Notas de Autora: Hola a todos mis queridos lectores, se que sueno peor que político en plena campaña electoral, con promesas de actualización, pero mi realidad es que el tiempo no me da (necesito días de 30 horas al menos Jajaja), hace un tiempo salí de vacaciones pero entre trabajos, viajes y trámites a realizar, poquito he tenido para mí misma o para quitarme el gran bloqueo que poseo y así poder seguir con esta historia, que ya lleva una eternidad. Espero sepan disculparme, sin más que decir les dejo la continuación…

¿Oportunidad para huir?

"Tú eras mi escudo entre la realidad y yo. Solo te necesitaba a ti para poder enfrentar a mi realidad"

El resplandor de la luna junto a la de las estrellas, hacía que el cielo pareciera un verdadero espectáculo, eso le parecía a Michiru, que lo observaba desde el borde de la terraza del edificio en donde vivía Haruka, quién se encontraba detrás suyo, apartada junto a Suzuka, quién había llegado hace un momento, para ver como se encontraba su amiga, pero por lo visto se encontraba muy bien.

La verdad me tenía muy preocupada –mencionó la pelinegra, más para sí misma, pero Haruka lo alcanzo escuchar, por lo que volteo a verla extrañada.

Por lo visto siempre te tiene preocupada, pero que es lo que te preocupa realmente –pregunto en voz baja, solo para que la chica en cuestión la escuchara.

Cuando está contigo, ella siempre se ver feliz, pero sé que cuando regresa a casa, las cosas cambian –volteo a ver a la rubia mientras se aparta su oscuro cabello a un lado – Últimamente, las cosas con su madre no están bien, y se me hizo extraño recibir tantas llamadas de ella, parecía histérica, cuando me digne a contestarle –suspiro en tono de cansancio – Pero sabes, me alegra de verla tan feliz contigo… es como si la vida volviera a ella, con solo menciónate…

Antes de que Haruka pudiera decir algo, vino la aguamarina corriendo para abrazarla, de verdad parecía una dulce criatura, le acaricio el rostro a su amada para luego besarle la frente, aquella escena le provoco bastante ternura a Suzuka, que las observaba con un poco de envidia.

Este día no lo olvidare Haru –dijo la aguamarina sin aparta sus ojos de la vista de la rubia, sin duda sus miradas, se decían lo mucho que sentía sin necesidad de decirlo – Muchas gracias por permitir quedarme hoy contigo.

Me alegra mucho que hoy te quedes conmigo mi Sirena –con una sonrisa en su rostro, Haruka corto la distancia entre sus rostros y brindándole un suave beso a su sirena, pero antes de que ese beso subiera de intensidad…

Cof, cof, cof –con una tos forzada, Suzuka hizo que la pareja se separará provocando el sonrojo en ambas – Sus momentos románticos e íntimos que no sea en mi cara –le guiño el ojo – Saben que es de mala educación, comer pan...frente a los pobres – Esto provoco las risas entre las tres. Las tres se quedaron conversado hasta un poco entrada la noche, momento en el que Suzuka se tuvo que retira.

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En la cafetería de un pequeño hotel, sentado al lado del gran ventanal que daba a la calle principal y en un mesa apartada, estaba un hombre joven de piel blanca como la nieve y de unos grandes ojos negros, del mismo tono que su cabello un poco rebelde, bebía de una taza de café, observado de manera distraída por el ventanal como que si estuviera metido en su propio mundo, desvío su mirada hacia el reloj y suspiro un poco fastidiado.

¿Donde se supone que estará?, solo él se puede perder en un lugar como este –suspiro profundamente mirando hacia la poca gente que había en dicha cafetería – La puntualidad es primordial y se supone que es el ejemplo viviente de eso –decía haciendo burla y riéndose un poco de ello, cuando escucho que la puerta de la cafetería se abría y pudo distinguí a un hombre con sombrero y gabardina que había entrado al lugar - ¡Por fin! – Exclamó y levanto la mano derecha haciéndole señas, las cuales el otro apenas las vio se acerco a la mesa y tomo asiento – ¿Acaso te perdiste? –pregunto en tono de burla el más joven.

