcral. En esos momentos podría haberse escuchado el vuelo de un mosca, parecía que todos en aquella vieja cocina habían olvidado como respirar.

Repentinamente sorprendido por lo que se había atrevido, HFG adquirió dolorosamente conciencia de las palabras que dijo, pero sobre todo, se percató de su patético y fallido intentado por besarlo. Guiado por un arrebato de locura le había declarado su mayor secreto, aquel secreto que aguardaba en su alma y que se había jurado a si mismo jamás revelarle. Pero sobretodo se había olvidado de un principio básico: él era un fantasma; y según dictaba una vieja ley, era imposible caulquier contacto entre humanos y fantasmas si se trataba de amor.

Esto había sido un error, un estúpido error y deseando que se lo tragara la tierra para que nadie viese lo estúpido y patético que se sentía, pero sobretodo porque no se atrevería a volver a mirar a Muscle Man a los ojos y antes de que este pudiese reaccionar de algún modo, Hi Five Ghost salió volando velozmente de la casa como un huracan a mediados de julio.


Bueno como ya vieron esta es la primera pareja oficialmente slash del fic y es curioso que sean Hi Five Ghost y Muscle Man ya que este último ha dejado bien claro en la cuarta temporada su orientación hetereo. Ok si, desde la primera lo dejo claro, pero cuando ideé el fic (casi a principios de la 3era) Starla solo había aparecido en una ocasión, sip en aquel capitulo en el que ella se obsesiono con Mordecai y ciertamente me pregunte ¿Quién de ellos dos; Starla o Hi Five Ghost, le sería verdaderamente leal a Muscle Man? Y bueno la respuesta fue más que obvia.

Aquí me gustaría comentar algo más al respecto. Como ya todos saben en la cuarta temporada nuestro genial Troll master J. Quintel a integrado un nuevo empleado: Thomas, y a ideado excelentes y loquísimos episodios, cada uno de ellos más surrealista que el anterior, algunos de ellos épicos XD por lo que la serie evoluciona y se modifica con cada uno de ellos.

Debido a ello y para tener algo de congruencia con el cannon de la serie, me basaré solo hasta el final de la tercera temporada ya que sería casi imposible tomar en cuenta cada nueva información que aparece con los estrenos y tratar de predecir lo que pasara en el futuro de la serie suena aún más descabellado jejejejejeje

Bueno no me queda más que despedirme y enviarles muchos besos. Nos vemos hasta la próxima ƪ(^з^)ʃ