Algo así –respondió el otro hombre mientras se quitaba el sombrero, dejado al descubierto sus cabellos aguamarinos con toques blancos, sus ojos son grandes pero un poco rasgados y de un tono azul oscuro – Disculpa la demora, pero fui a conocer el lugar donde me dijiste que según estudia ella –suspiro y miro al joven - ¿Estás seguro de que ese es el lugar indicado? –lo miro fijamente, a lo que el muchacho suspiro.

Estoy seguro, he trabajado intensamente durante meses para dar con ella, no es fácil trabajar cuando tengo solamente la fotografía de una mujer joven, de hace muchos años atrás y menos sabré las facciones de su hija –contestó el joven un poco irritado – No ha sido un trabajo fácil, solo me ha servido de guía la foto que me entregaste y el nombre de esa chica – Puso sobre la mesa un sobre amarillo, el cual el hombre tomó para extraer de su interior varios documentos, más algunas fotografías, en las cuales se apreciaba a dos mujeres: una un poco mayor pelinegra y la otra más joven de cabello aguamarina – Eran difícil de localizadas, por el motivo de que hubo una época en la vivieron fuera del país y cuando volvieron se mudaron mucho, por lo que tengo entendido, quedaron establecidas cuando Michiru inicio el último año de secundaria –observo que el hombre miraba con detenimiento una foto en donde se encontraba Kaede abrazado a Michiru, en su primer día de clases de preparatoria - ¿Crees que son ellas, a quienes tanto haz buscando? –preguntó captado la atención del mayor.

Estoy seguro de que son ellas –lo observo con una pequeña sonrisa en su rostro – A Kaede Kaioh, la reconocería así pasará muchos más años de los que ya han pasado, me sorprende es el parecido de su hija… –suspiro profundamente antes de continuar – De… de mi hija – Su sonrisa se amplió más, algo que el joven no había visto en mucho tiempo – Sin duda alguna, son ellas a quienes he estado buscando todos estos años, Yuto – guardo todo de nuevo en el sobre mientras decía – Cuando quise volver a buscar a Kaede, ella ya se había ido.

Pero tu ocasionaste eso, hasta donde me contaste, cuando te hablo del embarazo, tu reacción no fue la más caballerosa con tu amante –le acuso Yuto, el conocía la historia y por eso fue que decidió ayudar a Rikuto – Pero no consideras que Kaede, pueda volver a irse con ella, si se entera que has vuelto a Japón.

De hecho ya lo sabe –aquello tomo por sorpresa al chico pero antes de que hiciera cualquier pregunta, Rikuto continuó – En su época conocí a su prima y tuve la ventaja de que ella no se ha mudado de domicilio, así que le he mandado una carta a Kaede, para que sepa que he regresado –lo observo fijamente – Se que es un gran riesgo y de que se puede llevar a mi hija de nuevo, pero prefiero correrlo, ya que no creo que Michiru se vaya con la misma facilidad, que cuando era pequeña.

Te veo muy confiado – el joven llamo a una camarera pidiendo dos tazas de café y continuo hablando – Supongo que ahorita debe estar pasado la edad rebelde y su hija ya tiene una vida realizada aquí, no creo que se la pueda llevar con la misma facilidad del pasado.

Esperemos que así sea –en eso llegaron las tazas de café y el aguamarino se dispuso a beber un sorbo de su café – Kaede es una mujer muy astuta para algunas cosas, solo espero que todo salga bien.

Tengo otra pregunta para ti, ¿a quién piensas a ir a buscar primero a Kaede Kaioh o a tu hija? –lo miro interrogante.

La verdad, mi plan es acercarme primero a mi hija, así Kaede no podrá llevársela de nuevo –su expresión seria demostraba que la decisión era clara – No dejaré que se la lleve, no cometeré ese mismo error de nuevo – El joven simplemente asentó con la cabeza en muestra de apoyo de Rikuto.

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Con el amanecer llega el nuevo día y la joven de cabellos aguamarina se encontraba ya desde hace un momento despierta, se sentía la mujer más dichosa del universo, observaba a la rubia, quien se encontraba en un profundo sueño. Suspiro mientras una pequeña sonrisa coqueta se reflejaba en su rostro.

Te has convertido en mi nuevo mundo –acaricio con la punta de sus dedos suavemente las facciones de la rubia para luego acercarse y posa delicadamente sus labios en un breve beso, el cual fue correspondido, lo que la tomo por sorpresa, para luego sentir unos brazos rodeándola y ubicándola encima de la rubia.

Mmm… si así me despertaras todos los días, te quedas viviendo conmigo desde ahora –susurro Haruka entre los labios de su amada, abrazándola más fuerte.

Por mi encantada, ya vivo contigo –Michiru escondió el rostro en el cuello de la rubia suspirando suavemente y le susurro –Quiero quedarme aquí para siempre, contigo.

Haruka no respondió, era sencillo entender a lo que se refería, así que la abrazo y quedaron así por un buen rato, solo por hoy lo mejor era hacer excepciones a la realidad.

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Por su parte Kaede se encontraba desde muy temprano en la entrada del instituto, esperando ver señales de su hija, no volvió la noche anterior y la mejor amiga de su hija, no contestaba, así que había dos opciones o Michiru estaba con Suzuka o estaba con el majadero muchacho de novio que tiene, así le llamaba ella. Sus ojos azules observaba con detenimiento a cada persona que ingresaba para encontrar a su hija, pero no se percato que a lo lejos un hombre se venía acercado, quien se había percatado de la presencia de ella.

Rikuto venía vestido como un profesor más, desde ese día iba a comenzar su plan de acercarse a su hija, pero alguien obtuvo su atención y le hizo cuestionarse un momento, se detuvo un momento a observar a la mujer que alguna vez, él amo con intensidad – A pesar del tiempo, ella no ha cambiad, sigue siendo bella, pero ¿Qué está haciendo aquí?, será que ahora es una obsesiva con mi hija – una pequeña risa quiso salir de sus labios, pero se contuvo y siguió su camino con normalidad entrado al establecimiento, pero en un momento sus ojos se encontraron con los de Kaede, a quien en cuestión le pareció ver como un fantasma, se regreso a ver de inmediato pero ya el hombre en cuestión había desaparecido de su vista.

Debió ser imaginación mía –se dijo así misma – Es imposible, ese hombre no puede saber donde estoy ahora –negó lo que creyó ver y más aun le distrajo el sonido de una motocicleta llegando, su mirada cambio bruscamente acercándose a la moto mientras la pareja se bajaba.

MICHIRU KAIOH –alzo la voz Kaede, acercándose a la joven aguamarina, tomándola bruscamente del brazo – ¡Donde crees que has estado! –clamó histérica, sin importarle que la gente volteo a ver la situación.

Mamá… -apenas pudo decir Michiru, en eso sintió que alguien la apartaba y se ponía entre las dos.

Haruka observaba a la pelinegra con una expresión muy molesta mientras tenía a Michiru detrás suyo – Señora, ni se le ocurra ponerle una mano encima a Michiru… le ha quedado claro – su tono de voz era amenazante y más grave de lo normal, estaba muy molesta.

¿Quién te crees que eres? –Kaede no se iba a dejar, que un muchachito se atreviera alzarle la voz – Soy su madre y yo soy quien ver por ella, tú no tienes nada que ver en su vida –intento de aparta a Haruka, pero esta no se lo permitió.

Lamento decirle señora, que usted no hará lo que se le antoje con ella… ahora no está sola – tomo de la mano a Michiru y con un sonrisa sarcástica observo a Kaede – Mientras yo esté, usted no podrá hacerle ningún daño a Michiru.

Eso lo veremos, después de todo como mi hija, ella tiene que obedecerme –en eso Michiru se puso frente de su madre, cosa que las tomo a ambas desprevenidas.

Madre, ya no soy la niña pequeña, a quien llevabas a donde tu quisiera, ahora soy una mujer y… -respiro profundamente para continuar y mira fijamente a su madre – Tú ya no puedes hacer nada en contra de eso, ya no tengo que estar en necesidad de obedecerte a tu antojo –aquello dejo paralizada a Kaede, quien no sabía cómo tomarlo.

Mientras…tu vivas bajo el mismo techo que yo, no puedes darte las libertades que se te antoje –regreso su mirada hacia Haruka – Este muchacho es quién te ha lavado el cerebro, verdad, este muchacho y su vida descuidado –dijo con todo el odio que podía expresar y trato de tomar la mano de su hija, pero esta se la aparto de un solo manotazo.

Ya no más mamá –la aguamarina estaba muy molesta- YA NO MAS –alzo la voz – Estoy harta de todo y no culpes a Haruka, ni a mí de tus propios errores, y si no te gusta esto…fácil me iré a vivir a otra parte –en eso Haruka la abrazo de la cintura, aquel gesto le brindo más valentía – Así que si disculpas, deja el escándalo público y apartarte tengo clases.

Michiru continuo su camino acompañada por Haruka, mientras atrás de ellas quedaba una Kaede muy histérica, sin duda esa mujer ya no era su hija y ahora con más motivos el joven de cabellera dorada, era más culpable por la situación con su hija.

Por su parte alguien más contemplo la escena con gran sorpresa y todo parecía que la idea de que tal vez Kaede tratará de huir con su hija, ahora era algo muy imposible de hacerse realidad.

Vaya maestro Rikuto, usted tenía razón –se le acerco el joven Yuto a Rikuto, quien se encontraba en el segundo piso del instituto, observado con detenimiento lo que había sucedido.

Sí, pero Kaede es muy astuta y podrá convérsela para hacerle cambiar de opinión –volteo a verlo – Así que mi tiempo es limitado y tengo que acercarme a Michiru cuanto antes, pero antes –señalo con su dedo índice hacia donde se fue la bella pareja – Necesito que me averigües, quien es ese joven con quien sale mi hija, en tus investigaciones no me hablaste de un novio – a eso el chico se encogió de hombros.

Aquello también ha sido una sorpresa para mí, pero no se preocupe lo averiguare cuanto antes –con un movimiento de cabeza Rikuto acepto lo que dijo el muchacho, el cual de inmediato se retiro.

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Con el paso de los días, las cosas se fueron complicado, había días en los que Michiru simplemente no llegaba a su casa y otros en los cuales si llegaba permanecía encerrada en su habitación y por su parte, bueno tampoco que hiciera esfuerzo por acercarse a su hija, aun estaba molesta y peor aun culpado a Haruka por todas sus desgracias.

Ese era uno de esos días en donde Kaede se encontraba en la sala de su casa, observado la pintura del paisaje marino, el cual le envió el mismo padre de su hija.

Nunca te pude olvidar –se encontraba pensativa – Michiru sin duda es muy parecida a ti, pero me hiciste tanto daño –sus ojos azules se cristalizaron a recordar aquel día, en donde su corazón fue hecho pedazos – Tanto daño, que… me jure que no la verías nunca en tu vida –todo el odio salía expresado en esas palabras mientras en sus manos arrugaba la carta, que su prima le había entregado – No permitiré que la encuentres, no mientras yo viva.

En eso se escucho la puerta abrirse y sabía perfectamente que era Michiru, quien llegaba, ahora todo era silencio entre las dos, ya había pasado mucho tiempo y era momento de ceder un poco, aclaro un poco su voz y habló.

Michiru, llegaron unos folletos de concursos de arte, si te interesa lo deje en tu habitación –se quedo en silencio esperando alguna respuesta, pero solo escucho el cerrar de la puerta de la habitación.

Por su parte Michiru ya en la comodidad de su habitación, se atrevió a revisar los folletos, todos eran concursos fueran del país, es decir que una cosa era clara: su madre se la quería llevar lejos y apartarla de Haruka, pero aquello no lo iba a permitir, en todo ese tiempo ella había estado planeado su propio plan y si ella se iba sabía muy bien que Haruka la acompañaría.

CONTINUARA…

Espero sepan disculparme por la demora, se que esta corto, pero esta noche me dio la inspiración y pues se suponía que debo estudiar para un examen contable pero la inspiración gano, espero en lo más profundo de mi corazón que les gusten, es por ustedes que escribo esto y que gracias a ustedes busco el tiempo que tenga libre para continuar con esta historia que si me es larga. Sin más que decir, en sus comentarios los leeré muy gustosa y nos vemos en el siguiente. Saludos.